Por eso, en palabras llanas hablar de nuestra IDENTIDAD CULTURAL DE CLASE, es hablar de ¿qué nos sentimos?, ¿quiénes somos?, ¿qué hacemos aquí? y ¿a quién servimos?, es decir a qué lugar pertenezco y con quiénes me uno para vernos unos en otros reconocidos, nombrados, queridos y cuidados; y es justo ahí en donde la mirada, la sonrisa y el tono de voz del otro, nos va mostrando la autenticidad del comportamiento del sujeto en coherencia con su lucha individualcolectiva por lograr respeto y autonomía para nuestras formas comunes de vida en una transformación social y cultural permanentes para el bien comunista, y no para grupos privilegiados por su condición de clase propietaria como si fuera algo natural esa forma de vida, en la definición entre la BURGUESÍA y el PROLETARIADO.
Estas dos clases antagónicas históricamente en la lógica de explotación capitalista, la cual resulta ser la síntesis de la antesala de la explotación histórica, por lo que se necesita de ese proceso educativo, que han sido ejemplo de resistencia en la lucha social en contra del CAPITALISMO MONOPOLISTA DE ESTADO[1], sabiendo que la SOCIEDAD, no es más que un escenario de PODERES, en dos sentidos uno de EMANCIPACIÓN y otro de SOMETIMIENTO y de OPRESIÓN y cada uno va eligiendo su camino.
Podemos valorar cómo los efectos más visibles del capitalismo monopolista se agudizan en “los años que van de 1968 a 1975 marcaron el comienzo de las repercusiones de internacionalización del ciclo capitalista, a la vez que su expansión más aguda, inaugurándose nuevas formas y manifestaciones de las contradicciones fundamentales en la fase imperialista… Fueron los años en que se finiquitó la reconstrucción europea y los Estados Unidos afirmaron su hegemonía mundial, con ésta la de los monopolios norteamericanos, su preponderancia en diversos países, la instalación de complejos industriales por todo el mundo supeditados a su gran complejo industrial-militar, esquema seguido en menor escala por el resto de potencias, su control sobre los hidrocarburos, alcanzando una de las sorprendentes crisis de sobreproducción de mercancías (alrededor del petróleo) y de capitales (alrededor de los petrodólares), borremos esas bases por un instante y se verá el ABSURDO en que caen los predicadores del desfase del sector industrial”.[2]
Con base en estas razones de la TOTALIDAD CONCRETA desplegada y desplegándose en el movimiento de masas, podemos valorar que todos los medios de producción, como son hoteles, escuelas, comercios, los medios de comunicación, el arte, la tecnología, la tierra, las fábricas, los hospitales, los energéticos, las normales rurales y todo lo posible de privatizarse, son sólo la síntesis de NUESTRO TRABAJO HISTÓRICO privatizado, a partir de que existe la propiedad privada.
El capitalismo monopolista de estado es el causante del DESORDEN DEL ESTADO DE DERECHO por medio de sus instituciones de toda cepa ya enajenadas, controladas y funcionalizadas INSTITUCIONALMENTE; las cuales están dispuestas al sometimiento y a la adaptación SUMISA A ESTE ESTILO DE VIDA, de todo aquello que la clase dominante mandate IDEOLÓGICAMENTE a dichas INSTITUCIONES, hasta lograr abolir la propiedad privada de medios de producción para este siglo XXI de manera definitiva.
[1]Cfr. Cuevas Méndez, Felipe. “El monopolio se colocó en el torrente de intereses capitalistas por máximas ganancias, se ubicó en la línea de acción de las leyes económicas favorables a ese fin e impuso su orientación a los estados nacionales y la arena internacional”. El Sistema y la Revolución. El capitalismo imperialista, tareas del proletariado, perspectivas comunistas. Ed. Arrojo, México 2007. P. 57.
[2] Ibid. P. 100.
Estas dos clases antagónicas históricamente en la lógica de explotación capitalista, la cual resulta ser la síntesis de la antesala de la explotación histórica, por lo que se necesita de ese proceso educativo, que han sido ejemplo de resistencia en la lucha social en contra del CAPITALISMO MONOPOLISTA DE ESTADO[1], sabiendo que la SOCIEDAD, no es más que un escenario de PODERES, en dos sentidos uno de EMANCIPACIÓN y otro de SOMETIMIENTO y de OPRESIÓN y cada uno va eligiendo su camino.
Podemos valorar cómo los efectos más visibles del capitalismo monopolista se agudizan en “los años que van de 1968 a 1975 marcaron el comienzo de las repercusiones de internacionalización del ciclo capitalista, a la vez que su expansión más aguda, inaugurándose nuevas formas y manifestaciones de las contradicciones fundamentales en la fase imperialista… Fueron los años en que se finiquitó la reconstrucción europea y los Estados Unidos afirmaron su hegemonía mundial, con ésta la de los monopolios norteamericanos, su preponderancia en diversos países, la instalación de complejos industriales por todo el mundo supeditados a su gran complejo industrial-militar, esquema seguido en menor escala por el resto de potencias, su control sobre los hidrocarburos, alcanzando una de las sorprendentes crisis de sobreproducción de mercancías (alrededor del petróleo) y de capitales (alrededor de los petrodólares), borremos esas bases por un instante y se verá el ABSURDO en que caen los predicadores del desfase del sector industrial”.[2]
Con base en estas razones de la TOTALIDAD CONCRETA desplegada y desplegándose en el movimiento de masas, podemos valorar que todos los medios de producción, como son hoteles, escuelas, comercios, los medios de comunicación, el arte, la tecnología, la tierra, las fábricas, los hospitales, los energéticos, las normales rurales y todo lo posible de privatizarse, son sólo la síntesis de NUESTRO TRABAJO HISTÓRICO privatizado, a partir de que existe la propiedad privada.
El capitalismo monopolista de estado es el causante del DESORDEN DEL ESTADO DE DERECHO por medio de sus instituciones de toda cepa ya enajenadas, controladas y funcionalizadas INSTITUCIONALMENTE; las cuales están dispuestas al sometimiento y a la adaptación SUMISA A ESTE ESTILO DE VIDA, de todo aquello que la clase dominante mandate IDEOLÓGICAMENTE a dichas INSTITUCIONES, hasta lograr abolir la propiedad privada de medios de producción para este siglo XXI de manera definitiva.
[1]Cfr. Cuevas Méndez, Felipe. “El monopolio se colocó en el torrente de intereses capitalistas por máximas ganancias, se ubicó en la línea de acción de las leyes económicas favorables a ese fin e impuso su orientación a los estados nacionales y la arena internacional”. El Sistema y la Revolución. El capitalismo imperialista, tareas del proletariado, perspectivas comunistas. Ed. Arrojo, México 2007. P. 57.
[2] Ibid. P. 100.
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