Fernando Cajas
El movimiento social de octubre refleja nuestro hartazgo con la clase política corrupta. Nos cansamos. Hay que entender que los guatemaltecos tenemos sentimientos de impotencia porque miramos cómo roban, cómo atropellan, como esta clase política se receta las grandes dietas, cómo ponen y quitan magistrados a su antojo, como eligen jueces, muchos de ellos hermanos, familiares o amigotes de diputados. Percibimos una fatalidad cotidiana y sentimos que el país no mejora.
Muchos tenemos familiares en los Estados Unidos y entendemos la desesperación de su partida. Muchos tenemos familiares o conocidos asesinados en el conflicto armado que duró treinta años y aún no entendemos. Esta incertidumbre que por diseño nos ha implantado el Pacto de Corruptos es intencional, quieren sembrar miedo, desean cosechar indiferencia.
La guerra, el conflicto armado dejó 200,000 muertos y esas fueron 200,000 razones para no participar en política. Luego los politiqueros cooptaron la política y el populismo capturó nuestra atención, los Acuerdos de Paz solamente fueron acuerdos y nunca llegaron a la realidad y los pueblos guatemaltecos no pudimos integrarnos. Esta atomización de las identidades guatemaltecas, por diseño, sigue la máxima «divide y vencerás». La Universidad Nacional fue cooptada y entregada a sus nuevas funciones de buscar magistrados y con ello dejó de interesarle la solución de los problemas nacionales. El pensamiento crítico tuvo un retroceso en todos los aspectos de la vida social guatemalteca y se vino esta ola de presidentes del Siglo XXI todos, todos o ineptos o ladrones, todos.
El Golpe de Estado en Cámara Lenta acelera sus torpes movimientos. Como si fuese una función de magia, Consuelo Porras se saca de la manga el caso USAC: Botín Político. No habrá en Guatemala caso más patético, torpe y triste del abuso del poder judicial que se ensaña contra profesores y estudiantes de la Universidad Nacional que lo único que hicieron fue defender la autonomía universitaria, decirnos que había habido fraude, explicarnos que estaban cooptando a la Universidad nuestra, la universidad Nacional. El caso nació muerto, pero en manos de la justicia guatemalteca enviaron a prisión a profesores y estudiantes de la USAC. La humildad y la entrega de estos académicos debería ser una muestra al profesorado indiferentes de la USAC de que la protesta no solamente es válida, es digna.
Mientras escribo esto esta mañana fría, en un café quezalteco, recuerdo al Dr. Eduardo Velásquez, ex Decano de la Facultad de Economía, a quien tienen en prisión injustamente. Con él, guardando prisión se encuentra el Decano de la Facultad de Veterinaria y Zootecnia, Rodolfo Chang y el prestigioso ingeniero Alfonso Beber, tres profesores ejemplares que no se quedaron en silencio, tres profesores universitarios que vencieron el miedo, tres profesores universitarios que han defendido la autonomía universitaria porque entendieron que no hay libertad sin lucha. Hay muchos más prisioneros políticos en Guatemala producto del régimen fascista, nepotista clasista, racista, intimidatorio del psicópata, neurótico, homosexual reprimido, misógino, ladrón, manipulador compulsivo, mentiroso, asesino Alejandro Giammatei.
La captura de los profesores y estudiantes de la USAC simplemente para construir una cortina de humo y traerse al suelo la presidencia de Bernardo Arévalo y la vicepresidencia de Karin Herrera es la desesperación total del Pacto de Corruptos. Ya no tienen nada qué hacer. Nunca tuvieron algo que mostrar. Todas sus fintas, disque judiciales, solamente eran muestras de impotencia, incapacidad y estupidez. Esto refleja que, si pasa factura eso de estar plagiando tesis, eso de estar mintiendo eso de mentir. En este proceso electoral el Pacto de Corruptos y sus sirvientes han mentido tanto que ya no pueden, ya no saben cómo distinguir verdad y mentira. Así nos encaminamos a la fase final del Golpe de Estado en Cámara Lenta.
El punto de quiebre es el antejuicio cuya solicitud está en la Corte Suprema de Justicia, CSJ, contra Bernardo Arévalo y Karin Herrera quienes tendrán que decidir si el retiro de inmunidad va o no va. Como producto del caso USAC: Botín Político el MP ya hará enviado solicitud a la Corte Suprema, CSJ, para que conozca y decida. La CSJ, recientemente electa, aún no ha emitido juicio alguno. Por un lado, fue puesta a la carrera por los viejos poderes que se debilitan. Por otro, la ley es clara, el presidente electo y el vicepresidente electo, gozan de ante juicio. Esto está claro. Lo que no está claro es qué es lo que va a decidir la nueva corte de justicia. Este será su primer caso y entonces sentirán toda la presión del Pacto de Corruptos. Si autorizan el ante juicio, serán parte del golpe de estado. Sino autorizan el ante juicio, serán parte de esta nueva primavera que con valor construimos.
O es ahora o no será nunca Guatemala.
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