Sandra Cantoral.
! En estos días de Muertos y de nuestras despedidas ¡
La existencia del Ser y del no Ser, nos coloca en el espacio filosófico de la pregunta abierta que interroga por el ser, algunas veces sin respuestas; en ese encuentro contingente entre el pasado, hoy y mañana, que nos exige, poner palabras y hechos reales de nuestra realidad existencial, como totalidad histórica, en el mundo/Madre Tierra de la VIDA y de su muerte, tan temida por algunos y, deseada por otros.
Intento en esta entrega recordar al lector los caminos seguidos en su contexto dialéctico, sobre estas preguntas que se sienten-piensan en nuestros propios cuerpos cada día, y así reconocer nuestros pasos tan humanos como inciertos de tantos matices RECONOCIDOS por ser justos, y otros no.
Así vamos transformándonos a cada paso en Cultura de nuestras existencias, envueltos en gusto, tradición, recuerdos, sufrimiento y costumbre; desde donde se vierten los primeros valores y dolores humanos en ese espacio y tiempo contextuados de afectos, sueños y añoranzas, como es también la injusticia, ante tanta desigualdad social y, la libertad, para PODER elegir atinadamente o no, un camino a seguir entre nosotros, frente a estas desigualdades e injusticias sociales, que aparecen cual si fuesen hongos 'naturalizados', en dicha búsqueda permanente de nuestra circunstancia existencial, desde la diversidad de Culturas civilizatorias, tan vulnerables en nuestras vidas y, a la vez fortalecidas en el mosaico de la lucha social que arrecia el trote, con muchos matices culturales que nos sorprenden.
Destaco
igual el contexto de la naturaleza dada como si fuese eterna en su lógica de: explotación, exclusión, discriminación, utilización, uso y atropello
cultural, pero no es así; sin embargo en el mundo de hoy, Forrester argumenta
que “en la actualidad, un desempleado no es objeto de una marginación
transitoria, ocasional, que sólo afecta a determinados sectores; está atrapado
por una implosión general, un fenómeno comparable con esos maremotos, huracanes
o tornados que no respetan a nadie y a quien nadie puede resistir. Es víctima
de una lógica planetaria que supone la supresión de lo que se llama trabajo, es
decir, de los puestos de trabajo”.[1] Porque a pesar del absurdo de la vida, sabemos que tanto la mala fe como la buena, ambas formas, fluyen sin garantías.
Lo digo porque el Poder Político en el campo de la Cultura existencial, implica conocimiento, experiencia e intuición sensible milenaria, ya que: los que sentimos también pensamos, ese es el poder del superhombre de Nitzsche en la trascendencia de la vida, en donde la voluntad de poder nos da sentido de vida en nuestra circunstancia sociocultural; de ahí que recupero a Kant en su búsqueda de la felicidad, a Hegel reflexionando sobre la libertad, a Marx, Engels y Lenin en torno a la igualdad, porque estos sentidos en el mundo de nuestras recuperaciones y contradicciones, decaen en el contexto de la existencia sociocultural; igual nos irradió la lucha de Gramsci, en esa Voluntad del sistema de valores humanos frágiles, al servicio de los intereses occidentales como mercado bélico hegemónico hasta hoy en día, para reflexionar en la sumisión de la lucha de poder, pero también, en el ABUSO de PODER.
En donde la verdad objetiva e identidad del sujeto, resultan un mito peligroso, y existen, sólo para hacer soportable la vida, en los impulsos personales y psicológicos entre el acto subjetivo y objetivo; por ello Nitzsche nos advirtió en torno a la cultura: ¡Dios ha muerto!, que equivale al colapso de lo absoluto, del nihilismo y NO a la autoridad divina, en el sentido DOGMÁTICO, en ese proceso de superación, expansión y plenitud, que nos acerca al arte, al conocimiento, a la vida buena y a su existencia. Como declaró Heráclito, en esa lucha del cambio y de la creatividad, que seguimos construyendo humanamente.
En este sentido de la Cultura existencial, Shopenhawer por el contrario, veía el sentido de la vida con pesimismo, en su representación irracional, en su tragedia e insatisfacción, no como una lucha por la autoafirmación creativa para poder prevalecer en la vida, al aprovechar ese VACÍO e inventar nuestro propio sentido, en ese eterno retorno, repetitivo, para AFIRMARNOS, frente al miedo y a la angustia, con mayor AUTENTICIDAD.
De
esta manera, pienso que el lector tiene que definir el contenido significativo
-hermenéutico- que plasman los historiadores; para que lo inviten a la reflexión contextuada, acerca del sujeto, el texto y el contexto[2] de un movimiento de búsqueda entre lo que es
justo, bueno y solidario, o no, para poder interpretar los símbolos de la actitud de
muerte individualista, que finalmente engendró el mestizaje y la personalidad
del ethos barroco en su exageración folklórica y simbólica de la propia hegemonía occidental, porque hasta hoy en día la visión del desencanto con el
conquistador-invasor, nos habla de cómo: 'todo se fue cosificando, matándose en procesos
mecánicos y ahistóricos de deshumanización', en este tránsito moderno-posmoderno,
con una pérdida del sentido de vida, con encuentros y desencuentros, en nuestra búsqueda permanente de bondad humanizada.
Siendo este
tránsito de nuestras bondades, lo que significa la expresión más plena del despliegue histórico del sujeto, en esa constitución simbólica de la realidad sociocultural de nuestras existencias, como lo plantean Luis Villoro y
Charles Taylor; lo podría ejemplificar con 'el úsese y tírese' del
proyecto hegemónico occidental, que va destruyendo al globo terráqueo, cual si
fuese un basurero, sin valorar que es nuestra propia Madre Tierra. Así todo se destruye, los océanos y el aire, ya que, sólo equivale a una mercancía
más, incluyendo a nuestro cuerpo desgarrado, entre los símbolos de nuestra vida cotidiana, en donde se abre una y otra vez aquella reflexión de nuestra Cultura existencial, tan suavecita en las nostalgias de la vida-muerte.
Por tanto, la
teoría del multiculturalismo analógico-barroco, nos resulta posible de potenciarse como Método Comprensivo, según lo planteado por Arriarán y Beuchot. Lo que me deja ver, en la
constitución simbólica del ethos barroco de nuestra realidad
mestiza, que ésta es abarcativa del espacio de vida en la infancia y en nuestras expresiones
posteriores; en tal despliegue de la figura autónoma, con una personalidad asumida frente a la realidad concreta, que se despliega en nuestras múltiples circunstancias.
Distíngase entonces en este contexto de ideas que, no es lo mismo referir una conciencia
infantil pueril (engañosa e ingenua), a una conciencia real en la infancia
de los símbolos auténticos, puesto que la diferencia radica precisamente, en el
tránsito de esa asunción justa, necesaria y solidaria del sujeto histórico social,
en su expresión de momentos álgidos, de la Potenciación Humana, con un proyecto de
vida o proyecto educativo, en donde la tarea educativa de transformación, está referida al esfuerzo
de pensarnos en tal movimiento dialéctico entre las NECESIDADES individuales y las
comunitarias, como luchas y conquistas del trabajo social colectivo.
En esa transformación permanente de razones y sinrazones, veo un claro-obscuro de sensibilidad racional,
es decir, una búsqueda integral de origen indígena sin escisiones, en contenidos legendarios y propios de reconstrucción permanente, de nuestra Eticidad Humana o calidad moral del
acto realizado y, disfrutado en la alegoría del símbolo, que es la representación identitaria del sujeto, a partir de sus sombras y
concreciones intersubjetivas dialógicas o no, aunque para disfrutarlo sólo medie una mirada humana que nos comprende éticamente.
Pues hablar
de una ética de la autenticidad alude a la constitución de identidad
o identificación del sujeto en un proceso educativo de formación sociocultural,
lo cual se acota en las relaciones afectivas, en las esperanzas, sueños,
ideales y en el trabajo concreto, a través de la búsqueda del placer en la
satisfacción humanitaria de cada época o mentalidad histórica del sujeto, que provoca espasmos de felicidad o de bienestar en nuestra existencia cultural, que se va CULTIVANDO éticamente.
De
manera que, cuando se fundamenta epistemológicamente el sentido
histórico de la “vida buena”, se hace énfasis en la
constitución simbólica de la realidad sociocultural, ello está referido a
precisar: para qué es bueno cada sujeto, enfrentado a las
necesidades sociales e individuales de su época y de su circunstancia; vivencias existenciales que están ahí latentes, en un llamado del 'Mandar
obedeciendo' indígena, tan legendario y que recordamos, para resolver la necesidad gestada y desarrollada en
ese contexto histórico-social multicultural de tantas expresiones diversas, como seres humanos existimos.
¿Cómo incide nuestro Recuerdo, latente, de alguna manera?
Tenemos memoria del INTERÉS sobre el ser cultural, ahí dado y
autodeterminándose, no sólo en el terreno de lo lógico, sino también
de lo ético y lo estético en el acto sintiente con múltiples lenguajes,
como construcciones auténticamente humanas por su expresión simbólica de
incompletud y completud a la vez; en este sentido, todo poema como el símbolo más
profundo de la vida, siempre es previo a un encuentro dentro del proceso
educativo intercultural humanizado, que es nuestra apuesta educativa dialógica,
de participación y de consensos públicos para conscientizar a las grandes
mayorías de los pueblos empobrecidos, para este siglo XXI.
El
interés significativo de vida se constituye en torno a “la referencia explícita
a la estructura de clases y a las relaciones de poder como marco que determina
la configuración contradictoria y conflictiva de la cultura existencial, en las diversas
formaciones sociales. La cultura ya no aparece, entonces, como una superficie lisa y
nivelada, sino como un paisaje discontinuo y fracturado por las luchas
sociales”[3].
Porque la Cultura EXISTENCIAL, debe ser
atendida cuidadosamente en la educación de los pueblos, en los matices
multiculturales de la propia creación histórico-social, desde el sentido común o ethos barroco, hasta alcanzar el concepto más preciso de una sensibilidad racional humanizada, filosófica y política, lo
cual está construyéndose en la definición de una tipología humana renovada,
porque toda sensibilidad racional tiene una intención que da cuenta de la
inseguridad, del amor, de la duda y del talento en los procesos educativos, ya que la educación consiste precisamente, en des ocultarse la infancia pueril.
Por eso, hoy sabemos, algunos de nosotros, que somos Anahuacas, pero aún se nos trata
como seres colonizados, en las diferencias que ha entrañado
una racionalidad instrumental invasora, en la ubicación de la realidad y en
el ser existencial, a través de su propio encuentro y concreción abierta y
pública; esta situación está referida al sentido de las experiencias
de mentalidad ahistórica, ateórica y apolítica, que ha sido dominante como
poder absoluto en la concepción del desarrollo de las subjetividades y en el
desarrollo de las luchas de resistencia, en donde nos preguntamos siempre por
su madurez emocional y ego saludable en cada sujeto de la historia viva.
La
tipificación semiótica del ethos barroco existencial, ha
borrado las necesidades culturales auténticamente morales, por lo que se exige
el esfuerzo de enfrentarnos a la realidad de la opresión, en una lucha sostenida para el
bienestar cultural de todos los que vivimos en este planeta, que es nuestra Madre Tierra, que tendríamos que cuidar; bienestar
educativo, que tiene que reconstruirse, dada la gran pobreza
espiritual que se ha desarrollado en la lógica occidental cristiana del capitalismo salvaje; pero en mi opinión, es importante tomar en cuenta que, de la misma manera en que esta
herencia colonial instrumental se ha encarnado en los procesos del
mestizaje simbólicamente, también se asume plural y se expresa
manifiestamente como dignidad humana a través del trabajo individualcolectivo
-como lo plantea Valentina Cantón- es decir, en múltiples espacios de lucha comunitaria
de manera particular.
La Cultura existencial, la comprendo como un proceso de eticidad. En este sentido, Hegel dice: que el
movimiento de “el espíritu tiene que progresar hasta la conciencia de lo que es
de un modo inmediato, tiene que superar la bella vida ética y alcanzar, a
través de una serie de figuras el saber de sí mismo. Pero estas figuras se
diferencian de las anteriores por el hecho de que son los espíritus reales (reale),
auténticas realidades, y en vez de ser solamente figuras de la conciencia, son
figuras de un mundo”[4].
Esta idea es la punta de lanza
del materialismo histórico, el cual enfatiza en el hecho hegeliano, de que todo
lo real es racional así como todo lo racional es real; ello expresa el trabajo
realizado desde lo más sensible históricamente, hasta la determinación que
trasciende en el reconocimiento de la otra conciencia, que no sea el yo mismo,
sino el encuentro del otro yo encarnado, en el ser permanente de
búsqueda, en donde la imaginación produce la experiencia estética del horizonte
de eticidad como una plática de las experiencias, que sean sensibles a cualquier
persona, en un juego muy divertido que se encuentra en el campo del arte como
propuesta educativa.
Porque la
búsqueda y encuentro de la autenticidad ético-moral como propuesta
educativa, radica en la identidad que se afina y se define en una
multiculturalidad de diferencias, por ejemplo en el mosaico cultural de México, ello nos invita a asumir una tendencia hermenéutica a
partir del símbolo en el deseo de la otredad o del ‘fantasma’
dice Samuel Arriarán, él lo expresa textualmente así:
“Cuando corremos el riesgo de derivar en un peligroso callejón sin salida (dado
que una hermenéutica fundada en Lacan nos coloca ante la posibilidad de un
abandono del pensamiento racional, con lo que se nos induce a un nuevo
laberinto posmetafísico nihilista), conviene volver a revisar los
planteamientos antimetafísicos del símbolo”.[5] Es importante destacar, por tanto, la
figura ideológica en la creencia de la naturaleza dada, que se desarrolló
históricamente en la concepción idealizada del mundo, compréndase de nuestra Madre Tierra.
Por
ello es necesario aclarar que en la síntesis de la concepción idealista del
Estado que Hegel expresa en sus obras, ésta fue recuperada y enriquecida en la
crítica que Marx plantea cuando ve al sujeto de carne y hueso asumir el papel
histórico de manera consciente a través del trabajo, en los procesos
educativos del esfuerzo creativo, original y liberador de su época, en
donde se funden la belleza, el concepto y la magia, en historias muy ricas, llenas de imágenes y simbolismos mágicos de la narración histórico- política,
pienso que es esta filosofía política, el gran hallazgo teórico del
materialismo histórico, que da cuenta de una auténtica expresión del
reconocimiento de la Otredad Humanitaria.
Por
eso Dieterich precisa en torno a la postura científica radical que “para
entender este juicio de la ciencia crítica nos tenemos que detener un momento
en las razones que lo fundamentan. La ciencia nos ha hecho entender los
misterios del universo al darnos explicaciones sobre el por qué de las cosas.
Por esas explicaciones sabemos que el ser humano utiliza diferentes sistemas
simbólicos, para interpretar la realidad y orientarse en ella, como el sentido
común, el pensamiento mágico, el estético y artístico, el filosófico y el
religioso, entre otros...
Cada uno de estos sistemas cumple funciones específicas
para la sobrevivencia humana ...en nuestra Cultura existencial..., pero la ciencia tiene la capacidad de
proporcionarnos un conocimiento objetivo sobre los fenómenos y, de esta manera,
hacernos entender cómo son en realidad”.[6] Aunque sabemos que desde el mundo
indígena y su sabiduría, se reconoce un cúmulo de conocimientos al servicio
de la humanidad. Lo menciono, pensando en las políticas educativas
liberadoras, para que incidan en una pedagogía crítica necesaria, que aclare las
dimensiones actuales de las condiciones materiales de vida y de las formas actitudinales
en el sujeto educativo.
Los
datos que se aclaran enseguida tienen plena justicia en lo que planteamos,
porque la estructura teórica puede volverse linealmente reproductora, más que
ser un motor del pensamiento crítico hermenéutico, en los procesos político
pedagógicos de la constitución simbólica del sujeto, que se asume, en la memoria
del trabajo idividualcolectivo [7] con
racionalidad sensible.
Ya que estos tránsitos suceden en la coherencia de nuestra existencia cultural, desde el
imaginario social e individual del simbolismo mestizo; lo que nos hace necesario volver a tomar la voz, el voto y la opinión para reconocernos como
un ethos barroco, en el sentido de una honestidad de amor, en
donde tenemos que tomar en cuenta que para el año 2000 se calculaba que habría
en el planeta 1000 millones de personas mayores de 60 años, de las cuales 800
millones son personas desnutridas, dada la catástrofe ecológica, los altos
índices de desempleo, el hambre, la delincuencia, la pérdida de especies,
además se esperaba que en un 50% de los países
desarrollados también tendrían un agotamiento del agua potable,
porque no se trata nada más de disminuir la población, sino de reconocer el
desperdicio sin sentido de la política neoliberal privatizadora, sin embargo durante
el 2020-2021, la pandemia nos ha dejado ver el grado de injusticia y de
desigualdad social que existe en el mundo/Madre Tierra; por lo que, la tarea educativa significa hoy un arduo camino, que ya estamos recorriendo; pero lo importante es que, comprendamos la necesidad de ser corresponsables, es decir conscientes del
bienestar del ser humano y de sus derechos, dando sentido de vida consciente, pues
somos parte inherente de la Madre Tierra a la cual tenemos que proteger y, a la vez amarnos humanamente a nosotros mismos.
Dar
sentido a la vida en nuestra Cultura existencial, indica una preocupación hermenéutica en el terreno de los
procesos de emancipación, transformación y de sojuzgamiento, desde el comportamiento humano racional sensible, de
acuerdo al grado de conciencia, de experiencia y
lo que es posible intuir sensiblemente en cada época, así podemos hacer
analogías que den sentido de vida y de muerte en nuestras representaciones
sociales que se generalizan en el orden hegemónico de la lógica del capital
en su barbarie privatizadora y neocolonialista, lo cual tiene que resignificarse
en un trabajo educativo crítico COTIDIANO.
En este sentido aclaramos que “la
hermenéutica es la disciplina de la interpretación. Trata de comprender textos,
y los textos pueden ser de varios tipos: escritos, hablados, actuados, etc.
Esta disciplina se ha colocado en un lugar de primer orden en el ámbito de los
saberes. Y de manera muy merecida, ya que la interpretación representa tener
cierta comprensión sensible, y ahora es cuando más se necesita, ya
que estamos en un momento de la historia de la filosofía en el que hay un
cúmulo muy grande de teorías que no se encuentran entre sí y hasta profundas
ambigüedades en ellas mismas. La hermenéutica trata de reducir la ambigüedad, trata
de aferrar algún sentido posible y válido en la constelación de sentidos
dispersos, dispares y hasta disparatados, que tenemos en la filosofía de hoy”.[8]
Lo
interesante es PODER comprender la necesidad de reinterpretar los procesos educativos a través de
la historia, a partir del momento de encarnación de la mentalidad dialéctica, en
el sentido de la pertenencia y del reconocimiento, para ubicar la categoría de Proceso
Educativo Crítico de nuestra Cultura existencial, ya que darle sentido a la historia conlleva a reflexionar la
manera en que los temas de la hermenéutica “con muchos de la filosofía de la
ciencia, o epistemología, puedan resultar fructíferos en su aplicación a la
educación”[9] humanitaria, de ahí parte
Lo humano: Un proceso educativo, que inicio a desarrollar.
De tal manera Heidegger acota que en el aquí y ahora entramos en tramos
desconocidos, tramos cortos, en donde no controlamos ni dominamos la técnica[10]; sino que al no
comprendernos como sus creadores durante la propia
extensión humana, nos desubicamos ante la grandeza de
esta creación, que ha sido capaz de construirse y de destruirse a la vez
automáticamente; por lo que pienso que nuestra tendencia[11] inevitable para el
porvenir, es aprehender en una gran sensibilidad racional, PODERNOS reconocer unos en otros con gran agradecimiento.
Vale aclarar por tanto, que la categoría de racionalidad sensible se reflexiona en reinterpretación, de la difusión popular, en torno a nuestra Cultura existencial, trabajado a través de Hegel, Schelling, Marx y
Scheler, para intentar hacer una crítica a las propuestas educativas desde la
lógica de la modernidad-posmodernidad burguesa neoliberal, tan depredadora y neocolonizadora,
en donde la premisa más simple es que se educa con el ejemplo, es decir, en la
praxis cotidiana[12] al transformarnos culturalmente en la tarea de la reflexión crítica y abierta, desde esa multiplicidad
de expresiones, encontrando vínculos de identidad y de unión en el trabajo
colaborativo consciente.
Sabemos así, que el trabajo individualcolectivo es, justo lo que dignifica a cualquier ser
humano, en donde la educación como horizonte de eticidad, se
capta desde un proceso de conquista por la libertad, es decir, como la
expresión más álgida de la cultura existencial latente, de cada uno en nuestra circunstancia. Porque de hecho la aplicación de la
hermenéutica a la educación, permite dimensionarla con el aprendizaje y la
enseñanza de virtudes humanas en el terreno político-filosófico más virtuoso,
ello es recuperado por Gadamer y Heidegger, abriendo la polémica de lo que Beuchot denomina el
círculo hermenéutico:
“Cómo se da la relación entre algo individual y lo
general, pudiendo ser lo individual la comprensión de un texto específico en el
sentido de una tradición (a la que se pertenece), que es lo general aquí. En el
caso de la enseñanza-aprehendizaje, se trata de aplicar contextuadamente los
conocimientos generales o universales que se transmiten a un estudiante, en una
situación concreta y particular. Surge en este punto algo que puede ser
interesante para la discusión hermenéutica, al saber: lograr distinguir
entre entender y comprender, con lo cual se marcan varios y diversos
grados de avance en la interpretación. No basta sólo con entender, muchas veces
entendemos algo y no comprendemos su cabal significado ni su porqué...”.[13]. Así todo acontece en nuestra Cultura existencial constitutiva.
De
manera que los símbolos en la constitución cultural de la realidad social con
un sentido de emancipación con consciencia humanitaria, sólo se expresan en la
cooperación y la solidaridad que genera la condición humana de la comprensión en la conjunción de esfuerzos vitales y en la formación de valores fines, con valores
principios, como nos dice Ma. Teresa Yurén, en ese devenir
del aprendizaje cualitativo de la comunicación permanente del
diálogo público y privado, ése diálogo, que sabe escuchar y proponer, desde
la identidad cultural de los sujetos educativos en emancipación de lógicas
privatizadoras, absolutas, egoístas y/o
competitivas, por ello nos negamos a olvidar lo que otros quieren acallar.
La
propuesta educativa aquí planteada acerca de la Cultura existencial, trata de contribuir a la
emancipación de los desencantos absolutos del vacío que conduce nuevamente
a la insensibilidad del terror ya experimentado e impuesto por el fascismo;
lo cual es conocido e intuido como conciencia simbólica en la construcción
social de la realidad, la cual se tamiza hoy día en una gama de
egocentrismos heredados o aprehendidos eurocéntricamente.
Sabemos afectivamente los métodos profesionales del terror, que siguen
siendo utilizados e interiorizados en lo más íntimo del ethos
barroco mestizo desde los procesos de colonización y neocolonización,
como los vivimos no sólo en América Latina, sino de forma particular en la
cultura maya o anahuaca, por ejemplo, que aún sigue aculturada por la
imposición de modelos que encubren la tendencia a generar mayor acumulación de
capital en beneficio exclusivo de la propiedad privada en su representación de
divinidad, a través de la división en la existencia del ser sometido, nacido para obedecer y, el intelectual, nacido para mandar, lo cual es
legitimado también por la racionalidad positivista y hoy día en la
lógica de sistemas, aplicada en la educación empresarial aristócrata del
imperio monopolista.
Pero
comprendamos cuáles son las raíces culturales existenciales que engendraron esta ideología[14] moderna, por ello hoy en día
tendremos que lograr sembrar la semilla del humanismo en contra de toda
hegemonía imperial, uniendo nuestras voces como trabajadores del campo y de
las grandes urbes en nuestra Madre Tierra que sembró Bolívar, para defender los
derechos humanos de Latinoamérica hermanada y unida contra cualquier
intervencionismo, para continuar haciéndonos preguntas fundamentales de nuestro
proceso educativo y así humanizarnos unos en otros, sin ignorar el uso hegemónico que se hace
de las palabras; por ello trato de incidir en el DESARROLLO consciente,
de una Cultura espiritual CONTRAHEGEMÓNICA al capitalismo salvaje, según lo expresa Piketty; conociendo que en la existencia del ser humano, hoy somos capaces de transformarnos con Memoria histórica de Dignidad. En
este sentido, son vitales los espacios cultivados con cuidado y con cariño, que procuren la SALUD MENTAL.
NOTAS
[1] Cfr. Forrester, Viviane. El
horror económico. Editorial F.C.E., B.A. 1998. P. 13. 2021.
[2] Vid. Perfiles esenciales de
la hermenéutica. Mauricio Beuchot. Editorial Inst. Invest. Filológicas, UNAM,
México 1997. Pp. 8 y 9. 2021.
[3] Cfr. G. Giménez. Op.
cit. P. 15.
[4] Cfr. Hegel, G.W.F.
Fenomenología del espíritu. Editorial F.C.E., México, 1993. Tr. Wenceslao
Roces. P. 261.
[5] S. Arriarán. Op. cit. Pp.
90-91.
[6] Vid. Dieterich,
Heinz. El socialismo del siglo XXI y la democracia participativa.
Ediciones de Paradigmas y Utopías, México 2002. Pp. 31 y 32.
[7] Cfr. V. Cantón. Uno más uno,
más uno, no es igual a tres… Op. cit. P. 92.
[8] Cfr. Beuchot Puente, Mauricio
et. al. En La hermenéutica analógica de la pedagogía de lo cotidiano. Editorial
Primero, México 2003. Pp. 27 y 28. Apud. M. Heidegger. Ser y tiempo.
Editorial F.C.E., México 1952. H.-G. Gadamer. Verdad y método. Salamanca:
Sígueme, 1977; y P. Ricoeur. Teoría de la interpretación. Discurso y excedente
de sentido. Editorial UIA – Siglo XXI, México 1995. 2021.
[9] Ibid. P. 31.
[10] Cfr. Heidegger o el final de
la filosofía. J.M. Navarro et al. (Comp.) Editorial Complutense, Madrid 1993.
P. 57.
[11] Según Gilberto Giménez, Op.
cit. “el término ‘tiende’ indica que ningún individuo se comporta exactamente
como lo prescribe el ‘esquema’; y la expresión ‘específicamente designados’
señala que dentro de un sistema cultural hay ‘modelos’ o ‘esquemas de
comportamiento’ no comunes, sino propios y exclusivos de ciertas categorías de
personas según diferencias de sexo, de edad, de clase, de prestigio, etc.
[12] Apud. M.T. Yurén. Eticidad,
valores sociales y educación. Editorial UPN, México 1995. En la P.
241 cita a Rousseau, J. dice que “la conciencia para amar lo bueno, la razón
para conocerlo y la libertad para elegirlo”; de ella deriva el principio de la
voluntad general y, por ende, el contrato social y la soberanía”. El Contrato
Social. Discurso sobre las ciencias y las artes. Discurso sobre el origen de la
desigualdad entre los hombres, s. tr.; México, Porrúa, 1982. Col. ‘Sepan
cuántos’ No. 113, p. 15.
[13] Vid. Beuchot Puente,
Mauricio. La hermenéutica analógica... Op. cit. P. 29 y 30.
[14] De acuerdo a Terry Eagleton,
filósofo marxista inglés, aclara que la ideología actualmente
puede comprenderse en varios sentidos: “a) el proceso de producción
de significados, signos y valores en la vida cotidiana; b) conjunto
de ideas característico de un grupo o clase social; c) ideas
que permiten legitimar un poder político dominante; d) ideas
falsas que contribuyen a legitimar un poder político dominante; e) comunicación
sistemáticamente deformada; f) aquello que facilita una toma
de posición ante un tema; g) tipos de pensamiento motivados
por intereses sociales; h) pensamiento de la identidad; i) ilusión
socialmente necesaria; j) medio por el que los
agentes sociales dan sentido a su mundo, de manera consciente; k) conjunto
de creencias orientadas a la acción; l) confusión de la
realidad fenoménica y lingüística; m) cierre semiótico; n) medio
indispensable en el que las personas expresan en su vida sus relaciones en una
estructura social; ñ) proceso por el cual la vida social se
convierte en una realidad natural. Vid. Eagleton, Terry. Ideología.
Una introducción. Editorial Paidós, México 1997. Pp. 19 y 20. Apud.
“Para un útil resumen de los diferentes significados de ideología, véase A.
Naess et al., Democracy, Ideology and Objetivity, Oslo, 1956, págs. 143 y sigs.
Véase también Norman Birnbaum, The Sociological Study of Ideology 1940-1960,
Curte Sociology, vol. 9, 1960, para un estudio de las teorías de la ideología
desde Marx hasta nuestros días, con una excelente bibliografía”.