Corresponde a JUNIO 2022.
Conceptuación de formación humanitaria.
Sandra Cantoral Uriza.
Esta reflexión sobre una posible formación humanitaria, se delinean sólo algunos rasgos que centren el sentido de la formación del sujeto histórico educativo, atravesando la historia de la modernidad en torno al desarrollo capitalista de explotación que hoy se ve desgastado como una fase superior del imperialismo, entre las grandes potencias como Estados Unidos, la Unión Europea, Rusia, China y sus satélites en torno a la Organización de Comercio y Desarrollo Económico.
Así se abren dos
posibilidades en la asunción histórica del ser humano, con una mediación de puentes matizados en la determinación
concreta del valor de vida que se desea formar o deformar con la decadencia y la muerte; así se habla de un sentido formal en la formación del
sujeto educativo, a través de la praxis de vida y del poder político, sea éste humano o abusivo en torno a la acumulación de capital y su reproducción inhumana, creando una desigualdad social infame y una pobreza cultural embrutecida, en donde el 90% pertenece a los magnates del capital y resto a las poblaciones de la clase trabajadora en el mundo entero, lo cual se
abundará más adelante, en este BLOG de EDUCACIÓN POLÍTICA, entendida como una forma de vida virtuosa para comportarse con principios solidarios, comunitarios, éticos, con un amor por la tierra y la vida, siendo responsable de NUESTRA soberanía e independencia y, no en cambio contribuyendo en pleno siglo XXI a fomentar guerras de rapiña, codicia e incapacidad humana, como es la guerra entre Estados Unidos, usando a Ucrania en contra de Rusia, para obligarse a pertenecer al mercado de la OTAN. Pero ¿qué con la formación humanitaria?.
En
este sentido se abren dos posibles posiciones en el entramado cultural de clase social, constituyente del ser humano: 1)
Sobrevivir en los procesos de enajenación del trabajo cosificado en donde unos se aprovechan del trabajo de otros, en
los procesos de formación de valores, pues esta relación inhumana, se calla y no se trata en ningún ámbito socio-cultural, como es la familia, la escuela, la iglesia, los medios de comunicación o la calle, y 2) Es vital, Activar procesos de liberación como búsqueda infinita sobre lo que se
cree saber, lo que falta saber y lo que
se quiere ya no saber en la praxis humanitaria en el mundo entero, pero también en los pequeños espacios internacionales, nacionales o locales; estos dos momentos están mediados
por las relaciones de poder político y el derecho en la resolución de
determinaciones concretas entre el pensar y el hacer públicos e íntimos en la
formación de la sensibilidad del ser humano particular y universal.
Peter McLaren, siguiendo el filón marxista, dice que “la emancipación y su destilado, la educación humanitaria, se realiza solamente con valor, análisis crítico, firmeza y conocimiento de la historia”[1]. Este autor ubicado en la pedagogía crítica humanista refiere al ser trasgresor y disidente de las formalidades reproductoras aprendidas a través de la educación formal que transmite la cultura dominante; en la cual, el sujeto funcional se reproduce cotidianamente.
Así vemos que históricamente esta cultura formal-funcional dominante en el abuso de poder político, se caracteriza por sus estrategias inhumanas e inmorales en defensa de la propiedad privada de bienes de producción, basada esta condición en el hurto, la usura, el despotismo, el falso consenso, el despojo, la tiranía de las ganancias y la competencia desleal, como rasgos comunes generalizados, en donde no existe el reconocimiento entre iguales; dado el egoísmo y poco sentido de solidaridad inculcado en los procesos educativos hegemónicos como se nota en la guerra en Ucrania y en otros lares del mundo, con base en el éxito individualista y la competitividad teórica e intelectual triunfadora
Lo cual se ve matizado en actos concretos, que se aprecian ampliamente en las lógicas de eficiencia, eficacia y calidad empresarial hoy día, tan en boga entre los matices del mercado capitalista imperial; lo importante en el proceso de formación humanitaria es saber que, ¡no hay que dejar que se prenda al corazón, a través del híbrido cultural del nihilismo! Que se vive ahora por un sentido de cansancio, vejez, soledad y sin sentido del ejercicio del poder para la vida de emancipación social e individual.
Lo cual resulta ser tan extraño, para los que piensan a la cultura y a los procesos educativos humanos de manera diferente en las relaciones de poder competitivo y excluyente, por lo que no existe una identidad común para unir fuerzas entre estas dos concepciones de clase, la funcional como validación y, la crítica como imaginación creativa, aunque siempre existen puntos de convergencia, ya que la cultura basada en las competencias formales-conductistas es la concepción generalizada nacional e internacionalmente.
Pero sí en cambio, es posible reconocer que la virtud de la educación crítica humanitaria, consiste justo en transgredir la normatividad formal-funcionalista del interaccionismo simbólico superfluo desarrollado en el mundo del consumo de mercancías, sólo en favor de la ganancia capitalista; por ello es requisito ejercer el poder del derecho para vivir con libertad y autonomía, y luchar incansablemente porque los sujetos sean auténticamente diferentes entre ellos por su capacidad de pensar y de dirigirse por sí mismos con raíces milenarias de identidad cultural constitutiva, como sucede con las raíces civilizatorias de gran cuño.
Reconocer a las grandes civilizaciones, como la china, la árabe, la indú, babilónica, mexica, maya, etc, etc, se podrá lograr a
través del reconocimiento de necesidades sociales vitales, solidarias y
radicales, transformándose los sujetos
en seres críticos con capacidades humanas amplias, es decir, que se
aprecian como iguales en el
trabajo individualcolectivo -como expresa
Valentina Cantón-, lo cual es un reto político-pedagógico de formación ético-moral, ya que se trata de que la fuerza de la razón a través del
diálogo respetuoso y sincero
sea el que prevalezca, y no la razón de la fuerza -como lo señaló Adolfo
Sánchez Vázquez-[2]; por tanto vemos cómo todo invento y creación humanitaria son colectivos
y corresponden a una necesidad y a un medio sociocultural con un ímpetu de
cambiar el Estado de cosas vigente en lo internacional, nacional y local en el mundo global actual.
De manera que para aspirar a tener una formación humana crítica, es necesaria una formación interdisciplinaria y multicultural, en donde lo primero que se transgreda sean las fronteras teórico académicas, según las diversas políticas de Estado, así como, los entramados del mercado hegemónico, para comprender los procesos sociales en la investigación con carácter humanitario, para vivir acompañados y en paz.
Notamos cómo en la práctica humanitaria en consecuencia, desde los
referentes axiológicos de la filosofía política, tendría que NO haber
escisión entre las ciencias sociales con las naturales, porque en los procesos de
formación humanitaria crítica no empezaríamos a diseñarla desde cero, sino desde el camino andado; también se requiere considerar la historicidad, entendida
como cambio y transformación del sujeto individualcolectivo con sensibilidadracional definida en principios humanitarios; mirar por supuesto a la ciencia
política para explicar e incidir en las relaciones de poder y de abuso de poder hegemónico mercantilizado, en donde el ser humano es un número excluido y un objeto de uso y explotación; es vital considerar a la antropología
filosófica, para conocer los símbolos e imágenes que se tienen del pensamiento humanitario y la evolución del ser humano en contextos definidos y delimitados para conocer sus
representaciones; tener una mirada abierta a la psicología; la sociología; la antropología; la economía;
etc. Pues en este siglo XXI, ya es mucho lo que sabemos sobre lo que nos ha sucedido.
De manera que la formación y la práctica humanitaria puedan ser resignificadas y reconstruidas permanentemente para acceder a una praxis filosófica-política en la vida cotidiana, respecto a la afectividad, las relaciones de trabajo, el descanso, el ocio, la creatividad, la sexualidad, la recreación y la comunicación humana o no, al enfrentar con estrategias de lucha por el reconocimiento y concepciones precisas por la liberación del sujeto, al saber éste enfrentar de manera particular y diferenciada, las relaciones de poder político en defensa de las condiciones materiales de vida, para hacerlo con firmeza, temple, prudencia y actos plenamente justos, dada su dimensión de comprensión social que esté referida en una nueva Constitución Mundial Humanitaria.
Entiéndase, en el sentido de comprender la totalidad educativa como un acto humanitario en nuestra propia sensibilidad cultivada de manera crítica, ya que “en la crítica, la nueva sociedad, fundada en la abolición de la propiedad privada, se concibe como el ideal, todavía muy abstracto, de la ‘verdadera democracia’ en lo universal y, en los intereses de todo el pueblo, que constituyen el principio vital de toda la sociedad, en la Introducción, la ‘emancipación humana general’ es el futuro de una ‘revolución radical’ realizada por la clase social -el proletariado mundial- que por su situación peculiar se ve obligado a ello...”[3].
Ya que al vincularse de forma creativa y autónoma estos ámbitos de conocimiento, los seres humanos tendrían que convivir necesariamente con la cultura de la hegemonía del capital, lo sabemos pero sería problematizada a cada paso dado sin desesperarse, en donde el ser humano no tenga que vender su alma al diablo al funcionar formalmente sin más alternativa en el mundo, en la institución escolar, de trabajo, en el espacio familiar, así como en el sistema educativo con una marcada tendencia empresarial.
Porque la intención de formar-se en la reflexión, el debate, la intercomunicación dialógica y en la posibilidad de asumir-se en su autonomía, en donde el principio básico sea el bien sobre la crueldad del mal, lo hermoso sobre los actos más terribles y feos, y lo verdadero sobre lo falso, es decir sobre todo aquello que se ignora y, que no se tiene información, tomando en cuenta que el conocimiento es infinito e imprevisible, por eso el interés y la necesidad es lo que delimita el conocimiento, como sucedió en México con la pandemia, la deuda externa, la desigualdad social, el narcotráfico, los feminicidios, los migrantes y una ultraderecha recalcitrante y golpista, por eso es importante ver que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador (AMLO), nos da cátedra en las mañaneras para superar todos estos problemas nacionales, con un SENTIDO HUMANITARIO incansable.
En este sentido la formación y la praxis humana implican
una dialéctica entre el sujeto y el objeto de conocimiento en los procesos de
apropiación, uso y servicio para la emancipación de todos en los
procesos de cosificación, rivalidad y burocracia que no sólo se están enfrentando en la Cuarta Transformación en el combate contra la corrupción, sino que resultan ejemplares para aprehender de los procesos humanitarios mundiales como un solo brazo, aunque nos lleve mucho tiempo más; y así podemos proponer reflexionar sobre la esfera evolutiva antropológica para distinguir los grandes símbolos, la esfera histórica/ahistórica en el consciente/inconsciente del sujeto educativo, la esfera pedagógica-política para valorar lo que ha pasado en nuestra búsqueda para lograr vivir felices, porque la FORMACIÓN HUMANITARIA, tiene puntos concretos comunes en el mundo entero, por ello somos tan diferentes en nuestros lazos civilizatorios, que son milenarios.
[1] Consúltese el texto de McLaren, Peter.
[2] Vid. Periódico
[3] Vid. Sánchez Vázquez, Adolfo. Filosofía y economía en el joven Marx. Los
manuscritos de 1844). Ed. Grijalbo, México 1978. P. 17.
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