Friday, August 28, 2009

DIALECTICA DE LA IDENTIDAD DEL PODER POLÍTICO EN LA LUCHA DE CLASES

“Tal y como los individuos manifiestan su vida, así son. Lo que son coincide, por consiguiente, con su producción, tanto con lo que producen como con el modo cómo producen. Lo que los individuos son depende, por tanto, de las condiciones materiales de su producción”.

Karl Marx


Conciencia en sí y de sí

La dialéctica es la expresión humana que transita paulatinamente de una conciencia en sí a otra de sí existencial, en el proceso de formación de valores humanos hasta alcanzar a constituirse en una consciencia más abarcativa históricamente para sí revolucionaria, por medio de la experiencia, el conocimiento y la intuición como clase proletaria -ubicada esta concepción a partir del materialismo histórico-dialéctico-; la dialéctica, está referida al arte revolucionario de dialogar, de argumentar y de discutir o polemizar para PODER defender políticamente los derechos humanos con base en un espíritu de lucha verdadero en los procesos de emancipación social del movimiento social, que en las expresiones culturales son fundamentales, en este acto político educativo; se expondrán en este espacio sus formas de razonamiento con principios construidos históricamente en la sensibilidad cultural de las grandes civilizaciones según sus razones, es decir a través de la historicidad social recorrida, que va siendo significativa en el contexto hegemónico de cada época o historicidad social en las relaciones clásicas de desigualdad de oportunidades sociales entre el AMO y el ESCLAVO.

En la preocupación de explicarlo se irá viendo el tipo de comportamientos en relación al PODER político y al abuso de éste; lo cual se puede valorar en las distintas dimensiones del conocimiento constitutivo del sujeto histórico; sabiendo que el conocimiento más abarcativo de todos, es el conocimiento teórico-científico crítico (entiéndase poder político-filosófico), porque la teoría puede explicar con precisión y detalle a los demás conocimientos, a saber: mágico-religioso, artístico y empírico o de sentido común -como lo precisa Covarrubias Villa-. Por tanto es necesario partir de la base de un trabajo interdisciplinario en la explicación sobre las relaciones de poder político y del abuso de éste como ha sido expuesto; haciendo explícito que sólo la CONSCIENCIA DEL TRABAJO COLECTIVO, que se gana históricamente, es PODER político revolucionario emancipador; se insiste, poder para denunciar la apropiación privada de la producción social, como el mayor abuso de poder político, durante toda la historia de la humanidad, legitimando a la propiedad privada de medios de producción, por la ley burguesa, que entraña en su cultura de clase, la dialéctica entre el amo y el esclavo de origen que reproduce en su hegemonía cotidiana en la identidad de clase.

En cambio los conocimientos en sí y de sí desarrollados a través de las épocas de existencias afectivas simples, no PUEDEN explicar científicamente al conocimiento teórico -como plantea epistemológicamente Covarrubias- en ese tener que ser alguien para el otro que agradezca la existencia de PERTENENCIA individualcolectiva (Cantón), en sus múltiples matices y posibilidades de encuentros y desencuentros, para PODER tener políticamente el reconocimiento del otro y de sí mismo en la constitución de la clase proletaria; lo cual significa que no soy yo en sí, de sí y para sí, porque sólo lo soy conscientemente como clase social proletaria íntegramente, así sí lo soy en un proceso amplio de madurez histórica de acompañamiento y de solidaridad en la construcción de un proyecto socialista comunitario.

El referente del tránsito de una CONCIENCIA EN SÍ a otra PARA SÍ, la desarrolla Karl Marx en toda su obra político-filosófica, la cual recupera de la dialéctica hegeliana; pero Marx, lo hace poniendo en el punto de análisis las condiciones materiales de vida de forma objetiva, ya no desde la subjetividad idealista hegemónica de la EXISTENCIA humana de las épocas aisladas una de otra; sino en las relaciones sociales de producción, como síntesis concreta de la realidad orgánica, como lo plantea la dialéctica en Hegel; pero a diferencia de la dialéctica hegeliana, Marx en su planteamiento epistemológico, es decir de construcción de conocimiento científico, alcanza a ver el tránsito de las dimensiones en la constitución de la conciencia del sujeto, a partir del proceso de producción, de distribución y de consumo, para dar cuenta de la injusta relación de apropiación privada de aquello que ha sido producido de manera colectiva, y que está en propiedad privada a través de las conquistas, el hurto y el exterminio, esa es la denuncia humanista y educativa de Marx; como se irá explicando a lo largo de este apartado con ejemplos concretos, que tienen que ver no sólo con las fuentes originales del marxismo, sino también con entrevistas de actores sociales desde su interpretación psíquica, moral, física e intelectual, en el contexto de la lucha de clases, que existen en documentos básicos del movimiento social en México, en los cuales se ha estado inmerso.

Dado que en el momento de la interpretación psicoanalítica, fundamentada en la hermenéutica, como ciencia de la COMPRENSIÓN (es decir en síntesis, memoria enfocada hacia el futuro); en ese espacio se ubica en el sujeto histórico, la capacidad del pensar-se entendiéndo-se (El Todo y el Yo de la existencia humana antropomórfica) desde los 3 años, cuando se da el término del desarrollo neurofisiológico y se estable el leguaje de la comunicación; humanizándose así el sujeto permanentemente en el propio proceso de trabajo productivo, desde el más simple hasta el más complejo movimiento de transformación de la materia; ahí se libera la sensibilidad racional, dejando los primeros objetos de amor y de odio, según la condena o la represión, de tendencias culturales expresadas por el lenguaje cultural simbólico hegemónico, encarnado en la cultura burguesa y que se reproduce en las formas sociales más simples e impredescibles; formas en esencia y en apariencia, que constituyen al sujeto educativo individualcolectivo (Cantón), definiendo su conciencia en sí y de sí, por medio de la funcionalidad enajenante reproductora, fundada en la competitividad y el egoísmo como valores hegemónicos de cada época de despliegue del hacerse humano como ha sido expuesto, y que hoy se denomina por la cultura burguesa, educación de competencias, desde su doble discurso hegemónico.

La categoría de conciencia de sí, es recuperada de la obra de Ágnes Heller, en la interpretación que hace de las fuentes marxistas, para contribuir a aclarar el sentido de la intersubjetividad humana, en el despliegue de un día cotidiano en la vida del sujeto histórico; desde ahí se reinterpreta y se comprende en esta investigación sobre la pedagogía del poder político y la lucha de clases, que de las 24 horas vividas al día, un sujeto ocupa supuestamente 8 hrs. para trabajar -mandatado en la política constitucional en México-, 8 hrs. para la recreación vital y 8 hrs. más, para dormir y descansar. Sin embargo las condiciones materiales de vida en el proceso histórico de explotación desde la injusta relación entre el amo y el esclavo son muy otras en esa estructura productiva de explotación, que crea imágenes antropomórficas desde ese híbrido político hegemónico; dadas las leyes del capital, que imponen la hegemonía de la clase dominante en su abuso de poder político, incidiendo en la conformación de la dialéctica de la identidad del sujeto en el contexto de la lucha de clases, así se inculcan símbolos de superioridad y de inferioridad entre la clase trabajadora, con los cuales la sensiblería burguesa manipula a la clase trabajadora a través de los medios masivos de comunicación que son su poder político mediático privatizado y monopolizado con el imperio internacional en el sometimiento material e ideológico (objetivo y subjetivo).

Lo que es interesante destacar, tiene que ver con resignificar cómo tendrían que vivirse estas 24 hrs. cotidianas para constituirse en un sujeto integral en ese proceso de aprehendizaje existencial, que necesariamente es vivido como algo común, por medio de ejemplos virtuosos o no, en ese despliegue de la historicidad social de espacios temporales diversos, que van constituyendo toda una época de lucha en la condición libre y voluntaria de cada sujeto educativo a lo largo de las épocas de cada día de vida:

1) La afectividad; 2) El trabajo crítico, lúdico y creativo; 3) La recreación; 4) El ocio; 5) El sueño; 6) El descanso y 7) La sexualidad. Porque todo este comportamiento, contribuye a la realización satisfactoria del sujeto histórico, en esos tránsitos de la consciencia en sí simple del sujeto en su sensación y percepción, al ir teniendo sentido y conciencia de sí en su propia existencia humana de entendimiento a través del lenguaje racional, desde los dos o tres años, dependiendo de la persona, y el sentido y despliegue del sujeto, que se va acuñando en una consciencia para sí en su constitución histórica de clase proletaria, al asumirse en la defensa política de sus derechos humanos con base en las leyes de comunalidad que le dan sentido de vida, como clase trabajadora, por tanto estos momentos de constitución consciente del sujeto se traslapan durante toda su vida en la defensa de tales derechos humanos, es decir del PODER político que asume colectivamente para defenderlos, como responsabilidad individualcolectiva (Cantón) en la lucha de clases.[1]

Es necesario por tanto, hacer el máximo esfuerzo cultural en ese PODER POLÍTICO para reconocerse como clase proletaria, para servir, en la defensa de tales derechos humanos fundamentales en determinada actividad de la división del trabajo productivo, en el contexto de la lucha de clases; tal actividad se va acuñando, formando, desarrollando y potenciando, como un PODER POLÍTICO REAL desde una consciencia simple ensimismada, a otra con referentes acerca de la historia existencial de sí mismos, explicada ésta en los actos concretos del PODER político en espacios diversos del mundo real, hasta ser una consciencia asumida PARA SI con la madurez que implica el compromiso de clase trabajadora.

La consciencia para sí, está asumida responsablemente en la lucha política de clases en contra del capital y de sus formas de gobierno, de acuerdo al compromiso revolucionario que se va constituyendo en el comportamiento y en la actitud del sujeto histórico, según el grado de conocimientos acumulados, determinado esto por las condiciones materiales de existencia desde los referentes básicos del ser humano: teórico-científicos, artísticos, religiosos y empíricos de cada época como producto de la clase trabajadora, o historicidad social del sujeto, reconocido éste en sus raíces culturales de origen.

Así se va constituyendo el PODER POLÍTICO del sujeto histórico-educativo, al ir transcurrido dicho espacio temporal de desenvolvimiento y de maduración de su PODER político individualcolectivo; expresándose este PODER como síntesis de la totalidad política concreta en esa correlación de fuerzas humanas específicas y determinadas históricamente en las condiciones de producción, tanto por la producción del TRABAJO HUMANIZADO en su producción individualcolectiva (Cantón) permanente, como en ese proceso de historicidad del ser humano en sí y de sí primitivos, al saberse en su propia existencia humana, y de ese modo se va RECONOCIENDO en su integridad física, intelectual y moral como un todo político con profundos cambios en su identidad de clase, y en consecuencia no pierde ningún momento de su historicidad social orgánica, porque el sujeto histórico-educativo, se muestra como TOTALIDAD DIALÉCTICA en el acto concreto -aún sin éste saberlo-; porque siempre está presente, la formación del sujeto histórico, con base en valores de integridad real desde su raíz cultural de origen; siendo este devenir parte del objeto de estudio de la Teoría Pedagógica en el contexto de las relaciones de poder y del abuso de poder político, que no son lo mismo desde la mixtura de culturas, entre la poseedora de medios de producción y la desposeída de estos medios; en esta investigación educativa, se propone resignificar la relación del ABUSO DE PODER, en la identidad del poder político de la cultura burguesa y del PODER POLÍTICO de emancipación de la cultura proletaria.

Abriendo el debate sobre la identidad del PODER POLÍTICO de clase, aquí se refiere al saberse definir a sí mismo mediado con el otro yo, que expresa el sentido de la vida-amor revolucionario-muerte, a través de la historicidad social del trabajo producido de manera compartida y defendido este PODER POLÍTICO en las luchas sociales, que son necesarias en su defensa frente al ABUSO DE PODER político en sí y de sí según la época desplegada, en este saber DIFERENCIAR las cosas que constituyen el universo más abstracto, y a la vez concreto políticamente en el ente material más simple y complejo, porque el PODER político entraña el derecho y la ley, en la defensa de tales derechos humanos universales y particulares, pero no como algo abstracto, dogmático y de doble discurso en la hegemonía de la cultura burguesa, sino con la ley y el derecho de la clase trabajadora.

Cuando se habla de la concreción política, el sujeto se topa con una dimensión infinita de posibilidades de ese PODER POLÍTICO, para conocerlo en su ser en sí, valorado desde una mirada humana, es decir una mirada histórico-dialéctica, crítica, acrítica o indiferente en sus posibles dimensiones de conocimiento, que va constituyéndose en el sujeto educativo, por medio del trabajo realizado por el sujeto en sí, sujetado a un proceso de sí, lo cual no tiene edades ni acumulación de conocimientos, sino procesos dialécticos que cambian la historicidad social, que se mueven y se transforman en permanente maduración autónoma, como estrategia humana de UNIFICACIÓN proletaria en su identidad de clase.

Porque dicha identidad de clase proletaria, emancipará a todas las generaciones de explotados en esta última etapa del imperialismo, más allá de la propia temporalidad del sujeto educativo, ya que éste se asume como sujeto revolucionario, para emancipar-se, desde el primer esclavo del que se tiene referencia, que existió en tiempos de Espartaco (año 60 a.c.) hasta el último proletario del mundo contemporáneo, en su identidad de poder político en la lucha de clases; pues la abolición de la propiedad privada de medios de producción, al ser éstos socializados de forma equitativa entre toda la clase trabajadora, es la lucha en consecuencia, para construir otro modo de producción internacional, el socialista, que termine con la crueldad y el sufrimiento en los procesos de explotación generada en la relación entre el amo y el esclavo históricamente, para construir para sí, otra dimensión de SENSIBILIDAD RACIONAL[2], acuñada a lo largo del tiempo.

Dicho proceso de pertenencia conlleva la percepción existencial de la identidad del poder político de clase en el sujeto, que se acerca y que se aleja constituyendo a toda su generación en su evolución mental antropomórfica, hasta poderla nombrarla como sujeto educativo, con un sentido definido de su necesidad más inmediata histórico-política a largo plazo, así va colocando su ser corporal en un sentido de necesidad dependiente y de sobrevivencia a la vez de sí, dada su estructura mental cosificada; que se coloca en tránsitos de la FORMACIÓN y de la EDUCACIÓN POLÍTICA intuitiva a otra militante consciente, la cual se va acuñando paulatinamente con formas matizadas y entreveradas, en el multiculturalismo proletario, a lo largo de la historicidad social, que puede abarcar siglos de existencia humana-inhumana en su propia superación, ello depende del grado de consciencia social alcanzado por la clase proletaria en los procesos de emancipación histórica.

La superación se puede lograr, hasta que el sujeto histórico es consciente de su IDENTIDAD DE CLASE PROLETARIA para sí, y en esa dimensión cultural que es histórica necesariamente, este sujeto concibe su capacidad humana de PODER POLÍTICO para actuar en comunidad, con base en una educación política que le posibilite tener consciencia de ello; ahí se van abarcando conocimientos en correspondencia con las condiciones materiales de vida creadas socialmente, por la existencia del trabajo productivo conjunto en esa historicidad social acontecida en la memoria del sujeto educativo; este trabajo va siendo realizado por el hacerse humano en el acto educativo con distintas dimensiones de acercamiento a la realidad místico-religiosa; de expresión artística; o de forma empírica en el sentido común cotidiano que se va desarrollando, de acuerdo a la cultura de pertenencia con un sentido dialéctico de la realidad, en la verdad del conocimiento popular, que sólo el conocimiento teórico, en este caso pedagógico, puede explicar conceptualmente para la transformación social del educando.

En relación con la dialéctica de la identidad del poder político en la lucha de clases, es importante destacar que en el tránsito de una conciencia en sí y de sí existenciales, se valora que actualmente en el aula-mundo se conceptúan aún las relaciones de poder, desde una conciencia simple que impone la hegemonía capitalista, denominándosele en todos los ámbitos de conocimiento de la sociedad mexicana al sistema parlamentario, o que participan en él, “LA CLASE POLÍTICA”; cual si la política fuera exclusiva de la clase dirigente o exclusiva de líderes políticos en la parafernalia de partidos al servicio del capital.

Como si “la clase política” fuera la definitoria de las decisiones gubernamentales y estatales hegemónicas, omitiendo identificar cómo toda la producción social, viene siendo mandatada por el imperialismo internacional burgués, encarnada tal hegemonía principalmente en la oligarquía financiera que ya no tiene nacionalidad ni fronteras; porque estas determinaciones históricas, están sintetizadas hoy en las funciones y en los roles que impone la lógica del capital, desde el origen del amo y el esclavo; y en esa confusión se niega la capacidad política en la defensa de los derechos humanos de la clase proletaria, para legislar y gobernar una nueva sociedad socialista, con el derecho político de obreros, campesinos y sectores populares.

Tales confusiones en las relaciones de poder político en sí, de sí y para sí, suceden porque no se matizan las condiciones sociales de producción concretas, en procesos de aprehendizaje; sin ser conscientes de que la dialecticidad material histórica, tiene dos espacios en movimiento y de lucha permanente: uno de afirmación y otro de negación del movimiento social, es decir, 1) en el PODER POLÍTICO DE EMANCIPACIÓN y otro distinto, 2) en el ABUSO DE PODER POLÍTICO y de degradación del ser humano, que es histórico en los procesos de colonización, exterminio, hurto y exclusión -y eso no se aclara cuando se habla de la ‘clase política’-; debido a este gran error conceptual en la identidad del poder político, se dificulta la comunicación significativa en los procesos educativos o de “humanización” -como lo plantea Freire-, es decir, en la diversidad de matices existentes, entre dos culturas distintas e IRRECONCILIABLES a saber, la proletaria y la burguesa en esa contradicción insuperable entre el capital y el trabajo, pero que en los momentos de falta de una postura de clase política definida, se vuelven un híbrido de obviedades; de modo que estas relaciones injustas y desquiciadas, se podrán superar hasta lograr que la irracionalidad de la propiedad privada de medios de producción (que sólo es trabajo acumulado) deje de existir, para superar y abolir todas las demás contradicciones secundarias, creándose una serie de dificultades conceptuales, que deben de quedar explícitas en la Pedagogía Crítica, y no como algo implícito.

Véase la incidencia de dicha dificultad conceptual de la lucha de clases en las condiciones materiales de producción actuales, en el sentido de su dialecticidad, en donde el sujeto con educación política sensible permanente -haya sido esta formación consciente o inconsciente, en ese claro obscuro de la propia época-, va razonando intelectualmente con un “espíritu en sí y de sí”, con tendencias revolucionarias intuitivas, desde su DIFERENCIA en las actitudes de clase, según su capacidad de UNIDAD proletaria en esa constitución de origen en la carencia; esta posibilidad de diferenciarse o de unirse, sucede a través de los valores inculcados por la familia o en la influencia de los medios masivos de comunicación, o en la propia sobrevivencia de la calle, que es muy cruel en los ejes hegemónicos de la cultura burguesa.

Dichas formas van imponiendo la desigualdad irresoluble generada por la contradicción entre la acumulación y centralización de capital en propiedad privada, que no es más que el esfuerzo acumulado (en pulmones, cerebro o músculos del trabajador) de toda la historia de la humanidad; sin embargo, lo producido socialmente, sólo se disfruta en el individualismo jerárquico y mezquino de la burguesía a costa de la explotación, la discriminación, la intolerancia y la exclusión del proletariado como clase trabajadora, la cual es generadora de toda la riqueza material, por lo que es a la vez, la transformación de la propia riqueza natural, pero falta que se dé cuenta el proletariado de su PODER POLÍTICO conscientemente, y asumirlo para sí en la dialéctica de la identidad de su clase de pertenencia.

Así va constituyéndose la conciencia de sí mismo del sujeto histórico en sus necesidades e intereses de sobrevivencia existencial en sí y de sí, y ahí se ubica la existencia también del otro que no soy yo, pero que a la vez me comprende, como un individualcolectivo (Cantón) en las relaciones de PODER POLÍTICO, que están ensimismadas aún, y que son inconscientes en el sujeto, hasta que éste se responsabiliza como un sujeto educativo independiente con cierta madurez de sí, es decir de entendimiento, para saber de su pensamiento y de sus acciones en una cierta pertenencia de clase: por eso existen periodos en el desarrollo del hacerse humano, en etapas del comportamiento del poder político-filosófico que van dando cuenta del tiempo real del sujeto particular y universal como una sola temporalidad de su época, dentro de la hegemonía del poder político y del abuso de poder político, en su dialéctica de identidad histórica en la lucha de clases.

Tratando de ser ilustrativos, se menciona el periodo humano de 3 a 6 años de la primera infancia (totalidad política concreta) en este proceso de historicidad social, del sujeto histórico, en donde es posible en todas sus dimensiones dentro de estas dos grandes culturas entre dominados y dominadores, que son manifiestas así en la expresión existencial del sujeto: la anticipación de consecuencias; el saber escuchar al otro; el poder hablar con un vocabulario básico; tomar turnos para hacerlo y cuestionarse los porqués de algo. Inician los enunciados que empiezan con la palabra “todos”; los enunciados que empiezan con la palabra “cada”; el respeto hacia los otros; la construcción sobre las ideas propias y la de los demás; la auto-corrección; la consideración sobre otros puntos de vista; el distinguir las contradicciones o las oraciones de “si…entonces”, es decir se va poniendo el ego del sujeto en perspectiva, en relación con su producción material, no como algo mecánico sino dialéctico en la historicidad del hacerse humano, en ese despliegue de las distintas épocas recorridas de acuerdo a su forma y sentido de producción, a saber: comunalidad primitiva, esclavitud, feudalismo, capitalismo y socialismo existente, este último en la mitad del globo terráqueo al menos, ha sido vivido como experiencia de tránsito entre el capitalismo y el socialismo, que puede dar pie al proceso de la sociedad comunista humanizada, que aún se encuentra entre una conciencia en sí y de sí, en la dimensión universal y particular en la época del Siglo XXI, esto se sugiere valorando el contexto de la lucha de clases en la dialéctica de la identidad del poder político y del abuso de poder político.

[1] La tesis que se sostiene en relación con la constitución de la conciencia del sujeto histórico, en su dialéctica de identidad del poder político en la lucha de clases, parte de la argumentación de la categoría de identidad de Federico Schelling (1775-1854), sólo en lo que toca su constructivismo romántico para resignificarlo a partir de la concepción metodológica del materialismo histórico dialéctico en Marx; Schelling articula varias esferas del conocimiento: por un lado el romanticismo y el arte; el espíritu y la natura; para poder pensar a la ciencia, la naturaleza y la inteligencia del ser humano políticamente, de manera inescindible entre lo estético, lo volitivo y lo racional, de esta relación se desprende el entusiasmo vivo, no mecánico del trabajo humanizándose, sino como una aspiración infinita del Yo en el idealismo trascendental; que denota el autodespliegue de la conciencia, con la dialéctica de la filosofía natural, la cual significa el curso práctico de la historia. Al poderse UNIFICAR el sujeto y al objeto en sí, que transita al de sí, expresándose en su madurez en una consciencia individualcolectiva (Cantón) autónoma para sí, como PRINCIPIOS VERDADEROS; en este sentido se va resignificando al SUJETO HISTÓRICO en Marx con su mundo, como clase proletaria; es decir, en un sentido práctico y artístico como posibilidad cultural objetiva y subjetiva, que rompa el proceso de enajenación capitalista. Se plantea la abolición de la propiedad privada, a partir de la teoría, entendida como construcción de la realidad social, del pensamiento y de su espiritualidad humana en los actos concretos; así la aportación de Schelling, radica en que la identidad del sujeto, que para esta investigación de concepción materialista, no es más que la IDENTIDAD DE CLASE, proletaria y burguesa; aparece como un monismo único entre Natura/Espíritu, entre el mundo Real/Ideal como algo positivo, a saber ahora, como CULTURA PROLETARIA; que se capta de manera más expresiva y sintética en la necesidad inconsciente del artista, y queda descubierto así el Yo Absoluto, libre de Necesidad, de Contingencia, de Consciencia y de Personalidad (en esencia como una racionalidad instrumental en potencia; pero aún dominada por la lógica del capital, que es delimitada en su exterioridad-interioridad original, auténtica y diferenciada del sujeto histórico. Esta reinterpretación necesaria, de acuerdo a la dialecticidad del poder en la lucha de clases, se resignifica desde la fuente original, Vid. Shch: Leben, Werke und Lebre. Fte. L. Odysee de la consciencie dans la derniere philosophie de Shelling: 1933. Es importante conocer con base en este planteamiento teórico, las condiciones propias de la enajenación del trabajo sometido a la concentración y centralización del capital que impone la Propiedad Privada de medios de producción de forma objetiva; así como la ideología dominante de la cultura burguesa en la lucha de clases, por medio de un entramado subjetivo de dominación, en cuanto a la sensiblería burguesa desplegada, y transmitida a través del aparato del sistema Capitalista de Estado, en su insatisfacción irracional y voluntarista; la cual denota la necesidad de la educación política de masas, desde esta exposición del ámbito de la Pedagogía Crítica, como propuesta metodológica o de razonamiento para el siglo XXI.

[2] La categoría de SENSIBILIDAD RACIONAL expresa, el sentido cultural humano del reconocimiento razonado, abstracto y concreto, viviéndolo como acto revolucionario sensible en su totalidad inescindible; desde ahí se puede en la educación de masas, enfrentar el poder político colonizador e imperialista actual, que históricamente somete por medio de su hegemonía, a la dimensión sensible del sujeto en sí; constituyéndose así un sujeto en falta, negado, borrado, NO RECONOCIDO, sino sólo utilizado instrumentalmente por el régimen de explotación sea la época o historicidad social que sea en sí, de sí o para sí; y en esta condición instrumental enajenante, el sujeto histórico, nada más tiene certeza y percepción de su existencia individual o cualidad existencial; esta existencia puede ser cuantificable, al satisfacer la necesidad del otro YO ensimismado, en su propia complejidad humana solidaria pero aislada en la lucha de clases; así se va enfrentando permanentemente el sujeto a un ‘nosotros social’ de producciones colectivas y de actitudes emancipadoras, que no alcanza a valorar en su totalidad en términos de impronta toda deshilvanada, sino que la ve como fragmentos aislados de la realidad en su vida, por falta de conocimiento profundo de la historicidad social e información de la política-económica y sociocultural de ‘su entorpecimiento’, como un todo inescindible, pero que no alcanza a comprenderlo así, a pesar de que fluye en la sociedad de pertenencia en las relaciones de producción en sí y de sí, pero no ha sido educado políticamente para así asumirlo como clase trabajadora organizada políticamente.

Porque al reconocerse la clase trabajadora, en la educación de masas como una totalidad histórica, esta condición hace que le exijan a la clase ociosa dominante, un desgarramiento público e íntimamente virtuoso de gente progresista, justo en el acto de la toma del poder por la clase trabajadora; en ese equilibrio-desequilibrio del ser humano, en la correlación de poderes no sólo nacionales, sino también mundiales del imperialismo. Para ello, tiene que existir un poder de EQUIDAD, de DERECHO, de RESPETO y de JUSTICIA, que denuncie sistemáticamente en expresiones didácticas multifacéticas, la fórmula del capital en la educación de masas: La fórmula de la circulación de mercancías era M (mercancía) - D (dinero) - M (mercancía), es decir, venta de una mercancía para comprar otra, esta relación sucede en la economía simple. En cambio en la lógica de acumulación capitalista en el imperialismo internacional, la fórmula general del capital es ahora por el contrario, D-M-D, es decir, compra para la venta (con ganancia); de ahí se desprenden relaciones de muerte, de vida en sobrevivencia y de degradación inhumana.

En donde el sujeto histórico, sobrevive sólo a través del reconocimiento o lo que es lo mismo, agradecimiento individualcolectivo (Cantón) de su propia transformación radical, en ese amor a la vida revolucionaria, que se gana con el movimiento social organizado políticamente, al enfrentarse al orden hegemónico impuesto, en una apuesta crítica de comunicación y de lenguaje político-pedagógico en sí, de sí y para sí. Para ello es necesaria la EDUCACIÓN POLÍTICA de masas, con base en el materialismo histórico dialéctico, como método de explicación.

Pues en la sensibilidad racional del sujeto educado políticamente, se trata de incidir en la constitución de una consciencia para sí proletaria; la cual sintetiza al interés particular de su cultura como clase trabajadora, a través de una sensibilidad radical y una racionalidad crítica, del ser militante, que niega en un todo unificado en el tenor de la lucha de clases, a la sensiblería de reproducción burguesa y al racionalismo mecanicista instrumental del capitalismo, vividos a través de un proceso de identidad cultural entre el amo y el esclavo, en la toma de consciencia de su condición de clase históricamente determinada.

En este sentido, se aclara que el miedo se aloja en la conciencia más primitiva y afecta la memoria y la pérdida del lenguaje del sujeto, como está sucediendo en el extremo de la lucha de clases entre la burguesía y el proletariado; en sobrevivencia ambas clases en esa existencia degradada y decadente, que abarca desde un comportamiento lumpenproletarizado-deshumanizado en plena destrucción (por ejemplo como los Maras Salvatruchas en Centroamérica o como el empresario telefonista de Carlos Slim en México); de modo que ese comportamiento de negación, impide la superación de desigualdad social, de conflictos de toda índole, de menoscabo y de violencia en la desigualdad de oportunidades, sin percatarse de su ser individualcolectivo (Cantón) con consciencia histórica de clase de pertenencia en las relaciones sociales de producción. Un ejemplo simple y absurdo a la vez, es que en México se permite ahora el consumo de drogas, pero se penaliza su venta, es un acto de absoluto descenso del capitalismo mexicano.

Por estas razones, el lenguaje proletario tiene que escucharse en unidad política concreta, hasta alcanzar en la lucha revolucionaria entre la burguesía y el proletariado, poder lograr los principios del Estado socialista, erigiendo como fundamento humano básico, el gobierno de la clase trabajadora obrera, campesina y popular; por ser el eje internacional, que permitirá empoderar la abundancia y la socialización de todo lo producido mundialmente (ciencia, arte, recreación, cibernética, internet, educación, tecnología, salud, alimentación, vestido, vivienda, etc. etc.); es decir socializar la propiedad privada, para que la cultura burguesa se transforme en una cultura humanizada sin clases sociales, sin Estado de represión y sin propiedad privada de medios de producción, lo que exige la abolición de la propiedad privada de estos medios, a través de proyectos educativos quinquenales a muy largo, mediano y corto plazos; en este sentido la lucha de clases entre el capital y el trabajo hoy día, sigue siendo el motor de la historia, más allá del imaginario colectivo.

Por eso se trata de RESIGNIFICAR cómo, cuándo, porqué, para qué, en dónde y con quiénes, se resignificarán los valores deshumanizados históricamente en el proceso de aprehendizaje, ya que han sometido a la clase trabajadora por la lógica de explotación, en beneficio de la acumulación y la centralización del poder político hegemónico de la clase dominante, hoy día esta síntesis histórico-política, se expresa de forma abierta en los comportamientos y en las actitudes decadentes de la burguesía, como un hecho histórico muy concreto. De manera que desde la Pedagogía Crítica, los POLÍTICOS SON TODOS y TODAS, en el contexto de la lucha de clases, justo en la asunción del PODER POLÍTICO racional sensible; lucha en la que se enfrentan la burguesía y el proletariado, como clases fundamentales de la explotación capitalista, porque la cultura burguesa está gobernada por el Capitalismo Estatal Oligárquico e Imperialista Burgués, teniendo como ejemplo de APREHENDIZAJE hegemónico, su propia cultura, que es la forma común de comunicación o ideología burguesa, expresada en dimensiones de la misma historicidad social; pero esa forma oscila entre el consciente y el inconsciente del sujeto histórico social, en el tránsito de una conciencia en sí, de sí al para sí, de UNIDAD PROLETARIA en contra de la discriminación, la desigualdad y la intolerancia que impone con la bota militar el régimen del capital al trabajador explotado.

En este sentido de la formación política, resulta que todos son POLÍTICOS desde los primeros años de infancia; porque se es capaz de defender los derechos humanos proletarios en una dialéctica de la identidad del poder de manera consciente para sí desde un juicio intuitivo en sí y de sí, que va madurando, es decir, que se va identificando y acuñando como clase trabajadora en amplio, y que no tiene nada que ver con el sistema parlamentario burgués; por tanto la necesidad de crear, como lo menciona en sus consignas el movimiento social en México, un Frente único de trabajadores, una Central Sindical y un Partido Proletario, en donde contribuya la Pedagogía Crítica en dicha construcción permanente, a esta preocupación ético-moral, se le denomina sensibilidad racional del sujeto educativo, para diferenciarlo de la lógica burguesa y pequeño burguesa, que inicia con la delimitación de sus conceptos teóricos, consignas de lucha y coherencia, en el propio acto educativo de forma articulada, justo en el despliegue de la historicidad social, entendida como totalidad política concreta activa, en la identidad de clase proletaria.

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