Saturday, September 29, 2012

Matemática Educativa: Sandra Araceli Cantoral Uriza


Una batalla estratégica para el pueblo

Felipe Cuevas Méndez
Miembro del Partido Comunista de México

El pueblo venezolano está en las calles vistiéndose de rojo, defendiendo su proyecto, en el frenesí y la alegría de la lucha para continuar con el proceso revolucionario. Inmensas movilizaciones se suceden semana a semana para triturar toda incertidumbre respecto de su decisión, la marea popular sube de tono, condena al imperio, al capitalismo, a las clases explotadoras, a los majunches y cipayos.
Mientras que en su campaña electoral la política burguesa venezolana construyó un esquema adaptado a su condición de filial imperialista, recordemos que ahora con aquello de la globalización la clase burguesa define sus intereses “globalmente”. Reparemos en una síntesis de sus tropelías: Falsificó la unidad de sus partidarios para aparentar un frente de choque contra el pueblo y el gobierno bolivariano; sin morderse la lengua invocó la existencia de una dictadura que le limita sus deseos de clase; empleó el proceso electoral como negocio con grandes redes de financiamiento y servicios de campaña; proyectó un programa neoliberal que luego tuvo que engavetar hasta su tentativa aplicación; creó un cinturón sanitario en cada acto proselitista para controlar un exiguo público cautivo; llevó intimidación y violencia a donde quiera que se presentaba su candidato; se negó a reconocer su condición de clase en minoría; desconoció la flagrante contradicción y farsa entre su discurso progresista y sus intenciones retrógradas; desvirtuó los intereses populares para hacer trueque con el “respeto a la gran propiedad privada”, el afán de lucro y la explotación; sabedora de su derrota se dedicó a cultivar la perspectiva del intervencionismo, amenazó con la crisis social y la guerra; contra todo interés nacional no se cansó de predicar la vuelta al patio trasero de los gringos; recogió cada una de las provocaciones exteriores cual lineamientos sagrados.
De esta manera ante el pueblo descargó su frustración apuntalando la tutela yanqui como precondición de que dicha burguesía criolla sea nuevamente colocada para saquear al país a sus anchas, cumpliendo con el papel de reservorio de recursos, mano de obra barata, economía dependiente de los organismos financieros y mercado cautivo ante las críticas perspectivas del capitalismo mundial.
La oligarquía financiera internacional no podría estar más complacida por tan notable servilismo de la burguesía venezolana. El comportamiento de la burguesía, su candidato y sus fuerzas políticas se ciñe al nuevo rol que mundialmente rediseñan las grandes potencias en el entendimiento de máxima subordinación a su voluntad, aunque haya quedado fuera de contexto frente a los intereses y actuales condiciones sociales del pueblo. La clase capitalista en Venezuela no ha logrado separarse de su posición supeditada y sujeta a las grandes corrientes del capital internacional confeccionada en los Estados Unidos, no ha parado de expresar sus tendencias de dominación para el enriquecimiento ilimitado de sus managers y el propio en la medida de lo posible, pese a que trató de ocultar su ultra-derechismo, en esta campaña evidencia su convicción neocolonial.
Así también su inclinación a la descalificación se sostuvo en la incongruencia por el precario ofrecimiento de solventar los problemas del país mediante la aplicación de las medidas que son la fuente principal de sus males. Sus “soluciones” son la base de la problematización, basta con que recordemos cómo en lo económico se propuso continuar las pautas europeas sin importarle de la grave crisis por la que atraviesa aquel continente, y que sugirió ampliar la cobertura de vivienda destrabando su especulación. Para dotarse de refuerzos incentivó por doquier la crítica superficial a los problemas del país, respaldándose en sectores que por distintas causas –entre las que caben sus propios intereses en algunos casos, su vulnerabilidad frente a la calaña mediática, su descomposición social (bandas de criminales operando dentro y fuera de las cárceles de acuerdo con la agenda política), sus relaciones y aspiraciones (empleados atados a la autoridad patronal)–; su confusión, su manipulación, sus inconformidades o su descontento ante las limitaciones actuales, son susceptibles de engancharse al credo capitalista aunque tampoco encuentren seguridad en el programa neoliberal. La burguesía jugó hábilmente con el aislamiento del pueblo, con el divorcio de algunos de sus sectores en el entendido de que estos han subido en la escala social, que por tanto ya no tienen identidad alguna con un gobierno empeñado en políticas populares. De todo esto la política burguesa hizo una base social inestable con la cual pretende desatar y legitimar nuevas acciones desestabilizadoras sugeridas por su propia convicción y por las agencias imperialistas.
Tal punto de partida en la política de los explotadores es algo que se daba por sentado en la mayoría de los países. Mientras no se les restrinja su mandato o no exista un amplio movimiento popular que evidencie sus responsabilidades, a lo sumo pasa como un mal entre tantos, donde los pueblos quedan divididos e impotentes, sin comprensión de su realidad y el futuro que les depara. Apenas hace una década esa era una realidad imperante, no obstante la acción popular permitió arribar a una mejor visión de la situación del sistema y de su “gran política” descubriendo toda su especificidad al servicio del conjunto de relaciones dominantes, sus controles sociales y deseos de supremacía. Se nos rectificará que hay antecedentes, claro que siempre los hay, sin duda son de enorme importancia, lo trascendente aquí es que ha sido ante todo, la acción de millones de mujeres y hombres la que ha desentrañado fundamentalmente la naturaleza y consecuencias del accionar capitalista logrando paralizarlo o neutralizarlo en algunos escenarios. Por ejemplo, no hay que ser doctos para saber quiénes están detrás del conflicto chino-japonés, ni escarbar hasta el centro de la tierra para percibir los intereses imperialistas en Medio Oriente, ni mucho menos empantanarse en sesudas sesiones para contemplar el crucigrama de maniobras yanquis contra los pueblos de América Latina amén de conservar su dominio estratégico; todos estos aspectos saltan ante nuestros ojos, subrayan la ruptura con el mundo feliz que nos comunican a diario. Una mejor percepción viene del hecho de que existen pueblos laboriosos que se están entregando al combate, que resisten las provocaciones ubicando a sus enemigos de clase, desenmascarando todas sus manipulaciones frente a los riesgos de nuevas carnicerías y destrucciones que la crisis capitalista, los complejos industriales y todo el entramado económico monopolista le inspira a los supermillonarios.
A la burguesía venezolana le invade la sensación de estar perdiendo su bien más preciado, aún viendo crecer sus ingresos económicos, que con todo cinismo toma a la vez que vocifera contra la falta de recursos porque aspira a otra redistribución del gasto social, usando de pretexto el intercambio económico Cuba-Venezuela (servicios médicos por petróleo). Está inconforme y arrastra tras de sí a quienes anhelan y pueden convertirse en nueva burguesía mediante el recurso de las viejas políticas, remolca también a las viejas mafias políticas que tan fácilmente se le adhieren al ver amenazado su sistema de funcionariado. Su mayor preocupación no es crecer el país, u obtener recursos al precio de ampliar la producción y sus plantas; porque recordemos que no es de esta forma en que se consolidó en el poder, sino del doblegarse a las voluntades del gran capital internacional. Por ello la nueva situación en el país le provoca estupor, sabe por experiencia propia que incluso esto reanimará aspiraciones natas de una burguesía nacional, de nuevos sectores económicos privados o colectivos, y nuevos socios internacionales que le hacen contrapeso y competencia, que golpean en primer plano sus apetitos comerciales importadores e inflacionarios. Sobre todo percibe con claridad que aún en el marco social establecido, las clases explotadas van poniendo reparos y obstáculos (ley orgánica del trabajo, los trabajadores y las trabajadoras) a sus políticas económicas manufacturadas allá en el norte del continente.
Así como pierde este piso, pierde otros en su asimilación de la historia nacional y sur-continental. Para la burguesía nativa le quedaron los restos de la historia envilecida por los opresores, nunca más pudo apropiarse de Bolívar y sus valientes, no más pudieron manchar el nombre de las y los luchadores sociales, no más pudieron burlarse de las masacres, no más pudieron encubrir las conquistas populares más recientes, no más pudo maldecir de tierruos a sus esclavos asalariados, en este sentido su paquetazo sólo pasará enrareciendo el ambiento con su hedor de muerto sin poderse ejecutar, desenmascarándose a sí mismo como un programa de extrema necesidad sólo para las élites burguesas, no así para las clases trabajadoras. Ambiciona y hará todo por recuperar aquel paraíso perdido, o infierno –según nos legó la visión de Galeano–, bueno, su civilización, así deba cumplir el triste papel de testaferro de los consorcios internacionales; que bajo el remozado nuevo orden mundial imperial, es para lo que da su rol de clase “local” con sede en su retiro existencial de Miami.
Como la victoria de Chávez es inevitable y avasalladora, desde el principio de la campaña la burguesía, por su razón de clase, no tenía más remedio que dedicarse a fomentar en el papel y en su reducto mediático; la salida a una crisis social en la cual por los medios de siempre, logre recuperar su Estado y estatus. En el proceso de su decadencia, sus planes apuntan a que dicha crisis se haga realidad en el proceso post electoral, aprendió rápido de las experiencias de Irak, Afganistán, Libia y Siria sin importarle el sufrimiento que sus actos puedan causar a las mayorías, actúa bajo cuerda creyendo fervientemente en el favor de los yanquis, amenaza continuamente con esto. Se frota las manos de impaciencia por colocarse los reflectores con su característica reacción después del 7 de octubre para cantar fraude y hacerla de defensora de la democracia, la libertad y el progreso. Claro está cuenta con que el pueblo se retire de los escenarios y ella pueda crear una situación de sabotajes, intrigas, desestabilización social con sus huestes y de abierto intervencionismo imperialista. Pero la situación le va a estallar, será el pueblo en primer plano quien salga a defender y celebrar sus victorias aquí y en toda América Latina, si la burguesía decidió arriesgarlo todo, es el momento para subir el tono al proceso revolucionario. El plan “Che” del pueblo venezolano potenciará su movimiento, tiene unas conquistas concretas a las cuales amerita el impulso de su auténtico papel protagónico.
A nada ni nadie debe permitírsele que le arrebate al pueblo sus victorias, ni la burguesía ni las burocracias. Hay muchos méritos en la batalla de Carabobo, pero el peso fundamental cae en la convicción y decisión popular de mantener al comandante Chávez en el gobierno con el propósito de avanzar en su lucha histórica y garantizar un liderazgo salido de sus entrañas. Hace falta remover e impulsar nuevas relaciones sociales en todo el espectro de la vida del país, destacando la fe en las propias fuerzas y en su propia condición social, sin ello no hay marcha hacia adelante.
El capitalismo como sistema imperante cuenta todavía con grandes recursos, el Estado sigue siendo un Estado burgués, lo que es tanto como afirmar que seguimos en esencia bajo un país capitalista donde a la clase explotadora se le han propinado duros golpes. Las relaciones sociales de producción fundamentales están dominadas por el capital, las formas de relacionarse la sociedad continúan con los patrones de dominación y control burgués, la política burguesa cuenta con reservas de opresión eficaces, potencialmente nuevas formas de relación de dominación tienen posibilidades de desarrollarse en el seno del país. Si bien la correlación de fuerzas interna le es desfavorable de día en día, las derrotas a la burguesía le sirven de aliento para acciones más desenfrenadas “locales” y “globales”, a fin de recuperar sus posiciones y asediar a las clase laboriosas aislándolas de sus conquistas y liderazgos. De tal suerte que es primordial sujetarnos con fuerza a las perspectivas planteadas en la lucha por el socialismo y la consecución de nuevas victorias para extremar el desarrollo de fuerzas revolucionarias suficientes que impidan las distintas formas de ejecución de la política burguesa.
Existen propuestas concretas que ya comienzan a ponerse en marcha, desde la organización popular hasta la proyección del programa de la patria, su centralidad en manos del pueblo será garantía de consecuencia. El clamor popular de la campaña pone en observancia la cuestión del poder popular como forma específica de crear un Estado socialista, subraya el problema de que en tanto la propiedad de los grandes medios de producción y capitales pertenezca a la burguesía, será un peligro mortal e impedimento contra la construcción de una nueva sociedad –es verdad que no se debe asaltar la realidad, que deben acumularse grandes fuerzas para el propósito estratégico, aunque sea considerada una cuestión sujeta a tácticas o reevaluaciones de diverso género sociológico, el tema del poder político-económico no pierde su importancia estratégica para la edificación de la sociedad socialista–; este clamor  revalida que mientras la clase proletaria no se visibilice y eleve su papel dirigente, siempre mediarán intereses alternos pero sujetos a las dinámicas de una sociedad mercantilizada; atestigua que en tanto no se complete la organización revolucionaria de las y los explotados la resistencia de burguesa se mantendrá aprovechando nuestras debilidades, el clamor popular expresa también que es indispensable forjarnos una clara conciencia clasista y revolucionaria conseguida sólo con el esfuerzo conjunto de todo el pueblo.
Existen objetivos históricos trazados con toda claridad, debatidos por los sectores populares en una etapa de la campaña: independencia, socialismo, potencia económica, geopolítica antiimperialista y la preservación de la vida toda del planeta, así mismo sus objetivos específicos hablan de cómo concretar dicha perspectiva estratégica. Con todo y sus carencias (por ejemplo la ausencia de un discurso de género, falta de combate concreto al sistema patriarcal e impulso de la dirección de clase proletaria) o incongruencias (desarrollo de una burguesía nacional, fomento del desarrollo del mercado interno, entre más aspectos que no vienen al caso) necesario es apoyarse en su perspectiva de ruptura y aplicarlos multilateralmente. Serán insuficientes las fuerzas de un gobierno para su plena realización, serán inconsecuentes las actitudes pasivas, evolucionistas y burocráticas, por ello y más habrá que romper con las viejas estructuras de poder y control, es decir, del Estado burgués. Las relaciones sociales generales de dominación del capitalismo no han sido rotas definitivamente, todavía por medio de ellas es que se mantiene la existencia de clases sociales con antagonismos, a través de ellas se alimentan diferencias y conflictos, visiones encontradas y perspectivas diversas de las realidades y el horizonte venezolano.
Las relaciones sociales generales que el pueblo requiere para fundarse en la emancipación total, sin importar el orden y compás en que sean abordadas porque ello está sujeto a los contextos, correlaciones y condiciones sociales, ponen en primer plano:

·         La socialización de la riqueza y sus medios de producirla.
·         La democracia clasista ejercida desde abajo sin trámites estructurales por los cuales siempre se filtran relaciones de poder.
·         El desarrollo de las fuerzas productivas y culturales de las clases laboriosas.
·         La fraternidad como principio rector de la vida social.
·         La libertad e igualdad social.
·         El desarrollo de la personalidad y colectividad conscientes de su valor.
·         La redefinición social del concepto del ser humano.
·         El amor a la sociedad y a sus semejantes.
·         La pugna por el bien general y su elevación como requisito indispensable.
·         La solidaridad con los pueblos del mundo y el internacionalismo.
·         La ética y moral acordes a las relaciones colectivistas.

El trabajo venidero es mayor que la obra alcanzada, enriquecer la vida, llenarla de expectativas y crear un nuevo escenario social está en manos de las clases y sectores que componen el cuadro popular en Venezuela, la juventud, las mujeres, las clases trabajadoras, los militares patriotas, las organizaciones, los liderazgos. Nuevas relaciones sociales en el seno de la sociedad venezolana hacen falta hacia todas sus partes integrantes, lo importante es que se construyan al paso que se realizan los objetivos concretos en que se proyecta elevar al país subsanando los riesgos de ejecutarlos del modo tradicional y con los reductos de la política de la dominación. Para proponernos combatir el incentivo de la ganancia, la competencia y las tendencias al control social desde arriba, por ejemplo requerimos de relaciones sobre la base del deseo de resolver los problemas sociales a gran escala y en abundancia, sin que nada coarte la creatividad e iniciativa popular.
La lucha contra el capitalismo, contra la burguesía y contra la hegemonía financiera e imperialista es necesaria para vencer, el pueblo venezolano es un ejemplo en esta línea, cuenta con el respaldo de los pueblos del mundo, especialmente de Latinoamérica hacia donde es vital expandir la hermandad, por lo que debe hacer las cosas con sobrada conciencia de su papel y responsabilidad. La mujer, la juventud y la clase obrera son destacamentos muy importantes para afrontar los retos del socialismo, no pueden perder su concentración de la necesaria tarea social, las revolucionarias y revolucionarios junto con sus organizaciones tienen por su parte la obligación de fundirse en el pueblo para cumplir su papel. Otras clases y sectores populares están llamadas a concretar éxitos en el campo, en la educación, en las ciencias, la administración y otras áreas; debemos perseverar por igual, en cada ámbito hay tareas revolucionarias por cumplir. También es verdad que nuevos liderazgos a todas las escalas son necesarios para la labor que se propone realizar el pueblo, debe velar por estos, impulsarlos y mantenerlos en la firmeza de sus principios para que sirvan fielmente al interés colectivo. Nuevas formas de organización popular son igualmente indispensables para procesar y afirmar el poder de los explotados y oprimidos, para que no se pervierta sus intereses y queden atados a estructuras burocráticas de control sujetas a relaciones de poder.
Ante el 7 de octubre la batalla por el socialismo agiganta sus fuerzas a pesar de sus enemigos, la unidad patriótica se consolidó sin aparatajes ni tanta ceremonia, y pese a las relaciones de poder visibles en las élites políticas y estructuras; la identidad popular con su liderazgo quedó de manifiesto, al igual que resalta la importancia de la hegemonía estratégica de las clases productivas para la transición revolucionaria.

Thursday, September 13, 2012

¡Socialicemos lo producido con equidad¡




Hoy a inicios del siglo XXI, se  niega en la Teoría crítica el periodo ilustrado de mentiras burguesas y románticas desde sus dinastías divinas de privilegio y de confort a costa del trabajo explotado; por los desastres causados se propone en la reparación del daño, la Tolerancia que  debe el gran capitalista a una  Nueva Escuela autónoma comunitaria, capaz de autogobernar y crear sus propias leyes de vida, de acuerdo a sus necesidades vitales y creativas, por sus auténticos  intereses y necesidades de las mayorías -para lo cual se enfrentará todo tipo de contradicciones desde la organización comunitaria y colectiva-, es decir con una posición pedagógica crítica, integrando a la educación formal, la no formal y la informal, parece que esa será una tendencia inevitable en el presente siglo.
Lo que es preciso destacar, sobre la práctica de abuso de poder político de ilegalidad e ilegitimidad del Estado-gobierno nacional-internacional, es cómo ha sido  vivida hasta hoy  en un mosaico de  matices calidoscópicos ya desgastados por el fascismo del Estado de excepción, que se hace vigente en latitudes mexicanas, por ejemplo ante la carencia de un estado de derecho democrático del proyecto liberal pequeño burgués, el cual ha sido instrumentado por la oligarquía financiera internacional, presenta ideológicamente al mundo político  del  acto pragmático    imperialista mundial, como naturalizada su hegemonía.
Y la práctica docente transformadora, sigue sin denunciar, como tal hegemonía, sólo busca sus ganancias capitalistas,   olvidando y excluyendo la sabia cosmovisión indígena, a pesar de que ésta aún enorgullece a  Latinoamericana y al mundo entero, por lo que se requiere en los procesos de auto-reconocimiento, un esfuerzo contra-hegemónico a la lógica de este modo de producción capitalista, con una estrategia metodológica que denuncie las prácticas depredadoras del Plan Puebla Panamá, denominado también proyecto Mesoamérica, que se sustenta en la estrategia militar de la Iniciativa Mérida, para servir exclusivamente a  la neo-conquista de los pueblos que tienen riquezas naturales y de energéticos vitales, para volver a someterlos culturalmente a pesar de ser esas  grandes culturas milenarias, pero no reconocidas por su trabajo creativo comunitario en su resistencia histórica que persiste, porque actúan con juicios de valor integrales, en donde la cultura y la naturaleza significan cosas semejantes de su cosmovisión filosófico-política.
Por ejemplo se observa, en territorio mexicano  el colorido cultural de los pueblos de Oaxaca, Veracruz, Puebla, Guerrero, Chiapas, Yucatán, etcétera; a estas culturas la oligarquía financiera les tiene miedo, porque han aprehendido a vencer el miedo en algunas regiones de identidades locales, étnicas, culturales y territoriales con integridad educativa a través de la historicidad recorrida.
En este sentido  Tejeda aclara sobre la identidad occidental que “La presencia duradera de las tradiciones prehispánicas o precoloniales, que en varios países configuran la base de la identidad nacional. La ambigüedad del ser latinoamericano que nos hace copiar e imitar, a la vez que nos queremos alejar de un pasado que nos marca para siempre. La parte indígena de la vida nacional se ha puesto en marcha y ha dejado de estar escondida y negada. El auge de las identidades, conduce a movimientos autonómicos, y las réplicas de proyectos separatistas y segregacionistas. Los Estados nacionales se ven sacudidos por los efectos de la globalización, mientras desde abajo surgen reclamos autonómicos, que requieren respuestas integradoras desde la perspectiva nacional y regional. La identidad latinoamericana se pone en discusión como parte de los diversos niveles y ámbitos en que los individuos, o las colectividades y las naciones conforman identidades y diferencias”[1].
Así puede observarse el razonamiento o método de trabajo de la Pedagogía crítica como un todo intelectual y manual diverso del sujeto educativo contra la pasividad, el sometimiento y la apatía, con una postura dialéctica crítica materialista, es decir reconociendo la historia del trabajo ahí en esas condiciones hostiles humanizándose; también es vital resignificarlo como propuesta metodológica, en la hermenéutica analógica sustentada en la ciencia de la comprensión, así propuesta por Mauricio Beuchot[2], es decir en la interacción y comunicación dialógica, en este caso de la Teoría Pedagógica desde una posición crítica que abarque poder interpretar desde el sentido común hasta desdoblarse éste en una posición político-filosófica, capaz de “dar-se” valor humano creativo politizado, en contra de la lógica de explotación capitalista; para lograrlo habrá que hacer los puentes y mediaciones didácticas de la comprensión liberadora que agita dicha Pedagogía crítica con Otros lenguajes, como una idea construida en colectivo y con grupos minoritarios de excluidos y víctimas del sistema capitalista a través de la reflexión y estudio activo.
La propuesta de transformación revolucionaria que se está exponiendo,  implica entramados conceptuales que componen una totalidad histórica, es decir una historia particular y/o universal, de forma concreta en espacios y tiempos con nombres y apellidos de sujetos históricos verdaderos, desde ese registro histórico crítico, los cuales no pueden existir separados o desarticulados del conjunto de tal realidad acontecida.
Se tiene consciencia que en tal realidad existen un cúmulo de l miradas del sujeto educativo, como testigo ocular historizándose en una crítica de retroalimentación transformadora, de acuerdo con la mayoría de las necesidades diversas de esas amenazas violentas y constantes, que propicia la lógica de explotación capitalista, por lo que es necesario poder nombrar a los actores concretos para su transformación en Otra nueva escuela de la vida, reconociendo con precisión los saberes y conocimientos valorativos ahí acumulados. Pero ¿cómo reformar con nuevos sentidos la envidia y el egoísmo en tales contextos de desigualdad social desde la práctica docente transformadora?
Si un principio es, que tales necesidades de trabajo educativo, son espacios de conocimiento y de denuncia, dado que la denuncia es distinta a la crítica y la autocrítica, sin embargo cada momento instante es vital para ir  expresando un todo integral en las relaciones de poder político, que inciden unas en  otras permanentemente, por esta razón  los participantes  de la Teoría Pedagógica crítica, son considerados, según Paulo Freire, estudiantes activos para transformar-se en traductores de los procesos de enseñanza-aprehendizaje dialógica por medio de la escritura y la palabra generadora para una nueva alfabetización de la existencia humana.
Hoy se requiere abrir la fotografía de la formación sociocultural, cuestionando los sentidos diversos en múltiples dimensiones, es decir debatiendo con los ‘ciudadanos del discurso socialdemócrata por ejemplo’, siendo tolerantes con los valores de libertad, responsabilidad y legalidad, para no repetir nuevamente  crímenes de lesa humanidad -así nombrados hoy- que han sucedido a lo largo de la historia, y que han acontecido sin reparación del daño a las víctimas; ese es el verdadero reto para reconstituirse en una práctica docente con actitud transformadora y abolir las implicaciones que conlleva una actitud tradicionalista que también está encarnada históricamente en la estructura mental del sujeto educativo.
Así exalta Sandra Cantoral, en cuanto a esa reparación del daño, que: “…la estratificación ideológica en la comprensión del proceso de humanización o educativo, sólo sirve para distanciar y sostener incomunicada a la clase trabajadora en su negación sustantiva que se convierte en trabajo embrutecido…”[3]; en tal dimensión de amor a la vida revolucionaria transformadora es necesario por tanto, comprender  los entramados de una nueva actitud educativa crítica en múltiples espacios educativos, porque la crítica es superadora y agradecida, en cambio la denuncia, sirve para poner el límite preciso para  no volver a permitir una injusticia más en ese orden de cosas. Véase al respecto cómo:
 ““La palabra pedagogía viene del griego paidos que alude a niño y ago que refiere a conducir. Literalmente pedagogía alude a conducir al niño, tal es el caso de llevar el niño al parque o de llevarlo a la escuela, por ejemplo. Con el paso del tiempo, la palabra pedagogía se ennobleció para hacer referencia a la ciencia para educar al niño; para su formación, el bildung que alude Gadamer:
“La formación no debe entenderse sólo como el proceso que realiza el ascenso histórico del espíritu a lo general, sino también como el elemento dentro del cual se mueve quien se ha formado de este modo”[4]. <…>
Tener acceso a una generalidad, como elemento dentro del cual se transita, implica encontrar el sentido de uno mismo y de lo otro para ser Otro, además de la sensibilidad y el tacto; es decir, de la memoria histórica para tratar el Aula-Mundo-Tierra despojada, para revalorarla desde Otro estado de cosas humanizadas, es decir ya denunciadas en el proceso educativo, o proceso de trabajo de humanización política, captando la atención a través de la alegría y el entusiasmo frente a cualquier tipo de error para su esfuerzo de superación, para no caer en las mismas formas de terror históricas, disfrazadas de ‘democracia participativa’ -ese es un garlito de la burguesía que se tiene que superar-.
<…>En este sentido,  la palabra pedagogía se deriva así: pedagógica o pedagógico cuya raíz griega es el ped, que refiere al niño, el ago que designa conducir y el ico que nombra lo relativo a la acción de jugar. Como resultado, el origen etimológico de la palabra Pedagógico (a) se puede entender como lo relativo a la conducción o educación del niño.
Por otra parte, en el Diccionario de la Real Academia se indica que la palabra pedagógica o pedagógico es: “… lo expuesto con claridad que sirve para educar o enseñar”[5].
En el caso de la palabra propuesta viene del latín propósita, en donde pro significa a favor de o antes de y pósita que alude a posición. Literalmente, la palabra refiere a favor de una posición respecto a algo. Significado etimológico de la noción de propuesta que se puede definir como: la postura ante… o la postura a favor de...
Según el Diccionario de la Academia Española propuesta refiere a la noción de: “… una proposición o idea que se manifiesta y ofrece a uno para un fin…[6]. Por tanto, con base en lo significado por la palabra propuesta se puede decir que ésta alude a una postura a favor de algo para conseguir un fin que se manifiesta a uno o a muchos (resolver un problema, plantear un problema, defender con argumentos una opinión, contradecir fundamentando una postura, presentar un proyecto a una autoridad, un consejo, una junta, una academia, una comunidad científica o no científica, para que se examine y delibere si se procede con su aprobación, etcétera)””[7].
Por tanto aquella Pedagogía Crítica que intente transformar la práctica docente tradicionalista por otra revolucionaria y liberadora, se enfrentará con la necesidad de explicar a los niños y niñas a través del juego en contextos creativos de entusiasmo y diversión, cómo proyectar el conocimiento tecno-científico, humanista y sobre todo político-filosófico, para superar en el ámbito educativo condiciones injustas de la vida-muerte, y saber diferenciar  cuáles son sus causas y consecuencias en el trabajo educativo de politización, asumiendo una posición al respecto acerca de los derechos en igualdad de oportunidades, veamos un ejemplo histórico concreto, que integre al sujeto educativo en una denuncia transformadora para la formación docente, con una posición crítica:
"Aún los que han podido conservar su empleo tienen ingresos que no les alcanza ni siquiera para lo más indispensable. En un reporte de investigación, de enero de 2010, el Centro de Análisis Multidisciplinario de la Facultad de Economía de la UNAM sostiene que 17 millones 776 mil personas, que reciben menos de dos salarios mínimos y representan el 41 por ciento de la población económicamente activa, perciben ingresos que no les permiten adquirir una canasta alimentaria recomendable, considerando aspectos nutritivos, culturales y económicos."
La denuncia, es parte del proceso de transformación, pues véase cómo el sujeto docente, que en algún espacio y tiempo fue una niña o un niño en el proceso  de requerir Otra formación, aspirando a constituirse en una forma humana, a través de valores universales-particulares, como son el respeto, la paciencia, la templanza, la fortaleza o la justicia; todos estos valores-virtudes se requieren en relaciones solidarias y  posibles de sublimarse en el acto educativo de transformación, para poder enfrentar tal Diferencia Vital, entiéndase  la Vida de la denuncia que anuncia un nuevo orden humano mundial, con nuevos actores que incidan en la transformación de la práctica docente en descomposición para regenerarse nuevamente, al ser los docentes capaces de transgredir el orden institucional de la funcionalidad reproductora que impone la explotación capitalista, transformándose en un disidente, según lo conceptúa  Valentina Cantón:
“…frente a la pregunta: ¿quiénes son esos sujetos que se revelan como disidentes? Podemos ofrecer una primera respuesta: son sujetos con historia, sujetos históricos, sujetos que saben que lo individual y colectivo son intrínsecamente (históricamente) lo mismo. Son sujetos que saben de su autonomía, son sujetos que saben que su autonomía consiste en el ejercicio de su libertad histórica, es decir en el despliegue de su intersubjetividad y el radical respeto a su deseo, a su propia historia. Ahora parece más sencillo resolver la siguiente pregunta: ¿de qué están hechos estos disidentes? Tomando en cuenta que hablamos de sujetos históricos, sólo podremos concluir que éstos están hechos a fuerza de memoria, de historias y sagas de quienes le antecedieron, de la palabra escrita, de imágenes, saberes y utopías compartidas. Hechos pues a base de cultura, de otredad, es decir, de reconocimiento de la presencia de los otros -anteriores, presentes y futuros- en sus vidas y acciones cotidianas. Y. al reconocer esa presencia, están hechos también de respeto a lo ajeno (y, como efecto, a lo propio), de responsabilidad ética, tolerancia y solidaridad, de coherencia, independencia y amor a la verdad. Nociones y valores que aquí no tienen sentido como virtudes morales, sino como exigencias políticas para vivir en compañía y en libertad[8].

Lo importante es que el niño-docente-adulto responsables, reflexionen sobre la honestidad y el respeto a todas las personas tratándose como iguales, porque realmente lo son en sus oportunidades de vida y desarrollo potencial -sólo es necesario que lo comprenda la mezquindad del capitalista-, pues la violencia degradadora, tendrá que comprenderse como una mala  época de crisis existencial, que tiene que superarse -dado el miedo, desgaste e inutilidad que encubre entre los opresores y oprimidos-.

A partir de esta propuesta de reflexión de la Otredad, desde una mirada pedagógica se irá desarrollando esta relación oculta en lo más vital del ser humano, que permita ilustrar el método, precisar algunas categorías y poder ejemplificar las posibilidades de Otra praxis docente transformadora en el contexto de la internacionalización de mercados. Se trata de abrir nuevas preguntas de investigación, para el debate dialógico y la tolerancia a las diversas concepciones y posturas propuestas en la construcción de Teoría pedagógica crítica.
La característica fundamental de la nueva etapa del capitalismo contemporáneo es la internacionalización del proceso productivo. Esta internacionalización es también el elemento central en la definición del concepto de capital mundial. Esto, en efecto, podría ser observado como la culminación del proceso de internacionalización del circuito capitalista, donde el objetivo central de la relación del capital -la maximización de los beneficios- es realizado a niveles mundiales mediante una compleja y contradictoria articulación con las varias formaciones sociales nacionales”[9].
Porque es claro que no existen soluciones profundas en lo  inmediato frente a la internacionalización del capital, ni de evaluación empirista modernizadora al respecto en la lógica del capital, para poder relacionarse con la reflexión de filosofía política, así como con el fenómeno de las empresas trasnacionales. Tampoco hay condiciones para saber en términos educativos con un sentido transformador generalizado en la disidencia, de cómo han destruido los monopolios el equilibrio ecológico y las relaciones comunitarias de trabajo en su lógica de competitividad desleal arrasadora, lo que tiene que ver con el perfil de sujeto en formación como niño o niña  y con el propio docente crítico o no en dicha articulación.
Este apartado de la investigación presentada, propone reflexionar sobre los actores que están en el mercado de la ganancia empresarial[10], y que se ocultan, sin poderse potenciar Otra reflexión de Otra  praxis docente transformadora en su contexto económico-político mundial,  para pensar al nuevo actor social con  Otra estructura mental del ser humano trabajador, engarzando su formación sociocultural correspondiente, con sus condiciones materiales de vida, que le permita a éste madurar lo que aún no termina por resolverse en la tensión ingrata de la terrible desigualdad social nacional e internacional.
Se requiere ahora pensar a dichos actores de la ganancia internacional, y proponer el conocimiento de esta temática para la acción transformadora como una actitud a  multiplicarse en la formación de  la clase obrera y migrante, por ser dos actores sociales sumamente  explotados; y  ambos casos en la praxis transformadora docente, son fenómenos vinculados no sólo al proceso de formación docente y sus prácticas de evaluación, dirigidas por el imperio.
Se podría pensar en la formación del nuevo actor social para el presente siglo maquilador, de trabajo tercerizado, entramado el sujeto en un abierto sometimiento; se tiene interés por tanto, en que este nuevo actor social comprenda los procesos de exclusión, al considerarse sobrevivientes desde su raíz material histórica-cultural y no por una fe naturalizada por una posibilidad única -la del dominio-, con tal sometimiento el sujeto educativo es doblegado en los inicios del siglo XXI,  a procesos universales de evaluación, cuando que tendría que dar cuenta de la evaluación de las condiciones materiales y culturales de vida del ser humano, y no como lo impone la política burguesa con la Alianza por la Calidad de la Educación (ACE) en México, lo cual es un asunto de posición pedagógica crítica transformadora que la imbrican, pero que sigue borrada de la fotografía.
“La burguesía mundial, o una fracción de ella, busca el control hegemónico sobre los estados nacionales y/o la reorganización del sistema de poder político a escala mundial; su objetivo es asegurar de cualquier manera su propia hegemonía, sea a nivel mundial o nacional”[11].
En esta posibilidad metodológica, también se contextúa y analiza el asunto de la praxis docente transformadora, en términos de método, ya que la transformación docente de Otra forma, valorando la relación de producción mercantil entre occidente pensando en la cultura de oriente, es decir, reconociendo la tensión injusta de la lucha de clases entre la burguesía y el proletariado internacional: la burguesía como dueña absoluta de todos los medios de producción, hechos propiedad privada a lo largo de la historia, en ese tránsito entre finales de la comunidad primitiva e inicios del modo de producción esclavista, con lo que surge el primer Estado esclavista de dominación, de control y de sometimiento del mundo, para torturar a  la clase trabajadora en el despliegue de las épocas de producción recorridas.
“Los mercados de la India y de China, la colonización de América, el intercambio con las colonias, la multiplicación de los medios de cambio y las mercancías en general impusieron al comercio, a la navegación y a la industria un impulso hasta entonces desconocido y aceleraron, con ello, el desarrollo del elemento revolucionario de la sociedad feudal en descomposición”[12]. Dando pie así a los orígenes del capitalismo, que es el ámbito más amplio que envuelve a la praxis transformadora en su dimensión histórica del aula-mundo-calle, valorando a la educación formal, la cual en el proceso de privatización, es cada vez más excluyente al ser ésta una nueva propiedad privada hecha mercancía, producción y mercado, la educación no formal por no tener necesariamente un método riguroso para la formación en valores, y la educación informal en donde se confunde el aprehendizaje de la vida con el aprehendizaje del trabajo, ésta es la forma más antigua de las comunidades originarias, que al parecer vuelve a innovarse pero con mecanismos de explotación más profesionalizados y perfeccionados.


[1] Tejeda, José Luis. Latinoamérica fracturada. Identidad, integración y política en América Latina. Ed. Porrúa/CREFAL. México 2010. p. 6.

[2] Estructuras básicas de la comprensión: Estructura de horizonte: el contenido singular y aprendido en la totalidad de un contexto de sentido, que es preaprendido y coaprendido. Estructura circular:[

] la comprensión se mueve en una dialéctica entre la precomprensión y la comprensión de la cosa, es un acontecimiento que progresa en forma de espiral, en la medida que un elemento presupone otro y al mismo tiempo hace como que va adelante. Estructura de diálogo: en el diálogo mantenemos nuestra comprensión abierta, para enriquecerla y corregirla. Estructura de mediación: la mediación se presenta y se manifiesta en todos los contenidos, pero se interpreta como comprensión en nuestro mundo y en nuestra historia. Tratado de hermenéutica analógica. UNAM, Itaca, México 1997.

 

[3] Cfr. Cantoral, Sandra. Pedagogía del poder político y lucha de clases. UPN, Horizontes Educativos, 1911. p. 99.
[4] Vid. Gadamer, Hans-Georg. Verdad y método, Salamanca: Sígueme; tomo 1, 1999, p. 43.
[5] Academia Española. Diccionario de la lengua española, Madrid: Real Academia Española; 1992. P. 1191.
[6] Ibidem.
[7] Segovia R. Ausibiadis. Tesis de maestro en Pedagogía. UPN, México 2010. Pp. 101 a 103.
[8] Cfr. Cantón, Valentina en Regeneración. Volumen 1 No. 2. México Octubre 2002. Pp. 12 y 13.


[9] Cfr. Herbert de Souza. Capital mundial. En capital transnacional, Estado y clases sociales en América Latina. Et al. División de Estudios de Posgrado. Facultad de Economía, UNAM, Cultura Popular, México 1981.  p. 40.
[10] Gilberto Giménez, en relación con la identidad del sujeto, piensa que un actor social puede ser un individuo, una red de sociabilidad, un grupo, un colectivo (en el sentido de Merton) o una sociedad. Todos estos tipos se imbrican: un individuo puede actuar en función de su especificidad idiosincrática, pero también como representante de diversos grupos o de su sociedad. Estas pertenencias múltiples también definen, de modo fundamental, su especificidad, o de modo más preciso, su identidad social (G. Simmel). Acceso al texto completo: http://www.culturayrs.org.mx/revista/num1/gimenez1.pdf
[11] Ibid.  p.41.
[12] Cfr. Andrés Varela. Acerca del concepto de internacionalización del capital. En capital transnacional, Estado y clases sociales en América Latina. Et al. División de Estudios de Posgrado. Facultad de Economía, UNAM, Cultura Popular, México 1981. p. 88.