Saturday, May 13, 2017

DESBARBARIZACIÓN HUMANA.

REFLEXIONANDO SOBRE LA DESBARBARIZACIÓN HUMANA,
entendida como proceso educativo para este Siglo XXI.
México, abril, 2017.
Sandra Cantoral U.

La intencionalidad de esta reflexión sobre una posible desbarbarización humana, implica un acto espiritual, existencial, simbólico, imaginario y real de formación popular hasta la auto-organización de las masas, como lo expresa Rosa Luxemburgo; hoy sabemos de la necesidad humanitaria multicultural, interdisciplinaria, transdisciplinaria, multiética, de género y obviamente pedagógica, internacional y local, ejerciendo ACTOS responsables de Poder Político dialógico crítico en el actual contexto histórico  de la Lucha de Clases que nos apabulla con los grandes monopolios y transnacionales que no tienen límite en la acumulación y centralización capitalista.

Es hoy una exigencia  la consciencia política-académica para levantar las voces, porque lleva a tener que explicar las contradicciones  generadas entre las dos clases  sociales fundamentales actualmente en el globo terráqueo tan degradado, a saber  1. la burguesía, dueña absoluta de los medios de producción (que tiene una conciencia en sí-mismadamente egoísta, por eso acumula las ganancias del trabajo explotado desde tiempos inmemoriales a.C) y 2. el proletariado, despojado históricamente de estos recursos labrados con el esfuerzo de su trabajo en el proceso de historicidad esclavista, feudal, capitalista y socialista -pues sigue siendo un híbrido aún-; para valorar en una reconstrucción ético-moral, la superación histórica humanitaria que ha atravesado las distintas  épocas[1] -en sí; de sí; para sí nosótrica; que puede sintetizarse en Otra consciencia humanitaria, sí entiéndase, cual si fuera una síntesis o amalgama del devenir de esta realidad en los procesos de aprendizaje para rectificar y superar la barbarie inhumana, estos diversos  momentos en distintas épocas mentales de la humanidad han sido vividos a través del ejemplo, sea éste excelente o nefasto.

Sabemos que cualquier ejemplo se enseña a través del acto mismo  intencionado o no, con base en un método en la escuela del ejemplo en la internacionalización del capital, en la cultura hegemónica neoliberal de arrebato, robo, masacre e injusticia, aunque no necesariamente el sujeto educativo aprehende este sentido de barbarie, dependiendo del grado de conocimiento y de consciencia social asumida; así ese ejemplo del acto  concreto, que impone el odio y el egoísmo en el comportamiento entre el capital a costa del exterminio de la vida del trabajador es un acto que se aprehende al verlo y al repetirlo hasta naturalizarse, en donde los valores humanos se van constituyendo a través de las múltiples mentalidades de forma diferente, de acuerdo con sus historias de vida y los valores en la formación cotidiana desde la tribu, la familia, la escuela, la iglesia y los medios de comunicación de cada una de las épocas;  estos pasajes se tendrán   que explicar y comprender sin justificar nada, de forma reflexiva  en sus propios  matices de interpretación hermenéutica analógica -haciendo comparaciones para comprender de mejor manera- de la antigüedad y de nuestro mundo contemporáneo,  expresados estos hechos hoy, en el orden educativo hegemónico de la cultura enajenante, manipuladora y represora que se respira en el aire desgraciadamente en un planeta moribundo.

Hablar del comportamiento que ha provocado la mutilación enajenante, es referir al  despojo de nuestro verdadero poder, es decir, no RECONOCER las capacidades para transformar nuestro cosmos para el bien común, así ha sido remplazado ese poder humanitario de cada uno y de tod@s hoy en día, por la ideología burguesa dominante, con su ABUSO DE PODER militar corrupto, abusivo, mentiroso y violento, que se  constituye en el comportamiento cultural hegemónico de terror, transcurrido a lo largo de los siglos desde tiempos de Jesucristo antes por lingotes de oro, hoy por el petróleo y el mercado de drogas con toda la degradación y pobreza humana y espiritual que conlleva; en los inicios del esclavismo ya se veía cómo se despojó al trabajador directo de sus medios de producción, quedando al servicio del amo, después del señor feudal, del rey o de la reina en el feudalismo, del cacique en los ámbitos locales y finalmente del emperador patriarcal de la oligarquía financiera internacional actualmente; así están sintetizados los grandes monopolios y riquezas reinvertidas una y mil veces más, a costa de la pobreza y la explotación de este trabajador o trabajadora direct@s, sin recibir a cambio lo básico para vivir con dignidad humana; podemos valorar que es un hecho milenario, en donde hoy las leyes las hace e implanta el capitalista nacional e internacional con procedimientos bárbaros, denigrando al sujeto histórico del trabajo directo (con consciencia social a través de sus épocas de desgaste, esfuerzo y valor, al irse ASUMIENDO con  actos de RESPONSABILIDAD EMBLEMÁTICA, de ahí el trabajo humanista/educativo transdisciplinario/creativo, multidisciplinario o interdisciplinario, multicultural, multiétnico y de género, refiere el Dr. Heinz Dieterich), siempre en un contexto real de ‘sálvese quien pueda’.

Hoy día, se trata de que este sujeto histórico,  asuma como clase proletaria contra-hegemónicamente, lograr nombrarse en su transgresión/SUPERACIÓN creativa, lúdica y ejemplar para enfrentar al poder político bárbaro de reproducción violenta y de muerte que pervive hoy en día,  ‘ fingiendo hacer o resolver a través del sometimiento’ problemáticas cotidianas, cuyo parámetro es la utilización de las necesidades e intereses  de la clase social trabajadora tan degradada, a través de los medios masivos de comunicación, la escuela bancaria, la religión como institución cómplice de la clase dominante y de la familia funcionalizada/derechizada e irreflexiva de todo contenido crítico -en un ensimismamiento individualista-. Lo que se NECESITA hoy es contribuir a abolir la explotación del hombre por el hombre en los procesos de trabajo de la humanidad,  así como  la propiedad privada de medios de producción acaparados por la oligarquía financiera tan pervertida.

El propósito de esta reflexión educativa de desbarbarización, trata de re-significar la identidad de la clase proletaria, entiéndase de trabajadores y trabajadoras múltiples que no pertenecen a la oligarquía financiera internacional, sino que viven del producto de su trabajo directo  en proyectos educativos concretos en el auto-reconocimiento de esta clase trabajadora  sensiblemente  racional, cada vez más aguda y desobediente de los mandatos del capital, afirmándose históricamente como tal; tomando en cuenta que aun perdiendo, siempre se está ganando en ese reconocimiento individualcolectivo[2] del proceso de desbarbarización humanitaria, con base en la razón histórica que asiste a la clase trabajadora en el proceso de producción emancipado, creativamente liberado, es decir en la superación real  de la desigualdad social y de la explotación del trabajador y trabajadora proletarizados, es decir,  despojados de todo bien para sobrevivir humanamente con integridad, bondad, verdad, amor, libertad, belleza y autosuficiencia hasta saber gobernarse en equidad.

La hegemonía burguesa,  ha negado históricamente el poder político del  proletariado -trabajador(a) directo, antes esclav@, sirvient@ o desemplead@/emplead@ sin garantía de bienestar social alguno-. En el proceso de desbarbarización, el sujeto educativo tendrá que hacerse consciente de su historicidad recorrida, de que  el poder político existe en cualquier espacio y temporalidad que resultan por su espiritualidad humana, actos divinos, en el entendido, de que es necesario hacerlo explícito y público, por ser hoy una facultad de DERECHOS HUMANOS que se inicia a pronunciar  y, a organizar, como potencialidad emancipadora  de proyección humanitaria para el presente -sólo falta que se NOMBRE y que se propicie para que suceda en el mundo real, simbólico, existencial e imaginario de cada sujeto histórico, en la medida de las posibilidades de cada quien-, entendido este proceso de reflexión activa como la posibilidad de ser, del estar y del crecer en esperanza sublimada y organizada políticamente de la EXISTENCIA HUMANITARIA, que se muestran con los comportamientos histórico-sociales que se van acuñando a lo largo del desarrollo de esta humanidad entre las grandes mayorías, a nivel, local, nacional e internacional, en una VOZ que abarque al universo de valores ético-morales emblemáticos, amalgama de lo diverso.

Por eso existe la necesidad de la educación de masas en sus distintas dimensiones de posibilidad integral, que cree las condiciones socioculturales y económico-políticas (condiciones subjetivas y condiciones objetivas entre las naciones y pueblos), para sostener con identidad de clase proletaria que hoy nos globaliza, en una nueva formación política de desbarbarización virtuosa, por medio del ejemplo que se encarna en lo divino, es decir, en lo sagrado de  la socialización de todo lo producido por el trabajador (a) directos, a saber  la ciencia, el arte, la tecnología, la cibernética, las religiones-evangelios, la informática o el humanismo de transformación histórico-social en las relaciones de producción, de resistencia, de rebeldía y de dignidad liberadora, que haga estallar al monstruo  capitalista hegemónico para este siglo XXI de límite y, que hoy en día sostiene sólo el privilegio de unas cuantas familias con su abuso de poder, encubierto de demagogia y de supuestas democracias latinoamericanas y en el mundo -por ello actualmente se ve el terror que les causa su propio sombra al capital oligárquico, por ello la existencia de los MUROS fronterizos-.

Es vital lograr explicar la relación entre el capital de la oligarquía financiera internacional -la forma más acabada de la burguesía- y el trabajo directo del proletariado -despojado históricamente de todo medio de producción-, se requiere explicarnos hoy en día porque si la producción es social, la propiedad es privada, con un método materialista dialéctico, para conocer  la historicidad humana recorrida en esta película del desarrollo de la humanidad, con fundamentos científicos, empíricos, religiosos, artísticos y de alta tecnología, puede ser sólo un aspecto, con  las tesis político-filosóficas de Karl Marx, científico humanista público, para comprender las leyes del capital y la escuela epistemológica que se crea en este sentido, en torno a la denuncia del ABUSO DE TAL PODER POLÍTICO HEGEMÓNICO. Pues la cultura burguesa hoy día sigue siendo hegemónica desgraciadamente al interior de su crisis en todos los aspectos vitales; sabiendo que ha sustentado su abuso de poder político milenario, en el egoísmo, la envidia, el sometimiento, la crueldad, la violencia, el asesinato, el coloniaje, los golpes de Estado blandos y abiertos y, la degradación del planeta tierra, destruyendo a las más grandes civilizaciones y culturas que aún son emblemáticas por su resistencia y sufrimiento hundidas en un cúmulo de injusticias y de contradicciones.

Jalife opina que el límite ya se ha traspasado por la humanidad en sus formas de gobierno y existen respuestas al respecto para estudiarse a profundidad:

“1. PANDEMIA SEVERA.
  2. CAMBIO CLIMÁTICO.
  3. COLAPSO DE EUROPA.
  4. CHINA DEMOCRÁTICA.
  5. IRÁN REFORMADO.
  6. GUERRA NUCLEAR.
  7. RETIRO GLOBAL DE E.U.A.
  8. TORMENTAS SOLARES GEOMAGNÉTICAS, REDES ELÉCTRICAS DE                  PANDEMIA ELECTRÓNICA.
   9. INGOBERNABILIDAD DE ALGUNAS NACIONES POR EL COLONIAJE                  INTERNACIONAL.
  10. MOVIMIENTOS INTERNACIONALES DE LIBERACIÓN.
  11. ACCIONES DE DERECHOS HUMANOS CONSCIENTES”.

Hoy en día se trata entonces de re-significar o traducir humanamente  principios revolucionarios éticos, para la construcción moral humanitaria, no moralina, basada en culpas y chantajes, para desarrollarse en la próxima revolución socialista con dimensiones precisas y posibles de concretarse en la realidad nacional e internacional, desde una mirada educativa crítica, enalteciendo el  poder político del proletariado EDUCADO/humanizado, al reconocer su raíz cultural de origen,  que equivale al propio  contexto de la  lucha de clases para este siglo XXI en México desde un aprehendizaje intercontinental, en torno a la inminente unidad de la clase trabajadora que continua  desarrollándose en sus diferencias con la cultura burguesa, fundamentando este estudio y educación política con un trabajo interdisciplinario de clase social trabajadora, porque sólo el reconocimiento en la identidad proletaria, es poder político de emancipación humana, entiéndase, disciplinada, profesional, lúdica, creativa y equitativa, en el proceso de despliegue de la historicidad social para la formación de cuadros humanizados por sus derechos y obligaciones equitativas, valorando al sujeto histórico como totalidad política concreta, en el contexto de la lucha de clases, es decir en la sociedad, según las dimensiones alcanzadas en la identidad  para  poder impulsar una formación  humanitaria militante con sustento político de desbarbarización,  para abolir a la propiedad privada de medios de producción, por medio del aprehendizaje, que se logra sólo por el propio ejemplo, ¿cuál? El más virtuoso en el contexto de la revolución proletaria con una sensibilidad racional humanizada en la educación de masas, comunicándose por todos los medios y trincheras posibles sin desesperarse, pues esta tarea educativa es entendida como una construcción social innovadora, comprendiendo lo acontecido en el proceso de explotación del trabajo y de acumulación de capital de la oligarquía financiera. Se tendrá que ir legislando al respecto para poner límites que exigen demandas en torno a los derechos humanos básicos.

A lo largo de toda nuestra reflexión para una posible desbarbarización humanitaria en este siglo XXI, se tomará el caso concreto de la privatización de la educación y su contexto histórico social, actualmente como un acto de abuso de poder político en México, por ser un ejemplo emblemático en la lucha proletaria magisterial al enfrentar al Estado de Excepción fascista.

Como sabemos el poder político opresor del narco-estado-fascista en México refiere la forma de gobierno, de legalidad, el sentido del régimen y sus instituciones en la “razón de Estado”; pero reflexionemos que en la lucha de clases nacional e internacional que inicia en el presente siglo, también existe a la par el poder político conscientemente sensible, que re-significa, valorando al sujeto histórico-educativo, de acuerdo al contexto social y a la opinión pública de las mayorías en esta lucha social organizada o no, a través de la consulta y el diálogo político de honradez, transparencia y virtud ejemplares.

En este proceso comprendemos a las primeras comunidades primitivas,  abarcando a las organizaciones de masas, que tienden a globalizarse en contra del imperio monopolista del capital, justo en la defensa de nuestros derechos humanos básicos, lo importante es saber nombrarlos con cuidado, para ir cultivando la integridad física, intelectual y moral del sujeto educativo en el acto de desbarbarización, lo cual sigue costando vidas y,  cae en el campo de trabajo de los derechos humanos con una mirada crítica, valorándolo como una virtud histórico-espiritual divina sine qua non, entiéndase por medio del ejemplo artístico, científico, empírico, religioso, cibernético y ante todo solidario con capacidad de autogobierno en la resistencia sublimada, la cual es cada vez más dignificada en este tránsito humano de una conciencia ensí-mismada egoísta, a otra de sí como identidad personal, hasta comprender y asumir una consciencia proletaria para sí y, la que integra a todas ellas como posibilidad de amalgama es la consciencia humana globalizada; todas estas formas del ser conscinte/inconsciente en el horizonte de algunos valores de nuestra historia, toma luz, verdad y amor a través del asumirse en el acto mismo de manera integral, así se irán entreverando una formación educativa en otra que sea superior por su reflexión práctica; sabemos que no se pierde ninguna de estas formas del SER de la existencia, sino que solo se van desbarbarizando LOS ACTOS EMBLEMÁTICOS en su transformación educativa, pues como PRODUCTO DE LA CULTURA-divinizada el sujeto, es también y,  a la vez PRODUCTOR DE esa misma CULTURA LIBERADORA de culpas y castigos/auténticamente divinizada, porque se ha asumido la responsabilidad humanitaria poniendo límites humanos en un gobierno autogestivo horizontal.

El Poder Político y Lucha de Clases a enfrentar hoy en día de manera intercontinental, sugiere cuatro apartados en el proceso de desbarbarización, a saber:

I.               Conceptuaciones básicas sobre  la postura de clase proletaria, para dar cuenta del sentido de vivir la última fase del imperialismo mundial;  en la necesidad de romper con los roles funcionales y sus instituciones en los procesos de aprehendizaje de la sociedad capitalista, pues justo ahí está encarnada la contradicción en sí y de sí en la constitución de la conciencia existencial individualista del sujeto, en la relación entre el amo y el esclavo como una costumbre naturalizada  y acuñada en la mentalidad de este sujeto histórico educativo inerte en ocasiones, en las relaciones de abuso de poder político que ejerce la oligarquía financiera.

II.       El ejemplo hegemónico de la burguesía (oligarquía financiera) explicarlo a profundidad, para re-significar el sentido que tiene hoy día asumir una postura de clase para sí conscientemente liberadora en la resolución y superación humanizada del ser individualcolectivo (Cantón), construyendo conocimiento teórico emancipador desde nuestros derechos humanos nacionales e internacionales, para ello es necesario recuperar  los ejemplos más virtuosos del movimiento social y de la cultura de raíz histórica, incluyendo algunas de sus principales consignas; reconociendo a las relaciones humanas en el proceso de aprehendizaje, sabiendo que éstas no se reproducen de manera mecánica o lineal, sino en su historicidad dialéctica/dialógica de forma lúdica/concreta, y desde una realidad  objetiva y subjetiva posibles para cada contexto humanitario referido.

III.          Como sugerencia se podría re-significar  la lógica de Ágnes Heller por citar a alguien, en el concepto de historicidad social, entendida esta categoría como, la propia totalidad histórico-política concreta, es decir  el sujeto histórico en sí, valorado cual si fuese el tiempo histórico y el espacio con nombre y apellido del movimiento social durante la lucha de clases; se trata de que su propio cuerpo  ocupara en el mundo real a los actores de sus diversas épocas, tomando tres ámbitos de indagación para ello: la Historicidad social, la Totalidad política concreta y la Sociedad; esta última se explica como el escenario de la lucha de clases, para comprender  el rol individual que representa  la limitación funcional de la realidad concreta; ya que la funcionalidad más simple del cuerpo enajenado del sujeto en proceso de desbarbarización, está dentro de la lógica de  hegemonía del poder burgués y, se transmite/TRANSFIERE con carta de naturalización -eso es lo terrible-, se tendrían que usar  ejemplos de degradación para lograr mover las fibras más sensibles del sujeto, pues ello se tiene encarnado aún como  a algo divino, posible de salvarse, pues ni la ciencia ha podido dar cuenta de este estado de amor, de luz y de verdad como potencial humano para salvarse.

IV.       Porque a través de las diversas épocas de desarrollo o de humanización, el sujeto va transitando, hasta poder sostenerse políticamente  en una consciencia para sí, de clase proletaria, asumida revolucionariamente, haciendo una disección entre el hecho íntimo y lo público; conjuntándose ambos estados de la existencia del ser en su consciencia humanizada, compréndase, en los momentos de diversidad cultural de su existencia vital; entendiendo tal expresión socio-cultural, como la síntesis de la realidad social transcurrida y, transformándose de forma concreta por las fuerzas del movimiento amplio de masas en  su dialecticidad histórica INTENCIONADA y en ocasiones espontánea.
V.             La explicación con la cual actuar podría contener dos raíces fundamentales e inescindibles en esta reflexión hermenéutica/humanista, para la reinterpretación del acto de desbarbarización crítica a través de la historia; una raíz sería la esfera económica-política y la otra esfera o raíz de origen, es el acto sociocultural en la formación del sujeto consciente de su totalidad orgánica universal objetiva y subjetiva (globalización de mercados, mercancías, usuras, legislaciones, degradación, límites humanos para construir igualdad y equidad en nuestras condiciones de vida nacionales e internacionales.

VI.     Al entrelazar ambas esferas en entramados de acción hermenéuticos, didácticos y teóricos del proceso educativo o de humanización, al reflexionar las épocas del sujeto histórico, éste se haría consciente de cada espacio recorrido y de sus actos de barbarie en el terreno de lo universal y en lo particular de sus formas de vida/muerte. Para ello se requiere del conocimiento con grupos interdisciplinarios, religiosos, espirituales, de sabiduría popular con amplia participación política, participando  los tres de la supuesta vida democrática: poder legislativo, ejecutivo y judicial/militar, para entrar en una explicación concreta con argumentos científicos, alimentado por nociones, definiciones, ideas, símbolos, categorías y conceptos, desde esta concepción del proceso de humanización regido por nuevos DERECHOS HUMANOS que aún falta nombrar. Por supuesto este proceso quizá sea sumamente largo,  por ello se tiene que ir cubriendo de poco a poco en el mosaico de nuestras representaciones sociales, individuales y colectivas, haciendo  propuestas metodológicas posibles, que se desarrollen durante toda las diversas expresiones dialógicas con límites de seguridad integral de las personas, para que todas las voces que tengan una consciencia de volver a re-iniciar Otra socialización de todo lo producido por el trabajador directo, sea escuchada su voz y su palabra. 

VII.      Es posible acerca de la dialéctica de la identidad del poder político en la lucha de clases,  valorar las pausas entre la conciencia en sí y de sí existenciales, para dar cuenta de cómo se va ampliando la madurez del sujeto histórico, cuando éste puede sentir racionalmente  esa  existencia en sí y de sí al para sí con una cultura militante identificada con la lucha proletaria, en el tránsito imperceptible  que implica el proceso de autonomía del sujeto universal concreto por medio del reconocimiento de su trabajo individualcolectivo (Cantón), de acuerdo con  sus intereses y necesidades humanas -de cualquier extracción socio-cultural, incluyendo la indígena, afroamericana, mestiza, es decir sin distinción de raza, étnica, situación económica ni formación intelectual.

VIII.   Se podría probar el poder político liberador, con personajes individuales hasta comprender al todo existente,  desde la conciencia en sí y para sí, como una síntesis del espíritu histórico-social de cada época que condensa las aspiraciones del proletariado hoy en día, es decir con consciencia revolucionaria liberadora al ya no soportar más discriminación,  explotación en el trabajo, exclusión,  marginación,  desigualdad social y  pobreza material y cultural; estos síntomas constituyen al sujeto  de forma diferenciada como un verdadero sujeto histórico  revolucionario en lo local, nacional e internacional, al tener consciencia de cómo se vive y de cómo luchar en unidad con el conjunto de esfuerzos del trabajo compartido en síde sí al para sí  ahí condensados EN LA FORMACIÓN DE CUADROS generacionales, hasta alcanzar una reflexión de calidad HUMANITARIA para proponer un PROYECTO HISTÓRICO de vida en las relaciones sociales de producción para cada movimiento social, sabiendo de su autonomía y capacidad de gobernar su propio cuerpo militante y, tener su propio pensamiento, es decir, SER CONSCIENTE DE SU VOLUNTAD RESPONSABLE por el bien de las mayorías como un ejemplo emblemático entre los más, esa es la capacidad de organizarse para tal proceso de desbarbarización al lado de la multitud de voces que tienen que proponer y opinar sobre la existencia del ser humano para este siglo XXI.

IX.   Volver a re-significarnos como seres humanos integrales en el espacio educativo como clase proletaria, implica una tarea de desbarbarización de largo alcance, por medio del ejemplo vital, que al principio sólo  es significativo para él o la dirigente natural, en quienes se sintetizan los intereses de la mayoría en los procesos de emancipación social, hasta lograr que las sabidurías de dirección sean cada vez más horizontales, para que todos y todas puedan levantar la voz de manera organizada en la formación política/humanitaria, todo es contar con una  razón sensible e histórica de nuestro lado.

X.   Se puede proponer  un análisis crítico de cada postura educativa de desbarbarización, asumida con, por y para la emancipación de  la  clase proletaria local, nacional e internacional, comprendiendo la necesidad de la formación humana militante,  con la intención de incidir en la abolición de la propiedad privada de medios de producción como un ejemplo educativo del proceso de desbarbarización, que tendrá sus pautas, rítmicas y cadencias propias en cada situación concreta,  de acuerdo al despertar de la clase obrera, campesina, comerciante, desempleada, jubilada, asalariada,  de pequeños propietarios, empleados y pequeños empresarios, como vanguardia de la revolución socialista para el presente siglo.

XI.      Al considerar una concepción amplia del trabajador/trabajadora proletarizados,  se abren tres ámbitos de indagación sugeridos en esta reflexión de desbarbarización: en el primero se exponen las problemáticas a enfrentar en el poder  político  militante; el segundo da cuenta de las dificultades de la educación humana de masas; y por último se ve el proceso de aprendizaje en su entraña educativa, con la importancia de destacar  ejemplos virtuosos y vitales de la historicidad humana recorrida, que nos sirvan como material didáctico en esta lucha del poder político  de la clase trabajadora para desmantelar a la oligarquía financiera, que es la forma más acabada de la burguesía.

XII.       Hablando específicamente de la realidad mexicana, se intentaría fundamentar esta explicación ACTUADA con el sustento de  documentos de primera mano de los múltiples especialistas a participar en los diversos temas que nos apabullan, de acuerdo a las principales propuestas de los movimientos, más allá de que éstas sean o no posibles en el momento histórico de la presente lucha de clases e impunidad del narco-Estado-gubernamental en México, ya que aún tal lucha educativa está en una etapa de resistencia y no de ofensiva, al menos no de manera generalizada, sabiendo que hoy día el sindicalismo combativo se encuentra en su mayoría  desmantelado por la burguesía, por lo que se tendría que iniciar redes humanitarias, vinculándonos así al trabajo directo con comunidades posibles en la praxis del movimiento de masas con un carácter  teórico educativo casi sagrado, muy emblemático, es decir de desbarbarización concreta moviendo consciencias, como lo han hecho muchos luchadores sociales hoy en día.

Para lograr esta reflexión de desbarbarización sobre el Poder Político en la  Lucha de Clases nacional e internacional, se puede ocupar   bibliografía de los años 70, 80, 90’s y referencias actuales, para indicar los rasgos de la crisis imperialista,  se tendrá que reconocer algunas tesis del movimiento social en México articuladas a la historia de Latinoamérica, con base en la racionalidad epistemológica del materialismo histórico dialéctico (teoría práctica) y a la sabiduría indígena (muy socavada y destruidos en parte la escritura de sus orígenes);  para valorar el despliegue de la decadencia de dicho imperialismo, en donde ya no existe futuro para la humanidad, sino más bien retrocesos de reciclaje histórico, al ser por lo visto, la última    fase   de desarrollo del capitalismo mundial      en la sociedad -según lo plantea Lenin y se corrobora hoy día en los hechos-,  en la cual se vive la contradicción irresoluble entre el capital y el trabajo; de ahí se desprenden las TESIS siguientes:

1) Los síntomas de la violencia actual, son contradicciones secundarias multiculturales, que provoca en esencia  el despojo de bienes de producción a la clase trabajadora, ejercida por la explotación de la clase dominante, es decir contradicciones  provocadas por la relación social entre el capital y el trabajo.

2)    Las diferencias entre la cultura burguesa y la cultura proletaria, se definen por sus necesidades e intereses de clase, por eso la cultura proletaria es de resistencia, contra-hegemónica en la consciencia para sí en  acciones de autodefensa; en cambio la cultura burguesa en su hegemonía imperialista tiene una tendencia neofascista[3].

3) De igual forma se reconocen dos poderes políticos diferenciados en las relaciones del proceso educativo de desbarbarización con una postura Crítica INTERDISCIPLINARIA, MULTIDISCIPLINARIA Y TRANSDISCIPLINARIA humanista, a saber desde un   poder político emancipador frente al abuso de poder político de la oligarquía financiera internacional, lo cual tiene que ver con el comportamiento histórico del proceso de humanización-deshumanización que hemos recorrido como un espacio hoy de condensación histórica, que tendrá que ser diferenciado y encarnado en cada sujeto histórico educativo de forma dialéctica con  esplendor popular, reconociendo la diferencia existencial entre lo íntimo y lo que tiene que ser público en el tenor de los derechos humanos, como principios educativos ético-morales.

4)    La educación del poder político popular explica a las demás formas de poder por ser más amplio en su historicidad, ya que dicho poder en la defensa de los derechos humanos, hoy es el poder político dialógico con humildad e intencionalidad liberadora,  puede explicar al poder social, al cultural, al económico o al militar por ejemplo; pero estos poderes por sí mismos, no pueden explicar al poder político de desbarbarización propuesto.  Por eso es vital para la sobrevivencia humana la educación política de masas[4].

5)  De manera que el desarrollo del capitalismo internacional y nacional en el imperialismo sin fronteras, ha engendrado un monstruo  de violencia en las costumbres que corrompen  y pervierten, que es la  propiedad privada de medios de producción, centralizada y acumulada ésta en unas cuantas manos de la oligarquía financiera mundial y de los monopolios imperialistas, es decir por la burguesía capitalista como clase fundamental en esta lucha de clases que se tiene que superar humanamente.

6)    Se tendrá que legislar sobre DERECHOS HUMANOS, para enfrentar todo tipo de barbarie: opresión, robo, violencia, tortura, difamación, muerte, desaparición forzada, golpes de Estado ‘blandos’ dirigidos por el imperialismo internacional, guerras de intervención y de exterminio y, la degradación del planeta tierra con todo lo que está sobre de éste y en su entorno. Podemos valorar que todo ello, es un síntoma de abuso de poder político, que tiene que ser impedido, tendremos que exterminar con calidad humana ese mal histórico/social.

7) La tendencia es por tanto, el despliegue de  la construcción de nuevas constituyentes para el siglo XXI, con base en un frente único y una central sindical revolucionaria como consignas del movimiento social internacional; teniendo consciencia de que es sólo a través del fragor de la lucha proletaria concreta en el movimiento de masas, en donde se irán construyendo  los paros políticos generalizados y  la huelga nacional, local e internacional, como movimientos que se avecinan; y que aquí sólo se presenta su reflexión como una propuesta sociológica posible de realizarse para la educación de masas con principios de desbarbarización, quizá suceda a largo o mediano plazos, ello depende de la situación concreta de conocimiento teórico, de experiencia, de conscientización social y de acuerdo con la intuición política liberadora acumulada como un acto de amor, de un esplendor artístico y espiritual humanizado, que prevalece sublime en nuestro ser, por lo que es necesario que se EXPRESE en libertad, con seguridad y con alegría.

Desde esta visión Crítica de Desbarbarización, se sostiene que  las contradicciones secundarias en el comportamiento de género, de raza, de prostitución, de etnia, por tierras, por religiones, por plazas magisteriales, por preferencias sexuales, etc. etc. son sólo oficios obligados en la formación del abuso de poder político burgués,  son roles superfluos de la enajenación, es decir, son producto histórico de la contradicción esencial entre el capital y el trabajo que resultan al final de cuenta MERCADOTECNIA PARA LA GANANCIA CAPITALISTA, que aparece como algo natural, sano e inocente, por lo que hay que desenmascararlos a la luz pública, local, nacional e internacional.

Para reflexionar la historicidad de barbaridades cometidas, se tendrán que desmenuzar las partes más simples del todo y, matizar las diferencias aparentes, pero no esenciales, tengamos consciencia de ello;  pues  su origen no es un hecho dialéctico, sino de abuso de poder político forzado y de gran violencia obscurantista,  entre el amo y el esclavo, históricamente comprendido el proceso de desbarbarización al hacerse cómplice, según lo ha impuesto  la cultura burguesa  hegemónica. Es vital por tanto tener consciencia de que esta cultura enajenante, no es  absoluta, ni ahistórica y mucho menos eterna o acabada desde su ideología fantasiosa y de falsa divinidad. Por eso es necesaria la educación política de masas en todo su mosaico matizado, colorido emblemático para los aprehendizajes concretos y evitar así volver a caer en la misma trampa.

En este sentido, se sugiere Otra re-significación histórico-dialéctica del proceso de desbarbarización en la lucha de clases a enfrentarse humanamente, para poder construir políticamente  una sociedad en equidad re-humanizando un proyecto educativo organizador libertario que parta de la lucha popular de forma particular y creativa, lo cual está sucediendo cada vez más amplia e innovadora en procesos maduros de aprehendizaje.

Por aprehendizaje, se entiende dialécticamente al acto político-educativo de desbarbarización, que se apropia y se atrapa en la esencia del ser humano o sujeto educativo visible en sus hábitos,  forma consciente o inconsciente de vida, en ese tránsito indescifrable de asunción humanitaria, sin que exista pureza alguna, sino sólo responsabilidad vital asumida frente a la vida-muerte de cualquier espacio histórico constituido en este largo proceso de hacernos seres humanos, de forma libre y voluntaria con una intencionalidad, la desbarbarización planetaria. Porque como expresa Marx: ‘El hombre es un animal político’, hoy sabemos más sobre la defensa de sus derechos humanos
.
La visión metodológica de esta propuesta reflexiva de desbarbarización, articula 4 espacios de conocimiento que pueden trabajarse  en propuestas humanitarias precisas en las pequeñas o en las grandes comunidades:

1. El aspecto antropomórfico sobre lo evolutivo existencial del sujeto y su mundo simbólico divinizado. 2. El aspecto histórico-político en el consciente e inconsciente  colectivo del sujeto en la lucha de clases.  3. El aspecto del espacio existencial profundo psíquico-afectivo del sujeto educativo; estos tres ámbitos, se consideran para incidir en la construcción de 4. El aspecto Crítico de Humanización. La reflexión está dirigida intencionadamente a sectores populares de la realidad mexicana, para ello se requiere de TRADUCTORES MULTICULTURALES, multiétnicos y de género (Heinz Dieterich)  que avancen de poco a poco cubriendo a la  población en México, en Latinoamérica e internacionalmente en redes sociales posibles.  En este sentido se deja abierto a debate esta reflexión, sobre  la pregunta político-filosófica y/o humanista espiritual acerca de:

¿Quiénes, cómo, en dónde, para qué y con quiénes  contribuir y asumirse en un  poder político de masas que parta desde el desarrollo de la infancia,  para enfrentar  la violencia de la cultura burguesa, como un trabajo  educativo de desbarbarización nacional e internacional?

Al respecto Ricardo Fuentes, economista de Oxfam Intermon/22/03/2017, reflexiona:
"Hoy en día… “los datos muestran que la concentración de la riqueza es una tendencia de largo plazo y que se ha acelerado después de la crisis financiera global. El punto de quiebra fue alrededor de 1980 y esto tiene que ver con la primera ola de liberalización económica y de los mercados financieros y la pérdida de poder de los sindicatos.
En el primer documento de desigualdad que realizó Oxfam Intermon vimos que, para los 26 países en los que hay datos entre 1980 y 2010, en 24 de ellos se produjo un incremento en la concentración del ingreso. Los únicos dos países que no la habían aumentado eran Holanda y Colombia, que tenía ya un nivel muy alto. Esta tendencia es más notable en países anglosajones, por ejemplo, en EEUU se duplicó, pero también ha sucedido en países de los que intuitivamente pensamos que son más igualitarios, como los países nórdicos. Esto demuestra que es una tendencia de largo plazo, que cubre al menos tres décadas, y que tiene que ver con los cambios en las estructuras económicas.
¿Qué tipo de cambios?
Lo que es muy curioso es que esta concentración de la riqueza está asociada al poder y una de sus mejores representaciones son los monopolios y los oligopolios. Un monopolio es un arreglo económico ineficiente donde existe extracción de rentas, que es una transferencia de rentas de los consumidores, quienes pagan un precio extra por comprarle a un monopolista. Estamos viendo ahora una concentración de mercados en la mayor parte de las industrias. Por ejemplo en el sector financiero a nivel mundial, en telecomunicaciones, en distribución de alimentos… Esto lo que hace es que encarece el precio de los bienes para el resto de la población y, sobre todo, inhibe la competencia, la innovación, la creación de riqueza y todo aquello que la teoría económica clásica diría que es fundamental para el progreso. Lo que hace es convertirse en un capitalismo de amigos.

Hay algunas consecuencias positivas de la globalización, por ejemplo una buena parte de la reducción de la pobreza de ingresos alrededor del mundo tiene que ver con estos procesos de integración. Estas cosas son buenas, pero también hay cosas muy malas y estas tienen que ver con la marginación de la clase media y la clase trabajadora en países de ingresos altos, como es España. Hay que analizar qué fue lo que cambió con la globalización y tratar de encontrar las políticas públicas que den oportunidades a la mayor parte de la gente y esto es lo que yo creo que no estamos haciendo.

¿Significa que hay una extracción de rentas de las clases medias de los países desarrollados hacia los trabajadores de los países pobres y los propietarios del capital?

Esa es la gran pregunta para los siguientes años. El mundo sigue generando riqueza, por eso tenemos que inventar un sistema en donde la globalización pueda seguir creando riqueza pero esté mucho mejor distribuida. De lo contrario, tendremos enojo y frustración en la sociedad.
¿Un país puede pelear en solitario contra los efectos negativos de la globalización?
Yo creo que sí es posible, pero lo que es importante es la cooperación internacional. Tiene que dejar de ser comprendida como la ayuda de los países ricos a los países pobres, sino como la forma de cambiar las reglas internacionales que permiten a las élites, por ejemplo, evadir impuestos, o mover su dinero sin que exista un registro.
El tema del cambio climático también es importante, porque aunque no tiene que ver con riqueza tangible, sí es un problema de distribución de riesgos. Ahí la cooperación internacional tiene que ser muy grande. Es una agenda muy amplia que va a llevar muchos años, pero que es fundamental para el bienestar de toda la humanidad.
Hay ciertos indicadores que sugieren que los líderes alrededor del mundo se están dando cuenta de que hay que cambiar las cosas. Por ejemplo, ya se está hablando mucho más de evasión fiscal que hace 10 años. Mi preocupación es que estas discusiones ocurren a una velocidad mucho menor de la que están sucediendo los cambios. Uno de los desafíos es que a nivel internacional no hay una rendición de cuentas. Por eso organizaciones internacionales como Oxfam tienen que reinventarse para tratar de contribuir a eso.
Tenemos que incorporar todo esto a un debate público para tomar todas estas decisiones de forma democrática. El problema es si nos encontramos ante sistemas que cada vez dejan menos espacio a la conversación democrática y a la representación de la ciudadanía. En ese caso, ¿cuál es el paso anterior? Lo que nosotros estamos promoviendo es lo que llamamos ciudadanía activa. Puede parecer algo muy desconectado promover la organización ciudadana para luchar contra la desigualdad económica, pero dadas todas estas cosas que estamos conversando, es un paso esencial. La ciudadanía tiene que recuperar su potestad ante la toma de decisiones públicas. Si no hacemos eso, todas estas discusiones van a seguir en manos de un grupo muy pequeño que van a tomar las decisiones en base a su interés y no en el de la mayoría.
Para mí ese es el gran optimismo, porque veo una gran organización ciudadana alrededor del mundo, los ciudadanos están hartos, y lo hemos visto desde el inicio de la crisis con movimientos como Occupy Wall Street, los indignados, o en México con la reacción ante los casos de conflictos de interés en el gobierno y los casos de desapariciones. Hay muchísima energía en la ciudadanía. La pregunta es ver cómo se transforma esa energía en poder político real para poder asegurar que todas las discusiones y la toma de decisiones sean democráticas."


 Tendremos que ir reflexionando de qué hablamos, cuando hablamos sobre un proyecto educativo de desbarbarización.






[1] Por Época se entiende la forma particular de significación cultural (que se asume por la consciencia de la comprensión. El término consciencia refiere a una conciencia profunda desde la antigüedad) en los comportamientos de la burguesía y del proletariado en su lógica dialéctica de origen, entre el amo y el esclavo que será utilizado a lo largo de esta investigación. Es el periodo del conocimiento, del recuerdo de lo experimentado, de lo que ha sido vivido y que tiene un sentido teórico práctico, es decir re-flexivo (crítico/creativo/metódico) y de práctica común que permite desde la teoría marxista práctica, organizar y orientar en el proceso de la lucha de clases el porvenir. Vid. Villoro, Luis. “Filosofía para un fin de época” Ed. en Nexos No. 185, México, Mayo de 1993. Pp. 43-50. El subrayado es nuestro.
[2] Valentina Cantón se refiere a la categoría de individualcolectivo para aclarar “la concepción del sujeto como sujeto descentrado, renunciante al ser y por tanto desposeído de certeza, comodidades y verdades, un sujeto en permanente búsqueda y movimiento, que son, al mismo tiempo, los productos y motores de su extrañamiento sobre sí y sobre las cosas que conoce; extrañamiento que le conduce a la necesidad, al reconocimiento de aquello que le falta, aquello que quiere, al menos como un bien ‘material’ y que puede explicar, crear su definición con palabras como !incluso ‘interés’¡, para después ser consecuentes con ellas en su acción”, por lo que lo individual implica lo colectivo y lo colectivo lo individual, lo cual se sintetiza en la noción de particular desde la concepción hegeliano-marxista, metodológicamente hablando. La categoría de Cantón, atraviesa toda la lógica de la presente reflexión. Cfr. Cantón Valentina, 1+1+1 no es igual a 3. Una propuesta de formación de docentes a partir del reconocimiento del particular. Ed. UPN, Colección Textos No. 6, México 1997. 173 pp. P. 140. 
[3] Perteneciente al fascismo, partidario de esta doctrina o movimiento social. Fue un movimiento político y social de carácter  totalitario, que se produjo en Italia por iniciativa de Benito Mussolini, después  de la Primera Guerra Mundial; el fascismo es la doctrina de este Partido italiano y de las similares en otros países, que inculcaron el terror entre la población inocente. Vid. Diccionario de la Lengua EspañolaMéxico 2001, P. 2010.
[4] Elias Canetti, en "Masa y poder" refiere en forma narrativa  una intransigente reflexión acerca de la naturaleza de la sociedad y, en particular, de la violencia. Canetti descifra la sociedad como si de una actividad mental se tratara, y concibe un estudio absolutamente original en torno al comportamiento de las masas ante la dialéctica de la obediencia.

PARA SU REFLEXIÓN.

|PROPUESTA EDUCATIVA DE ‘DESBARBARIZACIÓN’ HISTÓRICA DE LA HUMANIDAD 2017.
Tendremos que reflexionarlo a partir de la constitución del niño y de la niña, como sujetos históricos.
Por Sandra Cantoral Uriza.
10 de Marzo, 2017.

Introducción
En este primer escrito sobre el tema de una educación de ‘desbarbarización’ de la humanidad frente a la violencia por la violencia misma, primeramente  se hace referencia a algunas expresiones históricas en las que él y la niña se constituyen como seres racionales. Nos interesa analizar en particular a la niña y al niño como un momento de la mujer y del hombre, pues  en el ser humano se sintetiza la naturaleza evolutiva y la formación socio-cultural espiritual-emotiva, sucediéndose en un entreverado complejo de la historia de la humanidad; en el niñ@ se condensa el fundamento e inicio de la realidad histórica de dicha humanidad, como obvio de la realidad mexicana, en donde las formas de control social y de violencia han sido muy efectivas a lo largo de la historicidad recorrida -religión, familia, medios de persuasión/comunicación, escuela formal y, la calle-, debido al dominio histórico de los grupos en el poder militar en el ejercicio y transcurrir de los derechos humanos conscientes o no. Por ejemplo, hoy sabemos cómo muchos niñ@s son utilizados como fuerza de trabajo barata, siendo explotados desde la infancia; la cruda realidad rebasa cualquier legislación, ante la tendencia de aniquilación de la capacidad reflexiva de los grupos sociales más empobrecidos, así, las determinaciones sociales irracionalmente tecnologizadas y capitalizadas históricamente, hacen del niñ@  seres pasivos y/o activos a la vez, en múltiples posibilidades de interrelación de esos dos momentos de obediencia/desobediencia irracional/racional, así como de capacidad crítica y autocrítica, dependiendo de los valores humanos inculcados, entendidos éstos como normas éticas, tradiciones, costumbres y las formas espirituales de producción existentes[1] en el respeto a derechos humanos integrales, que se gestan en el orden/desorden social y cultural como valores de nuestras diversas épocas expresadas a través de la fe, las creencias, los saberes dados por la experiencia y los conocimientos profundos especializados, que inciden en el contexto histórico-social de las instituciones constituyentes de las conciencias de  cada niñ@ de manera particular.

En los matices culturales se valoran las nuevas condiciones sociales a partir de las cuales él y la niña pueden pensar algo, siendo esto lo más importante del proceso de humanización o educativo, ENSEÑAR A PENSAR al menor, para enfrentar el reto de vivir, y el aprender a disfrutar de nuestras diversas formas de vida. La educación (proceso de humanización/deshumanización) podría hacer del niñ@ un ser humano digno, es decir integral en el sentido físico y espiritual; por ello nos preguntamos -pues somos muchos quienes reflexionamos críticamente al respecto- sobre la posibilidad de su dignidad, en un trabajo en donde se le trata indignamente; ¿cómo se gestan esas formas de dignidad de manera sui géneris? e.g., en la niña que para poder sobrevivir en ocasiones desde pequeña, tiene que dedicarse a la prostitución, tachándoseles desde esa infancia de mujeres malas o de ser un mal necesario, dejando toda la responsabilidad en ellas en las mujeres, y los hombres sólo aparecen como excénetas -como si nada pasa ahí-, o simplemente como clientes[2]. Nos preguntamos ¿podrá ser su condición específica de prostituta un  valor ético de  dignidad? Entendemos por dignidad a la potenciación de las capacidades humanas con calidad de vida, ahí el sujeto es para sí y para los otros en distintos niveles de capacidad humana y/o salud mental, presentándose como lo que es con franqueza, frescura y honestidad, al asumir los conocimientos que le hacen falta para reintegrarse como memoria histórica de la humanidad; así la dignidad es la decencia/entereza del hombre y de la mujer universales en sus aspectos más amplios y críticos en contextos específicos contradictorios, pues la transformación cultural radical con base en la agudeza del sacrificio y del trabajo, podrían ser vividos con alegría y satisfacción; así valoramos  porque un hecho histórico puede tardar décadas quizá siglos en acontecer, pero cuando las condiciones espirituales y materiales de los procesos humanos en la consciencia colectiva suceden, puede acontecer en pocos días el gran cambio, cual si fuera una gran sorpresa inesperada en el aprendizaje de la humanidad. Por eso la indignación humana es muy poderosa en el terreno colectivo, y el niño y la niña lo perciben en el clima de su época a través del ejemplo por medio de los sentidos más sensibles y sublimes de su existencia humana.

Tratar de entender cómo él y la niña en su proceso de constitución de conciencia se van objetivando socialmente por medio de múltiples expresiones culturales, nos lleva a plantear que es claro que son ante todo los adultos los responsables y el Estado en turno (esclavista, feudal, capitalista o socialista) de que esas expresiones se vivan enriquecidamente en el niñ@, intentando no lesionar a ningún otr@ en el devenir de su desarrollo humano, de manera que puedan EDUCAR su egocentrismo original en condiciones sociales que multipliquen la objetivación social para sí como verdaderos seres humanos, es decir, para el bien de toda una  comunidad. Esta interpretación analítica pretende plantear el problema de la existencia del niñ@ y en sí del ser humano integral para una enseñanza de desbarbarización.

El pensamiento del niño y de la niña.
Desde el inicio de sus intuiciones hasta sus primeros juicios de valor, el niñ@ piensan los problemas de manera concreta y no desde el ámbito de las abstracciones; lo que intentan resolver siempre es algo con vida, sus pensamientos verifican y comprueban sus suposiciones, sus necesidades e intereses con base en preguntas frescas, hechas para  ell@s mism@s al principio, no para los otr@s, aunque sólo hablando con los demás pueden humanizarse; es decir, hablar y actuar sobre quienes van siendo junto a los otr@s; sin embargo, su pensamiento es aún ahistórico para sí, pero es un pensamiento que está creando historia con sus preguntas.

Por supuesto, las preguntas y las suposiciones que el niñ@ son capaces de hacer corresponden con sus experiencias y referentes adquiridos en su proceso de conocimiento, por ello la revaloración de la dignidad es un hecho que se construye viviendo, intentando hablar sobre ese vivir, sabiendo que se es útil para algo entre los demás de la sociedad y que en ese vivir sus sufrimientos, sus alegrías, sus fantasías, sus deseos, el sujeto sólo se hace historia cuando tiene voz para decir cuáles son sus necesidades reales en relación con los otr@s; es importante distinguir aquí la fuerza con la que han sido formados los sujetos, lo cual constituye su bloque de pensamiento con base en el ejemplo; cuando nos referimos al ejemplo, aludimos a las capacidades intelectivas y emotivas del adulto que es capaz de transmitir y de enseñar al niñ@ algo posible de potenciarse socialmente. En la enseñanza puede haber transmisión subjetiva, que se expresa sutilmente en la relación social, en cambio en la transmisión/transferencia de las cargas afectivas, no es tan subjetiva la voluntad del sujeto, estas vivencias son las que conforman su conciencia/inconsciencia en sí y de sí existenciales; así los referentes que tienen más fuerza en la lógica de su pensamiento, denotan su predominancia para cambiar estos valores radicalmente, para criticarlos, para re-significarlos, para rechazarlos, etc., pero serán finalmente los esquemas con los que el sujeto se enfrenta en el transcurso de su vida constantemente en un proceso de autoconsciencia en contra de los paradigmas de violencia física y/o simbólica establecidos y que pueden incidir en el proceso de desbarbarización.

La construcción de los conocimientos que potencien el pensamiento del niñ@, implica un determinado grado de racionalidad, para poder juzgar qué papel se juega en la sociedad y, valorar cómo relacionarse, comunicándose con los otr@s, para precisar qué necesidades se están generando y cómo éstas se entienden. En el proceso de conocimiento del niñ@, se va constituyendo su bloque de pensamiento, con diversos referentes desarticulados e imprecisos en sus orígenes, al respecto Piaget dice:

“… los esquemas de acción… multiplicados gracias a nuevas conductas experimentales se hacen susceptibles de coordinarse entre sí, por asimilación recíproca, a la manera de lo que habrán de ser más tarde las nociones o conceptos del pensamiento propiamente dicho… existe pues, una asimilación sensorio-motriz comparable a lo que será más tarde la asimilación de lo real y a través de las nociones y el pensamiento”[3].

Estos esquemas de acción que el niñ@ van estructurando en su bloque de pensamiento con base en la experiencia, permiten que vayan delimitando subjetivamente sus intereses traducidos en acciones concretas, desde las diversas nociones que hayan adquirido de esa conciencia social que los constituye y reconstituye culturalmente; y es conforme a la sensibilidad y emotividad que les brindan los adultos, que se va agudizando su memoria y conciencia ingenua, es decir, una consciencia simple/existencial que le permite al menor la resolución de problemas prácticos e inmediatos y, en el transcurso de los contextos sociales y las exigencias cognitivas de su medio,  su evolución va desarrollando multiplicidad de expresiones de sí mismo que son cualitativamente diferenciales en cada niñ@ de acuerdo con su ubicación cultural, en donde se le da forma y sentido a la acción y al pensamiento del ser humano y, éste a su vez con sus objetivaciones vuelve a dar nuevas formas al hacer cultural; así se desarrolla el orden/desorden de sus niveles de adaptabilidad humana o no y, más tarde por medio del lenguaje empiezan a expresar sus primeras fijaciones, que repite constantemente pero en donde éstas nunca tienen la misma forma de vivirse, debido a que ninguna de sus necesidades e intereses son  iguales, ni las condiciones gestadas culturalmente tampoco lo son; desde el ámbito familiar, es con lo que un niñ@ comienzan a elaborar, a improvisar, a experimentar, a compartir, a dominar, a imponer, a comprender, etc. y, con base en esa formación familiar esencial, es que se enfrenta el y la menor a otras exigencias de conocimiento social, matizados de violencia o no conciente/inconsciente, sea en el contexto comunal, el religioso o el escolar, pudiéndose contener el uno en el otro en un solo movimiento; él y la niña tienen que producir y reproducir ideas, formas de trabajo, de dominación, de alegría, de agudeza mental, de inquietudes, impresiones y de proyectos de vida con una gama de matices que van cambiando constantemente en una secuencia de posibilidades que corresponden con el acto y el pensamiento del menor en cada época recorrida, recuperándose en su conciencia constantemente lo más significativo e inmediato de lo que ha vivido socialmente, como un eje que articula y re-significa su nivel de racionalidad y de valores humanos, para poder distinguir qué justificaciones existen en el discurso hegemónico de cada época, poniéndose en juego la lógica de pensamiento del menor, con base en sus valores éticos, estéticos y teóricos que lo constituyen, como una totalidad concreta inescindible, haciéndolo un ser diferente a los demás seres humanos en sus capacidades y rectitud en sus actos que se van perfilando desde la infancia en el control de su egolatría.

Incidencias en el proceso educativo del niño y de la niña
Desde los primeros vínculos sociales creados en la familia incide la fuerza moral subjetiva de manera fundamental en las posibilidades de objetivación del niñ@, que continúan en las prácticas que ést@s adquieren en la escuela o en la iglesia, o en cualquiera de las formas de intersubjetividad humana de manera común.

Desde que él y la niña son muy pequeñ@s se les va transmitiendo cómo enfrentar su vida, a través de los primeros valores gestados en la familia, tomando en cuenta que cada familia se va transformando también socialmente, como exigencia del devenir social; de ahí la nostalgia de los adultos por lo pasado e irrepetible porque ya ha sido vivido y, al no saber cómo modificarlo desde el presente, los recuerdos son idealizados, al no poder enfrentar éstos sus deficiencias culturales; por supuesto entendemos a la familia como el grupo de sujetos incidentes directamente en el niñ@, pudiendo ser la familia en algunos casos una sola persona, un internado que funge como formador inicial, o cualquier grupo sin que existan vínculos genealógicos, pero que transmiten al niñ@ referentes con los cuales constituyen sus estructuras cognitivas iniciales, para seguir constituyéndose-desconstituyéndose socialmente, a través de sus prácticas y capacidades humanas cognitivas. Así, la familia es la transmisora de los valores fundamentales de ese ser, que es social desde su nacimiento, en donde el llanto es su primera expresión humana.

De acuerdo al crecimiento del niñ@ y a la experiencia vivida socialmente, se van sintetizando en su bloque de pensamiento referentes de diversos tipos, que denotan sus intereses y necesidades determinadas y determinándose constantemente; en la mediación cognitiva de lo social, él y la niña van preguntando qué piensan los demás sobre ellos y ellas mismas, qué quieren los demás de ell@s en una cadena constante de deseos, entrando de esta manera en el mundo de la subjetividad, con una existencia particular; esto no quiere decir que se abra una puerta de un momento a otro por donde el niñ@ entran; sino que desde su nacimiento se van generando nuevas condiciones en donde para cada niñ@ tiene un sentido ubicarse en una acción con respecto a los demás y viceversa; ya que empiezan a importarles los sujetos que los rodean como seres humanos diferentes a  ell@s y, es por medio del desarrollo del lenguaje que él y la niña se van haciendo  sujetos que hablan su historia y que en el transcurso de su vida social se dan cuenta de sus discursos y expresiones irrepetibles, que se objetivan culturalmente en sus actos, de los cuales él y ella resultan ser los únicos responsables, de acuerdo a la capacidad de concentración de aquello que conocen y entienden, con base en las preguntas que los otr@s puedan hacerles y de las que él o ella formulan para que sean reconocidos sus intereses socialmente.

Este hecho se vive de modo contradictorio, Couge, escritor francés, lo expresa así: ¡el sujeto es donde no piensa y piensa donde no es!, ello con respecto a la complejidad de la identidad del sujeto; igual Hegel planteaba que

“el hombre es lo que no es, y no es lo que es: el ser del sujeto está en su no dualidad que actúa, la negatividad se disuelve en negatividad en general”[4].

Con esta idea vemos lo irrepetible y por lo mismo lo aparente de cada acto, en su constante mutación de lo real, ahí es donde existe la tarea pedagógica de responsabilidad y reparación del daño cometido en términos de derechos humanos. Porque él y la niña en su proceso de conocimiento van transformando su fuerza subjetiva socialmente y, en su “ser-hacer” se objetivan al compartir con las personas constituidas en su bloque de pensamiento, todo aquello que han vivido culturalmente bajo la lógica de sus intereses y necesidades, que corresponden con el nivel de conocimiento adquirido en su historia de vida. Cuando hablamos de las necesidades, nos referimos a

“los valores por realizar, las formas de dominación por revocar, en el horizonte de las actitudes egóticas que le impiden ver más allá de su particularidad y de intereses egoístas, que le anclan en el ‘hago lo que quiero de la libertad cotidiana’”[5].

Es claro que la lógica racional del sujeto hace referencia a la manera particular de expresión social, que permite la búsqueda de la intensidad y profundidad de los conocimientos, como guía para vivir, siendo esto lo que distingue al hombre y a la mujer de los animales. La razón permite acceder al conocimiento personal, en aras de la libertad propiamente dicha, es decir, para liberarse de prejuicios y creencias acerca de la realidad, como su apariencia e inmediatez, en donde la realidad y el pensamiento como parte de ella se sintetizan en el ser; así es como

“…nunca logramos olvidar completamente, porque somos cómplices conscientes o inconscientes de nuestra cultura, de su pasado, presente y futuro, querámoslo o no. Por ello, elegimos la levedad en lugar de la pesadez, el kitsch en vez de la razón crítica, el olvido antes que la memoria, la solemnidad a cambio del humor,[6] expresándose así la contradictoriedad existencial del sujeto.

La objetivación del niño y de la niña
El niño y la niña rodeados de adultos se objetivan socialmente cuando al tener en su bloque de pensamiento un mundo real, simbólico e imaginario, refiere Lacan, cual una totalidad expresada en su particularidad,  va constituyéndose su entendimiento de acuerdo con lo que es capaz de representar simbólicamente de esta realidad; pasando por un mundo imaginario, al manifestar sus deseos, de acuerdo con lo que  fija en su bloque de pensamiento en ese desdoblamiento necesario, porque algo le interesa con un sentido particular y, que determinan las características y las diferencias de lo conocido, de tal modo  lo puede diferenciar de lo demás existente y del propio contenido de su interés.

En este proceso generado desde la simple sensación, percepción de las relaciones culturales y del intento por entender el movimiento de las cosas, es en el que los hechos se sintetizan en el niño y la niña como sus historias de vida, a través de lo cual la imaginación en el desarrollo cognitivo del menor construye un orden permanente de ideas e imágenes; la importancia de ello es la de pensar lo evidente, desde donde el niño y la niña según su época humana/inhumana de desarrollo plantean sus propios valores, suposiciones, interrogantes, imaginarios y alternativas posibles, así de acuerdo con tales valores humanos/inhumanos de cada una de las grandes épocas de su mentalidad pensante,  va  desplegándose el sujeto y sobreviviendo de entre las diversas civilizaciones, en una  lucha por el poder de control, despojo, arrebato, asesinato y humillación (aproximadamente desde hace 3,000 años a.C), lo cual está documentado, se considera que fue con el surgimiento del primer Estado Esclavista las primeras formas sociales de sometimiento, como podemos reflexionarlo en el Manifiesto del Partido Comunista de  Marx y Engels de 1948, así como en el Capítulo 23 de la Ley General de la Acumulación Capitalista, en el 1er. Tomo de El Capital de Marx.

Valórese para una educación de desbarbarización, cómo este contexto epocal constituye en el menor su bloque de pensamiento como la expresión de ese todo en movimiento, desde  su historia política e intelectual y, es  con la aparición de la Propiedad Privada de los medios para producir la subsistencia de cada ser humano, cuando el egoísmo y la violencia aparecen en escena, como formas comunes de comportamiento social entre las diversas civilizaciones, ello denota el proceso cognitivo-afectivo de cada niño o niña en particular en el escenario de esta lucha de clases, aprendida a través  del ejemplo a cada paso dado, hasta ir quedando naturalizado dicho comportamiento de abuso de poder -una vez disuelto el primitivo Régimen de Comunidad del suelo-.
La época significa la mentalidad de las personas, y las ideas o imágenes en el cerebro humano, que se constituyen un bloque de pensamiento como la expresión del todo histórico-social en movimiento, ello denota el proceso cognitivo-afectivo de cada niño o niña en particular, con base en las motivaciones y las vivencias del diálogo, desarrollándose habilidades especiales de su “sensibilidad cultural” para crecer en comunidad de manera auto-realizadora y reproductora como formas de pensamiento/acción del menor en su vida social; exaltamos la relación humana como la más importante en la vida afectiva, ya que

“el amor tiene la cualidad de ser pesado, implica necesariamente la compasión por el otro y por uno mismo. Ni siquiera el propio dolor es tan pesado como el dolor sentido con alguien, por alguien, multiplicado por la imaginación, prolongado en mil ecos”[7].

La forma en que el niño y la niña van viviendo las posibilidades de creación de sí mismos, equivalente a su libertad, implica enfrentar la carga de ésta que se expresa de manera más viva en la autonomía desarrollada por el menor, para afrontar la autoafirmación cotidianamente, en la presencia o no de relaciones democráticas, para poder argumentar sus lastres y sus aciertos, como la prueba histórica que tienen que vivir desde pequeñ@s para ir siendo diferentes a los otr@s; son los adultos, fundamentalmente, los que le transmiten y enseñan al y la niña a evadir con cobardía o a enfrentar la realidad, porque la hacen suya de múltiples maneras que dan cuenta de sus objetivaciones culturales.

Sociológicamente hablando para comprender una educación de desbarbarización de la humanidad, empezamos por valorar que él y la niña en el México actual, se enfrentan a un mundo en crisis en sentido amplio, principalmente de valores, ya sea en el sujeto particular, en el grupo, en la familia, en la comunidad y en el nivel nacional e internacional, devastado por personalidades edónicas; la crisis en el sujeto es la expresión existencial de la falta de propuestas humanas que sustituyan a las formas anteriores de pensamiento y de objetivación con base en la violencia y en la mentira, en donde él y la niña se constituyen socialmente de esa fuerza vital que es la subjetividad de la esencialidad humana a través del ejemplo con actos integrales y no, saturados de actos hedonistas/egoístas, como ha sucedido hegemónicamente a través de las diversas épocas de la humanidad deshumanizada con comportamientos de barbarie ‘naturalizada’, sin PODER distinguir que se trata de un hecho histórico-cultural.

Es de acuerdo con la posición de clase del sujeto, con sus valores éticos y costumbres vitales, que ést@ inciden en la realidad de alguna manera posible. Por ejemplo, el analfabetismo actual de la población, como indicador de las condiciones socioeconómicas de nuestro país, denota las formas que históricamente se han gestado en la política educativa estatal, de una nación sometida a los intereses irracionales del capital y que marcan la pauta de los valores culturales con sus pésimos gobernantes, así valoramos el analfabetismo actual de la población, que deja ver las formas que históricamente se han gestado en actos pasados, presentes y porvenir, marcando la pauta de nuestros valores culturales,  impuestos subliminalmente o de manera abierta en la constitución de la conciencia del y la niña; de manera que cada uno de ell@s, de acuerdo con sus diversos niveles de conocimiento, va asumiendo dichos valores a través del aparato hegemónico de la escuela, la familia, la iglesia, los medios de difusión/manipulación y con las múltiples incidencias sociales de la vida cotidiana, que se  transmite como tendencia social acríticamente entre los adultos, y a la vez éstos y éstas lo reproducen en los y las niñas, de modo que algunos de ellos y ellas se van vaciando de su raíz histórica indígena que es la más antigua y, que nos ha constituido también permanentemente, así, nos vamos quedando sin capacidad subjetiva para contener valoraciones ético-morales en el plano del acto social y su condena, es decir, en sus condiciones contingentes-concretas de objetivación social en muchos casos, traducidos en frustración, descomposición, impunidad, cinismo o levedad del ser humano/inhumano/sensible/insensible, reproduciendo el egocentrismo capitalista/misógeno y machista/hembrista.

Lo que interesa plantear en las relaciones de PODER como un proyecto de vida en torno a la desbarbarización, es lograr conformar una actitud asumida por el sujeto para combatir el ahistoricismo, que se reproduce principalmente en las aulas y en los medios de comunicación derechizados, en donde las relaciones sociales se hacen muy complejas y contradictorias en la intercomunicación, porque pareciera que las ideas no tienen fuerza, que no tienen vida, por lo que en las sociedades complejas del capital, es indispensable que los adultos se comuniquen con argumentos que abran al pensamiento infantil a la crítica y a la autocrítica, para incidir en nuevas formas de constitución de conciencias y autoconsciencias capaces de comunicarse, de ser felices con franqueza y con transparencia en el actuar.

Por ello es dignificante cuando los adultos logran criticarse en un proceso de autoconciencia, dirigiéndose así a los y las niñas como sus iguales, asumiendo que la cotidianidad no tiene un “sentido” autónomo, pues las costumbres, los valores éticos y las necesidades de producción cobran significado solamente en el contexto del reconocimiento de la historia viva, como sustancia inmanente de la sociedad, sintetizada de manera diferencial con respecto a sí mismo y en relación con los demás niños y niñas.

Es vital poder combatir en la socialización actual del y la niña, el proceso mediante el cual se entrena al menor para su correcto desempeño “afectivo humanista”, superando algunos roles que reproduce de los adultos y que quedan en sus fijaciones, pues él y la niña son historia, son movimiento y transformación de su pensamiento y de su contexto cultural, por lo que él y ella para lograr potencialidades histórico sociales, tienen que hablar entonces de su existencia distinguiéndose de los adultos y de los demás niños y niñas, es decir, poder tomar distancia de ellos y ellas para configurar sus preferencias, que son su historia generada socialmente, pues cuando él y la niña son pequeñ@s, primero “poseen el mundo en la misma medida en que poseen los órganos de los sentidos”[8] y su razón se va constituyendo desde lo más intenso de los distintos niveles de las contradicciones sociales, desde ahí él y ella se identifican e imitan, de modo que cada uno va siendo inevitablemente de una determinada manera, e.g.  un sujeto inestable, mentiros@, enfermo, etc.; la concepción de la psicología indica que

“es sobre todo con su propio comportamiento, exento de nerviosismo y de inestabilidad afectiva, como los padres pueden evitar a su hijo un superego angustioso y excesivamente inhibido, o, por el contrario, demasiado débil”[9].

Sin embargo, en la realidad vemos que no existe ningún fatalismo mecánico o lineal. Al respecto, los psicoanalistas han denominado como superego al mentor moral que se forma en el psiquismo del y la niña como un yo subconsciente, al ir ést@s viviendo las prohibiciones y las presiones de las personas que lo rodean, los sentimientos opuestos generados y expresados en sí mism@s, desde donde imitan y se identifican con los padres y madres, especialmente con el del sexo opuesto en los primeros años, por ello vemos que
“…la imagen del momento es lo único que fija el yo infantil, también es lo único que capta su sensibilidad”[10],

desde estas formas de conocimiento existen múltiples momentos de ir siendo historia, de irse objetivando él y la niña en su inmediatez, pues

“antes de conocer mentalmente a su madre, el niño la siente fisiológicamente. Hasta más tarde se desligará orgánicamente de ella, en la medida en que la concibe con claridad en su mente. Éste es un caso en el que conocer equivale a perder… el papel de la boca y de la succión está avalado también por el instinto de conservación, al mismo tiempo que por la sensibilidad que une al hijo con la madre. Hasta los tres o cuatro años, la preponderancia de la imagen domina y moviliza el yo…, incluso cuando el niño habla con sus amiguitos se escucha a sí mismo o escucha los vocablos por su sonido, sin seguir el pensamiento de los demás. El lenguaje se convierte también en acción y el vocablo en sensación de percepción y acción”[11].

De tal modo él y la niña se objetivan cotidianamente como seres humanos que hacen y se hacen historia, al ser creados y a la vez creadores de su cultura, de ahí la posibilidad de un proyecto educativo de desbarbarización humanizada.

El sentido significativo en él y la niña
El que niño y niña partan del desarrollo de su sensibilidad no quiere decir que el sentido valorativo constituido en su conciencia sea ni estático, ni eterno, ni tampoco insignificante, ni que necesariamente tengan que pasar todos los niños y niñas por las mismas fases de conocimiento; pues el bloque de pensamiento[12] del menor como parte de la realidad, es cada vez más complejo y contradictorio, de acuerdo al espacio temporal vivido; de esta manera se van incorporando más referentes en la constante transformación de su bloque de pensamiento, en un proceso permanente de conocimiento que sólo tiene sentido en un tiempo espacial determinado y determinándose constantemente en la historia, es decir, en las múltiples expresiones de ser del niño y de la niña, de acuerdo con su pertenencia cultural y con la constante mutación de esta cultura. Sin que ello signifique que los sentidos ético, estético y teórico, que se van generando durante la infancia, sean absolutamente relativos, pues él y la niña, por ejemplo como seres naturales no son egoístas, ello es una situación socio-cultural, porque con base en sus concepciones valorativas construyen formas de conocimiento que se expresan en los actos de ambos, es decir, desde el bloque histórico que l@s constituye. De ahí que al no ser reconocidas en las políticas del Estado mexicano las necesidades específicas de cada menor, se pongan en marcha programas de gobierno que tratan de modificar y de conocer lo que se considera como características del “ser mexicano”, concebido como homogeneizados, no aclarando sus diferencias específicas de cada menor; sino anteponiendo estos legisladores su versión y sus exigencias egocéntricas de poder político y económico a las de índole estrictamente académico-humanista; pues los fines inmediatistas de algunos programas educativos están más preocupados por vincular la instrucción y el adiestramiento del y la niña con el sector productivo, que por formarlos para que puedan valorarse ética, estética y teóricamente inmersos en esa producción creativa y liberadora con base en el respeto a su comunidad, en cambio son recurrentes los rasgos hegemónicos de la actual modernización de la educación, en el contexto de la formación social mexicana privatizadora/modernizadora.

Entendemos por educación en la lógica de la presente modernización, al grado de conciencia que él y la niña adquieren a través de sus procesos de conocimiento particulares, con base en el nivel cultural que los constituye socialmente como momentos de síntesis y de expresión del todo que incide en la parte más simples y, a su vez de la parte en el todo del universo. En este sentido la educación es una fuerza ético-moral de proyección histórico-social, en donde la formación debe ser para todos y todas, de modo que cada niño y niña logren desarrollar todas sus capacidades; para ello se hace necesario traducirlo en programas escolares, religiosos, familiares y en los medios de comunicación con un sentido plenamente humanitario en favor de una posible desbarbarización de cada comunidad concreta.

En este orden de ideas pensamos a la “deformación” como a la separación del niño y de la niña con respecto a la realidad sensible, bloqueando su imaginario y sus niveles de conocimiento para transformar su vida cotidiana en actos egocéntricos, lo cual está en inserción directa con la información y el conocimiento del menor.

El y la niña en los distintos ámbitos educativos del aparato de reproducción escolar, familiar, religioso, de los medios de comunicación masivos, etc., viven desde estas diferentes incidencias de imágenes, múltiples relaciones sociales, adquiriendo diversos grados de seguridad/inseguridad personal; estas formas son diferenciales en cada niño y niña para interpretar su vida inmediata significativa, que es la que los constituye de manera más concreta como sujetos de una historia particular sensible; desde ahí él y la niña perciben las relaciones de dominio, de desigualdad, de autoridad y de poder en torno al abuso o en el poder de liberalización, de pertenencia a un grupo y de nuevas formas de convivencia humana/inhumana. En esta percepción inmediata de conocimiento e identidad se va constituyendo en ell@s una lógica interna[13] en su bloque de pensamiento o entramado existencial de representaciones, así con base en la lógica predominante -familiar, clerical, escolar, de medios masivos de comunicación- pueden las y las menores problematizar y actuar sus voliciones, expectativas, necesidades e intereses cotidianos, con un determinado nivel de conocimiento y de capacidad comunicativa.

Durante el proceso educativo o de humanización, él y la niña comienzan relacionando sus intereses entre lo que para ell@s significa el hogar, la escuela, el sentimiento religioso de culpa o de responsabilidad, el conocimiento artístico, la influencia de la televisión y de los demás medios de comunicación, igual que otras instancias sociales que son de su interés y que van incorporando en sus bloques de pensamiento desde diversos niveles de sensibilidad social (racionalidad y ternura humana), adquiriendo otros hábitos y nuevos referentes que le permiten modificar constantemente su propio proceso educativo, que implica necesariamente aprendizaje, construcción de conocimiento y de conducta social de manera cada vez más compleja, recuperándose ahí el desarrollo instintivo, racional y pasional del menor, dando cuenta de sus avances de conocimiento ético, estético y teórico acerca de la realidad existente en torno a su espiritualidad afectiva.

Las diversas relaciones sociales en el proceso educativo del y de la niña constituyen su bloque de pensamiento, de tal manera que los sujetos que conviven con ell@s en algunas relaciones cotidianas les transmiten de manera significativa o vivencial momentos placenteros y otros de suma enajenación y/o violencia, sin que estas relaciones sean siempre las mismas, sino que se van mutando en el transcurso de sus vidas, dependiendo de la intensidad de los valores ético-morales transmitidos para que pueda pensar cada vez con mayor agudeza o habituarse a no esforzarse por hacerlo, debido a la deformación tanto de la necesidad que potencia la acción, como también de la fuerza subjetiva de reflexión y conducta del y la niña; por supuesto esto dependerá del nivel y condiciones de su vida material e intelectual y, del tipo de relaciones afectivas que establece cotidianamente con los demás sujetos en sus 24 hrs. de un día cotidiano (afectividad, trabajo creativo o no, sexualidad, sueño, ocio, descanso y recreación).

En el despliegue de sentidos para él y la niña, es muy importante el reforzamiento de su autoestima, es el punto de expresión social imbuido intersubjetivamente. Esto quiere decir que cada acto de las personas con las que está conviviendo él y la menor, pueden tener múltiples direcciones con respecto a él y ella y, que a veces se acierta y otras no, por lo que el niño y la niña van aprendiendo a afrontar y a sufrir de alguna manera lo socialmente vivido, desde una dimensión subjetiva. La memoria tiene que ver con la subjetividad en el proceso de construcción de conocimiento del y la niña, en el sentido de que cada uno piensa y modifica sus prácticas sociales con un límite; como una condición de sobrevivencia y de auto-reconocimiento de sí mism@s, a través del reforzamiento de sus capacidades que perciben las personas con las que conviven, de ahí se genera el compromiso individual y social que son capaces de desarrollar durante sus procesos de conocimiento como sujetos históricos, es decir, como seres humanos/inhumanos que saben quererse o no integralmente, de acuerdo a su memoria sensible, al saber percibirse con un sentido de búsqueda constante por descubrir nuevas formas de sí mism@s, como expresión sintética-sintiente de todo el universo vivido, para relacionarse con los otr@s, construyendo así su propia historia de vida/muerte de forma significativa en el proceso de transformación social.

El subjetivismo infantil
El niño y la niña responden a las nuevas necesidades creadas, con la fuerza vital que les han sido delegadas en su ámbito social, para enfrentar el conocimiento de sí mim@s con sus actos concretos, que corresponden generalmente con las imágenes subjetivas que tienen de su “yo”, como parte e interacción del todo existencial, y que están estrechamente relacionadas a sus condiciones materiales y subjetivas de vida, desarrollando capacidades que les dan forma y sentido al espacio socio-cultural, en  un tiempo determinado históricamente.

Muchas de estas imágenes son recuperadas en el consciente, inconsciente o subconsciente del menor como expresión de lo inescindible, con lo que se constituye su pensamiento subjetivo, de manera que el niño y la niña tienden a pensar como cierto lo constituido en su bloque de pensamiento, por ello hablamos de su capacidad subjetiva para acercarse al conocimiento de la realidad concreta en el transcurso de su existencia, conocimiento que nunca vivirá como “objetividad absoluta”, pues tal conocimiento puede profundizarse cada vez más de acuerdo a las nuevas preguntas hechas sobre  el ser existencial.

Desde la antigüedad el proceso educativo de humanización/deshumanización, ha sido caldo de cultivo del dominio socializado y legitimado, para insertar a cada individuo en el conjunto de las relaciones sociales, ocupando en ellas el lugar correspondiente, por lo que es claro que tener acceso al saber es, también, tenerlo en el PODER de liberar o de someter y engañar con base en su hedonismo, en donde la alternativa más próximo de liberación es la comunicación dialógica reflexiva; sabiendo que las formas de dominación han ido cambiando históricamente, de la coerción violenta a las sutiles tácticas psicológicas de la sociedad posmoderna en las relaciones de poder de sometimiento en el entorno tecnológico y científicamente deshumanizado debido a la incoherencia de la propiedad de medios de producción en unas cuantas manos, mientras las grandes mayorías carecen de lo más mínimo para poder sobrevivir.

En los diversos ámbitos educativos como tendencia general se ha tratado de constituir conciencias temerosas, obedientes, respetuosas de la autoridad y del orden establecido, sustentadas en las relaciones de poder; de ahí que en los contenidos curriculares escolares se dejen de lado los sentimientos de solidaridad, de creatividad y de conocimiento crítico de la realidad; en cambio se exacerban los cánones ideológicos y/o militares cotidianos del individualismo, la competitividad y el deseo de triunfo ilimitado como un valor hedonista.

En el discurso no explícito de lo cotidiano, el niño y la niña aprenden a entrar en un juego de relaciones y de normas, asumiendo el lugar que cada uno ocupa y las lógicas impuestas en esas relaciones. Así los tiempos y las formas de realizar sus actividades educativas, incluyendo el juego, se organizan con base en las exigencias de dominio y de poder impuestas socialmente, apareciendo en la cotidianidad como una copia natural y eterna, lo cual es falso. De esta forma el niño y la niña interiorizan simbólica e imaginariamente al mundo jerarquizado por estas relaciones de poder, a través de las instituciones educativas hegemónicas de la realidad concreta del México actual, siendo un clima socio-cultural que se respira en el aire, por eso es necesaria la educación para una desbarbarización renacentista.

Al vivir y percibir él y la niña fragmentariamente desde la versión oficializada del conocimiento de lo real,  pueden ir perdiendo la capacidad de una reinterpretación significativa de los hechos, de manera que se van estableciendo, en distintos ámbitos vivenciales del menor, expresiones de esta percepción fragmentaria de la totalidad concreta[14] en sus distintos niveles.

El y la niña perciben los distintos valores de su cultura desde una conciencia ingenua e intuitiva, gestándose ante todo su inconsciente, durante su proceso educativo inicial, articulando los valores enseñados y transmitidos en el hogar, en la escuela y en la comunidad con base en las relaciones materiales y de producción en donde están inmersos; de la recuperación histórica se constituye la imagen de sí mism@s que es determinante en su devenir y en sus capacidades de transformación consciente y comunicativa, al ir madurando durante su infancia la percepción y conocimiento en la justa dimensión de los diversos problemas que se le presentan en constante movimiento y contradicción para su resolución.

Si bien la escuela es la institución históricamente creada para “certificar oficialmente”[15] la enseñanza y sistematizar el conocimiento teórico, predominantemente tendríamos que distinguir en qué hogares esta formación del niño y de la niña es continuada, enriquecida o superada. Así también podríamos pensar que la Iglesia y las múltiples religiones -antecedentes del sistema escolar- enseñan valores dogmáticos y de fe y/o de calidad humanitaria, sin embargo estas enseñanzas pueden ser reproducidas con más fuerza en el hogar, con los medios de comunicación o en la escuela, dependiendo de cómo los valores culturales van siendo recuperados en el devenir generacional y por los sujetos en particular, de acuerdo con sus necesidades concretas.

Es importante pensar en la incidencia que puede tener la seguridad que ha sido delegada al infante desde una condición determinada de clase social humanizada y, que corresponde con su capacidad subjetiva de preguntar, lo que a su vez está de acuerdo con el nivel y naturalidad cultural con que sean respondidas sus preguntas, ese contexto incide para transformar el egoísmo hedonista que viene de la infancia en la constitución del sujeto.

De manera tal que el sentido del bienestar vivido por cada niño y niña en el hogar[16], implica un logro o conquista subjetiva entre los miembros de una familia. Por supuesto esta familia puede ser sui géneris y el bienestar puede no ser entendido como una forma única o acabada, sino un ir siendo constante de múltiples expresiones valorativas por los sujetos que constituyen las diversas historias de vida. Hacemos hincapié en el placer y displacer delegados en el espacio familiar, por ser el lugar más íntimo y emotivo para el ser humano, en donde se vive la capacidad de objetivación más simple y a la vez la más compleja de los menores, al reproducirse como una intencionalidad racional sensible que oscila entre el consciente y el inconsciente del sujeto, expresándose subjetivamente los valores culturales en distintos niveles de identidad, amor, organización, frustración, anhelo, privilegio, temor, confusión, etc.

La conciencia del niño y de la niña se van constituyendo con base en sus niveles de conocimiento, aunque no existe correspondencia de ambos, ello se expresa en la subjetividad de l@s menores en el acto mismo vivencial, es decir, en la manera en que ambos van recuperando en su bloque de pensamiento las formas conscientes e inconscientes de conocimiento histórico social. En el proceso educativo o de humanización él y la niña representan simbólicamente su percepción y conocimiento de los distintos referentes incorporados en su bloque de pensamiento hasta lograr PRONUNCIARLOS/NOMBRARLOS para transformarlos y hacerlos suyos, por ejemplo el conocimiento de la matemática, del espacio, del tiempo, de la muerte, de la vida, de la comunicación/incomunicación, etc.; esta percepción y conocimiento iniciales de sus lenguajes los adquieren por medio del desarrollo psicomotriz al intentar nuevos logros con distintas dimensiones de dificultad, sintetizando ahí su intersubjetividad histórica que les ha sido transmitida/transferida, en donde el menor de manera innata es profundamente observador y muy impresionable.

La forma en que los y las niñas viven en sus distintos ámbitos sociales los valores morales de sometimiento, autoridad, jerarquía, poder, convivencia, bondad, verdad, placer, culpa, etc., así como los valores estéticos de armonía, belleza, perfección…, constituyen en cada uno sus sensaciones, sus emociones, sus ideas y sus deseos. Puede entonces desarrollarse la sensibilidad humana en el menor, propiciado por los diversos matices de estabilidad, de armonía, de razonamiento, de solidaridad, de dignidad, etc., de su historia de vida, es decir, de su proceso educativo de humanización/deshumanización como parte de todo el universo existente, viviéndolo como un tiempo diferencial que se expresa en la subjetividad del niño y de la niña, en sus actos concretos, por lo que la manera de enseñar los valores morales y estéticos a l@s menores, es sólo con el ejemplo, por medio de la síntesis subjetiva de las demás personas significativas para ell@s, en donde lo transmitido-consciente/transferido-inconsciente pudiendo ser bueno o malo, dependiendo del nivel cultural y de los valores que ello implica para objetivarse socialmente en una constante mutación de necesidades e intereses de los menores que puedan extenderse como premisa universal; así se cuentan las historias, haciéndolas nuevas en la identidad que el niño y la niña van madurando como sus intereses. Al respecto Agnes Heller indica que

“Cuanto más crece el niño, menos le atrae oír exactamente las mismas historias: el niño comienza a seleccionar. Igual que nosotros, hay historias que contamos sólo durante unos cuantos días o semanas después de haber sucedido, y enseguida las olvidamos. Luego están las historias que nos gusta narrar una y otra vez durante toda la vida. A veces nos aburre una historia que no conocemos; otras, queremos escuchar muchas veces, con absoluta atención, la misma historia. El deseo de oír repeticiones frecuentes, la súplica ¡cuéntame otra vez! Denota que la historia es importante para nosotros. Distingue lo importante de lo menos importante y de lo insignificante”[17].

De esta manera la fuerza subjetiva evanescente da sentido a la acción y razonamientos del niño y de la niña, aquí se denotan sus valores ético-morales; esta acción subjetiva es la que expresa históricamente el sentido y la colaboración de la objetivación concreta de l@s  menores, para irse apropiando de su historia vital, como una posible explicación del sujeto en este proceso infinito de desbarbarización humana.

CONTINUAREMOS LA REFLEXIÓN sobre un proyecto educativo para la desbarbarización en todas sus dimensiones humanas problematizadoras. 
  




[1] Vid. Portelli Hugues. Gramsci y el bloque histórico. México, Siglo XXI, 1989. Trad. María Braun. 162 p.
[2] Consúltese “Prostitución y Lenocinio en México. Siglo XIX y XX”. Colegio de México, presentación del libro en 2017.
[3] Jean Piaget. Seis estudios de psicología. México, Seix Barral, 1971. Trad. Nuria Petit. 277 p., p. 23-24.
[4] Mariflor Aguilar, et al. Crítica del sujeto. Trad. Nuria Petit. 237p., p. 65.
[5] María Teresa Yurén Camarena. Eticidad, valores sociales y educación (Fundamentos para una educción conforme a valores). Tesis de doctorado en filosofía, México, UNAM, 349 P., P. 9.
[6] Héctor Ceballos Garibay. Alegoría de la Creación. México, Diálogo Abierto, 1994. 124p., p. 36.
[7] Ibid., p. 37.
[8] Mauco Georges, Educación de la sensibilidad en el niño; ensayo sobre la evolución de la vida afectiva. Madrid Aguilar, 1972. Trad. José Antonio Fontavilla. 168 p., p. 105.
[9] Ibidem.
[10] Ibid. P. 106.
[11] Ibid., p. 106-107.
[12] La categoría de bloque de pensamiento es una construcción teórica del doctor Francisco Covarrubias Villa, Cf. La construcción de conocimiento social desde la dialéctica crítica, México, UPN, 1992, 330 p.
[13] Vid. Francisco Covarrubias Villa. Lógica de construcción y transmisión de conocimiento. Conferencia para el II Encuentro Nacional sobre Política Educativa y Formación Docente. Guanajuato, Gto. 6, 7 y 8 de mayo de 1993. Ms. Vid. p. 6.
[14] Cf. Francisco Covarrubias Villa. La construcción de conocimiento social… op. Cit.
[15] Pierre Bourdieu y J. Passeron. La reproducción (elementos para una teoría del sistema de enseñanza). Barcelona, Laia, 1977. 285 p. Vid. p. 25-26.
[16] Lidia Báez Hurtado. La educación del niño en el hogar, en la escuela y en la comunidad. (Tesis profesional normalista) Escuela Normal Federal por Cooperación, ms., 49 p. Vid.  p. 25-26.
[17] Agnes Heller. Teoría de la historia. México. Fontamara, 1993. Trad. Javier Honorato. 280 p. p. 55.