Sunday, March 22, 2009

PEDAGOGÍA DEL PODER POLÍTICO Y LUCHA DE CLASES



“La violencia es la comadrona de toda
sociedad vieja que lleva en sus entrañas
otra nueva”

Karl Marx. El capital. T. I


Cap. I. Conceptos básicos en la postura de clase

1.1. Última etapa del imperialismo[1]

Dentro de la política del Estado neoliberal, denominada así por la propia burguesía, esta política se ve fortalecida desde hace 26 años[2], pero la burguesía no puede reconocer que se trata en verdad de la época de decadencia del capitalismo y del imperialismo mundiales; se cuenta con documentos históricos que explican científicamente, cuál ha sido el desarrollo del capitalismo en el mundo, así se entiende la guerra imperialista de 1914-18, guerra de conquista, de bandidaje y de rapiña -argumenta Lenin- en pro y en defensa de la PROPIEDAD PRIVADA sobre los medios de producción, los cuales han sido expropiados al trabajador directo, como son: tierra, fábricas, escuelas, hospitales, comercio, energéticos, espacios recreativos, medio ambiente, etc., pues es una lista interminable de despojo histórico, a través del hurto, el engaño y el sometimiento, para ser concentrada y centralizada la acumulación capitalista, por la oligarquía financiera, en la figura “religiosa” de su PROPIEDAD PRIVADA de medios de producción, que no es más que el TRABAJO acumulado históricamente; esta oligarquía financiera es la expresión más acabada de la burguesía, porque en ella se fusionan el capital industrial, el capital comercial y el capital bancario, por dicha razón es necesario tener en cuenta que la identidad de CLASE SOCIAL es el verdadero PODER humano, reconociendo el trabajo interdisciplinario y multifacético de la clase proletaria.

Justo en esta investigación, se tiene la necesidad de explicar el comportamiento del poder político y la lucha de clases dentro del proceso educativo, desde la mirada de esta última etapa de existencia del imperialismo, que genera la contradicción entre el capital y el trabajo, y la construcción de teoría pedagógica al respecto, para asumirlo de forma sistemática y metodológica, abriendo el debate en cualquier espacio de resignificación de este principio humano; es decir es una tarea pedagógica, para afirmar a la clase trabajadora, y no para continuar reproduciendo su negación por parte del sistema de explotación capitalista, como un ejemplo indigno y naturalizado de la vida evangelizadora y militar impuesta por la conquista y las neoconquistas enajenantes; se trata por tanto, de contribuir en esta tarea educativa, porque es necesario preparar al sujeto educativo en la ENSEÑANZA/APREHENDIZAJE (E/A) dialécticamente, con programas que denuncien este tipo de formación individualista, violenta, competitiva, descalificadora, decadente y de necesidades superfluas, inculcadas por el régimen de explotación burgués, que se han impuesto caprichosamente desde las raíces de origen del sujeto histórico, encubierto por la ‘imparcialidad cientificista’; pero que en el trabajo contra-hegemónico, se trata de darle a los hechos del proceso de (E/A) temporalidad y sentido crítico de pertenencia como clase proletaria.

Para abrir el debate de los argumentos, se entiende por SUJETO HISTÓRICO, a las distintas dimensiones del ser humano en donde ninguna forma del ser inacabado, se excluye, sino por el contrario se complementan en su dialecticidad existencial y revolucionaria, para entender en las relaciones de PODER y de abuso de PODER, el proceso articuladamente, en esta etapa histórica de decadencia del imperialismo mundial; compréndase al sujeto histórico en el entramado de estas dimensiones por su diferencia, cambio, transformación y unidad finita en el pensamiento, pero infinita en la realidad universal en movimiento y en contradicción: 1) como persona con un proyecto, 2) como individuo con derechos individuales, 3) como grupo social de pertenencia, 4) como pueblo o Estado (esclavista, feudal, capitalista, socialista) y 5) como la CONSCIENCIA DE CLASE asumida revolucionariamente, desde una FORMACIÓN POLÍTICA, de acuerdo a la cultura proletaria, que viene siendo la expresión más abarcativa, que conjunta o sintetiza a todas las formas de PRODUCCIÓN humanas mencionadas, en sus matices más simples y complejos -como lo plantea karl Marx en su obra filosófica, a saber, de acuerdo al grado de consciencia social desarrollado en una época-, en donde está presente la coherencia racional más sensible de la duda, de la utopía revolucionaria y de la satisfacción del trabajo cumplido y objetivado de forma individualcolectiva (Cantón).

Con una lectura hermenéutica de analogías, el desdoblamiento del sujeto histórico, da cuenta de los matices imperceptibles que van constituyendo la vida humana, que reconocemos aquí, en el sujeto histórico a lo largo de su historicidad cambiante y llena de esperanza emancipadora de todo aquello que lo somete y lo aniquila en las relaciones de abuso de poder; enfatizamos no sólo por su esencia humana, sino sobre todo por su educación política, en la división del trabajo y en contraste con los roles hegemónicos impuestos por la clase dominante desde su origen imperial, en su desarrollo y actualmente en su propia muerte en el contexto de la lucha de clases; porque desentrañar las formas de estos tránsitos del sujeto educativo, es una tarea pedagógica del presente siglo, en donde efectivamente la clase burguesa está produciendo a sus propios sepultureros en este momento imperialista, que es la última fase de desarrollo del régimen de explotación capitalista, como lo plantea la teoría leninista, y que es necesario poner en el acto educativo, pedagógicamente.

En este orden de ideas, puede valorarse que la forma más abarcativa del sujeto histórico, que necesariamente es a la vez sujeto educativo, resulta ser una aportación epistemológica del materialismo histórico dialéctico, referida a ASUMIRSE CONSCIENTEMENTE, el sujeto como CLASE SOCIAL PROLETARIA en la última etapa del imperialismo mundial; es decir en la existencia de las clases sociales, reconocidas históricamente en esta fase, por la capacidad de organización en la defensa de sus derechos humanos más elementales, en contra de la violencia padecida actualmente por el empresariato capitalista y por su oligarquía financiera, lo cual tiene que enseñarse y aprehenderse por medio del ejemplo, que forme una actitud de autonomía paciente y persistente, siendo entonces, el acto educativo de sometimiento y de emancipación, el objeto de estudio desde esta mirada de la Teoría Pedagógica Crítica.

Tal despojo histórico de medios de producción, ha sido impuesto a la clase trabajadora en el proceso educativo de explotación, de degradación y de exterminio de la humanidad y de la naturaleza; este ejemplo ha sido sumamente violento a lo largo de la historicidad social, por eso es necesario hacer su crítica[3], como se irá mostrando en los matices que conlleva la lucha de clases entre el capital y el trabajo y las contradicciones secundarias que esta lucha genera en un tejido amplio cuantitativo y cualitativo; esta contradicción desde su origen, es la relación universal, que sintetiza en espacio y tiempo, a las formaciones de explotación de origen, entre el amo y el esclavo o entre el terrateniente y el siervo, es decir entre propietarios y desposeídos -como lo expresa Marx-.

Aclarando, se conoce que desde la existencia de la propiedad privada, surge el Estado esclavista como primera forma de control y de dominio para ejercer el despojo de la riqueza de una manera “legitimada” por la clase dominante de cada época en el abuso de poder “legal”; pero no legitimando ni reconociendo, que esta propiedad privada, que no es más que trabajo acumulado, ha sido un esfuerzo y desgaste humano, fruto del trabajo colectivo, pero la contradicción es que toda esta producción de instrumentos y medios de trabajo (medios de producción), se encuentra en propiedad privada; obsérvese que no se está refiriendo a la propiedad privada, simple del sujeto, como puede ser su casa, su ropa, su pequeño comercio, su pedazo de tierra, su historia biográfica incanjeable o su propia consciencia social; el Estado así, regula la propiedad de medios de producción desde el Estado esclavista.

Posteriormente los estados, feudal, capitalista y aún el socialista como tránsito a una vida en comunalidad, siguen reproduciendo dicho encubrimiento de la propiedad privada, a través de los estados actuales en el mundo entero. Según la teoría marxista se entiende al Estado, como un órgano de control y de dominación, en donde inicia también la lucha de clases para lograr afirmar su poder político hegemónico entre poseedores y desposeídos de esta propiedad de medios para la producción, iniciándose actualmente en sí, el pasado futuro por venir, es decir, la última etapa de desarrollo del imperialismo; porque en el despliegue de esta historicidad educativa surgió dicha PROPIEDAD PRIVADA; se calcula que fue desde hace 3000 años, antes de nuestra era. Aquí, sólo se trata de dejar claro que la historicidad no es lineal ni mecánica, sino dialéctica e histórica en la praxis revolucionaria -cuando se asume una postura de clase, en donde los supuestos niveles, son objetivos sólo en la UNIDAD-, y por eso es necesario “ubicar correctamente a las clases en conflicto y a los intereses antagónicos que sostienen, así como a los intereses sociales concretos de cada sector, que van de la mano de los proletarios”,[4] quienes están siendo despojados del derecho a la educación, entendida como un proceso amplio de humanización.

En este mismo sentido hoy día se levanta la protesta social, en defensa de la educación pública y gratuita, que se tomará como ejemplo vital, para apreciar los matices del movimiento social, sus contradicciones y su superación ‘finita’ sólo en el pensamiento, pero infinita en las posibilidades de las utopías de esta lucha histórica, con base en una educación de clase proletaria, para ver las concepciones de la propia investigación sobre la pedagogía del poder político y la lucha de clases, como un caso significativo nada más; se toca el ámbito educativo, poniéndose al centro para la explicación sobre cómo se está viviendo esta última etapa del imperialismo, en donde se desmantela con intencionalidad burguesa, la esencia del ser humano, es decir la capacidad de reflexionarse y explicarse como clase trabajadora; de acuerdo con la racionalidad del materialismo histórico dialéctico, que se expondrá en seguida, aquí se muestran datos que son de la opinión pública, porque sólo se intenta darles un orden con un sentido hermenéutico crítico, para comprender el papel político que juega la educación, en el hacer científico pedagógico y en el didáctico interdisciplinario en las dimensiones del conocimiento, a saber en el arte, la religión, la teoría y la experiencia empírica, todo dentro de la Teoría Pedagógica Crítica; con base en esta explicación, es posible distinguir, las partes que constituyen el presente trabajo, que da cuenta de la diferencia de intereses y necesidades, entre la cultura burguesa y la cultura proletaria, véase su disección metodológica:

TEMA: Proposición o materia de un discurso. OBJETO DE INVESTIGACIÓN: Pedagogía del Poder Político y Lucha de Clases. CAMPO: Sitio que se elige para un desafío: TEORÍA PEDAGÓGICA.ÁMBITO: Contorno o parámetro de un espacio o lugar: LUCHA DE CLASES.DIMENSIÓN: Aspecto o faceta de algo. PEDAGOGÍA DEL PODER POLÍTICO.CORRIENTE: Lo que ocurre en movimiento: MATERIALISMO HISTÓRICO DIALÉCITO, desde la concepción epistemológica marxista.POSTURA: Actitud asumida. PRAXIS REVOLUCIONARIA.

Se considera al METODO, como la FORMA DE RAZONAR de acuerdo con la realidad concreta política, tal y como ésta es dialécticamente, y como es explicada por las formas de apropiación de lo real, como lo expresa Covarrubias en su obra epistemológica.[5]

Precisando la ubicación epistémica considerada, se valora la construcción social de Teoría Pedagógica, de la práctica científica de la Pedagogía y de la Didáctica Crítica, como un todo político inescindible, y posible de diferenciarse por el TEMA, la INVESTIGACIÓN, el CAMPO, el ÁMBITO, la DIMENSIÓN y la CORRIENTE, como se ha expuesto, sólo para fines de explicación metodológica.

Véase el siguiente gráfico para representar las preocupaciones teóricas de la Teoría Pedagógica, con base en el respeto y en contra de la violencia que ejerce la burguesía capitalista degradando la dignidad proletaria, a partir de esta propuesta teórica-conceptual:

En la teoría pedagógica, la preocupación se centra, según su doctrina y método:
• ¿CÓMO y PORQUÉ el hecho educativo ocurre?
• ¿A QUÉ OBEDECE?
• ¿Cómo se historiza?
• ¿En qué orden de pensamiento se inscribe?
• Son quehaceres complementarios pero DIFERENCIABLES la Teoría Pedagógica y la acción pedagógica (Cantón:2000).
De modo que en el discurso científico de la Teoría Pedagógica, la política educativa de las masas trabajadoras no ha sido reconocida de forma sistemática y metodológica, sino por el contrario negada por la cultura de la clase dominante de cada época o historicidad social, y peor aún, se sigue reproduciendo la lógica hegemónica capitalista imperialista, sin cuestionamiento alguno en el campo educativo con esas formas de violencia, en la comunicación de masas, cumpliendo su papel hegemónico en la concepción empírica de la población según el grado de consciencia social asumido; dado que se piensa que los INTERESES POLÍTICOS y el PODER, son ámbitos exclusivos de la clase burguesa y su parlamento, haciéndose presente esta hegemonía en el Estado Mexicano, como síntesis histórica del universo concreto con nombres y apellidos en la gama de matices posibles insertos por supuesto, en el campo educativo, pero obviados no sólo en el discurso sino peor aún, en la praxis revolucionaria.

La praxis revolucionaria “…trata de las relaciones entre la teoría y la práctica revolucionaria. <…> mediante la creación de su propio partido y el establecimiento de su propio poder político… <…> las tesis teóricas del Manifiesto: la lucha de clases como fuerza motriz de la historia… <…> es preciso destruir la maquinaria del Estado burgués, es decir, su aparato burocrático-militar… la praxis revolucionaria del proletariado… para Marx: la teoría como fundamento científico de la sustitución revolucionaria del capitalismo por el socialismo y de la misión histórica del agente de esa transformación: el proletariado. <…> -como observa Lenin- para poder resolver el problema concreto de con qué sustituir la máquina burocrático-militar del Estado burgués. Y la historia responde -como esperaba Marx- con la Comuna de Paris de 1871, primer intento de revolución proletaria, de destrucción de la máquina estatal burguesa y de sustitución de lo destruido…<…> con la perspectiva de que partían en su tiempo Marx y Engels: la victoria simultánea de la revolución en la mayoría de los países capitalistas. Lenin plantea la posibilidad, realizada pocos años después, de la revolución en un solo país <…> Lenin enriquece la teoría con una serie de tesis fundamentales: la idea de la hegemonía del proletariado en la revolución democrático-burguesa y de su hegemonía en la revolución socialista; la tesis de la necesidad de la dictadura del proletariado y de la diversidad de vías -con predominio de la violencia- para llegar a ella; la concepción del Partido como destacamento consciente, organizado y avanzado del proletariado; los conceptos fundamentales de ‘situación revolucionaria’, ‘crisis revolucionaria’ y ‘unidad de los factores (o condiciones) objetivos y subjetivos de la revolución’; la tesis de la alianza del proletariado y los campesinos en la revolución socialista, etc. <…> Lenin se ha atenido rigurosamente no a la letra de las tesis de Marx sino a su espíritu y, sobre todo, ha aplicado su método de investigación de las condiciones concretas que exigen y hacen posible la praxis revolucionaria, a la vez que analizan esta praxis… <…> Este método que Marx y Lenin han propuesto y han aplicado es el único que puede asegurar hoy la unidad… … Nos referimos, por ejemplo, a los problemas de la guerra y la paz, de la coexistencia pacífica, de la contradicción fundamental de nuestra época, de la determinación de los factores fundamentales y del frente principal en la lucha mundial contra el imperialismo, del papel que corresponde en esta lucha a los países socialistas, al proletariado de los países capitalistas desarrollados y a los pueblos del llamado Tercer Mundo; de la prioridad del paso pacífico o del violento en la instauración del socialismo, etcétera…”[6]

En este sentido de praxis revolucionaria, se sabe científicamente, que la relación injusta e histórica entre el capital y el trabajo, de sin razones en la antítesis materialista[7], ha sucedido en nombre de ideologías divinas, fantasiosas y míticas, desarrolladas a lo largo de la historicidad evangelizadora y militar, hasta ser envueltas en las redes de la dependencia financiera y diplomática del imperialismo actualmente, como un hecho “naturalizado en el orden de la paz burguesa que entraña la VIOLENCIA más cruel de toda la historia”, utilizando un doble discurso institucionalizado, en torno a beneficiar la acumulación y centralización del capital para los consorcios financieros y monopolistas mundiales en muy pocas manos, esas son las nuevas condiciones de vida del neocoloniaje impuesto por el empresariato en la jerarquía de competencias individualistas hoy día, que se involucran en todo un ambiente hegemónico de prácticas neofascistas y de degradación, que toca desde del narcotráfico gubernamental hasta el legislativo convencional, en el abuso de poder y de prácticas charriles o jerárquicas; son hechos que se van descubriendo y mostrando en la hegemonía del mercado mundial y en las economías del imperio, bajando estas prácticas en la descomposición social generalizada, a través de las cúpulas de poder, abarcando desde las más simples, hasta las más complejas en el comportamiento de roles cotidianos institucionalizados, en que se ve envuelto el sujeto histórico dentro de la política de Estado, convirtiéndose en hombres y mujeres de Estado en la cooptación al régimen de forma conciente o inconciente, es decir alienada o enajenada en su supuesta neutralidad política, lo que sucede en matices imperceptibles de la lógica arbitraria de reproducción, que engendra injusticia y desigualdad por la explotación social capitalista en las condiciones de vida concretas de realidades concretas, en ese híbrido de lo multifacético o multicultural; dicho proceso va sucediendo sin consciencia plena de ello en las clases subalternas, debido a la estructura de jerarquías de poder, al no practicarse en el proceso educativo, valores de comundalidad como costumbre de vida proletaria, asumida en la praxis revolucionaria de emancipación histórico-social; lo cual tiene que ver con el imaginario simbólico de pertenencia DEL SUJETO EDUCATIVO.

El ejemplo político pedagógico de violencia padecido día a día en la reproducción social del régimen de producción, intimida a la población en el orden de la hegemonía capitalista mundial y en particular en la cultura burguesa en México; tal comportamiento ha reproducido históricamente en el proceso educativo, todo su fundamento ideológico burgués, a través de la ENSEÑANZA-APREHENDIZAJE (E/A) tanto familiar, religiosa, escolar como por los medios masivos de comunicación principalmente, en un contexto de totalidad política histórica concreta de la hegemonía dominante del capitalismo imperialista estatal en México, desarrollado hasta estos días, viéndose su decadencia y muerte.

Para resignificar los comportamientos de abuso de poder político, es necesario desmenuzar en sus partes más simples el mundo real de esta violencia padecida en la conquista española y las neoconquistas actuales del imperialismo norteamericano, para dignificar la raíz cultural de la clase proletaria desde los CIMIENTOS DE NEGACIÓN de su cultura; exclusión violenta que ha impuesto la clase dominante avasalladoramente en la lucha de clases, así se habla de la clase política, para referir a quienes tienen un poder hegemónico sostenido por el propio sistema capitalista de explotación actual; sin embargo no se valora que el PODER POLÍTICO, no es exclusivo de ningún sector, época, grupo, estado nacional, parlamento o imperio, sino que el PODER radica en la capacidad contrahegemónica del sujeto histórico organizándose políticamente en un largo proceso, para enfrentar a la propiedad privada de medios de producción hecho imperio; porque es claro que sólo en la UNIDAD de la clase proletaria se logrará socializar la producción social de la mercancía con valor de fetiche por la acumulación capitalista, y que ha sido privatizado injustamente a lo largo de la historicidad social; sin embargo esta condición de vida con calidad política humanizada, tiene que ser explicada pedagógicamente de forma sistemática, con base en una racionalidad sensible crítica para su transformación, desde las fuentes clásicas del materialismo histórico dialéctico, por ser esta racionalidad la que da una explicación más abarcativa científicamente, de las causas de la explotación del hombre por el hombre, que corresponden con la realidad concreta, tal y como ésta es.

Porque efectivamente como expresa en las relaciones de poder político, José Martí “La superstición y la ignorancia hacen bárbaros a los hombres en todos los pueblos. Y de los indios han dicho más de lo justo en estas cosas los españoles vencedores, que exageraban o inventaban los defectos de la raza vencida, para que la crueldad con que la trataron pareciese justa y conveniente al mundo. Hay que leer a la vez lo que dice de los sacrificios de los indios el soldado español Bernal Díaz, y lo que dice el sacerdote Bartolomé de las Casas. Ése es un nombre que se ha de llevar en el corazón, como el de un hermano. Bartolomé de las Casas era feo y flaco, de hablar confuso y precipitado, y de mucha nariz; pero se le veía en el fuego limpio de los ojos el alma sublime.”[8]

En este sentido del poder imperialista desde sus orígenes, es necesario resignificar también en la Teoría Pedagógica, los valores más virtuosos y necesarios de destacarse en esta correlación de fuerzas en la decadencia del imperialismo, con base en una reflexión profunda en el campo de la Pedagogía Crítica, que posibilite la transformación radical, para lograr expropiar y abolir la propiedad privada de medios de producción, que ha sido usurpada al trabajador directo a lo largo de su historia de vida, comprendiéndosele como sujeto histórico; por ello es importante ir asumiendo una educación política emancipadora desde el contexto de la educación de masas para este siglo XXI, tomando como herramienta de comprensión a la hermenéutica analógica crítica; veamos enseguida la delimitación pedagógica que permite explicar la articulación entre POLÍTICA-Pedagogía-FILOSOFÍA:

Hermenéutica analógica
• Formación de virtudes
(CAPACIDADES HUMANAS, que se cultivan) en el contexto histórico particular y universal, siendo el particular síntesis del universal y viceversa dialécticamente.

• La concepción del mundo real, es casi automática e inconsciente en el sujeto histórico, por eso es necesario que las virtudes SEAN FORMADAS políticamente, con elementos y principios CONSCIENTES de esos derechos humanos.
POSTURA político
Pedagógica
(Educación y Filosofía)

La formación de capacidades humanas, en el mundo burgués está preñada de su comunicación ideológica o cultural, que consiste en transmitir y desarrollar entramados de vida, con base en la desarticulación INTENCIONADA ideológicamente, para separar la estructura sociocultural y la formación económico política -que según esa cultura burguesa, sólo compete a quienes les administran su capital-, que oculta la lógica del imperio, como sucedía en la época de la Santa Inquisición; este comportamiento ideológico del imperialismo a través del Fondo Monetario Internacional (FMI) y del Banco Mundial (BM), actualmente en el orden de todas sus organizaciones hegemónicas y en la concepción de esta realidad hegemónica, implica una formación naturalizada en el sector educativo, porque es una valoración incorrecta, falsa y enajenante de la realidad concreta, que se ejerce sobre la CLASE PROLETARIA, es decir, se manipula conciente e inconcientemente esta escisión en el proceso educativo, así es el tratamiento entre la estructura sociocultural y de economía política en la conciencia del sujeto histórico; mostrándolo como si fuera una relación NECESARIA, natural e inherente a la institución funcionalizada de la cultura burguesa, según sus roles estáticos y acríticos que provienen desde el origen del comportamiento y del rol entre el amo y el esclavo, lo que se inculca de manera grotesca y a la vez sutil, en ese híbrido de la lógica del imperio capitalista, el cual se encuentra en decadencia y en franca degradación.

Al respecto Lenin, pensaba que “la libertad no reside en la soñada independencia ante las leyes naturales, sino en el conocimiento de estas leyes y en la posibilidad, basada en dicho conocimiento, de hacerlas actuar de un modo planificado para fines determinados. Y esto rige no sólo con las leyes de la naturaleza exterior, sino también con las que presiden la existencia corporal y espiritual del hombre: dos clases de leyes que podremos separar a lo sumo en nuestra representación, pero no en la realidad. El libre albedrío no es, por tanto, según esto, otra cosa que la capacidad de decidir con conocimiento de causa. Así, pues, cuanto más libre sea el juicio de una persona con respeto a un determinado problema, tanto más señalado será el carácter de necesidad que determine el contenido de ese juicio... La libertad consiste, pues, en el dominio de nosotros mismos y de la naturaleza exterior, basada en el conocimiento de la necesidad natural”[9] para poder valorar y comprender el largo proceso de transformación humana en el autorreconocimiento del sujeto, a través de una formación cultural sensible, en el empoderamiento de la cultura proletaria al ser reconocido históricamente la condición de la clase trabajadora, en el mundo imperialista del capital, en analogía a lo planteado por José Martí.

Esta concepción va desarrollando a la vez, el proceso educativo de sometimiento y de exclusión de las grandes mayorías de la clase trabajadora en la toma de decisiones y en la socialización de esos roles, sin que se articule en esencia con la otra expresión cultural burguesa, de lo que históricamente la clase trabajadora ha producido con una formación autónoma en los programas educativos contrahegemónicos en contra del imperialismo y de su política de Estado actuales.

Es público el conocimiento de que la clase trabajadora, está cada vez más proletarizada, violentada, excluida y discriminada; a saber, despojada de todo medio de producción como trabajadores directos, productores de todo lo existente en cuanto a ciencia, arte, tecnología, humanismo, cibernética, etc. etc., si se entiende la historia del trabajador como parte de una totalidad política concreta y no como hechos desarticulados y tantas veces falseados; de manera que en esa relación de poder político pedagógico hegemónico que es impuesto, en el contexto de la lucha de clases, van fluyendo en cascada múltiples matices posibles del COMPORTAMIENTO cotidiano que viene de la injusta relación entre el amo y el esclavo, consecuencia de ello es la lucha política en las relaciones de género; de razas o etnias; por tierras; religiones o plazas entre el magisterio; o las contradicciones generadas con las muertas de Cd. Juárez en las maquiladoras, o de cualquier rango de superioridad o de discriminación entre los iguales, por mencionar los comportamientos más conocidos en la realidad mexicana; ya que estas relaciones y comportamientos, no son más que contradicciones secundarias, generadas realmente, por la contradicción esencial y principal que les da vida; es decir, la contradicción matizada hegemónicamente entre el capital y el trabajo del imperialismo actual, sin dejar de analizar pedagógicamente los matices que cada uno de estos comportamientos diferenciados, va generando en su propia logicidad y contradicción, lo cual debe ser estudiado caso por caso con una mirada especializada.

Porque la razón histórica fundamental que provoca estas contradicciones secundarias y esenciales, resultan irresolubles en el sistema capitalista de explotación entre la acumulación y centralización de capital y la explotación y despojo de medios de producción del trabajador directo; lo cual se logra con EJEMPLOS fetichistas y enajenantes de enseñanza-aprehendizaje (E/A) hegemónicos, como puede ser valorado en el despliegue de las diversas formas de producción. Se conoce también la descomposición capitalista, causada ésta, por la gigantesca sobre ganancia que engendra la libre empresa competitiva de los Estados financieros, rentistas y usureros mundiales[10], en donde todo trabajo humano se reduce a la cosificación mercantil enajenada del trabajador, el cual es exportable y explotado en la transferencia del campo a la ciudad, fundiéndose la mercancía con el propio trabajador, siendo este trabajador por tanto, sólo una parte más de la materia prima o un engranaje, que está en propiedad privada por el empresariato capitalista mundial, nacional y local, como parte del desarrollo inhumano del sistema de explotación imperial, neofascista y de neoconquista, que es necesario destruir en procesos contrahegemónicos de producción socializada en un nuevo orden mundial de las relaciones de mercado y de geopolítica actual en la correlación de fuerzas, a mediano y a largo plazo, en la toma del poder por parte de la cultura proletaria, como se viene desplegando en América Latina con nuevos movimientos democráticos, encabezados por l@s trabajador@s tercerizad@s sin ningún derecho ya como proletarios; lo que niega en principio el injusto rol entre el amo y el esclavo, por eso se está dando el frente a la serie de reformas del orden impuesto por el Estado de derecho capitalista; y estas relaciones de poder tienen que tener un tratamiento pedagógico en la educación de masas.

Así el progreso de la técnica capitalista, fue generando una cultura de subalimentación y de miseria en la crisis estructural del imperialismo, porque el PODER POLÍTICO del desarrollo desigual gestado históricamente entre las naciones, ha impulsado los procesos de E/A de conquista y de neoconquista discriminatoria, en todo un mosaico de expresiones grotescas, como son en síntesis histórica, las reformas sociales impuestas hoy día en México con la nueva Ley del ISSSTE, con la nueva Ley del Trabajo, con la Alianza por la Calidad de la Educación (ACE) o el fraude bancario al pueblo mexicano con el Fobaproa, para salvar la crisis de decadencia capitalista; todas estas contradicciones están impulsadas por la oligarquía financiera capitalista internacional, nacional y local, apoyándose en el charrísimo sindical; dado que esta relación de abuso de PODER en sí, es el enemigo principal de la clase proletaria. Tales conceptos se irán aclarando en el cuerpo de la investigación y en este ámbito particular, para dar cuenta de la última etapa de existencia del imperialismo con toda su carga de enajenación en el trabajo, como objeto de estudio de la Teoría Pedagógica.

Porque con “el reconocimiento de la plusvalía como finalidad de la producción capitalista y la teoría según la cual su formación se opera no en la esfera de la circulación sino en la esfera de la producción, permitieron a Marx estudiar la organización productiva en sus fases históricas como método de extorsión de plusvalía. Individualizadas las condiciones de producción capitalista en la existencia del trabajador como libre propietario de la mercancía fuerza de trabajo, en el carácter constrictivo de la venta de la fuerza de trabajo debido a la separación del trabajador de los medios de producción y de subsistencias, y finalmente en la existencia del capitalista que, en cuanto propietario exclusivo de los medios de producción, está en condiciones de emplear un número considerable de obreros, Marx indicaba en aquellas condiciones el fundamento de la relación autoritaria entre capitalista y obrero y de la subordinación del obrero al trabajo y la organización de la producción, y entre esta última y la estructura de la cooperación, permitía ahora individualizar en la historia del capitalismo diferentes estadios industriales, respecto a los cuales era posible estudiar las diversas formas de la autoridad y de la dependencia, el significado diferente de valor de uso, en una palabra las distintas formas de enajenación.”[11] Lo cual ha ido sucediendo en la reproducción de un proceso largo de políticas de neoconquista del régimen monopolista.

Tales neoconquistas neocoloniales son hoy la condición necesaria para el desarrollo de dicho modo de producción monopolista nacionalero[12], en la explotación que ejerce la acumulación capitalista a través del hurto, el robo, la violencia, la corrupción y todas las FORMAS de utilización en las conquistas históricas, de sometimiento y de rapiña, que hoy día se ven consolidadas con las reformas estructurales del régimen capitalista mexicano, creándose las condiciones materiales históricas de confrontación entre las clases fundamentales de esta historicidad social recorrida, desde el origen de la humanidad hasta estos días, como una síntesis histórica o totalidad concreta, es decir época contrahegemónica[13], en donde el enemigo principal de la clase trabajadora son la burguesía y la oligarquía financiera, como la expresión más acabada esta oligarquía financiera, de la burguesía actual.

Valorada la clase dominante de forma monolítica, como un todo hegemónico monopolista en la lucha de clases, y en la imposición institucional de las políticas de Estado, a través del mandato a cumplir con hombres y mujeres de Estado, ahí es donde se hace una maraña de sentidos aparentemente indescifrables en las funciones, roles y estratificación social que impone el imperialismo mundial desde su lógica del amo y el esclavo, es decir entre la complicidad, el acomodamiento, la neutralidad ideológica, el individualismo, la competitividad, la mediatización perversa de la clase trabajadora, y en contraste con estas actitudes, el comportamiento político pedagógico en el contexto de la lucha de clases, como actos de emancipación social.

Se exalta en esta relación el comportamiento entre la CULTURA BURGUESA y la CULTURA PROLETARIA en la etapa de decadencia del imperialismo, viendo esta contradicción de expresiones culturales en sus formas y matices, distínganse, actitudes y formas de ser, que se vuelven, sólo en la apariencia, un híbrido y una confusa telaraña de sentidos en los procesos de enseñanza-aprehendizaje, que impone el ejemplo imperialista de la oligarquía financiera, y de la burguesía con su proyecto hegemónico, desde sus dimensiones internacional, nacional y local, pero sólo sucede en los síntomas de la inconciencia de clase, al no poder aún asumirse como tal en la UNIDAD de la lucha con un mismo sentido, es decir derrocar al régimen de explotación capitalista para gobernarlo el pueblo trabajador de forma sistemática y organizada, de acuerdo a sus intereses y necesidades vitales, ello requiere de un proceso educativo para transitar a un socialismo internacional, con formas sostenidas y paulatinas del ejemplo educativo más virtuoso.

El poder imperialista, día a día queda al descubierto, desmitificado y deslegitimado, en el aparato de Estado de derecho, que sustenta su abuso de poder en los imaginarios simbólicos que funcionalizan la estratificación jerárquica de poder consumir más a costa de la propia enajenación, con base en hacer más trampas de ilegitimidad y crueldad, a imagen y semejanza del gran “Dios”, que es en sí, la propiedad privada de medios de producción, la cual resulta intocable e indestructible, en los imaginarios históricos del ABSOLUTISMO, y que hoy día están encarnados en cada sujeto histórico, por ello la necesidad de la EDUCACIÓN POLÍTICA en la E/A de masas, por medio del ejemplo virtuoso desde la organización política del proletariado, es decir con una SOLA POSTURA DE CLASE en conjunto obreros, campesinos y sectores populares.

Gilberto Giménez al respecto, opina “’La fórmula, por supuesto, no puede ser otra que la trilogía neoliberal: libre mercado, adelgazamiento del Estado y, sobre todo, apertura comercial (ya que el neoliberalismo privilegia en el plano teórico la óptica internacional, es decir, la intensificación de las transacciones internacionales)’. La política económica del gobierno ha sido absolutamente consecuente con este proyecto (privatizaciones, revisión de los preceptos constitucionales y de la legislación vigente, apertura comercial, etc.), y ha desembocado en la negociación de un Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y Canadá, considerado como el instrumento clave del proyecto modernizador”,[14] en esta última etapa de vida del imperialismo mundial.
[1] “La teoría del imperialismo de Lenin es menos una teoría de su génesis económicamente necesaria y de sus límites económicos -como la de Rosa Luxemburgo-, que una teoría de las concretas fuerzas de clase que el imperialismo desencadena y a las que en su mismo contexto hace operantes; la teoría de la concreta situación mundial provocada por el imperialismo. Al analizar la esencia del capitalismo monopolista, lo que en primer lugar le interesa es la situación mundial concreta y la división clasista de la sociedad a que da lugar: como las grandes potencias coloniales se reparten de facto la tierra, cómo evoluciona la división interna entre burguesía y proletariado con el movimiento de concentración de capital (capas puramente parasitarias de rentistas, aristocracia obrera, etc.). Y, sobre todo, cómo la evolución interna del capitalismo monopolista desborda -en virtud de los diferentes ritmos de los países- las ‘zonas de intereses’ establecidas antes de manera más o menos duradera y por vía pacífica, desbordando así no pocos compromisos de este tipo, dando lugar, en consecuencia, a conflictos cuya solución sólo puede lograrse por la fuerza, es decir, acudiendo a la guerra.
En la medida en que la esencia del imperialismo es determinada como capitalismo monopolista y su guerra como evolución necesaria y manifestación de esta tendencia a una concentración cada vez mayor, camino del monopolio absoluto, van resultando más claras las diferenciaciones de la sociedad respecto de dicha guerra. <…> Fue Lenin quien dio el paso de la teoría a la praxis. Un paso que, no obstante -y esto no hay que olvidarlo nunca- implica al mismo tiempo un progreso teórico en la medida en que es un paso de lo abstracto a lo concreto… <…> El que espera una revolución social pura -dice Lenin- jamás llegará a vivirla, y no pasa de ser un revolucionario verbal que no entiende la verdadera revolución. Porque la verdadera revolución es la transformación dialéctica de la revolución burguesa en proletaria.” Cfr. Lukács Georg. Lenin (la coherencia de su pensamiento). Editorial Grijalbo, México 1970. Pp. 64, 65, 70, 71.
[2] Vid. Flores Heriberto, quien aclara que “el gran proyecto del sexenio de José López Portillo, la reforma política, puso fin a la quasi-hegemonía del Partido Revolucionario Institucional después de medio siglo. Diversas tentativas habían querido ya modernizar el sistema mexicano. La ‘apertura democrática’ de Luis Echeverría, en particular, provocó una modificación del juego político a través de medidas de liberalización, el nacimiento de nuevos partidos y el surgimiento de movimientos sociales. <…> Es entonces con instituciones debilitadas que México entra en la era del petróleo <…> Un reporte del Banco de México señalaba que la explotación de hidrocarburos era susceptible de acrecentar la inflación, que sobrepasaba en mucho la media anual de 20%, y de arrastrar una recrudescencia del empleo en un país en el que más del 40% de la población activa estaba ya desempleada o subempleada <…> Todos los datos de la situación, engendrados por la revalorización de los recursos energéticos, no aparecían todavía, pero esta situación sería ciertamente difícil de manejar a diferencia de lo que hubiera sido hace una década. Al clasificar a México entre los países con gran riesgo para las inversiones entre 1980 y 1990 ¿sería posible afirmar que los grupos empresariales se comportarán de una manera prudente totalmente fuera de lugar?”. Traducción del francés por Concepción Rivera. Apareció en Problemas d’ Amérique Latine LVII, Notes et études documentares, nos. 4579-4579. La documentation Francaise. París, 1980.
[3] De acuerdo a Habermas, “Marx dio a su teoría el nombre de crítica. Un nombre discreto si se entiende a la crítica de la economía política como la consumación de aquella empresa que comenzó con la crítica filológica de los humanistas, prosiguió en la crítica estética de los literatos y, finalmente, se aprendió a conceptuar como crítica en la crítica teórica y práctica de los filósofos. Por aquel entonces, la crítica se convierte directamente en sinónimo de razón, caracteriza el buen gusto y el juicio inteligente, es el medium para la averiguación de lo correcto, coincidente según leyes de la naturaleza con lo justo, así como la energía que estimula e incita el razonamiento, y, por último, se vuelve también contra sí misma. ”. Teoría y Praxis. Editorial Tecnos, Madrid 1990. P. 232.
[4] Vid. La fortaleza de la lucha magisterial. El movimiento democrático-revolucionario entre los trabajadores de la educación. Editorial Vanguardia Proletaria. Frente Popular Revolucionario. Unión de Trabajadores de la Educación, Corriente de Trabajadores Revolucionarios. Partido Comunista de México (marxista-leninista). México 2008. P. 5.
[5] Covarrubias Villa, Francisco. Las herramientas de la razón (La teorización potenciadota intencional de procesos sociales). Editorial UPN, México 1995.Manual de técnicas y procedimientos de investigación social desde la epistemología dialéctica crítica. Editorial UPN, México 1992. La teorización de procesos histórico-sociales (volición, ontología y cognición científica). Editorial UPN, México 1995.
[6] Vid. Sánchez Vázquez Adolfo. Filosofía de la praxis. Editorial Grijalbo, México 1973. Pp. 184, 185, 187, 188, 189 y 190.
[7] En la primera “Tesis sobre Feuerbach: en antítesis con el materialismo tradicional, el moderno idealismo burgués ha desarrollado el aspecto activo, la praxis, pero no como actividad humana sensible. La burguesía, a diferencia del clásico señor feudal, está por cierto atrapada en la producción, pero ante todo a partir de la circulación. Ella no entiende el trabajo como intercambio orgánico concreto entre hombre y naturaleza, sino más bien como trabajo meramente intelectual, como trabajo abstracto: abstracto justamente respecto del intercambio orgánico. Así puede desacreditar el trabajo físico concreto del asalariado y hacer pasar el trabajo del espíritu como trabajo auténtico. El principio de la producción es aquí reconocido, porque los medios de producción, al contrario de cuanto sucedía en el feudalismo, se han convertido en productos. Y se trata de una relación reglada por un contrato libre” Vid. Marx, Karl. Introducción general a la crítica de la economía política (1857). Editorial Cuadernos de Pasado y Presente No. 1, se aclara también que la relación entre el trabajador libre y el capitalista ya no representa una relación personal de esclavitud o de servilismo de la gleba, México 1977. P. 25.
[8] Vid. Martí, José. Política de Nuestra América. Editorial Siglo XXI, México 1982. P. 80.
[9] Cfr. V.I. Lenin. Materialismo y Empiriocriticismo. Ed. en Lenguas Extranjeras, Pekín, China 1975. P. 238. El subrayado es nuestro.
[10] Cfr. Lenin, V.I. Obras Escogidas. Editorial Progreso, Moscú. Pp. 171, 172, 175, 216 y 148.
[11] Cfr. Panzieri, Raniero et al. La división capitalista del trabajo. Editorial Pasado y Presente, México 1977. Pp. 2 y 3.
[12] “Los capitalistas ordenaron las ideas del nacionalismo burgués bajo la corriente del nacionalismo revolucionario. Consolidó una nación, de manera que comenzó a hablarse de los intereses de la nación que en realidad fueron desde el principio los intereses de la burguesía, mediana y pequeña burguesía ... … Al pasar de los años el sentimiento antiimperialista enraizó en las capas populares, debido a las constantes invasiones extranjeras, principalmente las norteamericanas. En el caso de la burguesía, mantuvo el nacionalismo post revolucionario en el discurso, distorsionando la idea antiimperialista de las masas al virarla en chovinismo, con la finalidad de mantenerlos bajo su control”. Vid. Revista Revolución… Op. cit. Año II No. 5, enero-febrero, México 2008. Pp. 75-76.
[13] El proceso de contrahegemonía refiere a educarse políticamente en contra del bloque en el poder, para abolir la lógica del modo capitalista de explotación en ese abuso de poder que tiene que ver con el sometimiento del sujeto histórico integral, física, moral e intelectualmente; “en efecto, el bloque en el poder, como ocurre en toda alianza, no está en general compuesto de clases o fracciones con ‘importancia igual’, que se repartan migajas del poder. No puede funcionar regularmente, sino en la medida en que una clase o fracción dominante impone una dominación particular sobre los otros miembros de la alianza en el poder, en una palabra, en la medida en que llega a imponerles su hegemonía y a cimentarlos bajo su égida. Es la incapacidad de una clase, o fracción, para imponer su hegemonía, en una palabra, finalmente, la incapacidad de la alianza en el poder de sobrepasar ‘por sí misma’ sus propias contradicciones exacerbadas, lo que caracteriza la coyuntura de los fascismos. Esta incapacidad de hegemonía en el interior del bloque en el poder obedece también, por lo demás, a la crisis de hegemonía que atraviesan el bloque en el poder y sus miembros en lo que concierne, esta vez, a su dominación política sobre el conjunto de la formación social.” Vid. Poulantzas, Nicos. Fascismo y dictadura. Editorial Siglo XXI, México 1983. P. 72.
[14] Vid. Giménez Gilberto et al. Modernización e identidades sociales. Editorial UNAM/IIS/IFDAL. México 1994. 151 y 152. Apud: Véase Labra M., Armando, “Reflexiones sobre el liberalismo social mexicano”, en La Jornada (Aniversario), 22 de Septiembre de 1992, p. II y ss., y Alejandro Foxley, Experimentos neoliberales en América Latina, Fondo de Cultura Económica, México, 1988. Apud: “De modo general, el gobierno mexicano se ha empeñado en implantar en todos los ámbitos de la vida nacional -incluso en aquellos que aparentemente están más alejados de los procesos directamente económicos como la cultura, la educación y la universidad- pautas de rigurosa racionalidad económica tales como la productividad, la rentabilidad, la eficiencia, la competitividad y la auto o heteroevaluación permanente según estas mismas pautas.”

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