Sunday, September 12, 2021

 

Irracionalismo y  teoría crítica.
Sandra Cantoral.
Corresponde a Septiembre 2021.
La tendencia  filosófica del irracionalismo en la teoría crítica[1],  se expresa en contradicción con la modernidad ilustrada de la burguesía; esta postura plantea que el sujeto hace un gran esfuerzo  no para suprimir lo irracional, sino sólo para dominarlo, al tener que reconocer una cierta estabilidad en un mundo continuamente amenazado por el temor, la angustia, el <terror y el pánico>[2]; con base en esta realidad caótica de  la postura crítica de Schopenhauer, se caracterizará la idea filosófica de la identidad del sujeto en el despliegue de su historicidad; la intención es  encontrar elementos que permitan ubicar el sentido del autorreconocimiento del sujeto histórico y del sujeto particular, para poder explicar, con base en estos planteamientos las representaciones que se desarrollan en la formación docente.

 LA CONSTITUCIÓN DE LA IDENTIDAD CULTURAL EN SCHOPENHAUER

En este sentido Arthur Schopenhauer (1788-1860) se opone al pensamiento hegeliano de su época, y rechaza no sólo el método y el contenido de la filosofía romántica, sino también el racionalismo ideal y utópico en sus tendencias intelectuales, políticas y sociales ilustradas. El racionalismo ilustrado basaba su optimismo en el poder de la razón y en la posibilidad de reorganizar a fondo la sociedad moderna, con base en principios racionales y en el advenimiento de la consciencia; pues en la lógica racionalista se pensaba que se lograría, combatiendo dogmas y leyes únicas para transformar lo real,  comprender lo humano, y apropiarse  del  sentido  histórico,  todo  ello  con base en la razón y en el entendimiento, pero -según Schopenhauer-, estas  ideas abstractas de la consciencia, provienen  y se mueven en la voluntad práctica del sujeto, sin embargo a pesar de ello, “Schopenhauer sigue colocando la identidad del ser humano en la conciencia”[3].

Ya que el irracionalismo de Schopenhauer, piensa la relación al revés; él sostiene que es en la práctica de la voluntad del sujeto, como una fuerza inconsciente, como un impulso animal, que toma consciencia de sí; este recorrido por la voluntad significa excepcionalmente su liberación, pero a la vez un conflicto en el cruel teatro de la vida humana[4], ya que la vida es ‘un paso en falso’, ‘un error’, ‘un castigo y una expiación’, es una deuda contraída al nacer, un deslizamiento hacia una nada vacía; así explica que la razón como análisis intelectual, sólo es una derivación secundaria de la intuición primaria, la cual es genial y absoluta, al  superar la generalidad del concepto racional. Para fundamentar esta teoría, Schopenhauer se apoya principalmente en 1) Kant, al diferenciar entre el fenómeno (el mundo como representación mental, construido por las sensaciones de la sensibilidad y las funciones del entendimiento) y la cosa en sí (lo esencial óntico, en el ámbito filogenético); 2) en Platón[5] y 3) en la especulación metafísico-religiosa del budismo. Así indica que el mundo, tal y como es dado, es solamente representación.

Y sólo como razón suficiente, la representación se fundamenta en las impresiones sensibles del reino orgánico e inorgánico de la naturaleza, en donde estas impresiones están encadenadas con los juicios del entendimiento en la continuidad (espacio que ocupan los cuerpos), y en la sucesión (tiempo transcurrido en el cuerpo) de las motivaciones voluntarias del sujeto; Schopenhauer sostiene que el fundamento del mundo es la voluntad, ya que la representación sólo es el mundo tal y como es dado al sujeto en su inconsistencia, es decir, en su engañosa y aparente multiplicidad, porque “el mundo como representación es ... una ilusión, por la que todos los seres se entregan a una lucha sin cuartel en contra de sus semejantes y por la cual sufren todos los dolores. El dolor... es lo más real que puede experimentarse, es el sentimiento que hace penetrar más a fondo, que hace vivir con más intensidad, es el sentimiento positivo de la vida, siendo la felicidad mera ausencia de dolor”[6].

Por lo que al preguntarse el sujeto sobre su identidad como realidad verdadera y única de sí mismo, éste ve  de qué manera está sujetado a la vida, en  el fundamento de condensaciones múltiples del todo en la parte, equivalente a la voluntad instintiva que  arrastra al sujeto en su propia identidad; pues “el sujeto es aquel que todo lo conoce y de nadie es conocido”[7]; esta voluntad está constituida en su intuición, lo que hace que todas las cosas sean únicamente sus objetivaciones como producto de sus actos, expresadas en formas inferiores de la Naturaleza inorgánica, estimulados por un medio inconsciente, donde la individualidad no se ha formado todavía; sino que impera el mecanicismo de la ley causal. Y es en la contemplación del reconocimiento de estas ideas,  que el sujeto poseedor de su voluntad, puede desligarse poco a poco de la irracionalidad de su voluntad, al ver el dolor que ésta le produce en su afán perpetuo jamás satisfecho. Por eso la voluntad del sujeto es el origen de todo mal y de todo dolor ante la lucha de querer vivir en la supervivencia, y ello  conduce al sujeto a la supresión del mal de la voluntad, por la serena visión y en su dominio egoísta, en el solipsismo, denominado por Schopenhauer   ‘egoísmo teórico’, el cual es superado en el conocimiento de la realidad verdadera; volviendo así el sujeto a la identificación con el todo, y a la supresión de su individualidad a través de la sublimación del fenómeno, como enigma de conocimiento o veracidad condicionada; es decir  como una severa necesidad que rige la marcha del mundo, con una fuerza con características del evolucionismo, en el campo de los fenómenos químicos y biológicos, hasta alcanzar la forma del organismo humano, a través del resentimiento, el rencor y el remordimiento, lo cual representa una lucha que se da entre la voluntad y la conciencia, como principios estructurados del espíritu en sus representaciones mentales como justificación en el derecho a la vida de acuerdo a la formación cultural del sujeto.

En las representaciones de la estructura mental de la razón suficiente, o ley de causalidad del sujeto, la conciencia cognoscitiva, se manifiesta como sensibilidad exterior (el espacio que ocupa el cuerpo contiguamente con otros cuerpos), e interior (receptividad del tiempo sucesivo en el cuerpo, según su forma), y de ahí se representa  el sentido interno y externo del sujeto; así el entendimiento y la razón, se descomponen en sujeto y objeto y nada hay fuera de esto -dice el autor-, como principio de razón suficiente en el devenir del ser,  como ley de causalidad, respecto a las intuiciones puras de un espacio y un tiempo; en donde la causa está referida a un suceso de un estado anterior como estímulo o motivo. Y el efecto tiene que ver con las nuevas condiciones para que la causa del fenómeno pueda producirse en esa nueva manera de ser, tomando en cuenta que el entendimiento forja sus intuiciones a partir de las sensaciones, demostrando así Schopenhauer, que la intuición empírica, es esencialmente obra del entendimiento, como algo del todo subjetivo. Como la forma subjetiva del intelecto, según Kant, pues para él el entendimiento, no es una categoría o función, sino una forma de sensibilidad.

Y gracias a esas formas es posible establecer una conexión necesaria entre esos objetos[8], no en tanto cosas en sí, sino en tanto fenómenos, es decir, objetos en cuya constitución interviene la estructura invariable de la conciencia, en donde el cuerpo y las sensaciones constituyen la voluntad del sujeto, como un espejismo y una leve sombra. De esta manera, se comprende que las representaciones intuitivas también las tienen los animales, pero las representaciones abstractas, que son más abarcativas que los conceptos, requieren de un cerebro más voluminoso en el desarrollo de la subjetividad. En este sentido la crítica de Schopenhauer a la razón ilustrada, radica en que el concepto resulta más reducido que la intuición abstracta; así aclara que “mediante el empleo de conceptos, se piensa sólo la parte y las relaciones de dichas representaciones que se necesitan en cada caso... En general, el empleo de los conceptos por el intelecto, o sea la presencia de ellos en la conciencia, es lo que propiamente y en sentido estricto se llama pensar”[9], dado que lo interesante en la identidad del sujeto es justamente qué este pueda pensarse a sí mismo, en su propia otredad cultural, al saberse reconocer como un sujeto particular-universal.

Luego de analizar la complejidad que entraña la voluntad humana en la teoría crítica de Schopenhauer, pasemos a conceptuar el sentido del sujeto particular en Carlos Marx.

 
APORTACIONES   DE MARX EN LA CONCEPCIÓN DEL
SUJETO PARTICULAR

Aclarando  este debate conceptual entre las formas de expresión y de representación de las ideas ilustradas y románticas que constituyen al sujeto particular en la historicidad de la era moderna; se ha dicho que es Kant ciertamente, quien aclara que el entendimiento racional no es una función en la categoría del sujeto en su integridad moral, sino sólo una forma de expresar la sensibilidad del ser sensible, en su razón práctica o razón autónoma; con esa idea, Kant articula la propuesta  ilustrada del idealismo racionalista de Descartes,  con la postura idealista de Hegel, Fichte y Schelling en el romanticismo de su época, nombrada como una gran expresión de revolución cultural en la conciencia de occidente, de acuerdo a la perspectiva que la humanidad tenía de sí misma, justo en ese espacio y tiempo -según Isaiah Berlin-.

Ahora lo que importa es saber cómo se pasa del espíritu idealista romántico, al espíritu crítico del materialismo histórico en la identidad del ser social, al reconocerse en el contexto de la época, que ‘no es la conciencia la que determina al ser social, sino por el contrario el ser social el que determina su consciencia’ -como lo demuestra Marx-; para poder reflexionar sobre el contexto histórico de  sensibilidad del ser, el cual está en permanente formación  en un determinado espacio y tiempo histórico-cultural de su producción, valoración ético-moral en usos y costumbres tradicionales y sagradas; por lo que implican en sus relaciones de poder para emancipar o para sojuzgar, relaciones contradictorias infinitas, y concretas en las formas filosóficas, científicas, artísticas, tecnológicas o ideológicas de pensamiento, de acuerdo a la representación que el sujeto va teniendo del mundo a través de sí mismo; captada esta sensación intuitiva, en su diferencia u otredad  que lo refleja en el ideal que tiene de sí, según lo que los demás dicen de él, y en lo que ese sujeto es  verdaderamente, al estar sujetado a su mundo por principios de emancipación social o de alienación, reproducida mecánicamente en sus actos sociales de la cultura de pertenencia, en su actitud enajenada en la cosificación instintiva del sujeto; la cual es contradictoria con la actitud de superación humana plasmada en la lucha cultural, como proyecto de vida, es decir de emancipación social.

En este sentido se recupera sobre la propuesta marxista cómo “el método de El capital está completamente fundido con la investigación; la misma estructura lógica de la investigación sólo puede ser extraída mediante el ‘análisis lógico’ del trabajo realizado por Marx”[10], aunque la categoría de trabajo aparece de manera muy simple desde la antigüedad, lo que Marx aporta es “la diferencia entre  el trabajo abstracto que forma el valor, y el trabajo concreto que crea el valor de uso”[11].

En el proceso de sensibilización del autorreconocimiento del sujeto en formación, todo tiene un valor cultural en un determinado espacio y temporalidad, aunque en esencia cada época conserva, reproduce o supera  sus propias contradicciones en la diversidad de matices que implican las relaciones de poder y de clase. Marx, opina que “así, el socialismo, en 1847, era un movimiento de la clase burguesa, y el comunismo lo era de la clase obrera. El socialismo era, al menos en el continente, cosa ‘respetable’; el comunismo, todo lo contrario... Era un comunismo rudimentario y tosco, puramente instintivo; sin embargo, supo percibir lo más importante y se mostró suficientemente fuerte en la clase obrera para producir el comunismo utópico...”[12], reivindicando las sencillas leyes de la moral y la justicia en el orden de su espacio y temporalidad.

Según la propuesta filosófica de Schopenhauer, éste considera que el espacio es algo externo al sujeto, y ahí   se ubican los cuerpos contiguamente; mientras que  el tiempo corresponde a lo interno del sujeto, en donde el cambio se da sucesivamente, y ambas representaciones mentales son simultáneas en la constitución del sujeto histórico, en su posible autorreconocimiento, al definir la identidad de clase en un proyecto político educativo como forma de vida, es decir, de capacidad humana, de calidad moral y de sensibilidad racional para poder actuar de manera concreta en el tenor de las necesidades sociales e individuales de una época; ya que, con base en la identidad del autorreconocimiento sensible asumido como sujeto histórico y como sujeto particular, se desarrolla justo el proceso de autoformación del sujeto en  espacio y  tiempo diferenciados, en donde “los ‘sujetos’ de la historia son las sociedades humanas dadas”[13], para lo cual tendremos que aclarar que la palabra cultura comprende  las diversas formas de producción[14], las formas de los  valores ético-morales y  la formación en las tradiciones y costumbres, que corresponden con un  momento de autoformación histórico social del sujeto, es decir, como productor y producto de su cultura,  según un  determinado estadio del desarrollo social alcanzado; como plantea Marx  en el Manifiesto del Partido Comunista, “...toda la historia de la humanidad ha sido una historia de lucha de clases, de lucha entre explotadores y explotados, entre clases dominantes y clases oprimidas; que la historia de esas luchas de clases es una serie de evoluciones, que ha alcanzado en el presente un grado tal de desarrollo en que la clase explotada y oprimida -el proletariado- no puede ya emanciparse del yugo de la clase explotadora y dominante -la burguesía- sin emancipar, al mismo tiempo y para siempre, a toda la sociedad de toda explotación, opresión, división en clases y lucha de clases”[15], lo cual es una relación de superación cultural, en donde la premisa máxima de la cultura es la eticidad -según plantea Hegel-.

La palabra cultura designa entonces, ‘la reja del arado’...también ha significado por mucho tiempo una actividad, antes de que pasara a designar una entidad. Ya que etimológicamente hablando, la expresión ‘materialismo cultural’ resulta algo tautológica, al haber pasado del aspecto material al asunto del espíritu. De manera que en términos marxistas, <cultura> abarca base y superestructura en un solo concepto. Su raíz latina proviene de la palabra colere, que desemboca del latín cultus, en el término religioso <culto>; luego, en la era moderna, la idea de cultura acabará adquiriendo un valor religioso y trascendente, cada vez más apagado y decaído “Las verdades culturales -sean las del arte o las de tradiciones populares- a veces resultan sagradas, o sea, algo que hay que proteger y adorar. La cultura, pues, hereda el majestuoso  manto de la autoridad religiosa, pero también sus incómodas afinidades con la ocupación y la invasión. Entre esos dos polos, uno positivo y uno negativo, queda localizado el concepto de cultura, una de esas raras ideas que han resultado tan decisivas para la izquierda como vitales para la derecha; razón por la que su historia social resulta extraordinariamente enredada y ambivalente”[16].

Es interesante ver en el Manifiesto Inaugural de la Asociación Internacional de los Trabajadores en 1864,  se abría una pregunta muy amplia de identificación del sujeto, asumido en su particularidad histórica, cuando se cuestiona que “Si la emancipación de la clase obrera exige su fraternal unión y colaboración, ¿cómo van a poder cumplir esta gran misión con una política exterior que persigue designios criminales, que pone en juego prejuicios nacionales y dilapida en guerras de piratería la sangre y las riquezas del pueblo? Y definíamos la política exterior a que aspira la Internacional con estas palabras: ‘...Reivindicar que las sencillas leyes de la moral y de la justicia, que deben presidir las relaciones entre los individuos, sean las leyes supremas de las relaciones entre las naciones”[17]. Iniciamos planteando en este trabajo, que  el mundo de las representaciones individuales y sociales,  da cuenta de la idea, de la imagen o del objeto de conocimiento en el interés  del sujeto; de manera que con base en los pensamientos filosóficos de la época ilustrada, abrimos la pregunta que nos propicie saber ¿Con qué fundamento filosófico proponer  una alternativa educativa[18]  para asumir una  identidad cultural sensible en el entramado ideológico de la cultura hegemónica, con un ímpetu de trascendencia social humanista como sujeto particular?

Para contestar esta duda tendríamos que preguntarnos a la vez acerca del contexto histórico de ubicación ideológica del sujeto particular concreto, es decir, ¿en dónde,  con quién,  cuándo, para qué y para quién proponer una educación  de identidad cultural del ser con su mundo, como un acto de reconocimiento histórico en el contexto de la hegemonía del poder en todas sus expresiones posibles?

Carlos Marx en sus obras filosóficas[19] toma en cuenta al respecto la esencia del poder para la reproducción de la explotación del trabajador “el Estado es un producto de la división de la sociedad en clases, un instrumento de consolidación, de manutención y reproducción de la dominación de una clase determinada. Esta es la tercera tesis central del materialismo histórico. El Estado no es consustancial a la ‘sociedad organizada’ o a la ‘civilización’ en el sentido amplio del término. No existió desde siempre. No existirá siempre. El análisis de los orígenes, el desarrollo específico y la desaparición posible del Estado es una de las principales contribuciones del marxismo a las ciencias de la sociedad”[20]; por ello Marx, plantea acerca del comportamiento cultural, que el hombre siendo la síntesis  más compleja del universo -lo cual recupera de la dialéctica hegeliana-, no ejecuta acciones innecesarias, ni desarrolla su capacidad  creativa sin que medie algo que lo mueva,  lo que  hace más difícil el saber sobre  sí mismo; de manera que tiene que existir una necesidad social que lo integre a todo lo que  históricamente  él ha estado generando como humanidad en sus diferencias civilizatorias y culturales, a través del dominio, la exclusión, las formas de organización de la producción, el consumo, la distribución y el cambio -dice Marx-, así como el racismo y la pertenencia en las relaciones de poder político, social, militar, colectivo, grupal o individual.

Se refería a la experiencia y a la memoria cultural constituida y expresada en los pensamientos, lenguajes y  formas de vida que tienen los  pueblos específicos en esta temporalidad moderna, y constituyente en la crítica del materialismo histórico; el marxismo como producto de su época propone que, el proceso que conlleva tener que  hacerse un ser humano particular a través de las mediaciones de la formación cultural, en la relación de libertad y pertenencia de clase es un largo proceso de transformación social y específico, de acuerdo al grado de consciencia asumido en la defensa de la tradición y de la continuidad revolucionarias, en el sentido de que “el capital es un elemento necesario del proceso laboral humano en general, abstracción hecha de toda forma histórica del mismo; y por lo tanto de que  el capital es algo eterno y condicionado por la naturaleza del trabajo humano.



[1]  Max Horkheimer, emplea  y elabora la formulación de la teoría crítica, para representar a la principal teoría de la Escuela de Frankfurt, posterior a la primera guerra mundial, en donde se recuperan varias interpretaciones y reinterpretaciones del marxismo, lo que implica un cambio histórico-social para la sociología del conocimiento, al realizar una crítica severa a la razón instrumental ilustrada.

[2]  Así “la voluntad diseminada en la multitud de individuos se devora a sí misma entablando una ‘lucha cósmica’... Aquí se encuentra ya la imagen de la existencia que le permitió a Nietzsche adjudicarle a la tragedia griega la función de mostrar que incluso lo más terrible de la vida es un ‘juego artístico que la voluntad juega consigo misma, en la eterna plenitud de su placer... así la esencia del hombre es la voluntad, pues este último parece todavía ceder a la pretensión de la conciencia de ser lo que constituye la identidad del hombre; y esto  es lo que le hace ver en él un ser permanentemente angustiado” Vid. Stepanenko, Pedro. Schopenhauer en sus páginas. Ed. F.C.E., México 1991. P. 9. 2021.

[3] Ibid.  P. 10.

[4] Idem. Para Schopenhauer, “los hombres son... como personajes kafkianos: siempre inquietos, siempre preocupados por cumplir órdenes de alguien o de algo que o saben qué es ni qué objetivos persigue mediante el cumplimiento de las mismas, siempre enredados por asuntos que no saben cómo surgieron, qué razón de ser tienen, pero a los que se entregan con todas sus fuerzas, pues de ello depende su propia existencia”.

[5] Schopenhauer, toma  la exaltación platónica del conocimiento como nóesis, como intuición de la verdadera esfera del ser, en la cual los objetos mantienen una absoluta identidad e inmutabilidad, en oposición a las efímeras imágenes de la percepción. Vid. Stepanenko, Pedro. Schopenhauer en sus páginas. Ed. F.C.E., México 1991, Prólogo.

[6] Ibid.  P. 18.

[7] Ibid. P. 45.

[8] “Por ‘objeto inmediato’ entiende aquí Schopenhauer el cuerpo de cada individuo, cuyas sensaciones se vinculan con objetos externos por medio de la ley de causalidad. La expresión la maneja nuestro autor ambiguamente, unas veces significando con ella el cuerpo, otras, las meras sensaciones, y finalmente, como la voluntad”. Vid. Schopenhauer en sus páginas... op. cit. P. 63.

[9] Ibid. P. 67.

[10] Vid. Dobb, Maurice et. al. Estuduios sobre el capital. Ed. Siglo XXI, México 1981. P. 32. 2021.

[11] Vid. Rozemberg, D.I. El capital de Carlos Marx.  Ed. de Cultura Popular, México 1979. P. 52.

[12] Cfr. Marx y Engels. Manifiesto del Partido Comunista.  Ediciones de Cultura Popular, México  N.d. P. 14.

[13] Cfr. Althusser, Louis et al. Polémica sobre marxismo y humanismo... op. cit. P. 19.

[14] En la primera “Tesis sobre Feuerbach: en antítesis con el materialismo tradicional, el moderno idealismo burgués ha desarrollado el aspecto activo, la praxis, pero no como actividad humana sensible. La burguesía, a diferencia del clásico señor feudal, está por cierto atrapada en la producción, pero ante todo a partir de la circulación. Ella no entiende el trabajo como intercambio orgánico concreto entre hombre y naturaleza, sino más bien como trabajo meramente intelectual, como trabajo abstracto: abstracto justamente respecto del intercambio orgánico. Así puede desacreditar el trabajo físico concreto del asalariado y hacer pasar el trabajo del espíritu como trabajo auténtico. El principio de la producción es aquí reconocido, porque los medios de producción, al contrario de cuanto sucedía en el feudalismo, se han convertido en productos. Y también porque la relación entre el trabajador libre y el capitalista ya no representa una relación personal de esclavitud o de servilismo de la gleba, sino que se trata de una relación reglada por un contrato libre” Vid. Marx, Karl. Introducción general a la crítica de la economía política (1857). Ed. Cuadernos de Pasado y Presente No. 1, México 1977. P. 25. 2021.

[15] El marxismo ha representado entre otras cosas una aportación significativa a la historia de las ideas y a la vida contemporánea, el mismo marxismo se nutrió a su vez de distintas contribuciones. Tres son las fuentes que convencionalmente se han identificado para el pensamiento marxista: la Filosofía clásica alemana, entre cuyos representantes están Hegel y Feuerbach; la Economía política clásica inglesa, representada principalmente por Smith y Ricardo; y también la sociología francesa clásica, en la cual Montesquieu, Rousseau y Diderot tienen representación.  Es necesario destacar que las funciones en las representaciones sociales tienen sentido, a través de su 1) Función cognitiva: esquema de percepción. 2) Función de identificación: definen la identidad social: 3) Función de orientación: guías potenciales del comportamiento y 4) Función de legitimación: permiten justificar las tomas de posición. Consúltese Dr. Gilberto Giménez, op. cit.

[16] Vid. Eagleton, Terry. La idea de cultura. Una mirada política sobre los conflictos culturales. Ed. Paidós, B.A., 2000. Pp. 12-13. 2021.

[17] Cfr. Marx, Karl. La guerra civil en Francia. Ed. Progreso, Moscú 1977. P. 21. 2021.

[18]Vid. Gramsci, Antonio.  La alternativa pedagógica. Ed. Fontamara,  México, 1981. 2021.

[19]Consúltese. Marx, Karl. Manuscritos económico-filosóficos de 1844. Ed.  Grijalbo, México, 1968.

[20]Vid. Mandel, Ernest. El lugar del marxismo en la historia.  Ed. y Distribuciones Hispánicas, S.A. de C.V., México 1986. P. 20. 2021.

Tuesday, June 8, 2021

López Obrador (AMLO) en México.

 EQUIVALE a AGOSTO 2021.

  AUTORRECONOCIMIENTO E IDENTIDAD con honestidad, justicia y amor: López Obrador (AMLO) en México.

 Sandra Cantoral.

En las concepciones hasta aquí desarrolladas, sobre el autorreconocimiento y la identidad del sujeto histórico,  se ha presentado el planteamiento y el objetivo del presente ensayo sobre la identidad del sujeto como un proceso de definición de clase para nuestra humanización en este siglo XXI y lograr ser felices con las tristezas necesarias pero no provocadas por la carencia, la discriminación y la miseria, tenemos consciencia que hoy es nuestra última oportunidad. Ofrecemos un pequeño esbozo reflexivo para reconocer los símbolos sociales vigentes bajo la lógica occidental capitalista que aún es hegemónica, salvo algunas esperanzas civilizatorias que quizá lleguen como China, la India, los pueblos indígenas comunitarios, la civilización maya, etc.

Vivimos un siglo como  búsqueda de la  libertad en  diferentes sentidos humanitarios, posturas político-filosóficas y actitudes del actor social en los procesos de formación y de trauma histórico en el sometimiento que conlleva la opresión y explotación del hombre por el hombre, es decir, en el sentido de nuestra transformación cultural de explotad@, para terminar con el mercado de drogas, de armas y del capitalismo salvaje como delincuencia de cuello blanco y delincuencia organizada, denuncia AMLO.

Hoy la explotación de un hombre sobre otro, lo valoramos como totalidad o historicidad desde la postura y reflexión político filosófica del materialismo histórico, haciendo una resignificación de  las diferentes lenguas de la identidad particular y universal concretadas por medio del trabajo milenario y actual, el que es  reconocido por el sujeto que lucha por la transformación de calidad humana, en paz, sin violencia, construyendo todos los días la democracia con equidad, haciendo justicia y denunciando con honradez la corrupción (AMLO), porque cada sujeto está ‘sujetado’ a sus valores ético-morales, entendemos al sujeto histórico, como una persona con un proyecto, al ciudadano con derechos individuales, a un grupo social organizado o no, a un pueblo a la voz de la solidaridad y la cooperación, a un Estado-nación que quizá funge en transición a través de la historia y que bien puede ayudar con todo su aparato gubernamental en sus tres instancias de poder político: ejecutivo, judicial y militar, si obedece al pueblo hasta otorgar la soberanía a la gente de trabajo, esa es la apuesta.

Valoramos en el sujeto histórico, sus formas de producción histórico-sociales, sus tradiciones y costumbres milenarias, así como sus valores ético-morales (Gramsci), que lo identifican su raíz milenaria, de acuerdo a su civilización; es decir, que habla y actúa con base en las virtudes que ha podido desarrollar en procesos de enseñanza-aprendizaje en sus distintas épocas culturales, imperceptiblemente matizadas, esa es la apuesta a través de SABER DIALOGAR en su condición humana, así lo propone y lo actúa todos los días López Obrador contra el paradigma neoliberal, propone que se logre con honestidad, justicia y amor al pueblo, amor y respeto a la vida.

Los momentos minúsculos de construcción humana, son nuestra apuesta en comunidad, porque ello sucede de acuerdo a esa búsqueda de libertad humana y explotación inhumana del trabajo que dignifica en nuestra condición histórico social a cada paso dado, ya que deseamos que el trabajo si bien duro tiene que ser lúdico y creativo, porque es común, en donde la consciencia responsable humanitaria sabe valorar el esfuerzo recorrido entre todos nosotros y nosotras, para eso nos sirve informarnos y ayudarnos permanentemente, por lo que se necesita tomar consciencia en los procesos educativos y en la formación de calidad humanitaria mundial, nacional y local, desechando todo lo que destruya toda forma de libertad, labrado en el respeto a la diferencia y a la consciencia política humanitaria de nuestro pueblo en México, a pesar del mercado de carteles nacionales e internacionales que nos asechan.

Entendemos a la libertad humana como la capacidad en donde se multiplican como hongos los youtubers en las benditas redes sociales (AMLO) que potencian la información crítica, haciéndola pública, además de periodistas comprometidos con las mejoras sociales justas y necesarias ¿Cómo silenciarlos a todos y todas? No es posible, esa es la apuesta. Éstos y éstas valientes comunicador@s tendrán que dejar escuela y formar cuadros de reflexión crítica para que ya nadie pueda silenciarlos, tomándose por vía pacífica los medios de comunicación de masas, para educar-politizar humanamente al pueblo mexicano, pues vemos cómo el cuarto poder aún sirve a la clase media e intelectuales orgánicos comprometidos sólo con su privilegio individualista que les brinda el sistema capitalista de explotación y de corrupción naturalizada, hoy se tiene que valorar y analizar en la pérdida electoral de la Ciudad de México, el Estado de México y otros bastiones que se pintaron de azul con el Partido de Acción Nacional.

En este sentido valga RECONOCER al gabinete lopezobradorista que están a la vanguardia en la Cuarta Transformación (4T), como puede ser, por mencionar a uno solamente, al Dr. Santiago Nieto en la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF); igual tienen que dejar escuela para multiplicarse en miles que sepan hacer el seguimiento de la corrupción y cerrar cuentas como parte de la denuncia cotidiana, hasta DEVOLVER AL PUEBLO LO ROBADO y cambiar las estructuras socioeconómicas para que la gran mayoría gocen de una vida digna.

Esta propuesta de identidad humanitaria, es una elección voluntaria y consciente que se expresa en las actitudes y comportamientos del sujeto histórico autónomo,  capaz de autodeterminarse colectiva e individualmente en una postura política definida, para construir  su ser digno de educación, de salud y de cultura, ese fue el esfuerzo de Salvador Allende, pero también de Lucio Cabañas o de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) hoy en día en la realidad mexicana y latinoamericana.

Reconocemos entonces al sujeto histórico particular y social como hacedor y a la vez hechura de su soberanía y de su producción cultural; gestada ésta en las relaciones de clase en cada época, coincidiendo con el  grado de conocimiento, experiencia e intuición que tiene de ello como consciencia social revolucionaria;  configurándose así los diversos tipos de identidades del sujeto: nacional, étnica, de género, regional, pueblerina, de pareja, barrial, religiosa, familiar, generacional, etc., en este sentido parece que la mentalidad de los mercaderes de drogas aún en las regiones más pequeñas, viven este fenómeno social como una vida fragmentada, en donde no tienen consciencia de la necesidad del pueblo para vivir con justicia y honestidad amorosa.

Caracterizamos a la identidad del sujeto como un fenómeno de reconocimiento, es decir, de agradecimiento del sujeto histórico, sea éste una persona con un proyecto, un individuo con derechos humanos como ciudadano, un grupo social, un pueblo/nación, un Estado transitorio entre aquello que no termina de morir para ser independientes del neoliberalismo y lo que no termina de nacer, que es la independencia humanitaria en América Latina, como la patria grande con soberanía y dignidad, porque podemos ser una comunidad en peligro de extinción, todo ello dimensionado por su despliegue de actitudes y comportamientos en permanente transformación humanitaria o no.

Por ello en esta transformación permanente consideramos, la pertenencia socio-territorial contextuada en espacio y tiempo de vida-muerte, lo cual encuentra su plataforma de sentido en la propia definición cultural de las identidades sociales; se mencionan algunos rasgos acerca del proceso de representación de las identidades a través de la lengua y de la identidad como proceso de transformación del sujeto social en sus formas de lucha y de apropiación del conocimiento y la información; para poder dar cuenta de las características de la identidad de clase social, como un largo proceso de madurez autónoma en la lucha de clases histórica y cotidiana; sobre ello trata este ensayo, el cual  delimitamos, según lo que comprendemos por identidad y por autorreconocimiento.

En este apartado se enfatiza que la identidad significa un conjunto de repertorios culturales interiorizados (representaciones, valores, símbolos) valorizados y relativamente estabilizados, a través de los cuales los actores sociales (individuales o colectivos) se reconocen entre sí, que es lo que necesitamos urgentemente en este siglo XXI, siglo de debacle del mundo con el calentamiento global, las guerras, el armamentismo, los feminicidios, la pederastia, redes de pornografía infantil, la corrupción y el mercado de drogas que es global; en estos sentidos, se limitan las fronteras y se distinguen de los demás diversos actores sociales que son sus víctimas; todo ello dentro de un espacio históricamente específico y socialmente estructurado como está sucediendo  -plantea G. Giménez-; sí todos los días sucede en México la falta de atención sensible con un proyecto educativo humanista amplio. 

Podemos ver que  la elección libre y voluntaria del sujeto social e individual, corresponde  con  sus  representaciones,  valores y  símbolos,   expresados éstos -según la filosofía hegeliana recuperada por el marxismo científico- a través de su sensibilidad, percepción, entendimiento, autoconciencia y  razón conceptual; ahora  lo que falta alcanzar para el presente siglo en la formación de sujetos históricos,  es que puedan ser constituidos en la comprensión de una razón sensible radical  en, con y para su cultura en comunidad humanitaria en búsqueda de la paz, terminar con el armamentismo y el mercado de drogas, cuidar la tranquilidad y felicidad del sujeto integral, semejante a lo que AMLO, propone, todo sin endeudar al pueblo, de forma pacífica y a través del diálogo, tómese en cuenta que el partido MORENA tiene que hacer mucho trabajo de conscientización con las clases medias de este país.

El diálogo comprensivo y cariñoso, es lo que puede salvarnos del salvajismo capitalista global y nacional; ya que entrelazada esta identidad de clase con  las relaciones de dominio contradictorio en su negación y afirmación, en el sentido dialéctico de valores asumidos en el  contexto histórico de la hegemonía occidental capitalista, seguimos presenciando cómo sustenta  la propiedad privada de medios para la producción histórico-social para el beneficio de unos cuantos y la desesperanza de la mayoría; por lo que se ha dado forma y contenido a la vida-muerte en este SIGLO XXI para decir BASTA, en esa voz comunitaria que está tomando en sus manos al Cuarto Poder, los medios masivos de comunicación en México, que el sujeto vive como un derecho humano en una situación socioeconómica-cultural y militar que se le ha impuesto históricamente por las grandes dictaduras, en México con AMLO es todo lo contrario, debido a que diariamente ataca a todas las formas ideológicas de manipulación, de miseria y de explotación social, haciéndolo público, como expresión cultural dialógica para reafirmar nuestra identidad histórica, tendría que ampliarse el debate ya a nivel mundial.

Y es justo en el dominio de la cultura y de  la propia naturaleza del sujeto sujetado o no a sus valores humanos, que el sujeto logra sobrevivir en un trabajo enajenado o vivir dignamente como ser humano integral, lo cual corresponde  con el grado de conciencia que  tiene de sí mismo, es decir de sus necesidades, recursos, capacidades, voluntad y limitaciones para poder comprender en sus actos, aquello  que  dice querer, y lo que finalmente termina logrando, expresadas estas relaciones de ‘“poder” para someter o emancipar”’, como formas objetivadas de la cultura en contraste con las formas interiorizadas de ella, en la conformación de las dimensiones de la identidad del sujeto histórico como persona con un proyecto, como individuo, como pueblo o sociedad civil, como Estado-nación, como grupo social, como clase social organizada políticamente, o como el planeta mismo, al saber o no saber sobre sí mismo, en el reconocimiento del otro que lo constituye como sujeto comunitario, aunque sea como una ilusión o ideal de futuro en su subjetividad objetivada de su expresión, que lo identifica como ser humano a través de  su sensibilidad cultural.

Las dimensiones de las identidades del sujeto histórico con consciencia social, dan  cuenta de su calidad humana que está cada vez más manifiesta, porque expresan esta cualidad en el comportamiento social e  imaginarios simbólicos que atraviesan todos nuestros síntomas de depresión o de ansiedad, de indignación y hartazgo, por ser actores sociales reales y concretos con memoria de tanta injusticia y lucha día a día, por lo que esta especificidad debe verse en el contexto real de ubicación en espacio y tiempo (Kant), como una totalidad histórica que no es posible  fragmentarse caprichosamente (Hegel), pues las formas del ser y del hacer son únicas e irrepetibles en cada persona particular en sus singularidades universales diferenciadas -entendido en una lógica dialéctica como la construimos en el devenir cotidiano-.

Por tanto, hoy es necesario conocer a profundidad las circunstancias de vida de cada ser humano, para comprender el comportamiento humano y ajustarse a preocupaciones pedagógicas específicas, se trata de lograr dar sentido a diversas formas de resistencia, reproducción y funciones formalizadas del sujeto, en la imagen que  tiene de sí mismo, al resistir en un trabajo enajenado bajo el sometimiento empresarial o burocratizado,  la lógica del capital, como lo sufrimos en México y en A.L., pero en el despertar de las naciones y el PODER DE LOS PUEBLOS organizados o no, la luz nos hace felices en sus matices y contrastes.

Los pueblos en L.A. seguiremos resistiendo en un proyecto social cada vez más deplorable y a la vez gratificante de enseñanza-aprendizaje como lo ha mostrado Cuba, Venezuela, Nicaragua o México hoy con AMLO, porque tenemos que superar entre nuestros pueblos los estados de alcoholismo, de terapia grupal, en un ambiente de drogas, de  evasiones, de sin sentidos, de violencias, de silencios, de indignación, de degradación terrorista, hipocresías, genocidios, abuso sexual a menores etc., como formas simples y complejas de la vida humana e inhumana entre el ser y  el no ser, sintetizados en el presente  siglo XXI, por lo que el problema de fondo es contar con INFORMACIÓN cada día, como nos lo muestra AMLO; sabiendo que también daña demasiada información mercantil y. al ya no saber qué hacer con ella, en el consumismo y el aparente olvido por la falta de raíz histórica.

Ya que el no-ser o el ser integral, no debe entenderse como la deshumanización o la pérdida de identidad como un efecto natural determinado por el rumbo evolutivo, sino también como la humanización  en el sentido de la defensa política en los intereses de  nuestra clase social de pertenencia, como sujetos con raíz y memoria civilizatoria, por ello el sujeto en sus sentimientos más íntimos, que lo identifican y definen como ser histórico ahí constituido y constituyéndose en los valores universales y particulares de su época, que tiñen su cultura como hechura y hacedor de su historia.

De manera que, el sujeto se encuentre  a sí mismo en rupturas y contradicciones permanentes en su negociación de consensos, crisis y caos; que lo niegan y lo afirman a la vez en un proceso de transformación como está sucediendo con la 4ª. Transformación en México, a través del diálogo y la paz social, hasta donde ello es posible, para que la deformación y la  formación de valores ético-morales,  sea un entretejido de  virtudes y de defectos humanos como despliegue de nuestra existencia.

Lo cual es parte de la praxis como poder de emancipación dentro de la lógica imperial financiera, con base en la razón, entendida ésta como la facultad del conocimiento humano para relacionar juicios y principios argumentados teórica y prácticamente en una correlación de esfuerzos de investigación, en ese espacio que conjunta la ideología, el arte y la ciencia, articuladas  por la praxis concreta de la organización política y de la capacidad de dirección en procesos radicales de transformación del sujeto histórico social; de modo  que éste logre romper con la lógica de propiedad privada de medios de producción, a través de lo más sublime o sagrado que es el sentido y derecho a la  vida individualcolectiva (Cantón) del ser; es decir,   al hacerse humano con un espíritu racionalsensible, que es hoy el grado más álgido de la consciencia.

Así decir SER HUMANO, es hablar sobre la sensibilidad racional en su totalidad, que se expresa en la realidad concreta en fragmentos de la nada, como cerrazón a la vida de incomprensiones y ausencias de sentido, de expresiones culturales diversas, en la lógica del modo de producción  y en las actitudes generadas por el Estado hegemónico de poder político burgués nacional e internacional, ello sucede en el proceso de   humanización en la negación de potenciar cualidades humanas virtuosas en un proceso de enseñanzas y aprendizajes conscientemente dirigidos con una intención de emancipación histórico-social que se está acelerando en este siglo XXI, pues nuestros errores nos exigen reparar lo antes posible porque los tiempos del calentamiento global, deforestación y falta de agua apremian, por lo que requerimos de Otro, muy otro proceso educativo familiar, escolar, clerical, en los medios de comunicación y en las calles.

Requerimos de abandonar paulatinamente la lógica de consumo y mercadotecnia, que sólo enriquece a los magnates del capital, para lograr irnos emancipando cada vez más de injusticias impuestas por el DEBER SER esquematizado a imagen y semejanza de la propiedad privada esquisofrénica de medios productivos, y de la violencia decretada, en la privatización absurda de los recursos de potenciación humanizada de derechos fundamentales, como son:   educación, salud, justicia, vivienda, cultura, alimentos, tierra, trabajo, democracia, vestido, recreación, libertad de pensamiento y de acción, lo cual cada vez se tiene más claro en la consciencia social, poder luchar en contra de la política Neoliberal (AMLO).

Precisamos tener  respeto a la dignidad en equidad social, porque en esta lucha humanitaria, resultamos peligrosos todos aquellos que no se ajustan al orden de privilegios capitalistas, de privatización y de exclusividades excluyentes en el reconocimiento de la identidad  de la clase dominante con un Estado Profundo que no podemos vislumbrar con precisión -Correa-, que se inculca en los procesos de enseñanza aprendizaje del sujeto desde su infancia a través de todo un sistema de valores y de ideas hegemónico-políticas.

Porque de lo que se trata en el reconocimiento histórico de la identidad del sujeto, es de salir de sí mismo en su otredad humana, a través de cultivar necesidades compartidas en la lucha que lo reivindica, y forjar la superación al reconocerse en las posibilidades del trabajo colectivo crítico, y de creación innovadora autónoma, en un devenir consciente de liberación individual e histórico-social, empeñada la vida humana en salir y entrar a la tragedia subjetivamente representada, vivido como trauma y confusión, y a la vez objetivada en  la risa de sí mismo ya emancipado, en los espacios de superación cultural.

La visión cultural, como hacedores y hechura de esa cultura civilizatoria a la vez, representa  una auténtica autoridad normada por el principio de necesidad humana colectivamente disfrutada y querida; pues la alegría recrea las ilusiones de un pueblo que parece grande en algunas ocasiones y chico en otras, de acuerdo a la topología dialéctica de su ubicación; es decir, de la sociedad civil organizada políticamente para dar cuenta de las formas conscientes de la interrelación social y educativa general o regional; lo cual se desarrolla al interior del modo de producción en la superación de la contradicción hasta hoy irresoluble  entre el capital y el trabajo; lo que está culturalmente entreverado con las emociones y las pasiones humanas en otra dimensión de esa misma totalidad fragmentada del mundo moderno en el campo de la subjetividad objetiva.

 

¡La lucha democrática del PODER POPULAR sigue en construcción!

Friday, June 4, 2021

Andrés Manuel López Obrador (AMLO), el embate desde dentro y desde fuera.

 

AMLO, el embate desde dentro y desde fuera.

Carlos Figueroa Ibarra.

El domingo 6 de junio se celebrará en México elecciones decisivas y de gran importancia histórica. Se elegirán 15 gubernaturas, 500 diputados federales, 30 legislaturas locales y casi dos mil presidencias municipales, además de miles de regidurías para integrar cabildos. En total 21,108 puestos de elección popular. De lo que suceda en esa elección dependerá el que Andrés Manuel López Obrador pueda continuar o no la transformación iniciada el 1 diciembre de 2018.

Según alguna casa encuestadora, hay un 64% de probabilidades de que Morena consiga la mayoría absoluta en la Cámara de Diputados y un 34% de probabilidades de que consiga la mayoría calificada (dos tercios). Es importante también lograr buenos resultados en los comicios para las legislaturas de las distintas entidades de la Federación. Dos tercios en la cámara federal de diputados y la mitad más uno en las legislaturas locales, posibilitaría al poder ejecutivo el establecer reformas constitucionales que consolidarían a la Cuarta Transformación. Este escenario es más improbable que el que el próximo domingo la 4T logre repetir una mayoría absoluta de las diputaciones federales.

La derecha al interior del país y la que opera afuera de éste, conoce la importancia estratégica del proceso electoral del 6 de junio. Por ello un grupo de aproximadamente 430 intelectuales, académicos y ex funcionarios públicos han publicado un manifiesto que dice defender a la república, la democracia y las libertades. Entre los firmantes hay personas progresistas en muchas causas pero que suscriben el que el gobierno de López Obrador es autoritario, ejerce una presidencia autocrática, ha sumido en la miseria y en la violencia a México y por ello llaman al voto útil contra Morena: votar por la coalición opositora y en los lugares en que ésta no exista, votar por las candidaturas que tengan más probabilidades de vencer a las de Morena.

En el exterior, la derecha se ha expresado a través del semanario británico The Economist en un artículo titulado “El Falso Mesias” en el que se resumen los ataques corrientes a Andrés Manuel: populista nostálgico y hambriento de poder; emparentado con líderes neofascistas como Víktor Orban (Hungría), Jair Bolsonaro (Brasil) o nacionalistas de derecha como Narendrah Modi (India); violador del Estado de Derecho; militarista; desdeñoso de los expertos etc. El artículo termina llamando a los votantes a frenar al falso Mesías y demandando a Biden su intervención para defender a la democracia en México.

El manifiesto de la derecha neoliberal y el artículo mencionado tienen una misma dirección: hay que frenar con los votos a un dictador populista que está sumiendo en el caos a México. Por fortuna, la mayor parte de México no piensa así. A mediados de mayo, la encuestadora estadounidense Morning Consult declaró a López Obrador el presidente más popular del mundo. He aquí el gran problema de las derechas mexicana y transnacional: no han encontrado todavía el modo de desmantelar la subjetividad de masas por la transformación que Andrés Manuel logró desencadenar. El 6 de junio se verá si lo logran.

 

Thursday, June 3, 2021

La vida formal, informal y hacia la delincuencial.

 

NUESTRAS IDENTIDADES ENTRE LO ABSTRACTO Y LO CONCRETO EN LA HISTORICIDAD RECORRIDA desde la vida formal, informal y hacia  la delincuencial.

Sandra Cantoral.

Corresponde a JULIO 2021.

Veamos que opina Manuel Kant sobre el ENTENDIMIENTO, en relación para nosotros sobre la comprensión significativa de la humanidad y, de nuestra identidad tanto particular como universal en el siglo siguiente a la filosofía  de  Descartes; así observamos que ambos viven después de la invasión española en contra de los indígenas mexicas en el continente americano, en este sentido, el tema que nos ocupa enfatiza, en la capacidad de escucharse para poder dialogar entre lo que consideramos la vida formal, la informal y posteriormente, hoy en México y en algunos lugares del mundo hacia la delincuencial;  por tanto, es necesario mencionar, que es Kant, quien articula el periodo ilustrado con  el romántico -según la versión que recuperamos de Isaiah Berlin-, veamos estos tránsitos de historicidad en el México de hoy entre lo abstracto/ahistórico y apolítico hacia lo concreto del mercado internacional respecto al mercado de drogas delincuencial.

 

Veamos entonces, algunas reflexiones para replantearnos los contextos históricos de reincidencia hegemónica o no, de cada momento de nuestra historicidad humana/inhumana, en la constitución de nuestras identidades, es decir, de nuestros principios de pertenencia, de reconocimiento y de agradecimientos en nuestros procesos educativos, sabiendo que las historias no son lineales, sino dialécticas, ello nos permitirá comprender algo sobre nuestras existencias hasta hoy en día; en donde, no hubo la posibilidad de dialogar sino de imponer una vida que nos era ajena entre españoles e indígenas, y más tarde en el periodo de dependencia colonial y de explotación llena de jerarquías sociales y políticas por los intereses del poder de propiedad, unos y otros, nos construimos mentalmente, toda una estructura idealista y romántica, llena de temores religiosos y de fetiches, en la reconstrucción de nuestra identidad indígena de origen y meztiza posterirmente, justo visible en el “trabajo” formal, el informal e incluso el delincuencial, que se entreveran en el momento del cinismo y la muerte del sujeto histórico y/o educativo.

 

REFLEXIONES  DE KANT SOBRE LA IDENTIDAD del sujeto existencial

Kant (1724-1804) es un filósofo romántico moderno de pensamiento integral y, su concepción de la vida corresponde con sus circunstancias filosóficas, las de su época, por ser ésa la mentalidad hegemónica; él articula el pensamiento idealista y el romántico en la temporalidad constituyente de la modernidad, que transitó al racionalismo en la lógica del capital industrial, que nos ha marcado la vida hasta hoy en día, tanto a españoles como a mexicas en esa aventura del entendimiento y la posibilidad dialógica entre lo abstracto y lo concreto de cómo se conformo el capitalismo global en la venta de drogas que al parecer es histórica, si entendemos el entrelazamiento del capital a través del capital agrario, el capital comercial, el capital industrial y finalmente hoy en día el capital financiero, manejadas sus ganancias desde el Estado profundo del capital volátil a nivel mundial, por medio de todo un proceso de explotación de la fuerza de trabajo y de una gran desigualdad social, en su no reparto equitativo ni oportunidades para la mayoría de los pueblos.

Veamos el análisis histórico al respecto para comprender algo de lo que nos ha teñido en dicha historicidad con la invasión española, por supuesto no llegó de lleno el pensamiento ilustrado, sino la influencia de lo más degradado de los españoles, salvo muchas excepciones. Así tenemos que, Kant  nace en Königsberg, Prusia y allí muere, casi toda su vida vivió en esa ciudad, era el cuarto hijo de una familia pobre. Fue educado con un espíritu religioso del pietismo[1], en donde el bien abstracto era la piedad metafísica.

Primero Kant fue maestro particular, después profesor en la Universidad, sabía matemáticas, física, lógica, metafísica y filosofía práctica. Él abre el discurso de la filosofía de la Ilustración acerca del mundo y de la vida; “él odiaba el romanticismo, por su forma de extravagancia, de fantasía, lo que él llamaba el Sshwärmerei; cualquier tipo de exageración, misticismo, vaguedad, confusión. Sin embargo, se le considera con justicia uno de los padres del romanticismo, en lo que hay cierta ironía... pues era... un admirador de las ciencias”[2], reflexionando sobre el comportamiento de la sensibilidad y de la racionalidad del ser humano de cómo va transitando del trabajo formal, el informal hasta degradarse en el mercado de drogas delincuencial, tenemos que él marcó otro paso más sobre la identidad del sujeto sujetado a sus costumbres y a sus  prácticas empíricas dignas y perversas en esa resignificación del poder ilustrado y sus formas de explotación del trabajo, que  entre los habitantes del Anáhuac tenía muy Otro sentido.

Este periodo está contextuado en la época de mixturas de nuestras mentalidades, entre la desigualdad social y la búsqueda de comprensión de ellas como bien moral, es decir, entre  la física de Newton, 1642-1727, la Independencia de los Estados Unidos, 1776 y la Revolución Francesa, 1789; al ser los sucesos de esta filosofía del criticismo, en donde el reto es atreverse a saber por la propia razón, sin vanidad y falsa timidez, sino con un hondo sentido de los valores morales y la experiencia estética. Mostrando la capacidad humana de la creatividad y las conquistas, como lo creyó el optimismo racionalista al encuentro de todas sus realizaciones en la búsqueda por la felicidad del sujeto, como voluntad liberada del deber moral, que es lo que intenta Kant dilucidar como propuesta  de vida, en su método trascendental.

El método trascendental, da figura y reconocimiento a la identidad del sujeto histórico en el contexto de la lucha de clases, que obvio permea nuestra vida cotidiana a través de la invasión española y el periodo de dependencia político-económica colonianista, que nos fue impuesta; por ejemplo hoy en México el mayor saqueo en  las últimas décadas del periodo neoliberal/privatizador lo hemos visto en todo su esplendor, NO HONRADEZ, NO COMUNIDAD, NO LEY humanitaria, como SÍ PODEMOS que ha reaparecido el sentido de mejorar las condiciones de vida de las grandes mayorías con el presidente de México Andrés López Obrador (AMLO), siguiendo principios indígenas comunitarios como puede ser la asamblea/Mañaneras con la transparencia que lo caracteriza por ser un luchador progresista de su época frente al mundo y en América Latina (A.L.),  denunciado incansablemente en público cómo se transita del trabajo formal, al informal y hoy la invasión de la ocupación delincuencial de algunos Narco Estados en la República Mexicana, que intentan meterle el pie a cada paso para proteger sus intereses del gran mercado de drogas internacional y la mixtura de inversiones en el sentido de la gran ganancia del capitalismo salvaje.

Sin embargo el pensamiento filosófico de los grandes filósofos no era el hegemónico en esta constitución dialógica del ser humano ni hoy en día lo es; en este sentido, comprendamos cómo en la historicidad de reinterpretaciones, podemos ir descubriendo, que no era en sí, la concepción que estos grandes filósofos aportaron, ya que ellos al igual que los indígenas fueron recuperados de manera incipiente, según los intereses del capital e injusticia social que se fue extendiendo en el planeta tierra.

Veamos así, cómo el método kantiano  sienta las bases de la cultura humana, que se ubica en una razón teorética, una razón práctica, una razón estética, una razón religiosa y en una razón jurídica en el comportamiento del hombre a través de sus representaciones, en el largo proceso de autorreconocimiento del sujeto histórico, así constituido en el periodo de ilustración europea, destacando no sólo el pensamiento racional cartesiano, sino también la sensibilidad moral del sujeto en su condición crítica, que ello es lo benéfico que nos llegó como gran influencia humanista y que junto con nuestros valores indígenas tendremos que ir construyendo e impulsando, de acuerdo con las necesidades de nuestra época.

Kant pensaba que el tribunal que habilita a la razón en sus pretensiones legítimas es la crítica como aparente sabiduría; negando, sólo la apariencia de deseos, porque la lucha era en contra de la metafísica dogmática, por eso las formas a priori, sólo describen las formas no dependientes de lo que ofrece la experiencia empírica de la acción directa, porque es la realidad misma (nombrada posteriormente como praxis), y no el hecho aparte del conocimiento lo que da el sentido del deber sensible moral; pero es sólo con la reflexión crítica aposteriori, la que ofrece la experiencia concreta del entendimiento o del momento de la realización, como forma inmanente de la experiencia verdadera, para saltar y vencer la propia sombra, y poder mostrar todo el saber de lo real, venciendo el miedo de la cerrazón dogmática en el conocimiento y en las formas de producción social tal y como suceden en la gran desigualdad histórico-social que se reconocen con juicios de valor  absolutos, en donde se transita de la vida/trabajo formal, informal (40% de la economía nacional en México) en el tránsito delincuencial (controlan el 40% del territorio nacional), de ahí que AMLO le apueste a la economía moral; porque a pesar de que la vida formal institucional es la más segura, la informal no es reconocida aunque sí cuenta en el producto interno bruto de la economía, y el oficio delincuencial en el ejercicio lumpen de la degradación ya no puede distinguir sus delitos, injusticia e impunidad en la realidad que denuncia todos los días Andrés Manuel López Obrador y ojalá muy pronto todo el pueblo trabajador conscientizado sobre sus derechos y valores/capacidades humanas, sin embargo existen muchos sectores que tratan de ser optimistas en la 4ª. transformación histórica de nuestros días, considerando nuestras preguntas críticas y abiertas, desde la visión de todas las ciencias sociales en nuestra lucha incansable, asumidos como sujetos históricos de transformación humanitaria.

En la metafísica tradicional desde los eurocentrismos inculcados, notamos cómo lo que veía en sí Kant como realidad era a Dios, a la inmortalidad del alma y a la finalidad del mundo, como ‘cosas en sí’, como representaciones aparentes,  como fenómenos imaginados, pensados como noúmenos; así Kant rechaza toda metafísica dogmática; por lo que su proposición era una metafísica crítica a través de su método trascendental, pues Kant pensaba, que la lógica racional trasciende esos fenómenos de apariencia que capta la metafísica de la naturaleza y  la metafísica de las costumbres, como límite de la liberación del sujeto histórico, contextuado éste en un largo proceso de autorreconocimiento enfrentándose el sujeto de la historia a la crisis de su identidad, de ahí es que resignifiquemos el espíritu revolucionario de la razón kantiana para que nos sirva al igual que nuestros principios indígenas, de origen, como los procesos de emancipación social que continuamos requiriendo, por eso sólo un ejemplo, Kant decía: “No hagas al otro lo que no quieras que te hagan a ti”.

Porque -indica Kant-, los hechos a priori, se anclan en la imaginación subjetiva y en el deseo del sujeto, dejando a un lado la experiencia de validez objetiva, que se fundamenta en un sistema, que es el criticismo de la razón que se dirige en varias direcciones.

Por lo que la identidad cultural del sujeto es una construcción individual y social para definirse a sí mismo en el enamoramiento de sí mismo, visto ello como esfera de autoconsciencia ilustrada, en donde la razón es sólo filosofía de la cultura humana dominante, que termina siendo una ideología de pautas orientadoras de la vida  civilizatoria, que se  acerca al pensamiento y a la acción concreta de lo divino, al ser el pensamiento abstracto y concreto de la época, que hoy nos es obvio el tránsito entre la vida/trabajo formal, informal y el momento delincuencial por múltiples motivos económico-políticos de mezquindad y abuso de poder político en algunas esferas de gobierno, semejantes a la invasión española, que nunca comprendieron la calidad moral y humana de los indígenas.

Por tanto, desde la concepción occidental eurocéntrica que se encarnó en la América hispana en una multiplicidad de dimensiones de la identidad del sujeto en su contexto hegemónico y autóctono de raíz indígena, vemos cómo en sus matices más finos expresan muchos sentidos de vida culturales que crean nuevas formas de ser ACTITUDINAL y de comportamiento cotidiano, a través de la alegría y del entusiasmo de la raíz cultural constituyente, ante la fatalidad de la desigualdad social, que marca la separación del campo y de la ciudad, del trabajo manual y el intelectual, de la cultura y el trabajo, así como de la política humanitaria y de los procesos pedagógicos en la enseñanza y el aprehendizaje; dichos momentos no se unen porque ahí está la clave de la COMPRENSIÓN TRANSFORMADORA para actuar en contra de la explotación y del acaparamiento de los medios de producción; lo que tendría que ser valorado como un proceso histórico obligado para comprender la esencia de nuestra razón sensible humanitaria.

Es necesario por tanto, siendo justos en el autorreconocimiento del ser y hacerse humano, PODER AGRADECERNOS las experiencias compartidas entre el trabajo formal, el informal y el delincuencial de hoy con el mercado de drogas y armamento internacionalmente, si lo dialogaramos en la vida cotidiana, tomaríamos, reflexiones ausentes como el hecho que nos influye, en cuento que Manuel Kant, se educa en la filosofía ilustrada, de la cual recoge sus aportaciones epistemológicas, incluyendo el racionalismo cartesiano en su criticismo ante las pretensiones legítimas de su época, partiendo del juicio analítico, que abre el sentido de las formas significativas en el concepto del sujeto “en donde el predicado no hace sino descomponer o analizar el conjunto de las notas que integra el sujeto, por ejemplo al expresar: ‘los cuerpos son extensos’, se formula un juicio analítico”[3].

Por ello Kant indica que el juicio sintético es inseparable en el pensamiento del sujeto integral entre lo abstracto y lo concreto del devenir en el trabajo y el no trabajo honrado y creativo, al ser capaz éste de INTUIR, DEDUCIR, ANALIZAR Y EXPLICAR, en donde lo que se afirma se puede negar a la vez en un conocimiento reflexivo y crítico a posteriori acerca de las categorías, entendidas éstas como calidad moral en este siglo en donde lo viejo no acaba de morir y lo nuevo no acaba de nacer, decía Gramsci y también hoy AMLO; comprendamos cómo toda transición humanitaria de poco a poco con grandes cambios, pasa en el contexto histórico global, nacional, del pueblo y luego de a poquitos cambios de actitud y de comportamiento va apareciendo en la conciencia del sujeto particular -Freire-, como cualidades de las cosas del sujeto social y viceversa, es decir, intuyéndose así, cómo esa categoría en sí, representaba al propio sujeto de la historia, y que su entendimiento descubre.

De manera que esa es una aportación que llega desde la reflexión de Kant en su búsqueda por lograr la felicidad humana, porque nos permite ver, que la categoría del hecho moral identifica al sujeto por el deber sensible, al nombrar éste su objeto, como formas particulares de la intuición temporal por una conciencia general o ‘apercepción trascendental’ de la naturaleza que lo identifica en esa condición moral que se va desvirtuando en el reconocimiento de la vida/trabajo formal/institucional, informal/sobreviviente y del sistema delincuencial degradante.

Si valoramos este proceso vemos cómo hoy en México está vinculado al mercado internacional de estupefacientes, potenciando al armamentismo para ser unos y otras aniquilados por la violencia en el mundo del capital financiero hoy en día, que el Narco Estado y el Estado Profundo global propician en las localidades más recónditas, para aniquilar a la humanidad con la contaminación del planeta, el calentamiento global, las pandemias y la destrucción del tejido socio-cultural de las comunidades, todo ello sin ser responsables de sus actos, este sujeto particular de la delincuencia organizada, global, nacional, estatal y/o local entre las poblaciones, que lo padecen todos los días, las 24 hrs. de cada día con muerte, desapariciones forzadas, guerras, cacicazgos, feminicidios, venta de órganos humanos, mercados innecesarios para el consumismo y el incremento de sus insultantes ganancias capitalistas.

En este sentido rescatamos cómo Kant  comprende lo particular del sujeto como noúmeno por ser “el conjunto de los hechos objetivos (experiencia), logrados por las formas puras de la intuición (espacio y tiempo) y por las categorías del entendimiento”[4], pues la experiencia es el enlace de toda representación, que lleva a la crítica de la metafísica racionalista, que en la dialéctica trascendental kantiana, la muestra como su Crítica de la razón pura, así es como el investigador va teniendo una idea del conocimiento que perfecciona filosóficamente excediendo las leyes de la naturaleza, para combatir tres ideas de la filosofía tradicional en la mentalidad del sujeto, éstas son:

1. alma, 2. finalidad del mundo y 3. Dios, para hacer una nueva crítica de la moralidad y de la dignidad humana por la vía analítica y sintética; la primera como hecho de la conciencia de validez universal, y la segunda tomando los principios morales puros, no condicionados en formas de la razón pura, para ver como aparecen en el comportamiento de la experiencia autónoma que se va constituyendo en la identidad del sujeto históricamente, en donde la ley moral tiene un imperativo categórico en la conciencia del deber, así el mundo indígena incide en estos sentidos, que tenían significaciones de bondad también; sin embargo en la invasión española previa no pudieron dialogar con la gran civilización que salió a su paso, sino sólo imponer y así, el tejido socio-cultural del Anáhuac quedo mutilado en lo más íntimo de su ser.

Tómese en cuenta como la ley moral, que es el respeto a sí mismo ante todo, nos sirve para poder transmitir y transferir calidad humana (la próxima construcción comunitaria que está construyéndose), para comportarnos con honradez e inspirar confianza ante los demás en un acto bueno, dada la complejidad de la libertad negativa y la libertad positiva, lo que implica la autonomía de la voluntad como auto legislación, eso da otra conformación de la identidad del actuar moral como juez y parte de la ley, lo cual conlleva la necesidad de autoconciencia del sujeto particular y colectivo,  como idea filosófica, en donde todo sujeto tiene que decidir el derecho a la libertad, la inmortalidad y su idea de 3) Dios, como postulados éticos de su carácter y la ley que él se construye, cuya meta es el supremo bien y la unión de virtud y felicidad, expuestas teóricamente en la necesidad de conocimiento y aspiración universal y particular entre lo abstracto y lo concreto, que se irá entreverando en el trabajo formal, el informal y el delincuencial en las localidades más simples, mostrándonos cómo el pensamiento europeo ilustrado y las formas autónomas existentes en el mundo indígena aún, pueden ser uno mismo a la vez, porque en el momento de la invasión española,  no pudieron dialogar humanamente y, desgraciadamente hoy el territorio mexicano es usado como trasiego de drogas del mercado internacional del capitalismo salvaje, entre el trabajo formal, el informal y el delincuencial (veamos el trabajo de migrantes en cualquier parte del mundo).

Ese es nuestro reto a superar como proyecto educativo o lo que es lo mismo de humanización, desde cualquier trinchera, porque no es un fenómeno nacional o pueblerino, sino global, de respeto, equilibrio, coherencia y armonía para construir la calidad humanitaria histórica que está pendiente de legislar en Otras Constituciones nacionales, continentales y mundiales, todo ello radica en el arte de saber vivir con libertad, en paz y felices, por eso tenemos que ser una nueva generación de artistas humanistas, pues la ciencia, la tecnología, la cibernética, la robótica y el incipiente humanismo tan desgastado por los magnates del capital tendrá que unir fuerzas de corazones abiertos por su creatividad.

Es importante destacar entonces, que para Kant, la felicidad es el bien supremo, y la virtud la manera de adquirirla, ahí el papel de la dialéctica consiste en la determinación de la voluntad que llevan al hombre a la búsqueda fallida, entre lo abstracto y lo concreto en la división del trabajo en múltiples trincheras, hasta juntarnos en una sola voz: “Humanicémonos unos a otros y otras”.

Ya que, en ello consiste la satisfacción que experimenta el sujeto educativo, gracias al cumplimiento del deber cumplido; porque  cuando el hombre se impone al libre albedrío se gesta un malestar interior, negando la felicidad conjunta que es lo que hace digno al sujeto de merecimiento y reconocimiento por sus méritos, o de la censura que conduce a la filosofía crítica y a la sabiduría metódica dispuesta en el mundo de las representaciones del conocimiento racional y del conocimiento a priori.

En este sentido el sujeto aprehende a responsabilizarse del recorrido desarrollado en el conocimiento crítico a posteriori, despojado de dogmas en el sentido universal y particular; constituyéndose así una cultura afectiva en la intención del sujeto, como acción en su facultad de desear; pues es ahí en donde se desarrolla la razón del sujeto individual, y como universal abstracto en su acción moral, como efecto humano y como capacidad de amar la felicidad sentida, encontrándose ante el placer y el dolor en una lucha entre el amo y el esclavo que desentraña su identidad cultural; lo que significa todo un vericueto que el mundo del Anáhuac iniciaba a experimentar cuando la invasión española, pero no pudieron dialogar, porque los españoles no estaban dispuestos a escucharlos y menos a comprenderlos como seres humanos, pero hoy en día ambas partes tenemos una nueva oportunidad en procesos de emancipación y de unidad crítica y autocrítica, como lo ha venido proponiendo AMLO para reconocernos, por lo que necesitamos para este siglo XXI, conjuntar esfuerzos comunes.

Así, el respeto dialógico tiene que ver directamente con el ser afectado entre lo abstracto y lo concreto en el tránsito del trabajo formal, el informal y el delincuencial, abriéndose una lucha de resistencia en la ofensiva por lograr el reconocimiento público, como puede sentirse entre los mestizos sometidos hasta hoy en día, en esa búsqueda de identidad integral humanamente dispuesta, casi como compulsión moral, es decir, para alcanzar como un bien supremo trascendental, que se va definiendo por un sentido de clase o no, que sería esa búsqueda humanitaria dialógica entre invasores y sentimientos ennoblecidos por una gran civilización que se encarnó desde la raíz y, que hoy en día se va transformando entre comunidades progresistas que aman y defienden a la madre tierra, pues cada uno de nosotr@s somos tierra cultivada que se convierte en aire, luz, flores, agua, es decir, se transforma en poesía para amar la libertad, la creatividad, la virtud, el acompañamiento amoroso, todo ello con armonía y equidad.

Así nos preguntamos ¿Qué hacer, para dar pie al estado de autonomía con libre determinación virtuosa en el contexto del bien común humanitario? para que,  de  toda heteronomía en ese  libre albedrío, sea  la libertad en sí, en su simbiosis negativa-positiva, un tránsito en el sujeto histórico de su transformación social radical a través del diálogo humanitario que cae en lo más sublime, creativo, genial y artístico entre lo abstracto y lo concreto de la educación/trabajo formal, informal y delincuencial, pues ya sabemos, somos conscientes de que según hoy en día la hegemonía del ESTADO PROFUNDO es el dominante -Correa-, ESE que siempre queda en la obscuridad, pues ahí se dirige el mundo del mercado formal/informal/delincuencial que se articula en el mercado de drogas y el armamentismo que es internacional, y que aún no es pronunciado como un crimen de lesa humanidad, por tanto nuevos instrumentos humanitarios son la denuncia PÚBLICA, para exigir la reparación del daño de cualquier enredo en el tejido sociocultural que tenemos que investigar e INFORMAR con consciencia milenaria y no caer en la trampa tan fácilmente, tenemos los medios de comunicación más importante en toda la historia de la humanidad como son los teléfonos inteligentes, la internet y demás, sólo es comprender (sentir) y entendender (razonar) muy bien para que nos sirven en este proceso o tránsito de COMPRENSIÒN HUMANITARIA, entre lo viejo que no acaba de morir y lo nuevo que no acaba de nacer.

Por ello refiere Kant a aquello que afirma o niega al sujeto en su facultad de desear, y esta representación tiene que ver con el juicio de todo hombre y mujer de razónsensible en su formación, para desear el bien, y no el mal en sus múltiples matices socio-culturales, entiéndase, como un objeto de horror ante los ojos de todo el mundo y, de quienes lo identifican y lo reconocen para bien o para mal en las relaciones de poder popular para reconstruir y regenerar el tejido humano o por el contrario aniquilarlo de un plumazo con toda la degradación que nos amenaza, en donde en ninguna situaciòn en sì, existe garantìa alguna, sino contextos complejos y contradictorios del cambio y la transformaciòn social, sentidos como esperanza y posibilidad en el diàlogo humanitario significativo por el bien de las mayorìas.

Por eso la sensibilidadracional humanitaria dialógica para tomar acuerdos de Asamblea, representa toda forma de una voluntad pura, como duda, en la propia razón; dado que la sensibilidad es impulsiva, pero el  respeto es el tributo que no se puede negar al mérito merecido, expresivo o inexpresivo como fruto de la cultura alcanzada entre lo abstracto en lo aún no pronunciado pero existente y, lo concreto que es visible a la luz de todos en el trabajo formal, informal y delincuencial, en ese devenir constituyente de la identidad de clase del sujeto particular y social en su consciencia y praxis transformadora que es la propia historicidad pasada, presente y futura como proyecto humanitario o no, de acuerdo a nuestros pasos, pues bien se dice, hacemos camino al andar...

En este sentido la ley para Kant, es el motor de moralidad en el campo de la subjetividad individual y colectiva  en que define la identidad del sujeto histórico como sujeto particular, y es ello lo que va constituyendo una personalidad fuerte y virtuosa u otra de auto desprecio por su envilecimiento y debilidad humana; ahí la sensibilidadracional  del sujeto funge nada más como un simple apetito caprichoso e instintivo, así captaba a su época la filosofía kantiana, al tener que ir creando las condiciones teóricas necesarias para reflexionar sobre la conciencia del sujeto histórico, acerca de cómo entendía sus sentimientos, porque nadie es completamente algo, sino que  va siendo un sí mismo a través de sus propias representaciones, como pensamiento abstracto y acto concreto en la propia comunidad dialógica.

En este entrelazamiento dialógico entre el pensamiento de Kant y el de Hegel, nos resignificamos hoy desde una visión marxista que se entrevera con nuestros valores indígenas de nuestra civilizaciòn Anahuaca, ello nos permite ver con claridad lo que implican nuestras identidades entre lo abstracto y lo concreto en el peor escenario, que es la violencia del armamentismo, el mercado de drogas y la corrupción actuales, ya que han transcurrido vivencias en cualidad diferentes durante nuestra historicidad recorrida desde la vida formal, informal a la delincuencial en cambios, en donde no se ha aprendido a dialogar, sin perder de vista además para el camino que nos falta, que en la construcción democrática humanitaria, por consensos y de democracia socialista, desde el poder de transformación comunitaria de poco a poco; lo que, pertenece hoy más que nunca, a los pueblos, a la gente de trabajo, a la prole, capaz de humanizarse unos a otros y otras comprendiendo nuestra historicidad recorrida ¿qué hacer?, las preguntas siguen abiertas.



[1] El pietismo era una rama del luteranismo y consistía en el estudio cuidadoso de la Biblia y en el respeto profundo por la relación personal del hombre con Dios. Había, en consecuencia, un énfasis en la vida espiritual, un desprecio por el aprendizaje, por el ritual y la forma, por la pompa y la ceremonia, y se le daba una tremenda importancia en la relación personal del alma humana doliente individual con su creador” Vid. Berlin, Isaiah. Las raíces del romanticismo. Ed. Taurus, España, 2000. P. 61. 2021.

[2] Ibid. Pp. 99 y 100.

[3] Vid. Kant, Manuel. Fundamentación de la metafìsica de las costumbres. Ed. Porrúa, México 1990. P. XVI.

[4] Ibid. P. XVIII.