Fernando Cajas.
Acompañada de intensas lluvias, inundaciones, derrumbes, deslaves, la semana pasada el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales, MARN, dirigido por Patricia Orantes, hizo pública su propuesta de la Ley de Aguas, en plural. Para el efecto ha habilitado una plataforma interactiva que contiene el borrador de la propuesta, elemento clave que ha sido compartido para participación ciudadana del 18 de octubre hasta el 2 de noviembre, 14 días. Es fundamental que los ciudadanos y principalmente las instituciones relacionadas con la gestión de agua den sus comentarios. Insisto, es fundamental que las personas individuales y las instituciones especializadas en la gestión del agua hagan comentarios en la página web: https://participacionciudadana.gob.gt
Luego de la creación del Gabinete del Agua según acuerdo gubernativo 139-2024, el Ministerio de Ambiente ha realizado un intenso proceso de consulta incluyendo grupos urbanos y rurales, sector empresarial, sector indígena, sectores académicos, diputados y otros. Ha sido un proceso abierto que ha permitido que los técnicos del MARN presenten un borrador de propuesta. No se puede decir que fue un proceso secreto porque no lo fue. Ahora se utiliza una plataforma interactiva que permite tener comentarios, a favor o en contra, de la propuesta de lo que han llamado la Ley de Aguas. Hay que felicitar a la ministra Orantes por dirigir un proceso abierto y ahora de forma inédita y realmente democrática permitir que la población se exprese.
La Ley de Aguas afectará la vida cotidiana de los guatemaltecos, como el acceso al agua potable, el riego para la agricultura o la protección de ríos y lagos. Por eso todos debemos participar, expertos y no expertos. Este es un momento crucial para participar con propuestas en la elaboración de la Ley de Aguas para nuestro país.
La propuesta actual de la Ley de Aguas destaca la creación de un Sistema Nacional de Información del Agua, en singular: Agua. Este, a mi juicio, es el elemento más importante de la propuesta de la Ley de Aguas del MARN toda vez que el sistema dará la información del agua del país. Para mantener actualizado al sistema de información se dependerá de la información del Instituto Nacional de Sismología, Vulcanología, Meteorología e Hidrología, Insivumeh, que a mi juicio no está preparado para dicha tarea. Ciertamente, se podría mejorar la capacidad del Insivumeh o, mejor aún, se debería crear una institución específica para mantener datos dinámicos del agua superficial, agua subterránea, agua internacional, agua marítima, calidad de agua y todas las variables expresadas en la propuesta de Ley de Aguas del MARN. Mi sugerencia, la que he dejado en la página, es la creación de un Instituto del Agua, que solamente se dedique al estudio del agua y no solamente desde el punto de vista técnico, sino que incluya aspectos sociales, económicos, culturales, educativos y antropológicos del agua.
Ahora bien, en la propuesta sometida a discusión popular, se crea la «Superintendencia Nacional del Agua», artículo 91. El artículo 95 describe la composición del directorio de la superintendencia nacional del agua, una especie de autoridad del agua. Este sería el análogo de la Comisión Nacional del Agua, Conagua, comparándolo con el modelo de gestión de agua de México. La composición sugerida del directorio es un representante del: a) Ministerio de Ambiente y Recursos Naturales; b) Ministerio de Agricultura, Ganadería y Alimentación; c) Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social; d) Ministerio de Energía y Minas; e) Asociación Nacional de Municipalidades (ANAM).
La inclusión de los ministerios supracitados es oportuna, no así la inclusión de la ANAM, una institución cooptada que no se ve que pueda liberarse de corruptos e incompetentes en el corto plazo. Yo agregaría, en el lugar de la ANAM, al Instituto de Fomento Municipal, INFOM, dada su capacidad técnica y la intensa transformación positiva que tiene en este gobierno. Además, debería incluirse al Ministerio de Finanzas, elemento clave para el financiamiento de la ley. Debe incluirse un representante de grupos comunitarios dada la existencia de más de 30,000 comités rurales de agua.
Por otro lado, me parece que el nombre de «superintendencia» no es el adecuado, toda vez que la superintendencia tiene la connotación de control, pero no de gestión. El problema esencial de Guatemala es un problema de gestión, que requiere control, entre otras cosas. Se necesita un ente de gestión y control. Como pondré en mi sugerencia personal en la página del MARN, yo le llamaría Autoridad Nacional del Agua.
Mi grupo comunitario de trabajo, APA: Acción por el Agua, sugerirá otro nombre relacionado con el del Consejo Nacional del Agua y harán las justificaciones correspondientes. APA aglomera grupos académicos, técnicos, comunidades indígenas y personas interesadas en la mejora del manejo del agua en Guatemala. Después del Congreso Nacional de Cambio Climático y Agua, organizado en noviembre 2024 por Muni-k’at e Ingeniería CUNOC, formamos APA, como prueba de la importancia de las actividades académicas con objetivos sociales. APA se viene reuniendo desde enero de 2025 en las instalaciones del Instituto de Investigaciones de Ingeniería del Centro Universitario de Occidente, CUNOC, en Quetzaltenango.
Finalmente, quiero enfatizar que esta es una forma inédita de construcción social y democrática de una ley. Jamás antes hemos tenido la oportunidad de participar activamente en darle insumos a los ponentes para mejorar una ley, en este caso, la Ley de Aguas. Ciertamente, puede haber errores, pero estos son los errores normales de los procesos de construcción social de conocimiento, ampliamente reportados en revistas especializadas de sociología del conocimiento. Por eso hay que participar. Participemos guatemaltecos en la construcción de la Ley de Aguas de nuestro país, porque si no es ahora, no será nunca.
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