Arturo Almazán Cantoral
En la primera mitad de la Edad Media los reyes de origen germánico eran la principal autoridad y la de mayor poder e influencia política en su reino, ellos eran los encargados de ceder los títulos nobiliarios a las familias de buen linaje y a los hombres que sobresalían por sus actos. Sin embargo con el tiempo estos reyes fueron cediendo tierras en propiedad a sus vasallos, dividiéndose el reino en principados, condados y ducados, de este modo los señores feudales se fueron haciendo de mayor cantidad de tierras en propiedad, más medios de producción y siervos, con el tiempo estos señores feudales no dependieron de una autoridad mayor que no fuera la Iglesia y así fue como los reyes fueron perdiendo su poder e influencia política para pasar a un segundo plano como autoridad. Los señores feudales eran los dueños de la riqueza -la cual acumulaban sin invertirla- y controlaban la mano de obra en general; ahora las guerras no solo eran entre reinos sino que también se daban entre feudos, por el control de más tierras, bosques y pantanos. Al ser el señor feudal dueño de la mayor parte de los medios de producción y transporte, era él quien más se enriquecía ya que cobraba rentas o cuotas por el uso de caminos, molinos, caballos, viviendas y demás herramientas.
Para el primer milenio después de Cristo todas las tierras de cultivo tenían dueño, el aumento poblacional seguía ascendiendo en los reinos romano germánicos de occidente y había una gran necesidad de obtener productos lujosos de Oriente a mejor precio[1], por ello, fueron los señores feudales y la Iglesia Católica los que impulsaron la expansión a tierra santa[2] bajo la justificación de recuperar los territorios que les pertenecían por su herencia cristiana; estas fueron las llamadas Cruzadas en contra de los infieles musulmanes, las cuales se desarrollaron durante los siglos XI al XIII. De estas guerras los que mayormente salieron beneficiados fueron los mercaderes venecianos y posteriormente los genoveses, ya que ellos se encargaron de rentar sus barcos para transportar a los soldados y sus bastimentos, además de que al final de la guerra fueron estos hombres de negocios los que se encargaron del comercio directo de los productos orientales.
Estos hombres de negocios eran una clase social que venía en ascenso en toda Europa, esta fue la llamada burguesía, la cual se asentaba en las ciudades o burgos y desde ahí dirigían la producción de manufacturas y a los gremios de trabajadores, era un estrato de la sociedad que por medio de los negocios como el comercio y la usura se enriqueció rápidamente, pero no se enriqueció específicamente de tierras[3], sino de metales preciosos que los señores feudales pagaron a estos navegantes para que los transportaran por mar al Cercano Oriente, aunado a los metales acuñados que recibían a cambio de sus productos de comercio y tratos usureros. Fue de hecho la burguesía la que cambió la estructura de la sociedad occidental, ya que fue ella la que apoyó económicamente a los empobrecidos reyes de la época para que recuperasen su antiguo poder absoluto, eso sí, a cambio de ascender a la clase nobiliaria. Así la burguesía fue ascendiendo en las jerarquías sociales, introduciéndose en la corte del rey y fue acabando lentamente con las limitaciones que el sistema feudal le imponía para desarrollar su comercio y negocios plenamente.
Durante el siglo XIV y XV los reyes recuperaron su poder absoluto en detrimento del poder de los señores feudales, los cuales se veían nuevamente supeditados al poder real y a la vez todos estos señores nobles sentían la competencia de la nueva nobleza burguesa que ascendía rápidamente a los cargos políticos. Como podemos ver la Edad Media se caracteriza por la búsqueda del ascenso social, los clérigos la buscaron por medio de la santidad, la influencia y la piedad, los señores feudales por la acumulación de riqueza, la nobleza en general por la adquisición de más títulos nobiliarios, los caballeros por el honor y la valía, los siervos por vía del trabajo, el esfuerzo y el desempeño en la guerra, pero a final de cuentas fue la burguesía la que más ascendería en los estratos sociales, y eso gracias a su desarrollo científico y económico. En suma se puede notar que durante el Medioevo se da una constante competencia entre las clases sociales y sin embargo es irónico que solo la realeza fuera la única autoridad capaz de permitir el ascenso social, mientras que su poder, influencia y jerarquía nunca fueron cuestionados, ya sea por ser vistos como seres divinos y privilegiados o demasiado poderosos para meterse con ellos[4].
Como se puede ver a lo largo de esta recapitulación histórica, el ser humano ha pasado por procesos similares a lo largo del tiempo, procesos en los que ha habido reacomodos en las estructuras de la sociedad, choques y mezclas culturales, supremacías de poderío imperial, malestares sociales por desigualdades, levantamientos armados, revoluciones ideológicas, poderíos absolutos de monarquías o dinastías, decadencia de imperios, surgimiento de nuevas culturas y nuevas guerras por el control territorial y la riqueza que esto conlleva. Eso es la historia, una constante reestructuración del ámbito en el que se desarrolla el ser humano, un cambio constante que es paulatino pero que llega a explotar con gran energía en un hecho específico, la historia es un choque cultural de contrarios de lo que surge una nueva cultura, es el sincretismo que se ha dado a lo largo del tiempo, es el enriquecimiento del conocimiento, es el cambio de horizontes culturales y sobre todo el trascurso de las acciones humanas a lo largo del tiempo.
Ahora situemos qué pasó desde Hispania a la Nueva España, ya que Hispania es el nombre que los cartagineses o fenicios usaron para nombrar a la península Ibérica y que posteriormente los romanos utilizarían para llamar a esta provincia de su Imperio. Para conquistar Hispania los romanos pasaron grandes penas, tardaron dos siglos en someter a los habitantes de esta península, ya que en este territorio siempre hubo una gran diversidad cultural y un aguerrido espíritu de sus habitantes. Fue aquí donde las tribus celtas se mezclaron con los iberos para formar una nueva raza, los bélicos celtiberos que se asentaron en la zona central de Hispania, pero esta no era la única cultura beligerante de la península, más al norte existían tribus autóctonas que habían habitado la región desde épocas prehistóricas, estas tribus eran las de vascones, astures y cántabros; estas tribus fueron las que resistieron con mayor fuerza la dominación romana y aunque fueron sometidas nunca fueron eliminadas del todo. Por otra parte el sur de la península también estaba habitada por otro pueblo guerrero que había emigrado desde oriente, los cartagineses de origen fenicio, los cuales estuvieron cerca de vencer a los romanos durante las guerras púnicas[5].
Fue así como Hispania fue habitada por tribus autóctonas como los vascones, astures, cántabros y celtiberos, así como por pueblos extranjeros como los cartagineses y los romanos. Todas estas culturas convivieron y se desarrollaron en un periodo simultáneo, sin embargo no faltaron los enfrentamientos bélicos, de los que finalmente saldrían victoriosos los romanos después de muchos esfuerzos y penas. Pero estas no son los únicos pueblos de los que descienden los actuales españoles, a principios del siglo V llegaron las invasiones germánicas a Hispania, primeramente cruzaron los Pirineos los suevos, los vándalos y los alanos, los cuales se distribuyeron en la península Ibérica, posteriormente los visigodos -también germanos- pactaron con los romanos para expulsar a estas tribus a cambio de obtener tierras en Hispania, fue así como se gestó el reino visigodo o visigótico en el actual territorio español a mediados del siglo V y perduró hasta los primeros años del siglo VIII.
[1] Occidente conseguía los lujosos productos orientales por medio de intermediarios bizantinos o árabes, por ello para el año 1000 aproximadamente se busca crear nuevas rutas de navegación y medios de transporte para comerciar directamente con Oriente.
[2] La Tierra Santa es el territorio geográfico que comprende todos los sitios en los cuales se desarrollaron escenas bíblicas tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento. Tales territorios serían actualmente Israel, Palestina, Jordania, Irak, Siria, Turquía, Egipto y Grecia.
[3] Hay que tener en cuenta que la mayor parte de la Edad Media la principal riqueza fue la posesión de tierras, pero después de las cruzadas la riqueza se fundamentó en los metales preciosos y en el intercambio de éstos; estas son los principios del bullonismo y el mercantilismo.
[4] De hecho del siglo XV al XVIII es el periodo de las monarquías absolutas en Europa, época en la que se pensaba que los reyes eran divinos y hasta podían llegar a curar males con solo tocarte; fueron tiempos en los que nadie se atrevía a cuestionar las decisiones y autoridad del rey. Pero las revoluciones en contra de la realeza no se hicieron esperar en algunas regiones progresistas como Inglaterra y Francia, en la primera se decapitó al rey inglés Carlos I en 1649 por querer actuar sin consentimiento del parlamento y en la segunda se dio la Revolución Francesa de 1792; estas fueron revoluciones que cambiaron la concepción de los europeos en cuanto al poder absoluto de los reyes.
[5] Guerras que se desarrollaron entre los años 246 y 146 a.C. y en las que los cartagineses vencieron en grandes batallas dentro de Italia a tal grado que estuvieron a punto de tomar la ciudad de Roma.
No comments:
Post a Comment