Wednesday, April 15, 2009
Leyes de la explotación capitalista
El PODER POLÍTICO en la LUCHA DE CLASES tiene dos sentidos histórico dialécticos: el abuso de poder y las luchas de liberación, se menciona para dar cuenta de ello, la historia desde la conquista española en México y las neo-conquistas actuales de invasiones, de saqueos y de desolaciones, que genera la colonización en su historicidad social, entre territorios, naciones o Estados, a saber: el Estado esclavista, el Estado feudal, el Estado capitalista y el Estado socialista; así como sus efectos más visibles en la lucha de clases, y que deben tener un tratamiento pedagógico, al expresarse entre las comunidades étnicas, religiosas, territoriales, raciales o de género, que son repercusiones de la contradicción fundamental entre el capital y el trabajo como se viene explicando, para dejar clara la concepción de historicidad social, entre las contradicciones esenciales y las superfluas.
Porque bien se conoce que detrás de todas estas diversas expresiones de abuso de poder estatal, está la LUCHA DE CLASES entre la burguesía, que tiene en PROPIEDAD PRIVADA los medios de producción y el DESPOJO histórico DE ESTOS MEDIOS DE TRABAJO al productor directo, el proletariado; así el Estado en cualquiera de sus épocas históricas ha fungido como un órgano de control y de represión del pueblo trabajador, esto es una realidad concreta en el proceso de historicidad social.
En este sentido el poder político de la lucha de clases entre el CAPITAL y el TRABAJO ha sido un EJEMPLO PEDAGÓGICO NEFASTO Y CÍNICO, que invita a la DEGRADACIÓN de la existencia humana en ese proceso de E/A entre la BURGUESÍA y el PROLETARIADO, como clases fundamentales del régimen de explotación capitalista, haciendo la clase dominante uso de su nacionalismo ideológico, que es histórico en las relaciones de poder; y que hoy representa la SINTESIS DE TODA LA HISTORICIDAD SOCIAL más compleja que haya vivido el pueblo trabajador en su proceso de vida explotada, de forma real y concreta; sin embargo aún se confunden la producción de las ideas y las representaciones de la conciencia enajenada, romántica e idealista que genera el proceso de explotación, así va siendo reproducida hegemónicamente en cualquier espacio educativo esta cultura burguesa de forma mecánica y reduccionista.
En dicho entramado, la complejidad del proceso ha sido enseñado en la educación religiosa, teórica, artística o empírica hoy en día, y estas formas de conocimiento del sujeto histórico educativo, se expanden y se sintetizan desde la educación básica formal, con el único fin de la formación maquiladora sumisa, apolítica, ateórica, y de sobrevivencia chambista o guadalupana (no aceptando el maniqueísmo, sí la autenticidad), porque esa es el arma de control y de represión que impulsa el empresariato monopolista en México para la clase trabajadora, como lo podemos ver en la iglesia, en la fábrica, en la escuela, en la empresa, en el comercio, en la familia, en los medios de comunicación de masas o en la calle, como denuncia Marx, utilizado como opio del pueblo.
Tales relaciones sociales son injustas en el despliegue de esta historicidad social militar y religiosa, para culpar y castigar al que realmente resulta ser víctima del sistema de desigualdad y de explotación, pero que en la lógica de dominación, pasa a ser el único CULPABLE de su desgracia en el régimen de explotación, de narcotráfico, de prostitución y de degradación, así se ha reducido la imagen del trabajador proletario a su mínima expresión y participación humanizada en procesos de emancipación social, como comportamiento hegemónico de la clase dominante burguesa, que lo único que le importa sostener es su ganancia, por todas las vías posibles, por ejemplo a través del efecto socialdemócrata de reformas estructurales y de beneficios sociales artificiosos.
Por eso justo el origen de la propiedad privada está fundada en los distintos modos de producción de la historicidad social, el esclavismo, en el feudalismo, en el capitalismo monopolista de estado actual, y aún en la economía mixta de las relaciones sociales de explotación del hombre por el hombre; en donde sólo unos producen los bienes necesarios para todos, incluyendo a los que no trabajan; porque en el abuso de poder la burguesía manda y tiene como sustento la propiedad privada de medios de producción, teniendo también en la mira todo lo posible de privatizarse, incluyendo la fuerza de trabajo, utilizada como parte de la materia prima y como una mercancía más, con valor de uso y de intercambio.
De tal modo, el esfuerzo del trabajo del proletariado históricamente, los magnates burgueses lo viven como algo natural, aunque por supuesto saben de su perversidad privatizadora, de ahí su violencia radical para acallar al movimiento de masas; sin embargo tampoco han sido educados para comprender la injusticia que esta relación histórica de explotación entraña; por eso el primer momento educativo es la expropiación social de estos medios de producción a través del pueblo organizado y educado para lograr poner límite legítimo y legal a ese abuso de poder; la intención es que con base en estos valores hegemónicos no se resuelvan tales diferencias de clase, que transitan en esa historicidad social, del momento existencial a uno más amplio, el poder político; a pesar de que existan expresiones culturales muy matizadas y sublimes, que promueve la ideología burguesa, para confundir con semejanzas afines desde la estratificación jerárquica e histórica de los roles de la burguesía en el contexto de la lucha de clases, tratando de exterminar la expresión política de la clase trabajadora, porque se tiene que ser consciente, de que toda lucha de clases es una lucha política.
Esta apropiación del trabajo individualcolectivo se ha impuesto a través de formas neofascistas del proceso de E/A en la organización del estado de derecho, como es la descomposición del narcotráfico, de los grandes monopolios imperialistas, de los gobernadores estatales corruptos y de los presidentes ilegítimos, respaldados por la política del estado neoliberal, así denominado teóricamente por la propia burguesía internacional, nacional y local, constituyéndose de esta manera entre las dos clases fundamentales del régimen de explotación capitalista, el proletariado y la burguesía.
Dicha relación de clase, es producto y consecuencia, de la organización social medieval, que es la forma de producción más próxima al IMPERIALISMO CAPITALISTA; la cual está basada en la propiedad feudal y sus estamentos, a saber, grupos sociales integrados por las personas que tienen una misma situación jurídica y gozan de los mismos privilegios en este horizonte de valores humanos de la historicidad social; por este motivo se entremezclan las concepciones de la ideología dominante en la educación de masas y en el comportamiento social generalizado; lo cual tiene que ser atendido con una intención pedagógica aguda y crítica en el “educar para transformar verdaderamente” la realidad de explotación existente, por ello es tan importante en el campo de la Teoría Pedagógica Crítica, estudiar a profundidad las formas de REPRESIÓN y de MANIPULACIÓN utilizadas por el Estado Capitalista, con un método materialista y dialéctico de la historia.
Karl Marx, refiere al explicar científicamente en el apartado sobre La Acumulación Originaria del Capital , que este abuso de poder se realiza históricamente por medio del hurto, la violencia, el crimen y la rapiña como sucedió con la primera ACUMULACIÓN CAPITALISTA EN MÉXICO, a través de la conquista e invasión de España en 1521, que si bien es parte de nuestra raíz histórica de humillación y de trauma por la indignación que ello encierra, tenemos que estudiarlo en su justa dimensión en el contexto de la lucha de clases.
Por esta relación social, hoy se padece la presente crisis económico-política y sociocultural como una NEOCONQUISTA, engendrada en la síntesis de ESPACIO y TIEMPO cualitativos y cuantitativos de esa historicidad social, que fue generada debido a la explotación del TRABAJADOR ASALARIADO y también del NO ASALARIADO, hoy día sometidos ambos por el imperialismo gringo, y este es un asunto del proceso educativo o de humanización de la clase proletaria, es decir de los desposeídos de todos sus medios de producción, como lo plantea la Pedagogía Crítica marxista de Paulo Freire desde su PEDAGOGÍA POLÍTICA.
De tal modo que “el trabajo de los productores se descompone en dos partes. Una parte de este trabajo sigue efectuándose para proveer a la subsistencia de los productores; la llamamos trabajo necesario. Otra parte de ese trabajo sirve al mantenimiento de la clase dominante; la denominamos trabajo excedente… el producto social excedente es por tanto aquella parte de la producción, realizada por la clase de los productores, pero de la que se apropia la clase dominante bajo cualquier forma que sea, ya bajo la forma de productos naturales, o de mercancías destinadas a la venta, o de dinero” en donde las garantías individuales y colectivas son una falacia en el Terrorismo del Estado de derecho, como sucedió por ejemplo en la masacre de Aguas Blancas en el Estado de Guerrero, como una práctica cotidiana que lesiona al productor directo.
Toda esta masa trabajadora con base en tal historicidad social, ha sido víctima de la lógica de explotación y de degradación más grande hasta estos días conocida abiertamente, y que hoy se expresa en la lógica capitalista ya decadente; sabiéndose que sólo mientras est@s trabajador@s sean jóvenes y fuertes serán útiles al sistema de explotación, porque después ya no le sirven para nada al empresariato de las grandes potencias internacionales monopolistas, nacionales y locales, las cuales reproducen ideológicamente su forma de vida al servicio del gran DIOS, el CAPITAL en el sistema social y político de explotación, en nombre de la divinidad que debe “deslumbrar ideológicamente al trabajador”, es decir encubriendo a la PROPIEDAD PRIVADA en su esencia inhumana.
NOTAS:
“’La finalidad de esta obra -dice Marx en su prefacio a El Capital- es descubrir la ley económica que preside los movimientos de la sociedad moderna’, <…> es decir, de la sociedad capitalista, de la sociedad burguesa… <…> Mercancía es, en primer lugar, un objeto que satisface una necesidad humana cualquiera. En segundo lugar, un objeto susceptible de ser cambiado por otro. La utilidad de un objeto lo convierte en valor de uso. El valor de cambio (o valor, sencillamente) no es ante todo, más que la relación o proporción en que se cambia un determinado número de valores de uso de una especie por un determinado número de valores de uso de otra especie… <…> La producción de mercancías es un sistema de relaciones sociales en que los diversos productores crean distintos productos (división social del trabajo) y en que todos estos productos se equiparan los unos a los otros por medio del cambio. Por tanto, lo que todas las mercancías tienen de común no es el trabajo concreto de una determinada rama de producción, no es un trabajo de un género determinado, sino el trabajo humano ABSTRACTO, el trabajo humano en general… <…> La magnitud del valor se determina por la cantidad de trabajo socialmente necesario o por el tiempo de trabajo socialmente necesario para producir determinada mercancía o determinado valor de uso. ‘Al equiparar unos con otros en el cambio, como valores, sus diversos productos, lo que hacen las personas es equiparar entre sí sus diversos trabajos como trabajo humano. No lo saben, pero lo hacen’…<…> El valor es, como ha dicho un viejo economista, una relación entre dos personas… <…> ‘como valores, las mercancías no son más que cantidades determinadas de tiempo de trabajo materializado… <…> Las diversas formas de dinero: simple equivalente de mercancías, medio de circulación, medio de pago, atesoramiento y dinero mundial, apuntan, según el alcance y la primacía relativa de una u otra función, a fases muy diversas del proceso de producción social’… <…> Al alcanzar la producción de mercancías un determinado grado de desarrollo, el dinero se convierte en capital. La fórmula de la circulación de mercancías era M (mercancía)-D (dinero)- M (mercancía), es decir, venta de una mercancía para comprar otra. La fórmula general del capital es, por el contrario, D-M-D, es decir, compra para la venta (con ganancia). El crecimiento del valor primitivo del dinero que se lanza a la circulación es lo que Marx llama plusvalía. <…> Pero el obrero crea en seis horas (tiempo de trabajo ‘necesario’) un producto que basta para su mantenimiento; durante las seis horas restantes (tiempo de trabajo ‘suplementario’) crea un ‘plusproducto’ no retribuido por el capitalista, que es la plusvalía. Por consiguiente, desde el punto de vista del proceso de producción, en el capital hay que distinguir dos partes: el capital constante, invertido en medios de producción (máquinas, instrumentos de trabajo, materias primas, <…edificios, carreteras, fábricas…>, etc.) –y cuyo valor pasa sin cambios (de golpe o por partes) al producto elaborado- y el capital variable, que es el que se invierte en pagar la fuerza de trabajo. El valor de este capital no permanece inalterable, sino que aumenta en el proceso de trabajo, creando plusvalía. Por tanto, para expresar el grado de explotación de la fuerza de trabajo por el capital tenemos que comparar la plusvalía no con el capital total, sino con el capital variable exclusivamente. La cuota de plusvalía, que así llama Marx a esta relación, sería, pues, en nuestro ejemplo, de 6 : 6, es decir del 100%.
Es premisa histórica para la aparición del capital, primero, la acumulación de determinada suma de dinero en manos de ciertas personas, con un nivel de desarrollo relativamente alto de la producción mercantil en general; segundo, la existencia de obreros ‘libres’ en un doble sentido –libres de todas las trabas o restricciones puestas a la venta de la fuerza de trabajo y libres por carecer de tierra y de toda clase de medios de producción-, de obreros sin hacienda alguna, de obreros ‘proletarios’ que no pueden subsistir más que vendiendo su fuerza de trabajo.
Hay dos modos fundamentales de aumentar la plusvalía: prolongando la jornada de trabajo (‘plusvalía absoluta’) y reduciendo el tiempo de trabajo necesario (‘plusvalía relativa’). Al analizar el primer modo, Marx hace desfilar ante nosotros el grandioso panorama de la lucha de la clase obrera para reducir la jornada de trabajo y de la intervención del poder público, primero para prolongarla (siglos XIV-XVII) y luego para reducirla (legislación fabril del siglo XIX)… <…> Marx investiga las tres etapas históricas fundamentales en el proceso de intensificación de la productividad del trabajo por el capitalismo: 1) la cooperación simple; 2) la división del trabajo y la manufactura; 3) las máquinas y la gran industria… <…> el análisis que hace Marx de la acumulación del capital, es decir, de la transformación en capital de una parte de la plusvalía y de su empleo para volver a producir, y no para satisfacer las necesidades personales o los caprichos del capitalista…<…> Al acelerar el desplazamiento de los obreros por la maquinaria, produciendo en uno de los polos riquezas y en el otro polo miseria, la acumulación del capital origina también el llamado ‘ejército de reserva del trabajo’, el ‘excedente relativo’ de obreros o ‘superpoblación capitalista’, que reviste formas extraordinariamente diversas y permite al capital ampliar con singular rapidez la producción. Esta posibilidad, combinada con el crédito y la acumulación del capital en medios de producción, nos da, entre otras cosas, la clave para comprender las crisis de superproducción, que se suceden periódicamente en los países capitalistas, primero cada diez años, poco más o menos, y luego con intervalos mayores y menos precisos. De la acumulación del capital en el terreno del capitalismo hay que distinguir la llamada acumulación originaria, cuando se aparta violentamente al trabajador de sus medios de producción, se expulsa al campesino de su tierra, se roban los terrenos comunales y rigen los sistemas colonial, de las deudas públicas, de los aranceles proteccionistas, etc. La ‘acumulación originaria’ crea en un polo al proletario ‘libre’ y, en el polo opuesto, al poseedor del dinero, al capitalista. <…> A medida que disminuye constantemente el número de magnates del capital, que usurpan y monopolizan todas las ventajas de este proceso de transformación, aumenta en su conjunto la miseria, la opresión, la esclavitud, la degeneración, la explotación; pero también aumenta, al propio tiempo, la rebeldía de la clase obrera, que es instruida, unida y organizada por el mecanismo del propio proceso de producción capitalista. El monopolio del capital se convierte en grillete del modo de producción que se había desarrollado con él y gracias a él. La centralización de los medios de producción y la socialización del trabajo llegan a un punto en que se hacen incompatibles con su envoltura capitalista, que termina por estallar. Suena la última hora de la PROPIEDAD PRIVADA CAPITALISTA. Los expropiadores son expropiados”. Vid. El Capital, t. I. En Lenin V. I. Las tres fuentes y las tres partes integrantes del marxismo. Editorial Progreso, Moscú 1974. Pp. 28, 29, 30, 31, 32, 33, 34 y 35.
Consúltese, Marx, Carlos. El Capital. Ed. F.C.E., México, 16ª. reimpresión, 1980. Capítulo XXIV. La llamada acumulación originaria. p. 607.
Cfr. Mandel, Ernest. Introducción a la Teoría económica marxista. Ed. Era, México, 4ª. Ed. 1977. Pp. 10 y 11.
Según el concepto de política en Marx, se distingue “entre la superestructura jurídico-política del Estado, lo que puede llamarse lo político, y las prácticas políticas de clase -lucha política de clase-, lo que puede llamarse la política”. Vid. Poulantzas, Nicos. Poder político y clases sociales en el estado capitalista. Ed. Siglo XXI, México 1997. P. 33. De modo que la totalidad orgánica concreta en las relaciones de poder político, refiere a la DEFENSA DE LOS DERECHOS HUMANOS más elementales, en el contexto de la lucha de clases, no sólo como construcción y superación socio-cultural en general, sino como la toma del poder en lo particular, de forma real y concreta, en el despliegue de la historicidad social.
Subscribe to:
Post Comments (Atom)
No comments:
Post a Comment