Segundo documento sobre la Revolución Sandinista.
Es
evidente desde el sentido común, que se está aprehendiendo a
resignificar-nos y a reeducar-nos, así se percibe la sensibilidad política
del sujeto educativo, entre el amo y el esclavo moderno, con un
tercer testigo ocular que los liga a las nuevas generaciones,
es decir, al poder sentir la necesidad del otro que soy yo mismo,
pero lo importante, es que ahora es un saber cada vez más consciente,
libre, voluntario y comprometido -aunque la ideología dominante manipule en
la información lo contrario-.
Por
ello los grandes revolucionarios como Augusto César Sandino, han sido minimizados en la
educación formal; pero a pesar de todo, sabemos que entre los años 1926 y 1933, mantuvo una guerra contra las
tropas de los Estados Unidos de Norteamérica que ocupaban Nicaragua desde el año 1912 para la defensa del Statu quo en la lógica de acumulación
capitalista, es decir, con una ideología dominante de exclusión, sometimiento y
exterminio; necesaria para la
explotación de la mano de obra barata, así como de los recursos nicaraguenses
por las compañías estadounidenses, con el único fin “ilegal e ilegítimo”
de la defensa de sus intereses que
avalan sus leyes y su parlamento.
Sandino
logra derrotar al gobierno de Anastasio Somoza Debayle y entra triunfante en Managua; por este movimiento
revolucionario, a la insurrección popular y al periodo de gobierno posterior se
le conoce como Revolución Sandinista que fue un proyecto trascendente en la que la libertad
individual se fusiona con la libertad social.
Teniendo
consciencia que en las siguientes décadas, tras una serie de profundas
reformas sociales y económicas, se agita una fuerte agresión y violencia contra
el pueblo, que suscita la decadencia social, la cual se consolida con la intervención directa
y el apoyo de grupos armados a los que se les denominó "contrarevolucionarios en el periodo de 1979"; de modo que en las elecciones
presidenciales de febrero de 1990
el FSLN pierde el poder que pasa
en la correlación de fuerzas a la cualificación liderada por Violeta Chamorro
llamada Unión Nacional Opositora, UNO.
La
razón histórica de estos procesos de avance y de retroceso, valora el hecho educativo de aprendizaje significativo, ofreciendo
mayores oportunidades al libre desarrollo de las necesidades y facultades
humanas con transcendencia o no, al ser consciente dentro de la propia izquierda revolucionaria y entre la sociedad
civil, lo que tiene que ver con la madurez psíquica, evolutiva, revolucionaria
y de educación política[1], en donde la historia aparece como la sustancia
del hombre y la libertad como su esencia.
Tómese
en cuenta, para desmitificar los idealismos románticos, que
los miembros de las organizaciones de izquierda, también han sido educados
políticamente por la ideología dominante
desde la lógica de su perversa propiedad privada sobre los medios
productivos -que son producto del trabajo-, a costa del despojo esos
instrumentos de trabajo a la clase trabajadora proletarizada[2], no teniendo nada más que vender
que su fuerza de trabajo, a cambio de un mísero salario.
Así el régimen de explotación capitalista, desde su
egoísmo, competitividad e individualismo mezquino, hace que se aprehenda de forma
reproductora la ideología dominante, por medio de la familia, la iglesia,
la escuela y los medios masivos de comunicación principalmente, imponiendo
su lógica de explotación capitalista en
las relaciones de poder político.
Lo
que se reproduce en matices de las disputas internas y en el posicionamiento
político ideológico de los grupos de izquierda, muchas veces por falta de
experiencia, de conocimiento o de intuición revolucionaria, es decir según el grado
de consciencia social[3] asumida, como sucedió dentro del
FSLN; dado que en la historia de las mentalidades, expresa Bloch ‘los hombres en el tiempo unen
el estudio de los muertos con el de los vivos a través de la historia’.
Así surgieron en Nicaragua nuevos partidos
políticos que basan su ideario en las enseñanzas de Sandino, como el Movimiento Renovador Sandinista, MRS, y el Movimiento por el
Rescate del Sandinismo,
MPRS, que se denominan sandinistas por sostener los mismos ideales originales,
que simbolizan gloria y reputación, reconociendo a la formalidad institucional
que legitima y robustece los estados nacionales, sabiendo que en esas historias
regionales, locales o parroquiales, que refiere a la historia del terreno más
humano y cotidiano estas historias, van quedando al margen por supuesto, por ser historia oral no documentada.
De modo que en los contenidos del movimiento
revolucionario, para no cometer los mismos errores históricos, es importante
tener memoria del proceso, considerando que: la disciplina es la única
capacidad de actuar ordenadamente para conseguir un fin socializador, que
requiere madurez y una verdadera humildad revolucionaria, en esa mezcla
de la cultura mesoamericana y la española que nos tiñe e identifica con el rojo sangre.
Por eso, son variados y constantes en la
lucha de clases los ejemplos educativos al respecto, tomando en cuenta que se
debe tener consciencia histórica del
objetivo que se quiere lograr, para luchar de forma organizada abierta o
clandestina, con inteligencia, eficacia y disciplina en la integración de
la comunidad con valores humanos de comunidad, con sus rítmicas y
cadencias de diferenciación posibles,
creando las condiciones político-económicas y de formación humana socio-cultural
necesarias en la Historia regional, nacional o mundial que se conjugan, como
una sola revolución en la defensa de los derechos humanos.
Porque la búsqueda de la verdad es inacabada en cada época histórica, desde la información oportuna, por eso es indispensable tener madurez para la acción, como fue en 1979 en Nicaragua, aprehendiendo el pueblo organizado, a través del entusiasmo y la creatividad en esa patria de poetas, en donde sólo la disciplina podrá lograr la continuación de una larga experiencia de lucha a lo largo de la historia revolucionaria, para resignificar y reeducar la sensibilidad política.
Porque la búsqueda de la verdad es inacabada en cada época histórica, desde la información oportuna, por eso es indispensable tener madurez para la acción, como fue en 1979 en Nicaragua, aprehendiendo el pueblo organizado, a través del entusiasmo y la creatividad en esa patria de poetas, en donde sólo la disciplina podrá lograr la continuación de una larga experiencia de lucha a lo largo de la historia revolucionaria, para resignificar y reeducar la sensibilidad política.
Por tal sentido la disciplina es una
necesidad de primer orden en los eventos políticos e históricos. Así nos lo
han mostrado en el ejemplo educativo, en esa defensa de nuestros derechos
políticos o derechos humanos, la misma Revolución de Sandino, la Revolución
Sandinista y la Lucha Libertaria Revolucionaria, para poder
construir el camino Socialista internacional, y por supuesto que, venceremos;
ya que las voces del movimiento organizado empiezan a identificarse desde esa educación
política emancipadora que en los hechos, del estudio histórico, de las teorías
y de los métodos, nos dicen:
“Requerimos humanamente de una educación más allá del capital”, por tanto
“el desarrollo continúo de la conciencia socialista” es posible en el movimiento práctico, en una “sociedad de transición creativa,
lúdica e imaginativa de las próximas generaciones”.
Sabiendo denunciar cómo y por qué, la
división internacional del trabajo consiste en que unos países se especializan
en ganar y otros en perder, como lo muestra Eduardo Galeano en Las
Venas Abiertas de América Latina, desde la importancia del tiempo y del espacio
significativos para su difusión, no como un hecho dado ni acabado en la
contradicción irresoluble históricamente hasta hoy entre el capital y el
trabajo[4].
Por eso nuestra comarca del mundo, que hoy
llamamos América Latina, fue precoz en ese proceso de aprehendizaje: “se
especializó en perder desde los remotos tiempos en que los europeos del
Renacimiento se abalanzaron a través del mar y le hundieron los dientes en la
garganta. Pasaron los siglos y América Latina perfeccionó sus funciones.
Este ya no es el reino de las maravillas donde la realidad derrota a la fábula
y la imaginación era humillada por los trofeos de la conquista, los yacimientos
de oro y las montañas de plata. Pero la región sigue trabajando de sirvienta.
Continúa existiendo al servicio de las necesidades ajenas, como fuente de reservas del petróleo y el hierro,
el cobre y la carne, las frutas y el café, las materias primas y los
alimentos con destino a los países ricos que ganan consumiéndolos, mucho más de
lo que América Latina gana produciéndolos. Son mucho más altos los
impuestos que cobran los compradores que los precios que reciben los vendedores;
y al fin y al cabo, como declaró en julio de 1968 Covey T. Oliver, coordinador
de la Alianza para el progreso, “hablar de precios justos en la actualidad
es un concepto medieval. Estamos en plena época de la libre comercialización...”
Así hoy día en el 2011 nos acecha el
Proyecto Mesoamericano de explotación Maquiladora y su Iniciativa Mérida,
de intervención militar yanqui, para saquear los recursos humanos y naturales
desde la Ciudad de Puebla en México,
hasta Panamá con trabajo tercerizado
y maquilador, que se ha ido perfilando desde el Tratado de Libre Comercio
(TLC) desde 1993.
Sin embargo sabemos que la sangre nueva
empieza a hablar del sentido de la libertad del mundo latinoamericano, de
esta clase trabajadora que está sometida y subsumida a la lógica de
privatización monopolista, la cual
impone el abuso de poder político del imperialismo capitalista.
Por eso asumimos ser una sola revolución,
desde la sensibilidad política del sujeto educativo, entendiendo la
integración de los procesos sociales, en donde cada sociedad es única de acuerdo a
su contexto y su temporalidad; porque de lo que se trata es de aprehender
múltiples lenguajes posibles emancipatorios, desde una cultura[5]
nosótrica como propone
Lenkersdof, siendo nos… en otros….
NOTAS:
[1] La Política,
es el arte del ejercicio del poder, cuando
ésta sirve a los procesos de emancipación social es una virtud, cuando no, significa un abuso del poder
hegemónico.
[2] El proletariado es
la clase social que consigue sus medios de subsistencia exclusivamente de la
venta de su trabajo, y no del rédito de algún capital; es la clase, cuyas dicha
y pena, vida y muerte y toda la existencia dependen de la demanda de
trabajo, es decir, de los períodos de crisis y de prosperidad de los negocios,
de las fluctuaciones de una competencia desenfrenada. Dicho en pocas palabras, el
proletariado, o la clase de los proletarios, es la clase trabajadora del siglo
XXI.
[3] Para conceptuar a las clases sociales, Vladimir Ilich Lenin,
expresa desde la concepción filosófico-política del socialismo
científico que:
“Las clases son grandes grupos de hombres que se diferencian
unas de otras:
1) Por el lugar que ocupan en un sistema de producción social históricamente determinado.
2) Por las relaciones en que se encuentran con respecto a los medios de producción (relaciones que, en gran parte, son establecidas y fijadas por leyes) <…> entre propietarios y desposeídos de dichos medios, históricamente.
…3) En el autorreconocimiento de la identidad de clase a través del movimiento, la organización y la lucha social en la formación del sujeto histórico; es decir de acuerdo al grado de consciencia histórico-social asumida en el proceso educativo de la lucha de clases... <…que los unifica como proletariado…>
<…> 4) Por su papel en la organización social del trabajo y, consiguientemente.
5) Por el modo y la proporción en que obtienen la parte de riqueza social de que disponen.
1) Por el lugar que ocupan en un sistema de producción social históricamente determinado.
2) Por las relaciones en que se encuentran con respecto a los medios de producción (relaciones que, en gran parte, son establecidas y fijadas por leyes) <…> entre propietarios y desposeídos de dichos medios, históricamente.
…3) En el autorreconocimiento de la identidad de clase a través del movimiento, la organización y la lucha social en la formación del sujeto histórico; es decir de acuerdo al grado de consciencia histórico-social asumida en el proceso educativo de la lucha de clases... <…que los unifica como proletariado…>
<…> 4) Por su papel en la organización social del trabajo y, consiguientemente.
5) Por el modo y la proporción en que obtienen la parte de riqueza social de que disponen.
Las clases son grupos humanos, uno de los cuales puede
apropiarse del trabajo del otro en virtud de los diferentes lugares que uno y
otro ocupen en una estructura determinada de la economía social”. Vid. Lenin, V.I. Una gran
iniciativa, en Marx, Engels, Marxismo. Ed. Progreso, Moscú. P. 479. De
ahí pueden comprenderse las virtudes humanas, centradas en valores universales
y particulares: justicia, prudencia, fortaleza y templanza, creando las
condiciones objetivas y subjetivas para que ocurra la COMUNICACIÓN HUMANA tan deseada
y tan temida, y así saber en qué momento es necesario
callar y en cuál otro hablar y defender
sus derechos humanos, o lo que es lo mismo las relaciones de poder político, ubicando
este entramado de posible comunicación, como una construcción social. Porque
el aprendizaje del poder político sucede tanto para la emancipación,
como para el ejercicio de abuso de poder político en el sometimiento.
Estas relaciones de poder, son las que encubre
la ideología dominante, al negar la educación política de los pueblos,
porque necesariamente tomarían consciencia del proceso de explotación del
hombre por el hombre. Porque el poder político es el espacio
de formación temporal más abarcativo históricamente en las formas
de comunicación humana-inhumana en contenido y significación.
Se plantea en este escrito, la tesis de que el poder político, por ser más abarcativo puede explicar a otras expresiones de poderes
como pueden ser: el poder religioso, el poder militar, el poder cultural, el
poder social o el poder deportivo, o de género, entre otros más; pero
estas formas de poder no pueden explicar por sí mismas, al poder político o
de defensa de los derechos humanos.
Siendo evidente cómo la FUERZA DE LOS AMOS, se impone por decreto “naturalizado”
en el injusto mundo capitalista, como lo deja ver Paulo Freire en dicho
proceso educativo, que necesariamente es pedagógico, político y filosófico a
la vez.
[4] Ante la contradicción
irresoluble entre el capital y el trabajo, y en consecuencia la postura
político-pedagógica asumida en la praxis consecuente, Antonio Gramsci aclara
que “el pensamiento marxista
coloca siempre como máximo factor de la historia no a los hombres…en sí…,
sino de hombres que se asocian entre sí, se entienden entre sí, desarrollan a
través de estos contactos una voluntad social, colectiva, y comprenden los
hechos económicos, los juzgan y los adecuan a su voluntad <...> hasta que
ésta se convierte en plasmadora de la realidad objetiva”. Vid. La
rivoluzione contro il ‘Capitale’, en ‘Rinascita’, No. 4, 1957, P. 147. Apud.
Prólogo de los Cuadernos de la Cárcel: El materialismo Histórico y la
Filosofía de B. Croce No. 3, Editorial Juan Pablos, México 1975.
[5] “La
cultura es la organización social del sentido, interiorizado por
los sujetos (individuales o colectivos) y objetivado en formas, todo
ello en contextos históricamente específicos y socialmente estructurados”. Vid.
John B. Thompson. Ideología y cultura moderna. Teoría crítica social en
la era de la comunicación de masas. Ed. UAM-X, México 2002. P. XXIII. En la
pedagogía de Antonio Gramsci, se distingue a la cultura en tres figuras
históricas para la conceptuación de la Cultura de cualquier pueblo: 1.
La producción del trabajo. 2. La valoración ético-moral de este trabajo,
y 3. Las tradiciones y costumbres a respetar.
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