Después del trabajo histórico sobre algunos elementos concretos de la lucha de clases que expuso previamente Arturo Almazán Cantoral, ahora daremos algunos elementos teórico-metodológicos para su interpretación significativa en el campo de la Pedagogía y de la Educación críticas.
Dado que entre los principales campos de explicación del sujeto histórico educativo, distinguimos a lo largo de las épocas: 1. el campo experiencial, 2. el campo de conocimiento, 3. el campo ontológico, 4. el campo teórico y 5. el campo epistémico; así vemos que a lo largo del proceso de humanización el eje de definición de las formas de pensamiento o de representación humana, lo significativo es la integridad del sujeto que puede ir tocando estos cambios, porque estos cambios significan la cultura de cada época entre los dominados y dominadores. Según lo plantea pedagógicamente Paulo Freire.
En tal sentido Antonio Gramsci, abre pedagógicamente todo un hito conceptual sobre los criterios en la cultura, para encontrar los hilos simbólicos de este proceso de humanización, proponiendo recuperar metodológicamente el sentido común del sujeto, para ser elevado éste al pensamiento activo de transformación radical en el pensamiento filosófico político de la acción contra hegemónica.
Ahí se propone que el sujeto educativo pueda asumir una posición político-filosófica contra el sistema de opresión, para lograr explicarse históricamente ese proceso; reflexionando en los 5 campos mencionados. Para ello Gramsci nos indica tres momentos de esta valoración en la cultura de acuerdo con la clase social de pertenencia así constituida, lo cual debe ser formado con valores conscientes en el sujeto, para detectar sus implicaciones y relaciones históricas en la cultura.
Gramsci propone los siguientes 3 momentos:
1. La producción y el trabajo humanizándose.
2. La valoración ético-moral del proceso de trabajo educativo o de humanización.
3. El respeto a la diferencia conforme a las tradiciones y costumbres de acuerdo con el desarrollo cognitivo del sujeto histórico.
Estas formas de explicación histórica, denotan e implican la liberación radical en tal proceso educativo o de trabajo, porque exige la necesidad de tener consciencia del sentido colectivo en el esfuerzo de ese trabajo ya realizado de forma individualcolectiva 1 en cada momento, teniendo claro que el sujeto que más conoce, es quien asume mayor responsabilidad en la acción práctica, de acuerdo con el esfuerzo realizado y reconocido con un sentido de gratitud, es decir de autorreconocimiento, en la afirmación integral o de dignidad del sujeto educativo, en cuanto a la valoración ético-moral ahí constituida en el sentido de objetivación socio-histórica, en la búsqueda de sentido.
“Porque la enseñanza de la filosofía consiste en reconocer y seguir muy de cerca lo que los niños están pensando, ayudándolos a expresar y objetivar esos pensamientos y ayudándolos después en el desarrollo de las herramientas que necesitan para reflexionar acerca de esos pensamientos”.
Así podemos valorar en el campo ontológico, la existencia misma del ser como un ente más del universo; en el campo experiencial la posibilidad del acercamiento sólo con el trabajo realizado; en el campo de conocimiento, todo aquello que ha sido apropiado y representado en algún espacio humano, como son las ideas religiosas, artísticas, empíricas o en sí teóricas; en el campo teórico se reconoce en el sujeto su formación y construcción de conocimiento sistematizado y ya reconocido en las comunidades epistémicos; y el campo epistémico mueve al sujeto su interés por descubrir nuevas interpretaciones de esa explicación histórico-social.
Por tanto el mundo de la comunalidad histórica del ser humano, desarrolla formas de liberación que están relacionadas con otros comportamientos sociales, como son las formas de propiedad, las formas del Estado, las formas de la crítica, las formas de la transformación, las formas del poder, las formas del poder político, las formas de sentir, las formas de escuchar, las formas de dialogar, las formas de comunicación entre otras más.
Por eso en El Manifiesto del Partido Comunista, Karl Marx y Federick Engels, expresan que “Los comunistas no tienen por qué guardar encubiertas sus ideas e intenciones. Abiertamente declaran que sus objetivos sólo pueden alcanzarse derrocando por la violencia todo el orden social existente”.
Reconociéndonos en tales campos de conocimiento o de humanización, sabemos que muchas cosas, no son un fin, sino un medio para hacer e incidir en la belleza humana, porque sólo la historia va marcando un camino posible en las condiciones de trabajo materiales y subjetivas del pensamiento reflexivo, en el sentido de cómo las condiciones neuronales en el cerebro se viven para sentirse satisfecho, dado que los excesos por sí mismos, no pueden ser sanos en los proceso de emancipación histórico-social, eso es lo que distingue las luchas de exterminio y las de liberación en la identidad del sujeto educativo, que es a través de las épocas un hecho afectivo.
Distinguiendo que existen dos formas de poder político en términos afectivos, en el sentido cultural que enseña Gramsci:
1. El abuso de poder político para dominar, y 2. El ejercicio de poder político para emanciparse de la perversa y absurda relación entre el amo y el esclavo.
Porque en la lógica de humanización educativa, no se trata de reproducir la corrupción y la violencia, sino de transgredirla con la superación del ejemplo educativo humanizándose según el despliegue cultural de las distintas generaciones; una pregunta filosófico-política inmediata al respecto es: ¿se tendrá que tener más tolerancia a la violencia?, o preguntar filosófica y políticamente ¿quiénes son realmente los violentos en el régimen capitalista en su despliegue monopolista privatizador?, o problematizar sobre ¿quiénes son la ley-“autoridad” vigente?
Justo ahí radica el sentido de la radicalidad liberadora, pudiendo ser conscientes en la formación del sujeto educativo, sobre los campos de conocimiento articuladamente en la historia previa de la lucha de clases expuesta, para dar respuesta a la historia constituida entre propietarios y desposeídos, pues es posible que desde las didácticas más lúdicas a través de la literatura, la poesía, el teatro, la música, etc. de la historia viva, la que se siente como necesidad del otro-yo, se irá entreverando la educación formal, la educación informal, y la educación no formal, para formar la integridad humana del sujeto, con un medio contra hegemónico de sensibilidad política, que denuncie la violencia que reproduce la lógica de explotación, la cual es inmoral y degradante en el sistema capitalista de explotación fundamentando esta explicación con un sentido pedagógico.
Dado que el conocimiento científico de reproducción sistemática instruida en la institución formal, se irá remplazando por la educación informal, a través del arte, como única oportunidad hecha expresión lúdica de informalidad creativa, libre y voluntaria de los proyectos independientes de humanización, así ambas formas, la educación formal y la informal, tendrán contenidos y significados de denuncia histórica en la educación no formal del sujeto desde el sentido común, apoyándose seguramente en sus respectivas instituciones, métodos y objetos de estudio.
Así se valora la tendencia de humanización del sujeto educativo, en donde se logre el empoderamiento de la gente de trabajo, para ir fundiendo la educación no formal popular de la calle, con las mismas instituciones formalizantes en la reproducción hegemónica de acumulación capitalista como fin último intencionado, ocupando sus estructuras y superestructuras de forma autónoma desde los sujetos más sensibles a la búsqueda de la utopía liberadora y colectiva, y construir una nueva formación de sobrevivencia humanizada-humanizándose, con actos de recuperación de ese tiempo y espacio nosótrico, como propone Lenkersdorf, en la filosofía de las comunidades tojolobanes.
Dado que el mundo globalizado de mercancías por la hegemonía monopolista y la mercancía fetichizada en la enajenación opresora y extinguidora de la vida, va ejerciendo una verdadera violencia radical soterrada ideológicamente –diría Michael Apple:Educar como Dios manda-, es decir con el sentido de la privatización y de la ganancia que se instruye en la educación formal hegemónica, en donde el sujeto educativo, está condenado al trabajo inconsciente-consciente de muerte, por su pérdida de sentido; ahí radica la clave de la propuesta educativa de Marx y Engels, resignificando la violencia humanizada, y contraponiéndose a la violencia de la oligarquía financiera internacional, a quien sólo le interesa la ganancia individualista e individualizada de su clase de pertenencia dominante y poseedora de todos los medios de producción por excelencia, como son:
Energéticos, educación, salud, espacios de recreación, vivienda, recursos naturales vitales como el agua, minerales, carreteras, infraestructura en maquinaria, fábricas, comercios monopolistas, vivienda, narcotráfico, régimen militar, medios de comunicación, salud, banca privada entre otros; todo este emporio financiero hecho propiedad privada en lugar de estar socializado para poder emancipar a la clase trabajadora de su sometimiento al abuso de poder político de los magnates del capital, por ser estos trabajadores quienes han producido la riqueza histórica de creatividad tecnológica, científica, artística, cibernética y humanista, pero no se tiene consciencia de ello como formas de liberación radical en el proceso educativo exprecional, lógico, ontológico, cognoscente, epistémico y teórico, de forma articulada a través de las diferentes épocas del proceso educativo de la humanidad.
Es necesario por tanto tener consciencia de que la forma implica la categoría del sujeto histórico, para ponerle nombre a la vida-muerte en su movimiento y contradicción por resolverse, por lo que sus juicios de valor dan contenido y significado histórico en la transformación del poder político pedagógico, para apropiarse así de la realidad humanizada con una violencia simbólica de la denuncia que anuncia un nuevo sentido, ¿cuál? el de una vida socializada en comunidad, es decir sin un régimen estatal opresor, de dominio y de control “legalizado” en la sociedad disciplinaria como expone Foucault a través de: las técnicas de castigo, enigma de la prisión, la investura política de los cuerpos, la normalización y el panóptismo .
Estas formas de control, se han padecido en las distintas épocas recorridas en el proceso de humanización o educativo, a través del ejemplo más virtuoso, o por el contrario, el más perverso, para enfrentar las relaciones de poder político emancipador y el poder político opresor.
En dicho contexto de la lucha de fuerzas de forma implícita, que bien podría ser explícita ahora, se combate la contradicción generadora de toda degradación extrema y de desigualdad social, a saber la contradicción entre el capital y el trabajo.
Porque con esa expresión hegemónica educativa entre lo enseñado y lo aprehendido, está a la vista de todos, la contradicción generadora de otras formas de violencia reproducidas a través del recorrido de las distintas épocas, como son las de género, de raza, de luchas interétnicas, por diferencias interculturales, entre otras muchas más que es amplio nombrar, porque están en movimiento y permanente transformación.
Se concluye que, la contradicción pedagógica fundamental es que el trabajo es social, pero la propiedad es privada, como lo ha expuesto en su trabajo histórico Almazán Cantoral; lo cual no solamente es un problema educativo, sino también un fenómeno de estudio para resolverse sobre el conflicto de la violencia en la lucha de clases; dada la injusta desigualdad social, que fomenta y reproduce la cultura hegemónica a través de la división internacional del trabajo entre países colonizadores y colonizados; por eso el grupo de los 8 países más ricos del mundo
-referido a sus gobiernos, no en sí al pueblo trabajador- son los amos y otros países pobres los sirvientes -como lo denuncia Eduardo Galeano:Las venas abiertas de América Latina-, dado que las formas, el contenido y la significación de la opresión, también cobran sentido en los procesos de emancipación como resistencia, autodefensa y teoría activa en la dicidencia contra-hegemónica al estado de cosas que propician la explotación del hombre por el hombre, por ser la violencia el reto a desaparecer para las futuras y presentes generaciones.
Profesora,
ReplyDeletepuse una referencia a este trabajo en:
http://desarrollodelamatemticaeducativa.blogspot.com/2011/05/aplicacion-de-la-teoria-educativa.html