Thursday, May 30, 2024

PRÁCTICAS ESTRATÉGICAS.

 

Fernando Cajas

Fernando Cajas, profesor de ingeniería del Centro Universitario de Occidente, tiene una ingeniería de la USAC, una maestría en Matemática en la Universidad de Panamá y un Doctorado en Didáctica de la Ciencia de LA Universidad Estatal de Michigan.

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La lucha contra la corrupción fue y es la punta de lanza del gobierno de Bernardo Arévalo. Sin reducir la corrupción no será posible que la mayoría de nuestros fondos, nuestros impuestos, lleguen a la población en forma de: Hospitales medianamente dignos, al menos con electricidad y agua, medicinas, personal médico y sanitario; carreteras más o menos decentes, que no estén sobrevaloradas en un 50% y que al mismo tiempo no sirvan, sistemas de transporte público decente, recuperación de los puertos y aduanas; fuentes de agua limpias, sin heces, sin basura, sistemas de tratamiento de agua, sistemas de riego por goteo eficiente, recuperación de manantiales, cuidado del agua subterránea y mapeos dinámicos hidrogeológicos, programas intensos de reforestación; reducción de emergencia de la desnutrición infantil; mejora sustantiva de los aprendizajes estudiantiles y docentes al menos en matemática, lenguaje y pensamiento crítico y un largo etcétera. ¡Vaya tarea para el gobierno de Arévalo!


A esa lista se puede agregar mucho más debido a que este país no país, esta finca que nace de las profundas contradicciones racistas, machistas, clasistas aun no logra encontrarse a sí misma para convertirse en país para todos y todas, lugar de oportunidades para muchos y no solamente para pocos, poquísimos. Pero no se puede tragar ansias ni vivir eterna y únicamente peleando contra los corruptos. Paralelamente hay que hacer otras cosas prioritarias para el país. Es urgente una estrategia. Estrategia significa hacer selecciones de lo que se va a hacer y de lo que no se va a hacer. No se puede hacer todo y de todo y para todos. Hacer de todo significa no ser estratégico y en el fondo es hacer nada. Pero ser estratégico en un país tan cooptado, usurpado, mancillado, robado, cooptado y donde todo parece ser una urgencia es un enorme reto. Es el reto del presidente Arévalo, pero también es un reto para los y las ciudadanas que queremos un país de verdad.


El gobierno del presidente Arévalo ha venido a transformar la forma en que la práctica social de la corrupción venía funcionando. Desde el 14 de enero ya los corruptos no han tenido forma de negociar con la cabeza del ejecutivo. En contraste aún tenemos un grupo de diputados, no todos, un grupo de empresarios, no todos, y miembros del sistema de justicia, jueces, operadores de justicia, fiscales, no todos, que solían trabajar en función de los intereses corruptos del presidente de turno. Ahora bien, en el interior del ejecutivo, en todos los ministerios, en las secretarías de Estado, en todas el cáncer de la corrupción ha calado profundo. ¿Qué estrategia se puede seguir para trabajar, lograr objetivos y paralelamente luchar contra la corrupción?


La estrategia para salir del subdesarrollo es algo más que eliminar la corrupción, pero hay que salir de la corrupción. Debemos, nosotros, el pueblo, recuperar la Justicia. No es posible que una persona se ponga al frente, usurpe y tergiverse al sistema de justicia de forma corrupta, sin tener las competencias ni las credenciales, porque las falsificó y nos ponga en jaque. Este no es un problema solamente del presidente Arévalo. Él es nuestro representante y este es nuestro problema, la cooptación del sistema de justicia, su politización y su uso para mantener a los corruptos en el poder real. El poder está en el pueblo. La soberanía está en el pueblo.


En Guatemala sabemos cómo salir del subdesarrollo: Hay que hacer una estrategia para que la producción de bienes y servicios no sea solamente la venta de la materia prima. Si bien la venta de bananos, dígase, o de mangos, deja ganancia y produce trabajos, la transformación de estos productos a través de ciencia, tecnología e innovación es realmente el corazón de un nuevo sistema industrial guatemalteco, no un sistema neoliberal, no un sistema industrial miope que intente desarrollarse sin equidad. Ante los retos del cambio climático, sabemos que la próxima transformación industrial guatemalteca debe tener por objetivo el bienestar de todos y todas las guatemaltecas, especialmente los más vulnerables, aquellos que por mucho tiempo han sido marginados del escaso desarrollo nacional.


Salir de este subdesarrollo no es un problema fácil, requiere visión, requiere estrategia. Sin duda que la corrupción es un lastre para este proceso, pero para eso debe existir la estrategia. Se requiere de un plan dinámico que nos visualice fuera del subdesarrollo en la próxima década, esto a través de: 1) Inversión eficiente en ciencia, tecnología e innovación y en programas pertinentes de educación técnica, innovadores y no repetitiva; 2) Reconstruir una base empresarial innovadora y no una que viva de la corrupción; y 3) La ampliación estratégica de los mercados (China por ejemplo es prioridad para Guatemala no los corruptos gobiernos de Taiwán que tanto daño nos han hecho).


La inversión eficiente en ciencia, tecnología e innovación requiere un replanteamiento de la Secretaría de Ciencia y Tecnología, SENACYT, recuperarla de las manos de la corrupción, así como de los sistemas de investigación universitaria, en particular de la Universidad Nacional, por lo que es urgente recuperarla de la cooptación del pseudo rector y de un consejo universitario ilegal. ¡Vaya tarea! La transformación del empresariado se está dando de a poco, pero debe ser un proceso intencionado, desde las cámaras empresariales, AGEXPORT y otros entes que demandan innovación, pero para eso hay que superar al CACIF golpista, de donde ha venido el financiamiento para mantener la impunidad. Finalmente, esto no se logrará si no se tiene una política internacional de apertura y búsqueda de mercados, dándole prioridad a China y otros socios que no vengan a obsequiar corrupción, como Taiwán.


Alguien dirá: la estrategia está en el plan, esto es, que eso llamado estrategia se encuentra en el Plan de Gobierno de Semilla, el que ofreció el presidente Arévalo en campaña. Pero no. Eso no se encuentra en dicho plan porque el plan tiene el «qué» y a veces el «porqué», hace falta el cómo, esto es la estrategia. Eso era muy difícil de escribirla antes en dicho plan, pero hay que tenerla clara, aunque no nos la comunique con antelación por razones estratégicas también presidente Arévalo. Por eso es prudente sumarse a la pregunta que hace la poeta, escritora y defensora de derechos humanos Carolina Escobar Sarti: Señor presidente, ¿qué sigue? https://bit.ly/3Vgfkvh



Wednesday, May 15, 2024

DIMENSIÓN HUMANITARIA EN MARX.

  

¡FELIZ DÍA DEL MAESTRO Y DE LAS MAESTRAS!

Sandra Cantoral.


En este 2024, es vital recordar la tesis de Marx, en donde plantea que “La gran industria, al crear el mercado mundial, ha unido ya tan estrechamente todos los pueblos del globo terrestre, sobre todo los pueblos civilizados, que cada uno depende de lo que ocurre en la tierra del otro. Además, ha nivelado en todos los países civilizados el desarrollo social a tal punto que en todos estos países la burguesía y el proletariado se han erigido en las dos clases decisivas de la sociedad, y la lucha entre ellas se ha convertido en la principal lucha de nuestros días. Por consecuencia, la revolución comunista no será una revolución puramente nacional, sino que se producirá simultáneamente en todos los países civilizados…”. [8]


Es importante para comprender cómo el sujeto histórico (persona, individuo, grupo social, Pueblo-comunidad, Estado nacional o nuestra madre tierra), enfrente la posibilidad de CONSTRUIR socialmente, el BIENESTAR y una buena planeación hasta lograrlo; ya que esta necesidad actual de la humanidad, significa la comunión entre lo social y lo individual en el acto preciso y concreto del SABERNOS HUMANOS con sensibilidadracional -así escrito, lo que piensas sientes y lo que sientes piensas-; Nos interesa otro comportamiento humanitario, que nos permita la INTEGRACIÓN con nuestra Madre Tierra, para protegerla de las garras del imperio del capital, con nuestro humilde trabajo cotidiano.


Ya deseamos los seres humanos continuar como seres integrados CONSCIENTES en nuestra propia satisfacción espiritual, es decir de eticidad, de acuerdo a nuestras formas particulares de producción cuidando las tradiciones y las costumbres más sentidas, para que nosotros los seres integrales queramos  libremente hacerlo a través de un proceso de formación que incida en cada una de nuestras voluntades y, nos expresemos comprendiendo las razones/sensibles que causan la necesidad radical del hecho educativo o paideia: en cuanto a los valores éticos y morales de nuestro entorno social local y global, que nos de cuenta de nuestra identidad cultural actual, para volver a reconocernos como seres valiosos de trabajo honrado y cualitativo; ya basta de ignorancia sobre la explotación del mercado acumulador de sobre ganancias a costa de la vejación a la clase trabajadora.


Con base en esta concepción del materialismo histórico en Marx, que nos aportó como luchador y científico social crítico, del desarrollo de la humanidad en la explotación del hombre por el hombre, se ve como en la categoría de identidad se funden la necesidad material y la necesidad espiritual cultural del ser humano cuando éste indaga, descubre y se explica significativamente su comunión con su otredad, lo que le permite comprenderse a sí mismo en su historia de vida particular y universal, a través de entender la multiplicidad de historias diferenciadas, y que pueden distinguirse en la apropiación de cualquier otra cosa interior y exterior en el propio sujeto humanizado o socializado, al saber de su ubicación y asunción liberada, o por el contrario, al no saber de su condición enajenada; ambas condiciones materiales y espirituales, históricamente constituidas en la síntesis de su concreción existencial deben ser develadas y denunciadas ante el ser en sí; para que éste pueda querer liberarse de su ignorancia auto-opresora y auto controladora que le posibilite enfrentarse al reto de la conquista de su propio dominio, expresada en la seguridad de su memoria histórico-social humanizada, no mezquina e individualista, sino dada a los demás por su convicción liberadora ético-moral entre lo que se piensa y lo que se hace; esta es una tesis planteada en el discurso marxista acerca de la identidad para encontrar una propuesta de alternativa pedagógica, que indica cómo el sujeto va sabiendo enfrentarse a sí mismo en cada momento, para depender cada vez menos del otro y poder estar dispuesto para servir a las necesidades de todos, en donde la necesidad colectiva implica a la individual y la individual a la colectiva -aclara Valentina Cantón-.


Ya antes Platón (428-347 a. J.C.)  refería el principio de identidad, como lo mismo y lo otro, es decir, lo mismo como  la relación del cambio y lo otro como  la identidad de lo igual en algo: en este impredecible vaivén se implica el sentido de la realidad y de la apariencia; el sentido de lo uno y de lo múltiple; la importancia de lo universal y de lo particular; así como el contenido del pensamiento y del lenguaje, en un proceso humano de comunicación.


Al despertar estos filósofos griegos la inquietud entre lo que permanece y lo que pasa,  Marx conceptúa  la figura del  sujeto histórico que intenta integrarse al  mundo por medio de la idea de tiempo o khrónos, es decir, a tener que pensar en el gran tamaño del mundo. En el mundo Anahuaca del sujeto histórico Latinoamericano, se le nombra con dulzura Pachamama, lo que cultiva la gran voluntad de todo lo que se resignifica en algún contenido y forma como creaciones culturales, que se van encontrando en tiempos espaciales diversos en la identidad de clase del sujeto histórico


Porque es la categoría de identidad de clase la que articula al espacio y al tiempo del sujeto, en el sentido de su propio pensamiento, de su historicidad y  de su praxis concreta; nos referimos a la teoría de la praxis o historicismo absoluto, para lo cual es indispensable tener consciencia de cómo ha sido y será la transformación del ser humano, como cultura, es decir en su expresión más álgida que es la eticidad, en donde la capacidad de igualdad en el derecho, es todo un proceso de liberación en la identidad cultural del sujeto consciente de su historia.


Podemos ver que  “En Marx, la violencia revolucionaria aparece como una necesidad histórica que necesariamente desaparecerá, con el concurso de ella, al desaparecer las condiciones histórico-sociales que la engendran…(porque) …toda violencia de signo positivo, trabaja en definitiva contra sí misma, es decir, contra la violencia de mañana. Por ello, al hacer posible una verdadera praxis humana -no violenta-, la violencia revolucionaria, y, especialmente, la del proletariado, no sólo va dirigida contra una violencia particular, de clase, de la que surge transitoriamente una nueva violencia -la dictadura del proletariado-, sino que va dirigida contra toda violencia en general, al hacer posible el paso efectivo a un estado no violento. Sólo entonces, la praxis social, al dejar de ser violenta, tendrá una dimensión verdaderamente humana”.[9]


La teoría de la praxis (la reflexión crítica y el análisis racional del mundo) que se viene desplegando desde las grandes filosofías de nuestra época, toma en cuenta al tiempo ilustrado, que más bien fue de gran confusión como hemos visto, dada la contradicción irresoluble que entrañaba y que a la vez tenía que enfrentar y resolver, siendo aún muy pobres los sujetos, tanto material como culturalmente, para darle una condición histórica a la dignidad que entraña su trabajo social; el pensamiento ilustrado fue infantil en su romanticismo e idealismo ensoñador, que sin embargo,  sentó las bases históricas  de la reflexión  del pensamiento existencial.


Porque ante la cantidad y cualidad de necesidades ahí demandantes, respeto a la salud, a la formación ético-moral y en torno a la necesidad de hábitat digno y permanente, como necesidades que se radicalizan espiritualmente en las convicciones del sujeto histórico; y que hoy día se han cubierto sobradamente en el despliegue del desarrollo científico, técnico y cultural  en el mundo que apunta a una globalización de la racionalidad sensible, como posibilidad de equidad humana en los proyectos educativos, que se están perfilando en la nueva era de la ilustración burguesa; en la cual es necesario mostrar todas sus contradicciones existentes, porque en ello radica el trabajo educativo o de humanización, cuidando y elevando la diversidad de expresiones culturales, sin sometimiento, atropello y opresión política, económica, social y afectiva.


Así la conciencia del ser, Marx la comprende a través de la experiencia, el conocimiento y las intuiciones del pensamiento humano, que le dan sentido al cambio y al movimiento, en donde se agudiza la memoria histórica encarnada en la sociedad civil y en el Estado -ya que el Estado somos todos,  como sociedad  civil organizada participando de forma conservadora y radical -hace ver Marx-; en sus obras filosóficas de juventud queda claro que ante el recuerdo del hecho sucedido, el ser  ontológico asumido epistemológicamente, siente temor de enfrentarse ante el espacio de comprensión de su propia existencia; en donde lo importante del fenómeno social en sí,  es ver como la consciencia histórica objetiva, concreta y responsable de sus actos, es capaz de fundir al ser y al objeto en un solo ser asumido en su  identidad colectiva, siendo ésta su propuesta educativa, lo cual tiene que trabajarse de manera particular para satisfacer la multiplicidad de escenarios posibles, en donde el ser que interroga pueda comprender la irracionalidad de la lógica capitalista y actuar en consecuencia contrahegemónicamente con base en concepciones racionalmente sensibles de una identidad cultural, definida como principio de vida.


Así planteado el proceso de constitución del ser con base en las tesis de Marx,  lo interesante es saber cómo el sujeto sale a enfrentar resuelto en cada momento la nueva determinación o resolución a problemas concretos y significativos de su ser genérico, de acuerdo a la identidad (ubicación en su mundo) de lo que  espera o procura construir culturalmente, es decir, idear, inventar, imaginar, pensar como hacer, etc., en distintas dimensiones de comprensión y de explicación para relacionar al ser con la forma en que éste se apropia y crea  su mundo haciendo una crítica constructiva que lo ubica en el trabajo solidario y colectivo, desde su propia capacidad de integración y diferenciación cualitativamente cultivada, porque la elementaridad humana en los procesos de identidad cultural es ser objetivo, y mostrar-se al otro para compartir-se lo que saben hacer en un proceso de intersubjetividad, a pesar de ser diferentes, y sobre lo que cada uno ya está convencido, por eso desde el punto de vista de Marx, no existe posición neutral, sino una tarea político-educativa permanente para liberar-se con base en relaciones significativas, de la ignorancia, la pobreza cultural, la deshonestidad, la corrupción o la burocratización como formas mediáticas de vida.


Porque  la comprensión que el sujeto tiene de sí mismo es el eje articulador del todo -dice Lacan-; en el sí mismo del sujeto se van entreverando momentos de su consciencia sensible, perceptiva y de entendimiento autoconsciente, para ubicar las razones de su hacer conceptual que satisfagan  la necesidad de conocimiento y de existencia de todos y de cada uno en un sentido de vida y no de muerte dialécticamente relativa al sujeto[10] (la vida como esencia misma de la muerte y viceversa); lo importante en este análisis, en torno a la categoría de identidad es reconocer el saber-hacer del sujeto, en el acto que sea posible, transformado en su otro yo, que se va expresando en el ser humano templado, justo, prudente y de gran valor en el esfuerzo, que requiere justo de la  autenticidad como necesidad aún insatisfecha, dado por la humildad y sencillez en los procesos de conocimiento compartidos.


Este trabajo necesario que se contrapone   al   sujeto   en   sí, de sí y para sí, en un proceso de reificación y desalienación -plantea Lukács-, para dudar y oponerse  ante cualquier ambición desmesurada y sin sentido, es decir, sin razón suficiente que la sostenga en el tenor de la constitución del sujeto histórico diferenciado por su sensibilidad racional y no por su superioridad jerárquica de comparaciones superficiales aprioristas, gestadas por las relaciones desiguales de explotación y apropiación de medios de producción.


La corriente de pensamiento del materialismo histórico argumenta filosófica y metodológicamente  una propuesta que relaciona e implica la idea de futuro, en una multiplicidad cultural de diferencias, es decir en una posible integración de existencias en donde no se da la garantía del conocimiento absoluto, sino que Marx  ubica la propuesta cultural  relativa a las capacidades cultivadas y potenciadas del sujeto, es decir,  del sujeto en sí, según la mentalidad de que se trate, el cual puede desarrollar otras virtudes humanas en un proceso educativo original y de esfuerzo riguroso, que implique lo individual en lo colectivo y lo colectivo en lo individual de sí, por lo que la identidad se reconoce en la naturaleza y desarrollo en transformación del sujeto histórico-social ante lo estratégico y contingente para la Paideia que se asume conscientemente sólo en su concreción afectiva como género humano, en un ser para sí virtuoso, es decir, para servir a ‘todos nosotros’, en las necesidades más radicales de la existencia de vida humanizada, cuidada y cultivada en un trabajo individualcolectivo, como expresa Cantón, reconocido mutuamente, fuera de toda funcionalidad institucional.


Marx pensaba que para formar hombres y mujeres originales, se requería de una educación original y auténtica, la cual puede ser valorada  por la calidad de sus transgresiones revolucionarias tanto en  el pensamiento como necesariamente en los hechos; es decir,  en la asunción plena y vital del sujeto consciente de su memoria histórica, de todo aquello que le ha costado trabajo realizar en una postura de dirección, con una intención que sabe de sus relaciones e implicaciones, y las asume en el acto mismo como praxis, es decir, como “actitud humana transformadora de la naturaleza y la sociedad”.[11]


Porque  para asumir el sujeto, tanto simbólica como objetivamente la vida ante el apuro y la frustración de la pérdida de la dignidad y el orgullo humanos, tendrá que reconocer que estos principios, mediaciones y fines, están condensados en su ser productivo, y revolucionados en sus actos comprometidos por el bien común de superación cultural enriquecida; efectivamente desde el tiempo de la Ilustración hasta hoy día el Ser en sí no se ha reconocido en su transformación y necesidad de calidad de vida o necesidad de una verdadera vida humana; de manera que  necesita volver a resignificar-se y contraponer-se al estilo de vida artificial y falsa que impera en la acumulación de capital y se refleja en los referentes del ser consciente-inconsciente como un claroscuro difícil de distinguir-se, en donde se abre su sentido simbólico de deseo existencial, es decir, de desear ser  algo más que sí mismo en el sentido del complejo de ostracismo como los escarabajos que relata Kafka.



NOTAS:

[8] Karl, Marx. Manifiesto del partido comunista… Op. cit. P. 82.

[9] Adolfo Sánchez Vázquez. Filosofía de la praxis… Op. cit. P. 322.

[10] Porque la determinación de temporalidad en cuanto a poder decidir morir es facultad del sujeto.

[11] Vid. Sánchez Vázquez, Adolfo. Filosofía de la praxis. Editorial Grijalbo, México 1973.  P. 99.