Sunday, September 19, 2010

FREIRE EN LA LUCHA DE MASAS

La pedagogía crítica de Paulo Freire, con un lenguaje significativo de la clase oprimida, traduce cómo la esclavitud histórica, demanda al razonamiento materialista histórico dialéctico, la exaltación consciente del método o comportamiento racional sensible en los procesos educativos, sin dejarse aprisionar por los mecanismos de la composición vocabular de cooptación de los gobiernos que usurpan en el abuso de poder político. Freire busca nuevas palabras, no para coleccionarlas en la memoria, sino para decir y escribir el sujeto educativo, su mundo, su pensamiento, para contar su historia. Pensar el mundo es juzgarlo; la experiencia de los círculos de cultura muestra que el alfabetizando, al comenzar a escribir libremente, no copia palabras sino expresa juicios. Éstos, de cierta manera, intentan reproducir el movimiento de su propia experiencia; el alfabetizando, al darles forma escrita, va asumiendo gradualmente la conciencia de testigo de una historia de que se sabe autor. En la medida en que se percibe testigo de su historia, su conciencia se hace reflexivamente más responsable de esa historia”[1] en la organización de las masas populares que es necesaria pedagógicamente.

Pero lo que en esencia está en juego en un juicio de valor verdadero, y que despliega la Pedagogía Crítica, es precisamente poder recuperar políticamente la soberanía nacional, sindical, o de partido proletario para América Latina y el mundo; es que hoy día se convierte en un proceso multicultural como clase proletaria, relativa a la interdependencia imperialista, así como a la libre expresión en esta lucha de clases entre el CAPITAL y el TRABAJO y en la toma del poder político mundial por la clase proletaria, para hacer frente al régimen de explotación, que hoy se muestra descarnado; despertándose el poder político pedagógico militante con una consciencia histórica amplia en la resistencia y en la educación de autodefensa a pesar de la represión y la política neofascista que se expande desde el narcotráfico hasta las guerras del capital, es decir en la defensa NOSÓTRICA de los valores de origen desde las culturas más nobles indígenas, por ejemplo, por medio de sus ejemplos históricos que hoy son vanguardia de los derechos humanos más nobles, desde su propia identidad de poder político en la sociedad, como superación de la DIGNIDAD educativa militante, que tiene que sistematizar la Pedagogía revolucionaria más sensible de esta época, es decir con integridad física, intelectual y moral de la comunalidad humana, ámbitos de conocimiento que son atendidos por los procesos educativos en procesos de aprehendizaje cautelosamente humanos, por eso dicha razón no podrá ser destruida por la oligarquía financiera y monopolista del imperio del capital.

Valórese en este sentido de la pedagogía crítica, cómo realmente, detrás de toda lucha étnica-indígena; de género; por plazas; por tierras; de religiones; de razas o por DISCRIMINACIÓN de clase en el contexto internacional, nacional y regional, la verdadera causa, es la lógica de explotación entre el capital y el trabajo como ejemplo de aprehendizaje hegemónico, en el abuso de poder político, que se muestra cada vez más descarnado, con tintes fascistas y neocoloniales, en donde el PODER POLÍTICO, es en sí el propio proceso educativo o de humanización, por tal razón ha sido negado su ejercicio entre la sociedad civil históricamente, aún la lucha organizada políticamente; dado que es más abarcativo el poder político como capacidad dialógica y consciente en la defensa de derechos humanos, así en este sentido el poder político es más amplio que cualquier otro poder: como puede ser el poder cultural, el poder económico, el moder militar, el poder social, el poder religioso, el poder fascista, etc.; así los actos históricos en el abuso de poder político, han servido para someter a las masas, por falta de consciencia y de palabra para debatir en ideas claras las formas de organización humanizadas en una sensibilidad racional, sin precedentes, puesto que la clase opresora ha considerado a la clase trabajadora inferior, o en calidad de animales a lo largo de nuestra historicidad, presuponiéndolos como los más débiles; con tal política de clases sociales encubierta, ideológicamente se beneficia a la PROPIEDAD PRIVADA DE MEDIOS DE PRODUCCIÓN con identidades grotescas a costa de la miseria del trabajador directo, el cual va siendo despojado históricamente de sus instrumentos de vida, con base en un multiculturalismo de matices hegemonizados por la cultura burguesa, siendo éste el verdadero opio del terror que se aplica, y que continuará para el pueblo, si éste no cobra consciencia plena de su identidad proletaria, como totalidad política concreta, porque su misma existencia humana-inhumana, ha llegado al grado, donde la desigualdad e injusticia sociales, ya resultan “normales institucionalmente” en la expresión del pueblo trabajador.

Por eso es tan importante desarrollar una formación política-pedagógica militante, es decir que el sujeto educativo esté alerta y consciente de su historia de vida, para que logre enfrentar y derrocar al régimen de producción, en un proceso que norme la abolición de la propiedad privada de medios de producción en una cultura socialista-comunista. En este sentido se tiene que DISCUTIR cómo constituir una CENTRAL SINDICAL internacionalista, que aglutine a todas las fuerzas con capacidad humana revolucionaria, es decir virtuosa, y genere la UNIDAD PROLETARIA[2] con la clase obrera como vanguardia del proceso político emancipador, por las razones histórico-educativas que la clase trabajadora tiene que resignificar con un sentido de vida-muerte emancipador, el cual inicia a sintetizarse en sus consignas de lucha, en diversos espacios de interés social, como puede serlo el Foro Social Mundial por ejemplo.

En la crítica que posibilita la teoría freireana, es posible darse cuenta, de cómo se le hace sentir culpable al proletariado, de la crisis y la catástrofe del sistema capitalista, castigándosele con mayor explotación y violencia, al grado en que el trabajador directo, por ejemplo en los servicios educativos, de investigación en general, etc., o en la fábrica, con los campesinos pobres o con los sectores populares, no se identifican estos trabajadores con los valores culturales de su clase proletaria, por los mitos utilizados para su dominación y control cultural, es decir, debido a la estratificación jerárquica y antidemocrática en sí y de sí implícitas, con la que la cultura burguesa ha impuesto su educación hegemónica en la manipulación de la existencia humana, escindiendo intencionada e ideológicamente el trabajo manual del intelectual en todo tipo de programa de estudio formal e informal, para este conflicto la Pedagogía Crítica de Paulo Freire nos deja una búsqueda internacional para la lucha proletaria.

[1] Cfr. Freire, Paulo. Pedagogía del oprimido. Ed. Siglo XXI, México 1985. P. 8.
[2] Vid. Engels, Federico. Principios del comunismo. Ed. Vanguardia Proletaria, México 2008. P. 2. “El proletariado es la clase social que consigue sus medios de subsistencia exclusivamente de la venta de su trabajo, y no del rédito de algún capital; es la clase, cuyas dicha y pena, vida y muerte y toda la existencia dependen de la demanda de trabajo, es decir, de los períodos de crisis y de prosperidad de los negocios, de las fluctuaciones de una competencia desenfrenada. Dicho en pocas palabras, el proletariado, o la clase de los proletarios, es la clase trabajadora del siglo XXI”. (En subrayado en negritas es nuestro).

Thursday, September 16, 2010

LA IDENTIDAD DEL SUJETO HISTÓRICO

“El sistema de la igualdad representa no sólo las
mayores ventajas, sino también la estricta justicia...
Cada hombre es un eslabón, y un eslabón
indispensable en la cadena de efectos que parte de una
idea para llegar, tal vez, a la producción de una pieza
de paño”
Karl Marx

En el tránsito entre el pensamiento ilustrado eurocéntrico y las figuras más destacadas del pensamiento romántico alemán, se recuperan algunas tesis de Federico Hegel (1770-1831), que nos permitan entender su propuesta metodológica acerca de la cultura en la identidad del sujeto apreciando las diferencias y relaciones en la constitución consciente e inconsciente del ser; se expone con la intención de contextuar esta identidad histórica particular en una época determinada, que marca al sujeto concreto, en su espacio y tiempo específicos. En este sentido se toman los siguientes referentes, que permitan distinguir, cuáles son algunas de las aportaciones en la teoría hegeliana al respecto, en torno al debate entre el iluminismo y el romanticismo ilustrado, que da cuenta de la identidad cultural del sujeto; desarrollada esta concepción en la dialéctica hegeliana del contexto de la filosofía alemana, lo cual trasciende en la concepción filosófica de la época romántica acerca de la cultura[1].
Es necesario indicar antes, que para Hegel, la cultura representa el sentido del desarrollo de la consciencia del sujeto en sí (como ente individual) en un para sí (el sentido colectivo), a través de la como la eticidad[2] máxima expresión espiritual representado por Lenin y Gramsci, quienes entienden a la cultura como ideología y como “concepción del mundo”.
[1] En distintas disciplinas la Ética, significa: ‘costumbre’ en la tradición empirista; virtudes éticas en los hábitos o tendencias (justicia, amistad, valor etc.), como el modo de ser; se diferencian también las virtudes de la inteligencia o de la razón (sabiduría, prudencia) así es conceptuada la ética por Aristóteles de la cultura de un pueblo, .que encarna su lucha en el reconocimiento del derecho o no, en ese ser como se es. En este entramado vale indicar que Hegel estudió teología con Schelling, otro romántico de su época, que hace una propuesta educativa con base en el sentido del arte.
Lo que caracteriza a Hegel, como pensador romántico, permite apreciar las características concretas de los rasgos del romanticismo, pues el pensamiento hegeliano representa una fuerte tendencia a lo y una decidida afirmación del poder del pensamiento y de la razón frente a la vaga nebulosa del sentimiento y de la intuición intelectual, como sentido cultural que centra la razón del sujeto. Según Hegel la Filosofía es el saber absoluto, pero este saber no es dado de una sola vez en su origen, sino en el final de un desarrollo finito (concreto) e infinito (incierto), que desde las formas inferiores se eleva hasta las superiores dialécticamente, con lo cual refiere al sujeto histórico en su proceso de autoconciencia e identidad en sí, para transitar a una definición para sí, es decir en un ideal colectivo, de universalidad absoluta, condensado en la eticidad del sujeto, como máxima expresión cultural, sólo en el contexto de las ideas.
Es importante destacar que cada uno de los pensamientos filosóficos de la época ilustrada en su producción, valoración, tradiciones y costumbres, dan cuenta del sentido cultural, que marcan un hito en las representaciones sociales, pero a la vez son la síntesis más plena de las formas de vida cotidianas en las relaciones de poder y de lucha por el reconocimiento social del sujeto histórico y sobre todo individual, en el contexto de la cultura romántica del sujeto, por ser esta definición del derecho individual, la punta de lanza de las conquistas de la época moderna, encabezada por la burguesía ilustrada de la época.
Al sistema de ideas hegeliano le interesa mostrar la sucesión de las diferentes formas o fenómenos de la conciencia, hasta llegar al saber absoluto, que es el tema de la Fenomenología del Espíritu como introducción al sistema total de la ciencia. Pues la ciencia para Hegel es esencialmente sistemática; la ciencia consiste en nociones que se derivan unas de otras de un modo necesario en el entramado de la cultura. Porque la única forma en que puede existir la verdad es, dice Hegel, , desde la lógica de la modernidad que le da sentido a las pertenencias del sujeto individual y colectivo de esta totalidad.
El método de esta concepción hegeliana, se fundamenta en el método dialéctico, o método de la evolución interna de los conceptos según el modelo de ‘tesis-antítesis-síntesis’, que recupera de Fichte en el sentido de la identidad como negación y afirmación del sujeto histórico; porque en el método dialéctico el error aparece como un momento evolutivo de la verdad, y ahí se ubica el descentramiento cultural del sujeto de la modernidad, ya que la verdad conserva y a la vez supera el error en el momento del autoreconocimiento, sólo como idea filosófica, pero no como praxis transformadora de sus condiciones de vida. Pues en la expresión cultural hegeliana, sólo es en el mundo de las ideas, que se genera y desarrolla como un ideal interiorizado, en una asunción, si bien responsable del sujeto, sólo está encarnada en el espíritu universal y particular abstracto, como plantea el pensamiento idealista de Hegel, con todo un sentido histórico y filosófico, que plasma las representaciones espirituales del pensamiento de su época interiorizada en las representaciones particulares del sentido de vida y de las estructuras cognitivas captadas y producidas en la cultura idealista de ese espíritu de la época.
Porque para Hegel hablar de Espíritu no está referido a una supra-entidad superior a todas las demás, sino que para él lo espiritual está referido a la forma o formas del ser que no se hayan establecidas de una vez y para siempre, sino en su permanente desarrollo ético, estético, moral, educativo y de derecho, como capacidades de emancipación cultura crítica, quedando plasmado así en el mundo de las ideas, ya que éstas están sometidas a un intenso proceso dialéctico en la identificación del ser, abriendo un nuevo panorama de la identidad del sujeto basada en su diferencia y relación; así el espíritu evoluciona en una serie de , , o de un modo interno, y no puede ser de otro modo, porque no hay nada que sea externo a lo real concreto, que es el propio hombre a través de sus ideas, como síntesis y condensación del todo en la conciencia del sujeto, según Hegel.
La Idea se convierte en una de las nociones capitales del sistema hegeliano (que aspira a ser, no se olvide, el sistema de la verdad como un todo cultural de diferencias y contradicciones que se transforman en su negación y superación; en donde el concepto representa a la razón absoluta y, por tanto, el sistema de la realidad en el proceso de pensarse a sí mismo como el ‘ser yo’ en el espíritu humado del derecho, la moral, la educación y la cultura). Así la Idea es aquello en que alcanza pleno desenvolvimiento el proceso del ser como ser en sí su propia representación ideal, hasta el límite de su ser-otro liberado en su contradicción, resolución y superación dialéctica del concepto con fundamento consciente e histórico del uso del trabajo realizado; por consiguiente, emprende el camino hacia la subjetividadobjetiva, con referencia a la integridad del ser desde esta filosofía idealista que da pauta para la reflexión crítica del mundo histórico material.
De manera que la síntesis del Espíritu subjetivo y objetivo es el Espíritu absoluto del ser, que a su vez también se autodespliega en la intuición de sí mismo como arte, como manejo, dominio y elaboración de la vida en todo el esplendor de sus contradicciones y transformaciones dialécticas, es decir, como naturaleza cultivada por la eticidad del sujeto particular y universal al asumir su capacidad libre y voluntaria de tener que elegir y determinar el mundo historizado en la consciencia práctica del sujeto; valorada la idea, a través de la representación de sí mismo como religión, y en el absoluto conocimiento de sí mismo como filosofía, para encontrarse con la esencia del ser o identidad concreta humanizada, que es lo que Hegel logra apropiarse del entorno político y social en la época de las luces, con su propio sentido de dirección y comprensión dialéctica de la modernidad, pues ahí es en donde el arte y la ciencia forjan un puente de acercamientos comunes, aunque no se tenga una consciencia generalizada de ello, en la asunción histórico-social.
Por eso es que cada uno de los distintos momentos del autodespliegue del Espíritu absoluto es a la vez el propio autodespliegue del yo universal y particular, manifestado en la expresión del horizonte histórico del sujeto, envuelto en la religiosidad que lo identifica.
De modo que en la historia del arte y en la historia de la religión se revela la verdad de los momentos intuitivo y representativo del Espíritu absoluto, en el ser de su existencia. Y en la historia de la filosofía se revela, finalmente, la verdad completa de este Espíritu, que es la Idea absoluta en el gran ciclo de su evolución como concepto; es decir como razón moderna occidental, a partir de que, la realidad se ha explicado ya a sí misma a través de un sistema de ideas en el método dialéctico, que no es nada exterior al sujeto, sino tal y como el sujeto y el objeto de conocimiento son en su totalidad; haciendo la propuesta de que, cada parte es síntesis y condensación de todo lo existente, y el todo universal a su vez es infinito en la expresión diferenciada de sus partes como algo único y especial, pero preciso y concreto en el concepto como autorreconocimiento en la conceptuación de la identidad del sujeto que transita de una conciencia histórica universal a otra particular y concretamente definida en sus múltiples determinaciones culturales, claramente diferenciadas y a la vez como existencia capaz de relacionarse en una multiplicidad de sentidos unidos por vínculos humanos de construcción histórico social, acotados estos vínculos por espacios y tiempos precisos, que se expresan de acuerdo al grado de conciencia que se tiene de lo producido socialmente.
Este encuentro de la identidad del sujeto histórico como ente universal y particular -plantea Hegel-, se va definiendo a través de cada una de sus partes cognoscibles que se relacionan, se identifican y se contradicen en múltiples posibilidades, por sus diferencias definidas en el sentido de la identidad de la cultura del sujeto, así definido y diferenciado del todo universal y particular en la consciencia del sujeto, al saberse éste a sí mismo en su otredad y representación simbólica de ello, lo cual se basa en los principios de una totalidad global y particular contradictoria por sus faltas, la cual está contextuada históricamente en el pensamiento romántico, a través de distintas mediaciones en el cambio, la transformación y el movimiento social y material del sujeto en un espacio y tiempo concretos, como es la temporalidad que abarca desde el siglo XVII al XVIII (época romántica), como una representación ideal entre la intuición y el sentimiento, en procesos epocales infinitos y finitos por la determinación sensible del sujeto, en su percepción, entendimiento, autoconsciencia, razón sensible conceptual y en sí como capacidad del pensamiento filosófico de esa época, gestada y desarrollada en las culturas de ese proceso civilizatorio, en donde el sujeto es producto y productor a la vez de esa representación cultural; lo significativo es la toma de consciencia sobre lo realizado integralmente y en contradicción a la vez, de acuerdo a la concepción hegeliana aquí planteada, pues ello es lo que identifica al sujeto histórico.
Con base en estos argumentos epistemológicos de la filosofía hegeliana, la manera general del sujeto histórico como sujeto particular, es en sí mera sensibilidad, pues el ser en sí está referido a la facultad de recepción de la realidad por medio de los sentidos como un primer momento hegemónico; desde una concepción idealista que envuelve la lógica occidental, dando muestra del contexto de la racionalidad ilustrada que permea el pensamiento ideal abstracto de la época contemporánea, al llegar al extremo de un racionalismo fundamentalista burgués, a través del mundo de las ideas que vienen de la conquista eurocéntica en la cultura moderna que incide en la América hispánica.
Desde ahí Hegel ubica la dimensión histórica de la identidad a partir de la categoría del espíritu, el cual tiene que ser moldeado a través de la racionalidad conceptual en la asunción ética del sujeto como forma abstracta de pensamiento, por medio de la capacidad de decisión y de superación en los procesos de alienación en su expresión cultural concreta; esta situación es una actitud que Hegel entiende como tarea del despliegue cultural del espíritu o concepto universal en la asunción o desarrollo de la conciencia histórica del sujeto; es importante aclarar desde esta concepción de la Fenomenología del espíritu, que “…la práctica material productiva (el trabajo) se presenta como una actividad del hombre en tanto éste es portador del Espíritu. Bajo esta espiritualización del trabajo, podía advertirse su papel, aunque en forma mistificada, en la formación del hombre. Por ello, Marx pudo partir de la Fenomenología al establecer la significación antropológica del trabajo, aunque éste lo presentara Hegel como trabajo del Espíritu dentro del movimiento o historia de la conciencia…”[3]. En este sentido Hegel crea las condiciones para reflexionar en el entramado de las distintas culturas, el vínculo entre la conciencia, el conocimiento y la verdad, por medio de la idea del bien para todos, como principio de identidad en un contexto cultural determinado en los procesos educativos o de humanización, que son infinitos en su pluralidad y a la vez concretos por su determinación contradictoria, como proceso de crecimiento y maduración cultural en una identidad sana, es decir, liberado el sujeto de dogmas en la asunción de una sensibilidad racional, dialécticamente pensada como totalidad inescindible.
En la filosofía poshegeliana se intenta desarrollar las tesis de este filósofo alemán, haciendo referencia al tránsito entre una sensibilidad bruta a otra humanizada, más civilizada (germen de una sensibilidad racional), como forma de unidad teórica y práctica, lo cual implica un proceso educativo consciente del sujeto histórico desde la reflexión de una teoría crítica con principios de autenticidad, es decir, de eticidad como proceso de liberación histórica y formación creativa que define la condición del comportamiento del sujeto histórico; este tránsito se propició al poner Hegel en un sistema de ideas el conocimiento de lo que entendía por verdad, desde el concepto subjetivo que se enfrenta permanentemente a la realidad histórica concreta del sujeto particular y universal, para activarla de alguna manera posible dentro de los límites propios de la época, que sienta las bases de la modernidad en sus relaciones de explotación, dominación y exterminio; que es lo que finalmente tiñe de referentes contextuales la conciencia del sujeto en el momento de autoconciencia al poder reflexionar su pensamiento y su acción en consecuencia, como una totalidad, pero sólo en el mundo de las ideas, es decir, como concepto racional preciso por su sensibilidad humana para dar una respuesta seria y precisa también, argumentando el fundamento del propio pensamiento conceptual, carente aún de coherencia con la acción.
Por lo que la expresión racional como sujeto histórico universal, está referida a la ubicación del hombre singular en el mundo, delegando al pensamiento crítico y creativo la actuación básica superior del conocimiento en el sentido de lo sagrado como bien común, en el ámbito de lo absoluto; que además de sentirse, se conceptúa y se expresa en distintos lenguajes simbólicos de la cultura, como postura humana ante la vida reconocida por su diferencia en un proceso de autoreconocimiento y de emancipación romántica, como identidad única e irrepetible entrañada en el sujeto histórico particular, al saber la necesidad de la existencia en su dimensión universal, tan abarcativa y abstracta, que resulta una nada en su acción concreta; aquí lo interesante es no sólo sentir y defender lo incomprensible de lo sagrado en las distintas expresiones culturales, sino tener el concepto preciso para poder respetar sus diferencias con un sentido de principio y de fin común, como manifestación de desarrollo humanizado.
Esta concepción en Hegel, parte de una actitud con base en la virtud activadora, potenciada por la facultad sensible que ha sido mediada por el entendimiento consciente, que forma los conceptos desde un contexto histórico, religioso, educativo y moral de cada sujeto histórico universal y particular, que hoy día sirve como herramienta de pensamiento para ubicar la relación con la totalidad desde el discurso de la modernidad.
Hegel, como uno de los representantes del movimiento romántico, piensa a la facultad sensible como superación del sujeto particular y universal, es decir en una trascendencia y transformación cultural plena e integral, con características particulares que comprenden la racionalidad de la época de Ilustración, en el periodo de desarrollo de la concepción burguesa de la realidad, como sentido cultural hegemónico de su época; de modo que la identidad del sujeto histórico se ubica de acuerdo al grado de conciencia social constituido en él como sujeto particular, en su comprensión y apropiación del conocimiento abstracto universal; lo importante es destacar que desde esta totalidad es posible que se asuma el pensamiento de una época cultural en la estructura social como sujeto histórico, de acuerdo al grado de conocimiento, de experiencia e intuición desarrollados como capacidades culturales, al identificarse en su otredad reconocida a través de su propia contradicción existencial y humana, en la lucha a muerte por el reconocimiento entre el amo y el esclavo, idealizado en la época cultural de Hegel en el sentido de los derechos humanos, la soberanía, la autonomía y la dignidad.
Por lo que en esta cultura hegemónica del racionalismo como el movimiento ilustrado, ubicado entre los siglos XVII y XVIII en Europa, va connotando estos principios del conocimiento y de la cultura con una jerarquía superior a la razón humana, cuando se trató de reflexionar sobre la obra creada históricamente, y que habla de la cultura del mundo en su totalidad; de ahí se perfiló una estructura esencial en la lógica de pensamiento, centrada por la razón, planteado por Kant, como ruptura con la concepción metafísica de la realidad, en donde Dios era todo, pero aclaramos, a la vez no era ‘dueño’ de nada, ni despoja a nadie de sus bienes materiales y espirituales.
Así en la teoría hegeliana se ven unidos los métodos de inducción y de deducción, como un todo en los procesos del entendimiento, aunque el significado en la comprensión de lo humano quedará borrado entre el alumbramiento de las nuevas ideas, conceptos y nociones generales de lo que era esencial y valioso, dentro de las formas de apropiación de los mismos procesos culturales o ideológicos de la época.
Podemos distinguir, cómo la categoría de identidad cultural en su multiplicidad de expresiones es posible de contextuarse en el periodo ilustrado, entendido éste como el qué hacer -que el hombre debe necesariamente asumir en una época histórica- con base en la sensibilidad racional desarrollada; pensando aquí en la concepción histórico-idealista hegeliana desde un contexto político de praxis concreta, en donde se destaca la generación del arte, la literatura y la religión, como puntos de reflexión y de sublimación histórico social, para perfilar de manera decisiva nuevas formas de creación técnica o cultural, en donde la máxima expresión de la cultura es el pensamiento filosófico como hito de la historia y de la época de ilustración.
Hegel habla en la Fenomenología del Espíritu -que es la obra que aquí se ha recuperado- de una historia evolutiva, filosófica y antropológica, que se funde en el proceso y en el resultado a la vez de un contenido original y creativo que es consumado en la síntesis filosófica de la teoría, que representa a la práctica del sujeto, en donde la praxis transformadora, no es especulación ni retórica, ni tampoco reflexión ni conocimiento ensimismados, sino que es justo la necesidad del conocimiento a partir de la experiencia y de la intuición más aguda, para alcanzar la conciencia social, asumida sobre la necesidad del otro Yo, en su diferencia, en un proceso de autoconciencia o autoreconocimiento, que necesariamente se fundamenta en el reconocimiento de los otros en mi como otredad significativa; sujeto propiciado por la autenticidad y la fuerza espiritual acuñadas en el romanticismo, siendo este movimiento social tan importante como la revolución francesa o la inglesa, plantea Isaiha Berlin; por esa auténtica búsqueda de identidad cultural del otro en su plena diferencia como sujeto particular concreto en las extravagancias y excesos del sentimiento de enamoramiento de la vida, es decir, dentro de otra dimensión social universal más amplia y abarcativa que excedía a la racionalidad occidental materialista, metodológicamente hablando; y captada por el sujeto como representación abstracta general en el proceso de conocimiento y experiencia social, desprendiéndose de ahí la dimensión de las intuiciones del sujeto histórico constituido, que es lo que establece el debate entre el iluminismo y el romanticismo, al ser expresado principalmente en Alemania, Inglaterra y Francia a través de varios autores modernos, como Cervantes o Shakespeare.
[1] Cabe aclarar que la identidad cultural del sujeto, se refiere a su situación desde la propia perspectiva del sujeto, distinguiendo entre sus formas interiorizadas y formas objetivadas de la cultura, como lo refiere Bourdieu actualmente. El concepto de cultura, desde los años 70, rompe con el sentido del espíritu absoluto y del idealismo tradicional con los planteamientos antropológicos de Clifford Geertz, quien considera a la cultura como una “telaraña de significados”, es decir como estructuras de significación socialmente estructuradas (1973); más tarde por los años 80-90, James Clifford lo deriva a la interpretación pos-moderna, entre la crítica desconstruccionista del concepto de cultura. En este trabajo se está recuperando la postura marxista de John Thompson, quien define a la cultura en una concepción estructural, referida ado por Lenin y Gramsci, quienes entienden a la cultura como ideología y como “concepción del mundo”.
[1] En distintas disciplinas la Ética, significa: ‘costumbre’ en la tradición empirista; virtudes a los contextos históricamente específicos y socialmente estructurados en la expresión psíquico-afectiva en la sensibilidad del sujeto. En este sentido se retoma durante todo el trabajo, el concepto de cultura que se desarrolla, bajo el fundamento científico del materialismo histórico de Marx, en el filón marxista, representado por Lenin y Gramsci, quienes entienden a la cultura como ideología y como “concepción del mundo”.
[2] En distintas disciplinas la Ética, significa: ‘costumbre’ en la tradición empirista; virtudes éticas en los hábitos o tendencias (justicia, amistad, valor etc.), como el modo de ser; se diferencian también las virtudes de la inteligencia o de la razón (sabiduría, prudencia) así es conceptuada la ética por Aristóteles. También la ética ha llegado a significar propiamente la ciencia que se ocupa de los objetos morales en todas sus formas, es decir, la filosofía moral como un estudio histórico-filosófico y social, así pueden estudiarse las actitudes morales de diversos pueblos en sus distintas expresiones culturales (modo de producción; valores ético-morales y sus tradiciones-costumbres –según precisa Gramsci-), en este sentido la eticidad, no es más que el ejercicio del poder como derecho de elegir sobre el qué hacer y el qué pensar, de manera libre y voluntaria del sujeto histórico, y ese ejercicio de poder va de acuerdo con el grado de consciencia desarrollada en un proceso epocal de experiencias, intuiciones y conocimientos.
[3] Vid. Sánchez Vázquez. Filosofía de la praxis. Editorial Grijalbo, México 1980. P. 82. El subrayado es nuestro.

Sunday, September 5, 2010

RECONOCIMIENTO DEL PROLETARIADO EN LA EDUCACIÓN

La crisis del sistema capitalista, “responde a una contradicción más profunda y fundamental del sistema económico vigente: a la contradicción existente entre el carácter social de la producción y el carácter privado de la apropiación”

Karl Marx

1. Situación nacional en la educación de masas:

Como intelectual científico en el campo humanista, es Marx quien llama a la unidad del ser humano: ¡Proletarios del mundo uníos!; ¿cómo? formando revolucionarios profesionales, disciplinados y decididos de forma sostenida en un trabajo multidisciplinario y multifacético, en cualquier espacio humanizado, para enfrentar el proceso de privatización y aprehender a organizarse con un poder político agudo de forma autónoma e independiente que transita del en sí al para sí, y así terminar con el régimen de explotación, con el charrismo sindical y con el imperialismo financiero internacional, cobrando una consciencia independiente proletaria, en la toma del poder político-educativo, para instaurar un gobierno provisional, conformado por obreros, campesinos y sectores populares de la clase trabajadora con una formación filosófica-política aguda, siendo estas tareas el sentido histórico en el proceso educativo o de humanización, según lo precisan Gramsci y Freire; en la situación concreta para emanciparnos del capitalismo mexicano, por medio de la educación de masas.

Se requiere por tanto, de esta formación humanizada con valores de clase trabajadora puestos en el acto virtuoso, que lucha por su emancipación definitiva (más allá de las propias contradicciones existenciales, que son secundarias como parte de las dificultades y comportamientos de la existencia humana entre la univocidad y equivocidad de la lucha de clases), y no sólo en luchas reivindicativas económicas o individualizadas, sino ante todo de asunción política-filosófica y colectiva, en donde se pueda comprender el sentido más profundo desde la interpretación hermenéutica del ser humano; porque la supuesta “neutralidad ideológica” que se abroga la concepción pequeñoburguesa o cientificista en el caso de la Teoría Pedagógica, ya implica aunque no pueda reconocerlo el sujeto educativo, una postura política en la defensa de intereses concretos.

Por tales condiciones objetivas de la educación entre las masas, las luchas no podrán ser aisladas ni dispersas; sino que irán avanzando en la alianza de la clase organizada con una estrategia y tácticas definidas en sus diferencias y puntos de encuentro, entre las diversas formas de la clase trabajadora, en corrientes de pensamiento, frentes, gremios, grupos, etc. en un frente unitario y amplio de la clase trabajadora para orientar los intereses y necesidades como sujetos históricos, siendo dicha organización una de las necesidades por construirse en la educación política sensible, haciendo uso del arte, del humanismo, de la cibernética, de la robótica, de la ciencia, de las religiones más auténticas e íntimas, así como de la tecnología (por ser toda esta producción social trabajo histórico condensado en la presente época, que se ofrece mercantilmente como propiedad privada de medios de producción).

Como es posible valorar, se requiere de una educación para sí nosotrica -según propone Lenkersdorf en su filosofía tojolabal-, una filosofía-política y educativa que esté alerta de la situación socio-económica (condiciones objetivas) y político-cultural (condiciones subjetivas) con base en una formación articulada de sentido dialéctico e histórico de la realidad concreta, no fantasiosa ni mística o dogmática, sino que constituya como un todo político-pedagógico al sujeto consciente de su ser de pertenencia proletaria, comprendido tal desarrollo humano como una totalidad concreta humanizada. “Llegamos pues al punto en que debemos visualizar el carácter de sistemas y estructuras que ha desarrollado el capitalismo y las formas en que golpean a las masas hasta terminar con sus recursos para doblegarlas”(1); en este sentido véase el siguiente análisis de la situación de vida al respecto en México, siendo concepciones necesarias del campo educativo para su resignificación pedagógica:

Salario y consumo diario de una familia mexicana promedio

Fecha
Precio de la Canasta Alimenticia Recomendable
Poder Adquisitivo
Índice Salario Real
Tiempo de Trabajo Necesario Horas-minutos

15-Dic-87 3.95 100.00 0.49
31-Dic-94 32.57 -72.38 28.62 4.07
31-Dic-00 64.58 -64.17 35.83 8.07
31-Dic-06 80.83 -63.24 36.72 10.10
31-Dic-06 103.22 -70.10 29.90 12.90
15-Ago-08 115.69 -72.25 27.75 14.46

Fuente: Centro de Análisis Multidisciplinario Facultad de Economía UNAM. Septiembre 2008. Apud. Vanguardia Proletaria, Órgano Central del Partido Comunista de México (marxista-leninista). Año XXXI No. 314 semanario del 02 al 08 de febrero de 2009.


La lógica de explotación incide directamente en el trabajador proletarizado, al tener que trabajar éste cada vez más, con menor salario y con menos posibilidades de consumo y de crecimiento humanizado, dado el sistema capitalista en descomposición y en franca degradación en una crisis de sobreproducción imperialista; el imperialismo como última fase de desarrollo del capitalismo, fundado en la propiedad privada de medios de producción; es en sí la desigualdad social entre naciones, que se desprenden de la 1ª. y 2ª. Guerras Mundiales de rapiña; por eso el enemigo principal de la clase proletaria es la oligarquía financiera y la burguesía, siendo un asunto de orden pedagógico-político, es decir filosófico antropomórfico pero también existencial; ya que esta oligarquía es la expresión más acabada de la burguesía industrial, comercial, agraria y usurera del imperialismo internacional en México; en tal razón, lo que interesa en la educación de masas en sí, de sí y para sí (nosotrica), para atender con quién trabajar, por qué luchar y para qué existir al lado de las mayorías de la clase social trabajadora; identificando cualquier época de esa historicidad humana desplegada; en tal proceso educativo, puede valorarse en la asunción del papel histórico concreto, los obstáculos monopolistas más visibles en el desarrollo del capitalismo y sus leyes de extermino, para superar esta crisis del capitalismo mexicano (2).

Valórese ahora la situación internacional que impide el proceso de humanización sensible para su análisis y superación, a través del desarrollo político-educativo:

Obstáculos monopolistas para salir de la crisis

* Ley de la máxima ganancia impidiendo el uso pleno de los recursos disponibles
* Control de las economías vía los centros financieros del imperialismo
* Manejo de nuestros intereses desde las superpotencias
* Desindustrialización de nuestra economía
* Sujeción al complejo industrial del imperialismo
* Negocio de patentes y dependencia tecnológica
* Decrecimiento del mercado interno
* Importación a gran escala de equipo obsoleto y mercancías baratas
* Sustracción de recursos: pagos de la deuda externa, fuga de capitales y ganancias
* Ruina del campo

Lo importante en el diálogo pedagógico de la lucha de clases, es considerar los matices y contradicciones complejas de la historicidad social recorrida, que se han ido dando en este proceso educativo, el cual es histórico y dialéctico en el aprehendizaje, por medio del ejemplo grotesco y degradante de la cultura burguesa como época hegemónica, consecuencia de otras luchas semejantes en su esencia de abuso de poder, por eso se requiere construir ahora objetivamente, la acción-teórica revolucionaria de la clase proletaria por consciencia, libertad y voluntad, es decir una praxis consecuente, convencida en la eticidad de Pedagogías Críticas, fundadas científicamente en un sentido racional-sensible en el contexto de la lucha de clases, en donde se destaque e identifique el poder proletario como un poder real en la educación de masas.

Resignificándose dicho proceso humanizado por la capacidad de atención, respeto y dialogicidad sincera al lado de los obreros, los campesinos y los sectores populares organizados y los no organizados también, en una amplia esfera multicultural posible del espíritu proletario empoderados por su razón sensible, disminuyendo los procesos de explotación existencial en el fragor de la lucha; que el trabajador en general sólo siente como algo injusto, pero que aún no puede explicarlo con conceptos claros y expresiones planificadas, en ese devenir de emancipación para sí revolucionario, que tiene como imágenes representativas aún, a la ideología dominante y a sus discursos modernizadores, que abarcan la situación de vida como si fuera algo “gracioso” desde lo mítico-religioso hasta lo mágico-imaginativo, por ser formas heredadas de la educación religiosa y militar.

“El contenido de la modernización, vista desde el Estado, es el de darle una nueva racionalidad a las relaciones sociales, en todos los ámbitos de la vida nacional y en la relación con el exterior, sobre la base de el ahorro de recursos y el aumento de la productividad.

Para poder lograr este propósito existen, según Marx en el capítulo VI inédito, dos alternativas:

1) Incrementar la productividad del trabajo por la vía de intensificar el uso de máquinas (incrementando las fuerzas productivas); o
2) Por medio de la desvalorización de la fuerza de trabajo; es decir, que el trabajador produzca más, manteniendo su mismo nivel de ingreso -en el mejor de los casos- o como sucede actualmente, disminuyendo dicho nivel.” (3)

Valórese ahora en el proceso cambiante de la historicidad social recorrida, un ejemplo del despliegue de la dialéctica de la identidad del poder en la lucha de clases, que es en sí el comportamiento del sujeto histórico en dicha época hegemónica neofascista, como totalidad política concreta, para que se aprecie pedagógicamente la necesidad de la contra-hegemonía proletaria, en la articulación de dicha historicidad dialéctica con el proceso de formación crítica y creativa del sujeto histórico-educativo:

“Cuando Lutero vio que las masas iban más lejos de lo que él se pensaba, las traicionó, y no sólo disminuyó su guerra de exterminio contra Roma sino que entró en todas las negociaciones que le impusieron los príncipes que se habían adherido a la Reforma. Servidor de ellos cada vez más, Lutero llegó a afirmar en su Carta a los príncipes de Sajonia contra el espíritu rebelde que Munzer era un instrumento de Satán, y que debía por lo mismo ser arrojado del país, en vista no sólo de que divulgaba enseñanzas nocivas, sino también porque incitaba a la revuelta y a la resistencia armada contra las autoridades” (4). Este hecho da cuenta del entramado multicultural entre dos culturas en las relaciones de abuso de poder político de sometimiento y de poder político de resistencia contra-hegemónico, entre poseedores de los medios de producción históricos y de los desposeídos de estos medios, a través de la violencia y la injusticia presentada como la “ley de las mayorías”, así como de sus intereses y necesidades de clase en sí y de sí como hechos aislados y estáticos, en actos de manipulación y silenciamiento en la historicidad de las distintas épocas.

Diferenciado dicho entramado de existencia humana, como es en sí la condensación de actos educativos en la constitución del sujeto a lo largo de su historicidad social, respecto a la formación política-pedagógica, que está implícita; y que hoy día es una tarea ética hacerla explícita en el entramado de las Pedagogías Críticas, para poder ser potenciada dicha actitud de derechos humanos vitales (5).

2. Correlación de fuerzas en el proceso educativo:

En el proceso de sensibilidad política educativa, es importante destacar “tres elementos generales, que favorecen la lucha por la revolución socialista en nuestro país:

1. Se están multiplicando todas las condiciones para que en los países imperialistas, se genere lucha, organización, y resistencia de la clase obrera y las masas populares. Las recientes huelgas generales en Francia son sólo una muestra de lo que alrededor se está tejiendo.

No todo son los problemas de los monopolios bancarios e industriales, sino también la lucha proletaria al interior de los países imperialistas.

2. Inevitabilidad de que se desarrollen las pugnas inter-imperialistas en la pelea por mercados, ahora de una forma distinta al período anterior, pero igual de aguda, porque se están generando políticas económicas neo-proteccionistas e incluso con ‘economías mixtas’, y el surgimiento de nuevos bloques económicos, con el declive del bloque EU, Japón, Europa Occidental en algunas ramas de la producción, finanzas e inversiones, en contradicción, con el ascenso de China, Rusia, India, Brasil. Dándose la pugna a otros niveles, un escenario de nuevas guerras locales inter-imperialistas se desarrolla.

Pero del lado del pueblo existe resistencia por mantener la soberanía sobre los recursos naturales, materias primas y energéticos, dándose un nuevo empuje a las banderas anti-imperialistas, y anti-fascistas, que en última instancia son tareas de la clase obrera revolucionaria, la burguesía ha tirado estas banderas. En este sentido están ligados los objetivos y las tareas anti-imperialistas, y de la revolución socialista.

3. Avance en un conjunto de países neocoloniales de la indignación y lucha de masas, desarrollándose en mejores condiciones la organización, pero en el contexto actual de la crisis económica y sus repercusiones sobre la clase obrera y las masas populares.

No es descartable que en el próximo período se desenvuelvan fases pre-revolucionarias, y particularmente en América Latina se están creando las condiciones, para que se rompa el eslabón débil de la cadena imperialista, rumbo a la revolución proletaria ¿Qué se desarrollará en México en los próximos años? La respuesta está en la clase obrera y el movimiento de masas, el contexto internacional nos favorece”(6); estos momentos son ejemplos vitales para ser acompañados y potenciados por la educación pedagógica critica.

3. La política del imperialismo como un problema educativo:

En el abuso de poder político que impone el régimen imperialista, se tiene consciencia, y es necesario traducir en un proceso de formación humana, que “Naturalmente se impone la tendencia a emplear todas las reservas del grupo monopólico para apuntalar aquellas áreas que le permitan posicionarse en las condiciones existentes, unas veces con la actividad productiva o improductiva, otras reactivando la producción, o bajándola según corresponda a la satisfacción de sus beneficios en la integración de capitales que presente y los objetivos propuestos.

Particularmente el grupo monopólico, que es la conjunción de fuerzas de una serie de monopolios en casi todas las ramas económicas, resulta ser el elemento de mayor exacerbación de este problema relacionado con la crisis del modo de regulación de los flujos de capital y el sistema de sus relaciones internas, así como de las leyes de la ganancia y su distribución.

Bajo tales preceptos en el extremo de los explotados el capital financiero constriñe continuamente el consumo de las mayorías con la reducción de salarios y reducción de recursos públicos que antes se retribuían en servicios como la salud, vivienda u otros, y ahora son transferidos en su mayoría a solventar los problemas del capital financiero.

Así se llegó también al punto en que las mayorías ya no pudieron tener la anterior capacidad de compra, las empresas acumularon reservas de mercancías, (los denominados stock almacenados: sobreproducción de mercancías), o reducían su producción y servicios hasta que aconteció la paralización económica e industrial y ya la oligarquía financiera tuvo que descartar sus metas de antes y actuar más plenamente en la depredación mutua.

A final de cuentas de la sobreproducción, no se pudo pagar más a los monopolios bancarios, aparecieron las crisis hipotecarias, agrícolas e industriales. Se intentó en 2007 y 2008 contener la crisis atendiendo los intereses de los bancos y especuladores en las bolsas: como es de conocimiento público, fueron empleados 700 mil millones de dólares del presupuesto gringo para rescatar a los especuladores de las hipotecas en Estados Unidos”(7). En dicho contexto concreto de la situación estructural en México, es necesario referir por último su respectiva reflexión en el ámbito sociocultural para combatir a la ideología (8) dominante.

4. Educación de masas:

Finalmente como conclusión y propuesta sobre el reconocimiento del proletariado en la educación de masas, se pone a debate la intención de llevar una voz sensiblemente político-filosófica en la cultura pedagógica para y con el proletariado; pues es claro que el abuso de poder político en la lógica del capital a costa de la vida de la clase trabajadora, se continuará con el ejemplo cada vez más violento y grotesco sobre el arrebato ilegal y anticonstitucional de la educación pública y gratuita en la crisis del capital y de sus leyes principales, explicadas de forma sucinta en este escrito, para valorar de manera concreta las categorías sobre el poder político, la lucha de clases y la sensibilidad político pedagógica en el desarrollo humano o educativo.

En cuanto a la privatización de la educación, se precisa que ésta tiende a generalizarse en México, apoyada dicha privatización por el charrismo sindical; así se puede apreciar políticamente, es decir en la defensa de los derechos humanos del proletariado, de qué modo la privatización de la educación superior, fue frenada de manera estoica, en el movimiento estudiantil del 99-2000 en la UNAM en este contexto de totalidad política concreta contemporánea como un ejemplo pedagógico vital, es decir como ícono internacional en la educación de masas, encarnada en cada uno de los sujetos histórico-educativos que en él participan como un individualcolectivo (9)con consciencia para sí de clase trabajadora, al asumirse proletariamente en los hechos con todas sus diferencias y matices en tal proceso de transición del comportamiento del sujeto histórico ahí constituido y formado para construir su propia emancipación histórico-social, frente a todo tipo de despojo impuesto por la burguesa.

Sin embargo hoy ejerciendo gran violencia, el despojo igual sigue pasando en los demás ámbitos de generación de conocimiento y de producción en general, sostenido este injusto despojo a costa del trabajador directo que sólo tiene su fuerza de trabajo para ponerla en venta, como clase explotada frente a sus opresores, pues la clase hegemónica está ante una lucha a muerte, porque su meta es privatizar todo lo posible de privatizarse: como son energéticos, desde el agua hasta el petróleo, los minerales; alimentación, vivienda, servicios de salud, diversión, medios de comunicación y ahora de forma silenciosa y paulatina, toca a la educación pública y gratuita en todos sus niveles educativos, en este periodo de decadencia del capitalismo internacional y del imperialismo mundial, entendido como última fase de existencia de este régimen de explotación capitalista.

Así va dejando tal periodo de transición reformista en un contundente aprendizaje, con ejemplos concretos del tono neocolonial y neofascista, para someter al trabajador proletarizado, ejemplos de esta represión son la Alianza por la Calidad de la Educación (ACE), el Plan Puebla Panamá (PPP) o la justificación de militarización del país con la Iniciativa Mérida, que han tenido una gran resistencia para su imposición por sujetos organizados en resistencia y autodefensa de derechos humanos vitales.

Por eso lo primero que hay que expropiar en la educación humanizada en la sensibilidad de sus matices racionales, son los medios de comunicación e información del pueblo trabajador, con un sentido pedagógico-educativo, para seguir dialogando y resignificando el proceso de humanización, con base en una formación científica desde la condición humana más primitiva que es la sobrevivencia por su sensibilidad, de la prole para sí, porque “la necesidad sólo es ciega mientras no se la comprende. Ya que la libertad no es otra cosa que el conocimiento de la necesidad.” (10) En este entramado categórico, para la dialéctica crítica en el contexto histórico de la educación lingüística entre las masas, es vital comprender, de forma significativa el sentido del trabajo humano, pensando en el proceso educativo correspondiente, construido por las relaciones sociales de producción vigentes en el reconocimiento de la lucha de clases, en otras palabras construido en la confianza de la unidad proletaria.

“Este concepto de la educación como una función espontánea de la sociedad mediante la cual la prole se asemeja a los adultos, exacto en la comunidad primitiva, dejó de serlo en cuanto la comunidad primitiva se fue transformando lentamente en sociedad dividida en clases. <…> Semejante transformación tiene para nosotros una importancia grande. En la sociedad primitiva la colaboración entre los hombres se fundaba en la propiedad común y en los vínculos de sangre retrocedieron ante el nuevo vínculo que la esclavitud inauguró: el que engendra el poder del hombre sobre el hombre. Desde ese instante los fines de la educación dejaron de ir implícitos en la estructura total de la comunidad.

O para decirlo en otra forma: con la desaparición de los intereses comunes a todos los miembros iguales de un grupo, y su sustitución por intereses distintos, poco a poco antagónicos, el proceso educativo hasta entonces único se escindió; la desigualdad económica entre los “organizadores” -cada vez más explotadores- y los “ejecutores” -cada vez más explotados- trajo necesariamente la desigualdad en sus educaciones respectivas”. (11)

Lo que da cuenta histórica, desde las diferentes necesidades e intereses de vida, entre la cultura proletaria y la cultura burguesa, se desprende que sus valores acerca de la libertad y la responsabilidad transformadora, son expresiones distintas, por lo que tienen que ser resignificadas permanentemente en la educación de nuevos lenguajes.

Por las razones expuestas es importante en la comunicación dialógica, la formación pedagógica militante por, con y para las masas, que permita cobrar consciencia de clase proletaria para sí, en contra de la propiedad privada de medios de producción.

Notas:

(1) Vid. Arenas, César. La cohesión del proceso. Acerca de la organización del trabajo de masas. Editorial PCM (m-l), México 2008. P. 9.
(2) Vid. Cuevas, Felipe. Crisis de los fundamentos del capitalismo. México 2009. Mimeografiado. P. 6.
(3) Cfr. Valqui Cachi, Camilo (Coord.). El pensamiento de Marx en los umbrales del siglo XXI. Por Mario Aguirre Beltrán. Editorial Comuna, UAG. 1995 México. P. 107.
(4) Vid. Ponce, Anibal. Educación y Lucha de Clases. Editorial Quinto Sol, N.d. México. P. 112.
(5) Según Heinz Dieterich, el terrorismo de Estado “es tan viejo como la sociedad de clases misma, y pese a que constituye uno de los principales modos de operación de muchos Estados nacionales contemporáneos, no ha sido bien analizado. Muchos de los aspectos y legalidades de este siniestro fenómeno están por investigarse o requieren de un estudio más profundo. Entre éstos se encuentra la dimensión legal del problema: desde la falta de definiciones adecuadas en el derecho internacional para el fenómeno de las ‘desapariciones’, por ejemplo, hasta la ausencia de una institución ejecutiva legal de orden supranacional”. Vid. E.U. y el terrorismo internacional. Noam Chomsky, Edward S. Herman, Heinz Dieterich, James Petras, Jan Nederveeen Pieterse. Ed. UAM y Plaza y Valdes, México1988. P. 31.
(6) Cfr. Vanguardia Proletaria. No. 318 del 02 al 08 de marzo de 2009, México. P. 3.
(7) Vid. Cuevas, Felipe. Crisis de los fundamentos del capitalismo. México 2009. Mimeografiado. P. 7.
(8) Para Luis Villoro, la ideología se dimensiona de la siguiente forma: 1. Conjunto de enunciados que tienen como características: a) Presentan los productos de un trabajo como cosas o cualidades independientes de ese trabajo. b) Explican el proceso de producción por esos productos cosificados. 2. Conjunto de enunciados que presentan como un hecho o cualidad objetiva lo que es cualidad subjetiva: a) Enunciados que presentan intereses particulares de clase, como intereses generales. b) Enunciados de valor que se presentan como enunciados de hecho. 3. Conjunto de enunciados que expresan creencias condicionadas en último término, por las relaciones sociales de producción. 4. Conjunto de enunciados que expresan creencias que cumplen una función social. La ideología consiste en una forma de ocultamiento en que los intereses y preferencias propios de un grupo social se disfrazan al hacerse pasar por intereses y valores universales y se vuelven así aceptables para todos. Cfr. El concepto de ideología. Ed. FCE, México N/d. Desde esta concepción es posible distinguir las ideologías con fundamentos científicos tanto para la opresión como para la emancipación social.
Vid. Althusser Louis et al. Polémica sobre marxismo y humanismo. Ed. Siglo XXI, México 1974. Pp. 18-19. “Basta saber muy esquemáticamente que una ideología es un sistema (que posee su lógica y su rigor propios) de representaciones (imágenes, mitos, ideas o conceptos, según los casos), dotadas de una existencia y de un papel históricos en el seno de una sociedad dada. Sin entrar en el problema de las relaciones de una ciencia con su pasado (ideológico), podemos decir que la ideología como sistema de representaciones se distingue de la ciencia en que la función práctico-social es más importante que la función teórica (o de conocimiento).”
(9) Valentina Cantón se refiere a la categoría de individualcolectivo para aclarar “la concepción del sujeto como sujeto descentrado, renunciante al ser y por tanto desposeído de certeza, comodidades y verdades, un sujeto en permanente búsqueda y movimiento, que son, al mismo tiempo, los productos y motores de su extrañamiento sobre sí y sobre las cosas que conoce; extrañamiento que le conduce a la necesidad, al reconocimiento de aquello que le falta, aquello que quiere, al menos como un bien ‘material’ y que puede explicar, crear su definición con palabras como !incluso ‘interés’¡, para después ser consecuentes con ellas en su acción”, por lo que lo individual implica lo colectivo y lo colectivo lo individual, lo cual se sintetiza en la noción de particular desde la concepción hegeliano-marxista, metodológicamente hablando. La categoría de Cantón, atraviesa toda la lógica de la investigación que presentamos. Cfr. Cantón Valentina, 1+1+1 no es igual a 3. Una propuesta de formación de docentes a partir del reconocimiento del particular. Ed. UPN, Colección Textos No. 6, México 1997. 173 pp. P. 140.
(10) Vid. Lenin, I.V. Las tres fuentes y las tres partes integrantes del marxismo. Editorial Progreso, Moscú 1974. P. 20.
(11) Vid. Ponce, Aníbal. Educación y lucha de clases. Editorial Quinto Sol, México N/d. Pp. 12, 16 y 17. En esta obra nuestro autor, sostiene que “Marx tenía razón pues, cuando decía que ‘al principio de la civilización no son personas particulares, sino familias, tribus, etcétera, las que están una enfrente de otras”. Apud. El Capital, T. I. P. 269, aunque se equivocaba al creer que la familia fue anterior a la tribu, como él mismo lo reconoció después”.

Saturday, September 4, 2010

Audiencia

Visitantes a Educación Política.