La
derecha, camino a la sedición.
¡Viva
el 1º. De Mayo, Día Internacional del Trabajador(a)!.
Carlos Figueroa Ibarra.
La derecha en México ha
visto en la emergencia sanitaria y en la crisis económica que ésta ha generado,
la anhelada oportunidad para deponer a Andrés Manuel López Obrador y al
Gobierno de la Cuarta Transformación. Por derecha entiendo los partidos neoliberales,
un sector importante de las cámaras patronales, la mayor parte de los grandes
medios de comunicación, un grupo de gobernadores estatales y también un sector
de las organizaciones de la sociedad civil.
Sumidos en la derrota
histórica del 1 de julio de 2018, durante meses estuvieron fraguando la manera
de levantarse de la lona. De manera asombrosa la derecha neoliberal y
ultraderechista han hecho banderas de desastres que ellas mismas ocasionaron.
Por ejemplo, han acusado al gobierno de López Obrador de no frenar la violencia
delincuencial cuya ola gigantesca desencadenó Felipe Calderón con su
declaratoria de guerra al narcotráfico. Han hecho del lento crecimiento
económico un estandarte como si esa derecha no hubiese creado un desastre
económico en los últimos 35 años. Ha buscado montarse en la justa causa
feminista como si no estuviera en su ADN ideológico y político, una visión
patriarcal y complaciente con el feminicidio que hemos observado. No olvido lo
que personalmente presencié en el Congreso el día que Andrés Manuel tomó
posesión de la presidencia de la república: los diputados panistas y priístas
levantaron carteles pidiendo ¡que no se subiera la gasolina!
Ahora la derecha ha
encontrado una oportunidad de oro en la crisis que el país está enfrentando. Le
apuesta fervientemente a una epidemia desbocada, un colapso hospitalario y a
una mortandad enorme para argumentar la ineficacia del Gobierno de la 4T. Como
si la derecha no fuera la responsable del desastre de la salud pública que el
gobierno de Andrés Manuel encontró a su llegada. En las últimas semanas la
derecha ha hecho eco de la pretensión del periodista y empresario de la
comunicación Pedro Ferriz de Con de convertirse en el vocero de la rebelión
reaccionaria. En la entrevista con un sector del Consejo Coordinador
Empresarial, Ferriz de Con expresó claramente sus pretensiones golpistas. Y en
una alocución por video de 48 minutos realizada hace unos días acepta sin
ambages que está a favor de la sedición contra el “peor gobierno de la historia
de México”. Se pronuncia por una intervención estadounidense que deponga a
López Obrador y considera que el sustituto ideal de un eventual nuevo gobierno
producto de una asonada debería ser el gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro.
Ferriz de Con se revela como un ultraderechista -que a la manera del darwinismo
social-, defiende la desigualdad innata de los seres humanos en contra de las
pretensiones izquierdistas de eliminar privilegios y desigualdades.
El proceso sedicioso se
beneficia de la conducta de un grupo de gobernadores. Probablemente sean los
mismos que se han negado a proporcionar la información necesaria a la
Secretaría de Salud para evaluar el curso de la epidemia o acaso algunos
gobernadores del país (Tamaulipas, Nuevo León, Guanajuato, Coahuila, Chihuahua,
Durango, Michoacán y Jalisco) que según versiones que circulan en las redes,
buscarían un “enclave subsoberano” de cara al inicio de las actividades del
Tratado de Libre Comercio entre México, Estados Unidos y Canadá (TMEC). Me
llamó poderosamente la atención que Ferriz de Con hable de 22 gobernadores que
están a favor de López Obrador, lo cual significaría que en su imaginario, diez
estarían en contra.
La base social más poderosa
de esta potencial sedición es el descontento de una parte importante del
empresariado con respecto al plan económico de emergencia presentado por el
presidente López Obrador. A esa parte del sector empresarial le molesta tener
que pagar impuestos y seguro social y que no haya endeudamiento para enfrentar
la crisis. También le molesta mucho el protagonismo creciente del Subsecretario
de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López Gatell. Pero no es solamente
la imagen eficiente y carismática del Subsecretario lo que los agravia. El
Consejo Nacional Agropecuario, las tiendas de autoservicio y el sector
publicitario deploran la campaña que desde hace un tiempo López Gatell ha
emprendido contra los alimentos chatarra. Lo acusan de ser un activista radical
que mal aconseja al presidente. He aquí una muestra de cómo la voraz ambición
de un sector empresarial camina en contra de la salud del pueblo mexicano. La
campaña de nuevo etiquetado en alimentos chatarra que impulsa López Gatell,
tiene como contexto un gravísimo problema de salud pública: el 75% de los
mexicanos son obesos, entre 9 y 10% son diabéticos y 25% son hipertensos. He
aquí el campo de la muerte que tiene enfrente en México el SARS Cov 2.
Así
las cosas, las próximas cuatro semanas serán cruciales para el Gobierno de la
4T. Si sale bien librado de la epidemia, en el segundo semestre de 2020 tendrá
que salir airoso de la administración de la crisis que ha empezado a azotar al
país en el contexto de una depresión mundial. Menuda tarea, camino de agrias
veredas.
¿Qué nos depara la pospandemia? Continúa la reflexión.
Carlos
Figueroa Ibarra.
En el momento de escribir estas
líneas la pandemia ha bajado los infectados activos al 39%. Significa esto
que a nivel mundial empieza a menguar, aun cuando en el continente americano
apenas empieza a subir: la mayoría de casos ya están de este lado. Las próximas
semanas enfrentaremos el pico de la curva ascendente de la epidemia. Aun así, ya se ha empezado a reflexionar que
vendrá en la pospandemia. Cálculos optimistas le apuestan a que las miserias
mostradas por el neoliberalismo nos llevarán a desterrar el capitalismo
salvaje, que nos percataremos de las bondades de un sistema vigoroso de salud
pública y que evaluaremos de otra manera la relación de la especie humana con
la naturaleza.
Confieso
que soy escéptico ante este optimismo. Más bien lo condiciono a la capacidad de
resistencia de la humanidad. Soy presa del gramsciano pesimismo de la
inteligencia y el optimismo de la voluntad. El capitalismo (más aun el
neoliberal) se asienta en la depredación del ser humano y de la naturaleza. La
maximización de las tasas de ganancia ineludiblemente lleva a esas
consecuencias. Y lo acontecido en el planeta en el contexto de la pandemia
revela la índole trituradora de la humanidad y la naturaleza consustancial al
capitalismo neoliberal. Millones de personas han quedado sin trabajo, corren el
peligro de ser desahuciadas de sus viviendas, han tenido que salir a las calles
a trabajar pese a la cuarentena o han tenido que recurrir a la caridad para
comer. Al mismo tiempo, la recesión propiciada por la pandemia que azota a los
condenados de la tierra, ha limpiado aire y agua. Osos, leones, lobos,
elefantes, pumas, venados, especies marinas han acudido a calles y canales de
las ciudades silenciadas por el encierro.
En
mi percepción, infortunadamente esa tregua a la naturaleza se verá interrumpida
cuando termine la epidemia. La finalización de dicha tregua implicará un
retorno al trabajo en condiciones desfavorables para la mayoría de la
humanidad. Puede incrementarse el trabajo precario y sin prestaciones
(outsourcing y freelance). Se dice que las grandes empresas han decidido
reducir en millones los metros cuadrados de sus instalaciones físicas. El
trabajo en casa (home office) se incrementará y trabajadores precarizados
pagarán de su bolsillo renta, agua y luz que antes pagaban las grandes
corporaciones. Miles de empresas grandes, medianas y pequeñas quebradas por la
crisis corren el riesgo de verse cooptadas por capitales del crimen organizado.
Cuando la vacuna contra el SARS COV 2 se encuentre, habrá que luchar contra su
comercialización a precios desmesurados y que su uso se convierta en privilegio
de los de arriba. Existe el peligro avizorado por Gyorgio Agamben: el Estado
policiaco y totalitario con el pretexto de la vigilancia epidémica. Para los
que estamos en los grupos de riesgo, el fin de la epidemia sin vacuna no
necesariamente significará que la muerte se nos haya alejado.
Ajeno
a fatalismos, Marx postuló que en condiciones determinadas la humanidad era
arquitecta de su destino. Así que lo que suceda en la pospandemia, dependerá de
nosotros.
¡El gran Oscar Chávez ya no vio la luz de este día!
Dr.
Carlos Figueroa Ibarra.
Crecí viendo a mi padre ponerse un
sombrero de petate y salir a marchar cada 1 de mayo. No me cuesta imaginarlo en
esos desfiles uniéndose al contingente de la central comunista Federación
Autónoma Sindical de Guatemala (FASGUA). Mi padre había sido junto a Víctor
Manuel Gutiérrez y Rafael Tischler parte de la dirigencia del Sindicato de
Trabajadores de la Educación (STEG) en la época del gobierno revolucionario de
Jacobo Arbenz (1951-1954). Años después yo mismo he tenido el privilegio de marchar en el día del trabajo en
Guatemala, Puebla y Tegucigalpa.
Hoy 1 de mayo de 2020, evoco a los
mártires de Chicago, a las mujeres costureras industriales muertas en el
incendio en Nueva York y a Sacco y Vanzetti. Reivindicó la memoria de Antonio
Obando Sánchez, Víctor Manuel Gutiérrez y Leonardo Castillo Flores en Guatemala,
Jesús Menéndez y Lázaro Peña en Cuba, Luis Emilio Recabarren en Chile, Valentín
Campa, Demetrio Vallejo y Ramón Danzós Palominos en México, Agustín Tosco en
Argentina y la de tantos otros dirigentes y activistas obreros que en todo el
mundo sufrieron cárcel, exilio y muerte por ser fieles a la causa proletaria.
Hoy el capital no solo tritura a la humanidad en el proceso productivo sino
también lo hace en el despojo de territorios y bienes comunes al mismo tiempo
que destruye a la naturaleza.
En este día internacional del
trabajo también reivindico la memoria de Karl Marx y Friedrich Engels, quienes
construyeron la más fundamentada crítica del capitalismo y nos dijeron que
humanidad y naturaleza serían aniquiladas si no se le desmantelada a tiempo.
¡Viva el día internacional del
trabajo!