Saturday, August 25, 2012

La necesidad de transformación en el ámbito educativo: La Escuela Nueva.


 La necesidad de transformación en el  ámbito educativo: La Escuela Nueva.

“…la revolución no se ‘hace’, … las revoluciones s u r g e n  de las crisis y de los virajes históricos que han madurado en virtud de leyes objetivas (independientes de la voluntad de los partidos y de las clases)… que la lucha contra la potente organización terrorista militar de los Estados centralizados es una empresa larga y difícil”. (Lenin: En torno a la dialéctica: p.53).

El sentido de toda transformación, conlleva cambiar de “forma” frente a una actitud tradicionalista en la práctica docente, que se desarrolla a través del ejemplo, como sucede en la metamorfosis de la naturaleza cultivada, es decir modificando  el sujeto educativo algunas actitudes en el  proceso de humanización o ámbito educativo, en donde el sujeto, sujetado a la vida-muerte inevitablemente tiene dos nacimientos, uno natural y otro cultural; es decir lo que integra a la vida humana al sujeto, es  el proceso de trabajo en ese esfuerzo  compartido; así se va dimensionando el acto educativo como totalidad histórica concreta integral, como lo mandata originalmente el Artículo 3º. de la Constitución Política Mexicana a pesar de la lógica de explotación del Estado capitalista.

En lo particular  preocupa la práctica docente humanizada, por medio de Otra forma que sea potenciadora de cualidades integrales (física, intelectual y moral), capaz de transgredir el orden de injusticia  vigente a través del Estado-gobierno mexicano, en Latinoamérica y en el planeta tierra,  ese orden  de despojo es generador histórico de toda desigualdad violenta propiciando el  exterminio de las capacidades en la relación histórica entre el capital y el trabajo, siendo ésta cada vez más enajenada, manipulada y degradada en la lógica de acumulación y centralización capitalista a lo largo de la  reproducción de dinero transformándolo en capital monopolista, trasnacional y empresarial de todo cuño.

Desde una nueva escuela de la vida u Otra escuela nueva,  que trate la existencia antropomórfica del ser ‘cosa de trabajo’, en ese proceso fue  humanizándose el sujeto educativo como ser genérico en su nacimiento cultural encarnado en ese trabajo invisible que conlleva la propiedad privada arrebatada y acumulada, desde hace aproximadamente  3000 a.a.c. como lo registran los grandes historiadores en esa lucha de la memoria contra el olvido[1] -empezando por el lector-; porque la relación primera de injusticia, es en el momento en donde surge la propiedad privada y por ende el Estado esclavista, la modificación del dinero, del tipo de  familia comunal a monogámica, cambian las leyes para proteger dicha propiedad que también era comunal, pues todos trabajaban con una  división del trabajo natural y necesaria, de esta forma se valorara históricamente en contexto previo de la propuesta educativa, como se puede valorar en las relaciones de  producción europeas, y de ahí dichas relaciones de abuso  se consolidan con la conquista de rapiña española en América y en otras latitudes del mundo en el ejemplo más palpable de la naturaleza: ‘el pez grande se come al chico’.

Por lo que hablar de necesidad humana cultivada, en términos pedagógicos, exige una posición crítica para Otra acción transformadora, debido a la desigualdad social, cultural, y  principalmente política, que regenere su poder de  propiedad privada de medios de producción, desde tal origen histórico-cultural-educativo, se requiere una nueva comunicación en lenguajes diversos, frente a la desigual  propiedad de conocimiento, experiencia, intuición e información del sujeto educativo, como capital cultural; dicha necesidad, se debe a la carencia de tales cosas indispensables para vivir con dignidad, es decir con integridad histórica con derecho a un trabajo lúdico, creativo y libre en colectividades pequeñas y amplias.

Hasta hoy día, todo lo existente en las relaciones entre el capital y el trabajo, como entre el nacimiento natural y cultural del sujeto histórico, son  producto del esfuerzo del trabajo,  humanizándose como proceso educativo posible; es decir transformándose en otra forma que lucha en pro de la vida, venciendo el sujeto educativo todo aquello que le impide la satisfacción de esas cosas  que les son imprescindibles para procurar la vida integral cultivándola-potenciándola-sublimándola en actos virtuosos de liberación de energía negativa de culpas, ignorancia, violencia, tensión, angustia, sin sentidos en el transcurso de las épocas,  a través de la producción  y transferencia consciente, libre y voluntaria en otra fuerza política humanizada en  equidad local y universal, así lo exige una verdadera posición crítica de la praxis revolucionaria transformadora en una escuela nueva.

El orden de injusticia histórica, radica en su esencia y sustancia, ya que es pertinente diferenciarla en cuanto a  quién se hace propietario de lo producido en el trabajo social, de forma privada por medio de la violencia y sus formas ideológicas dominantes en las relaciones de poder; y quién a pesar de ser el productor directo de dichos medios  producidos -el principal medio de producción es la tierra-, es despojado de su esfuerzo vital y de su producto de  trabajo transformado de naturaleza en cultura; en lenguaje pedagógico se refiere  la lesión y castración frente a la integridad de la vida, al No poder el sujeto mutilado  tener derecho a protestar y menos aún a defenderse; es decir que no tiene forma de proteger  sus medios de subsistencia labrados en ese trabajo educativo colectivo en el transcurrir de las épocas, por eso se entiende perfectamente la consigna zapatista: “La tierra es de quien la trabaja”, para ser potenciada en múltiples dimensiones y latitudes: “Las fábricas, los hoteles, las carreteras, los comercios, las escuelas, centros recreativos, hospitales y demás producción humanizada, corresponde de hecho de quien la trabaja”. Traducir estos ejemplos educativos es el objeto de estudio de la pedagogía crítica, en procesos de liberación humana integral, se propone el ejercicio de la educación política liberadora y revolucionaria, como una expresión de los derechos humanos.

En este sentido educativo, la relación política significa  la capacidad dialógica de  liberación humana, propuesta por  Platón y antes por Sócrates para llegar al consenso del acuerdo en la virtud de la inclusión, así se puede resignificar con mayor precisión el fetiche manipulador ‘como motor del progreso humano en la lógica del capital’, justo o no, en ese despliegue educativo de los intereses de vida-muerte; de ahí surge la reflexión pedagógica sobre Otra forma diferente, a la hegemonía proteccionista  de los intereses exclusivos y excluyente de acumulación de capital del empresariato internacional que impone una división injusta del trabajo en las relaciones de conquista de antaño y de neo-conquista actuales encabezado por los Estados-gobierno.

Pero se fue desvirtuando tal forma  política en el devenir del ejemplo hegemónico de dominación violenta, que ha atravesado hitos históricos, para ser el sujeto educativo desde el periodo de esclavitud despojado por los amos y por sus imágenes de divinidad respectivas, que lo justificaban para el ejercicio del sometimiento, comprendido este proceso de transformación cultural-educativo hasta los cimientos de la República democrática liberal.

En este sentido, se fue constituyendo la conciencia  del sujeto educativo como un ente etéreo, al ser tratado por sus dueños,  como una cosa más, con un determinado  valor de uso y otro de cambio, según la época en donde se inserta  su trabajo, para ser usado como hasta el presente puede verse,  al servicio generalmente  de la vida parlamentaria socialdemócrata que sostiene al Estado-gobierno en esa reproducción etérea.

Sólo van cambiando algunas diferencias en tales relaciones de poder, según las   latitudes del planeta tierra que correspondan en cada momento,  -esta relación se aprecia hoy en las experiencias de la lucha de fuerzas o de clases sociales-, lo cual puede valorarse pedagógicamente desde  el análisis y la comprensión de los tiempos del imperio romano a los tiempos modernos y posmodernos, que también tienen su propia historicidad.

En este sentido el proceso de trabajo educativo, se va revelando, como sucede con una fotografía oculta:  en su falsedad ideológica del oro deslumbrante del capital que no se distinguía, encubierta hegemónicamente con una imagen ‘divina’ en el dogma de la fe religiosa y militar que contiene sus propias características; pero en los inicios del Siglo XXI, está quedando plenamente revelada la necesidad de transformación con Otra mirada pedagógica en el ámbito educativo, desde Otra nueva escuela, la de la existencia liberadora en pro de la vida, en donde nadie explote a nadie.

Lo que falta en esta tarea pedagógica es potenciar principios humanizados por el esfuerzo del trabajo colectivo, desde el sentido común, hasta lograr abarcar una postura filosófico-política, que incluya una real participación organizativa de   las grandes mayorías, que cree las condiciones materiales y espirituales, para hacer crecer  entre ‘un nosotros legítimamente nombrado’, para que todos y cada uno se sientan en los zapatos de ese ser desharrapado carente de oportunidades para sobrevivir.

Ese sentido de otredad, requiere necesariamente de   Otra relación humana, que potencie desde los movimientos organizados Otros procesos de liberación revolucionaria, resignificando en las posibilidades concretas, en el asunto de sus implicaciones y riesgos en la práctica concreta, tomando como referentes los ejemplos de hitos históricos en la nueva construcción social para nuevas realidades de autenticidad autónoma en un mosaico inmenso de capacidades y potencialidades humanas.

Por tal razón, el  capitalista burgués se oculta como la avestruz en la fotografía -tirando la piedra y escondiendo la mano-,  para no ser visto ni evaluado su egoísmo y mezquindad de masacre y de sangre en el extermino histórico en contra de los pueblos derrotados -al ser una tarea pedagógica crítica más-.

Por tal motivo en esta transformación urgente en contra de la política neo-liberal menciona  Jeannette Escalera, citando a Comenio: “los sabios acogieron con tanto entusiasmo dicha sentencia, que para entregarla a la plebe afirmaron que había descendido del cielo, y cuidaron de que fuera inscrita con letras de oro en el frontispicio del Templo de Apolo en Delfos, a donde concurría gran cantidad de hombres. Fue prudente y piadoso proceder pues, aunque en realidad era una ficción, se encaminaba a la verdad, que es más clara para nosotros que para ellos”[2], porque cuando se asume el derecho a la memoria histórica, la denuncia resulta ser un ejemplo virtuoso del sujeto educativo docente.

Pedagógicamente en ese misterio de la obscuridad de la caverna de Platón, se  pasa a dar forma a la dimensión  sincrética de la identidad del sujeto educativo, por medio del ejemplo vital naturalizado por dichas sombras, pero el verdadero problema es: ¿cómo se  explica a los niños y niñas, que inician a  preocuparse por ello que la naturaleza se cultiva, y la cultura se naturaliza?, bueno, se tendrá que despertar el entusiasmo por encontrar respuestas históricas sabias desde el sentido común hasta elevar éste al pensamiento activo político-filosófico para combatir al capitalismo en su hegemonía[3]:

Así es posible valorar-evaluar, cómo  a través de una  práctica hegemónica o prepotente del acto educativo de despojo se fue dando el desarrollo del robo violento, machista y patriarcal -se tendrá quizá que expresarlo nuevamente, pero ahora de forma estética y ética consciente y potenciadora, a través de la música, dibujos, parodias, cuentos, poesías, canciones, cine, danza, escultura, y con el uso de la internet -entre otras formas colectivas y cooperativas de la tecno-ciencia, para integrar  la práctica docente en una denuncia transformadora auténticamente revolucionaria capaz de organizar proyectos educativos, dando golpes certeros en la denuncia contra la lógica del capital y la organización política de las muchedumbres empobrecidas, conformándose en ejércitos comunitarios y haciendo uso juicioso y agudo del avance de esa tecno-ciencia en tales procesos-proyectos educativos, hasta lograr socializar lo producido, pero que hoy está en propiedad privada, con una careta de “divinidad perfecta-mente monopolizada por el imperio del capital”.

Resulta cada vez más claro, que se necesita de Otra Pedagogía crítica de denuncias activas, que vislumbren el poder mundial, ´propone Teivainen: “después de demostrar que para entender y explicar el mundo contemporáneo y sus transformaciones es necesario ir más allá de la compartimentalización tradicional de las ciencias, postularé que también es necesario tener una actitud transgresora frente a las fronteras entre los estados-nación[4], que deje clara una  representación del arrebato de  ira, incomprensión, sordidez e injusticia, que deviene en sí del instinto salvaje animal, para lograr ir reconstituyendo ‘permanentemente’  al sujeto educativo en un ser con Otras formas tolerantes, a través de ese  proceso de conocimiento y de conscienciación histórica, con un método de didáctica crítica  fundamentado en  Teorías Pedagógicas consecuentes con su memoria histórica de desigualdad social.

Se intenta por tanto, asumir  una posición crítica transgresora del orden establecido, que oculta su verdadera intención explotadora del trabajo social en una híbrida legalidad; así se ve la fotografía histórica que tiene que analizar el pedagogo docente crítico en ese tránsito entre la naturaleza del trabajo humano, transformado en cultura liberadora y creativa,  y ésta en naturaleza humana habituada a procesos de equidad solidaria y cuidadosa del planeta y del universo, para  ofrecer a sus iguales ese máximo esfuerzo colectivo e individual como contribución de emancipación humana.

Se abre otra duda: ¿Para qué programar y proyectar esa transformación de valores a ser evaluados en el ámbito educativo desde esa totalidad histórica,  dimensionándola en la integridad del sujeto docente?

Hablar de ello, implica enfrentar las dificultades de contexto metodológico, que es en  donde la presente investigación, quiere incidir. Porque la intención es que mueva y fundamente la estructura cognitiva de cada niño y niña en su relación docente -en un auto-reconocimiento del propio profesor(a) desde el nivel básico hasta donde se requiera dicha guía de trabajo educativo-, es decir atravesando nuevamente su relación política de clase social responsable, teniendo consciencia de dicho proceso histórico recorrido.

Y así logren los menores-adultos en la formación de docentes, a través de un espíritu investigativo que es innato, aclararse que el producto del trabajo  histórico ha sido cultivado en su propia  transformación humana, de ahí las preguntas posibles sobre ¿qué es la transformación humana a través de la duda, la fascinación, la curiosidad, el asombro, el descubrimiento, y demás formas imaginativas creativas en la vitalidad del trabajo y la existencia humana?

Se nombra ahí sí,  el efecto y la causa de la transformación el trabajo que transforma la naturaleza en cultura liberadora y potenciadora, que regenera, reconstituye y restaura resentimientos, emociones, traumas, temores, terrores, culpas, castigos, vergüenzas y equivocaciones padecidas, para cultivarlas en posibilidades de sublimación virtuosa por su creatividad radical de una denuncia que anuncia Otra voluntad consciente de socialización y de responsabilidad liberadora humanizada como un hito histórico re-significado y re-interpretando  cada época, siendo consciente el sujeto histórico-educativo de su propio desarrollo y superación.

¿Pero en dónde se verá tal transformación que supere la actitud tradicionalista de la práctica docente?

Podría  ser a través de la praxis manual e intelectual integrada, en cualquier espacio vital de sujetos interesados por saber de sí mismo a través de su historicidad, u Otredad, en donde se logre reintegrarse al mundo mental a diferencia del mundo consciente -dicho así por la responsabilidad asumida para la transformación histórica- de esa racionalidad intelectual incidente con Otra afectividad emocional humanizada, justo a través de  su propia negación y superación en contextos de libertad con una propuesta metodológica de Pedagogía crítica, justo dentro del momento de la lucha emancipadora de la autocrítica Activa y colectiva, en los propios espacios vitales de  la clase trabajadora, re-evaluando con juicios de valor críticos a  los presentes y futuros magnates del capital.

Pero desafortunadamente la formación política del niño/docente, hoy se encuentra lacerante, envejecida, sin ilusiones y sin un proyecto metodológico claro de futuro, es decir de vida humanizada en términos generales, porque está atrapada su vida en la sujeción de  la lógica del capitalismo salvaje; sólo existe palidez y resequedad, sin vislumbrar aún Otra forma vital  de trabajo educativo, que implique la exigencia de formación integral para lograr socializar todo lo producido a lo largo y ancho de la espiral de la dialéctica histórica en dicha fotografía topológica, y evitar quedarse encerrado en un círculo  ensimismado sin poderse desplegar en otras formas posibles de bienestar, armonía y comprensión entre los iguales con un proyecto posible contra  la lógica de explotación que los sojuzga, para ello se requiere de  un ojo especializado profesionalmente en la transformación de la práctica docente, por ser tan diferentes cada trabajador-niño-docente genéricos en cualidades creativas, significativas e interpretativas.

Se trata de luchar contra la violencia de compra y venta de cuerpos humanos desde otra Forma de dialogar  humanizándose en proyectos revolucionarios de contribución histórica, en una escucha y pregunta auténticas de liberación, dado que es un cuerpo que se resiste a ser cosificado, quizá esta propuesta no se pueda enfrentar al interior de las instituciones estatales del capitalismo salvaje tan fácilmente o en la inmediatez, pero no cabe duda, de que se irán encontrando las Formas de nombrarlo y de hacerlo en la praxis transformadora con múltiples maneras y nuevos lenguajes concretos, hasta despertar la sensibilidad racional del sujeto histórico educativo, hasta llegar a lo más profundo de su existencia de política-moral liberadora.

Para intentarlo metodológicamente, se necesita una formación sensiblemente virtuosa, cimentada en el valor de la justicia, esa nueva formación puede proponerse desde  formas de ser más simples o complejas, dimensionadas en el mundo de la vida como propone la Pedagogía crítica, con nuevos valores de equidad, que aún están por construirse en la responsabilidad de la convivencia cotidiana con responsabilidad colectiva,  no cabe  duda de que es posible lograrse una nueva fotografía, pues ya se han padecido momentos de crisis económicas, sociales, políticas y culturales con la gran guerra mundial de 1914 al 18, y la segunda de los años 39 al 45, desplegándose de estas relaciones de tensión en el abuso de poder, la tercera guerra mundial, denominada  guerra fría, todo en el tono de la competitividad de proyectos de vida socialista y capitalista -en apariencia-, resultando hegemónico el capitalismo insano y perverso como ‘una necesidad también de apariencia voluntaria’, por representar en esencia la síntesis de todas las formas anteriores de explotación con violencia -no había otra forma de conducirse-, a partir del surgimiento de la propiedad privada de medios productivos, ya referida.



[1] Vid. Carlos Antonio Aguirre Rojas. Antimanual del mal historiador o cómo hacer una buena historia crítica. La Vasija, México 1999. p. 12.
[2] Vid. Escalera Jeannette. La educación en Platón como proceso de humanización. El Grito que se perdió en Grecia. Editorial académica española, 2011. p. 27.
[3]  El término hegemonía deriva del griego eghesthai, que significa "conducir", "ser guía", "ser jefe"; o tal vez del verbo eghemoneno, que significa "guiar", "preceder", "conducir", y del cual deriva "estar al frente", "comandar", "gobernar". Por eghemonia el antiguo griego entendía la dirección suprema del ejército. Se trata pues de un término militar. Hgemone era el conductor, el guía y también el comandante del ejército. En el tiempo de la guerra del Peloponeso, se habló de la ciudad hegemónica, a propósito de la ciudad que dirigía la alianza de las ciudades griegas en lucha entre sí. El concepto de hegemonía es de los más abarcativos para el esfuerzo transformador humanizado en la pedagogía crítica de Antonio Gramsci, concepto resignificado de forma concreta de la teoría leninista.
[4] Vid. Teivo Teivanen. Pedagogía del poder mundial. Relaciones internacionales y lecciones del desarrollo en América Latina. Estudios para el Desarrollo y la Participación CEDEP, Lima Perú, 2003. p. 3.