“En
su significación correcta, la dialéctica es
el estudio de la contradicción dentro de la
esencia misma de las cosas”
Lenin
La cultura y la hermenéutica simbólñica.
Poder referir a la cultura y su interpretación, exige conocer cómo cada periodo histórico contiene su propia cualidad dialéctica[1] que debe ser discutida en una Hermenéutica del símbolo como ciencia de la comprensión, que se gesta en sí como expresión del esfuerzo más alto de la cultura[2] en un proceso de humanización, es decir en la constitución comunicativa del sujeto histórico; siendo este proceso el modo de satisfacer las necesidades humanas desde su naturaleza históricamente socializada y transformada en cultura por los pueblos, a través de la multiplicidad de expresiones como necesidades fines y necesidades principios, que finalmente son la eticidad puesta en escena en pleno movimiento social, individual e histórico en el enfoque del multiculturalismo comunitario, propuesto por Charles Taylor.
Desde este enfoque filosófico-político, las necesidades de cada sujeto social son diferenciadas, pues la formación para crear una necesidad social depende culturalmente de la condición material y espiritual de vida o de muerte de cada sujeto en particular históricamente.
De manera que la vida del sujeto histórico que imprime y acuña cada historia particular determina el rumbo y el sentido de la historicidad para la satisfacción o búsqueda cualitativa de las necesidades de todos los sujetos de una época. Pensar en todos, incluye referir al particular[3] concreto como universal abstracto, en donde la capacidad de pensar al universal colectivo alude a la necesidad de crear condiciones propias de identidad cultural que incidan en la constitución del individual concreto, en donde lo individual acuña al colectivo y lo colectivo a lo individual, en la comprensión y aprehensión del universal concreto, humanamente realizado en los procesos comunitarios, que tienen su entraña dialéctica a través del símbolo.
En este sentido argumenta Dieterich que “la economía de mercado existe desde hace miles de años, pero sólo desde que apareció en la escena histórica la clase burguesa industrial y su modo de producción capitalista como categoría y símbolo humanitario, vemos cómo los pueblos se van haciendo dueños de los destinos de la humanidad, porque la perversión de las relaciones económicas del género humano se han convertido en condición ontológica del hombre que determina su normalidad cotidiana y universal. Y con ella, los flagelos de la guerra imperialista, del libre comercio y de la corrrupción corporativa y política, como diría Goethe hoy día”.[4]
La cultura impuesta en un proceso de aculturación (imposición) en la ideología del mercado hegemónico del capital, abre el debate de la filosofía y la literatura política, que puede ser recuperada con una postura pedagógica, para reinterpretar cómo ha sucedido su dialéctica o devenir, puesto que cualquier relación social está contextuada necesariamente en el encuentro entre dos subjetividades[5] culturales que se expresan y comunican de alguna manera con base en una formación material-espiritual precisas en los procesos de producción, de valoración ético-moral y de construcción de tradiciones y costumbres históricamente transmitidas a través de los milenios que son en sí la propia evolución filogenética antropológica y a la vez condición histórico-cultural en el devenir de la naturaleza socializada en procesos de enculturación, aculturación y cultivo de valores, en donde el trabajo es el fundamento de toda la vida humana, que incluye la creencia en la pureza y el dogmatismo.
En este sentido del trabajo realizado históricamente, descubrimos en su dialéctica, al ethos barroco o sentido común del habitus, pues en este entramado se va haciendo memoria histórica al ser contado e interpretado por los historiadores, y al ser recordado por los pueblos en la socialización de su cultura en el contexto hegemónico de la racionalidad occidental burguesa, vivida ésta a través del poder político del Estado y asumida como sociedad civil organizada políticamente, con base en una pedagogía crítica, que articule el saber filosófico-político, ya que como sostiene la interpretación gramsciana de la historia, “la filosofía de la praxis no tiende a mantener a los ‘simples’ en su filosofía primitiva del sentido común, sino, al contrario, a conducirlos hacia una concepción superior de la vida. Se afirma la exigencia del contacto entre intelectuales y simples, no para limitar la actividad científica y mantener la unidad al bajo nivel de las masas, sino para construir un bloque intelectual-moral que haga posible un progreso intelectual de masas y no sólo para pocos grupos intelectuales”.[6] Valga decir que hoy en día en México con el Gobierno Progresista de Andrés Manuel López Obrador (AMLO), éste es el intento del proceso humanitario, desde una economía moral participativa de transformación de comportamientos y actitudes en general, tarea ardua por realizar por tratarse de una revolución cultural.
Por ello en la constitución simbólica de la realidad concreta vivida en el ethos barroco de los mitos latinoamericanos, interesa discutir y polemizar acerca de la constitución de la conciencia del sujeto social en el despliegue de su historicidad. Recordemos que la palabra constituir significa erigir, implantar o instaurar algo desde lo social a lo individual y viceversa, contextuado desde el mundo simbólico, real e imaginario[7], de manera que interesa saber las relaciones entre lo que el sujeto culturalmente es, lo que imagina y simboliza que es y lo que los demás dicen que es como sujeto verdadero en la acción político-filosófica en el despliegue de todo un proceso educativo contextuado en su historicidad.
En este movimiento político filosófico del que hacer educativo, dejamos claro que se está conceptuando al sujeto histórico, como ente individual, como persona que tiene un proyecto, como grupo social, como pueblo, nación o clase social constituida y constituyéndose en el devenir de sus contradicciones conceptuales y afectivas dimensionadas éstas en una multiplicidad de expresiones culturales, es decir en términos dialécticos; las cuales implican la hegemonía[8] respecto a la acumulación de capital y la privatización individualista neoliberal, no sólo de los medios de producción, sino de las vidas humanas que los producen, tarea educativa fuerte de transformar en este monstruo de mil cabezas; nos referimos a un poder hegemónico legitimador que controla el tiempo, el espacio y el movimiento en su rítmica y cadencia de vida por los grupos financieros del poder neoliberal naturalista, por ejemplo la Organización de Naciones Americanas (ONU) en su abuso de poder, poderío que aparece como un fenómeno dado por la naturaleza humana y la naturaleza deshumanizada, en donde el empoderamiento, aparece así, como algo ya dado, y en esta concepción naturalista tal parece que ya nada puede cambiar, porque debe parecernos natural que los poderes legitimadores todo lo cosifiquen en su quietud conservadora y privilegiada de homogeneización, contraponiendo cualquier principio comunitario o de transformación, atendiendo las causas históricas y no sólo los efectos, como empieza a proponerse desde la CELAC hoy en día.
Sobre el contexto de naturaleza dada como algo eterno de la lógica de explotación, exclusión, discriminación, utilización, uso y atropello cultural, Forrester argumenta que “en la actualidad, un desempleado no es objeto de una marginación transitoria, ocasional, que sólo afecta a determinados sectores; está atrapado por una implosión general, un fenómeno comparable con esos maremotos, huracanes o tornados que no respetan a nadie y a quien nadie puede resistir. Es víctima de una lógica planetaria que supone la supresión de lo que se llama trabajo, es decir, de los puestos de trabajo”.[9]
De esta manera, pensamos que el lector tiene que definir el contenido significativo -hermenéutico- que plasman los historiadores, para que lo invite a reflexionar contextuando a través del sujeto el texto y el contexto[10] en un movimiento de búsqueda entre lo que es justo, bueno y solidario, para poder interpretar los símbolos de la actitud de muerte individualista que finalmente engendró el mestizaje y la personalidad del ethos barroco, porque hasta hoy día la visión del desencanto conquistador todo lo cosifica o mata en procesos mecánicos y ahistóricos de deshumanización en el tránsito moderno posmoderno en una pérdida del sentido de vida como encuentros y desencuentros en la búsqueda permanente de una bondad humanizada; siendo este tránsito la expresión más plena del despliegue histórico del sujeto en la constitución simbólica de la realidad social como lo plantean Luis Villoro y Charles Taylor, lo podemos ejemplificar con 'el úsese y tírese', del proyecto hegemónico occidental, destruyendo en el globo terráqueo un basurero en tierra, océanos y aire, ya que todo equivale a una mercancía más, incluyendo al cuerpo humano, entre los símbolos de nuestra vida cotidiana.
La teoría del multiculturalismo analógico-barroco -planteado por Arriarán y Beuchot- me deja ver que la constitución simbólica del ethos barroco de la realidad mestiza es abarcativa del espacio de vida en la infancia y en las expresiones posteriores del despliegue de la figura autónoma, personalidad que se asume frente a su realidad concreta, porque no es lo mismo referir una conciencia infantil pueril (engañosa y simuladora), a una conciencia real en la infancia de los símbolos auténticos, puesto que la diferencia radica precisamente en el tránsito de asunción justa, necesaria y solidaria del sujeto histórico social, en su expresión de momentos álgidos de la potenciación humana en un proyecto de vida o proyecto educativo, en donde la potenciación está referida al esfuerzo de pensarse en el movimiento dialéctico entre las necesidades individuales y colectivas como luchas y conquistas del trabajo socialcolectivo en transformación permanente de razón y sinrazón como en un claro-obscuro de sensibilidadracional, en una búsqueda por los contenidos propios de la reconstrucción permanente de una eticidad humana o calidad moral del acto concretado y disfrutado en la alegoría del símbolo.
Hablar de una ética de la autenticidad alude a la constitución de identidad o identificación del sujeto en un proceso educativo de formación social, lo cual se acota en las relaciones afectivas, en las esperanzas, sueños, ideales y en el trabajo concreto a través de la búsqueda del placer en la satisfacción humana que provoca espasmos de felicidad o bienestar cultural; de manera que cuando se fundamenta epistemológicamente el sentido histórico de la “vida buena” haciendo énfasis en la constitución simbólica de la realidad social, ello está referido a precisar para que es bueno cada sujeto enfrentado a las necesidades sociales e individuales de su época ahí latentes, para resolver la necesidad gestada y desarrollada en el contexto histórico-social multicultural, que incide de alguna manera en el interés del ser cultural ahí dado y autodeterminándose, no sólo en el terreno de lo lógico, sino también de lo ético y de lo estético, como construcciones auténticamente humanas por su expresión simbólica de incompletud y completud a la vez, en este sentido todo poema como el símbolo más profundo de la vida siempre es previo a un encuentro dentro del proceso educativo intercultural humanizado, que es nuestra apuesta educativa dialógica, de participación y consensos públicos para conscientizar a las grandes mayorías de los pueblos empobrecidos, para este siglo XXI.
El interés significativo de vida se constituye en torno a “la referencia explícita a la estructura de clases y a las relaciones de poder como marco que determina la configuración contradictoria y conflictiva de la cultura en las diversas formaciones sociales. La cultura ya no aparece como una superficie lisa y nivelada, sino como un paisaje discontinuo y fracturado por las luchas sociales”[11], porque la cultura debe ser atendida cuidadosamente en la educación de los pueblos, en los matices multiculturales de la propia creación histórico-social desde el sentido común o ethos barroco existencial hasta el concepto más preciso de una sensibilidadracional, lo cual está construyéndose en la definición de una tipología humana, porque toda sensibilidadracional tiene una intención que da cuenta de la inseguridad, del amor y del talento en los procesos educativos, porque la educación consiste precisamente en desocultar-se la infancia pueril, sabemos entre nosotros Anahuaca, pero se nos trata como colonizados, en las diferencias que ha entrañado una racionalidad instrumental en la ubicación de la realidad y en el ser existencial a través de su propio encuentro y concreción abierta y pública; esta situación está referida al sentido de las experiencias de mentalidad ahistórica que ha sido dominante como poder absoluto en la concepción del desarrollo de las subjetividades y el desarrollo de las luchas de resistencia, en donde nos preguntamos siempre por su madurez emocional.
La tipificación simiótica del ethos barroco existencial, ha borrado las necesidades culturales
auténticamente morales, por lo que se exige el esfuerzo de enfrentarse a la
realidad en una lucha sostenida para el bienestar cultural de todos los que
vivimos en este planeta; bienestar educativo que tiene que enfrentarse con la gran pobreza espiritual que se ha
desarrollado en la lógica occidental cristiana; pero que en mi opinión es
importante tomar en cuenta que de la misma manera en que esta herencia colonial
instrumental se ha encarnado en los
procesos del mestizaje simbólicamente, también
se asume plural y se expresa manifiestamente como dignidad humana a través del trabajo
socialcolectivo -como lo plantea Valentiana Cantón- en múltiples espacios de
lucha comunitaria de manera particular.
La cultura entendida como un proceso de eticidad, implica dice Hegel, que el movimiento de “el espíritu tiene que progresar hasta la conciencia de lo que es de un modo inmediato, tiene que superar la bella vida ética y alcanzar, a través de una serie de figuras el saber de sí mismo. Pero estas figuras se diferencian de las anteriores por el hecho de que son los espíritus reales (reale), auténticas realidades, y en vez de ser solamente figuras de la conciencia, son figuras de un mundo”[12]. Esta idea es la punta de lanza del materialismo histórico, el cual enfatiza en el hecho de que todo lo real es racional así como todo lo racional es real; ello expresa el trabajo concretado desde lo más sensible históricamente, hasta la determinación que trasciende en el reconocimiento de la otra conciencia que no sea el yo mismo, sino el encuentro del otro yo encarnado, en el ser permanente de búsqueda, en donde la imaginación produce la experiencia estética del horizonte de eticidad como una plática de las experiencias que sean sensibles a cualquier persona en un juego muy divertido que se encuentra en el campo del arte como propuesta educativa.
Porque la búsqueda y encuentro de la autenticidad ético-moral como propuesta educativa, radica en la identidad que se afina y se define en una multiculturalidad de diferencias, por ejemplo en el mosaico cultural de México ello nos invita a asumir una tendencia hermenéutica a partir del símbolo del deseo de la otredad o del ‘fantasma’ dice Samuel Arriarán, él lo expresa textualmente así: “Cuando corremos el riesgo de derivar en un peligroso callejón sin salida (dado que una hermenéutica fundada en Lacan nos coloca ante la posibilidad de un abandono del pensamiento racional, con lo que se nos induce a un nuevo laberinto posmetafísico nihilista), conviene volver a revisar los planteamientos antimetafísicos del símbolo”.[13] Es importante destacar la figura ideológica en la creencia de naturaleza dada, que se desarrolló históricamente en la concepción idealizada del mundo.
Por ello es necesario aclarar que en la síntesis de la concepción idealista del Estado que Hegel expresa en sus obras, ésta fue recuperada y enriquecida en la crítica que Marx plantea cuando ve al sujeto de carne y hueso asumir el papel histórico de manera consciente a través del trabajo en los procesos educativos del esfuerzo creativo, original y liberador de su época, en donde se funden la belleza, el concepto y la magia en historias muy ricas llenas de imágenes y simbolismos mágicos de la narración histórico política, pienso que es esta filosofía política fue, el gran hallazgo teórico del materialismo histórico, que da cuenta de una auténtica expresión del reconocimiento de la otredad.
Por eso Dieterich precisa en torno a la postura
científica radical que “para entender este juicio de la ciencia crítica nos
tenemos que detener un momento en las razones que lo fundamentan. La ciencia
nos ha hecho entender los misterios del universo al darnos explicaciones sobre
el por qué de las cosas. Por esas explicaciones sabemos que el ser humano
utiliza diferentes sistemas simbólicos, para interpretar la realidad y
orientarse en ella, como el sentido común, el pensamiento mágico, el
estético y artístico, el filosófico y el religioso, entre otros. Cada uno de
estos sistemas cumple funciones específicas para la sobrevivencia humana, pero la ciencia tiene la capacidad de proporcionarnos un conocimiento
objetivo sobre los fenómenos y, de esta manera, hacernos entender cómo son en
realidad”.[14], aunque sabemos que desde el mundo indígena y su sabiduría, se reconoce a un cúmulo de conocimientos al servicio de la humanidad. Lo menciono, pensando en las políticas educativas liberadoras que incidan en una pedagogía
crítica necesaria, que aclare las dimensiones actuales de las condiciones
materiales de vida y las formas actitudinales en el sujeto educativo.
Los datos que se aclaran enseguida tienen plena
justicia en lo que planteamos, porque la estructura teórica puede volverse
linealmente reproductora, más que ser un motor del pensamiento crítico
hermenéutico, en los procesos político pedagógicos de la constitución simbólica
del sujeto que se asume en la memoria del trabajo idividualcolectivo[15] con racionalidadsensible, ya que estos tránsitos suceden desde el imaginario
social e individual del simbolismo mestizo, en donde se hace necesario volver a
tomar la voz, el voto y la opinión para reconocernos como un ethos barroco, en un sentido de
honestidad de amor, en donde tenemos que tomar en cuenta que para el año 2000
se calculaba que habría en el planeta 1000 millones de personas mayores de 60
años, de los cuales 800 millones son personas desnutridas, dada la catástrofe
ecológica, los altos índices de desempleo, el hambre, la delincuencia, la
pérdida de especies, además se esperaba que en un 50% de los países desarrollados también tendrían un agotamiento del agua
potable, porque no se trata nada más de disminuir la población, sino de
reconocer el desperdicio sin sentido de la política neoliberal privatizadora, sin embargo en este año 2021, la pandemia nos ha dejado ver el grado de injusticia y desigualdad social que existe en el mundo, la tarea educativa significa un arduo camino, que estamos recorriendo, pero lo importante es que comprendamos la necesidad de ser responsables, es decir conscientes del bienestar del ser humano y sus derechos, dando sentido de vida pues somos parte inherente de la madre tierra.
Dar sentido a la vida, indica una preocupación hermenéutica en el terreno de los procesos de emancipación y de sojuzgamiento del comportamiento humano racionalsensible, de acuerdo al grado de conciencia, de experiencia y lo que es posible intuir en cada época, así podemos hacer analogías que den sentido de vida y de muerte en nuestras representaciones sociales que se generalizan en el orden hegemónico de la lógica del capital en su barbarie privatizadora y neocolonialista, lo cual tiene que resignificarse en un trabajo pedagógico crítico; en este sentido aclaramos que “la hermenéutica es la disciplina de la interpretación. Trata de comprender textos, y los textos pueden ser de varios tipos: escritos, hablados, actuados, etc.*. Esta disciplina se ha colocado en un lugar de primer orden en el ámbito de los saberes. Y de manera muy merecida, ya que la interpretación representa tener cierta comprensión sensible, y ahora es cuando más se necesita, ya que estamos en un momento de la historia de la filosofía en el que hay un cúmulo muy grande de teorías que no se encuentran entre sí y hasta profundas ambigüedades en ellas mismas. La hermenéutica trata de reducir la ambigüedad, trata de aferrar algún sentido posible y válido en la constelación de sentidos dispersos, dispares y hasta disparatados, que tenemos en la filosofía de hoy”.[16]
Lo interesante de PODER comprender sobre la necesidad de reinterpretar los procesos educativos a través de la historia a partir del momento de encarnación de la mentalidad ilustrada, es el sentido de pertenencia y de reconocimiento para ubicar el concepto de Pedagogía crítica, ya que darle sentido a la historia conlleva a reflexionar la manera en que los temas de la hermenéutica “con muchos de la filosofía de la ciencia, o epistemología, puedan resultar fructíferos en su aplicación a la educación”[17] humanitaria.
En este sentido Heidegger acota que en el aquí y ahora entramos en tramos desconocidos, tramos cortos, en donde no controlamos ni dominamos la técnica[18]; sino que al no comprendernos como sus creadores durante la propia extensión humana, nos desubicamos ante la grandeza de esta creación, que ha sido capaz de construirse y de destruirse a la vez automáticamente; por lo que pienso que nuestra tendencia[19] inevitable para el porvenir, es aprehender en una gran sensibilidadracional a reconocernos; vale aclarar que la categoría de racionalidadsensible la estoy trabajando a través de Hegel, Schelling, Marx y Scheler, para hacer una crítica a las propuestas educativas a través de la lógica de la modernidad-posmodernidad burguesa, en donde la premisa más simple es que se educa con el ejemplo, es decir, en la praxis cotidiana[20] que se transforma culturalmente en la tarea de la reflexión crítica y abierta a la multiplicidad de expresiones, encontrando vínculos de identidad y de unión en el trabajo.
Como sabemos el trabajo individualcolectivo es lo que dignifica a cualquier ser humano, en donde la educación como horizonte de eticidad, se capta justo en un proceso de conquista por la libertad, es decir, como la expresión más álgida de la cultura. Porque de hecho la aplicación de la hermenéutica a la educación permite dimensionarlo con el aprendizaje y la enseñanza de virtudes humanas en el terreno político-pedagógico más virtuoso, ello es recuperado por Gadamer y Heidegger abriendo lo que Beuchot denomina el círculo hermenéutico: “cómo se da la relación entre algo individual y lo general, pudiendo ser lo individual la comprensión de un texto específico en el sentido de una tradición (a la que pertenece), que es lo general aquí. En el caso de la enseñanza-aprendizaje, se trata de aplicar contextuadamente los conocimientos generales o universales que se transmiten a un alumno o alumnos (as), en una situación concreta y particular. Surge en este punto algo que puede ser interesante para la discusión hermenéutica, a saber: distinguir entre entender y comprender, con lo cual se marcan varios y diversos grados de avance en la interpretación. No basta sólo con entender, muchas veces entendemos algo y no comprendemos su cabal significado ni su porqué...”.[21]
De manera que los símbolos en la constitución cultural de la realidad social con un sentido de emancipación con consciencia humanitaria, sólo se expresan en la cooperación, la solidaridad que genera la condición humana en la cooperación y conjunción de esfuerzos vitales y en la formación de valores fines y valores principios -como nos dice Ma. Teresa Yurén- en ese devenir del aprendizaje cualitativo en la comunicación permanente del diálogo público y privado, que sabe escuchar y proponer en la identidad cultural de los sujetos educativos en emancipación de lógicas privatizadoras y competitivas.
Por ello es necesario subvertir en los procesos de formación educativa con sensibilidadracional*, todo aquello que ayude a fluir los procesos de humanización a través de la confianza, el respeto y la comprensión, los cuales implican tener voluntad para realizar el máximo esfuerzo moral en la tarea educativa sostenida cotidianamente, como una lucha de autoreconocimientos, un trabajo humanizado, lúdico y creativo en la resistencia, la información y la vanguardia profesional de una pedagogía crítica que reivindique al sujeto histórico por el reconocimiento y lucha de la dirección y organización político-pedagógica con base en una filosofía científica humanitaria multicultural de muchos saberes, como síntesis de su expresión humanizada por las virtudes más elevadas de forma particular y univeral; esas prácticas educativas, tendrán que estar liberadas de jerarquías de poder y de privilegios funcionales o burocratizados, como un a priori eterno en la figura ideal del deseo en esa telaraña de sentidos y de enredos en la comprensión del sujeto educativo, porque la posibilidad de liberación en términos de dialéctico, es decir, con capacidad dialógica, se ubica auténticamente en el prestigio desarrollada en una autoridad comunitaria que reconoce su historicidad, semejante a como algunas comunidades indígenas practican hasta hoy en día.
La propuesta educativa aquí planteada, trata de incidir en la emancipación de los desencantos
absolutos del vacío que conduce nuevamente a la insensibilidad del terror ya experimentado, conocido e intuido como
conciencia simbólica en la construcción social de la realidad, la cual se tamiza hoy día en una gama de
egocentrismos heredados o aprendidos eurocéntricamente, los cuales pasaron
afectivamente por los métodos
profesionales del terror, que siguen siendo
utilizados e interiorizados en lo más íntimo del ethos barroco mestizo en los
proceso de colonización y neocolonización, como los vivimos no sólo en América Latina, sino de
forma particular en la cultura mexica aculturada por la imposición de modelos
que encubrían la tendencia a generar mayor acumulación de capital en beneficio
exclusivo de la propiedad privada en su representación de divinidad, a través
de la división en la existencia del ser sometido
nacido para obedecer y el intelectual, nacido para mandar, lo cual es
legitimado también por la racionalidad
positivista y hoy día en la lógica de sistemas, aplicada en la educación
empresarial. Pero comprendamos
cuáles son las raíces culturales que engendraron esta ideología[22]
moderna, por ello hoy día tendremos que lograr sembrar la semilla del humanismo en contra de toda hegemonía imperial, uniendo nuestras voces como trabajadores del campo y de las grandes urbes en la madre tierra que sembró Bolivar, Latinoamérica hermanada y unida contra cualquier intervencionismo.
! LES DESEO UN FELIZ FIN DE AÑO PANDEMIOSO Y
UN MEJOR PRINCIPIO DE AÑO NUEVO ¡
[1] Invirtiendo la postura de Hegel, Marx construirá una dialéctica en torno a la materia (no a la
idea), cuya finalidad no será la simple teorización y justificación de la
realidad, sino su transformación revolucionaria. La dialéctica se fundamenta en
tres leyes, elaboradas por Engels en su materialismo dialéctico y que pueden
enunciarse así: Ley de unidad y lucha de los contrarios. Ley de conversión de
la cantidad en la cualidad y viceversa. Ley de la negación de la negación.
[2] Entendiéndose como cultura “todos los esquemas de vida producidos
históricamente, explícitos o implícitos, racional, irracionales o no
racionales, que existen en un determinado momento como guías potenciales del
comportamiento humano”. Giménez M. Gilberto, ponencia en mimeógrafo, 1982. ‘la
comprensión antropológica en la cultura’, Inst. de Invest. Sociales, UNAM, Méx.
1982. Apud. Pie-ro Rossi (compl), II
concetto di cultura, Einaudi, Turín, 1970, P. 7. 2021.
[3] Cantón Arjona Valentina. Uno más uno, más uno, no es igual a
tres. Una propuesta de formación de docentes, desde el reconocimiento del
particular. Editorial UPN, México 1997.
173 pp. P. 78.
[4] Dieterich, Heinz. Las guerras del capital de Sarajevo a Iraq.
Editorial Ciencias Sociales, México 2003. P. 1.
[5] “La subjetividad la entendemos, entonces, como formas
particulares de ser o estar en el mundo, ya que toda subjetividad es una
particular forma de concebir el mundo y vivir la vida por parte de los sujetos.
Se constituye por el conjunto de normas, valores, lenguajes y formas de
aprehender el mundo, y se estructura a partir del lugar que ocupan los seres
singulares en la sociedad, constituyéndose en los procesos vitales como sujetos
y en el marco histórico de su cultura. Así los individuos son sujetos, pero no
como fundamento último y motor de la sociedad, sino como seres que tienen
experiencia vital única, en circunstancias históricas determinadas”. Vid. Oscar
Reyes Ruvalcaba. Propuesta pedagógica: dialogar y descubrir para transformar.
Tesis de Maestría en Pedagogía, UPN, México, 1998. P. 22. 2021.
[6] Vid. op. cit. Gilberto
Giménez… Apud. A. Gramsci, Quaderni de la carcere, Vol. 1, P. 19.
[7] Consúltese El Seminario del Yo en la teoría y la técnica
psicoanalítica (versión estenográfica y versión de Miller) Editorial Paidós.
Seminario de Lacan con Dra. Isabel Montejano.
[8] “El análisis gramsciano de la sociedad civil y de la hegemonía
tiene por objeto, justamente, subrayar la importancia de la dirección cultural
e ideológica; pero Gramsci completa aquí a Lenin al recordar la base de clase
de esta dirección: ‘si la hegemonía es ético-polítia no puede dejar de ser
también económica, no puede menos que estar basada en la función decisiva que
el grupo dirigente ejerce en el núcleo rector de la actividad económica’”. Cfr.
Gramsci y el bloque histórico. Hugues Portelli, Editorial Siglo XXI, México
1982. Tr. María Braun. P. 68.
[9] Cfr. Forrester, Viviane. El horror económico. Editorial F.C.E.,
B.A. 1998. P. 13. 2021.
[10] Vid. Perfiles esenciales de la hermenéutica. Mauricio Beuchot.
Editorial Inst. Invest Filológicas, UNAM, México 1997. Pp. 8 y 9. 2021.
[11] Cfr. G. Giménez. Op. cit. P. 15.
[12] Cfr. Hegel, G.W.F. Fenomenología del espíritu. Editorial F.C.E.,
México, 1993. Tr.
Wenceslao Roces. P. 261.
[13] S. Arriarán. Op. cit. Pp. 90-91.
[14] Vid. Dieterich, Heinz. El socialismo del siglo XXI y la democracia
participative. Ediciones de Paradigmas y Utopías, México 2002. Pp. 31 y 32. El subrayado es
nuestro.
[15] Cfr. V. Cantón. Uno más uno, más uno, no es igual a tres… Op. cit. P. 92.
* La categoría de sensibilidadracional, ha sido desarrollada a lo largo de este Blog de Educación Política en la Lucha de Clases. Puede consultarse en Autorreconocimiento de la Sensibilidadracional en la Formación Docente. Tesis doctoral en educación de Sandra Cantoral. AIU, México 2006.
[16] Cfr. Beuchot Puente, Mauricio et. al. En La hermenéutica analógica de la pedagogía de lo cotidiano. Editorial Primero, México 2003. Pp. 27 y 28. * Apud. M. Heidegger. Ser y tiempo. Editorial F.C.E., México 1952. H.-G. Gadamer. Verdad y método. Salamanca: Sígueme, 1977; y P. Ricoeur. Teoría de la interpretación. Discurso y excedente de sentido. Editorial UIA – Siglo XXI, México 1995. 2021.
[17] Ibid. P. 31.
[18] Cfr. Heidegger o el final de la filosofía. J.M. Navarro et al.
(Comp.) Editorial Complutense, Madrid 1993.
P. 57.
[19] Según Gilberto Giménez, Op. cit. “el término ‘tiende’ indica que
ningún individuo se comporta exactamente como lo prescribe el ‘esquema’; y la
expresión ‘específicamente designados’ señala que dentro de un sistema cultural
hay ‘modelos’ o ‘esquemas de comportamiento’ no comunes, sino propios y
exclusivos de ciertas categorías de personas según diferencias de sexo, de
edad, de clase, de prestigio, etc.
[20] Apud. M.T. Yurén. Eticidad, valores sociales y educación.
Editorial UPN, México 1995. En la P. 241
cita a Rousseau, J. dice que “la conciencia para amar lo bueno, la razón para
conocerlo y la libertad para elegirlo”; de ella deriva el principio de la
voluntad general y, por ende, el contrato social y la soberanía”. El Contrato
Social. Discurso sobre las ciencias y las artes. Discurso sobre el origen de la
desigualdad entre los hombres, s. tr.; México, Porrúa, 1982. Col. ‘Sepan
cuántos’ No. 113, p. 15.
[21] Vid. Beuchot Puente, Mauricio. La hermenéutica analógica... Op.
cit. P. 29 y 30.
[22] De acuerdo a Terry Eagleton, filósofo marxista inglés, aclara que
la ideología actualmente puede comprenderse en varios sentidos: “a) el proceso
de producción de significados, signos y valores en la vida cotidiana; b)
conjunto de ideas característico de un grupo o clase social; c) ideas que permiten
legitimar un poder político dominante; d) ideas falsas que contribuyen a
legitimar un poder político dominante; e) comunicación sistemáticamente
deformada; f) aquello que facilita una toma de posición ante un tema; g) tipos
de pensamiento motivados por intereses sociales; h) pensamiento de la
identidad; i) ilusión socialmente necesaria; j) ilusión socialmente necesaria;
k) medio por el que los agentes sociales dan sentido a su mundo, de manera
consciente; l) conjunto de creencias orientadas a la acción; m) confusión de la
realidad fenoménica y lingüística; n) cierre semiótico; o) medio indispensable
en el que las personas expresan en su vida sus relaciones en una estructura
social; p) proceso por el cual la vida social se convierte en una realidad
natural. Vid. Eagleton,
Terry. Ideología. Una
introducción. Editorial Piadós, México
1997. Pp. 19 y 20. Apud. “Para un útil resumen de los diferentes significados
de ideología, véase A. Naess et al., Democracy, Ideology and Objetivity, Oslo,
1956, págs. 143 y sigs. Véase también Norman Birnbaum, The Sociological Study
of Ideology 1940-1960, Curte Sociology, vol. 9, 1960, para un estudio de las
teoría se la ideología desde Marx hasta nuestros días, con una excelente
bibliografía”.
! FELIZ NAVIDAD Y AÑO NUEVO !