Se han desplegado las lenguas maternas indígenas, y su importancia en la lucha de clases del SUJETO REVOLUCIONARIO en México, siendo una categoría a construirse en la praxis político-pedagógica para este siglo, y así garantizar el ESPACIO y la LIBERTAD DE EXPRESIÓN DE LA SOCIEDAD del ser en sí y de sí, al hacerse humano para sí en UNIDAD con el proletariado internacional, nacional y local como bloque hegemónico del movimiento mundial en contra del imperialismo y la oligarquía financiera de esta época, deslegitimando a la cultura burguesa; hasta lograr que la propiedad privada pase a ser propiedad social, en una lucha sostenida con razones históricas y principios de libertad (eticidad), en contra de la funcionalidad que enrola al sujeto histórico-educativo en la institucionalidad estratificante del proceso privatizador.
Es así necesaria la conformación de un PARTIDO OBRERO, para educar el abuso de PODER POLÍTICO que ha ejercido la clase dominante por medio del Estado esclavista, el Estado feudal, el Estado capitalista y aún el Estado socialista, como un momento de transición al comunismo humanizado posible y realista en la lucha de clases en México hoy día, teniendo en cuenta las experiencias históricas sufridas en este sentido; lo que tendrá que construirse con ejemplos virtuosos de esta lucha en la SOCIEDAD, constituida dicha lucha por su historicidad, ubicando al sujeto histórico como la propia totalidad política concreta, es decir, como síntesis inescindible de la producción económico-política y sociocultural desde la lengua materna de origen, para enfrentar al enemigo principal, a saber, la oligarquía financiera, como la forma más acabada de la burguesía capitalista, en un contexto de Pedagogía Crítica en cualquier espacio educativo, como reto para el educador-educando con consciencia de clase proletaria.
El proceso de abuso de poder, ha forzado a la clase trabajadora explotada a servirle al amo como esclavo; al terrateniente, rey o cacique como siervo, peón o jornalero agrícola; y como proletario hoy día al empresariato burgués; al haber sido despojado el trabajador directo en este despliegue histórico de todos sus medios de producción de forma arbitraria e injusta, para PODER producir políticamente con independencia, libertad y autonomía en colectividad lúdica y creativa; en este sentido educativo, es necesaria la socialización de manera equitativa de todo lo producido en la sociedad, pero que es concentrado en propiedad privada, se insiste, como un acto inhumano y perverso, que debe ser tratado por la Pedagogía Crítica.
La oligarquía financiera hoy día encarna a toda la lógica de explotación histórica en la CONCENTRACIÓN Y ACUMULACIÓN de grandes riquezas naturales y del trabajo forzado, es la transformación evidente en CAPITAL a través de la retención de la plusvalía, no pagada al trabajador, y que se reinvierte como ganancia extraordinaria en el proceso de intercambio y de circulación de mercancías; por ello en el proceso educativo de masas, es tan necesario lograr la IDENTIDAD DE LA CLASE TRABAJADORA, reafirmándose como proletariado en su mosaico multicultural de posibilidades diversas de expresión, en el sentido más supremo de la dignidad humana, que es la UNIDAD del pueblo trabajador, para consolidar procesos de emancipación en este siglo XXI, que hegemoniza el bloque imperialista, es vital enfrentar a este monstruo de mil cabezas, con una educación interdisciplinaria, intercultural, interétnica y de género -como plantea Dieterich-.
Entendido este siglo en sí, como una totalidad orgánicamente concreta en su dialecticidad material e histórica, desde la racionalidad expuesta en este apartado para expresar la complejidad que encierra la lucha de clases en la sociedad, como tal totalidad histórico-política concreta; por eso es vital no quedarse en discursos y COMPORTAMIENTOS aislados y escindidos, que ha impuesto la cultura burguesa en la SOCIEDAD desigual en México, en este escenario de la lucha de clases, que es a la vez síntesis y concreción diferenciada, pero también es capaz de unirse en el despliegue de su historicidad emancipadora, cuando la clase trabajadora, es educada políticamente para ello, con base en virtudes humanas probadas en el acto de la historicidad social; valorando a quién se afecta y cómo se afecta la integridad del sujeto histórico-educativo, en los procesos de inclusión y de exclusión del pueblo mexicano, lo cual amerita un análisis pedagógico político de forma sistemática y rigurosa científicamente.
Con base en la racionalidad aquí expuesta, el Dr. Francisco Covarrubias Villa aclara, “El concreto no es agregación constitutiva sino condensación incidencial total, y por esto es por lo que, aunque aparencialmente lo concreto es articulación de componentes diferenciales, no es posible la identificación material de contenidos ónticos para articular un objeto disciplinario diseminado en la multiplicidad condensatoria total. El estructural funcionalismo y la teoría sistémica creen resolver el problema adjudicándole a la estructura constitutiva diferencial del concreto la noción de relacionalidad y funcionalidad. Lo que no se piensa en esas concepciones es precisamente lo que mayor importancia tiene: el carácter condensatorio de lo múltiple en cada fragmento funcionalista o articulado”[1], que encierra la contradicción irresoluble entre el capital y el trabajo, que se explicará ahora en la dialéctica de la identidad del poder en la lucha de clases de acuerdo a las leyes del capital expuestas que son posibles de transformarse con base en la formación conscientes de virtudes probadas por el ejemplo.
Notas:
[1] Vid. Covarrubias Villa, Francisco. La teorización de los procesos histórico sociales (volición, ontología y cognición científica… Op. cit. P. 290.
Sunday, December 26, 2010
Monday, December 6, 2010
SINDICALISMO DE CLASE Y REVOLUCIONARIO en búsqueda de la libertad.
Sabemos que históricamente el sindicato de clase lucha por crear una estrategia de organización política[1] de base entre distintos trabajadores proletarios, campesinos, obreros y sectores populares para la toma del poder y la abolición de la propiedad privada, así se distingue la LUCHA POLÍTICA, en la lucha huelguística históricamente, y a la vez su contraparte que surge de la socialdemocracia como una LUCHA IDEOLÓGICA, pudiéndose distinguir ambas formas de lucha, por sus prácticas organizativas, tendientes, a tomar posiciones REFORMISTAS y REVOLUCIONARIAS en dimensiones matizadas en lo internacional, nacional y local.
Estas dos posturas, son reflejo del tejido y comportamiento social en la formación del INTELECTUAL ORGÁNICO, que menciona A. Gramsci: 1) En la preservación de la sociedad de CLASES, y como el capital no tiene fronteras, ahí se expresan movimientos amplios aún desarticulados como los GLOBALIFÓBICOS, y 2) Quienes sostienen una actividad POLÍTICA con base en la disciplina teórico-conceptual marxista y de prácticas radicales en la transformación político-sindical, a pesar de que la formación hegemónica de occidente la ha diluido, son más ocultas socialmente las FORMAS DE COMUNALIDAD INDÍGENA, por ello ambas tienen que irse encontrando en algún punto de comunicación organizativa en la emancipación social en contra del imperio monopolista, que pervierte y confronta a los mismos sectores de las clases populares, desde sus funciones y estratificación social; con fundamento en la división artificial entre el campo y la ciudad o entre el trabajo manual y en intelectual, los cuales tienen que superarse como procesos educativos, que cada generación construye en forma, contenido y significación..
En la organización amplia nacional en México, es necesario quizá la conformación de un partido del proletariado -no de reproducción de la lógica capitalista-, encabezado por las demandas sociales del pueblo trabajador, en donde no SE ARREBATE EL PODER ya construido, sino se cree un NUEVO PODER político de representación amplia entre marxistas y comunalidades indígenas, haciendo un balance y replanteamiento de las experiencias ya recorridas como pueden ser las comunidades autónomas, para conocer y valorar sus contradicciones y posibilidades de desarrollo revolucionario, más allá de la organización sindical, que hoy día puede incluso ser rebasado por una nueva conformación en la ORGANIZACIÓN POLÍTICA y la correlación de fuerzas, para la HUELGA AMPLIA y los paros generalizados que se avecinan para este siglo XXI, aunque aún sean sólo consignas de la correlación de fuerzas, dado el DISCURSO MUNDIAL DE LA VIOLENCIA que se objetiva cotidianamente, y que está llegando a su límite en el comportamiento fascista mundial entre países colonizadores y colonizados, porque en el pueblo trabajador ya no existen grandes diferencias, por lo que el punto de unidad dadas las condiciones objetivas de explotación y desigualdad social, puede ser el llamado contrahegemónico en contra del capitalismo salvaje y su propiedad privada.
La razón histórica-pedagógica es que la lucha revolucionaria no consiste nada más en las demandas económicas salariales o de prestaciones, sino antes que todo, por la transformación de fondo del sistema de explotación social, en sus dimensiones local, mundial y nacional, en eso se diferencian los sindicatos corporativos, quienes luchan por reivindicaciones económicas inmediatas, y los sindicatos que se radicalizan con el movimiento de base por las acciones contundentes para derrocar al régimen del capital.
En este contexto histórico desde la década de los 70-80, se gesta y se desarrolla una cultura de desigualdad social hegemónica entre las grandes potencias y la lógica de acumulación de capital. En esta correlación de fuerzas, el poder político tiende a extinguir la vida sindical democrática y revolucionaria, para sustituirla por sindicatos cooptados por los Estados capitalistas, así se crean las condiciones para que se formen ‘sindicatos independientes’ actualmente con un sentido de grupo individual y aislado, bajo el tipo de sindicato empresarial, con lo que es debilitada y fragmentada la clase trabajadora en su capacidad de unidad histórica con organizaciones de base amplias y de unidad en un Frente Único, con su arma de lucha la huelga nacional que se pretende reformarla para impedir la defensa legal y poner más trampas desde la ley burguesa a la lucha política de la clase trabajadora.
El sindicato de clase sabe que no existe SALARIO JUSTO, como lo denuncia Marx, pues detrás de todo proceso de trabajo está el sentido de la mentalidad empresarial de explotación, de sojuzgamiento, de ganancia y de lucro enajenante y cosificador del sujeto educativo. El sindicato de clase se dedica a la FORMACIÓN DE CUADROS PROLETARIOS, en conjunto con la educación formal, la no formal y la informal, comprendido como un todo concreto inescindible, desde una concepción de la pedagogía dialéctica crítica, para el movimiento y el momento revolucionario, en el tránsito al socialismo-comunismo, ya una vez abolido el estado socialista en su tránsito a una comunalidad virtuosamente solidaria y enaltecida por su reeducación consciente en valores, y hechos virtuosos, porque aún lo más grotesco puede sublimarse en beneficio de las mayorías de la clase proletaria; denominada esta fase de comunalidad que tienda a desplegarse en la capacidad de organización política campesina-indígena, migrante-indígena, obrera-mestiza, obrera-urbana, o proletariado agrícola, científicamente referidas con un solo punto de encuentro, búsqueda y superación, destruir con una estrategia político-filosófica-pedagógica revolucionaria, la lógica de explotación capitalista, desde una llamada quizá internacional, para ir avanzando con más claridad nuevas luchas del proceso humanitario en contra de la violencia que ejerce la lógica de acumulación y exterminio capitalista.
Más allá del sindicato de clase, es necesario hacer una tipología precisa de la nueva conformación del trabajo obrero y campesino, como expresiones organizadas y disciplinadas de construcción social, para UNIR ESFUERZOS en la toma del poder en la Ciudad de México, por el pueblo este 4 de diciembre de 2009; ¿cómo lograrlo?, sólo a través de la lucha en la organización política específica y concreta.
Para este siglo XXI, la historia muestra que dos medios de producción, es indispensable arrebatarle a la burguesía en este sentido; éstos son los MEDIOS DE COMUNICACIÓN DE MASAS, y las ARMAS diversas para la revolución, que cada generación tenga que crear en la necesidad inminente de la autodefensa, para enfrentar la crisis de valores, de desempleo, de carencia al grado de la miseria y la lumpenproletarización, de reformas reaccionarios a la Ley Federal del Trabajo, del ISSSTE (salud), o la Alianza por la Calidad de la Educación (ACE de la líder corrupta del magisterio, Elba Esther Gordillo, en su perfil de formación del sujeto, como servidor de la maquila y el turismo); logrando no sólo la privatización de la salud, sino también del petróleo, del agua, de la tierra, en la disminución de presupuestos y de prestaciones sociales para educación, salud, vivienda, recreación y acceso a los recursos naturales en general, conociendo que el pueblo mexicano ya ha pagado hasta tres veces la deuda pública pero no al extranjero, sino al interior del capital mexicano, como fue el tan sonado FOBAPROA, para proteger la quiebra de los bancos en las finanzas del capital. Por lo que es necesario ubicar en la organización y en la lucha social de masas del movimiento internacional, nacional y local, la creación de un FRENTE ÚNICO AMPLIO -hoy como consigna- en la toma paulatina, radical y definitiva del poder de la clase trabajadora organizada políticamente, es decir consciente de sus derechos humanos y de su eticidad-dignidad en la resistencia, como procesos de búsqueda de libertad, sabiendo que ésta sólo es una aspiración que permite construir los valores humanos para lograr síntomas de equidad cada vez más justos entre las masas organizados por la educación militante.
Frente el neofascismo de la ultraderecha, este trabajo de educación humanizada con un valor que quedó detenido desde el periodo de la ilustración (Ss. XVII y XVIII) en el no reconocimieNTO al trabajo de las mayorías, como son hoy en México tianguistas, artesanos, comerciantes, trabajadoras domésticas, colectivos estudiantiles, académicos progresistas, indígenas, sindicalistas, migrantes, maquiladores, reeducándose con el lumpenproletario, etc. para abrir esfuerzos con movimientos de vanguardia hoy día, como son, entre varias más, 1) la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca, 2) la Promotora Nacional, 3) la Otra Campaña, 4) el 7o. Diálogo, o 5) la Convención Nacional o 6) La Coordinadora de Trabajadores de la Educación (CNTE), a quienes se les identifica por su capacidad de organización político-ideológica, en una diversidad de experiencias del movimiento de masas, que están encabezando la UNIDAD DE LA CLASE PROLETARIA.
Se trata de enfrentar la LUCHA DE CLASES abierta y decidida con un sentido sólido y un punto preciso de identidad entre esta clase proletaria, despojada ya de todos sus medios de trabajo, teniendo que vender su alma al pervertido capitalista-avaro, a través de procesos de denuncia que anuncia otro porvenir para la humanidad con base en el poder de la emancipación social, y con base en ejemplos organizados profesionalmente, con disciplina en contra de las políticas de explotación, y de denigración social en la mercantilización lucrativa de mentalidad empresarial competitiva e individualista del gobierno-negocio turístico y del narcotráfico; éstos son fáciles de identificar porque participan en todo lo vendible que reditúe buenas ganancias en la reproducción del sistema capitalista de explotación; los sindicatos de clase históricamente se esfuerzan en cambio por impulsar proyectos, junto con organizaciones autónomas de integridad, con una ética revolucionaria de la clase trabajadora.
Estos PROYECTOS EDUCATIVOS amplios, libres y soberanos, se articulan como organizaciones políticas, capaces de enfrentar las contradicciones en la lucha sindical revolucionaria, al llamado permanente de otras organizaciones de clase, de manera sostenida en asamblea (el proceso sindical está siendo muy desvirtuado); en este sentido ya existen experiencias de vínculos con organizaciones mundiales, pues las condiciones de PAROS INTERNACIONALES y llamados a la acción de masas, se va desplegando e inicia en este siglo, dado que las condiciones materiales de degradación de la existencia humana, ya están dadas; reconociendo que aún falta una educación política de masas, para crear las condiciones subjetivas en apoyo al movimiento revolucionario, en contra de la propiedad privada de medios de producción mencionados.
Lo importante es que se supere el empirismo espontáneo y coyuntural en la lucha de clases, como son por ejemplo, los movimientos de migrantes en Estados Unidos entre otros más; por lo que es necesario hacer una TIPIFICACIÓN MINUCIOSA de estas nuevas formas de organización social, con influencias culturales diversas entre la cultura burguesa y la cultura proletaria, son mixturas multiétnicas, multiculturales y de género.
Estas influencias también avanzan en la organización del trabajo histórico social, por lo que es necesario acercarse en el balance de la lucha de clases y sindical revolucionaria, a una nueva GEOPOLÍTICA mundial, en el análisis de la correlación de fuerzas, las estrategias a largo plazo para encontrar las alianzas más convenientes al movimiento de masas.
Las PROPUESTAS EDUCATIVAS para el Plan de Acción nacional e internacional, son las siguientes, como tendencias paulatinas en el trabajo militante y de masas:
1. Es necesario una base teórica correcta de raíz cultural marxista, que impulse el movimiento revolucionario, el ejemplo de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca, es innegable para la realidad mexicana, mediados por principios de solidaridad y de cooperación, compartiendo experiencias de la lucha social y de las nuevas acciones que se perfilan, para que la tendencia sea que la APPO tome espacios vigentes y en el gobierno estatal, en la creación de una nueva constituyente que despierte la necesidad de las masas por exigir sus derechos de clase proletaria como está sucediendo en el resto de América Latina, con una voz, en la que se pronuncia el socialismo.
2. Comprender la naturaleza del Estado capitalista explotador y diferenciar sus órganos de gobierno, entre grupos interdisciplinarios, para proyectar el proyecto de masas, combatiendo la lógica funcionalista y estratificante de la hegemonía dominante, porque en el México oligárquico, neofascista y neoliberal de Calderón, Slim, Cartens o Yunes, ya se está en una etapa de persecución de los mínimos brotes de descontento político y de protesta, por lo que se promueve el exterminio de la cultura burguesa en el mundo, con base en todo un proyecto educativo a largo plazo con tareas precisas del proletariado urbano, campesino, migrante y popular, de forma revolucionaria en la toma del poder y del gobierno.
3. Promover la articulación de medios de comunicación de masas (internet, prensa, propaganda, publicidad, Pág. Web, performance, etc.) con las necesidades del movimiento sindicalista revolucionario para alcanzar una consciencia socialista de las masas obreras, de migrantes, indígenas y de maquiladoras, quienes están recibiendo un trato inhumano, principalmente en los países y regiones de la República mexicana más pobres, con trabajo TERCERIZADO. Cargando a cuestas una alta deuda externa, y una hegemonía mundial de monopolios con sus respectivos medios de comunicación; por lo que tenemos que diferenciar conceptualmente con precisión, la nueva conformación social en sus matices y especificidades de ACUMULACIÓN CAPITALISTA MUNDIAL Y NACIONAL, así podemos ver, cómo es la experiencia del EZLN por ejemplo.
4. Articular esfuerzos con organizaciones de clase de forma sistemática, en contra de los sindicalistas reformistas, para la conformación del PARTIDO comunista, que impulse la lucha y dirección, con, por y para la revolución proletaria; en donde se sinteticen y unan múltiples esfuerzos de la organización amplia en un Frente Único y a través de una Central Sindical, de la clase trabajadora; que sea capaz de unificar a la clase obrera en defensa de la autonomía, la soberanía y la libre determinación de los pueblos en su política sindical, en contra del empresariato y del Plan Puebla Panamá (PPP) o también denominado Proyecto Mesoamérica, que hoy día articula el movimiento histórico de los pueblos de Centroamérica con la República Mexicana (En estas experiencias el impulso a un modo de producción socialista, inicia a ser parte de ideológica de las masas).
5. Probar nuevas estrategias político-ideológicas, para enfrentar la división en la actitud muda y apagada de los trabajadores, ya enajenados, o alienados al sistema de explotación y de degradación social de sobrevivencia (son 300,000 campesinos en Mèxico, involucrados en el negocio de drogas); pues lo más paradójico es que éstos defienden a los ricos en su lógica partidista, institucional y empresarial de privilegios particulares, caudillistas, de amigos, de grupos colegiados, etc., sin destacar que el papel de los actuales partidos es llevar al PUEBLO A LAS LEGISLACIONES y ciudadanizar los derechos humanos contra-revolucionarios, por la vía parlamentaria capitalista de canonjías y privilegios individuales.
6. Por todo ello es importante la realización de CONGRESOS tolerantes con CALIDAD HUMANA REVOLUCIONARIA , en el análisis de la correlación de fuerzas, con una realización periódica, para el debate y el balance político, social y cultural proletario, como algo ya programado en una agenda sindical amplia, articulada con organizaciones sindicales de clase en sí, de sí y para sí, una agenda permanente con tareas específicas para democratizar a los sindicatos, educando a las bases de los sindicatos corporativos, charros, blancos, burocráticos o empresariales.
7. De modo que las acciones no sólo sucedan por la coyuntura del momento; sino que se hace necesario para la lucha de este siglo XXI, que se despliega la correlación de fuerzas con nuevos valores humanos, científicos, tecnológicos, de cibernética, artísticos, y con un nuevo sentido POPULAR de clase, en el trabajo de los sindicatos democráticos, con pluralidad y respeto, para que todo el poder lo tenga el pueblo en el debate sobre: Tenencia de la tierra, barricadas, autonomía, elecciones/mandato en consulta popular-plebiscito-trayectoria política, porque el siguiente momento es la condena a la sobrevivencia y a la explotación en la terciarización del trabajador asalariado.
8. Desaparición de elecciones plurinominales, incidir en Reforma hacendaria, Ley de transparencia (mandar obedeciendo), ciudadanizar la economía interna, la inseguridad/vigilancia y sus mecanismos de participación para el bienestar social, con base en una EDUCACIÓN EMANCIPADORA CRÍTICA Y LIBERADORA, contra todo tipo de fascismo PRIVATIZADOR.
9. Es necesario conformar una DIVISIÓN DE TAREAS particulares y generales en el trabajo sindical y en la organización de masas, necesariamente articulados, que posibilite contar con una nueva geopolítica de mercados y de nuevas constituciones nacionales, con otras organizaciones de representación mundial, para ir ACELERANDO la madurez necesaria, en la toma del poder y en la expropiación de recursos vitales contra la hegemonía del Estado capitalista, como bloque Internacional fascista.
10. Finalmente este bloque internacional fascista, encarnado en la oligarquía financiera como la forma más acabada de la burguesía; resulta ser el enemigo principal, por ser hoy el dueño absoluto de los medios de producción social y del destino de los seres humanos en calidad de esclavos modernos, y de todos sus recursos vitales, que les impide crecer de forma libre y autónoma, sino en una sociedad cada vez más autista a semejanza de la cultura hegemónica burguesa, en la denigración humana y ecológica como destino manifiesto mundial, por medio de su ideología o cultura burguesa, desde la lógica de propiedad privada de medios de producción y de la sensiblería que impone hegemónicamente, lo que es necesario enfrentar con un PROYECTO INDEPENDIENTE DE CLASE en la crisis económica mundial, de tipo estructural, sistémica y global.
[1] La política, es el arte del ejercicio del poder, y cuando ésta sirve a las mayorías, es una virtud.
Sabemos que históricamente el sindicato de clase lucha por crear una estrategia de organización política[1] de base entre distintos trabajadores proletarios, campesinos, obreros y sectores populares para la toma del poder y la abolición de la propiedad privada, así se distingue la LUCHA POLÍTICA, en la lucha huelguística históricamente, y a la vez su contraparte que surge de la socialdemocracia como una LUCHA IDEOLÓGICA, pudiéndose distinguir ambas formas de lucha, por sus prácticas organizativas, tendientes, a tomar posiciones REFORMISTAS y REVOLUCIONARIAS en dimensiones matizadas en lo internacional, nacional y local.
Estas dos posturas, son reflejo del tejido y comportamiento social en la formación del INTELECTUAL ORGÁNICO, que menciona A. Gramsci: 1) En la preservación de la sociedad de CLASES, y como el capital no tiene fronteras, ahí se expresan movimientos amplios aún desarticulados como los GLOBALIFÓBICOS, y 2) Quienes sostienen una actividad POLÍTICA con base en la disciplina teórico-conceptual marxista y de prácticas radicales en la transformación político-sindical, a pesar de que la formación hegemónica de occidente la ha diluido, son más ocultas socialmente las FORMAS DE COMUNALIDAD INDÍGENA, por ello ambas tienen que irse encontrando en algún punto de comunicación organizativa en la emancipación social en contra del imperio monopolista, que pervierte y confronta a los mismos sectores de las clases populares, desde sus funciones y estratificación social; con fundamento en la división artificial entre el campo y la ciudad o entre el trabajo manual y en intelectual, los cuales tienen que superarse como procesos educativos, que cada generación construye en forma, contenido y significación..
En la organización amplia nacional en México, es necesario quizá la conformación de un partido del proletariado -no de reproducción de la lógica capitalista-, encabezado por las demandas sociales del pueblo trabajador, en donde no SE ARREBATE EL PODER ya construido, sino se cree un NUEVO PODER político de representación amplia entre marxistas y comunalidades indígenas, haciendo un balance y replanteamiento de las experiencias ya recorridas como pueden ser las comunidades autónomas, para conocer y valorar sus contradicciones y posibilidades de desarrollo revolucionario, más allá de la organización sindical, que hoy día puede incluso ser rebasado por una nueva conformación en la ORGANIZACIÓN POLÍTICA y la correlación de fuerzas, para la HUELGA AMPLIA y los paros generalizados que se avecinan para este siglo XXI, aunque aún sean sólo consignas de la correlación de fuerzas, dado el DISCURSO MUNDIAL DE LA VIOLENCIA que se objetiva cotidianamente, y que está llegando a su límite en el comportamiento fascista mundial entre países colonizadores y colonizados, porque en el pueblo trabajador ya no existen grandes diferencias, por lo que el punto de unidad dadas las condiciones objetivas de explotación y desigualdad social, puede ser el llamado contrahegemónico en contra del capitalismo salvaje y su propiedad privada.
La razón histórica-pedagógica es que la lucha revolucionaria no consiste nada más en las demandas económicas salariales o de prestaciones, sino antes que todo, por la transformación de fondo del sistema de explotación social, en sus dimensiones local, mundial y nacional, en eso se diferencian los sindicatos corporativos, quienes luchan por reivindicaciones económicas inmediatas, y los sindicatos que se radicalizan con el movimiento de base por las acciones contundentes para derrocar al régimen del capital.
En este contexto histórico desde la década de los 70-80, se gesta y se desarrolla una cultura de desigualdad social hegemónica entre las grandes potencias y la lógica de acumulación de capital. En esta correlación de fuerzas, el poder político tiende a extinguir la vida sindical democrática y revolucionaria, para sustituirla por sindicatos cooptados por los Estados capitalistas, así se crean las condiciones para que se formen ‘sindicatos independientes’ actualmente con un sentido de grupo individual y aislado, bajo el tipo de sindicato empresarial, con lo que es debilitada y fragmentada la clase trabajadora en su capacidad de unidad histórica con organizaciones de base amplias y de unidad en un Frente Único, con su arma de lucha la huelga nacional que se pretende reformarla para impedir la defensa legal y poner más trampas desde la ley burguesa a la lucha política de la clase trabajadora.
El sindicato de clase sabe que no existe SALARIO JUSTO, como lo denuncia Marx, pues detrás de todo proceso de trabajo está el sentido de la mentalidad empresarial de explotación, de sojuzgamiento, de ganancia y de lucro enajenante y cosificador del sujeto educativo. El sindicato de clase se dedica a la FORMACIÓN DE CUADROS PROLETARIOS, en conjunto con la educación formal, la no formal y la informal, comprendido como un todo concreto inescindible, desde una concepción de la pedagogía dialéctica crítica, para el movimiento y el momento revolucionario, en el tránsito al socialismo-comunismo, ya una vez abolido el estado socialista en su tránsito a una comunalidad virtuosamente solidaria y enaltecida por su reeducación consciente en valores, y hechos virtuosos, porque aún lo más grotesco puede sublimarse en beneficio de las mayorías de la clase proletaria; denominada esta fase de comunalidad que tienda a desplegarse en la capacidad de organización política campesina-indígena, migrante-indígena, obrera-mestiza, obrera-urbana, o proletariado agrícola, científicamente referidas con un solo punto de encuentro, búsqueda y superación, destruir con una estrategia político-filosófica-pedagógica revolucionaria, la lógica de explotación capitalista, desde una llamada quizá internacional, para ir avanzando con más claridad nuevas luchas del proceso humanitario en contra de la violencia que ejerce la lógica de acumulación y exterminio capitalista.
Más allá del sindicato de clase, es necesario hacer una tipología precisa de la nueva conformación del trabajo obrero y campesino, como expresiones organizadas y disciplinadas de construcción social, para UNIR ESFUERZOS en la toma del poder en la Ciudad de México, por el pueblo este 4 de diciembre de 2009; ¿cómo lograrlo?, sólo a través de la lucha en la organización política específica y concreta.
Para este siglo XXI, la historia muestra que dos medios de producción, es indispensable arrebatarle a la burguesía en este sentido; éstos son los MEDIOS DE COMUNICACIÓN DE MASAS, y las ARMAS diversas para la revolución, que cada generación tenga que crear en la necesidad inminente de la autodefensa, para enfrentar la crisis de valores, de desempleo, de carencia al grado de la miseria y la lumpenproletarización, de reformas reaccionarios a la Ley Federal del Trabajo, del ISSSTE (salud), o la Alianza por la Calidad de la Educación (ACE de la líder corrupta del magisterio, Elba Esther Gordillo, en su perfil de formación del sujeto, como servidor de la maquila y el turismo); logrando no sólo la privatización de la salud, sino también del petróleo, del agua, de la tierra, en la disminución de presupuestos y de prestaciones sociales para educación, salud, vivienda, recreación y acceso a los recursos naturales en general, conociendo que el pueblo mexicano ya ha pagado hasta tres veces la deuda pública pero no al extranjero, sino al interior del capital mexicano, como fue el tan sonado FOBAPROA, para proteger la quiebra de los bancos en las finanzas del capital. Por lo que es necesario ubicar en la organización y en la lucha social de masas del movimiento internacional, nacional y local, la creación de un FRENTE ÚNICO AMPLIO -hoy como consigna- en la toma paulatina, radical y definitiva del poder de la clase trabajadora organizada políticamente, es decir consciente de sus derechos humanos y de su eticidad-dignidad en la resistencia, como procesos de búsqueda de libertad, sabiendo que ésta sólo es una aspiración que permite construir los valores humanos para lograr síntomas de equidad cada vez más justos entre las masas organizados por la educación militante.
Frente el neofascismo de la ultraderecha, este trabajo de educación humanizada con un valor que quedó detenido desde el periodo de la ilustración (Ss. XVII y XVIII) en el no reconocimieNTO al trabajo de las mayorías, como son hoy en México tianguistas, artesanos, comerciantes, trabajadoras domésticas, colectivos estudiantiles, académicos progresistas, indígenas, sindicalistas, migrantes, maquiladores, reeducándose con el lumpenproletario, etc. para abrir esfuerzos con movimientos de vanguardia hoy día, como son, entre varias más, 1) la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca, 2) la Promotora Nacional, 3) la Otra Campaña, 4) el 7o. Diálogo, o 5) la Convención Nacional o 6) La Coordinadora de Trabajadores de la Educación (CNTE), a quienes se les identifica por su capacidad de organización político-ideológica, en una diversidad de experiencias del movimiento de masas, que están encabezando la UNIDAD DE LA CLASE PROLETARIA.
Se trata de enfrentar la LUCHA DE CLASES abierta y decidida con un sentido sólido y un punto preciso de identidad entre esta clase proletaria, despojada ya de todos sus medios de trabajo, teniendo que vender su alma al pervertido capitalista-avaro, a través de procesos de denuncia que anuncia otro porvenir para la humanidad con base en el poder de la emancipación social, y con base en ejemplos organizados profesionalmente, con disciplina en contra de las políticas de explotación, y de denigración social en la mercantilización lucrativa de mentalidad empresarial competitiva e individualista del gobierno-negocio turístico y del narcotráfico; éstos son fáciles de identificar porque participan en todo lo vendible que reditúe buenas ganancias en la reproducción del sistema capitalista de explotación; los sindicatos de clase históricamente se esfuerzan en cambio por impulsar proyectos, junto con organizaciones autónomas de integridad, con una ética revolucionaria de la clase trabajadora.
Estos PROYECTOS EDUCATIVOS amplios, libres y soberanos, se articulan como organizaciones políticas, capaces de enfrentar las contradicciones en la lucha sindical revolucionaria, al llamado permanente de otras organizaciones de clase, de manera sostenida en asamblea (el proceso sindical está siendo muy desvirtuado); en este sentido ya existen experiencias de vínculos con organizaciones mundiales, pues las condiciones de PAROS INTERNACIONALES y llamados a la acción de masas, se va desplegando e inicia en este siglo, dado que las condiciones materiales de degradación de la existencia humana, ya están dadas; reconociendo que aún falta una educación política de masas, para crear las condiciones subjetivas en apoyo al movimiento revolucionario, en contra de la propiedad privada de medios de producción mencionados.
Lo importante es que se supere el empirismo espontáneo y coyuntural en la lucha de clases, como son por ejemplo, los movimientos de migrantes en Estados Unidos entre otros más; por lo que es necesario hacer una TIPIFICACIÓN MINUCIOSA de estas nuevas formas de organización social, con influencias culturales diversas entre la cultura burguesa y la cultura proletaria, son mixturas multiétnicas, multiculturales y de género.
Estas influencias también avanzan en la organización del trabajo histórico social, por lo que es necesario acercarse en el balance de la lucha de clases y sindical revolucionaria, a una nueva GEOPOLÍTICA mundial, en el análisis de la correlación de fuerzas, las estrategias a largo plazo para encontrar las alianzas más convenientes al movimiento de masas.
Las PROPUESTAS EDUCATIVAS para el Plan de Acción nacional e internacional, son las siguientes, como tendencias paulatinas en el trabajo militante y de masas:
1. Es necesario una base teórica correcta de raíz cultural marxista, que impulse el movimiento revolucionario, el ejemplo de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca, es innegable para la realidad mexicana, mediados por principios de solidaridad y de cooperación, compartiendo experiencias de la lucha social y de las nuevas acciones que se perfilan, para que la tendencia sea que la APPO tome espacios vigentes y en el gobierno estatal, en la creación de una nueva constituyente que despierte la necesidad de las masas por exigir sus derechos de clase proletaria como está sucediendo en el resto de América Latina, con una voz, en la que se pronuncia el socialismo.
2. Comprender la naturaleza del Estado capitalista explotador y diferenciar sus órganos de gobierno, entre grupos interdisciplinarios, para proyectar el proyecto de masas, combatiendo la lógica funcionalista y estratificante de la hegemonía dominante, porque en el México oligárquico, neofascista y neoliberal de Calderón, Slim, Cartens o Yunes, ya se está en una etapa de persecución de los mínimos brotes de descontento político y de protesta, por lo que se promueve el exterminio de la cultura burguesa en el mundo, con base en todo un proyecto educativo a largo plazo con tareas precisas del proletariado urbano, campesino, migrante y popular, de forma revolucionaria en la toma del poder y del gobierno.
3. Promover la articulación de medios de comunicación de masas (internet, prensa, propaganda, publicidad, Pág. Web, performance, etc.) con las necesidades del movimiento sindicalista revolucionario para alcanzar una consciencia socialista de las masas obreras, de migrantes, indígenas y de maquiladoras, quienes están recibiendo un trato inhumano, principalmente en los países y regiones de la República mexicana más pobres, con trabajo TERCERIZADO. Cargando a cuestas una alta deuda externa, y una hegemonía mundial de monopolios con sus respectivos medios de comunicación; por lo que tenemos que diferenciar conceptualmente con precisión, la nueva conformación social en sus matices y especificidades de ACUMULACIÓN CAPITALISTA MUNDIAL Y NACIONAL, así podemos ver, cómo es la experiencia del EZLN por ejemplo.
4. Articular esfuerzos con organizaciones de clase de forma sistemática, en contra de los sindicalistas reformistas, para la conformación del PARTIDO comunista, que impulse la lucha y dirección, con, por y para la revolución proletaria; en donde se sinteticen y unan múltiples esfuerzos de la organización amplia en un Frente Único y a través de una Central Sindical, de la clase trabajadora; que sea capaz de unificar a la clase obrera en defensa de la autonomía, la soberanía y la libre determinación de los pueblos en su política sindical, en contra del empresariato y del Plan Puebla Panamá (PPP) o también denominado Proyecto Mesoamérica, que hoy día articula el movimiento histórico de los pueblos de Centroamérica con la República Mexicana (En estas experiencias el impulso a un modo de producción socialista, inicia a ser parte de ideológica de las masas).
5. Probar nuevas estrategias político-ideológicas, para enfrentar la división en la actitud muda y apagada de los trabajadores, ya enajenados, o alienados al sistema de explotación y de degradación social de sobrevivencia (son 300,000 campesinos en Mèxico, involucrados en el negocio de drogas); pues lo más paradójico es que éstos defienden a los ricos en su lógica partidista, institucional y empresarial de privilegios particulares, caudillistas, de amigos, de grupos colegiados, etc., sin destacar que el papel de los actuales partidos es llevar al PUEBLO A LAS LEGISLACIONES y ciudadanizar los derechos humanos contra-revolucionarios, por la vía parlamentaria capitalista de canonjías y privilegios individuales.
6. Por todo ello es importante la realización de CONGRESOS tolerantes con CALIDAD HUMANA REVOLUCIONARIA , en el análisis de la correlación de fuerzas, con una realización periódica, para el debate y el balance político, social y cultural proletario, como algo ya programado en una agenda sindical amplia, articulada con organizaciones sindicales de clase en sí, de sí y para sí, una agenda permanente con tareas específicas para democratizar a los sindicatos, educando a las bases de los sindicatos corporativos, charros, blancos, burocráticos o empresariales.
7. De modo que las acciones no sólo sucedan por la coyuntura del momento; sino que se hace necesario para la lucha de este siglo XXI, que se despliega la correlación de fuerzas con nuevos valores humanos, científicos, tecnológicos, de cibernética, artísticos, y con un nuevo sentido POPULAR de clase, en el trabajo de los sindicatos democráticos, con pluralidad y respeto, para que todo el poder lo tenga el pueblo en el debate sobre: Tenencia de la tierra, barricadas, autonomía, elecciones/mandato en consulta popular-plebiscito-trayectoria política, porque el siguiente momento es la condena a la sobrevivencia y a la explotación en la terciarización del trabajador asalariado.
8. Desaparición de elecciones plurinominales, incidir en Reforma hacendaria, Ley de transparencia (mandar obedeciendo), ciudadanizar la economía interna, la inseguridad/vigilancia y sus mecanismos de participación para el bienestar social, con base en una EDUCACIÓN EMANCIPADORA CRÍTICA Y LIBERADORA, contra todo tipo de fascismo PRIVATIZADOR.
9. Es necesario conformar una DIVISIÓN DE TAREAS particulares y generales en el trabajo sindical y en la organización de masas, necesariamente articulados, que posibilite contar con una nueva geopolítica de mercados y de nuevas constituciones nacionales, con otras organizaciones de representación mundial, para ir ACELERANDO la madurez necesaria, en la toma del poder y en la expropiación de recursos vitales contra la hegemonía del Estado capitalista, como bloque Internacional fascista.
10. Finalmente este bloque internacional fascista, encarnado en la oligarquía financiera como la forma más acabada de la burguesía; resulta ser el enemigo principal, por ser hoy el dueño absoluto de los medios de producción social y del destino de los seres humanos en calidad de esclavos modernos, y de todos sus recursos vitales, que les impide crecer de forma libre y autónoma, sino en una sociedad cada vez más autista a semejanza de la cultura hegemónica burguesa, en la denigración humana y ecológica como destino manifiesto mundial, por medio de su ideología o cultura burguesa, desde la lógica de propiedad privada de medios de producción y de la sensiblería que impone hegemónicamente, lo que es necesario enfrentar con un PROYECTO INDEPENDIENTE DE CLASE en la crisis económica mundial, de tipo estructural, sistémica y global.
[1] La política, es el arte del ejercicio del poder, y cuando ésta sirve a las mayorías, es una virtud.
Saturday, November 20, 2010
La Consciencia entre la Crítica y la Denuncia
Téngase en cuenta que, estas palabras desde los pequeños balbuceos conscientes-inconscientes, aún no han florecido como forma de comunicación generalizada ilustrada[1], sino por el contrario, se evita ser extendidas entre las mayorías inconscientes aún, a través de ese largo proceso educativo de capacidades-incapacidades humanas desarrolladas y mutiladas, a través del trabajo de las distintas generaciones; pudiéndose diferenciar unas de otras, de acuerdo al grado de consciencia social, a la participación activa y al sentimiento de búsqueda y de satisfacción, que tiene que ver con el arte en la lucha desigual de la existencia del ser y del hacerse un verdadero ser humano, en ese hablarse y escucharse en su otredad, como un acto casi poético revolucionario de culpa o de emancipación, que brinda el fundamento de respeto, de comprensión y de dignificación compartida entre el trabajo intelectual y manual, que es vital en el acto artístico.
Ese momento artístico es la proeza de la Pedagogía como saber disciplinario científico crítico, encargado del esmero en la enseñanza-aprehendizaje por medio del ejemplo educativo más virtuoso a través de la investigación; porque de lo que se trata en estas relaciones humanas de sobrevivencia, es de que nadie se apropie del trabajo del otro, ni lo desdeñe, al sentirlo inferior, porque al hacerlo aniquila al otro, sin poderse reconocer en el otro yo, como carencia de sentido, y así permanentemente va castrando al otro cual si fuera su verdugo, en su propia muerte en vida tanto de la víctima como del victimario, al grado de la enajenación que es la locura, la cosificación y la fetichización; y a la vez se va castrando el sujeto educativo, en ese espejo insensible hasta quedar en condición no sólo de soledad, sino de indiferencia, de barbarie y de vileza, lo que puede convertirse en tortura o en tontería de una vida vana y superflua; así se fueron formando los sentidos básicos del hacerse humano, en forma, contenido y significación matizado ese ser, en las relaciones de poder y de abuso de poder; a saber, en los principales valores de la humanidad: prudencia, fortaleza, búsqueda templada y firme para constituirse como un ser humano justo y a la vez inacabado en su posible poder de superación política, en la sobrevivencia intuitiva, consciente con base en conocimientos agudos y experiencias virtuosas, es decir un sujeto histórico universal y particular culto para defender sus derechos humanos vitales, como esfuerzo de su generación al no tolerar la injusticia.
Justo, para precisar la relación implícita entre el sentimiento artístico y el acto educativo, en la constitución consciente del sujeto histórico, en tal intersección, es necesario exaltar el contexto de búsqueda del sujeto, de acuerdo con sus necesidades radicales de vida, para terminar asumiéndose con bondad, belleza y verdad comunitarias, por ser el acto educativo una premisa universal transformadora en tiempos y espacios concretos, que sostiene un camino muy simple; que es el bien de las mayorías desde la formación del sujeto histórico que siente y sufre la desigualdad social, y a la vez tiene memoria del esfuerzo de esa auténtica participación de las mayorías en la toma de decisiones y responsabilidades, aunque aún hoy no tenga la suficiente fuerza, al irse diluyendo cada vez más desde las comunidades primitivas, en la solución de problemas sociales de la presente época; debido a los procesos de engaño ideológico[2] y manipulador; así se encubren con un aparente sentido democrático, las decisiones unilaterales tomadas a nombre de todos, utilizando concepciones de funcionarios tecnócratas, clásicas en la reproducción del capital, pues es clara la necesidad inminente de la lucha constitutiva por el reconocimiento entre el amo y el esclavo, entendiéndose el ser reconocido, como el poder ser agradecido, es decir del ser y del hacerse humano paulatinamente, con dos armas latentes en los matices multiculturales, pluriculturales y transculturales; de género y étnicos, en conclusión en la grandeza del mandar obedeciendo -dicen los indígenas en Chiapas-.
Estas dos armas referidas son, el arte y el esfuerzo educativo conscientes, porque estas armas pueden servir para combatir el sentido primitivo de posesión totalitaria del capitalismo hegemónico, con apariencia de socialización, pero que realmente encubren una gran violencia[3], siendo claro, que tendrán que desarrollarse y agotarse las condiciones materiales objetivas y subjetivas para un cambio humano enteramente artístico, educativo y consciente, es decir trascendental en el contexto internacional, con base en el ejemplo ético de la socialización de todo lo producido por medio de la creatividad, la crítica, la imaginación, el misterio, el esfuerzo, el sudor y el cansancio compartidos, lo cual requiere de un método probado en el acto educativo en procesos amplios de emancipación social, sin que exista modelo seguro a generalizarse, como la historia lo ha mostrado.
Por tanto es indispensable atravesar al sujeto por la sensibilidad del arte, despertando el sentido común, el filosófico político y el consciente en la educación del pueblo trabajador, por ser la condición integral más elevada y digna del ser humano: libre, creativo, satisfecho y crítico en colectividad, es decir reconocido por el esfuerzo compartido.
Este sujeto que está en permanente búsqueda, es una construcción cultural del proceso educativo y a la vez es transformador de sí mismo por medio de su trabajo, lo que ocurre en los distintos modos de producción vitales, dados por el esfuerzo creativo, que ha sido la fusión entre el arte y la consciencia histórica, aplicada siempre a procesos de sobrevivencia o de autodefensa en la convivencia intuitiva que conlleva el acto imaginativo y sensible de aquello que falta por hacer, constituyéndose en sujeto transformador de la historia libertaria de las grandes mayorías con calidad y calidez humana, desvirtuadas como si fueran las necesidades de las mayorías, masa, así se ha popularizado por los medios de comunicación privatizados, lo cual no se da en el pensamiento de una vez y para siempre, sino que sucede en el contexto material de vida y en los actos concretos de la lucha social, ahí centramos el sentido entre la Crítica y la Denuncia que anuncia un Nuevo porvenir o proyecto de vida-muerte.
Pero ¿qué es lo que transforma el sujeto del proceso educativo en tales relaciones de poder? Transforma a la naturaleza en cultura, en diversos lenguajes del arte, así como en lenguajes de la tecnociencia y al humanismo en aprendizajes; puesto este escenario de necesidades e intereses al servicio de la libertad, no como eslogan institucional, sino como realidad concreta y auténtica del ser humano, desechando los excesos y los libertinajes degradantes, hasta aprehender a ser su pueblo que lo refleja por su capacidad de autogobernarse política y filosóficamente.
Al sentirse en la misma necesidad que es la de su verdadera historia de trabajo, la de su corazón indígena, mestizo y proletario; para que así comprenda el gran poder político que posee, pero que no reconoce el sujeto educativo, porque se le ha mostrado un mundo ficticio y ajeno a sus intereses de clase, ese es el proceso educativo de abuso, del que tiene que emanciparse, entreverado en la naturaleza lúdica y libre de las consciencias hechas ‘masa’ por la hegemonía del poder dominante, al no reconocerlos ni reconocerse capaces de gobernar-se en equidad, como se sabe a través de la historia que es posible; pues existen múltiples intentos generacionales que lo acreditan a poder llevar en sus entrañas, la justicia de un gobierno autónomo, con capacidades filosófico-políticas en la palabra que interroga por el ser y en el hacerse un político emancipador, o intelectual orgánico comprometido con su clase trabajadora -diría A. Gramsci-, ese que es capaz de condensar las necesidades de vida de una gran mayoría.
Porque una actitud pedagógica crítica, al ser condición humana a lo largo de la historia, intentará con los valores más elevados formar al sujeto consciente en libertad y en voluntad, para que éste pueda asumir de forma explícita una actitud crítica transformadora de las relaciones injustas entre la propiedad privada de medios de producción, hechos mercancía -que no es más que trabajo humano acumulado por la explotación capitalista-, en manos de una minoría monopolista empoderada por ese mal hábito histórico, que impone toda política de Estado, para generalizar su decadente forma de vida, sin tomar en cuenta los pasos que el ser humano ha tenido que dar tratando de alcanzar ese proceso de emancipación consciente y feliz, que lo hace merecedor de agradecimiento como clase proletaria.
Puesto que la identidad cultural de la clase proletaria, es la síntesis o condensación de todo el proceso de explotación anterior, de donde se tiene la alegría y la tristeza, porque en ello radica hoy el comportamiento consciente humanizado mediado por el arte y por la educación, sobre lo que provoca dolor y placer, y que se expresa en melancolía. Dado que la naturaleza se diferencia por su esencia y por la propiedad característica de cada ser, al irse transformando en una humanidad sensible que borra sus fronteras a la par que avanzan sus contextos estructurales de economía-política, y superestructurales en el comportamiento sociocultural de manera inseparable; esta relación humanizada, puede suceder con la aparición de dos armas de lucha, el arte y la educación al servicio del pueblo trabajador, humanizándolo en sus relaciones de poder político, validadas en la lucha social, como defensa de sus derechos humanos más auténticos.
Así el sujeto histórico es en sí, lo que come, lo que piensa, lo que sufre, de lo que carece y de lo que muere y vive en el contexto del actual “circo romano mundial entre el amo y el esclavo”, sabiendo distinguir los matices socioculturales y de economía política que tiñe el contexto preciso; pasando por el tamiz cultural, de su historicidad, hecho recuerdo inmortal por la trascendencia de su actuar en cada latitud mundial, desde la presencia e ingenuidad del niño hecho hombre, ambos, animales genéricos para la explotación del mercado capitalista, como punta de lanza civilizatoria en la hegemonía del capital privado.
Esta relación de producción y a la vez de articulación educativa, está sustentada necesariamente en el arte en sí, que se ha desplegado desde la propiedad tribal, la propiedad comunal, la propiedad feudal y hoy en día se ve materializada en el trabajado acumulado, que se incrementa a través del trabajo infantil explotado, por ser cada niño trabajador, sólo una mercancía acumulable, una inversión y una balanza salarial, por los magnates monopolistas; así el cuerpo humano se ha hecho fetiche enajenante y cosificado en la lógica mercantil, para ser usado y desechado en “automático” en los basureros del narcotráfico y de la prostitución del mundo, en esa figura de propiedad privada que tiene su ser y su hacer en la guerra de baja intensidad, sólo para la venta de armas por “decreto en los tratados internacionales del capital”; ocultándose su verdadera forma y contenido educativo, de degradación ambiental, de pérdida de recursos energéticos, de alteración por los alimentos transgénicos, o en la descomposición del tejido cultural del territorio nacional mexicano en particular; puesto que cada vez es más ficticia la frontera geopolítica colonizada por el capital en el sometimiento de la clase trabajadora, no sólo de los países pobres colonizados, sino también de los países ricos colonizadores.
En este territorio mundial y en específico en México, el abuso de poder militar, económico-financiero, cultural, parlamentario y del estado-gobierno jerárquico y violento, lo determinan los carteles del narcotráfico hoy en día; sufriendo la ingobernabilidad de este espacio y tiempo de crisis decadente, cada vez más semejante con la historia de Colombia o con la guerra de Afganistán; esta nueva situación del tejido socio-cultural es la denuncia pública de especialistas en los medios de comunicación -que en muchos casos les ha costado la vida a periodistas difundir y socializar las implicaciones de estas relaciones de mercado-, por lo que aún no son populares en valores conscientes de sublimación artística subversiva, en esta época decadente del capital financiero imperialista; sin embargo, está a punto de despertarse la consciencia de las presentes y futuras generaciones, debido a la carencia, y es este espíritu de consciencia humanizada, la que sabrá actuar de forma sensible y transformadora, como una gran fuerza internacional, de ello no cabe duda.
Dado que la realidad humana sólo puede ser social, es decir educativa, por ello es necesario que los Deseos de cada uno de los sujetos históricos, dimensionados en temporalidades diferenciadas, conduzcan o puedan conducir los Deseos de los otros, en un puente de aprendizaje efectivo, porque es doloroso y desgarrador el escenario de sobrevivencia, y el escenario para darle sentido a los actos de la experiencia, para compartir los sueños con el otro yo, desde ese vínculo seguro e inseguro a la vez, pues no hay certezas, sino sólo intentos del proceso educativo o de humanización para una emancipación histórica posible de la lucha social educativa.
Pero qué pasa con la relación que tiene sentido sólo con la pregunta que interroga por el ser: ¿a quién afecto con mis actos entre el límite discutido y acordado con las pocas palabras que se tengan para comunicarse?, a diferencia del límite que ha sido impuesto por el abuso de poder político institucional o parlamentario en la falsa ley de ingobernabilidad padecida; ahí está la parte del mosaico del arte vinculado al proceso consciente educativo del ser y del hacerse humano.
Puesto que, el deseo animal de un ser ‘natural’, sólo viviente en el sentimiento de su vida-muerte, no se dirige a un objeto real ‘positivo’, sino a otro Deseo (en una cadena de deseos[4]), porque uno no desea el cuerpo del otro, para poseerlo y asimilarlo, sino que al reconocerse, no en su deseo, sino en el deseo del otro; así se percibe al menos que la historia humana es la historia de los Deseos deseados, y quizá se entienda que el movimiento justo es su esencia proletaria, o la esencia del movimiento liberador del yugo del capital, pues el hombre se alimenta de deseos para conservar su vida, la cual está sujetada a su memoria histórica sensible o grotesca, ingenua o aguda; en fin, sujetado el sujeto educativo a la libertad y condenado a la muerte, ambos momentos dan miedo, porque si se sabe cómo morir, también se sabe cómo vivir; es decir, se desea que no sea arrodillado sino de pie.
Nos parece que esta es una tarea pedagógica crítica aún implícita que es necesario hacer explícita, y que se acelera en los procesos emancipatorios, gestados y desarrollados históricamente como necesidad vital de la humanidad hoy en día, en la cruenta lucha de clases y de castas divinas, hasta lograr la socialización de todo lo producido para que las mayorías recuperen su ser y su hacer con felicidad, igualdad, bienestar y tranquilidad; por eso se continúa humanizando al ser más primitivo o al más desarrollado en capacidades integrales, a través de la educación formal, informal y la no formal, entendida esta integridad como un todo inescindible de la interdisciplina interétnica, de género y multicultural para la emancipación humana, con base en una pedagogía planetaria proletaria, aunque hoy apenas en esta condición de explotación monopolista, los niños de la calle y los adultos forzados a trabajar como esclavos para sus amos, inicien a comprender y a preguntarse en carne propia, cuál será el límite de tal ingrata injusticia, hasta que la consciencia revolucionaria con su espíritu transformador, popularice las razones de su emancipación de forma pública y no se quede como asunto privado por los magnates que manipulan a las grandes mayorías, a favor de su ganancia capitalista.
La Crítica política pedagógica y filosófica, indica las diferencias de sentido y de asunción frente a la vida de las mayorías, por tal motivo el que más conocimiento tiene, tendrá también mayor responsabilidad, y por eso, en el proceso educativo agradece a sus predecesores por medio de su crítica, el camino que les ha labrado en amplios procesos de emancipación histórica, es decir en el reconocimiento de ser uno y lo mismo todos los colaboradores en esa labor, trabajo y acción libertaria, -plantea Arendt-.
En cambio la Denuncia, pone el límite definitivo decidido y fundamentado en la historia práctica, por la evidencia de la injusticia, ya sin refutación, que se debe superar para la emancipación de esa mayoría, lo cual se hace de forma consciente y virtuosa en la lucha social, así la razón histórica de la mayoría se cultiva, encontrando como carencia y necesidad a la vez, de esa generación sus propios instrumentos y estrategias de lucha para sobrevivir dignamente como verdaderos seres humanos con una consciencia militante.
Al respecto Lenin[5] expresa desde la concepción filosófico-política del socialismo científico que:“las clases son grandes grupos de hombres que se diferencian unas de otras:1) por el lugar que ocupan en un sistema de producción social históricamente determinado.2) por las relaciones en que se encuentran con respecto a los medios de producción (relaciones que, en gran parte, son establecidas y fijadas por leyes) <…> …3) en el autorreconocimiento de la identidad de clase del movimiento, organización y lucha social en la formación del sujeto histórico, es decir de acuerdo al grado de consciencia histórico-social asumida en el proceso educativo de la lucha de clases... <…que los unifica como proletariado…> <…> 4) por su papel en la organización social del trabajo y, consiguientemente. 5) por el modo y la proporción en que obtienen la parte de riqueza social de que disponen.Las clases son grupos humanos, uno de los cuales puede apropiarse del trabajo del otro en virtud de los diferentes lugares que uno y otro ocupen en una estructura determinada de la economía social”. En el sentido entre el arte como técnica, la consciencia como totalidad histórica emancipadora y la educación como proceso de humanización en valores. En este escrito se trató de orientar, algunos rasgos metodológicos para una reeducación política que incida en este siglo XXI, por medio de la Unidad revolucionaria proletaria[6].
[1] Por Ilustración se entiende a “la dirección filosófica definida por el empeño en extender la crítica y la guía de la razón a todos los campos de la experiencia humana. Kant ha escrito: ‘La Ilustración es la liberación del hombre de su culpable incapacidad. La incapacidad significa la imposibilidad de servirse de su inteligencia sin la guía de otro. Esta incapacidad es culpable porque su causa no reside en la falta de inteligencia sino de decisión y valor para servirse por sí mismo de ella... Ten el valor de servirte de tu propia razón: he aquí el lema de la Ilustración’ (Was ist Aufklärung?, en op. cit, de Cassirer, IV, P. 169; trad. Esp.: Filosofía de la Ilustración, México, 1943. F.C.E., Pp. 185-186. (Al respecto) (...Cassirer cita tres aspectos diferentes y conexos que comprende la Ilustración...) 1) la extensión de la crítica a toda creencia o conocimiento, sin excepción, 2) la realización de un conocimiento que, para abrirse a la crítica, incluya y organice los instrumentos para la propia corrección; 3) el uso efectivo, en todos los campos, del conocimiento logrado de esta manera, con la finalidad de mejorar la vida individual y asociada de los hombres. Estos tres aspectos, o mejor dicho tareas fundamentales, constituyen, en su conjunto, una de las formas recurrentes de entender y practicar la filosofía y, precisamente, la que ya encontró expresión en la edad clásica de la antigua Grecia. (...) Por Ilustración moderna se entiende comúnmente el periodo que va desde los últimos decenios del siglo XVII a los últimos decenios del siglo XVIII, y este periodo es, a menudo, indicado sin más como Ilustración, Siglo de las Luces o Iluminismo”. Abbagnano, Nicola. Diccionario de Filosofía. Editorial Ariel, Barcelona 1994. Pp. 648-649.
[2] La ideología, es una relación exterior y lúcida de utilidad o de astucia puras. Cuando la ‘clase ascendente’ burguesa desarrolla, en el curso del siglo XVIII, una ideología humanista de la igualdad, de la libertad y de la razón, da a su propia reivindicación la forma de universalidad, como si quisiera, de esta manera, enrolar en sus filas, formándolos con este fin, a los mismos hombres que no liberará sino para explotarlos. Vid. Althusser, Louis et al. Polémica sobre marxismo y humanismo. Ed. Siglo XXI, México 1974. P. 22.
[3] La violencia parte de una red extremadamente compleja de factores bioquímicos, sociales y psicológicos los que, en conjunto, pueden desembocar en una persona, grupo o época violenta y agresiva, capaz de cometer un asesinato porque se queda atrapado en una sola idea y regresa a ella continuamente, Freud la llamó una fijación o síntoma. Revista de divulgación de la ciencia de la UNAM, ¿Cómo ves? México 2000. No. 17, año 2. P. 10.
[4] Plantea Masotta, Oscar, en su libro Lecciones de introducción al psicoanálisis. Ed. Gedisa, México 1991.
[5] Vid. Lenin. Una gran iniciativa, en Marx, Engels, Marxismo. Ed. Progreso, Moscú. P. 479.
[6] “El comunismo, como superación positiva de la propiedad privada en cuanto autoenajenación humana y, como real apropiación de la esencia humana por y para el hombre; por tanto, como el retorno total, consciente y logrado dentro de toda la riqueza del desarrollo anterior, del hombre para sí como un hombre social, es decir humano”. Vid. Dr. Sánchez Vázquez, Adolfo. Del socialismo científico al socialismo utópico. Ed. Era, México 1975, libro reeditado. P. 42.
Ese momento artístico es la proeza de la Pedagogía como saber disciplinario científico crítico, encargado del esmero en la enseñanza-aprehendizaje por medio del ejemplo educativo más virtuoso a través de la investigación; porque de lo que se trata en estas relaciones humanas de sobrevivencia, es de que nadie se apropie del trabajo del otro, ni lo desdeñe, al sentirlo inferior, porque al hacerlo aniquila al otro, sin poderse reconocer en el otro yo, como carencia de sentido, y así permanentemente va castrando al otro cual si fuera su verdugo, en su propia muerte en vida tanto de la víctima como del victimario, al grado de la enajenación que es la locura, la cosificación y la fetichización; y a la vez se va castrando el sujeto educativo, en ese espejo insensible hasta quedar en condición no sólo de soledad, sino de indiferencia, de barbarie y de vileza, lo que puede convertirse en tortura o en tontería de una vida vana y superflua; así se fueron formando los sentidos básicos del hacerse humano, en forma, contenido y significación matizado ese ser, en las relaciones de poder y de abuso de poder; a saber, en los principales valores de la humanidad: prudencia, fortaleza, búsqueda templada y firme para constituirse como un ser humano justo y a la vez inacabado en su posible poder de superación política, en la sobrevivencia intuitiva, consciente con base en conocimientos agudos y experiencias virtuosas, es decir un sujeto histórico universal y particular culto para defender sus derechos humanos vitales, como esfuerzo de su generación al no tolerar la injusticia.
Justo, para precisar la relación implícita entre el sentimiento artístico y el acto educativo, en la constitución consciente del sujeto histórico, en tal intersección, es necesario exaltar el contexto de búsqueda del sujeto, de acuerdo con sus necesidades radicales de vida, para terminar asumiéndose con bondad, belleza y verdad comunitarias, por ser el acto educativo una premisa universal transformadora en tiempos y espacios concretos, que sostiene un camino muy simple; que es el bien de las mayorías desde la formación del sujeto histórico que siente y sufre la desigualdad social, y a la vez tiene memoria del esfuerzo de esa auténtica participación de las mayorías en la toma de decisiones y responsabilidades, aunque aún hoy no tenga la suficiente fuerza, al irse diluyendo cada vez más desde las comunidades primitivas, en la solución de problemas sociales de la presente época; debido a los procesos de engaño ideológico[2] y manipulador; así se encubren con un aparente sentido democrático, las decisiones unilaterales tomadas a nombre de todos, utilizando concepciones de funcionarios tecnócratas, clásicas en la reproducción del capital, pues es clara la necesidad inminente de la lucha constitutiva por el reconocimiento entre el amo y el esclavo, entendiéndose el ser reconocido, como el poder ser agradecido, es decir del ser y del hacerse humano paulatinamente, con dos armas latentes en los matices multiculturales, pluriculturales y transculturales; de género y étnicos, en conclusión en la grandeza del mandar obedeciendo -dicen los indígenas en Chiapas-.
Estas dos armas referidas son, el arte y el esfuerzo educativo conscientes, porque estas armas pueden servir para combatir el sentido primitivo de posesión totalitaria del capitalismo hegemónico, con apariencia de socialización, pero que realmente encubren una gran violencia[3], siendo claro, que tendrán que desarrollarse y agotarse las condiciones materiales objetivas y subjetivas para un cambio humano enteramente artístico, educativo y consciente, es decir trascendental en el contexto internacional, con base en el ejemplo ético de la socialización de todo lo producido por medio de la creatividad, la crítica, la imaginación, el misterio, el esfuerzo, el sudor y el cansancio compartidos, lo cual requiere de un método probado en el acto educativo en procesos amplios de emancipación social, sin que exista modelo seguro a generalizarse, como la historia lo ha mostrado.
Por tanto es indispensable atravesar al sujeto por la sensibilidad del arte, despertando el sentido común, el filosófico político y el consciente en la educación del pueblo trabajador, por ser la condición integral más elevada y digna del ser humano: libre, creativo, satisfecho y crítico en colectividad, es decir reconocido por el esfuerzo compartido.
Este sujeto que está en permanente búsqueda, es una construcción cultural del proceso educativo y a la vez es transformador de sí mismo por medio de su trabajo, lo que ocurre en los distintos modos de producción vitales, dados por el esfuerzo creativo, que ha sido la fusión entre el arte y la consciencia histórica, aplicada siempre a procesos de sobrevivencia o de autodefensa en la convivencia intuitiva que conlleva el acto imaginativo y sensible de aquello que falta por hacer, constituyéndose en sujeto transformador de la historia libertaria de las grandes mayorías con calidad y calidez humana, desvirtuadas como si fueran las necesidades de las mayorías, masa, así se ha popularizado por los medios de comunicación privatizados, lo cual no se da en el pensamiento de una vez y para siempre, sino que sucede en el contexto material de vida y en los actos concretos de la lucha social, ahí centramos el sentido entre la Crítica y la Denuncia que anuncia un Nuevo porvenir o proyecto de vida-muerte.
Pero ¿qué es lo que transforma el sujeto del proceso educativo en tales relaciones de poder? Transforma a la naturaleza en cultura, en diversos lenguajes del arte, así como en lenguajes de la tecnociencia y al humanismo en aprendizajes; puesto este escenario de necesidades e intereses al servicio de la libertad, no como eslogan institucional, sino como realidad concreta y auténtica del ser humano, desechando los excesos y los libertinajes degradantes, hasta aprehender a ser su pueblo que lo refleja por su capacidad de autogobernarse política y filosóficamente.
Al sentirse en la misma necesidad que es la de su verdadera historia de trabajo, la de su corazón indígena, mestizo y proletario; para que así comprenda el gran poder político que posee, pero que no reconoce el sujeto educativo, porque se le ha mostrado un mundo ficticio y ajeno a sus intereses de clase, ese es el proceso educativo de abuso, del que tiene que emanciparse, entreverado en la naturaleza lúdica y libre de las consciencias hechas ‘masa’ por la hegemonía del poder dominante, al no reconocerlos ni reconocerse capaces de gobernar-se en equidad, como se sabe a través de la historia que es posible; pues existen múltiples intentos generacionales que lo acreditan a poder llevar en sus entrañas, la justicia de un gobierno autónomo, con capacidades filosófico-políticas en la palabra que interroga por el ser y en el hacerse un político emancipador, o intelectual orgánico comprometido con su clase trabajadora -diría A. Gramsci-, ese que es capaz de condensar las necesidades de vida de una gran mayoría.
Porque una actitud pedagógica crítica, al ser condición humana a lo largo de la historia, intentará con los valores más elevados formar al sujeto consciente en libertad y en voluntad, para que éste pueda asumir de forma explícita una actitud crítica transformadora de las relaciones injustas entre la propiedad privada de medios de producción, hechos mercancía -que no es más que trabajo humano acumulado por la explotación capitalista-, en manos de una minoría monopolista empoderada por ese mal hábito histórico, que impone toda política de Estado, para generalizar su decadente forma de vida, sin tomar en cuenta los pasos que el ser humano ha tenido que dar tratando de alcanzar ese proceso de emancipación consciente y feliz, que lo hace merecedor de agradecimiento como clase proletaria.
Puesto que la identidad cultural de la clase proletaria, es la síntesis o condensación de todo el proceso de explotación anterior, de donde se tiene la alegría y la tristeza, porque en ello radica hoy el comportamiento consciente humanizado mediado por el arte y por la educación, sobre lo que provoca dolor y placer, y que se expresa en melancolía. Dado que la naturaleza se diferencia por su esencia y por la propiedad característica de cada ser, al irse transformando en una humanidad sensible que borra sus fronteras a la par que avanzan sus contextos estructurales de economía-política, y superestructurales en el comportamiento sociocultural de manera inseparable; esta relación humanizada, puede suceder con la aparición de dos armas de lucha, el arte y la educación al servicio del pueblo trabajador, humanizándolo en sus relaciones de poder político, validadas en la lucha social, como defensa de sus derechos humanos más auténticos.
Así el sujeto histórico es en sí, lo que come, lo que piensa, lo que sufre, de lo que carece y de lo que muere y vive en el contexto del actual “circo romano mundial entre el amo y el esclavo”, sabiendo distinguir los matices socioculturales y de economía política que tiñe el contexto preciso; pasando por el tamiz cultural, de su historicidad, hecho recuerdo inmortal por la trascendencia de su actuar en cada latitud mundial, desde la presencia e ingenuidad del niño hecho hombre, ambos, animales genéricos para la explotación del mercado capitalista, como punta de lanza civilizatoria en la hegemonía del capital privado.
Esta relación de producción y a la vez de articulación educativa, está sustentada necesariamente en el arte en sí, que se ha desplegado desde la propiedad tribal, la propiedad comunal, la propiedad feudal y hoy en día se ve materializada en el trabajado acumulado, que se incrementa a través del trabajo infantil explotado, por ser cada niño trabajador, sólo una mercancía acumulable, una inversión y una balanza salarial, por los magnates monopolistas; así el cuerpo humano se ha hecho fetiche enajenante y cosificado en la lógica mercantil, para ser usado y desechado en “automático” en los basureros del narcotráfico y de la prostitución del mundo, en esa figura de propiedad privada que tiene su ser y su hacer en la guerra de baja intensidad, sólo para la venta de armas por “decreto en los tratados internacionales del capital”; ocultándose su verdadera forma y contenido educativo, de degradación ambiental, de pérdida de recursos energéticos, de alteración por los alimentos transgénicos, o en la descomposición del tejido cultural del territorio nacional mexicano en particular; puesto que cada vez es más ficticia la frontera geopolítica colonizada por el capital en el sometimiento de la clase trabajadora, no sólo de los países pobres colonizados, sino también de los países ricos colonizadores.
En este territorio mundial y en específico en México, el abuso de poder militar, económico-financiero, cultural, parlamentario y del estado-gobierno jerárquico y violento, lo determinan los carteles del narcotráfico hoy en día; sufriendo la ingobernabilidad de este espacio y tiempo de crisis decadente, cada vez más semejante con la historia de Colombia o con la guerra de Afganistán; esta nueva situación del tejido socio-cultural es la denuncia pública de especialistas en los medios de comunicación -que en muchos casos les ha costado la vida a periodistas difundir y socializar las implicaciones de estas relaciones de mercado-, por lo que aún no son populares en valores conscientes de sublimación artística subversiva, en esta época decadente del capital financiero imperialista; sin embargo, está a punto de despertarse la consciencia de las presentes y futuras generaciones, debido a la carencia, y es este espíritu de consciencia humanizada, la que sabrá actuar de forma sensible y transformadora, como una gran fuerza internacional, de ello no cabe duda.
Dado que la realidad humana sólo puede ser social, es decir educativa, por ello es necesario que los Deseos de cada uno de los sujetos históricos, dimensionados en temporalidades diferenciadas, conduzcan o puedan conducir los Deseos de los otros, en un puente de aprendizaje efectivo, porque es doloroso y desgarrador el escenario de sobrevivencia, y el escenario para darle sentido a los actos de la experiencia, para compartir los sueños con el otro yo, desde ese vínculo seguro e inseguro a la vez, pues no hay certezas, sino sólo intentos del proceso educativo o de humanización para una emancipación histórica posible de la lucha social educativa.
Pero qué pasa con la relación que tiene sentido sólo con la pregunta que interroga por el ser: ¿a quién afecto con mis actos entre el límite discutido y acordado con las pocas palabras que se tengan para comunicarse?, a diferencia del límite que ha sido impuesto por el abuso de poder político institucional o parlamentario en la falsa ley de ingobernabilidad padecida; ahí está la parte del mosaico del arte vinculado al proceso consciente educativo del ser y del hacerse humano.
Puesto que, el deseo animal de un ser ‘natural’, sólo viviente en el sentimiento de su vida-muerte, no se dirige a un objeto real ‘positivo’, sino a otro Deseo (en una cadena de deseos[4]), porque uno no desea el cuerpo del otro, para poseerlo y asimilarlo, sino que al reconocerse, no en su deseo, sino en el deseo del otro; así se percibe al menos que la historia humana es la historia de los Deseos deseados, y quizá se entienda que el movimiento justo es su esencia proletaria, o la esencia del movimiento liberador del yugo del capital, pues el hombre se alimenta de deseos para conservar su vida, la cual está sujetada a su memoria histórica sensible o grotesca, ingenua o aguda; en fin, sujetado el sujeto educativo a la libertad y condenado a la muerte, ambos momentos dan miedo, porque si se sabe cómo morir, también se sabe cómo vivir; es decir, se desea que no sea arrodillado sino de pie.
Nos parece que esta es una tarea pedagógica crítica aún implícita que es necesario hacer explícita, y que se acelera en los procesos emancipatorios, gestados y desarrollados históricamente como necesidad vital de la humanidad hoy en día, en la cruenta lucha de clases y de castas divinas, hasta lograr la socialización de todo lo producido para que las mayorías recuperen su ser y su hacer con felicidad, igualdad, bienestar y tranquilidad; por eso se continúa humanizando al ser más primitivo o al más desarrollado en capacidades integrales, a través de la educación formal, informal y la no formal, entendida esta integridad como un todo inescindible de la interdisciplina interétnica, de género y multicultural para la emancipación humana, con base en una pedagogía planetaria proletaria, aunque hoy apenas en esta condición de explotación monopolista, los niños de la calle y los adultos forzados a trabajar como esclavos para sus amos, inicien a comprender y a preguntarse en carne propia, cuál será el límite de tal ingrata injusticia, hasta que la consciencia revolucionaria con su espíritu transformador, popularice las razones de su emancipación de forma pública y no se quede como asunto privado por los magnates que manipulan a las grandes mayorías, a favor de su ganancia capitalista.
La Crítica política pedagógica y filosófica, indica las diferencias de sentido y de asunción frente a la vida de las mayorías, por tal motivo el que más conocimiento tiene, tendrá también mayor responsabilidad, y por eso, en el proceso educativo agradece a sus predecesores por medio de su crítica, el camino que les ha labrado en amplios procesos de emancipación histórica, es decir en el reconocimiento de ser uno y lo mismo todos los colaboradores en esa labor, trabajo y acción libertaria, -plantea Arendt-.
En cambio la Denuncia, pone el límite definitivo decidido y fundamentado en la historia práctica, por la evidencia de la injusticia, ya sin refutación, que se debe superar para la emancipación de esa mayoría, lo cual se hace de forma consciente y virtuosa en la lucha social, así la razón histórica de la mayoría se cultiva, encontrando como carencia y necesidad a la vez, de esa generación sus propios instrumentos y estrategias de lucha para sobrevivir dignamente como verdaderos seres humanos con una consciencia militante.
Al respecto Lenin[5] expresa desde la concepción filosófico-política del socialismo científico que:“las clases son grandes grupos de hombres que se diferencian unas de otras:1) por el lugar que ocupan en un sistema de producción social históricamente determinado.2) por las relaciones en que se encuentran con respecto a los medios de producción (relaciones que, en gran parte, son establecidas y fijadas por leyes) <…> …3) en el autorreconocimiento de la identidad de clase del movimiento, organización y lucha social en la formación del sujeto histórico, es decir de acuerdo al grado de consciencia histórico-social asumida en el proceso educativo de la lucha de clases... <…que los unifica como proletariado…> <…> 4) por su papel en la organización social del trabajo y, consiguientemente. 5) por el modo y la proporción en que obtienen la parte de riqueza social de que disponen.Las clases son grupos humanos, uno de los cuales puede apropiarse del trabajo del otro en virtud de los diferentes lugares que uno y otro ocupen en una estructura determinada de la economía social”. En el sentido entre el arte como técnica, la consciencia como totalidad histórica emancipadora y la educación como proceso de humanización en valores. En este escrito se trató de orientar, algunos rasgos metodológicos para una reeducación política que incida en este siglo XXI, por medio de la Unidad revolucionaria proletaria[6].
[1] Por Ilustración se entiende a “la dirección filosófica definida por el empeño en extender la crítica y la guía de la razón a todos los campos de la experiencia humana. Kant ha escrito: ‘La Ilustración es la liberación del hombre de su culpable incapacidad. La incapacidad significa la imposibilidad de servirse de su inteligencia sin la guía de otro. Esta incapacidad es culpable porque su causa no reside en la falta de inteligencia sino de decisión y valor para servirse por sí mismo de ella... Ten el valor de servirte de tu propia razón: he aquí el lema de la Ilustración’ (Was ist Aufklärung?, en op. cit, de Cassirer, IV, P. 169; trad. Esp.: Filosofía de la Ilustración, México, 1943. F.C.E., Pp. 185-186. (Al respecto) (...Cassirer cita tres aspectos diferentes y conexos que comprende la Ilustración...) 1) la extensión de la crítica a toda creencia o conocimiento, sin excepción, 2) la realización de un conocimiento que, para abrirse a la crítica, incluya y organice los instrumentos para la propia corrección; 3) el uso efectivo, en todos los campos, del conocimiento logrado de esta manera, con la finalidad de mejorar la vida individual y asociada de los hombres. Estos tres aspectos, o mejor dicho tareas fundamentales, constituyen, en su conjunto, una de las formas recurrentes de entender y practicar la filosofía y, precisamente, la que ya encontró expresión en la edad clásica de la antigua Grecia. (...) Por Ilustración moderna se entiende comúnmente el periodo que va desde los últimos decenios del siglo XVII a los últimos decenios del siglo XVIII, y este periodo es, a menudo, indicado sin más como Ilustración, Siglo de las Luces o Iluminismo”. Abbagnano, Nicola. Diccionario de Filosofía. Editorial Ariel, Barcelona 1994. Pp. 648-649.
[2] La ideología, es una relación exterior y lúcida de utilidad o de astucia puras. Cuando la ‘clase ascendente’ burguesa desarrolla, en el curso del siglo XVIII, una ideología humanista de la igualdad, de la libertad y de la razón, da a su propia reivindicación la forma de universalidad, como si quisiera, de esta manera, enrolar en sus filas, formándolos con este fin, a los mismos hombres que no liberará sino para explotarlos. Vid. Althusser, Louis et al. Polémica sobre marxismo y humanismo. Ed. Siglo XXI, México 1974. P. 22.
[3] La violencia parte de una red extremadamente compleja de factores bioquímicos, sociales y psicológicos los que, en conjunto, pueden desembocar en una persona, grupo o época violenta y agresiva, capaz de cometer un asesinato porque se queda atrapado en una sola idea y regresa a ella continuamente, Freud la llamó una fijación o síntoma. Revista de divulgación de la ciencia de la UNAM, ¿Cómo ves? México 2000. No. 17, año 2. P. 10.
[4] Plantea Masotta, Oscar, en su libro Lecciones de introducción al psicoanálisis. Ed. Gedisa, México 1991.
[5] Vid. Lenin. Una gran iniciativa, en Marx, Engels, Marxismo. Ed. Progreso, Moscú. P. 479.
[6] “El comunismo, como superación positiva de la propiedad privada en cuanto autoenajenación humana y, como real apropiación de la esencia humana por y para el hombre; por tanto, como el retorno total, consciente y logrado dentro de toda la riqueza del desarrollo anterior, del hombre para sí como un hombre social, es decir humano”. Vid. Dr. Sánchez Vázquez, Adolfo. Del socialismo científico al socialismo utópico. Ed. Era, México 1975, libro reeditado. P. 42.
Tuesday, November 16, 2010
¿Qué Miembro del PRI se Salió en 1988 para Buscar la Presidencia?
Le he hecho esta pregunta a mis estudiantes del curso, Análisis del Mundo Contemporáneo. No saben la respuesta. Nacieron en 1990 o después, me doy cuenta entonces que no tienen memoria histórica. No tienen Educación Política. Sandra Cantoral, la principal autora en este blog, entiende esta educación de una manera mejor que lo que escribo en esta nota. Para mí, la simple historia de los procesos políticos de México ya es parte de la Educación Política.
La pregunta es aún más relevante, porque la situación se está repitiendo actualmente en Guerrero, donde están mis alumnos. El economista Ángel Aguirre Rivero, se salió del PRI para enfrentar a su primo hermano, Manuel Añorve Baños, ambos inicialmente del PRI y de familias de la Costa Chica de Guerrero, por la Gubernatura del estado. Aguirre es apoyado por una coalición llamada, Guerrero nos une, del PRD, PT, y Convergencia, al igual que en el PRI nacional en 1988, el Ing. Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, rompió para siempre la hegemonía de ese partido en México. Ahora es probable, que el Lic. Aguirre, haga lo mismo en el PRI guerrerense. Hoy se anuncia en los periódicos, que los que apoyen a Aguirre serán expulsados del PRI.
Tomado de PRD: Ángel Aguirre en campaña en Guerrero.
Para agregar un poco de contexto escribo sobre mi familia guerrerense.
Mi bisabuela Natalia Uriza tuvo cuatro hijos revolucionarios.
Pelearon junto con sus parientes y paisanos, los Figueroa Mata, y Figueroa Figueroa. Andrés estaba casado con Juana hermana de mi abuelo Manuel, Francisco con Felisa Uriza, prima de mi abuelo y de Juana.
Sus sobrinos Rubén y Ruffo Figueroa Figueroa, hicieron carrera política, pero no los hijos del general Andrés, Arturo (médico e historiador) y Froylán. Abraham Castro fue presidente de Iguala.
Tomado de Cronología de Gobernantes de Iguala
El PRI se ha ido desmoronando, porque los ambiciosos, han tomado el lugar que los prudentes revolucionarios no tomaron.
Actualmente Rubén Figueroa Alcocer, y Héctor Vicario Castrejón. quisieron imponer a Manuel Añorve Baños, despreciando a Ángel Aguirre Rivera, con más méritos políticos dentro del PRI, ya que fue gobernador interino, y senador de la República por Guerrero, cuando Manuel Añorve, sólo ha sido presidente municipal de Acapulco.
La hegemonía del PRI en Guerrero en 2011, está en peligro, como lo estuvo en su tiempo la de ese partido en México, cuando no escogió al hijo del General Lázaro Cárdenas del Río, que obviamente tenía más méritos que Carlos Salinas de Gortari.
Mis alumnos pues, no saben todo ésto. La falta de conocimiento, la falta de Educación Política, se convierte así, en un impedimento para elegir correctamente a sus gobernantes.
La respuesta a la pregunta planteada es pues, Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano.
La pregunta es aún más relevante, porque la situación se está repitiendo actualmente en Guerrero, donde están mis alumnos. El economista Ángel Aguirre Rivero, se salió del PRI para enfrentar a su primo hermano, Manuel Añorve Baños, ambos inicialmente del PRI y de familias de la Costa Chica de Guerrero, por la Gubernatura del estado. Aguirre es apoyado por una coalición llamada, Guerrero nos une, del PRD, PT, y Convergencia, al igual que en el PRI nacional en 1988, el Ing. Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, rompió para siempre la hegemonía de ese partido en México. Ahora es probable, que el Lic. Aguirre, haga lo mismo en el PRI guerrerense. Hoy se anuncia en los periódicos, que los que apoyen a Aguirre serán expulsados del PRI.
Tomado de PRD: Ángel Aguirre en campaña en Guerrero.
Para agregar un poco de contexto escribo sobre mi familia guerrerense.
Mi bisabuela Natalia Uriza tuvo cuatro hijos revolucionarios.
Pelearon junto con sus parientes y paisanos, los Figueroa Mata, y Figueroa Figueroa. Andrés estaba casado con Juana hermana de mi abuelo Manuel, Francisco con Felisa Uriza, prima de mi abuelo y de Juana.
Sus sobrinos Rubén y Ruffo Figueroa Figueroa, hicieron carrera política, pero no los hijos del general Andrés, Arturo (médico e historiador) y Froylán. Abraham Castro fue presidente de Iguala.
Tomado de Cronología de Gobernantes de Iguala
El PRI se ha ido desmoronando, porque los ambiciosos, han tomado el lugar que los prudentes revolucionarios no tomaron.
Actualmente Rubén Figueroa Alcocer, y Héctor Vicario Castrejón. quisieron imponer a Manuel Añorve Baños, despreciando a Ángel Aguirre Rivera, con más méritos políticos dentro del PRI, ya que fue gobernador interino, y senador de la República por Guerrero, cuando Manuel Añorve, sólo ha sido presidente municipal de Acapulco.
La hegemonía del PRI en Guerrero en 2011, está en peligro, como lo estuvo en su tiempo la de ese partido en México, cuando no escogió al hijo del General Lázaro Cárdenas del Río, que obviamente tenía más méritos que Carlos Salinas de Gortari.
Mis alumnos pues, no saben todo ésto. La falta de conocimiento, la falta de Educación Política, se convierte así, en un impedimento para elegir correctamente a sus gobernantes.
La respuesta a la pregunta planteada es pues, Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano.
Friday, November 12, 2010
EL ARTE Y LA EDUCACIÓN COMO CONSCIENCIA
DE LA HUMANIDAD
De tanto ver el mundo jodido,
misterio, que nadie entiende
y habla como si se le conociera de tiempo.
Anónimo
En las concepciones sobre la educación[1], se identifican las primeras relaciones humanas, a partir de la tribu más primitiva, de ese hito histórico se fueron generando las relaciones de poder en una multiplicidad de matices en contenido, forma y significación, de acuerdo a las épocas acontecidas; lo que distingue a esas expresiones humanas-inhumanas es, la defensa de derechos humanos intuitivos e instintivos de sobrevivencia, que tiene que ver con la potenciación de sensibilidad artística, y en esa sensación de convivencia cultural y educativa se fueron desarrollando las relaciones de abuso de poder como forma o formación dominante, iniciando la primogénita condición de desigualdad que por sus desvíos de fuerza y de destrucción inspira temor; sobre este comportamiento humano se ocupa el presente escrito de investigación educativa.
Debido a tal temor colectivo que provoca el sentido de la pérdida del sujeto primitivo en su pertenencia y reconocimiento, sólo por esa búsqueda de autorreconocimiento, se ha ido acuñando el proceso educativo ‘integral’ como se irá reflexionando; así el miedo se vuelve cada vez más amplio territorialmente en los procesos de producción con el aumento de población, de arrebato, de despojo, de reproducción social y de transformación de la vida-muerte, mostrándose como sobrevivencia educativa de un instinto encarnado, el de volver siempre al origen -plantea la obra de Nietzsche-; ahí radica el reconocimiento del ser vital en su propia naturaleza y en sus leyes culturales constituidas y a la vez constituyentes del sujeto, como un proceso dialéctico-educativo único, e irrepetible por su singularidad matizada en lo particular del mundo de la vida y de la muerte por definirse.
En tales relaciones de parentesco tribal y luego en las familias de distinta conformación histórica-material objetivada, se va acompañado de valores humanos necesarios en esa estructura de pensamiento del sujeto de acuerdo a su modo de producción; precisamente es cuando las relaciones diferentes de poder emancipador, y de abuso de poder aniquilador, se van desarrollando cada vez de forma más abierta y polarizada, de acuerdo con las experiencias, conocimientos e intuiciones de esa vida-muerte cultural diferenciada, es decir concientes, por sus formas de sobrevivencia consciente e inconsciente; así se va constituyendo un grado de conciencia histórico-social, que sujeta al ser humano en su mundo y en su cosmovisión, por medio de una legendaria y actual autenticidad de poder político emancipador [2]; pero véase cómo la explotación del hombre por el hombre, es un rasgo histórico al respeto de las primeras formas de propiedad privada, al grado en que hoy día, el abuso de poder político, está perdiendo fronteras territoriales en la lucha social, al ir imponiendo costumbres hegemónicas, que a los dominados les son ajenas, por ser aculturadas, es decir impuestas en esa lucha a muerte por el reconocimiento, a través del prestigio, los dogmas y la posesión de dinero, que más tarde se convierte en posesión irracionalmente insensible de capital en las relaciones de producción y apropiación, por tal razón, se puede explicar cómo hoy el ‘supuesto poder político se circunscribe en un asunto exclusivo del poder reproductivo parlamentario de las sociedades modernas’; porque ese abuso de origen, fue castrante a través de la conquista, la violencia, el engaño, las canonjías, la muerte y la represión en el acto educativo; además de la enculturación cotidiana, la cual se implanta por medio del ejemplo vital, así se crean mezclas confusas y complejas del funcionamiento social a través de las pasiones y de los afectos más encontrados. Siendo la tierra el primer medio de producción defendido en ese abuso de poder, por ser un elemento generador de vida; de ahí parte el abuso de poder de acumuladores del trabajo ajeno, por falta de un auténtico diálogo comprensivo y de colaboración, y sí en cambio se fue envileciendo por guerras crueles e intestinas con una conciencia en sí del momento, y desde esa experiencia, se genera la ley hegemónica, encarnada en la lógica del más fuerte, desarrollándose el cinismo de la fuerza bruta, siendo este despliegue de la conciencia en sí, el proceso educativo o de humanización de acuerdo a las condiciones materiales de vida desde el caos de origen, en donde así como se vive socialmente, también se piensa.
De tales luchas, valórese lo producido por el trabajo esclavo, el servil y el de la prole, es decir de la clase obrera en la fábrica hoy en día, como venta de productos de la naturaleza transformada en cultura de dominación; que obtienen los magnates monopolistas de la oligarquía financiera, que es la forma más acabada de la burguesía; así reciben esa fuerza de trabajo como un regalo divino en la explotación del cuerpo de los despojados de su tierra por los dominadores, hasta dejarlos sin un solo instrumento de trabajo, siendo entonces esta clase trabajadora históricamente, presa de compra-venta de los dominadores en esa relación de abuso de poder del proceso educativo idealista-dogmático y mítico-religioso principalmente, como lo marca la ley del más fuerte en la naturaleza hecha milagro manipulable.
Sólo recuérdese cómo cada contexto histórico concreto fue sucediéndose a través de las épocas: entre amos, esclavos, señores feudales, reyes divinos y siervos desamparados, hasta terminar siendo el trabajador junto con sus familias o tribus, viles proletarios o lumpenproletarios -escoria social-; al no tener ya nada más que vender que su fuerza de trabajo y su degradación, dada al dueño de los medios productivos de a poquito, todos los días de su existencia, al ser un acto educativo ‘naturalizado’ en la intersubjetividad de las intuiciones colectivas e individualistas modernas y posmodernas[3], sobre el respeto divino a la propiedad privada de medios productivos, que se reproduce en distintas formas, contenidos y significaciones; esta propiedad, no es más que trabajo acumulado no pagado entre poseedores y desposeídos.
Estas son las primeras formas conocidas que sujetan al ser humano a su tierra-madre, con un sentido de cobijo y de seguridad abusiva a costa del trabajo ajeno, o por el contrario, en el contenido de ser la tierra dadora de vida, de alimento y de gratitud en la alegoría del trabajo creativo y necesariamente compartido en equidad, de lo cual existe una raíz histórica indestructible, en esos lazos de matices culturales que son auténticamente una raíz cultural enaltecida por la producción y los valores sublimados, así como pueden ser las tradiciones y las costumbres; dicho proceso educativo se objetiva como satisfactor material y se subjetiva como consciencia del sujeto, de acuerdo con lo que el sujeto es, por medio del cariño y del cuidado educativo en la formación histórico-social contra-hegemónica, sin que ello pudiera parecer a simple vista, un movimiento mecánico, sino por el contrario es sumamente contradictorio y complejo, casi como una telaraña infinita de significados, plantea Geertz[4]; de manera que el sujeto histórico va teniendo memoria de su experiencia intuitiva, aunque se cree, que su memoria la está perdiendo; pero vemos que en el control del conocimiento y de la experiencia objetiva, el sujeto sabe a partir de esa intuición originaria, encarnada en el desarrollo estético y a la vez ético, el siguiente paso a dar; que sólo el sujeto en lo particular vive, por medio de su propio cuerpo, el cual está llamado constitutivamente a la libertad, al irse haciendo humano; por tanto la lucha de clases no se terminará hasta que todo lo producido históricamente por las grandes mayorías se socialice, lo cual significa una tarea educativa potenciadora; ahí radica el sentido histórico emancipador del arte, de la educación y de la consciencia humana como integridad histórico-social.
Se percibe también, la necesidad del sentido no sólo religioso, sino militar y artístico en el despliegue de la sensibilidad humana desarrollada o encarnada como un espíritu humano guía, construyendo y constituyendo al sujeto; éste se observa en sus primeras intuiciones sobre el derecho y el dominio entre los seres desiguales como ímpetu de existencia para sobrevivir a través del Estado represor, entendido éste, como el órgano histórico de control y de opresión de las grandes mayorías en la búsqueda por su libertad, siendo impedidos permanentemente por el beneficio de la corrupción para bien exclusivo de las minorías privilegiadas -así lo denuncia la teoría marxista-, por medio de los costos implícitos, cultivando el síntoma de vida-muerte que sigue dando miedo, a través de la ingobernabilidad actual en los poderes ejecutivo, legislativo y judicial, por lo que se tiene que poner un límite, que toma presencia principalmente en dimensiones de: parentesco, prestigio, propiedad, fuerza imperativa, entre otros comportamientos humanos-inhumanos más de la división del trabajo y el reparto de la riqueza, en un horizonte amplio de valores que constituyen el proceso educativo de una época, para ir satisfaciendo y superando los problemas en el deseo inacabado, sabiendo que el deseo más amplio en su formación virtuosa de toda la humanidad hasta hoy día, es:
“poder sentir la necesidad del otro en múltiples procesos de comunicación abierta, como espacios y tiempos de comprensión significativa, que si bien se sitúa en una correlación de fuerzas y de intereses de clase, las relaciones de abuso de poder, pueden interrumpir el diálogo y la problematización político-filosófica del sujeto educativo, al no tener razones históricas con que argumentar la necesidad de emancipación de las grandes mayorías, eso es precisamente lo que articula el sentido artístico por medio de la búsqueda de expresión voluntaria, sensible e intelectual; porque con la falta de entendimiento racional y con la cerrazón dogmática insensible, se agotan las intenciones de poder emancipador, debido al abuso de poder opresor; de ahí se apuesta a la generación de justicia, templanza, prudencia y fortaleza para ser reconocido en esa lucha a muerte consciente o inconsciente del proceso de aprendizaje educativo, ese es el sitio del hilo más fino del acto artístico humanizado, generándose prejuicios sin mayor fundamento en el debate de las determinaciones entre la conformación de las clases sociales, que marcan la desigualdad esencial y la superflua”. En dicho sentido se va acuñando la responsabilidad pedagógica del acto educativo por medio del ejemplo, que necesariamente es didáctico, es decir exige atravesar al otro yo, para su posible transformación consciente, creativa, liberadora, lúdica y crítica, que sólo se muestra con honestidad entre lo que se dice y lo que se hace, para el bien de la mayoría, en la estrategia del otro yo como en un espejo en donde se refleja, y se siente la necesidad vital en esa lucha de poderes por ser reconocido en libertad, es decir en la responsabilidad compartida de la vida-muerte cultivada.
La pregunta obligada es ¿por qué se cae en esa lucha de fuerzas?
Al parecer de Marx, desde donde se genera el socialismo científico que incide en la pedagogía crítica, ello tiene que ver con el hecho de que cada quien vislumbra apenas sus propios intereses de sobrevivencia y de esfuerzo vital intuitivo, sin darse cuenta que la propia carencia humana es una diferencia, pero a la vez unifica al sujeto educativo o sujeto histórico despojado de sus objetos de trabajo; en tal identidad humana el sujeto sedimentado por sus valores más útiles y utilitarios de la vida práctica, apenas valora su larga historia, que no alcanza aún a captar como una totalidad concreta inescindible; dado que el sujeto educativo en plena inseguridad, sólo va conformando su propia sobrevivencia existenciaria, que es la que le impulsa a hablar sobre sus derechos humanos, es decir, a ejercer su poder político real desde su muy corta edad o temporalidad espacial; tal historicidad implica la formación consciente de valores acuñados, por el bien de las mayorías, lo cual se ha desvirtuado por la clase dominante hegemónica de distintas épocas o significados, al no reconocer a la clase trabajadora, al grado de no nombrarla siquiera; por lo que este derecho intuitivo, lo enfrenta el sujeto emancipador en y con la resistencia del oprimido, aún sin saberlo con claridad, pero así lo hace[5].
Por tanto el sujeto es el efecto-afecto de sus palabras y de sus actos, que muestran sus deseos entre el querer y el poder, los cuales no son más que símbolos de sentido y de memoria histórica en ese logro social realizado y deseado en comunión; tales palabras avanzan paulatinamente debido a los referentes de necesidad humana, que son recordados en momentos de sobrevivencia por cada sujeto histórico consciente o no de ello, como persona, como individuo, como grupo, o pueblo-Estado-gobierno-nación, clase social, o finalmente como consciencia histórica autónoma, porque la forma más abarcativa es el sentido humano del contexto de la lucha de clases[6], que también es una construcción social; así se transforma intencionadamente el sujeto en virtud y en sublimación de sí mismo, a través del otro yo, en el acto educativo emancipador revolucionario.
Téngase en cuenta que, estas palabras desde los pequeños balbuceos conscientes-inconscientes, aún no han florecido como forma de comunicación generalizada ilustrada[7], sino por el contrario, se evita ser extendidas entre las mayorías inconscientes aún, a través de ese largo proceso educativo de capacidades-incapacidades humanas desarrolladas y mutiladas, a través del trabajo de las distintas generaciones; pudiéndose diferenciar unas de otras, de acuerdo al grado de consciencia social, a la participación activa y al sentimiento de búsqueda y de satisfacción, que tiene que ver con el arte en la lucha desigual de la existencia del ser y del hacerse un verdadero ser humano, en ese hablarse y escucharse en su otredad, como un acto casi poético revolucionario de culpa o de emancipación, que brinda el fundamento de respeto, de comprensión y de dignificación compartida entre el trabajo intelectual y manual, que es vital en el acto artístico.
[1] “La educación es, pues, siempre un acto resultante de una cierta organización social, nunca una propiedad individual”. Vid. Cantón, Valentina. En nombre de la pedagogía. Coord. Fernández y Rivas. Colec. Archivos. UPN. México 2005. P. 48.
[2] Porque “La verdadera política fue para Platón una tarea de toda la vida…”, Vid. Jeannette Escalera Bourillon. República y Leyes, neoliberalismo y globalización, dos paradigmas en el ámbito Educativo. . Ed. UPN, México 2009.
[3] Rosa Nidia Buenfil Burgos, plantea que la polémica modernidad-posmodernidad gira fundamentalmente en torno a: “La posibilidad o imposibilidad de fijar un fundamento trascendental, último y definitivo del ser, de la política, la ética, el conocimiento, etc. La posibilidad o no del fin de la historia, del fin de las ideologías y de otros ‘fines más’ en el sentido de que se acabaron ya, de una vez y para siempre. La viabilidad de los proyectos globales frente a los proyectos regionales, de orden político, económico, cultural, religioso, etc. La asociación de las posiciones antagónicas de este debate a posiciones políticas también antagónicas, por ejemplo: la vinculación necesaria entre posmodernidad y neoconservadurismo. Estas polémicas sí tienen mucho que ver con los proyectos educativos específicos. Es precisamente la filosofía de la educación, la práctica reflexiva que puede aportar las categorías intermedias que hagan el puente entre las preocupaciones recién mencionadas del debate modernidad-posmodernidad y las medidas específicas relacionadas con la orientación educativa” de un país como México. En Filosofía de la educación, posmodernidad y modernización educativa. Ed. CINVESTAV, IPN. N/d. P. 3.
[4] Vid. Geertz, Clifford. Conocimiento local. Ensayos sobre la interpretación de las culturas. Ed. Paidós, Barcelona 1994. Al respecto distíngase, que en las representaciones culturales se diferencia el sentido o el significado del signo desarrollado entre el sujeto y el objeto de conocimiento. El signo, comprende los iconos (imágenes, diagramas, metáforas); los indicios, que implican alguna conexión real con sus respectivos objetos; y los símbolos, que son signos convencionales. Así se hace un triángulo entre el objeto, el signo representado y el sujeto interpretante.
[5] Según H. Arendt, “el poder se deriva básicamente de la capacidad de actuar en común”, es decir en unidad. Vid. La condición humana, Ed. Paidós México 2005. P. 14. En este aspecto la autora coincide con Marx, porque al penar éste que la democracia es el bien desde la acción común por las mayorías, de modo que cuando las mayorías tengan ese bien, la propia democracia dejará de ser un bien a alcanzar.
[6] En la obra cumbre de Marx, El Capital, éste aclara: “El proceso capitalista de producción reproduce, por lo tanto, en virtud de su propio desarrollo, el divorcio entre la fuerza de trabajo y las condiciones de trabajo; reproduce y eterniza con ello las condiciones de explotación del obrero. Le obliga constantemente a vender su fuerza de trabajo para poder vivir y permite constantemente al capitalista comprársela para enriquecerse… Por lo tanto, el proceso capitalista de producción no sólo reproduce la plusvalía, sino que produce y reproduce el mismo régimen del capital: de una parte al capitalista y de la otra al obrero asalariado”. T. I. Pp. 486-487.
[7] Por Ilustración se entiende a “la dirección filosófica definida por el empeño en extender la crítica y la guía de la razón a todos los campos de la experiencia humana. Kant ha escrito: ‘La Ilustración es la liberación del hombre de su culpable incapacidad. La incapacidad significa la imposibilidad de servirse de su inteligencia sin la guía de otro. Esta incapacidad es culpable porque su causa no reside en la falta de inteligencia sino de decisión y valor para servirse por sí mismo de ella... Ten el valor de servirte de tu propia razón: he aquí el lema de la Ilustración’ (Was ist Aufklärung?, en op. cit, de Cassirer, IV, P. 169; trad. Esp.: Filosofía de la Ilustración, México, 1943. F.C.E., Pp. 185-186. (Al respecto) (...Cassirer cita tres aspectos diferentes y conexos que comprende la Ilustración...) 1) la extensión de la crítica a toda creencia o conocimiento, sin excepción, 2) la realización de un conocimiento que, para abrirse a la crítica, incluya y organice los instrumentos para la propia corrección; 3) el uso efectivo, en todos los campos, del conocimiento logrado de esta manera, con la finalidad de mejorar la vida individual y asociada de los hombres. Estos tres aspectos, o mejor dicho tareas fundamentales, constituyen, en su conjunto, una de las formas recurrentes de entender y practicar la filosofía y, precisamente, la que ya encontró expresión en la edad clásica de la antigua Grecia. (...) Por Ilustración moderna se entiende comúnmente el periodo que va desde los últimos decenios del siglo XVII a los últimos decenios del siglo XVIII, y este periodo es, a menudo, indicado sin más como Ilustración, Siglo de las Luces o Iluminismo”. Abbagnano, Nicola. Diccionario de Filosofía. Editorial Ariel, Barcelona 1994. Pp. 648-649.
DE LA HUMANIDAD
De tanto ver el mundo jodido,
misterio, que nadie entiende
y habla como si se le conociera de tiempo.
Anónimo
En las concepciones sobre la educación[1], se identifican las primeras relaciones humanas, a partir de la tribu más primitiva, de ese hito histórico se fueron generando las relaciones de poder en una multiplicidad de matices en contenido, forma y significación, de acuerdo a las épocas acontecidas; lo que distingue a esas expresiones humanas-inhumanas es, la defensa de derechos humanos intuitivos e instintivos de sobrevivencia, que tiene que ver con la potenciación de sensibilidad artística, y en esa sensación de convivencia cultural y educativa se fueron desarrollando las relaciones de abuso de poder como forma o formación dominante, iniciando la primogénita condición de desigualdad que por sus desvíos de fuerza y de destrucción inspira temor; sobre este comportamiento humano se ocupa el presente escrito de investigación educativa.
Debido a tal temor colectivo que provoca el sentido de la pérdida del sujeto primitivo en su pertenencia y reconocimiento, sólo por esa búsqueda de autorreconocimiento, se ha ido acuñando el proceso educativo ‘integral’ como se irá reflexionando; así el miedo se vuelve cada vez más amplio territorialmente en los procesos de producción con el aumento de población, de arrebato, de despojo, de reproducción social y de transformación de la vida-muerte, mostrándose como sobrevivencia educativa de un instinto encarnado, el de volver siempre al origen -plantea la obra de Nietzsche-; ahí radica el reconocimiento del ser vital en su propia naturaleza y en sus leyes culturales constituidas y a la vez constituyentes del sujeto, como un proceso dialéctico-educativo único, e irrepetible por su singularidad matizada en lo particular del mundo de la vida y de la muerte por definirse.
En tales relaciones de parentesco tribal y luego en las familias de distinta conformación histórica-material objetivada, se va acompañado de valores humanos necesarios en esa estructura de pensamiento del sujeto de acuerdo a su modo de producción; precisamente es cuando las relaciones diferentes de poder emancipador, y de abuso de poder aniquilador, se van desarrollando cada vez de forma más abierta y polarizada, de acuerdo con las experiencias, conocimientos e intuiciones de esa vida-muerte cultural diferenciada, es decir concientes, por sus formas de sobrevivencia consciente e inconsciente; así se va constituyendo un grado de conciencia histórico-social, que sujeta al ser humano en su mundo y en su cosmovisión, por medio de una legendaria y actual autenticidad de poder político emancipador [2]; pero véase cómo la explotación del hombre por el hombre, es un rasgo histórico al respeto de las primeras formas de propiedad privada, al grado en que hoy día, el abuso de poder político, está perdiendo fronteras territoriales en la lucha social, al ir imponiendo costumbres hegemónicas, que a los dominados les son ajenas, por ser aculturadas, es decir impuestas en esa lucha a muerte por el reconocimiento, a través del prestigio, los dogmas y la posesión de dinero, que más tarde se convierte en posesión irracionalmente insensible de capital en las relaciones de producción y apropiación, por tal razón, se puede explicar cómo hoy el ‘supuesto poder político se circunscribe en un asunto exclusivo del poder reproductivo parlamentario de las sociedades modernas’; porque ese abuso de origen, fue castrante a través de la conquista, la violencia, el engaño, las canonjías, la muerte y la represión en el acto educativo; además de la enculturación cotidiana, la cual se implanta por medio del ejemplo vital, así se crean mezclas confusas y complejas del funcionamiento social a través de las pasiones y de los afectos más encontrados. Siendo la tierra el primer medio de producción defendido en ese abuso de poder, por ser un elemento generador de vida; de ahí parte el abuso de poder de acumuladores del trabajo ajeno, por falta de un auténtico diálogo comprensivo y de colaboración, y sí en cambio se fue envileciendo por guerras crueles e intestinas con una conciencia en sí del momento, y desde esa experiencia, se genera la ley hegemónica, encarnada en la lógica del más fuerte, desarrollándose el cinismo de la fuerza bruta, siendo este despliegue de la conciencia en sí, el proceso educativo o de humanización de acuerdo a las condiciones materiales de vida desde el caos de origen, en donde así como se vive socialmente, también se piensa.
De tales luchas, valórese lo producido por el trabajo esclavo, el servil y el de la prole, es decir de la clase obrera en la fábrica hoy en día, como venta de productos de la naturaleza transformada en cultura de dominación; que obtienen los magnates monopolistas de la oligarquía financiera, que es la forma más acabada de la burguesía; así reciben esa fuerza de trabajo como un regalo divino en la explotación del cuerpo de los despojados de su tierra por los dominadores, hasta dejarlos sin un solo instrumento de trabajo, siendo entonces esta clase trabajadora históricamente, presa de compra-venta de los dominadores en esa relación de abuso de poder del proceso educativo idealista-dogmático y mítico-religioso principalmente, como lo marca la ley del más fuerte en la naturaleza hecha milagro manipulable.
Sólo recuérdese cómo cada contexto histórico concreto fue sucediéndose a través de las épocas: entre amos, esclavos, señores feudales, reyes divinos y siervos desamparados, hasta terminar siendo el trabajador junto con sus familias o tribus, viles proletarios o lumpenproletarios -escoria social-; al no tener ya nada más que vender que su fuerza de trabajo y su degradación, dada al dueño de los medios productivos de a poquito, todos los días de su existencia, al ser un acto educativo ‘naturalizado’ en la intersubjetividad de las intuiciones colectivas e individualistas modernas y posmodernas[3], sobre el respeto divino a la propiedad privada de medios productivos, que se reproduce en distintas formas, contenidos y significaciones; esta propiedad, no es más que trabajo acumulado no pagado entre poseedores y desposeídos.
Estas son las primeras formas conocidas que sujetan al ser humano a su tierra-madre, con un sentido de cobijo y de seguridad abusiva a costa del trabajo ajeno, o por el contrario, en el contenido de ser la tierra dadora de vida, de alimento y de gratitud en la alegoría del trabajo creativo y necesariamente compartido en equidad, de lo cual existe una raíz histórica indestructible, en esos lazos de matices culturales que son auténticamente una raíz cultural enaltecida por la producción y los valores sublimados, así como pueden ser las tradiciones y las costumbres; dicho proceso educativo se objetiva como satisfactor material y se subjetiva como consciencia del sujeto, de acuerdo con lo que el sujeto es, por medio del cariño y del cuidado educativo en la formación histórico-social contra-hegemónica, sin que ello pudiera parecer a simple vista, un movimiento mecánico, sino por el contrario es sumamente contradictorio y complejo, casi como una telaraña infinita de significados, plantea Geertz[4]; de manera que el sujeto histórico va teniendo memoria de su experiencia intuitiva, aunque se cree, que su memoria la está perdiendo; pero vemos que en el control del conocimiento y de la experiencia objetiva, el sujeto sabe a partir de esa intuición originaria, encarnada en el desarrollo estético y a la vez ético, el siguiente paso a dar; que sólo el sujeto en lo particular vive, por medio de su propio cuerpo, el cual está llamado constitutivamente a la libertad, al irse haciendo humano; por tanto la lucha de clases no se terminará hasta que todo lo producido históricamente por las grandes mayorías se socialice, lo cual significa una tarea educativa potenciadora; ahí radica el sentido histórico emancipador del arte, de la educación y de la consciencia humana como integridad histórico-social.
Se percibe también, la necesidad del sentido no sólo religioso, sino militar y artístico en el despliegue de la sensibilidad humana desarrollada o encarnada como un espíritu humano guía, construyendo y constituyendo al sujeto; éste se observa en sus primeras intuiciones sobre el derecho y el dominio entre los seres desiguales como ímpetu de existencia para sobrevivir a través del Estado represor, entendido éste, como el órgano histórico de control y de opresión de las grandes mayorías en la búsqueda por su libertad, siendo impedidos permanentemente por el beneficio de la corrupción para bien exclusivo de las minorías privilegiadas -así lo denuncia la teoría marxista-, por medio de los costos implícitos, cultivando el síntoma de vida-muerte que sigue dando miedo, a través de la ingobernabilidad actual en los poderes ejecutivo, legislativo y judicial, por lo que se tiene que poner un límite, que toma presencia principalmente en dimensiones de: parentesco, prestigio, propiedad, fuerza imperativa, entre otros comportamientos humanos-inhumanos más de la división del trabajo y el reparto de la riqueza, en un horizonte amplio de valores que constituyen el proceso educativo de una época, para ir satisfaciendo y superando los problemas en el deseo inacabado, sabiendo que el deseo más amplio en su formación virtuosa de toda la humanidad hasta hoy día, es:
“poder sentir la necesidad del otro en múltiples procesos de comunicación abierta, como espacios y tiempos de comprensión significativa, que si bien se sitúa en una correlación de fuerzas y de intereses de clase, las relaciones de abuso de poder, pueden interrumpir el diálogo y la problematización político-filosófica del sujeto educativo, al no tener razones históricas con que argumentar la necesidad de emancipación de las grandes mayorías, eso es precisamente lo que articula el sentido artístico por medio de la búsqueda de expresión voluntaria, sensible e intelectual; porque con la falta de entendimiento racional y con la cerrazón dogmática insensible, se agotan las intenciones de poder emancipador, debido al abuso de poder opresor; de ahí se apuesta a la generación de justicia, templanza, prudencia y fortaleza para ser reconocido en esa lucha a muerte consciente o inconsciente del proceso de aprendizaje educativo, ese es el sitio del hilo más fino del acto artístico humanizado, generándose prejuicios sin mayor fundamento en el debate de las determinaciones entre la conformación de las clases sociales, que marcan la desigualdad esencial y la superflua”. En dicho sentido se va acuñando la responsabilidad pedagógica del acto educativo por medio del ejemplo, que necesariamente es didáctico, es decir exige atravesar al otro yo, para su posible transformación consciente, creativa, liberadora, lúdica y crítica, que sólo se muestra con honestidad entre lo que se dice y lo que se hace, para el bien de la mayoría, en la estrategia del otro yo como en un espejo en donde se refleja, y se siente la necesidad vital en esa lucha de poderes por ser reconocido en libertad, es decir en la responsabilidad compartida de la vida-muerte cultivada.
La pregunta obligada es ¿por qué se cae en esa lucha de fuerzas?
Al parecer de Marx, desde donde se genera el socialismo científico que incide en la pedagogía crítica, ello tiene que ver con el hecho de que cada quien vislumbra apenas sus propios intereses de sobrevivencia y de esfuerzo vital intuitivo, sin darse cuenta que la propia carencia humana es una diferencia, pero a la vez unifica al sujeto educativo o sujeto histórico despojado de sus objetos de trabajo; en tal identidad humana el sujeto sedimentado por sus valores más útiles y utilitarios de la vida práctica, apenas valora su larga historia, que no alcanza aún a captar como una totalidad concreta inescindible; dado que el sujeto educativo en plena inseguridad, sólo va conformando su propia sobrevivencia existenciaria, que es la que le impulsa a hablar sobre sus derechos humanos, es decir, a ejercer su poder político real desde su muy corta edad o temporalidad espacial; tal historicidad implica la formación consciente de valores acuñados, por el bien de las mayorías, lo cual se ha desvirtuado por la clase dominante hegemónica de distintas épocas o significados, al no reconocer a la clase trabajadora, al grado de no nombrarla siquiera; por lo que este derecho intuitivo, lo enfrenta el sujeto emancipador en y con la resistencia del oprimido, aún sin saberlo con claridad, pero así lo hace[5].
Por tanto el sujeto es el efecto-afecto de sus palabras y de sus actos, que muestran sus deseos entre el querer y el poder, los cuales no son más que símbolos de sentido y de memoria histórica en ese logro social realizado y deseado en comunión; tales palabras avanzan paulatinamente debido a los referentes de necesidad humana, que son recordados en momentos de sobrevivencia por cada sujeto histórico consciente o no de ello, como persona, como individuo, como grupo, o pueblo-Estado-gobierno-nación, clase social, o finalmente como consciencia histórica autónoma, porque la forma más abarcativa es el sentido humano del contexto de la lucha de clases[6], que también es una construcción social; así se transforma intencionadamente el sujeto en virtud y en sublimación de sí mismo, a través del otro yo, en el acto educativo emancipador revolucionario.
Téngase en cuenta que, estas palabras desde los pequeños balbuceos conscientes-inconscientes, aún no han florecido como forma de comunicación generalizada ilustrada[7], sino por el contrario, se evita ser extendidas entre las mayorías inconscientes aún, a través de ese largo proceso educativo de capacidades-incapacidades humanas desarrolladas y mutiladas, a través del trabajo de las distintas generaciones; pudiéndose diferenciar unas de otras, de acuerdo al grado de consciencia social, a la participación activa y al sentimiento de búsqueda y de satisfacción, que tiene que ver con el arte en la lucha desigual de la existencia del ser y del hacerse un verdadero ser humano, en ese hablarse y escucharse en su otredad, como un acto casi poético revolucionario de culpa o de emancipación, que brinda el fundamento de respeto, de comprensión y de dignificación compartida entre el trabajo intelectual y manual, que es vital en el acto artístico.
[1] “La educación es, pues, siempre un acto resultante de una cierta organización social, nunca una propiedad individual”. Vid. Cantón, Valentina. En nombre de la pedagogía. Coord. Fernández y Rivas. Colec. Archivos. UPN. México 2005. P. 48.
[2] Porque “La verdadera política fue para Platón una tarea de toda la vida…”, Vid. Jeannette Escalera Bourillon. República y Leyes, neoliberalismo y globalización, dos paradigmas en el ámbito Educativo. . Ed. UPN, México 2009.
[3] Rosa Nidia Buenfil Burgos, plantea que la polémica modernidad-posmodernidad gira fundamentalmente en torno a: “La posibilidad o imposibilidad de fijar un fundamento trascendental, último y definitivo del ser, de la política, la ética, el conocimiento, etc. La posibilidad o no del fin de la historia, del fin de las ideologías y de otros ‘fines más’ en el sentido de que se acabaron ya, de una vez y para siempre. La viabilidad de los proyectos globales frente a los proyectos regionales, de orden político, económico, cultural, religioso, etc. La asociación de las posiciones antagónicas de este debate a posiciones políticas también antagónicas, por ejemplo: la vinculación necesaria entre posmodernidad y neoconservadurismo. Estas polémicas sí tienen mucho que ver con los proyectos educativos específicos. Es precisamente la filosofía de la educación, la práctica reflexiva que puede aportar las categorías intermedias que hagan el puente entre las preocupaciones recién mencionadas del debate modernidad-posmodernidad y las medidas específicas relacionadas con la orientación educativa” de un país como México. En Filosofía de la educación, posmodernidad y modernización educativa. Ed. CINVESTAV, IPN. N/d. P. 3.
[4] Vid. Geertz, Clifford. Conocimiento local. Ensayos sobre la interpretación de las culturas. Ed. Paidós, Barcelona 1994. Al respecto distíngase, que en las representaciones culturales se diferencia el sentido o el significado del signo desarrollado entre el sujeto y el objeto de conocimiento. El signo, comprende los iconos (imágenes, diagramas, metáforas); los indicios, que implican alguna conexión real con sus respectivos objetos; y los símbolos, que son signos convencionales. Así se hace un triángulo entre el objeto, el signo representado y el sujeto interpretante.
[5] Según H. Arendt, “el poder se deriva básicamente de la capacidad de actuar en común”, es decir en unidad. Vid. La condición humana, Ed. Paidós México 2005. P. 14. En este aspecto la autora coincide con Marx, porque al penar éste que la democracia es el bien desde la acción común por las mayorías, de modo que cuando las mayorías tengan ese bien, la propia democracia dejará de ser un bien a alcanzar.
[6] En la obra cumbre de Marx, El Capital, éste aclara: “El proceso capitalista de producción reproduce, por lo tanto, en virtud de su propio desarrollo, el divorcio entre la fuerza de trabajo y las condiciones de trabajo; reproduce y eterniza con ello las condiciones de explotación del obrero. Le obliga constantemente a vender su fuerza de trabajo para poder vivir y permite constantemente al capitalista comprársela para enriquecerse… Por lo tanto, el proceso capitalista de producción no sólo reproduce la plusvalía, sino que produce y reproduce el mismo régimen del capital: de una parte al capitalista y de la otra al obrero asalariado”. T. I. Pp. 486-487.
[7] Por Ilustración se entiende a “la dirección filosófica definida por el empeño en extender la crítica y la guía de la razón a todos los campos de la experiencia humana. Kant ha escrito: ‘La Ilustración es la liberación del hombre de su culpable incapacidad. La incapacidad significa la imposibilidad de servirse de su inteligencia sin la guía de otro. Esta incapacidad es culpable porque su causa no reside en la falta de inteligencia sino de decisión y valor para servirse por sí mismo de ella... Ten el valor de servirte de tu propia razón: he aquí el lema de la Ilustración’ (Was ist Aufklärung?, en op. cit, de Cassirer, IV, P. 169; trad. Esp.: Filosofía de la Ilustración, México, 1943. F.C.E., Pp. 185-186. (Al respecto) (...Cassirer cita tres aspectos diferentes y conexos que comprende la Ilustración...) 1) la extensión de la crítica a toda creencia o conocimiento, sin excepción, 2) la realización de un conocimiento que, para abrirse a la crítica, incluya y organice los instrumentos para la propia corrección; 3) el uso efectivo, en todos los campos, del conocimiento logrado de esta manera, con la finalidad de mejorar la vida individual y asociada de los hombres. Estos tres aspectos, o mejor dicho tareas fundamentales, constituyen, en su conjunto, una de las formas recurrentes de entender y practicar la filosofía y, precisamente, la que ya encontró expresión en la edad clásica de la antigua Grecia. (...) Por Ilustración moderna se entiende comúnmente el periodo que va desde los últimos decenios del siglo XVII a los últimos decenios del siglo XVIII, y este periodo es, a menudo, indicado sin más como Ilustración, Siglo de las Luces o Iluminismo”. Abbagnano, Nicola. Diccionario de Filosofía. Editorial Ariel, Barcelona 1994. Pp. 648-649.
Wednesday, October 13, 2010
Poéma de visión crítica.
YA ESTABA EN MENTE
”Quiero que vengas a mi
con sed y yo en tu charco
hasta que no pueda más y me ahogue”
Ella se baña con la regadera de soles,
busca un gemir y lo acompaña exuberante,
siempre ella se pierde,
serpiente, riendo de sí misma.
Se baña de cielo
lame su espacio
para secar su humedad persistente siempre,
siempre teñir los pies de camino,
ampollar los ojos de ver cielo.
De tanto ver el mundo jodido,
misterio, que nadie entiende
y habla como si se le conociera de tiempo.
Jodido amor por uno mismo
que culmina en soledad eterna
y muerte eterna y muerte sola
eternamente sola.
Jodido prostíbulo de la vida,
que todo vende,
y todo quiere
y todo compra.
Y todo mira
y todo corrompe
y todo quiere obtener sin pagar los descompuestos.
En su sal de obstinada súplica de coito anal,
rectal orgiástico, colectivo multitudinal
y pagar el precio de tirar la piel
y el sexo.
Y la humedad mientras van rumbo a la cama
en busca de la peor depravación posible
un orgasmo de mente.
YA ESTABA EN MENTE
”Quiero que vengas a mi
con sed y yo en tu charco
hasta que no pueda más y me ahogue”
Ella se baña con la regadera de soles,
busca un gemir y lo acompaña exuberante,
siempre ella se pierde,
serpiente, riendo de sí misma.
Se baña de cielo
lame su espacio
para secar su humedad persistente siempre,
siempre teñir los pies de camino,
ampollar los ojos de ver cielo.
De tanto ver el mundo jodido,
misterio, que nadie entiende
y habla como si se le conociera de tiempo.
Jodido amor por uno mismo
que culmina en soledad eterna
y muerte eterna y muerte sola
eternamente sola.
Jodido prostíbulo de la vida,
que todo vende,
y todo quiere
y todo compra.
Y todo mira
y todo corrompe
y todo quiere obtener sin pagar los descompuestos.
En su sal de obstinada súplica de coito anal,
rectal orgiástico, colectivo multitudinal
y pagar el precio de tirar la piel
y el sexo.
Y la humedad mientras van rumbo a la cama
en busca de la peor depravación posible
un orgasmo de mente.
Tuesday, October 12, 2010
Sunday, September 19, 2010
FREIRE EN LA LUCHA DE MASAS
La pedagogía crítica de Paulo Freire, con un lenguaje significativo de la clase oprimida, traduce cómo la esclavitud histórica, demanda al razonamiento materialista histórico dialéctico, la exaltación consciente del método o comportamiento racional sensible en los procesos educativos, sin dejarse aprisionar por los mecanismos de la composición vocabular de cooptación de los gobiernos que usurpan en el abuso de poder político. Freire busca nuevas palabras, no para coleccionarlas en la memoria, sino para decir y escribir el sujeto educativo, su mundo, su pensamiento, para contar su historia. Pensar el mundo es juzgarlo; la experiencia de los círculos de cultura muestra que el alfabetizando, al comenzar a escribir libremente, no copia palabras sino expresa juicios. Éstos, de cierta manera, intentan reproducir el movimiento de su propia experiencia; el alfabetizando, al darles forma escrita, va asumiendo gradualmente la conciencia de testigo de una historia de que se sabe autor. En la medida en que se percibe testigo de su historia, su conciencia se hace reflexivamente más responsable de esa historia”[1] en la organización de las masas populares que es necesaria pedagógicamente.
Pero lo que en esencia está en juego en un juicio de valor verdadero, y que despliega la Pedagogía Crítica, es precisamente poder recuperar políticamente la soberanía nacional, sindical, o de partido proletario para América Latina y el mundo; es que hoy día se convierte en un proceso multicultural como clase proletaria, relativa a la interdependencia imperialista, así como a la libre expresión en esta lucha de clases entre el CAPITAL y el TRABAJO y en la toma del poder político mundial por la clase proletaria, para hacer frente al régimen de explotación, que hoy se muestra descarnado; despertándose el poder político pedagógico militante con una consciencia histórica amplia en la resistencia y en la educación de autodefensa a pesar de la represión y la política neofascista que se expande desde el narcotráfico hasta las guerras del capital, es decir en la defensa NOSÓTRICA de los valores de origen desde las culturas más nobles indígenas, por ejemplo, por medio de sus ejemplos históricos que hoy son vanguardia de los derechos humanos más nobles, desde su propia identidad de poder político en la sociedad, como superación de la DIGNIDAD educativa militante, que tiene que sistematizar la Pedagogía revolucionaria más sensible de esta época, es decir con integridad física, intelectual y moral de la comunalidad humana, ámbitos de conocimiento que son atendidos por los procesos educativos en procesos de aprehendizaje cautelosamente humanos, por eso dicha razón no podrá ser destruida por la oligarquía financiera y monopolista del imperio del capital.
Valórese en este sentido de la pedagogía crítica, cómo realmente, detrás de toda lucha étnica-indígena; de género; por plazas; por tierras; de religiones; de razas o por DISCRIMINACIÓN de clase en el contexto internacional, nacional y regional, la verdadera causa, es la lógica de explotación entre el capital y el trabajo como ejemplo de aprehendizaje hegemónico, en el abuso de poder político, que se muestra cada vez más descarnado, con tintes fascistas y neocoloniales, en donde el PODER POLÍTICO, es en sí el propio proceso educativo o de humanización, por tal razón ha sido negado su ejercicio entre la sociedad civil históricamente, aún la lucha organizada políticamente; dado que es más abarcativo el poder político como capacidad dialógica y consciente en la defensa de derechos humanos, así en este sentido el poder político es más amplio que cualquier otro poder: como puede ser el poder cultural, el poder económico, el moder militar, el poder social, el poder religioso, el poder fascista, etc.; así los actos históricos en el abuso de poder político, han servido para someter a las masas, por falta de consciencia y de palabra para debatir en ideas claras las formas de organización humanizadas en una sensibilidad racional, sin precedentes, puesto que la clase opresora ha considerado a la clase trabajadora inferior, o en calidad de animales a lo largo de nuestra historicidad, presuponiéndolos como los más débiles; con tal política de clases sociales encubierta, ideológicamente se beneficia a la PROPIEDAD PRIVADA DE MEDIOS DE PRODUCCIÓN con identidades grotescas a costa de la miseria del trabajador directo, el cual va siendo despojado históricamente de sus instrumentos de vida, con base en un multiculturalismo de matices hegemonizados por la cultura burguesa, siendo éste el verdadero opio del terror que se aplica, y que continuará para el pueblo, si éste no cobra consciencia plena de su identidad proletaria, como totalidad política concreta, porque su misma existencia humana-inhumana, ha llegado al grado, donde la desigualdad e injusticia sociales, ya resultan “normales institucionalmente” en la expresión del pueblo trabajador.
Por eso es tan importante desarrollar una formación política-pedagógica militante, es decir que el sujeto educativo esté alerta y consciente de su historia de vida, para que logre enfrentar y derrocar al régimen de producción, en un proceso que norme la abolición de la propiedad privada de medios de producción en una cultura socialista-comunista. En este sentido se tiene que DISCUTIR cómo constituir una CENTRAL SINDICAL internacionalista, que aglutine a todas las fuerzas con capacidad humana revolucionaria, es decir virtuosa, y genere la UNIDAD PROLETARIA[2] con la clase obrera como vanguardia del proceso político emancipador, por las razones histórico-educativas que la clase trabajadora tiene que resignificar con un sentido de vida-muerte emancipador, el cual inicia a sintetizarse en sus consignas de lucha, en diversos espacios de interés social, como puede serlo el Foro Social Mundial por ejemplo.
En la crítica que posibilita la teoría freireana, es posible darse cuenta, de cómo se le hace sentir culpable al proletariado, de la crisis y la catástrofe del sistema capitalista, castigándosele con mayor explotación y violencia, al grado en que el trabajador directo, por ejemplo en los servicios educativos, de investigación en general, etc., o en la fábrica, con los campesinos pobres o con los sectores populares, no se identifican estos trabajadores con los valores culturales de su clase proletaria, por los mitos utilizados para su dominación y control cultural, es decir, debido a la estratificación jerárquica y antidemocrática en sí y de sí implícitas, con la que la cultura burguesa ha impuesto su educación hegemónica en la manipulación de la existencia humana, escindiendo intencionada e ideológicamente el trabajo manual del intelectual en todo tipo de programa de estudio formal e informal, para este conflicto la Pedagogía Crítica de Paulo Freire nos deja una búsqueda internacional para la lucha proletaria.
[1] Cfr. Freire, Paulo. Pedagogía del oprimido. Ed. Siglo XXI, México 1985. P. 8.
[2] Vid. Engels, Federico. Principios del comunismo. Ed. Vanguardia Proletaria, México 2008. P. 2. “El proletariado es la clase social que consigue sus medios de subsistencia exclusivamente de la venta de su trabajo, y no del rédito de algún capital; es la clase, cuyas dicha y pena, vida y muerte y toda la existencia dependen de la demanda de trabajo, es decir, de los períodos de crisis y de prosperidad de los negocios, de las fluctuaciones de una competencia desenfrenada. Dicho en pocas palabras, el proletariado, o la clase de los proletarios, es la clase trabajadora del siglo XXI”. (En subrayado en negritas es nuestro).
Pero lo que en esencia está en juego en un juicio de valor verdadero, y que despliega la Pedagogía Crítica, es precisamente poder recuperar políticamente la soberanía nacional, sindical, o de partido proletario para América Latina y el mundo; es que hoy día se convierte en un proceso multicultural como clase proletaria, relativa a la interdependencia imperialista, así como a la libre expresión en esta lucha de clases entre el CAPITAL y el TRABAJO y en la toma del poder político mundial por la clase proletaria, para hacer frente al régimen de explotación, que hoy se muestra descarnado; despertándose el poder político pedagógico militante con una consciencia histórica amplia en la resistencia y en la educación de autodefensa a pesar de la represión y la política neofascista que se expande desde el narcotráfico hasta las guerras del capital, es decir en la defensa NOSÓTRICA de los valores de origen desde las culturas más nobles indígenas, por ejemplo, por medio de sus ejemplos históricos que hoy son vanguardia de los derechos humanos más nobles, desde su propia identidad de poder político en la sociedad, como superación de la DIGNIDAD educativa militante, que tiene que sistematizar la Pedagogía revolucionaria más sensible de esta época, es decir con integridad física, intelectual y moral de la comunalidad humana, ámbitos de conocimiento que son atendidos por los procesos educativos en procesos de aprehendizaje cautelosamente humanos, por eso dicha razón no podrá ser destruida por la oligarquía financiera y monopolista del imperio del capital.
Valórese en este sentido de la pedagogía crítica, cómo realmente, detrás de toda lucha étnica-indígena; de género; por plazas; por tierras; de religiones; de razas o por DISCRIMINACIÓN de clase en el contexto internacional, nacional y regional, la verdadera causa, es la lógica de explotación entre el capital y el trabajo como ejemplo de aprehendizaje hegemónico, en el abuso de poder político, que se muestra cada vez más descarnado, con tintes fascistas y neocoloniales, en donde el PODER POLÍTICO, es en sí el propio proceso educativo o de humanización, por tal razón ha sido negado su ejercicio entre la sociedad civil históricamente, aún la lucha organizada políticamente; dado que es más abarcativo el poder político como capacidad dialógica y consciente en la defensa de derechos humanos, así en este sentido el poder político es más amplio que cualquier otro poder: como puede ser el poder cultural, el poder económico, el moder militar, el poder social, el poder religioso, el poder fascista, etc.; así los actos históricos en el abuso de poder político, han servido para someter a las masas, por falta de consciencia y de palabra para debatir en ideas claras las formas de organización humanizadas en una sensibilidad racional, sin precedentes, puesto que la clase opresora ha considerado a la clase trabajadora inferior, o en calidad de animales a lo largo de nuestra historicidad, presuponiéndolos como los más débiles; con tal política de clases sociales encubierta, ideológicamente se beneficia a la PROPIEDAD PRIVADA DE MEDIOS DE PRODUCCIÓN con identidades grotescas a costa de la miseria del trabajador directo, el cual va siendo despojado históricamente de sus instrumentos de vida, con base en un multiculturalismo de matices hegemonizados por la cultura burguesa, siendo éste el verdadero opio del terror que se aplica, y que continuará para el pueblo, si éste no cobra consciencia plena de su identidad proletaria, como totalidad política concreta, porque su misma existencia humana-inhumana, ha llegado al grado, donde la desigualdad e injusticia sociales, ya resultan “normales institucionalmente” en la expresión del pueblo trabajador.
Por eso es tan importante desarrollar una formación política-pedagógica militante, es decir que el sujeto educativo esté alerta y consciente de su historia de vida, para que logre enfrentar y derrocar al régimen de producción, en un proceso que norme la abolición de la propiedad privada de medios de producción en una cultura socialista-comunista. En este sentido se tiene que DISCUTIR cómo constituir una CENTRAL SINDICAL internacionalista, que aglutine a todas las fuerzas con capacidad humana revolucionaria, es decir virtuosa, y genere la UNIDAD PROLETARIA[2] con la clase obrera como vanguardia del proceso político emancipador, por las razones histórico-educativas que la clase trabajadora tiene que resignificar con un sentido de vida-muerte emancipador, el cual inicia a sintetizarse en sus consignas de lucha, en diversos espacios de interés social, como puede serlo el Foro Social Mundial por ejemplo.
En la crítica que posibilita la teoría freireana, es posible darse cuenta, de cómo se le hace sentir culpable al proletariado, de la crisis y la catástrofe del sistema capitalista, castigándosele con mayor explotación y violencia, al grado en que el trabajador directo, por ejemplo en los servicios educativos, de investigación en general, etc., o en la fábrica, con los campesinos pobres o con los sectores populares, no se identifican estos trabajadores con los valores culturales de su clase proletaria, por los mitos utilizados para su dominación y control cultural, es decir, debido a la estratificación jerárquica y antidemocrática en sí y de sí implícitas, con la que la cultura burguesa ha impuesto su educación hegemónica en la manipulación de la existencia humana, escindiendo intencionada e ideológicamente el trabajo manual del intelectual en todo tipo de programa de estudio formal e informal, para este conflicto la Pedagogía Crítica de Paulo Freire nos deja una búsqueda internacional para la lucha proletaria.
[1] Cfr. Freire, Paulo. Pedagogía del oprimido. Ed. Siglo XXI, México 1985. P. 8.
[2] Vid. Engels, Federico. Principios del comunismo. Ed. Vanguardia Proletaria, México 2008. P. 2. “El proletariado es la clase social que consigue sus medios de subsistencia exclusivamente de la venta de su trabajo, y no del rédito de algún capital; es la clase, cuyas dicha y pena, vida y muerte y toda la existencia dependen de la demanda de trabajo, es decir, de los períodos de crisis y de prosperidad de los negocios, de las fluctuaciones de una competencia desenfrenada. Dicho en pocas palabras, el proletariado, o la clase de los proletarios, es la clase trabajadora del siglo XXI”. (En subrayado en negritas es nuestro).
Thursday, September 16, 2010
LA IDENTIDAD DEL SUJETO HISTÓRICO
“El sistema de la igualdad representa no sólo las
mayores ventajas, sino también la estricta justicia...
Cada hombre es un eslabón, y un eslabón
indispensable en la cadena de efectos que parte de una
idea para llegar, tal vez, a la producción de una pieza
de paño”
Karl Marx
En el tránsito entre el pensamiento ilustrado eurocéntrico y las figuras más destacadas del pensamiento romántico alemán, se recuperan algunas tesis de Federico Hegel (1770-1831), que nos permitan entender su propuesta metodológica acerca de la cultura en la identidad del sujeto apreciando las diferencias y relaciones en la constitución consciente e inconsciente del ser; se expone con la intención de contextuar esta identidad histórica particular en una época determinada, que marca al sujeto concreto, en su espacio y tiempo específicos. En este sentido se toman los siguientes referentes, que permitan distinguir, cuáles son algunas de las aportaciones en la teoría hegeliana al respecto, en torno al debate entre el iluminismo y el romanticismo ilustrado, que da cuenta de la identidad cultural del sujeto; desarrollada esta concepción en la dialéctica hegeliana del contexto de la filosofía alemana, lo cual trasciende en la concepción filosófica de la época romántica acerca de la cultura[1].
Es necesario indicar antes, que para Hegel, la cultura representa el sentido del desarrollo de la consciencia del sujeto en sí (como ente individual) en un para sí (el sentido colectivo), a través de la como la eticidad[2] máxima expresión espiritual representado por Lenin y Gramsci, quienes entienden a la cultura como ideología y como “concepción del mundo”.
[1] En distintas disciplinas la Ética, significa: ‘costumbre’ en la tradición empirista; virtudes éticas en los hábitos o tendencias (justicia, amistad, valor etc.), como el modo de ser; se diferencian también las virtudes de la inteligencia o de la razón (sabiduría, prudencia) así es conceptuada la ética por Aristóteles de la cultura de un pueblo, .que encarna su lucha en el reconocimiento del derecho o no, en ese ser como se es. En este entramado vale indicar que Hegel estudió teología con Schelling, otro romántico de su época, que hace una propuesta educativa con base en el sentido del arte.
Lo que caracteriza a Hegel, como pensador romántico, permite apreciar las características concretas de los rasgos del romanticismo, pues el pensamiento hegeliano representa una fuerte tendencia a lo y una decidida afirmación del poder del pensamiento y de la razón frente a la vaga nebulosa del sentimiento y de la intuición intelectual, como sentido cultural que centra la razón del sujeto. Según Hegel la Filosofía es el saber absoluto, pero este saber no es dado de una sola vez en su origen, sino en el final de un desarrollo finito (concreto) e infinito (incierto), que desde las formas inferiores se eleva hasta las superiores dialécticamente, con lo cual refiere al sujeto histórico en su proceso de autoconciencia e identidad en sí, para transitar a una definición para sí, es decir en un ideal colectivo, de universalidad absoluta, condensado en la eticidad del sujeto, como máxima expresión cultural, sólo en el contexto de las ideas.
Es importante destacar que cada uno de los pensamientos filosóficos de la época ilustrada en su producción, valoración, tradiciones y costumbres, dan cuenta del sentido cultural, que marcan un hito en las representaciones sociales, pero a la vez son la síntesis más plena de las formas de vida cotidianas en las relaciones de poder y de lucha por el reconocimiento social del sujeto histórico y sobre todo individual, en el contexto de la cultura romántica del sujeto, por ser esta definición del derecho individual, la punta de lanza de las conquistas de la época moderna, encabezada por la burguesía ilustrada de la época.
Al sistema de ideas hegeliano le interesa mostrar la sucesión de las diferentes formas o fenómenos de la conciencia, hasta llegar al saber absoluto, que es el tema de la Fenomenología del Espíritu como introducción al sistema total de la ciencia. Pues la ciencia para Hegel es esencialmente sistemática; la ciencia consiste en nociones que se derivan unas de otras de un modo necesario en el entramado de la cultura. Porque la única forma en que puede existir la verdad es, dice Hegel,, desde la lógica de la modernidad que le da sentido a las pertenencias del sujeto individual y colectivo de esta totalidad.
El método de esta concepción hegeliana, se fundamenta en el método dialéctico, o método de la evolución interna de los conceptos según el modelo de ‘tesis-antítesis-síntesis’, que recupera de Fichte en el sentido de la identidad como negación y afirmación del sujeto histórico; porque en el método dialéctico el error aparece como un momento evolutivo de la verdad, y ahí se ubica el descentramiento cultural del sujeto de la modernidad, ya que la verdad conserva y a la vez supera el error en el momento del autoreconocimiento, sólo como idea filosófica, pero no como praxis transformadora de sus condiciones de vida. Pues en la expresión cultural hegeliana, sólo es en el mundo de las ideas, que se genera y desarrolla como un ideal interiorizado, en una asunción, si bien responsable del sujeto, sólo está encarnada en el espíritu universal y particular abstracto, como plantea el pensamiento idealista de Hegel, con todo un sentido histórico y filosófico, que plasma las representaciones espirituales del pensamiento de su época interiorizada en las representaciones particulares del sentido de vida y de las estructuras cognitivas captadas y producidas en la cultura idealista de ese espíritu de la época.
Porque para Hegel hablar de Espíritu no está referido a una supra-entidad superior a todas las demás, sino que para él lo espiritual está referido a la forma o formas del ser que no se hayan establecidas de una vez y para siempre, sino en su permanente desarrollo ético, estético, moral, educativo y de derecho, como capacidades de emancipación cultura crítica, quedando plasmado así en el mundo de las ideas, ya que éstas están sometidas a un intenso proceso dialéctico en la identificación del ser, abriendo un nuevo panorama de la identidad del sujeto basada en su diferencia y relación; así el espíritu evoluciona en una serie de, , o de un modo interno, y no puede ser de otro modo, porque no hay nada que sea externo a lo real concreto, que es el propio hombre a través de sus ideas, como síntesis y condensación del todo en la conciencia del sujeto, según Hegel.
La Idea se convierte en una de las nociones capitales del sistema hegeliano (que aspira a ser, no se olvide, el sistema de la verdad como un todo cultural de diferencias y contradicciones que se transforman en su negación y superación; en donde el concepto representa a la razón absoluta y, por tanto, el sistema de la realidad en el proceso de pensarse a sí mismo como el ‘ser yo’ en el espíritu humado del derecho, la moral, la educación y la cultura). Así la Idea es aquello en que alcanza pleno desenvolvimiento el proceso del ser como ser en sí su propia representación ideal, hasta el límite de su ser-otro liberado en su contradicción, resolución y superación dialéctica del concepto con fundamento consciente e histórico del uso del trabajo realizado; por consiguiente, emprende el camino hacia la subjetividadobjetiva, con referencia a la integridad del ser desde esta filosofía idealista que da pauta para la reflexión crítica del mundo histórico material.
De manera que la síntesis del Espíritu subjetivo y objetivo es el Espíritu absoluto del ser, que a su vez también se autodespliega en la intuición de sí mismo como arte, como manejo, dominio y elaboración de la vida en todo el esplendor de sus contradicciones y transformaciones dialécticas, es decir, como naturaleza cultivada por la eticidad del sujeto particular y universal al asumir su capacidad libre y voluntaria de tener que elegir y determinar el mundo historizado en la consciencia práctica del sujeto; valorada la idea, a través de la representación de sí mismo como religión, y en el absoluto conocimiento de sí mismo como filosofía, para encontrarse con la esencia del ser o identidad concreta humanizada, que es lo que Hegel logra apropiarse del entorno político y social en la época de las luces, con su propio sentido de dirección y comprensión dialéctica de la modernidad, pues ahí es en donde el arte y la ciencia forjan un puente de acercamientos comunes, aunque no se tenga una consciencia generalizada de ello, en la asunción histórico-social.
Por eso es que cada uno de los distintos momentos del autodespliegue del Espíritu absoluto es a la vez el propio autodespliegue del yo universal y particular, manifestado en la expresión del horizonte histórico del sujeto, envuelto en la religiosidad que lo identifica.
De modo que en la historia del arte y en la historia de la religión se revela la verdad de los momentos intuitivo y representativo del Espíritu absoluto, en el ser de su existencia. Y en la historia de la filosofía se revela, finalmente, la verdad completa de este Espíritu, que es la Idea absoluta en el gran ciclo de su evolución como concepto; es decir como razón moderna occidental, a partir de que, la realidad se ha explicado ya a sí misma a través de un sistema de ideas en el método dialéctico, que no es nada exterior al sujeto, sino tal y como el sujeto y el objeto de conocimiento son en su totalidad; haciendo la propuesta de que, cada parte es síntesis y condensación de todo lo existente, y el todo universal a su vez es infinito en la expresión diferenciada de sus partes como algo único y especial, pero preciso y concreto en el concepto como autorreconocimiento en la conceptuación de la identidad del sujeto que transita de una conciencia histórica universal a otra particular y concretamente definida en sus múltiples determinaciones culturales, claramente diferenciadas y a la vez como existencia capaz de relacionarse en una multiplicidad de sentidos unidos por vínculos humanos de construcción histórico social, acotados estos vínculos por espacios y tiempos precisos, que se expresan de acuerdo al grado de conciencia que se tiene de lo producido socialmente.
Este encuentro de la identidad del sujeto histórico como ente universal y particular -plantea Hegel-, se va definiendo a través de cada una de sus partes cognoscibles que se relacionan, se identifican y se contradicen en múltiples posibilidades, por sus diferencias definidas en el sentido de la identidad de la cultura del sujeto, así definido y diferenciado del todo universal y particular en la consciencia del sujeto, al saberse éste a sí mismo en su otredad y representación simbólica de ello, lo cual se basa en los principios de una totalidad global y particular contradictoria por sus faltas, la cual está contextuada históricamente en el pensamiento romántico, a través de distintas mediaciones en el cambio, la transformación y el movimiento social y material del sujeto en un espacio y tiempo concretos, como es la temporalidad que abarca desde el siglo XVII al XVIII (época romántica), como una representación ideal entre la intuición y el sentimiento, en procesos epocales infinitos y finitos por la determinación sensible del sujeto, en su percepción, entendimiento, autoconsciencia, razón sensible conceptual y en sí como capacidad del pensamiento filosófico de esa época, gestada y desarrollada en las culturas de ese proceso civilizatorio, en donde el sujeto es producto y productor a la vez de esa representación cultural; lo significativo es la toma de consciencia sobre lo realizado integralmente y en contradicción a la vez, de acuerdo a la concepción hegeliana aquí planteada, pues ello es lo que identifica al sujeto histórico.
Con base en estos argumentos epistemológicos de la filosofía hegeliana, la manera general del sujeto histórico como sujeto particular, es en sí mera sensibilidad, pues el ser en sí está referido a la facultad de recepción de la realidad por medio de los sentidos como un primer momento hegemónico; desde una concepción idealista que envuelve la lógica occidental, dando muestra del contexto de la racionalidad ilustrada que permea el pensamiento ideal abstracto de la época contemporánea, al llegar al extremo de un racionalismo fundamentalista burgués, a través del mundo de las ideas que vienen de la conquista eurocéntica en la cultura moderna que incide en la América hispánica.
Desde ahí Hegel ubica la dimensión histórica de la identidad a partir de la categoría del espíritu, el cual tiene que ser moldeado a través de la racionalidad conceptual en la asunción ética del sujeto como forma abstracta de pensamiento, por medio de la capacidad de decisión y de superación en los procesos de alienación en su expresión cultural concreta; esta situación es una actitud que Hegel entiende como tarea del despliegue cultural del espíritu o concepto universal en la asunción o desarrollo de la conciencia histórica del sujeto; es importante aclarar desde esta concepción de la Fenomenología del espíritu, que “…la práctica material productiva (el trabajo) se presenta como una actividad del hombre en tanto éste es portador del Espíritu. Bajo esta espiritualización del trabajo, podía advertirse su papel, aunque en forma mistificada, en la formación del hombre. Por ello, Marx pudo partir de la Fenomenología al establecer la significación antropológica del trabajo, aunque éste lo presentara Hegel como trabajo del Espíritu dentro del movimiento o historia de la conciencia…”[3]. En este sentido Hegel crea las condiciones para reflexionar en el entramado de las distintas culturas, el vínculo entre la conciencia, el conocimiento y la verdad, por medio de la idea del bien para todos, como principio de identidad en un contexto cultural determinado en los procesos educativos o de humanización, que son infinitos en su pluralidad y a la vez concretos por su determinación contradictoria, como proceso de crecimiento y maduración cultural en una identidad sana, es decir, liberado el sujeto de dogmas en la asunción de una sensibilidad racional, dialécticamente pensada como totalidad inescindible.
En la filosofía poshegeliana se intenta desarrollar las tesis de este filósofo alemán, haciendo referencia al tránsito entre una sensibilidad bruta a otra humanizada, más civilizada (germen de una sensibilidad racional), como forma de unidad teórica y práctica, lo cual implica un proceso educativo consciente del sujeto histórico desde la reflexión de una teoría crítica con principios de autenticidad, es decir, de eticidad como proceso de liberación histórica y formación creativa que define la condición del comportamiento del sujeto histórico; este tránsito se propició al poner Hegel en un sistema de ideas el conocimiento de lo que entendía por verdad, desde el concepto subjetivo que se enfrenta permanentemente a la realidad histórica concreta del sujeto particular y universal, para activarla de alguna manera posible dentro de los límites propios de la época, que sienta las bases de la modernidad en sus relaciones de explotación, dominación y exterminio; que es lo que finalmente tiñe de referentes contextuales la conciencia del sujeto en el momento de autoconciencia al poder reflexionar su pensamiento y su acción en consecuencia, como una totalidad, pero sólo en el mundo de las ideas, es decir, como concepto racional preciso por su sensibilidad humana para dar una respuesta seria y precisa también, argumentando el fundamento del propio pensamiento conceptual, carente aún de coherencia con la acción.
Por lo que la expresión racional como sujeto histórico universal, está referida a la ubicación del hombre singular en el mundo, delegando al pensamiento crítico y creativo la actuación básica superior del conocimiento en el sentido de lo sagrado como bien común, en el ámbito de lo absoluto; que además de sentirse, se conceptúa y se expresa en distintos lenguajes simbólicos de la cultura, como postura humana ante la vida reconocida por su diferencia en un proceso de autoreconocimiento y de emancipación romántica, como identidad única e irrepetible entrañada en el sujeto histórico particular, al saber la necesidad de la existencia en su dimensión universal, tan abarcativa y abstracta, que resulta una nada en su acción concreta; aquí lo interesante es no sólo sentir y defender lo incomprensible de lo sagrado en las distintas expresiones culturales, sino tener el concepto preciso para poder respetar sus diferencias con un sentido de principio y de fin común, como manifestación de desarrollo humanizado.
Esta concepción en Hegel, parte de una actitud con base en la virtud activadora, potenciada por la facultad sensible que ha sido mediada por el entendimiento consciente, que forma los conceptos desde un contexto histórico, religioso, educativo y moral de cada sujeto histórico universal y particular, que hoy día sirve como herramienta de pensamiento para ubicar la relación con la totalidad desde el discurso de la modernidad.
Hegel, como uno de los representantes del movimiento romántico, piensa a la facultad sensible como superación del sujeto particular y universal, es decir en una trascendencia y transformación cultural plena e integral, con características particulares que comprenden la racionalidad de la época de Ilustración, en el periodo de desarrollo de la concepción burguesa de la realidad, como sentido cultural hegemónico de su época; de modo que la identidad del sujeto histórico se ubica de acuerdo al grado de conciencia social constituido en él como sujeto particular, en su comprensión y apropiación del conocimiento abstracto universal; lo importante es destacar que desde esta totalidad es posible que se asuma el pensamiento de una época cultural en la estructura social como sujeto histórico, de acuerdo al grado de conocimiento, de experiencia e intuición desarrollados como capacidades culturales, al identificarse en su otredad reconocida a través de su propia contradicción existencial y humana, en la lucha a muerte por el reconocimiento entre el amo y el esclavo, idealizado en la época cultural de Hegel en el sentido de los derechos humanos, la soberanía, la autonomía y la dignidad.
Por lo que en esta cultura hegemónica del racionalismo como el movimiento ilustrado, ubicado entre los siglos XVII y XVIII en Europa, va connotando estos principios del conocimiento y de la cultura con una jerarquía superior a la razón humana, cuando se trató de reflexionar sobre la obra creada históricamente, y que habla de la cultura del mundo en su totalidad; de ahí se perfiló una estructura esencial en la lógica de pensamiento, centrada por la razón, planteado por Kant, como ruptura con la concepción metafísica de la realidad, en donde Dios era todo, pero aclaramos, a la vez no era ‘dueño’ de nada, ni despoja a nadie de sus bienes materiales y espirituales.
Así en la teoría hegeliana se ven unidos los métodos de inducción y de deducción, como un todo en los procesos del entendimiento, aunque el significado en la comprensión de lo humano quedará borrado entre el alumbramiento de las nuevas ideas, conceptos y nociones generales de lo que era esencial y valioso, dentro de las formas de apropiación de los mismos procesos culturales o ideológicos de la época.
Podemos distinguir, cómo la categoría de identidad cultural en su multiplicidad de expresiones es posible de contextuarse en el periodo ilustrado, entendido éste como el qué hacer -que el hombre debe necesariamente asumir en una época histórica- con base en la sensibilidad racional desarrollada; pensando aquí en la concepción histórico-idealista hegeliana desde un contexto político de praxis concreta, en donde se destaca la generación del arte, la literatura y la religión, como puntos de reflexión y de sublimación histórico social, para perfilar de manera decisiva nuevas formas de creación técnica o cultural, en donde la máxima expresión de la cultura es el pensamiento filosófico como hito de la historia y de la época de ilustración.
Hegel habla en la Fenomenología del Espíritu -que es la obra que aquí se ha recuperado- de una historia evolutiva, filosófica y antropológica, que se funde en el proceso y en el resultado a la vez de un contenido original y creativo que es consumado en la síntesis filosófica de la teoría, que representa a la práctica del sujeto, en donde la praxis transformadora, no es especulación ni retórica, ni tampoco reflexión ni conocimiento ensimismados, sino que es justo la necesidad del conocimiento a partir de la experiencia y de la intuición más aguda, para alcanzar la conciencia social, asumida sobre la necesidad del otro Yo, en su diferencia, en un proceso de autoconciencia o autoreconocimiento, que necesariamente se fundamenta en el reconocimiento de los otros en mi como otredad significativa; sujeto propiciado por la autenticidad y la fuerza espiritual acuñadas en el romanticismo, siendo este movimiento social tan importante como la revolución francesa o la inglesa, plantea Isaiha Berlin; por esa auténtica búsqueda de identidad cultural del otro en su plena diferencia como sujeto particular concreto en las extravagancias y excesos del sentimiento de enamoramiento de la vida, es decir, dentro de otra dimensión social universal más amplia y abarcativa que excedía a la racionalidad occidental materialista, metodológicamente hablando; y captada por el sujeto como representación abstracta general en el proceso de conocimiento y experiencia social, desprendiéndose de ahí la dimensión de las intuiciones del sujeto histórico constituido, que es lo que establece el debate entre el iluminismo y el romanticismo, al ser expresado principalmente en Alemania, Inglaterra y Francia a través de varios autores modernos, como Cervantes o Shakespeare.
[1] Cabe aclarar que la identidad cultural del sujeto, se refiere a su situación desde la propia perspectiva del sujeto, distinguiendo entre sus formas interiorizadas y formas objetivadas de la cultura, como lo refiere Bourdieu actualmente. El concepto de cultura, desde los años 70, rompe con el sentido del espíritu absoluto y del idealismo tradicional con los planteamientos antropológicos de Clifford Geertz, quien considera a la cultura como una “telaraña de significados”, es decir como estructuras de significación socialmente estructuradas (1973); más tarde por los años 80-90, James Clifford lo deriva a la interpretación pos-moderna, entre la crítica desconstruccionista del concepto de cultura. En este trabajo se está recuperando la postura marxista de John Thompson, quien define a la cultura en una concepción estructural, referida ado por Lenin y Gramsci, quienes entienden a la cultura como ideología y como “concepción del mundo”.
[1] En distintas disciplinas la Ética, significa: ‘costumbre’ en la tradición empirista; virtudes a los contextos históricamente específicos y socialmente estructurados en la expresión psíquico-afectiva en la sensibilidad del sujeto. En este sentido se retoma durante todo el trabajo, el concepto de cultura que se desarrolla, bajo el fundamento científico del materialismo histórico de Marx, en el filón marxista, representado por Lenin y Gramsci, quienes entienden a la cultura como ideología y como “concepción del mundo”.
[2] En distintas disciplinas la Ética, significa: ‘costumbre’ en la tradición empirista; virtudes éticas en los hábitos o tendencias (justicia, amistad, valor etc.), como el modo de ser; se diferencian también las virtudes de la inteligencia o de la razón (sabiduría, prudencia) así es conceptuada la ética por Aristóteles. También la ética ha llegado a significar propiamente la ciencia que se ocupa de los objetos morales en todas sus formas, es decir, la filosofía moral como un estudio histórico-filosófico y social, así pueden estudiarse las actitudes morales de diversos pueblos en sus distintas expresiones culturales (modo de producción; valores ético-morales y sus tradiciones-costumbres –según precisa Gramsci-), en este sentido la eticidad, no es más que el ejercicio del poder como derecho de elegir sobre el qué hacer y el qué pensar, de manera libre y voluntaria del sujeto histórico, y ese ejercicio de poder va de acuerdo con el grado de consciencia desarrollada en un proceso epocal de experiencias, intuiciones y conocimientos.
[3] Vid. Sánchez Vázquez. Filosofía de la praxis. Editorial Grijalbo, México 1980. P. 82. El subrayado es nuestro.
mayores ventajas, sino también la estricta justicia...
Cada hombre es un eslabón, y un eslabón
indispensable en la cadena de efectos que parte de una
idea para llegar, tal vez, a la producción de una pieza
de paño”
Karl Marx
En el tránsito entre el pensamiento ilustrado eurocéntrico y las figuras más destacadas del pensamiento romántico alemán, se recuperan algunas tesis de Federico Hegel (1770-1831), que nos permitan entender su propuesta metodológica acerca de la cultura en la identidad del sujeto apreciando las diferencias y relaciones en la constitución consciente e inconsciente del ser; se expone con la intención de contextuar esta identidad histórica particular en una época determinada, que marca al sujeto concreto, en su espacio y tiempo específicos. En este sentido se toman los siguientes referentes, que permitan distinguir, cuáles son algunas de las aportaciones en la teoría hegeliana al respecto, en torno al debate entre el iluminismo y el romanticismo ilustrado, que da cuenta de la identidad cultural del sujeto; desarrollada esta concepción en la dialéctica hegeliana del contexto de la filosofía alemana, lo cual trasciende en la concepción filosófica de la época romántica acerca de la cultura[1].
Es necesario indicar antes, que para Hegel, la cultura representa el sentido del desarrollo de la consciencia del sujeto en sí (como ente individual) en un para sí (el sentido colectivo), a través de la como la eticidad[2] máxima expresión espiritual representado por Lenin y Gramsci, quienes entienden a la cultura como ideología y como “concepción del mundo”.
[1] En distintas disciplinas la Ética, significa: ‘costumbre’ en la tradición empirista; virtudes éticas en los hábitos o tendencias (justicia, amistad, valor etc.), como el modo de ser; se diferencian también las virtudes de la inteligencia o de la razón (sabiduría, prudencia) así es conceptuada la ética por Aristóteles de la cultura de un pueblo, .que encarna su lucha en el reconocimiento del derecho o no, en ese ser como se es. En este entramado vale indicar que Hegel estudió teología con Schelling, otro romántico de su época, que hace una propuesta educativa con base en el sentido del arte.
Lo que caracteriza a Hegel, como pensador romántico, permite apreciar las características concretas de los rasgos del romanticismo, pues el pensamiento hegeliano representa una fuerte tendencia a lo
Es importante destacar que cada uno de los pensamientos filosóficos de la época ilustrada en su producción, valoración, tradiciones y costumbres, dan cuenta del sentido cultural, que marcan un hito en las representaciones sociales, pero a la vez son la síntesis más plena de las formas de vida cotidianas en las relaciones de poder y de lucha por el reconocimiento social del sujeto histórico y sobre todo individual, en el contexto de la cultura romántica del sujeto, por ser esta definición del derecho individual, la punta de lanza de las conquistas de la época moderna, encabezada por la burguesía ilustrada de la época.
Al sistema de ideas hegeliano le interesa mostrar la sucesión de las diferentes formas o fenómenos de la conciencia, hasta llegar al saber absoluto, que es el tema de la Fenomenología del Espíritu como introducción al sistema total de la ciencia. Pues la ciencia para Hegel es esencialmente sistemática; la ciencia consiste en nociones que se derivan unas de otras de un modo necesario en el entramado de la cultura. Porque la única forma en que puede existir la verdad es, dice Hegel,
El método de esta concepción hegeliana, se fundamenta en el método dialéctico, o método de la evolución interna de los conceptos según el modelo de ‘tesis-antítesis-síntesis’, que recupera de Fichte en el sentido de la identidad como negación y afirmación del sujeto histórico; porque en el método dialéctico el error aparece como un momento evolutivo de la verdad, y ahí se ubica el descentramiento cultural del sujeto de la modernidad, ya que la verdad conserva y a la vez supera el error en el momento del autoreconocimiento, sólo como idea filosófica, pero no como praxis transformadora de sus condiciones de vida. Pues en la expresión cultural hegeliana, sólo es en el mundo de las ideas, que se genera y desarrolla como un ideal interiorizado, en una asunción, si bien responsable del sujeto, sólo está encarnada en el espíritu universal y particular abstracto, como plantea el pensamiento idealista de Hegel, con todo un sentido histórico y filosófico, que plasma las representaciones espirituales del pensamiento de su época interiorizada en las representaciones particulares del sentido de vida y de las estructuras cognitivas captadas y producidas en la cultura idealista de ese espíritu de la época.
Porque para Hegel hablar de Espíritu no está referido a una supra-entidad superior a todas las demás, sino que para él lo espiritual está referido a la forma o formas del ser que no se hayan establecidas de una vez y para siempre, sino en su permanente desarrollo ético, estético, moral, educativo y de derecho, como capacidades de emancipación cultura crítica, quedando plasmado así en el mundo de las ideas, ya que éstas están sometidas a un intenso proceso dialéctico en la identificación del ser, abriendo un nuevo panorama de la identidad del sujeto basada en su diferencia y relación; así el espíritu evoluciona en una serie de
La Idea se convierte en una de las nociones capitales del sistema hegeliano (que aspira a ser, no se olvide, el sistema de la verdad como un todo cultural de diferencias y contradicciones que se transforman en su negación y superación; en donde el concepto representa a la razón absoluta y, por tanto, el sistema de la realidad en el proceso de pensarse a sí mismo como el ‘ser yo’ en el espíritu humado del derecho, la moral, la educación y la cultura). Así la Idea es aquello en que alcanza pleno desenvolvimiento el proceso del ser como ser en sí su propia representación ideal, hasta el límite de su ser-otro liberado en su contradicción, resolución y superación dialéctica del concepto con fundamento consciente e histórico del uso del trabajo realizado; por consiguiente, emprende el camino hacia la subjetividadobjetiva, con referencia a la integridad del ser desde esta filosofía idealista que da pauta para la reflexión crítica del mundo histórico material.
De manera que la síntesis del Espíritu subjetivo y objetivo es el Espíritu absoluto del ser, que a su vez también se autodespliega en la intuición de sí mismo como arte, como manejo, dominio y elaboración de la vida en todo el esplendor de sus contradicciones y transformaciones dialécticas, es decir, como naturaleza cultivada por la eticidad del sujeto particular y universal al asumir su capacidad libre y voluntaria de tener que elegir y determinar el mundo historizado en la consciencia práctica del sujeto; valorada la idea, a través de la representación de sí mismo como religión, y en el absoluto conocimiento de sí mismo como filosofía, para encontrarse con la esencia del ser o identidad concreta humanizada, que es lo que Hegel logra apropiarse del entorno político y social en la época de las luces, con su propio sentido de dirección y comprensión dialéctica de la modernidad, pues ahí es en donde el arte y la ciencia forjan un puente de acercamientos comunes, aunque no se tenga una consciencia generalizada de ello, en la asunción histórico-social.
Por eso es que cada uno de los distintos momentos del autodespliegue del Espíritu absoluto es a la vez el propio autodespliegue del yo universal y particular, manifestado en la expresión del horizonte histórico del sujeto, envuelto en la religiosidad que lo identifica.
De modo que en la historia del arte y en la historia de la religión se revela la verdad de los momentos intuitivo y representativo del Espíritu absoluto, en el ser de su existencia. Y en la historia de la filosofía se revela, finalmente, la verdad completa de este Espíritu, que es la Idea absoluta en el gran ciclo de su evolución como concepto; es decir como razón moderna occidental, a partir de que, la realidad se ha explicado ya a sí misma a través de un sistema de ideas en el método dialéctico, que no es nada exterior al sujeto, sino tal y como el sujeto y el objeto de conocimiento son en su totalidad; haciendo la propuesta de que, cada parte es síntesis y condensación de todo lo existente, y el todo universal a su vez es infinito en la expresión diferenciada de sus partes como algo único y especial, pero preciso y concreto en el concepto como autorreconocimiento en la conceptuación de la identidad del sujeto que transita de una conciencia histórica universal a otra particular y concretamente definida en sus múltiples determinaciones culturales, claramente diferenciadas y a la vez como existencia capaz de relacionarse en una multiplicidad de sentidos unidos por vínculos humanos de construcción histórico social, acotados estos vínculos por espacios y tiempos precisos, que se expresan de acuerdo al grado de conciencia que se tiene de lo producido socialmente.
Este encuentro de la identidad del sujeto histórico como ente universal y particular -plantea Hegel-, se va definiendo a través de cada una de sus partes cognoscibles que se relacionan, se identifican y se contradicen en múltiples posibilidades, por sus diferencias definidas en el sentido de la identidad de la cultura del sujeto, así definido y diferenciado del todo universal y particular en la consciencia del sujeto, al saberse éste a sí mismo en su otredad y representación simbólica de ello, lo cual se basa en los principios de una totalidad global y particular contradictoria por sus faltas, la cual está contextuada históricamente en el pensamiento romántico, a través de distintas mediaciones en el cambio, la transformación y el movimiento social y material del sujeto en un espacio y tiempo concretos, como es la temporalidad que abarca desde el siglo XVII al XVIII (época romántica), como una representación ideal entre la intuición y el sentimiento, en procesos epocales infinitos y finitos por la determinación sensible del sujeto, en su percepción, entendimiento, autoconsciencia, razón sensible conceptual y en sí como capacidad del pensamiento filosófico de esa época, gestada y desarrollada en las culturas de ese proceso civilizatorio, en donde el sujeto es producto y productor a la vez de esa representación cultural; lo significativo es la toma de consciencia sobre lo realizado integralmente y en contradicción a la vez, de acuerdo a la concepción hegeliana aquí planteada, pues ello es lo que identifica al sujeto histórico.
Con base en estos argumentos epistemológicos de la filosofía hegeliana, la manera general del sujeto histórico como sujeto particular, es en sí mera sensibilidad, pues el ser en sí está referido a la facultad de recepción de la realidad por medio de los sentidos como un primer momento hegemónico; desde una concepción idealista que envuelve la lógica occidental, dando muestra del contexto de la racionalidad ilustrada que permea el pensamiento ideal abstracto de la época contemporánea, al llegar al extremo de un racionalismo fundamentalista burgués, a través del mundo de las ideas que vienen de la conquista eurocéntica en la cultura moderna que incide en la América hispánica.
Desde ahí Hegel ubica la dimensión histórica de la identidad a partir de la categoría del espíritu, el cual tiene que ser moldeado a través de la racionalidad conceptual en la asunción ética del sujeto como forma abstracta de pensamiento, por medio de la capacidad de decisión y de superación en los procesos de alienación en su expresión cultural concreta; esta situación es una actitud que Hegel entiende como tarea del despliegue cultural del espíritu o concepto universal en la asunción o desarrollo de la conciencia histórica del sujeto; es importante aclarar desde esta concepción de la Fenomenología del espíritu, que “…la práctica material productiva (el trabajo) se presenta como una actividad del hombre en tanto éste es portador del Espíritu. Bajo esta espiritualización del trabajo, podía advertirse su papel, aunque en forma mistificada, en la formación del hombre. Por ello, Marx pudo partir de la Fenomenología al establecer la significación antropológica del trabajo, aunque éste lo presentara Hegel como trabajo del Espíritu dentro del movimiento o historia de la conciencia…”[3]. En este sentido Hegel crea las condiciones para reflexionar en el entramado de las distintas culturas, el vínculo entre la conciencia, el conocimiento y la verdad, por medio de la idea del bien para todos, como principio de identidad en un contexto cultural determinado en los procesos educativos o de humanización, que son infinitos en su pluralidad y a la vez concretos por su determinación contradictoria, como proceso de crecimiento y maduración cultural en una identidad sana, es decir, liberado el sujeto de dogmas en la asunción de una sensibilidad racional, dialécticamente pensada como totalidad inescindible.
En la filosofía poshegeliana se intenta desarrollar las tesis de este filósofo alemán, haciendo referencia al tránsito entre una sensibilidad bruta a otra humanizada, más civilizada (germen de una sensibilidad racional), como forma de unidad teórica y práctica, lo cual implica un proceso educativo consciente del sujeto histórico desde la reflexión de una teoría crítica con principios de autenticidad, es decir, de eticidad como proceso de liberación histórica y formación creativa que define la condición del comportamiento del sujeto histórico; este tránsito se propició al poner Hegel en un sistema de ideas el conocimiento de lo que entendía por verdad, desde el concepto subjetivo que se enfrenta permanentemente a la realidad histórica concreta del sujeto particular y universal, para activarla de alguna manera posible dentro de los límites propios de la época, que sienta las bases de la modernidad en sus relaciones de explotación, dominación y exterminio; que es lo que finalmente tiñe de referentes contextuales la conciencia del sujeto en el momento de autoconciencia al poder reflexionar su pensamiento y su acción en consecuencia, como una totalidad, pero sólo en el mundo de las ideas, es decir, como concepto racional preciso por su sensibilidad humana para dar una respuesta seria y precisa también, argumentando el fundamento del propio pensamiento conceptual, carente aún de coherencia con la acción.
Por lo que la expresión racional como sujeto histórico universal, está referida a la ubicación del hombre singular en el mundo, delegando al pensamiento crítico y creativo la actuación básica superior del conocimiento en el sentido de lo sagrado como bien común, en el ámbito de lo absoluto; que además de sentirse, se conceptúa y se expresa en distintos lenguajes simbólicos de la cultura, como postura humana ante la vida reconocida por su diferencia en un proceso de autoreconocimiento y de emancipación romántica, como identidad única e irrepetible entrañada en el sujeto histórico particular, al saber la necesidad de la existencia en su dimensión universal, tan abarcativa y abstracta, que resulta una nada en su acción concreta; aquí lo interesante es no sólo sentir y defender lo incomprensible de lo sagrado en las distintas expresiones culturales, sino tener el concepto preciso para poder respetar sus diferencias con un sentido de principio y de fin común, como manifestación de desarrollo humanizado.
Esta concepción en Hegel, parte de una actitud con base en la virtud activadora, potenciada por la facultad sensible que ha sido mediada por el entendimiento consciente, que forma los conceptos desde un contexto histórico, religioso, educativo y moral de cada sujeto histórico universal y particular, que hoy día sirve como herramienta de pensamiento para ubicar la relación con la totalidad desde el discurso de la modernidad.
Hegel, como uno de los representantes del movimiento romántico, piensa a la facultad sensible como superación del sujeto particular y universal, es decir en una trascendencia y transformación cultural plena e integral, con características particulares que comprenden la racionalidad de la época de Ilustración, en el periodo de desarrollo de la concepción burguesa de la realidad, como sentido cultural hegemónico de su época; de modo que la identidad del sujeto histórico se ubica de acuerdo al grado de conciencia social constituido en él como sujeto particular, en su comprensión y apropiación del conocimiento abstracto universal; lo importante es destacar que desde esta totalidad es posible que se asuma el pensamiento de una época cultural en la estructura social como sujeto histórico, de acuerdo al grado de conocimiento, de experiencia e intuición desarrollados como capacidades culturales, al identificarse en su otredad reconocida a través de su propia contradicción existencial y humana, en la lucha a muerte por el reconocimiento entre el amo y el esclavo, idealizado en la época cultural de Hegel en el sentido de los derechos humanos, la soberanía, la autonomía y la dignidad.
Por lo que en esta cultura hegemónica del racionalismo como el movimiento ilustrado, ubicado entre los siglos XVII y XVIII en Europa, va connotando estos principios del conocimiento y de la cultura con una jerarquía superior a la razón humana, cuando se trató de reflexionar sobre la obra creada históricamente, y que habla de la cultura del mundo en su totalidad; de ahí se perfiló una estructura esencial en la lógica de pensamiento, centrada por la razón, planteado por Kant, como ruptura con la concepción metafísica de la realidad, en donde Dios era todo, pero aclaramos, a la vez no era ‘dueño’ de nada, ni despoja a nadie de sus bienes materiales y espirituales.
Así en la teoría hegeliana se ven unidos los métodos de inducción y de deducción, como un todo en los procesos del entendimiento, aunque el significado en la comprensión de lo humano quedará borrado entre el alumbramiento de las nuevas ideas, conceptos y nociones generales de lo que era esencial y valioso, dentro de las formas de apropiación de los mismos procesos culturales o ideológicos de la época.
Podemos distinguir, cómo la categoría de identidad cultural en su multiplicidad de expresiones es posible de contextuarse en el periodo ilustrado, entendido éste como el qué hacer -que el hombre debe necesariamente asumir en una época histórica- con base en la sensibilidad racional desarrollada; pensando aquí en la concepción histórico-idealista hegeliana desde un contexto político de praxis concreta, en donde se destaca la generación del arte, la literatura y la religión, como puntos de reflexión y de sublimación histórico social, para perfilar de manera decisiva nuevas formas de creación técnica o cultural, en donde la máxima expresión de la cultura es el pensamiento filosófico como hito de la historia y de la época de ilustración.
Hegel habla en la Fenomenología del Espíritu -que es la obra que aquí se ha recuperado- de una historia evolutiva, filosófica y antropológica, que se funde en el proceso y en el resultado a la vez de un contenido original y creativo que es consumado en la síntesis filosófica de la teoría, que representa a la práctica del sujeto, en donde la praxis transformadora, no es especulación ni retórica, ni tampoco reflexión ni conocimiento ensimismados, sino que es justo la necesidad del conocimiento a partir de la experiencia y de la intuición más aguda, para alcanzar la conciencia social, asumida sobre la necesidad del otro Yo, en su diferencia, en un proceso de autoconciencia o autoreconocimiento, que necesariamente se fundamenta en el reconocimiento de los otros en mi como otredad significativa; sujeto propiciado por la autenticidad y la fuerza espiritual acuñadas en el romanticismo, siendo este movimiento social tan importante como la revolución francesa o la inglesa, plantea Isaiha Berlin; por esa auténtica búsqueda de identidad cultural del otro en su plena diferencia como sujeto particular concreto en las extravagancias y excesos del sentimiento de enamoramiento de la vida, es decir, dentro de otra dimensión social universal más amplia y abarcativa que excedía a la racionalidad occidental materialista, metodológicamente hablando; y captada por el sujeto como representación abstracta general en el proceso de conocimiento y experiencia social, desprendiéndose de ahí la dimensión de las intuiciones del sujeto histórico constituido, que es lo que establece el debate entre el iluminismo y el romanticismo, al ser expresado principalmente en Alemania, Inglaterra y Francia a través de varios autores modernos, como Cervantes o Shakespeare.
[1] Cabe aclarar que la identidad cultural del sujeto, se refiere a su situación desde la propia perspectiva del sujeto, distinguiendo entre sus formas interiorizadas y formas objetivadas de la cultura, como lo refiere Bourdieu actualmente. El concepto de cultura, desde los años 70, rompe con el sentido del espíritu absoluto y del idealismo tradicional con los planteamientos antropológicos de Clifford Geertz, quien considera a la cultura como una “telaraña de significados”, es decir como estructuras de significación socialmente estructuradas (1973); más tarde por los años 80-90, James Clifford lo deriva a la interpretación pos-moderna, entre la crítica desconstruccionista del concepto de cultura. En este trabajo se está recuperando la postura marxista de John Thompson, quien define a la cultura en una concepción estructural, referida ado por Lenin y Gramsci, quienes entienden a la cultura como ideología y como “concepción del mundo”.
[1] En distintas disciplinas la Ética, significa: ‘costumbre’ en la tradición empirista; virtudes a los contextos históricamente específicos y socialmente estructurados en la expresión psíquico-afectiva en la sensibilidad del sujeto. En este sentido se retoma durante todo el trabajo, el concepto de cultura que se desarrolla, bajo el fundamento científico del materialismo histórico de Marx, en el filón marxista, representado por Lenin y Gramsci, quienes entienden a la cultura como ideología y como “concepción del mundo”.
[2] En distintas disciplinas la Ética, significa: ‘costumbre’ en la tradición empirista; virtudes éticas en los hábitos o tendencias (justicia, amistad, valor etc.), como el modo de ser; se diferencian también las virtudes de la inteligencia o de la razón (sabiduría, prudencia) así es conceptuada la ética por Aristóteles. También la ética ha llegado a significar propiamente la ciencia que se ocupa de los objetos morales en todas sus formas, es decir, la filosofía moral como un estudio histórico-filosófico y social, así pueden estudiarse las actitudes morales de diversos pueblos en sus distintas expresiones culturales (modo de producción; valores ético-morales y sus tradiciones-costumbres –según precisa Gramsci-), en este sentido la eticidad, no es más que el ejercicio del poder como derecho de elegir sobre el qué hacer y el qué pensar, de manera libre y voluntaria del sujeto histórico, y ese ejercicio de poder va de acuerdo con el grado de consciencia desarrollada en un proceso epocal de experiencias, intuiciones y conocimientos.
[3] Vid. Sánchez Vázquez. Filosofía de la praxis. Editorial Grijalbo, México 1980. P. 82. El subrayado es nuestro.
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