Saturday, June 23, 2012



Segundo documento sobre la Revolución Sandinista.

Es evidente desde el sentido común, que se está aprehendiendo a resignificar-nos y a reeducar-nos, así se percibe la sensibilidad política del sujeto educativo, entre el amo y el esclavo moderno, con un tercer testigo ocular que los liga a las nuevas generaciones, es decir, al poder sentir la necesidad del otro que soy yo mismo, pero lo importante, es que ahora es un saber cada vez más consciente, libre, voluntario y comprometido -aunque la ideología dominante manipule en la información lo contrario-.
Por ello los grandes revolucionarios como Augusto César Sandino, han sido minimizados en la educación formal; pero a pesar de todo, sabemos que entre los años 1926 y 1933, mantuvo una guerra contra las tropas de los Estados Unidos de Norteamérica que ocupaban  Nicaragua desde el año 1912 para la defensa del Statu quo en la lógica de acumulación capitalista, es decir, con una ideología dominante de exclusión, sometimiento y exterminio;  necesaria para la explotación de la mano de obra barata, así como de los recursos nicaraguenses por las compañías estadounidenses, con el único fin “ilegal e ilegítimo” de  la defensa de sus intereses que avalan sus leyes y su parlamento.
Sandino logra derrotar al gobierno de Anastasio Somoza Debayle y entra triunfante en Managua; por este movimiento revolucionario, a la insurrección popular y al periodo de gobierno posterior se le conoce  como Revolución Sandinista que fue un proyecto trascendente en la que la libertad individual se fusiona con la libertad social.
Teniendo consciencia que en las siguientes décadas, tras una serie de profundas reformas sociales y económicas, se agita una fuerte agresión y violencia contra el pueblo, que suscita la decadencia social,  la cual se consolida con la intervención directa y el apoyo de grupos armados a los que se les denominó "contrarevolucionarios en el periodo de 1979"; de modo que en las elecciones presidenciales de febrero de 1990 el  FSLN pierde el poder que pasa en la correlación de fuerzas a la cualificación liderada por Violeta Chamorro llamada Unión Nacional Opositora, UNO.
La razón histórica de estos procesos de avance y de retroceso,  valora el hecho educativo de  aprendizaje significativo, ofreciendo mayores oportunidades al libre desarrollo de las necesidades y facultades humanas con transcendencia o no, al ser consciente dentro de la propia  izquierda revolucionaria y entre la sociedad civil, lo que tiene que ver con la madurez psíquica, evolutiva, revolucionaria y de educación política[1], en donde la historia aparece como la sustancia del hombre y la libertad como su esencia.
Tómese en cuenta, para desmitificar los idealismos románticos, que los miembros de las organizaciones de izquierda, también han sido educados políticamente  por la ideología dominante desde la lógica de su perversa propiedad privada sobre los medios productivos -que son producto del trabajo-, a costa del despojo esos instrumentos de trabajo a la clase trabajadora proletarizada[2], no teniendo nada más que vender que su fuerza de trabajo, a cambio de un mísero salario.
 Así el régimen de explotación capitalista, desde su egoísmo, competitividad e individualismo mezquino,  hace que se aprehenda de forma reproductora la ideología dominante, por medio de la familia, la iglesia, la escuela y los medios masivos de comunicación principalmente, imponiendo su  lógica de explotación capitalista en las relaciones de poder político.
Lo que se reproduce  en matices de las  disputas internas y en el posicionamiento político ideológico de los grupos de izquierda, muchas veces por falta de experiencia, de conocimiento o de intuición revolucionaria, es decir según el grado de consciencia social[3] asumida, como sucedió dentro del FSLN; dado que en la historia de las mentalidades,  expresa Bloch ‘los hombres en el tiempo unen el estudio de los muertos con el de los vivos a través de la historia’.
Así   surgieron en Nicaragua nuevos partidos políticos que basan su ideario en las enseñanzas de Sandino, como el Movimiento Renovador Sandinista, MRS, y el Movimiento por el Rescate del Sandinismo, MPRS, que se denominan sandinistas por sostener los mismos ideales originales, que simbolizan gloria y reputación, reconociendo a la formalidad institucional que legitima y robustece los estados nacionales, sabiendo que en esas historias regionales, locales o parroquiales, que refiere a la historia del terreno más humano y cotidiano estas historias, van quedando al margen por supuesto,  por ser historia oral no documentada.
De modo que en los contenidos del movimiento revolucionario, para no cometer los mismos errores históricos, es importante tener memoria del proceso, considerando que: la disciplina es la única capacidad de actuar ordenadamente para conseguir un fin socializador, que requiere madurez y una verdadera humildad revolucionaria, en esa mezcla de la cultura mesoamericana y la española que nos tiñe e identifica  con el rojo sangre.
Por eso, son variados y constantes en la lucha de clases los ejemplos educativos al respecto, tomando en cuenta que se debe  tener consciencia histórica del objetivo que se quiere lograr, para luchar de forma organizada abierta o clandestina, con inteligencia, eficacia y disciplina en la integración de la comunidad con valores humanos de comunidad, con sus rítmicas y cadencias de diferenciación posibles,  creando las condiciones político-económicas y de formación humana socio-cultural necesarias en la Historia regional, nacional o mundial que se conjugan, como una sola revolución en la defensa de los derechos humanos.

Porque  la búsqueda de la verdad  es inacabada en cada época histórica, desde la información oportuna, por eso es indispensable  tener madurez para la acción, como fue en 1979 en Nicaragua, aprehendiendo el pueblo organizado, a través del entusiasmo y la creatividad en esa patria de poetas, en donde sólo la disciplina podrá  lograr la continuación de una larga experiencia de lucha a lo largo de la historia revolucionaria, para resignificar y reeducar la sensibilidad política.
Por tal sentido la disciplina es una necesidad de primer orden en los eventos políticos e históricos. Así nos lo han mostrado en el ejemplo educativo, en esa defensa de nuestros derechos políticos o derechos humanos, la misma Revolución de Sandino, la Revolución Sandinista y la Lucha Libertaria Revolucionaria, para poder construir el camino Socialista internacional, y por supuesto que, venceremos; ya que las voces del movimiento organizado  empiezan a identificarse desde esa educación política emancipadora que en los hechos, del estudio histórico, de las teorías y de los métodos, nos dicen:
“Requerimos humanamente de una  educación más allá del capital”, por tanto “el desarrollo continúo de la conciencia socialista”  es posible en el movimiento práctico,  en una “sociedad de transición creativa, lúdica e imaginativa de las próximas generaciones”.
Sabiendo denunciar cómo y por qué, la división internacional del trabajo consiste en que unos países se especializan en ganar y otros en perder, como lo muestra Eduardo Galeano en Las Venas Abiertas de América Latina, desde la importancia del tiempo y del espacio significativos para su difusión, no como un hecho dado ni acabado en la contradicción irresoluble históricamente hasta hoy entre el capital y el trabajo[4].

Por eso nuestra comarca del mundo, que hoy llamamos América Latina, fue precoz en ese proceso de aprehendizaje: “se especializó en perder desde los remotos tiempos en que los europeos del Renacimiento se abalanzaron a través del mar y le hundieron los dientes en la garganta. Pasaron los siglos y América Latina perfeccionó sus funciones. Este ya no es el reino de las maravillas donde la realidad derrota a la fábula y la imaginación era humillada por los trofeos de la conquista, los yacimientos de oro y las montañas de plata. Pero la región sigue trabajando de sirvienta. Continúa existiendo al servicio de las necesidades ajenas, como  fuente de reservas del petróleo y el hierro, el cobre y la carne, las frutas y el café, las materias primas y los alimentos con destino a los países ricos que ganan consumiéndolos, mucho más de lo que América Latina gana produciéndolos. Son mucho más altos los impuestos que cobran los compradores que los precios que reciben los vendedores; y al fin y al cabo, como declaró en julio de 1968 Covey T. Oliver, coordinador de la Alianza para el progreso, “hablar de precios justos en la actualidad es un concepto medieval. Estamos en plena época de la libre comercialización...

Así hoy día en el 2011 nos acecha el Proyecto Mesoamericano de explotación Maquiladora y su Iniciativa Mérida, de intervención militar yanqui, para saquear los recursos humanos y naturales desde la Ciudad de Puebla en  México, hasta Panamá con  trabajo tercerizado y maquilador, que se ha ido perfilando desde el Tratado de Libre Comercio (TLC) desde 1993.

Sin embargo sabemos que la sangre nueva empieza a hablar del sentido de la libertad del mundo latinoamericano, de esta clase trabajadora que está sometida y subsumida a la lógica de privatización monopolista,  la cual impone el abuso de poder político del imperialismo capitalista.

Por eso asumimos ser una sola revolución, desde la sensibilidad política del sujeto educativo, entendiendo la integración de los procesos sociales, en donde cada sociedad es única de acuerdo a su contexto y su temporalidad; porque de lo que se trata es de aprehender múltiples lenguajes posibles emancipatorios, desde una cultura[5] nosótrica  como propone Lenkersdof, siendo nos… en otros….



NOTAS:
[1] La Política, es el arte del ejercicio del poder, cuando ésta sirve a los procesos de emancipación social es una virtud,  cuando no, significa un abuso del poder hegemónico.
[2] El proletariado es la clase social que consigue sus medios de subsistencia exclusivamente de la venta de su trabajo, y no del rédito de algún capital; es la clase, cuyas dicha y pena, vida y muerte y toda la existencia dependen de la demanda de trabajo, es decir, de los períodos de crisis y de prosperidad de los negocios, de las fluctuaciones de una competencia desenfrenada. Dicho en pocas palabras, el proletariado, o la clase de los proletarios, es la clase trabajadora del siglo XXI.
[3] Para conceptuar a las clases socialesVladimir Ilich Lenin, expresa desde la concepción filosófico-política del socialismo científico que:
Las clases son grandes grupos de hombres que se diferencian unas de otras:
1)
Por el lugar que ocupan en un sistema de producción social históricamente determinado.
2) Por las relaciones en que se encuentran con respecto a los medios de producción (relaciones que, en gran parte, son establecidas y fijadas por leyes) <…> entre propietarios y desposeídos de dichos medios, históricamente.
 …3) En el autorreconocimiento de la identidad de clase a través del movimiento, la organización y la lucha social en la formación del sujeto histórico; es decir de acuerdo al grado de consciencia histórico-social asumida en el proceso educativo de la lucha de clases... <…que los unifica como proletariado…>
 <…> 4) Por su papel en la organización social del trabajo y, consiguientemente.
5) Por el modo y la proporción en que obtienen la parte de riqueza social de que disponen.   

Las clases son grupos humanos, uno de los cuales puede apropiarse del trabajo del otro en virtud de los diferentes lugares que uno y otro ocupen en una estructura determinada de la economía social”. Vid. Lenin, V.I. Una gran iniciativa, en Marx, Engels, Marxismo. Ed. Progreso, Moscú. P. 479. De ahí pueden comprenderse las virtudes humanas, centradas en valores universales y particulares: justicia, prudencia, fortaleza y templanza, creando las condiciones objetivas y subjetivas para que ocurra  la COMUNICACIÓN HUMANA tan deseada y tan temida, y así saber en qué momento es necesario callar y en cuál otro  hablar y defender sus derechos humanos, o lo que es lo mismo las relaciones de poder político, ubicando este entramado de posible comunicación, como una construcción social. Porque el aprendizaje del poder político sucede tanto para la emancipación, como para el ejercicio de abuso de poder político en el sometimiento. Estas relaciones de poder, son las que encubre  la ideología dominante, al negar la educación política de los pueblos, porque necesariamente tomarían consciencia del proceso de explotación del hombre por el hombre. Porque el poder político es el espacio de formación temporal más abarcativo históricamente en las formas de comunicación humana-inhumana en contenido y significación.
Se plantea en este escrito, la tesis de que el poder político, por ser más abarcativo puede explicar a   otras expresiones de poderes como pueden ser: el poder religioso, el poder militar, el poder cultural, el poder social o el poder deportivo, o de género, entre otros más; pero estas formas de poder no pueden explicar por sí mismas, al poder político o de  defensa de los derechos humanos. Siendo evidente cómo la FUERZA DE LOS AMOS, se impone por decreto “naturalizado” en el injusto mundo capitalista, como lo deja ver Paulo Freire en dicho proceso educativo, que necesariamente es pedagógico, político y filosófico a la vez
[4] Ante la contradicción irresoluble entre el capital y el trabajo, y en consecuencia la postura político-pedagógica asumida en la praxis consecuente, Antonio Gramsci aclara que “el  pensamiento marxista coloca siempre como máximo factor de la historia no a los hombres…en sí…, sino de hombres que se asocian entre sí, se entienden entre sí, desarrollan a través de estos contactos una voluntad social, colectiva, y comprenden los hechos económicos, los juzgan y los adecuan a su voluntad <...> hasta que ésta se convierte en plasmadora de la realidad objetiva”. Vid. La rivoluzione contro il ‘Capitale’, en ‘Rinascita’, No. 4, 1957, P. 147. Apud. Prólogo de los Cuadernos de la Cárcel: El materialismo Histórico y la Filosofía de B. Croce No. 3, Editorial Juan Pablos,  México 1975.
[5] “La cultura es la organización social del sentido, interiorizado por los sujetos (individuales o colectivos) y objetivado en formas, todo ello en contextos históricamente específicos y socialmente estructurados”. Vid. John B. Thompson. Ideología y cultura moderna. Teoría crítica social en la era de la comunicación de masas. Ed. UAM-X, México 2002. P. XXIII. En la pedagogía de Antonio Gramsci, se distingue a la cultura en tres figuras históricas para la conceptuación de la Cultura de cualquier pueblo: 1. La producción del trabajo. 2. La valoración ético-moral de este trabajo, y 3. Las tradiciones y costumbres a respetar.

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