Un 28 de febrero como hoy, hace 80 años en el año
de 1940, nace en Durango, el maestro y revolucionario Arturo Gámiz García,
quien veinticinco años después moriría junto a otros maestros, campesinos y
estudiantes, al intentar tomar por asalto el Cuartel Militar de Cd. Madera,
Chihuahua, el 23 de septiembre de 1965.
En la Resolución de los Encuentros de la Sierra
llamada "Sólo hay un camino", de febrero 1965, justifica la lucha
armada con estas palabras:
“El camino que nosotros hemos escogido está
perfectamente claro, consideramos que ya es la hora de iniciar la revolución.
Sabemos que no han madurado todas las condiciones ni vamos a sentarnos a
esperarlas, madurarán al calor de las acciones revolucionarias. Todos los
argumentos en favor de la vía pacífica son insostenibles. El legalismo y el
pacifismo no conducen a ninguna parte sino a un pantano, el reformismo tampoco
lleva a ninguna parte. No hay que temer el auge revolucionario.
No hay el grado de conciencia que se quiere es muy
cierto, pero el proceso revolucionario es el que puede dar esa conciencia a las
masas, cosa que no puede hacer la politiquería. Está demostrado que no hay que
esperar a que estén dadas todas las condiciones porque las que faltan surgen en
el curso de la insurrección armada.
Organizar un movimiento revolucionario es difícil; no
se empieza la revolución con una poderosa organización clandestina, ni con una
decena de guerrillas, ni se producirán levantamientos armados simultáneamente
en la mitad del país. De lo que se trata es de iniciar la acción donde sea, a
la hora que sea y no importa si no son cinco o seis mil guerrilleros sino
quince o veinte. No se trata de soñar grandes operaciones tácticas sino de
contestar como sea uno de los múltiples golpes que el gobierno prodiga a las
masas.
En el curso de las operaciones militares las
guerrillas se foguearán, se consolidarán, aumentarán sus filas y se multiplicarán,
la organización se irá estructurando poco a poco en la medida que surjan las
condiciones que lo permitan, las llamas de la revolución se irán extendiendo
poco a poco a más rincones de la República. La lucha será terriblemente
prolongada, no se contará por años sino por décadas, por eso es ya la hora de
empezar y hay que empezar jóvenes si queremos tener tiempo de lograr las
cualidades que sólo los años de acción proporcionarán.
Los que dicen que hay que esperar a que se den
todas las condiciones, que hay que esperar el momento y que hay que organizarlo
todo perfectamente, de hecho están esperando tras su escritorio que las
columnas rebeldes lleguen hasta su oficina para informarles que empiezan las
operaciones regulares y de posiciones para darse cuenta de que ya es el
momento. Pueden seguir cómodamente en sus despachos, tenemos fe absoluta en las
masas populares y sabemos que de su seno surgirán cada día más revolucionarios
que se encargarán de preparar e iniciar la acción.
Por nuestra cuenta no daremos ya marcha atrás en el camino de la
revolución, sabemos que sin el apoyo de las masas no podemos triunfar, ganar su
confianza y su apoyo es nuestra principal preocupación y nos proponemos
lograrlo mediante los hechos. Vencer o Morir"
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