Thursday, November 1, 2018


EL PODER POLÍTICO HUMANITARIO FRENTE AL CAPITALISMO DEPREDADOR.

Sandra Cantoral.

La conciencia de sí mismo como sujeto histórico va constituyéndose en épocas distintas de madurez humanitaria, de acuerdo al grado de consciencia social, al conocimiento adquirido, a la experiencia acumulada y  la intuición del porvenir, que es un sentimiento casi artístico; es decir hablamos del sujeto particular y universal, en sus necesidades e intereses de sobrevivencia existencial en sí y de sí y, ahí  se ubica la existencia también del otro que no soy yo, pero que a la vez me comprende, como un individualcolectivo (Cantón)  en las relaciones de PODER POLÍTICO humanitarias; pero que están ensimismadas aún en alguna época de su vida, y que son inconscientes en el sujeto, hasta que éste se responsabiliza como un sujeto educativo  independiente con cierta madurez de sí.

Cuando aparece el  entendimiento, inicia a saber de su pensamiento y de sus acciones con una cierta pertenencia de clase intuitiva: por eso existen periodos en el desarrollo del hacerse humano, en etapas del comportamiento del poder político-filosófico que van dando cuenta del tiempo real del sujeto particular y universal como una sola temporalidad de su época existencial, dentro de la hegemonía del poder político humanista y del abuso de poder depredador, en su dialéctica de identidad histórica en  la lucha de clases, que en momentos se confunden uno con el otro, porque no existen ejemplos significativos que marquen límites y responsabilidades humanitarias frente al poder político depredador, que es hoy hegemónico, utilizando para ello principalmente la distorsión de los medios de comunicación de masas, nacionales e internacionales, no por algo en México han asesinado a tanto periodista en los últimos años. Pero tengamos presente que existen miles de periodistas anónimos que toman la imagen y ya está en las redes sociales informándonos. Así es de magnífico el trabajo científico, tecnológico, artístico, cibernético de robótica y humanista. Ya no se puede tapar el sol con un dedo.

Tratando de ser ilustrativos, se menciona el periodo humano de 3 a 6 años de la primera  infancia (totalidad política concreta, que se asemeja a las distintas épocas de la humanidad); en este proceso de historicidad social, del sujeto histórico, en donde es posible en todas sus  dimensiones valorarnos dentro de estas dos grandes culturas entre dominados y dominadores a partir de que existe la PROPIEDAD PRIVADA de bienes de producción arrebatados en la explotación del hombre por el hombre, como lo plantea científicamente Marx.

Así la expresión existencial del sujeto la referimos en estos comportamientos: la anticipación de consecuencias; el saber escuchar al otro; el poder hablar con un vocabulario básico; tomar turnos para hacerlo y cuestionarse los porqués de algo. Inician los enunciados que empiezan con la palabra “todos”; los enunciados que empiezan con la palabra “cada”; el respeto hacia los otros; la construcción sobre las ideas propias y la de los demás; la auto-corrección; la consideración sobre otros puntos de vista; el distinguir las contradicciones o las oraciones de “si…entonces”, es decir se va poniendo el ego del sujeto en perspectiva, en relación con su producción material, no como algo mecánico sino dialéctico en la historicidad del hacerse humano.

En ese despliegue de las distintas épocas recorridas de acuerdo a su forma y sentido de producción, a saber distinguimos: comunalidad primitiva, esclavitud, feudalismo, capitalismo y socialismo existente, este último en la mitad del globo terráqueo al menos, lo que ha sido vivido como experiencia de tránsito entre el capitalismo y el socialismo, que puede dar pie al proceso de la sociedad comunista humanizada, que aún se encuentra entre una conciencia en sí y de sí, en la dimensión universal y particular en la época del Siglo XXI de dicho sujeto histórico, esto se sugiere valorando el contexto de la lucha de clases en la dialéctica de la identidad del poder político y de su abuso, por supuesto estas etapas de desarrollo de la humanidad no son lineales, sino que se desarrollan según la madurez de un contexto socio-cultural, que propicia mayores agudezas de reflexión y de acción de derechos humanos enaltecidos.

La figura de sujeto individualcolectivo (Cantón) aún está en una dimensión de sí, porque va expresando  la relación humana en este sentido de pertenencia de clase trabajadora comprometida con un interés histórico, de acuerdo a la  autenticidad que está en el  entorno del sujeto, constituyéndose  en el acompañamiento por medio principalmente de los afectos transmitidos en el proceso de formación del sujeto; y así poco a poco concibe que “lo que le pase a él o ella de forma particular, nos pasa a nosotr@s colectivamente, y lo que nos pase a nosotr@s en lo colectivo, le pasa también a él o ella, ubicándose el límite del respeto a sí mismo que es el otro yo, cobrando consciencia el sujeto educativo de esa historicidad social colectiva o individual, como totalidad política concreta de manera paulatina”, sin que ello sea claro aún, en la definición de clase, asumida proletariamente por el sujeto educativo consciente, valorada como una necesidad histórica explicita, y no nada más de manera intuitiva o implícita.

Sin embargo como es un proceso en la constitución de la conciencia del sujeto, se ve cómo esta articulación histórica de la existencia humana va madurando de forma autónoma y da cuenta de la IDENTIDAD DE CLASE en germen, la cual tiene que ser educada con un sentido de PODER POLÍTICO intencionadamente humanitaria, en los procesos de APREHENDIZAJE  por medio del ejemplo, esa es la forma más auténtica de transmitirse, justo en la táctica de saber gobernar el comportamiento para ser consecuentes con la táctica de la acción proletaria posteriormente, no es muy complejo de entenderse -sin estructurarse como un dogma-; sino por el contrario comprender y ser tolerantes en el orden de la identidad del poder político, es decir del escenario de la lucha de clases del sujeto histórico-educativo, despertando a la lucha política, que sea capaz de propiciarse en los entramados de la Teoría Pedagógica Crítica contemporánea.

Teniendo claro que no todo lo que se enseña, necesariamente se aprehende, del mismo modo que lo que no se sabe, no se puede enseñar, pero lo que bien se aprehende, se enseña como algo natural y significativo en la acción comunicativa del sujeto histórico -como lo plantea Habermas-; o como algo intencionado y potenciado con un método, es decir en el mandar obedeciendo que se desarrolla a través de la PALABRA generadora, ya resignificada; es decir, la más virtuosa y comprometida con la transgresión a la hegemonía del PODER político capitalista, síntesis hoy de todas las formas de explotación anteriores; porque se va sintiendo en el TIEMPO REAL DEL SUJETO EDUCATIVO, para lograr acabar con la explotación inhumana del hombre por el hombre, en ese abuso de PODER POLÍTICO de la lucha de clases.

Esta lucha milenaria desde que existe el arrebato de bienes en propiedad privada en el proceso de producción y acumulación de capital, no se puede explicar con palabras teórico-conceptuales aún, como algo generalizado en una consciencia para sí humanista simplificada,  pero sí se logra en esa lucha del entorno histórico social constituyente del sujeto particular o global; ahí  se va reconociendo el sujeto educativo  como un sujeto histórico integral con todas sus contradicciones posibles; es decir esencialmente con dignidad para UNIRSE libre y voluntariamente a esa integridad física, moral, espiritual e intelectual de todos los iguales en el trabajo PRODUCTIVO, y así PODER diferenciarse políticamente de los extraños para distinguir el comportamiento histórico-social de ese  abuso de poder político, comprendiendo el sentido de su historicidad social, cuando se inician los juicios de valor, con una mirada en la Pedagogía Crítica Multicultural planetaria, como campo abierto de conocimiento educativo para reafirmar la IDENTIDAD DEL SUJETO HISTÓRICO en el presente siglo XXI globalizado.

Es  pertinente  mencionar el periodo de 6 a 7 años como proceso educativo particular y universal en la humanización del sujeto que denota el tránsito de una conciencia en sí y de sí; en la DIALÉCTICA DE LA IDENTIDAD DEL PODER POLÍTICO de tal época histórico-social, tanto universal como particular del sujeto educativo, esta fase de desarrollo humano en su hegemonía, político-filosófico se caracteriza porque, el infante  (totalidad política concreta) inicia a hacer distinciones; puede distinguir lo que es la ambigüedad o la detección de similitudes; PUEDE cuestionar el sentido de la inclusión o exclusión; PUEDE descubrir y hacer conexiones y relaciones cada vez más profundas con oraciones básicas de lógica política, en donde infiere ¿qué se sigue de…?, y por lo tanto puede anticipar consecuencias de sí, desde su concepción en sí, dentro de la lógica del poder estatal, que en las apariencias fantasiosas de la burguesía, se muestra como un ente eterno y benigno, cual si fuese divino como la propiedad de medios de producción que defiende por las ganancias que le reditúa la explotación del y la trabajadora.

Karl Marx en su obra filosófica,[1]  expresa que “…el Estado es un producto de la división de la sociedad en clases, un instrumento de consolidación, de mantención y reproducción de la dominación de una clase determinada. Esta es la tercera tesis central del materialismo histórico. El Estado no es consustancial a la ‘sociedad organizada’ o a la ‘civilización’ en el sentido amplio del término. No existió desde siempre. No existirá siempre. El análisis de los orígenes, el desarrollo específico y la desaparición posible del Estado es una de las principales contribuciones del marxismo a las ciencias de la sociedad”.[2]

Por ello Marx, plantea acerca del comportamiento cultural del capital, o lo que es lo mismo la IDEOLOGÍA BURGUESA; que el hombre siendo la síntesis  más compleja del universo -lo que resignifica de la dialéctica hegeliana-, no ejecuta acciones innecesarias, ni desarrolla su capacidad  creativa sin que medie algo que lo mueva,  lo que  hace más difícil el saber sobre  sí mismo; de manera que tiene que existir una necesidad social que lo integre a todo lo que  históricamente  él ha estado generando como humanidad en sus diferencias civilizatorias y culturales, a través del dominio, la exclusión, las formas de organización de la producción, el consumo, la distribución y el cambio -dice Marx-.

De manera que, así como el racismo y la pertenencia en las relaciones de poder político, social, militar, colectivo, grupal o individual de la conciencia simple en sí y de sí meramente en su dimensión existencial nada más, hasta que el sujeto histórico-educativo, va teniendo control de estas expresiones de su existencia subjetiva, y se asume con toda su carga afectiva a la lucha amplia de emancipación revolucionaria objetiva, con base en la disciplina y el profesionalismo, teniendo claridad, de cómo  el PODER POLÍTICO puede explicar al poder social PARA SÍ, superior al poder existencial, al poder militar, al poder cultural o al poder educativo, entre muchas otras expresiones del PODER humano, en su expresión más plena que es el PODER POLÍTICO de defensa de la paz y el trabajo equitativo para la humanidad del planeta tierra en el presente siglo XXI.

Este poder político para sí humanitario, reflejará nuestras capacidades de  defensa de derechos y de principios básicos de la humanidad entera para saber gobernarse por sí misma en unidad planetaria, diluyendo la división de clases sociales, entre la cultura burguesa y la cultura proletaria, que aún es la síntesis del sentido de explotación con la injusta aparición de la propiedad privada de medios de producción, sustentada en el hurto, el asesinato y el despojo a lo largo del proceso educativo o de deshumanización, como expresa Freire en la Pedagogía Crítica cuando no existe diálogo alguno que medie el respeto y el amor al prójimo.

De modo que el PODER POLÍTICO humanitario, que es el más abarcativo de los poderes, se refería a la experiencia y a la memoria cultural o ideológica ahí constituida y expresada en los pensamientos, lenguajes y  formas de vida que tienen los  pueblos específicos en esta temporalidad moderna[3] y constituyente en los entramados críticos del materialismo histórico.

El marxismo, o en su acepción científica denominado Materialismo Histórico Dialéctico como producto que su época propone: el proceso que conlleva tener que  hacerse un ser humano a través de las mediaciones de la formación cultural dominante, en la relación de libertad y de pertenencia de clase, es un largo proceso de transformación social y particular, de acuerdo al grado de consciencia asumido en la defensa de la tradición y la continuidad revolucionarias, en el sentido de la interpretación burguesa, la cual “cree” que “el capital es un elemento necesario del proceso laboral humano en general, abstracción hecha al margen de toda forma histórica del mismo.

“Porque  la clase dominante hace creer, que el capital es algo eterno y condicionado por la naturaleza del trabajo humano. Igualmente se llega a la conclusión de que, como el proceso de producción del capital es en general un proceso de trabajo, el proceso de trabajo en cuanto tal, es el proceso de trabajo en todas las formas sociales, por lo que es necesariamente un proceso de trabajo del capital”[4]; de tal manera que el sujeto histórico asalariado, en la lógica capitalista, reduce las capacidades del trabajador, para que supuestamente, de manera autónoma y colectiva se satisfaga y se realice socialmente en la satisfacción de necesidades humanas básicas; pero no es así, sino que la clase trabajadora, queda limitada en su ensimismamiento cosificado, ya que “no es el obrero quien emplea los medios de producción, son los medios de producción los que emplean al obrero... como esfuerzo, como gasto de fuerza vital, el trabajo es la actividad personal del obrero. Pero en cuanto creador de valor, implicado en el proceso de su objetivación, el trabajo del obrero es, apenas ingresa al proceso de producción, un modo de existencia del valor del capital, incorporado a éste.

Esta fuerza conservadora de valor y creadora de nuevo valor es, en consecuencia, la fuerza del capital y ese proceso se presenta como el proceso de autovalorización del capital o, por mejor decir, del empobrecimiento del obrero, quien el valor creado por él lo produce al mismo tiempo como un valor que le es ajeno”.[5]

Por las razones expuestas, la transgresión del orden hegemónico establecido,  se enfrenta con una estrategia planeada, acuñada en un  espíritu de coraje y de resistencia individualcolectivo (Cantón), que da cuenta de las razones necesarias concretas en los vínculos del poder y del abuso de poder político, por medio del LENGUAJE  SIGNIFICATIVO, que implica la lógica, la razón y la eticidad del sujeto histórico que se va acuñando, necesariamente por medio del ejemplo cultural, siendo en sí  uno y lo mismo el sujeto y su historicidad hegemónica.

La hegemonía capitalista, pasa por distintos procesos de acercamiento del mundo real,  y también  de lejanía en la observación, la reflexión, la interpretación significativa y la asunción del sujeto histórico educativo, en  la superación colectiva de esa dificultad que conlleva implícitamente su sentido de clase de pertenencia, en el ¿qué hacer? que siempre tiene un LÍMITE en el proceso político educativo, que es el PODER POLÍTICO humanitario para construir y contribuir en   la ley de consulta amplia a través de esa UNIDAD, como es la asamblea familiar, escolar, en la calle etc. etc. No importa que se comprenda la necesidad de la unidad humanitaria, desde el arte, la familia, los medios de comunicación, la escuela, la biblia, la poesía, el canto o demás, no somos excluyentes sino incluyentes para la equidad y justicia social nacional e internacional planetaria, principio de la Pedagogía Crítica Multicultural.

La UNIDAD en el contexto posible inicia a probar sus intuiciones, de cómo se  arriesga  la muerte-vida-amor revolucionario-muerte-vida…, hasta lograr un dominio conceptual profesional del asunto; por eso es tan importante la capacidad dialógica crítica, con base en la educación política, religiosa, artística, corporal, auditiva o técnico-científica, para comprender los significados más simples y a la vez los más complejos de esa historicidad producida en tal educación política autónoma con capacidad para GOBERNARSE por uno mismo, justo  en la lucha por la conquista del PODER POLÍTICO humanitario, es decir, para ser reconocido como clase trabajadora, como uno más en su diferencia, sabiendo perceptiva y conscientemente  que todo tiene un costo en la lucha de la clase proletaria en contra de la explotación con un sentido del poder político en su raíz amorosamente solidaria que tiene que inculcarse en cualquier ámbito educativo, como es la familia, la escuela, la iglesia, los medios de comunicación o en la calle, lo significativo es sabernos gobernar de forma autónoma y responsable.

“En el sentido moderno, la VIDA POLÍTICA humanista es el escolasticismo de la vida popular. La monarquía es la expresión perfecta de esta alienación. La república es su negación dentro de su propia esfera. Es evidente que la constitución política como tal no es desarrollada sino allí donde las esferas privadas han adquirido una existencia independiente. Donde el comercio y la propiedad agraria no son libres, aún no han llegado a ser independientes, también la constitución política no lo es. El medioevo era la democracia de la no-libertad”,[6] desde esa conciencia en sí y de sí en las relaciones de poder es importante hoy tomar consciencia de forma libre y responsable de nuestras capacidades humanitarias para aprehender a ser felices y amarnos a través del ejemplo, lo cual está construyéndose actualmente en este momento de crisis de futuro que tiene en diabólico capitalismo, como forma de acumulación de riquezas a costa de la explotación del hombre por el hombre, o de la mujer por la mujer, igual es el caso.

Por eso la relación de PODER  POLÍTICO humanitario es una capacidad que se gesta, se desarrolla, madura y florece como potencialidad integral  del sujeto educativo en este siglo XXI; que abarca todos los sentidos racionales humanos en cada momento de su despliegue en ese tránsito en sí y de sí, tanto físico, intelectual como moral en el contexto de la lucha de clases que se va asumiendo por medio del ejemplo político de unidad, consciente o intuitivo, de esas dos expresiones culturales entre dominados y dominadores, resignificándolo en la hermenéutica analógica del ethos barroco[7] en su propio tejido cultural.

El ethos barroco, referido al carácter del sujeto histórico, da cuenta de sus  formas de reproducción  matizadas, que abarcan distintas dimensiones del comportamiento humano en actitudes y aptitudes concretas, de esa totalidad política allí expresada-expresándose, desde el acto más simple hasta el más complejo entre lo particular y lo universal acontecido en el mundo real, en esa  dialecticidad histórica  del hecho educativo o de humanización;  hasta comprender el sujeto educativo su temporalidad espacial política, en sus múltiples determinaciones posibles infinitas y finitas, sucediendo estas últimas  sólo en el pensamiento humano, lo que puede tener sentido desde la Teoría Pedagógica Crítica Planetaria.[8]

Tales determinaciones de temporalidad espacial política en el sujeto histórico-educativo,  también responden a un proceso evolutivo  del contexto de su totalidad orgánica  concreta, con nombre y apellidos precisos, como puntos de intersección particular y universal del horizonte amplio de valores y de virtudes de la PRODUCCIÓN histórico social; de tal manera que en esa síntesis del poder hacer, poder pensar, poder luchar y poder vivir, todo ello es una vida política con un gran arcoiris, como FORMAS DE COMUNICACIÓN HUMANA en cualquier espacio y tiempo de la historicidad del sujeto educativo; así éste  se forja desde la infancia un carácter político en la defensa de los derechos más elementales en su UNIDAD y en su DIFERENCIA como clase proletaria para sí, que se acuerdan a través del diálogo y de la comunicación FRANCA Y ABIERTAS cara a cara internacional, por medio de un proceso educativo político muy sensible y respetuoso, honesto, solidario y de gran fraternidad humanitaria.

Este gran proceso educativo que está en ciernes aún, pero del cual se habla cada vez más es necesariamente afectivo y comunitario, es decir se funda en una conciencia en sí y de sí humanizada y humanizándose en la dialéctica de la identidad del poder político en la lucha de clases, hasta constituirse en una consciencia para sí revolucionaria para la UNIDAD de la paz y la felicidad nacional e internacional, con un trabajo productivo y equitativo, en donde el paraíso en términos simbólicos, equivale a terminar con la PROPIEDAD PRIVADA DE MEDIOS DE PRODUCCIÓN, CON LA EXPLOTACIÓN DEL HOMBRE POR EL HOMBRE y con LA LUCHA DE CLASES, porque las clases sociales ya no existirían, desde este poder político emancipatorio, del que da cuenta la lucha de clases histórica para enfrentar nuevas contradicciones, pero ya no las que causa la EXPLOTACIÓN del sistema capitalista depredador.

En este sentido sobre las premisas de la dialéctica del PODER POLÍTICO humanitaria en la lucha de clases entre el amo y el esclavo, concluimos que este sentimiento de desigualdad se va encarnado en el sujeto en sí, en ese tránsito a saber de sí en su inmediatez existencial, pero se  diluye como un momento preciso del despliegue de su propia historicidad social,  en esa existencia  de la propiedad privada de medios de producción del contexto histórico-social, lo cual se capta con valores confusos de pertenencia de clase entre propietarios y desposeídos, a pesar de que  el origen de la propiedad privada data, desde el tránsito  de  finales de la comunidad primitiva, por eso fue necesario  el surgimiento del Estado Esclavista, aproximadamente en el año 3,000 antes de esta era como es registrado por los historiadores.

Sin embargo, el sujeto histórico en general, no  tiene consciencia de cómo afectó la existencia de la PROPIEDAD PRIVADA en las relaciones de poder político y de abuso de poder político entre dominados y dominadores, pero tampoco le interesa en la educación enajenante hegemónica saberlo; desconociendo que la existencia de la propiedad privada, se funda injustamente en el despojo y en la violencia con temporalidades diversas en el  mundo, por eso esta propiedad privada de medios de producción en la identidad del poder político humanista, tiene que ser abolida, para destruir la violencia, la explotación, la corrupción, la discriminación, el prejuicio y el dogmatismo que caracteriza a la fase capitalista de producción, síntesis de todas las formas de injusticia social anteriores.

Dicha fase de la historicidad esclavista/capitalista en las relaciones de producción, representa la primera y quizá última forma de explotación y de despojo del hombre por el hombre, a través de la VIOLENCIA RADICAL, es decir, por medio del hurto, el exterminio, el asesinato y la rapiña para acaparar la propiedad de  lo producido y, que hoy en día lo ocupan las drogas y las armas para las guerras y los pretextos de despojo para atropellar con los golpes blandos contra la soberanía de las naciones que están según Trump, en su patio trasero, cuál, sí ese, el del gobierno de los Estados Unidos; así toda producción humana se revierte al beneficio social, que vuelve a servir como medio de producción al poseedor de dichos medios monopolistas imperiales, usurpando así su trabajo a las  poblaciones a la luz de todas las miradas hoy en día con gran impunidad, como crímenes de lesa humanidad que las mayorías aún no tienen consciencia de ello.

Hoy se exalta esta violencia acumulada, para no confundir el fenómeno con su esencia; para reconocer en términos educativos, cómo esta relación infernal se va acuñando en el cuerpo del sujeto desde el tránsito del sujeto en sí, al sentirse sujetado por las cosas que le dan sentido de sí ególatra o egoísta, en las dimensiones de conocimiento del proceso educativo, entiéndase, en la construcción social de valores humanos que aún no tienen forma de sostenerse.

En este sentido, véase cómo la relación de producción con tales realidades de crueldad, se  capta por todos los sentidos desde los primeros años de infancia en la constitución psíquica-afectiva del sujeto, lo cual es una condición material objetiva en la sociedad, por eso es importante tener una mirada pedagógica sobre ello, en el contexto constitutivo de la identidad del sujeto en el horizonte de la  lucha de clases para impulsar al sujeto a saber gobernarse con base en una consciencia de orgullo prole para sí, que lo hará madurar como un sujeto con PODER POLÍTICO HUMANITARIO, éste es el que hoy en día necesitamos como ciudadanos del mundo. Por ello el nuevo presidente electo en México anuncia cómo empezar una cuarta transformación: con la separación del PODER POLÍTICO con respecto al PODER ECONÓMICO y el PODER POPULAR. Habrá que ir construyéndolo entre todos y todas.

“La separación de los medios de producción del productor transforma su trabajo en trabajo asalariado, y a la inversa: el capital variable presupone al constante; la fuerza de trabajo como mercancía indica que su dueño ‘ha sido liberado’ de los medios de producción y que estos últimos han sido monopolizados por los compradores de esta fuerza de trabajo”.[9]

De modo que las relaciones de poder político del capital variable,  ahí invertido por el empresario monopolista, que es este capital acumulado  en sí, la fuerza del trabajador directo que se relaciona afectivamente, con su historicidad existencial en sí y de sí, pero en la existencia más primitiva del ser, que por supuesto, el sujeto percibe, pero no lo puede explicar con conceptos que correspondan con la realidad concreta, en su dimensión de clase trabajadora sino que se fijan como traumas, miedos y frustraciones, principalmente por medio del  entorno familiar y social más amplio; comportamiento humano-inhumano implícito en su historicidad dialéctica, pero que no se hace explícito en el proceso de humanización o educativo con un método científico crítico y con un seguimiento disciplinado para que las sociedades y los pueblos organizados aprehendan a gobernarse y a producir lo que se comen, sin tener que vender su alma al diablo monopolista, es decir, el capital.

De tal suerte que esta historicidad en sí y de sí en el sujeto, se encuentra en conjunto con el capital constante que es la inversión en maquinaria o infraestructura necesaria, -producidos tales instrumentos de trabajo, también históricamente por el propio trabajador(a), pero estos instrumentos les son ajenos-; de manera que todo el proceso de trabajo o educativo individualcolectivo (Cantón) tiene que ver con la lucha de clases, desde la existencia de la propiedad privada de medios de trabajo o de producción de dicho proceso educativo, que no es lo mismo que la propiedad común o personal más cercana del sujeto, por lo que su trabajo ya enajenado, se vuelve un comportamiento mecánico de asociaciones análogas simples, desde la concepción hegemónica del abuso de poder político.

Las formas de explotación y humillación, van encajando en la ESTRUCTURA SUBJETIVA y OBJETIVA de la mentalidad y COMPORTAMIENTO social del sujeto educativo en sus RELACIONES DE PODER POLÍTICO humanistas e inhumanamente indiferentes, que se complican y se mezclan subjetivamente con la sensiblería burguesa en la intersubjetividad proletaria, impidiendo o dificultando su propio proceso de emancipación histórico-social, de forma organizada, en la expresión de la cultura proletaria multicultural que día a día se está construyendo en el mundo, dado el grado de degradación, violencia e injusticia cotidiana en el sentido físico, ético-moral y espiritual; porque el sistema capitalista de explotación ya no tiene futuro, habrá que reflexionarlo con bolitas y palitos desde el jardín de infancia.

Por ello el presidente Nicolás Maduro de Venezuela hoy opina que:
El Mediterráneo se convirtió en una inmensa región de necesidad, de crisis, que no van a poder parar hasta que no se priorice la inversión en educación, en salud, en trabajo, en vivienda y en vida para los pueblos...
El mandatario subrayó que para superar una crisis humanitaria migratoria, es necesario que se respete la soberanía de los pueblos del mundo...

En cuanto a la caravana de migrantes hondureños que van hacia EE.UU., el presidente Maduro indicó que esas personas van en búsqueda de una esperanza y acotó que la crisis en Honduras comenzó cuando en 2009 hubo un golpe de Estado contra el jefe de Estado Manuel Zelaya….

Desde ese momento comenzó un proceso de crisis de descomposición en Honduras y ahí vemos miles de hondureños con su familia caminando kilómetros y kilómetros para buscar alguna esperanza de vida en EE.UU.", cuestionó.





[1]Consúltese. Marx, Karl. Manuscritos económico-filosóficos de 1844. Ed.                                     Grijalbo, México, 1968.
[2]Vid. Mandel, Ernest. El lugar del marxismo en la historia.  Ediciones y Distribuciones Hispánicas, S.A. de C.V., México 1986. P. 20.
[3] Obsérvese que la obra político-filosófica de Karl Marx “fue un trabajo meticuloso en extremo. No fue el resultado de haber leído dos o tres libros. Haberse topado con una inspiradora idea y haber salido ante el mundo ufano de haber creado un novedoso sistema de transformación social. La cimentación que emprendió Marx tardó décadas. Cualquiera que abra un tomo de El Capital se dará cuenta de la magnitud de la labor, la cantidad de obras y escritos consultados muestran que no se dejó ningún detalle a la especulación. Desde obras clásicas de los autores griegos, pasando por los principales representantes del socialismo utópico fancés; de la filosofía clásica alemana; de la Economía Política Clásica inglesa, hasta los últimos informes de la Banca Británica. La búsqueda, pues fue exhaustiva”. Vid. Valqui Cahi Camilo (Coord.) El pensamiento de Marx en los umbrales del siglo XXI. Ed. Comuna, Universidad Autónoma de Guerrero. México 1995. P. 246.
[4] Consúltese. Marx, Karl. El capital. Libro I capítulo VI (inédito). Ed. Siglo XXI, México 1983. P. 10.
[5] Cfr. Marx, Karl. El capital. Libro I capítulo VI (inédito). Ed. Siglo XXI, México 1983. Pp. 17 y 18. Apud. “El obrero se empobrece tanto más, cuanto más riqueza produce... Con la valorización del mundo de las cosas aumenta, en relación directa la desvalorización del mundo de los hombres... El objeto producido por el trabajo, su producto, se le enfrenta como un ser ajeno, como un poder independiente respecto del productor” (Ökonomisch-philosophischen Manuskripte, en K. Marx. F. Engels. Kleine (jkonomische Schriften, Dietz Verlag, Berlín, 1955. P. 98).
[6] Cfr. Marx, Karl. Crítica de la filosofía del Estado de Hegel. Ed. Grijalbo, México 1968. P. 43.
[7] Vid. Blanco Beledo, Ricardo. Hermenéutica analógica y cultura contemporánea. Editorial Torres Asociados, México 2009. “La cultura entendida como un proceso de eticidad implica -dice Hegel- que el movimiento de ‘el espíritu tiene que progresar hasta la conciencia de lo que es de un modo inmediato, tiene que superar la bella vida ética y alcanzar, a través de una serie de figuras, el saber de sí mismo. Pero estas figuras se diferencian de las anteriores por el hecho de que son los espíritus reales (reale), auténticas realidades, y en vez de ser solamente figuras de la conciencia, son figuras de un mundo’ Apud. en Hegel, G.W.F. Fenomenología del espíritu. Ed. FCE, México 1993. Tr. Wenceslao Roces, P. 96. En el ensayo:   Hermenéutica, Ethos Barroco y Educación. Sandra Cantoral Uriza. P. 173.
[8]  Max Horkheimer, emplea  y elabora la formulación de la teoría crítica, para representar a la principal teoría de la Escuela de Frankfurt, posterior a la primera guerra mundial, en donde se recuperan varias interpretaciones y reinterpretaciones del marxismo, lo que implica un cambio histórico-social para la sociología del conocimiento, al realizar una crítica severa a la razón instrumental ilustrada.
[9] Vid. Rozemberg D.I. El capital de Carlos Marx, comentarios al 1er. tomo. Ed. Cultura Popular, México 1979. P. 169.