Lo que no muere del todo y lo que no nace del todo.
CORRESPONDE A AGOSTO 2022.
Sandra Cantoral Uriza.
Las lenguas son el
instrumento de mayor alcance para la preservación y el desarrollo del patrimonio
cultural objetivo y por objetivarse, en los procesos educativos del sujeto
histórico proletarizado que no acaba de morir y lo nuevo no acaba de nacer como ser humanitario, es decir, que siempre está inacabado y en búsqueda, el cual transita a través de la
enseñanza-aprehendizaje de las condiciones objetivas y subjetivas en contextos concretos del mundo del capital y sus grandes monopolios privados; proponemos un
sujeto revolucionario por medio del ejemplo
educativo con matices humanos, habrá que formarlo; esta visión aún no la
desarrolla el poder burgués de
Podemos citar a la educación sindical proletaria, por ser vital ver en sus programas esta relación que resulta en ocasiones ser un obstáculo e incomunicación, cayendo en actitudes inhumanas, a semejanza de la lógica corrupta de explotación, que sintetiza en sí, a la explotación del régimen esclavista y feudal, esencia y síntesis del capital acumulado en su expresión subjetiva en el sujeto, así ideológicamente se van enfrentando dos necesidades e intereses distintos desde sus distintos proyectos aún de nación: la cultura burguesa y la cultura proletaria, en donde el poder político es más abarcativo que el poder militar, el poder económico, el poder cultural, etc. porque está referido a los derechos del hacerse y de ser humano, que provienen de distintas lenguas maternas de origen, que es en sí, la expresión proletaria, que sólo se unificará para el movimiento revolucionario por su consciencia de explotado, esto tiene que ser debatido en la educación de las grandes mayorías con los pueblos organizados contra-hegemónicamente y con los no organizados también.
Porque al contrario podemos ver cómo contribuir con otro tipo de educación de esencia humana, así el sindicato revolucionario, programa cómo iniciar en crear el germen a la dictadura del proletariado, reconociendo que, “El motor intelectual y moral, el agente físico de esta transformación es el proletariado, educado por el propio capitalismo. Su lucha con la burguesía, que se manifiesta en las formas más diversas y cada vez más ricas de contenido, llega a convertirse inevitablemente en lucha política para la conquista del poder político por el proletariado (“dictadura del proletariado”). Que significa en sí y para sí esa denominada dictadura proletaria, pues está referido a la socialización de la producción que han realizado las clases trabajadoras, porque no puede menos de conducir a la conversión de los medios de producción en propiedad social, a la ’expropiación de los expropiadores’.
La elevación
gigantesca de la productividad del trabajo, la reducción de la jornada de
trabajo y la sustitución de los vestigios, de las ruinas de la pequeña
explotación, primitiva y diseminada, por el trabajo colectivo perfeccionado son
las consecuencias directas de esa conversión”.[1] El trabajo sindical tiene que traducir de
forma sostenida, disciplinada y profesional, enfrentando al charrismo sindical
a cada paso en las alianzas con un trabajo de base asambleísta, ello nos permite construir distintos LENGUAJES de encuentro humanitario.
De modo que las acciones no sólo sucedan por la coyuntura del momento sino por un programa sindical educativo; que se hace necesario para la lucha de este siglo XXI, que se despliega en la correlación de fuerzas con nuevos valores humanos, científicos, tecnológicos, de cibernética, artísticos, y con un nuevo sentido popular de clase, en el trabajo de los sindicatos democráticos, con pluralidad y respeto, para que todo el poder lo tenga el pueblo formándose, política, filosófica y militarmente, lo que apunta a el desarme de los pueblos quienes pueden argumentar sus ideales y principios sin armas, más que las del lenguaje de encuentro y desencuentro programados.
En este sentido, el debate sobre cómo enfrentar la toma del poder en el momento político necesario, más allá de nuestro ideal de los lenguajes pacíficos, vemos la realidad concreta, con representaciones ya vividas en nuestro lenguaje educativo: Tenencia de la tierra, barricadas, autonomía, elecciones/mandato en consulta popular-plebiscito-y en trayectoria política; porque si no se actúa el siguiente momento es la condena a la sobrevivencia y a la explotación en la tercerización del trabajador asalariado en su nueva época de servidumbre moderna y posmoderna.
Es necesario por tanto, conformar una división de tareas particulares y
generales en el trabajo sindical y en la organización de masas, necesariamente
articulados con la vida misma en un proyecto humanitario amplio local, nacional e internacional, que posibilite contar con una nueva geopolítica de mercados y de nuevas constituciones nacionales
en conjunto, con otras organizaciones de representación mundial, para hacer
el balance y el análisis sobre la lucha de clases, e ir acelerando la madurez necesaria, en la toma del poder humanitario popular y en la
expropiación de recursos vitales contra la hegemonía del Estado capitalista,
como bloque internacional fascista, habrá que enfrentarlo con lenguajes humanitarios que argumentan sus principios en un proyecto de vida para este siglo XXI,
porque la lucha de clases es nacional e internacional a la vez.
Otro ejemplo histórico en México es respecto al Sindicato Paralelo, Independiente o Democrático
en el SNTE-CNTE de la lucha de clases magisterial, sabemos que es necesario tomar postura a través de un órgano de
difusión sindical que socialice la educación de masas, que se sustenta en un lenguaje humanitario por las mejoras en las condiciones de vida no sólo laborales, sino mundiales en la correlación de fuerzas actual:
Se valora que, en el movimiento de masas la resistencia es total, sin embargo en el contexto de privatización y de sobreexplotación del proletariado, no es posible soslayarse de la siguiente pregunta: ¿La separación del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) es la alternativa más viable o la solución al problema magisterial, apartándose de las fuerzas más conscientes y progresistas que empujan día con día hacia la democratización del SNTE-CNTE en el caso de Oaxaca, Chiapas o Guerrero?.
Pues pertenecemos a una historia viva, es decir, sin
rehuir al combate político ideológico contra el charrismo sindical, contra la humillación, la exclusión, el robo y la prepotencia, para poder sostener la lucha de clases desde el
sindicato como una escuela política para el socialismo, por tanto es necesario
diseñar un plan de acción conjunto con
el partido del proletariado en la educación de masas, que sostenga una postura
de la clase revolucionaria militante en un Frente Único y en una Central
Sindical nacional y por qué no internacional, sabiendo con quién marchar y para qué hacerlo, en el
contexto de la lucha de clases desde
Por estas razones, hoy día en el autorreconocimiento de la fuerza proletaria, se tiene la necesidad de la organización política de los trabajadores por medio del sindicato revolucionario, asambleísta, internacionalista, democrático y proletario, tal sindicato debe rebasar en una unificación de clase, a la ciencia y a la tecnología, a la fábrica, al arte o al gremio universitario al que se pertenezca, para borrar definitivamente el prejuicio entre el trabajo manual y el trabajo intelectual, que la cultura burguesa ha inculcado para mantener sus intereses y sus necesidades de privilegio de clase.
Destacamos cómo la cultura
burguesa va polarizando y mediatizando, de forma intencionada, al trabajo
del campo y la ciudad en la subordinación al capital
imperialista estadounidense en el vínculo de coloniaje, y en la
pérdida de soberanía con la deuda externa nacional; -que hoy en México ya se está extinguiendo-, acentuándose con
ello cada vez más superar la desigualdad de oportunidades en el desarrollo
deshumanizado de la clase trabajadora, aún perteneciendo al TLCAN, con el PPP o Proyecto
Mesoamérica de maquinadoras, instrumentos de explotación del imperialismo
internacional, que cambió en México con la defensa de su soberanía.
Por eso es tan
importante desarrollar una formación política militante humanitaria, que logre enfrentar y
derrocar al régimen de producción explotador nacional, local y mundial, en un proceso que
norme la abolición de la propiedad privada de medios de producción con una
cultura socialista es decir de mayor reparto de lo producido. En este sentido se tiene que discutir cómo constituir una Central Sindical que aglutine a todas
las fuerzas con capacidad humana revolucionaria, es decir virtuosa, y genere su
unidad proletaria[2] con
la clase obrera como vanguardia del proceso
político emancipador, que enfrente en la unidad de organizaciones
políticas del proletariado, a la cultura burguesa para derrocar al sistema
capitalista en su parafernalia ideológica.
Tendríamos que preguntarnos ¿Por qué el sistema capitalista oculta su ideología dominante? en donde va cooptando como cómplice al trabajador desclasado, haciéndole creer al sujeto con conciencia en sí y de sí, meramente existenciales, que las diferencias de clase, se dirimen en el régimen de funciones y de roles divinos como algo tradicional del “esfuerzo individualista”; es decir, por la división social del trabajo y por el salario recibido en la funcionalidad de dichos roles.
Estas creencias
se han reproducido a lo largo de la lucha de clases, en donde se ha
ido madurando con sentido y con calidad
humana-inhumana matizadas a una conciencia política
ingenua funcionalizada al orden institucional burgués-seudodemocrático. Pues en la lucha social es en
donde se dirimen los conflictos y la desigualdad de oportunidades de la clase
trabajadora, en el ámbito de la lucha parlamentaria y en la agencia empresarial
de colocación de empleados asalariados maquiladores, en condiciones de criminalización,
narcotráfico y hacinamiento a cambio de un mísero salario. Lo importante es
planear cómo el sindicato de clase, al igual que otros organismos de clase, como pueden ser las comunidades autónomas, en donde se tiene que enfrentar este problema ideológico
en las condiciones subjetivas hegemónicas del proletariado, que compite por
“su” salario a nivel internacional.
Por ello Marx
sostiene que no existe salario justo para sí, porque la misma relación entre
el capital y el trabajo, conlleva al sometimiento y, es inhumana. En este
sentido radica la necesidad de una educación política militante humanitaria en la toma del
poder de los medios de producción por parte de la clase trabajadora, en su
proceso de empoderamiento educativo realmente revolucionario desde una
educación sindical, política sensible y racional, incorporado al sujeto educativo en la lucha
de clases con un PARTIDO de clase de convicción y principios ético-morales, conforme a la producción social en el contexto de sus tradiciones y costumbres, y con
todo su bagaje creativo de LENGUAJES HUMANITARIOS posibles, que enfrente a la explotación de masas, en estas
condiciones de la subjetividad consciente y participativa desde los pueblos de base organizados, de
igual forma Lenin expresa, que la emancipación
de la mujer no podrá ser, hasta que no sea realidad, la emancipación de
la clase obrera proletarizada. Es una idea que tenemos que ir puliendo en los procesos de emancipación social, más allá del género, nos falta hacer muchas preguntas al respecto, para tener actividades posibles humanitarias.
Así tómese en cuenta
en la educación sindical y de clase en amplio con las
mayorías, que en la fábrica, la clase obrera conscientizada por ejemplo, opina “el burgués, nos quiere
tener sometidos por todos los medios a este sistema de enajenación, a no pensar
en otras cosas más que en trabajar, con un riguroso y estricto sistema de
vigilancia y de control, por ello los trabajadores tenemos que organizarnos, ya
sea por demandar un mejor salario o por mejores condiciones laborales, así
mismo los obreros tenemos la necesidad de organizarnos para liberarnos del yugo
de la burguesía, para cumplir con nuestro papel histórico.”[3]
Por lo que el trabajo sindical de la cultura proletaria, abarcando hasta el trabajo universitario académico conscientemente humanitario,
habla con la dialéctica de su identidad de clase trabajadora, haciendo valer su poder en la lucha de clases misma, porque
la única fortaleza de todas las épocas
es el trabajo, como lo explicita metodológicamente el materialismo
histórico-dialéctico; actualmente en el presente siglo XXI, a saber el proletariado, sigue siendo la síntesis de toda la historicidad social recorrida: y aún es la vanguardia consciente que impulsa la conscientización mundial entre el trabajo y el capital, de esa totalidad política en una conciencia en sí, de sí a otra consciencia profundamente revolucionaria para sí -que es la humanitaria-, sin que se diluya la forma existencial
del ser trabajador proletarizado, que sólo es superada, en su madurez colectiva
por la construcción socialista-comunista que propicia el sindicato de clase, articulado con el partido progresista en términos sociales, tomando
en cuenta el origen de la lengua materia.
Por eso, sostenemos que entre los principios
que marcan el método de estudio para la formación en la propia acción humanitaria, se
destacan líneas fundamentales de construcción para un partido proletario como
necesidades locales, nacionales y mundiales, es decir, que guíe los pasos de un “amplio horizonte político”.
· El análisis, parte de forma simbólica y compleja desde el marxismo-leninismo como una
propuesta para la acción, aún es vigente, ya que se debe
abordar con un conveniente bagaje desde diversos lenguajes socioculturales con valores ético-morales, con sentido comunitario entre lo lúdico y el trabajo arduo de conscientización social en todo espacio vital, hablando desde la filosofía política, antes de iniciar las
lecturas del materialismo histórico profundamente humanista que colinda con los lenguajes indígenas.
· Para la construcción de las condiciones subjetivas del
posible militante humanitario del Siglo XXI de gran transformación a partir de su historicidad y particularmente
desde nuestros partidos revolucionarios de proletariado de
manera metodológica.
· El círculo de estudio tendrá que irse ampliando en lo local, nacional, intercontinental e internacional, porque se contempla en primera instancia al interior cual si fuese nuestro hogar,
pero esto se llevará a otros grupos o personas, por lo tanto, se debe poner
énfasis en la comprensión real de los temas, que sólo se garantizará con la
aportación de todos los miembros de acuerdo con los conocimientos que tenga
cada uno para hacer
Debatir nuestros puntos
de vista es una NECESIDAD HUMANA prioritaria, para reafirmar: 1) el cuerpo
doctrinario, que es el deslinde con todas las posiciones y concepciones no
marxistas revolucionarias que
campean en el socialismo mexicano de hoy. Dicho cuerpo doctrinario es la declaración de principios del socialismo
científico en México, el Manifiesto concreto del Partido comunista concreto; 2)
el programa político general; 3) las
plataformas de lucha que son
conjuntos de demandas procesadoras del movimiento revolucionario internacional en sus
distintas instancias y fuerzas motrices, 4) el rumbo o la vía de la revolución proletaria; 5) la táctica y 6) la teoría y la práctica concreta de la organización HUMANA.
· Es prioritario, en el movimiento revolucionario proletario
publicar materiales concretos que impulsen el trabajo partidista en sus
diferentes aspectos, como el sindical, organizativo, estudiantil, campesino,
trabajo abierto y clandestino, etc. Es decir con nuevos LENGUAJES maternos, que pongan por delante el amor a la vida y a la tierra.
· Porque nos mueve la necesidad de que se forjen las
condiciones subjetivas de la revolución proletaria en México e intercontinental, hasta abarcar al mundo entero. Esa es nuestra
razón de existir como formación política[4], y a ella
dedicamos toda nuestra actividad, que permita el salto revolucionario de la
sociedad mexicana contemporánea a la nueva sociedad socialista y comunista internacional.
· Por ahora, somos círculos y grupos que cada vez
superan más la actividad reducida de
conjurados, que comprenden significativamente -como dijera Lenin-
“la lucha contra el poder burgués se debe apoyar en el movimiento obrero,
y no debe consistir en organizar conjuras, sino en educar, disciplinar y organizar al proletariado, en hacer una
agitación política entre los obreros que estigmatice toda manifestación (del
régimen) que ponga en la picota a todos esos caballeros andantes del gobierno
policiaco…”, esa es
· Como formación política revolucionaria, no podemos ni
debemos ignorar todo lo general que encierran los fenómenos específicos del
proceso político-social mexicano en su relación de lucha internacional, y menos
podemos ni debemos absolutizar aspectos singulares o particulares de ese
proceso y universalizarlos, pues Lenin dijo: “…la necesidad de un programa dimana precisamente de las exigencias del
propio movimiento”.
· Podemos, debemos y queremos ser el partido
revolucionario del proletariado, tomando en cuenta la realidad nacional y la
naturaleza de nuestros círculos y grupos y recordando tesis fundamentales de
Lenin, quien dijo en el contexto de nuestras propias contradicciones: “…Marx estableció las verdaderas tareas de un partido
socialista revolucionario: organizar la
lucha de clases del proletariado y dirigir
esta lucha, que tiene por objetivo final la conquista del poder político por el proletariado y la organización de
la sociedad socialista”. Vamos por buen camino, no desesperemos los diversos lenguajes humanitarios siguen en construcción, ya no hay engaño.
[1] Lenin, V.I.
Las tres fuentes y las tres partes
integrantes del marxismo. P. 41.
[2] Vid. Engels, Federico. Principios del comunismo. Editorial
Vanguardia Proletaria, México 2008. P. 2.
“El proletariado es la clase social que consigue sus medios de subsistencia
exclusivamente de la venta de su trabajo, y no del rédito de algún capital; es
la clase, cuyas dicha y pena, vida y muerte y toda la existencia dependen de la demanda de trabajo, es decir, de
los períodos de crisis y de prosperidad de los negocios, de las fluctuaciones
de una competencia desenfrenada. Dicho en pocas palabras, el proletariado, o la clase de los proletarios, es la clase trabajadora
del siglo XXI”. (En subrayado en negritas es nuestro).
[3] Cfr. Periódico Vanguardia Proletaria. No.
318 del 2 al 8 marzo de 2009. P. 4. 2022.
[4] La política es el arte del ejercicio del poder y ésta es virtuosa cuando está al servicio de las mayorías. Presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador (AMLO).
[5] La Época refiere la forma particular de significación cultural; así dicho por
lo que implica el sentido del sujeto
en la constitución de la conciencia
social e individual que da cuenta de la propia historia de vida-muerte. Es el periodo del conocimiento, del
recuerdo de lo experimentado, de lo que ha sido vivido y que tiene un
sentido teórico práctico, reflexivo (crítico/creativo de denuncia, metódica); de práctica
y de sentido común en el espacio
y tiempo de la cultura y la política
del futuro militante QUE CADA VEZ ES MÁS Y MÁS PÚBLICA, y así permite intuir y presentir el derecho al porvenir en unidad, no sólo de
sobrevivencia humana sino de emancipación en la toma del poder RACIONALSENSIBLE DESDE NUESTRAS RAÍCES INDÍGENAS CIVILIZATORIAS, adecuándose
para avanzar en lo posible desde la lucha social de clases, así se integran:
época e historicidad. Vid. en este sentido, Villoro, Luis. “Filosofía para un fin de época” en Nexos No. 185, México, Mayo de
1993. Pp. 43-50. 2022.
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