GOLPE DE ESTADO EN CURSO.

 Fernando Cajas

Cuando los Poderes del Estado se alinean para no permitir que la voluntad popular expresada en las urnas no se cumpla, entonces a eso se le llama Golpe de Estado. Aunque el golpe de estado se entiende como la intervención violenta, casi siempre militar, para impedir que un ciudadano X que se encuentra en el poder, presidente, se le impida seguir ejerciendo sus funciones como tal, entonces ese será un golpe de estado. El presidente Giammatei dice que aquí no hay golpe de estado porque Arévalo aún no es presidente y por lo tanto no se le aplica el concepto de golpe de estado. Ridículo. El hecho de tratar por todos los medios, particularmente jurídicos; que Arévalo no tome posesión como presidente de Guatemala es un Golpe de Estado porque se quiere tomar el poder a la fuerza, no se respeta la decisión del pueblo y se viola la Constitución.

            

    Para tomar el poder por la fuerza el Pacto de Corruptos creó un Plan de Emergencia que incluía la construcción de una narrativa para que los guatemaltecos ingenuos la compraran, a saber: 1) que Arévalo no llenaba requisitos para ser presidente, 2) que Semilla falsificó firmas para inscribirse como partido político y que inscribió a una docena de difuntos, 3) que los magistrados el Tribunal Supremo Electoral cometieron delitos porque contrataron a una empresa externa para la Transmisión de Resultados Electorales Preliminares, TREP, etc. Cada uno de esos «delitos» han sido analizados por varios juristas y politólogos y hay consenso en que nada de esto es jurídicamente viable. No hay nada jurídicamente hablando que evite que Semilla sea un partido legalmente establecido y nada legal que impida la inminente toma de posesión de Bernardo Arévalo.  La falsa narrativa del Ministerio Público, MP, es tan falsa como los son los golpistas.

                Pero sí saben que eso es falso, porque hacer esta alharaca jurídica, ¿Por qué? Porque quieren dar la impresión de que están usando las leyes, la justicia para impedir que Arévalo tome posesión. Ellos y nosotros sabemos que todo esto es un show. Como lo sabemos bien hemos optado por un Paro Nacional. Esa es la única opción que nos dejaron los corruptos. Amparados en nuestra Constitución estamos en plena resistencia y el liderazgo lo han tomado los 48 Cantones de Totonicapán. Este pueblo que ha sufrido tanto ha dado el primer paso y luego muchos pueblos, comunidades, colonias, caseríos, todos nos hemos manifestado en lo que ya es el mayor movimiento social que Guatemala ha tenido en toda su historia. Eso el Pacto de Corruptos lo ha tomado como una afrenta a la economía. Ridículos.

                La cara visible del Pacto de Corruptos es Alejandro Giammatei un personaje racista y clasista, manipulador compulsivo, ególatra que no quiere ver la magnitud de la protesta. Para el Pacto de Corruptos aquí no pasa nada. Con toda la caballería se han lanzado a detener todo tipo de protesta, incluyendo una enorme intimidación contra periodistas y medios de comunicación que objetivamente han comunicado sobre el paro. Estamos justo en medio de dicha crisis. Para poder lograr lo que se quiere, la renuncia de los tres golpistas, Porras, Curruchiche y Orellana, es el momento de respirar y tomar cada decisión futura con calma, con la mejor información y a la luz del objetivo central.

                En principio la lucha que se tiene es férrea y compleja. Quienes se oponen al paro no solamente con los caciferos, empresarios corruptos cuya visión miope solo les permite ver sus pérdidas o sus ganancias. La Policía Nacional y el Ejèrcito juegan un papel incierto. La población en su mayoría apoya la petición para que renuncie Porras, Curruchiche y Orellana y hasta desean que renuncie Giammatei. Pero existe otro sector de la población que ha comprado la (falsa) idea de que los paros son violentos, que hay que manifestar de otra forma, aunque no dicen cómo, que quizá se logre quitarle el poder al Pacto de Corruptos por medio del diàlogo.

                Sin duda que los efectos secundarios del Paro Nacional son las consecuencias eventuales por la acción y esas no se pueden eliminar del todo, solamente se pueden mitigar. Los efectos imprevistos son aquellos eventos que aún no podemos predecir. Pero el Paro está diseñado para poder remover de sus puestos a funcionarios corruptos que aún tienen poder y que luchan por seguir en sus puestos a pesar de que la gran mayoría de los ciudadanos les hemos pedido que renuncien. Tenemos que cuidar muchos los efectos adversos del Paro, esto es, que las acciones del Paro no fortalezcan las posiciones de los tres golpistas.

                El cinismo y la necedad de Consuelo Porras es inaudito. La señora tiene un concepto totalmente distorsionado de la ética y la moral. A ella no le importa nada ser la punta de lanza de la corrupción reinante y la actriz principal del golpe de estado en contra de Bernardo Arévalo y Karin Herrera. Como ya no tienen de donde echar mano lo único que les queda es la represión fría y llana. Esto es, sacaran con más fuerza a la Policía Nacional, al Ejèrcito y utilizaràn a sus aliados naturales, los pandilleros a sueldo que son como ellos y utilizaràn el brazo armado de los narcos, sus hermanos solidarios con los que tantos negocios han tenido y quieren tener. Ese es el panorama. Tendremos que ser muy cautos. Sabemos que èsta es nuestra lucha. Que triunfaremos si nos mantenemos unidos. 

¡Es ahora o no será nunca Guatemala!