Felipe Cuevas
Méndez
Partido
Comunista de México
El argumento del
“fraude” es el ideal tramado por el imperialismo, la burguesía española y la
burguesía venezolana; porque explotando este supuesto de defensa a la
democracia, cree que obtiene un código indescifrable de sus maquinaciones ante
un país y un continente que les rechaza por su intervencionismo y
neoliberalismo para plagarnos de hambre y miseria. Las clases dominantes
diseñaron este escenario mucho tiempo atrás, para que en ausencia de Chávez la cobertura
seudo democrática facilitara la conspiración para tomar el poder político.
Entonces en el
discurso justificante del golpismo la realidad de los problemas sociales pasó a
un segundo plano, el reconteo de votos les hizo posible pasar a la excitación
del terror. Pero nadie puede negar que la burguesía capitalizó los problemas
del proceso bolivariano para preparar la actual situación. Ahora dicha clase
lucha contra el tiempo, según se han delatado, tienen fraguado un golpe de Estado
en el marco de los primeros cinco días posteriores a las elecciones (aparte del
plan que se les confiscó semanas atrás, según información difundida en el
programa La Hojilla la embajada gringa advierte que habrán nuevos hechos de
violencia). Luchan contra el tiempo para que Nicolás no se afiance en la ruta
socialista y acumule fuerzas junto a los explotados y oprimidos.
Como suele
decirse en estos casos, en el mismo orden de ideas la exitosa campaña
difamatoria contra “los enchufados” funcionó en sus propósitos a la oligarquía,
que la trabajó y depuró de los elementos que la delatan a ella misma como clase
también beneficiada en el marco de las relaciones capitalistas aún vigentes en
la sociedad. La renta petrolera redistribuida a partir de la era chavista
enchufó a toda la sociedad, a través de gasolina barata como regalía general,
recursos públicos a toda la industria privada y pública, salud, educación,
vivienda, 90 % de la población urbanizada, cultura, deporte, convivencia…
Justamente los resultados
electorales mostraron tanto las debilidades del proceso como el accionar
político oligárquico. En el marco de la campaña electoral el pueblo fue víctima
de una guerra de cuarta generación –camuflaje de propósitos, ataque sistemático
en todos los ámbitos sociales y golpeteo constante a las conquistas del pueblo–,
de ésta suerte, los votos de Capriles son resultado directo del enchufe
pequeñoburgués a su modo de vida, la guerra mediática, y la manipulación de las
molestias como “alianza” entre opresor-oprimido. Mas los llamados votos de
rabia no son de conciencia, ni son para toda la vida, ese efectismo acaba
pronto a medida que las manos fascistas se manchan con la sangre del pueblo. En
este formato de la política burguesa se evidencian algunas de las causas de la
tendencia en el descenso porcentual electoral de la revolución que ya venía
sintiéndose años atrás, producto de los problemas irresueltos, postergados y/o
saboteados, hábilmente utilizados por los interlocutores de la burguesía para
derrocar al gobierno bolivariano.
Burguesía y
fascistas siguen su marcha, buscan prolongar su proceso de tensión y
desestabilización para conseguir su deseo de crisis política, mientras tanto
aseguran que el país vive una crisis económica justo cuando más ha crecido
incluida ella misma. Golpean y retroceden, a fin de no hacerse responsables de
sus actos y tener nuevos márgenes de acción, ya que creen tener la medida al
pueblo revolucionario, su gobierno y las organizaciones.
Todavía peor es
la demostración fehaciente de que esta situación es made in USA, subsidiada, organizada e instigada por el Departamento
de Estado, la CIA y la Embajada, tiene tres matrices de diseño: 1.- la del
ascenso al poder hitleriano, 2.- del tipo de ofensivas que agotaron el último
aliento de la Europa del Este, y de las acciones contra Siria. Esta perversa arremetida
fascista usando a sectores descontentos para lanzarse al golpe de Estado, se
presenta a las puertas de la lucha por el socialismo. Las agencias del
imperialismo crearon esta situación de desgaste al chavismo, de sabotajes en
todos los ejes de la vida social, de fracturarlo por todos los medios, y este
escenario poselectoral es una cara de la realidad, el resultado que han
conseguido como preámbulo a acciones que permitan una invasión gringa o un
golpe de suerte para arribar a Miraflores. Para de esta manera plantearse una
perspectiva inmediata de saqueo petrolero y nuevo territorio neoliberal. La
banda fascista opera en estos desniveles, tira y se retira, pero subirán el
tono en su escalada de violencia en tanto no se les golpee por el pueblo y el
gobierno bolivariano. El saldo fascista son daños materiales a instalaciones
políticas, de salud, educativas, decenas de heridos y 7 muertes selectivas por
todo el país, en este último hecho, los mártires del pueblo asesinados por los
grupos fascistas que encabeza Capriles con sus crímenes de lesa humanidad. En
su primera oleada pretendieron separar al pueblo respecto de Maduro, pero el
tiro les falló tanto el terror que infundieron como por lo dicho por Capriles
sobre la “lucha pueblo vs gobierno”.
Es indispensable
sobreponerse a la violencia nocturna contrarrevolucionaria y la amenaza de paro
insurreccional oligárquico, hay que actuar contundentemente recuperando el
escenario, el espacio público y el debate político popular. El pueblo y sus
instituciones deben resguardar todas las conquistas chavistas (CDIs,
Industrias, plantaciones, almacenes, centros de enseñanza, instituciones
públicas, instalaciones militares, el petróleo, el circuito eléctrico, la
calle, las vías de comunicación, todos los recursos del país que en sí son
patrimonio del pueblo. Pese a todas las problemáticas del proceso, sus aciertos
son superiores, en la respuesta a los grandes males del capitalismo.
Las maniobras
capitalistas se sucederán una tras otra para confundir, para obstruir que el
pueblo recobre su orientación clasista, ello debe detenerse con coraje, así
como se desenmascare cada una de sus mentiras, adelantarse a los hechos, dar
respuesta a la agenda majunche imponiendo la agenda de la revolución contra las
condiciones político-económicas del capital. No esperar los errores del
majunchismo, no tomarlos como simples desviaciones, actuar sobre la médula de
sus posiciones y de quienes las sostienen en tanto “factores” económicos
monopólicos.
Tampoco se trata
de pasar el vendaval solamente, en efecto debemos resistir, hay que actuar,
prevenir, resolver, defender e impulsar la salida revolucionaria. Las
condiciones lo expresan:
a)
Es necesaria la movilización, la organización,
el liderazgo en el combate, el discurso consecuente y diversificar la respuesta
de la revolución.
b)
Toca combatir los titubeos, la siembra
de pánico y las guarimbas antichavistas. Corregir los problemas sobre la marcha
inmediata de respuesta a la contrarrevolución, crecerse en las dificultades, es
la difícil prueba del necesario transitar.
c)
El pueblo debe encabezar su propio
diálogo, desarrollar sus ideas y su relacionamiento propio contra las formas de
dominación y control político-burgués.
d)
La lucha exige diferenciar claramente al
pueblo de la burguesía, neutralizar a la reacción y abordar los temas de la
unidad en los sectores populares.
e)
Los liderazgos deben asumir su rol,
probarse en su papel a la cabeza del pueblo.
f)
Así también dejar de buscar respuestas
sólo en el pasado, el presente permite completar respuestas y soluciones
concretas.
g)
Profundizar el tejido democrático
popular incluyente de las relaciones revolucionarias y progresistas en el seno
de los explotados y/u oprimidos.
h)
Reconstruir la voluntad de combate en el
seno de las clases populares.
La revolución
bolivariana se reforzará en sus pilares, es una exigencia de las condiciones de
la lucha por el socialismo. Salir del ensueño, lo que hay es lucha de clases, el
proletariado se lanza al combate, la juventud popular hace lo propio. Paso a
paso, prudentemente, acumulando, recuperando, construyendo sus fuerzas. Cerrar filas
con contundencia táctica, el marco de las elecciones obligó a cierta posición
defensiva, ahora todo exige pasar a la ofensiva contra los neonazis.
Las y los
revolucionarios, las organizaciones, el poder popular, el gobierno bolivariano;
son abanderadas de la lucha y resistencia al bloque capitalista imperialista. El
objetivo inmediato es desmontar el golpe de estado en preparación y desmantelar
a la banda fascista que lo encabeza.
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