Wednesday, March 1, 2023

La polìtica es un oficio profundamente humano.

Entendiendo y sintiendo a la vez a la polìtica desde los antiguos, resulta èsta ser, el arte y la capacidad de dialogar en armonìa, con un sentido de: acompañamiento, escucha, liberaciòn comprensiva, para tratar nuestras formas de comunicaciòn con atenciòn en encuentro-desencuentro de diferencias con contenidos y significaciones autènticas y vitales, casi siempre sorpresivas e innovadoras; ahì radica el diàlogo humano-inhumano comunicativo y matizado de historias comunes y de identidades que nos reflejan en la mirada; dado que es, toda una construcciòn social cotidiana, contextuada en sus particularidades de tiempo y espacio con cualidad mnèmica, casi siempre incompleta, como son los procesos de vida o de enseñanza-aprendizaje como un contìnuo permanente. Pues como lo refiere el presidente mexicano, Andrès Manuel Lòpez Obrador (AMLO):


'La polìtica es un oficio profundamente humano' y continua en construcciòn; por tanto, nadie se escapa de ser un polìtico en el debate màs fuerte y profundo de las ideas y propuestas de vida-muerte, que es en sì, el de la esencia humana por medio del diàlogo. Por ejemplo, segùn la denuncia cientìfica y pùblica del cientìfico revolucionario Carlos Marx en El Capital, sobre nuestros derechos humanos vitales. Valòrese desde ahì a travès del diàlogo humanitario y/o polìtico la relaciòn desigual que fue sucediendo en el transcurso de la historia entre las comunidades, con el hurto, la confusiòn, el engaño, el asesinato, el coloniaje, el sometimiento, el exterminio, la corrupciòn, el autoritarismo y, el abuso en la comunicaciòn-incomunicaciòn desde la injusta divisiòn del trabajo y  la distribuciòn equitativa o no, del producto de ese trabajo històrico-social, en cuanto a los propietarios y desposeìdos, al ser estos momentos-espacios todo un proceso que se reproduce en comportamientos y en actitudes epocales en el mundo hegemònico o en la familia y/o el hogar como contexto concreto y, que abarca èpocas en prejuicios, temores y exclusiones, que muchas veces no son del todo conscientes entre las interpretaciones entre lo verdadero y lo falso del sujeto històrico.


O, por el contrario pueden romperse y superarse dichas actitudes y comportamientos con energìa positiva/negativa en un ser humano, es decir, de satisfacciòn o insatisfacciòn, con otra formaciòn polìtica humanitaria entre iguales; porque justo por ser tan diferentes las personas, son capaces de entablar un diàlogo humanamente fluido y, asì como saben dialogar hasta con el lenguaje de las señas pues no existen malos entendidos, sino que todo se supera en paz y no con la guerra, como se dice desde el sentido comùn, creando infiernitos donde no existìan; se trata de acordar consensos y disensos posibles, para no destruirse recìprocamente desesperanzados y angustiados u ofuscados, al no poder humanamente hacer, una propuesta de vida comùn por construir-se entre las partes, sean èstas capaces de dialogar o no, ya que las historias no son lineales ni estàticas, sino en permanente cambio y transformaciòn dialògica, es decir dialèctica.


Hoy podemos repensarnos sintièndonos diferentes y, humanamente tan parecidos en la nueva divisiòn del trabajo que es muy racional y digna, sea un trabajo intelectual o manual, siempre està fundida la sensibilidadracional en cada sujeto en la cultura polìtica de transformaciòn humanitaria, en un intento comunitario con diversos lenguajes que a la vez que sienten, piensan y viceversa. Porque en esta dualidad contradictoria entre poseedores del capital y vendedores de su fuerza de trabajo, vemos actualmente, còmo con un tratamiento humanitario, es decir, profundamente polìtico, podemos valorar de què forma se toca el punto de la desigualdad històrico-social, que da cuenta significativa para continuar re-significando los entretelones històricos, con consciencia social humanitaria, desde y con los miserables sobrevivientes de tanta injusticia en matices diferenciados por sus contextos històricos, asì tambièn podemos comprender la visiòn y propuesta neoconquistadora y hegemònica del imperio del capital, pues a èste sòlo le interesa el mercado que le reditùe grandes ganancias, ya que, a los dueños del capial nada de raìces civilizatorias les interesa reconocer; por eso hoy en dìa su proyecto de vida està deslegitimado entre las mayorìas, aunque los magnates monopolistas se sientan absolutos y eternos, en lo nacional, en lo local o en su dimensiòn internacional, se ve con precisiòn, estàn en crisis.


Asì el poder polìtico  dialògico se explica a lo largo de la humanidad entre lo positivo y lo negativo del hacerse y constituirse una consciencia humanitaria en un mundo de equidad, para ver còmo se despliegan las distintas èpocas de significaciòn entre el poder econòmico, el poder social, el poder cultural, el poder militar, el poder judicial, el poder legislativo o ejecutivo, tambièn cuenta el poder religioso o, el poder deportivo y, las demàs formas de poder humano con tendencias inhumanas o, de abuso de poder como es el calentamiento global o el mercado mundial de drogas y armamentismo hegemònico; que va medrando de forma violenta la paz del mundo;  al ser la crueldad y la violencia, la ùnica arma que les ha quedado a los dueños y acumuladores de capital al lado de algunos poderes militares y gubernamentales, como sucede con los narco-gobiernos. Ejemplos de abuso de poder jurìdico, tenemos varios ejemplos en Mèxico, como el narco-estado del exgobernador Cabeza de Vaca, Rosario Robles que ha sido excarcelada, o pròfugos de la justicia como Ricardo Anaya, Tomàs Zeròn o Felipe Calderòn.


Es claro, còmo estos entes quienes se vinculan con el gran capital gozan del abuso de poder militar, jurìdico, o del narco-gobierno, entre diversas formas de abuso de poder màs, que no se pueden cambiar a la impronta; porque desgraciadamente el PODER POPULAR no se ha desarrollado en Mèxico para hacerle frente, pues todo requiere de un proceso de cambio y transformaciòn estructural econòmico y polìtico, sabiendo diferenciar ambos momentos. En este sentido, no es lo mismo hablar del dinero que del capital, pues el capitalista monopolista vive de sus grandes ganancias, por medio de la injusta explotaciòn del trabajador y, el dinero representa sòlo su principal mercancìa que mueven como moneda circulante; por ello Marx dejo asentado con claridad que: No existe salario justo. Por tanto, estos magnates del capital, no alcanzan a comprender còmo històrica y socialmente, los mercaderes de los grandes emporios de transnacionales monopolistas, hoy en dìa ya no tienen legitimidad frente al pueblo trabajador. 


Menos pueden comprender el oficio que entraña el poder polìtico para liberar-nos las comunidades indefensas de guerras, miseria, injusticias y corruptelas; pues sòlo saben còmo destruir la vida humana en este planeta tierra, todo ello en pleno siglo XXI, en donde el poder judicial, de la infodemia en los medios de comunicaciòn y en algunos sitios del poder militar para la guerra, son grandes mercados que reditùan fuertes ganancias a sus bolsillos, cual si fuesen hechos naturales del comportamiento cotidiano. Pero no perdamos de vista que la legitimidad ideològica implica una construcciòn social de la otredad, que ni siquiera es comunismo, sino condiciòn de vida con calidad humana para las mayorìas. Reflexionèmoslo como una propuesta dignamente integral nacional, mundial y local, para humanizarnos unos en otros, construyendo una cultura de confianza dialògica.


La propuesta de reconocer a la polìtica dialògica, sobre el sentido del poder polìtico humanitario, llama a reconocer conscientemente con responsabilidad mundial, la CRISIS DEL ESTADO NEOLIBERAL, aunque ya se sabe hoy que èsa es su normalidad. Por tanto, veamos tambièn, còmo este proyecto inhumano de vida sobreviviente, NO trata el despliegue en sus formas, contenidos y significaciones de construcciòn existencial, històrica, simbòlica y/o evolutiva del sujeto a travès de las èpocas, pues estas èpocas significan ser las nuevas mentalidades històricas; por ello la historia de las mentalidades madura con el conocimiento, la experiencia y la capacidad intuitiva del ser y, asì se va desarrollando la condiciòn humanitaria crìtica; desde ahì, se puede ir haciendo la denuncia que anuncia y que termina por sintetizarse en la necesidad e interès del pueblo, con un sentido vital mayoritario acerca de poder considerar y reconocer conscientemente, cada proceso de enseñanza-aprehendizaje entre lo que es justo y lo que no, en la transformaciòn històrico-social, probada en cada trinchera de lucha de emancipaciòn, dada su gran sensibilidadracional dialògica.


La sensibilidad, es comprendida en este debate polìtico dialògico, como la capacidad de captar/razonar y de sentir la necesidad del otro, de sentir compasiòn por lo que le falta al otro que no soy yo, como principio de definiciòn del ser humano sensible en frecuencias y temporalidades espaciales que se resignifican en el momento de reflexiòn, en contra de la competencia, la discriminaciòn o la exclusiòn; de ahì la importancia de la autocrìtica y el autorreconocimiento a travès del ejemplo, como principios de transformaciòn humana revolucionaria en la praxis dialèctica con reciprocidad fundada en el respeto a nuestras diferencias, como premisa de todos los demàs valores humanos como son: Fraternidad, paciencia, tolerancia, fortaleza, solidaridad, honestidad, asì como el amor a la felicidad, a la satisfacciòn o la libertad, pensando en el bienestar de los màs


Comprèndase en este sentido sobre los valores y principios màs àlgidos de un ser humano, por què, cuàndo, en dònde, con quiènes, còmo y para què, se suscita en el poder polìtico humanitario,  la bùsqueda de la paz en contra de la guerra; como sucede hoy con el miedo vivido por los pueblos del bloque europeo, o con el belicismo de la OTAN; todo entramado desde los Estados Unidos, que viven de la guerra. O de Rusia que propone  antes que todo el diàlogo para superar el conflicto de guerra, desde febrero del 2022 sin ser atendido con seriedad por los paìses de occidente, pues la guerra la padece el pueblo de Ucrania directamente e, irònicamente los pueblos quieren pertenecer a Rusia, pues èsa es su historia, pero el intervencionismo de Estados Unidos, no cede porque no comprende nada sobre el comportamiento de sensibilidadracional, que se cultiva entre las grandes civilizaciones capaces de humanizarse unos en otros para convivir en paz. Ya que no se puede sentir sin pensar, ni pensar sin sentir, integralmente como un gran ser humano.


Ahì el referente humano es, poder distinguir con quiènes y por què se pide el dialògo para contribuir a la paz humanitaria en el mundo entero, pues a pesar de padecer al capitalismo salvaje, sòlo nos queda ser conscientes de que aùn èsta es nuestra realidad y seguimos dentro de ella. Sin embargo muchas voces en Amèrica Latina y en otros lares, son sensibles racionalmente, pues hay voces que procuran y proponen un proyecto de vida humanitario, como sucede con la actual propuesta de Mèxico con AMLO. 


Tengamos consciencia de que hoy, se està tratando de domar al monstruo del capital, por medio de la capacidad polìtico-dialògica crìtica sobre los matices que conlleva la desigualdad social que denuncia cientìficamente Marx y, asì enfrentar por medio de la DENUNCIA PÙBLICA a tantas injusticias desaventuradas, con un diàlogo polìtico posible y permanente; para ello se requiere tener claridad sobre los dos proyectos de naciòn mundial, nacional y local que se vislumbran: uno) privatizador de todo lo existente y otro) socializador de todo lo producido; pues podemos apreciar còmo de igual forma sucede en la vida internacional y en sus matices màs sutiles que sobreviven en los àmbitos locales de nuestros territorios; porque a lo largo de la historia entre los amos y los esclavos, la injusticia se ha naturalizado e impuesto como la ùnica forma de vida por venir, INVASORA Y NEOCOLONIALISTA, lo cual es mentira, porque  èse no puede ser nuestro futuro.


Sin embargo a pesar del mercado de drogas y, del càncer en el tejido cultural de muchas poblaciones, que siguen anclados en la violencia, la crueldad, el armamentismo y el delito de los narco-gobiernos, lastimosamente resultan todavìa nuestra vida cotidiana; pero reconozcamos còmo en un largo proceso de luchas intestinas, que lamentamos, hoy el SUJETO DE LA HISTORIA cada vez es màs polìtico y consciente crìticamente, para poder dialogar y, para no destruirnos; aunque aùn no sea todo lo necesario en esta gran transformaciòn humanitaria.


Por eso hoy proponemos: "Marchar juntos o perecer divididos". Tambièn es claro que: Ya no requerimos de tanta teorìa para comprender nuestra visiòn polìtica dialògica como posibilidad de desarme nuclear en torno a la paz humanitaria; màs bien hoy necesitamos mesas de negociaciones para transformarnos en filòsofos polìticos humanitarios con un poco de teorìa, como expresaba el Che Guevara; porque sì existen posibilidades para la paz, èso ya es de sentido comùn. Pues en nuestras historias de vida-muerte a lo largo de los siglos, de invasiones, asesinatos, hurtos, despojos y violencias -Marx-, hemos aprendido a distinguir el sentido de la guerra y de la paz. Porque somos entraña de muchos pueblos del mundo, con sus gobiernos legìtimos y populares, por èso, podemos sostener una gran esperanza de superaciòn a travès de la acciòn transformadora -segùn Freire-, que nos revoluciona por medio de una visiòn integral de paz mundial, al ser hoy la principal DEMANDA HISTÒRICA, en el sentido de la dignidad del trabajo individualcilectivo (Cantòn) realizado en sociedad. En donde los individuos tienen que ver con su colectividad y viceversa.


La polìtica, como oficio humanitario, nos muestra el escenario de la lucha de clases, gestado hoy, en una lucha dialògica para la paz en contra de la locura de la guerra mundial, èsta es la apuesta al menos en este sencillo ensayo; el diàlogo humanitario para lograr la paz; sostenemos que  ES POSIBLE en equidad y con respeto, en torno a nuestras distintas historias de vida y argumentos humanitarios; es decir, en el escenario de la lucha de clases, gestado y desarrollado en la comunicaciòn humana-inhumana como un proceso de enseñanza aprendizaje a travès del ejemplo que los testigos oculares observan; comprèndase, en la acciòn comunicativa, entre quien se asume como el amo y/o quien se siente el esclavo, en donde lo colectivo implica lo individual y lo individual a lo colectivo; esta relaciòn  nos muestra còmo se abarca la descolonizaciòn y la contrahegemonìa al sistema capitalista de explotaciòn mercantil, tan cosificado en el consumismo y el individualismo competitivo. Ya son muchas las voces que lo pronuncian y lo demandan para cambiar estas actitudes/comportamientos equìvocos y/o unìvocos de poco a poco (Mauricio Beuchot).


La situaciòn y actitud contrahegemònica por tanto, en su dimensiòn nacional, mundial o local territorialmente hablando, conlleva a tener altas y bajas, como cualquier otro proceso humanitario, pues no es todo o nada, sino lo posible, sin que exista garantìa alguna. Por ejemplo, en el Mèxico de AMLO, donde el pueblo de trabajo sabe de esta Cuarta Transformaciòn humanitaria, con consciencia social històrica, resulta ser una esperanza fortalecida que ya no es posible tan fàcilmente de acallar, en torno a la ubicaciòn territorial en tiempo y espacio, sobre la madurez y las sabidurìas diversas, en cuanto a dos proyectos enfrentados ahora sì, sin màscaras, entre el trabajo digno, creativo, lùdico y gozoso, para vivir humanamente en paz, en equidad y con comunicaciòn polìtica dialògica, hermanàndonos los seres humanos unos con otros. O el otro proyecto de acumulaciòn capitalista a costa de la miseria de las mayorìas,  de entre los pueblos del mundo.


Pero estas formas de poder dialògico no son automàticas y, no explican por sì mismas las distintas expresiones o manifestaciones del poder polìtico o poder dialògico humanitario -que significa lo mismo-, porque entraña una formaciòn consciente de la lucha entre poseedores y desposeìdos; pues de hecho contiene en forma, contenido y significaciòn de sensibilidadracional humanitaria (Propuesta Metòdica), la comunicaciòn-incomunicaciòn de esa lucha de clases en sus mùltiples representaciones posibles, sobre las relaciones de poder existentes, para ser reconocido en el sujeto dialògico el trabajo històrico de la clase trabajadora, desplegada esta representaciòn consciente-inconsciente en la personalidad jurìdica de cada època hegemònica o contrahegemònica en contra de la tortura y la explotaciòn de los sentimientos màs ìntimos del ser humano y de su cuerpo desclasado/fragmentado y, hecho una mercancìa màs.


La personalidad del sujeto dialògico tiene su significaciòn en su forma de vida como esclavo, siervo, proletario y como la prole actualmente, sin purezas sino hasta como sìntesis de todo lo existente, que reaparece en la hegemonìa del poder de linajes, ya sea familiar, comunal, internacional, nacional o municipal; Por ejemplo, bien harìa en NO hablar aquel sujeto de la historia, como se acostumbraba hacer con los esclavos, con los excluidos de la vida y la calidad de vida en el grandioso agradecimiento recìproco entre iguales, que rompe los prejuicios y los espacios de tensiòn; sòlo recuèrdese còmo los esclavos y luego de ellos las mujeres o los indìgenas, tenìan prohibido aprender a leer, mucho menos a dialogar o a opinar, porque no tenìan voz ni razòn, como sucediò en Mèxico con la invasiòn de los españoles a los pueblos indìgenas, que sòlo merecieron por parte de los invasores, poder ser evangelizados-manipulados y quebrantados en su cultura y grandes sabidurìas, hasta sus diversos lenguajes perdieron y fueron prohibidos, porque el oficio humanitario de la polìtica se les negò.


Afortunadamente la lucha en sus distintas expresiones indìgenas ha dejado patrimonios humanitarios hoy reconocidos; hasta alcanzar a construir la capacidad dialògica, en el esplendor de sus culturas, lo que muestra una referencia amplia de la identidad del pueblo, como sucede con las diversas regiones culturales de Mèxico; es decir, como seres en resistencia al ser sobrevivientes de la explotaciòn y de la falta de reconocimiento ètnico, de gènero y como seres humanos dialògicos integrales, dignos de respeto a sus diferencias civilizatorias. Asì lo apreciamos, aùn en el capitalismo salvaje que no acaba de morir y la humanidad hermanada en comunidades fraternas, que no acaba de nacer. Por ello, seguimos construyendo la paz en contra de la guerra todos los dìas de forma crìtica y autocrìtica, habituàndonos a dialogar fraternalmente para valorarnos como seres en falta, pero que pueden producir y distribuir con alegrìa el trabajo y el esfuerzo de la polìtica en un oficio profundamente humano y virtuoso con la coherencia de lo que se piensa/siente, se dice y se hace en un nuevo escenario multipolar como proyecto por construirse en nuestras vidas cotidianas.





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