EL PODER
POLÍTICO HUMANITARIO FRENTE AL CAPITALISMO DEPREDADOR.
Sandra Cantoral.
La conciencia de
sí mismo como sujeto histórico va constituyéndose
en épocas distintas de madurez humanitaria, de acuerdo al grado de consciencia
social, al conocimiento adquirido, a la experiencia acumulada y la intuición del porvenir, que es un
sentimiento casi artístico; es decir
hablamos del sujeto particular y universal, en sus necesidades e intereses de sobrevivencia existencial en sí y de sí y,
ahí se ubica la existencia también
del otro que no soy yo, pero que a la vez me
comprende, como un individualcolectivo (Cantón) en las relaciones de PODER
POLÍTICO humanitarias; pero que están ensimismadas aún en alguna época de su
vida, y que son inconscientes en el sujeto, hasta que éste se responsabiliza
como un sujeto educativo independiente
con cierta madurez de sí.
Cuando aparece
el entendimiento, inicia a saber de su pensamiento
y de sus acciones con una cierta pertenencia de clase intuitiva: por eso existen periodos en
el desarrollo del hacerse humano, en etapas del comportamiento del poder
político-filosófico que van dando cuenta del tiempo real del sujeto particular
y universal como una sola temporalidad de
su época existencial, dentro de la hegemonía del poder político humanista y
del abuso de poder depredador, en su dialéctica de identidad histórica en la lucha de clases, que en momentos se
confunden uno con el otro, porque no existen ejemplos significativos que
marquen límites y responsabilidades humanitarias frente al poder político
depredador, que es hoy hegemónico, utilizando para ello principalmente la
distorsión de los medios de comunicación de masas, nacionales e
internacionales, no por algo en México han asesinado a tanto periodista en los
últimos años. Pero tengamos presente que existen miles de periodistas anónimos
que toman la imagen y ya está en las redes sociales informándonos. Así es de magnífico
el trabajo científico, tecnológico, artístico, cibernético de robótica y
humanista. Ya no se puede tapar el sol
con un dedo.
Tratando de ser ilustrativos, se menciona el periodo humano de 3 a 6 años de la primera infancia (totalidad política concreta, que se
asemeja a las distintas épocas de la humanidad); en este proceso de
historicidad social, del sujeto histórico, en donde es posible en todas
sus dimensiones valorarnos dentro de
estas dos grandes culturas entre dominados y dominadores a partir de que existe
la PROPIEDAD PRIVADA de bienes de producción arrebatados en la explotación del
hombre por el hombre, como lo plantea científicamente Marx.
Así la expresión existencial del sujeto la referimos
en estos comportamientos: la anticipación de consecuencias; el saber escuchar
al otro; el poder hablar con un vocabulario básico; tomar turnos para hacerlo y
cuestionarse los porqués de algo. Inician los enunciados que empiezan con la
palabra “todos”; los enunciados que empiezan con la palabra “cada”; el respeto
hacia los otros; la construcción sobre las ideas propias y la de los demás; la
auto-corrección; la consideración sobre otros puntos de vista; el distinguir
las contradicciones o las oraciones de “si…entonces”, es decir se va poniendo
el ego del sujeto en perspectiva, en
relación con su producción material, no como algo mecánico sino dialéctico
en la historicidad del hacerse humano.
En ese despliegue de las distintas épocas recorridas
de acuerdo a su forma y sentido de producción, a saber distinguimos:
comunalidad primitiva, esclavitud, feudalismo, capitalismo y socialismo
existente, este último en la mitad del globo terráqueo al menos, lo que ha sido
vivido como experiencia de tránsito entre el capitalismo y el socialismo, que
puede dar pie al proceso de la sociedad comunista humanizada, que aún se
encuentra entre una conciencia en sí y de
sí, en la dimensión universal y particular en la época del Siglo XXI de dicho
sujeto histórico, esto se sugiere valorando el contexto de la lucha de clases
en la dialéctica de la identidad del poder
político y de su abuso, por supuesto estas etapas de desarrollo de la
humanidad no son lineales, sino que se desarrollan según la madurez de un
contexto socio-cultural, que propicia mayores agudezas de reflexión y de acción
de derechos humanos enaltecidos.
La figura de sujeto individualcolectivo (Cantón) aún está en una dimensión de sí, porque va expresando la relación humana en este sentido de
pertenencia de clase trabajadora comprometida con un interés histórico, de
acuerdo a la autenticidad que está en
el entorno del sujeto,
constituyéndose en el acompañamiento por
medio principalmente de los afectos transmitidos en el proceso de formación del sujeto; y así poco a poco concibe que “lo que le pase a él o ella de forma
particular, nos pasa a nosotr@s colectivamente, y lo que nos pase a nosotr@s en
lo colectivo, le pasa también a él o ella, ubicándose el límite del respeto a
sí mismo que es el otro yo, cobrando consciencia el sujeto educativo de esa
historicidad social colectiva o individual, como totalidad política concreta de
manera paulatina”, sin que ello sea claro aún, en la definición de clase,
asumida proletariamente por el sujeto educativo consciente, valorada como una
necesidad histórica explicita, y no nada más de manera intuitiva o implícita.
Sin embargo como es
un proceso en la constitución de la conciencia del sujeto, se ve cómo esta
articulación histórica de la existencia humana va madurando de forma autónoma y
da cuenta de la IDENTIDAD DE CLASE en germen, la cual tiene que ser educada con
un sentido de PODER POLÍTICO intencionadamente humanitaria, en los procesos de APREHENDIZAJE por medio del ejemplo, esa es la forma más
auténtica de transmitirse, justo en la táctica de saber gobernar el comportamiento
para ser consecuentes con la táctica de la acción proletaria posteriormente, no
es muy complejo de entenderse -sin estructurarse como un dogma-; sino por el
contrario comprender y ser tolerantes
en el orden de la identidad del poder político, es decir del escenario de la
lucha de clases del sujeto histórico-educativo, despertando a la lucha
política, que sea capaz de propiciarse en los entramados de la Teoría
Pedagógica Crítica contemporánea.
Teniendo claro que no todo lo que se enseña, necesariamente
se aprehende, del mismo modo que lo que no se sabe, no se puede enseñar, pero
lo que bien se aprehende, se enseña como
algo natural y significativo en la acción comunicativa del sujeto histórico -como
lo plantea Habermas-; o como algo intencionado y potenciado con un método, es
decir en el mandar obedeciendo que se
desarrolla a través de la PALABRA generadora, ya resignificada; es decir,
la más virtuosa y comprometida con la
transgresión a la hegemonía del PODER político capitalista, síntesis hoy de
todas las formas de explotación anteriores; porque se va sintiendo en el TIEMPO
REAL DEL SUJETO EDUCATIVO, para lograr acabar con la explotación inhumana del
hombre por el hombre, en ese abuso de PODER POLÍTICO de la lucha de clases.
Esta lucha
milenaria desde que existe el arrebato de bienes en propiedad privada en el
proceso de producción y acumulación de capital, no se puede explicar con
palabras teórico-conceptuales aún, como algo generalizado en una consciencia
para sí humanista simplificada, pero sí
se logra en esa lucha del entorno histórico social constituyente del sujeto
particular o global; ahí se va
reconociendo el sujeto educativo como un
sujeto histórico integral con todas sus contradicciones posibles; es decir
esencialmente con dignidad para UNIRSE libre y voluntariamente a esa integridad
física, moral, espiritual e intelectual de todos los iguales en el trabajo
PRODUCTIVO, y así PODER diferenciarse políticamente de los extraños para
distinguir el comportamiento histórico-social de ese abuso de poder político, comprendiendo el
sentido de su historicidad social, cuando se inician los juicios de valor, con
una mirada en la Pedagogía Crítica Multicultural planetaria, como campo abierto
de conocimiento educativo para reafirmar la IDENTIDAD DEL SUJETO HISTÓRICO en
el presente siglo XXI globalizado.
Es pertinente mencionar el periodo de 6 a 7 años como proceso educativo particular y
universal en la humanización del sujeto que denota el tránsito de una
conciencia en sí y de sí; en la DIALÉCTICA DE LA IDENTIDAD DEL PODER POLÍTICO
de tal época histórico-social, tanto universal como particular del sujeto
educativo, esta fase de desarrollo humano en su hegemonía,
político-filosófico se caracteriza porque, el infante (totalidad política concreta) inicia a hacer
distinciones; puede distinguir lo que es la ambigüedad o la detección de
similitudes; PUEDE cuestionar el sentido de la inclusión o exclusión; PUEDE
descubrir y hacer conexiones y relaciones cada vez más profundas con oraciones
básicas de lógica política, en donde infiere ¿qué se sigue de…?, y por lo tanto
puede anticipar consecuencias de sí,
desde su concepción en sí, dentro de
la lógica del poder estatal, que en las
apariencias fantasiosas de la burguesía, se muestra como un ente eterno y
benigno, cual si fuese divino como la propiedad de medios de producción que
defiende por las ganancias que le reditúa la explotación del y la trabajadora.
Karl Marx
en su obra filosófica,[1] expresa que “…el Estado es un producto de la
división de la sociedad en clases, un instrumento de consolidación, de
mantención y reproducción de la dominación de una clase determinada. Esta es la tercera tesis central del
materialismo histórico. El Estado no es consustancial a la ‘sociedad
organizada’ o a la ‘civilización’ en el sentido amplio del término. No existió
desde siempre. No existirá siempre. El análisis de los orígenes, el desarrollo
específico y la desaparición posible del Estado es una de las principales
contribuciones del marxismo a las ciencias de la sociedad”.[2]
Por ello Marx, plantea acerca del comportamiento cultural del capital,
o lo que es lo mismo la IDEOLOGÍA
BURGUESA; que el hombre siendo la síntesis
más compleja del universo -lo que resignifica de la dialéctica hegeliana-,
no ejecuta acciones innecesarias, ni desarrolla su capacidad creativa sin que medie algo que lo
mueva, lo que hace más difícil el saber sobre sí mismo; de
manera que tiene que existir una necesidad social que lo integre a todo lo
que históricamente él ha estado generando como humanidad en sus diferencias civilizatorias y culturales, a
través del dominio, la exclusión, las formas de organización de la producción,
el consumo, la distribución y el cambio -dice Marx-.
De manera que, así como el racismo y la pertenencia en las relaciones
de poder político, social, militar, colectivo, grupal o individual de la conciencia simple en sí y de sí
meramente en su dimensión existencial nada más, hasta que el sujeto
histórico-educativo, va teniendo control de estas expresiones de su existencia
subjetiva, y se asume con toda su carga afectiva a la lucha amplia de
emancipación revolucionaria objetiva, con base en la disciplina y el
profesionalismo, teniendo claridad, de cómo
el PODER POLÍTICO puede explicar al poder
social PARA SÍ, superior al poder
existencial, al poder militar, al poder cultural o al poder educativo, entre
muchas otras expresiones del PODER humano, en su expresión más plena que es el
PODER POLÍTICO de defensa de la paz y el trabajo equitativo para la humanidad
del planeta tierra en el presente siglo XXI.
Este poder político para sí humanitario, reflejará nuestras capacidades de defensa de derechos y de principios básicos de
la humanidad entera para saber gobernarse por sí misma en unidad planetaria,
diluyendo la división de clases sociales, entre la cultura burguesa y la
cultura proletaria, que aún es la síntesis del sentido de explotación con la injusta aparición de la propiedad
privada de medios de producción, sustentada en el hurto, el asesinato y el
despojo a lo largo del proceso educativo o de deshumanización, como expresa
Freire en la Pedagogía Crítica cuando no existe diálogo alguno que medie el
respeto y el amor al prójimo.
De modo que el PODER POLÍTICO humanitario, que es el más abarcativo de
los poderes, se refería a la experiencia y a la memoria cultural
o ideológica ahí constituida
y expresada en los pensamientos, lenguajes y
formas de vida que tienen los
pueblos específicos en esta temporalidad moderna[3]
y constituyente en los entramados
críticos del materialismo histórico.
El marxismo, o en su acepción científica denominado Materialismo
Histórico Dialéctico como producto que su época propone: el proceso que
conlleva tener que hacerse un ser
humano a través de las mediaciones de
la formación cultural dominante, en la relación de libertad y de pertenencia de clase, es un largo proceso de
transformación social y particular, de acuerdo al grado de consciencia asumido
en la defensa de la tradición y la continuidad revolucionarias, en el
sentido de la interpretación burguesa, la cual “cree” que “el capital es un
elemento necesario del proceso laboral
humano en general, abstracción hecha al margen de toda forma histórica del
mismo.
“Porque la clase dominante hace
creer, que el capital es algo eterno y condicionado por la naturaleza del
trabajo humano. Igualmente se llega a la conclusión de que, como el proceso de
producción del capital es en general un proceso
de trabajo, el proceso de trabajo en
cuanto tal, es el proceso de trabajo en todas las formas sociales, por lo
que es necesariamente un proceso de
trabajo del capital”[4]; de tal manera que el sujeto histórico
asalariado, en la lógica capitalista, reduce las capacidades del trabajador,
para que supuestamente, de manera autónoma y colectiva se satisfaga y se
realice socialmente en la satisfacción de necesidades humanas básicas; pero no
es así, sino que la clase trabajadora, queda limitada en su ensimismamiento
cosificado, ya que “no es el obrero quien emplea los medios de producción, son
los medios de producción los que emplean al obrero... como esfuerzo, como gasto
de fuerza vital, el trabajo es la actividad personal del obrero. Pero en cuanto
creador de valor, implicado en el
proceso de su objetivación, el
trabajo del obrero es, apenas ingresa al proceso de producción, un modo de existencia del valor del
capital, incorporado a éste.
Esta fuerza conservadora de valor
y creadora de nuevo valor es, en
consecuencia, la fuerza del capital y ese proceso se presenta como el proceso
de autovalorización del capital o,
por mejor decir, del empobrecimiento del obrero, quien el valor creado por él
lo produce al mismo tiempo como un valor
que le es ajeno”.[5]
Por las razones
expuestas, la transgresión del orden hegemónico establecido, se enfrenta con una estrategia planeada,
acuñada en un espíritu de coraje y de
resistencia individualcolectivo (Cantón), que da cuenta de las razones
necesarias concretas en los vínculos del
poder y del abuso de poder político, por medio del LENGUAJE SIGNIFICATIVO, que implica la lógica, la razón y la eticidad del
sujeto histórico que se va acuñando, necesariamente por medio del ejemplo
cultural, siendo en sí uno y lo mismo el
sujeto y su historicidad hegemónica.
La hegemonía capitalista, pasa por distintos procesos de acercamiento del mundo real, y también de lejanía en la observación, la reflexión, la
interpretación significativa y la asunción del sujeto histórico educativo,
en la superación colectiva de esa
dificultad que conlleva implícitamente su sentido de clase de pertenencia, en
el ¿qué hacer? que siempre tiene un LÍMITE en el proceso político educativo,
que es el PODER POLÍTICO humanitario para construir y contribuir en la ley
de consulta amplia a través de esa UNIDAD, como es la asamblea familiar, escolar,
en la calle etc. etc. No importa que se comprenda la necesidad de la unidad humanitaria,
desde el arte, la familia, los medios de comunicación, la escuela, la biblia,
la poesía, el canto o demás, no somos excluyentes sino incluyentes para la
equidad y justicia social nacional e internacional planetaria, principio de la
Pedagogía Crítica Multicultural.
La UNIDAD en el
contexto posible inicia a probar sus intuiciones, de cómo se arriesga
la muerte-vida-amor revolucionario-muerte-vida…, hasta lograr un dominio
conceptual profesional del asunto; por eso es tan importante la capacidad
dialógica crítica, con base en la educación
política, religiosa, artística, corporal, auditiva o técnico-científica,
para comprender los significados más simples y a la vez los más complejos de
esa historicidad producida en tal educación política autónoma con capacidad
para GOBERNARSE por uno mismo, justo en
la lucha por la conquista del PODER POLÍTICO
humanitario, es decir, para ser reconocido como clase trabajadora, como uno más en su diferencia, sabiendo perceptiva y
conscientemente que todo tiene un costo en la lucha de la clase proletaria
en contra de la explotación con un sentido del poder político en su raíz
amorosamente solidaria que tiene que inculcarse en cualquier ámbito educativo,
como es la familia, la escuela, la iglesia, los medios de comunicación o en la
calle, lo significativo es sabernos gobernar de forma autónoma y
responsable.
“En el sentido moderno, la VIDA POLÍTICA humanista es
el escolasticismo de la vida popular. La monarquía
es la expresión perfecta de esta alienación. La república es su negación dentro de su propia esfera. Es evidente
que la constitución política como tal no es desarrollada sino allí donde las
esferas privadas han adquirido una existencia independiente. Donde el comercio
y la propiedad agraria no son libres, aún no han llegado a ser independientes,
también la constitución política no lo es. El medioevo era la democracia de la no-libertad”,[6] desde esa conciencia
en sí y de sí en las relaciones de poder es importante hoy tomar
consciencia de forma libre y responsable de nuestras capacidades humanitarias
para aprehender a ser felices y amarnos a través del ejemplo, lo cual está
construyéndose actualmente en este momento de crisis de futuro que tiene en
diabólico capitalismo, como forma de acumulación de riquezas a costa de la
explotación del hombre por el hombre, o de la mujer por la mujer, igual es el
caso.
Por eso la relación de PODER POLÍTICO humanitario es
una capacidad que se gesta, se desarrolla, madura y florece como potencialidad
integral del sujeto educativo en este
siglo XXI; que abarca todos los sentidos racionales humanos en cada momento de
su despliegue en ese tránsito en sí y de
sí, tanto físico, intelectual como moral en el contexto de la lucha de
clases que se va asumiendo por medio del ejemplo político de unidad, consciente
o intuitivo, de esas dos expresiones culturales entre dominados y dominadores,
resignificándolo en la hermenéutica analógica del ethos barroco[7] en su propio tejido
cultural.
El ethos barroco, referido al carácter del sujeto
histórico, da cuenta de sus formas de reproducción
matizadas, que abarcan distintas dimensiones del comportamiento humano
en actitudes y aptitudes concretas, de esa totalidad política allí
expresada-expresándose, desde el acto más simple hasta el más complejo entre lo
particular y lo universal acontecido en el mundo real, en esa dialecticidad histórica del hecho educativo o de humanización; hasta
comprender el sujeto educativo su temporalidad espacial política, en sus
múltiples determinaciones posibles infinitas y finitas, sucediendo estas
últimas sólo en el pensamiento humano, lo que puede tener sentido desde la Teoría
Pedagógica Crítica Planetaria.[8]
Tales
determinaciones de temporalidad espacial política en el sujeto
histórico-educativo, también responden a
un proceso evolutivo del contexto de su
totalidad orgánica concreta, con nombre
y apellidos precisos, como puntos de intersección particular y universal del
horizonte amplio de valores y de virtudes de la PRODUCCIÓN histórico social; de
tal manera que en esa síntesis del poder
hacer, poder pensar, poder luchar y poder vivir, todo ello es una vida política
con un gran arcoiris, como FORMAS DE COMUNICACIÓN HUMANA en cualquier
espacio y tiempo de la historicidad del sujeto educativo; así éste se forja desde la infancia un carácter político en la defensa de
los derechos más elementales en su UNIDAD y en su DIFERENCIA como clase
proletaria para sí, que se acuerdan a través del diálogo y de la
comunicación FRANCA Y ABIERTAS cara a cara internacional, por medio de un
proceso educativo político muy sensible y respetuoso, honesto, solidario y de
gran fraternidad humanitaria.
Este gran
proceso educativo que está en ciernes aún, pero del cual se habla cada vez más
es necesariamente afectivo y comunitario, es decir se funda en una conciencia en sí y de sí humanizada y humanizándose en
la dialéctica de la identidad del poder político en la lucha de clases, hasta
constituirse en una consciencia para sí revolucionaria para la UNIDAD de
la paz y la felicidad nacional e internacional, con un trabajo productivo y
equitativo, en donde el paraíso en términos simbólicos, equivale a
terminar con la PROPIEDAD PRIVADA DE MEDIOS DE PRODUCCIÓN, CON LA EXPLOTACIÓN
DEL HOMBRE POR EL HOMBRE y con LA LUCHA DE CLASES, porque las clases sociales
ya no existirían, desde este poder político emancipatorio, del que da cuenta la
lucha de clases histórica para enfrentar nuevas contradicciones, pero ya no las
que causa la EXPLOTACIÓN del sistema capitalista depredador.
En este sentido sobre las premisas de la dialéctica del PODER POLÍTICO humanitaria en la
lucha de clases entre el amo y el esclavo, concluimos que este sentimiento de
desigualdad se va encarnado en el sujeto en sí, en ese tránsito a saber de
sí en su inmediatez existencial, pero se diluye como un momento preciso del despliegue
de su propia historicidad social, en esa
existencia de la propiedad privada de
medios de producción del contexto histórico-social, lo cual se capta con
valores confusos de pertenencia de clase entre propietarios y desposeídos, a
pesar de que el origen de la propiedad privada data, desde el
tránsito de finales de la comunidad primitiva, por eso
fue necesario el surgimiento del Estado
Esclavista, aproximadamente en el año 3,000 antes de esta era como es registrado
por los historiadores.
Sin embargo, el sujeto histórico en general, no tiene consciencia de cómo afectó la existencia de la PROPIEDAD PRIVADA en las relaciones de
poder político y de abuso de poder político entre dominados y dominadores, pero
tampoco le interesa en la educación enajenante hegemónica saberlo;
desconociendo que la existencia de la propiedad privada, se funda injustamente
en el despojo y en la violencia con temporalidades diversas en el mundo, por eso esta propiedad privada de
medios de producción en la identidad del poder político humanista, tiene que
ser abolida, para destruir la violencia, la explotación, la corrupción, la
discriminación, el prejuicio y el dogmatismo que caracteriza a la fase
capitalista de producción, síntesis de todas las formas de injusticia social
anteriores.
Dicha fase de la historicidad esclavista/capitalista
en las relaciones de producción, representa la primera y quizá última forma de
explotación y de despojo del hombre por el hombre, a través de la VIOLENCIA RADICAL, es decir, por medio del
hurto, el exterminio, el asesinato y la rapiña para acaparar la propiedad
de lo producido y, que hoy en día lo
ocupan las drogas y las armas para las guerras y los pretextos de despojo para
atropellar con los golpes blandos contra la soberanía de las naciones que están
según Trump, en su patio trasero, cuál, sí ese, el del gobierno de los Estados
Unidos; así toda producción humana se revierte al beneficio social, que vuelve
a servir como medio de producción al poseedor de dichos medios monopolistas
imperiales, usurpando así su trabajo a las poblaciones a la luz de todas las miradas hoy
en día con gran impunidad, como crímenes de lesa humanidad que las mayorías aún
no tienen consciencia de ello.
Hoy se exalta
esta violencia acumulada, para no
confundir el fenómeno con su esencia; para reconocer en términos
educativos, cómo esta relación infernal se va acuñando en el cuerpo del sujeto
desde el tránsito del sujeto en sí, al sentirse sujetado por las cosas que le
dan sentido de sí ególatra o egoísta, en las dimensiones de conocimiento del
proceso educativo, entiéndase, en la construcción social de valores humanos que
aún no tienen forma de sostenerse.
En este sentido,
véase cómo la relación de producción con tales realidades de crueldad, se capta por todos los sentidos desde los
primeros años de infancia en la constitución psíquica-afectiva del sujeto, lo
cual es una condición material objetiva en la sociedad, por eso es importante
tener una mirada pedagógica sobre ello, en el contexto constitutivo de la
identidad del sujeto en el horizonte de la
lucha de clases para impulsar al sujeto a saber gobernarse con base en
una consciencia de orgullo prole para
sí, que lo hará madurar como un sujeto con PODER POLÍTICO HUMANITARIO,
éste es el que hoy en día necesitamos como ciudadanos del mundo. Por ello el
nuevo presidente electo en México anuncia cómo empezar una cuarta transformación:
con la separación del PODER POLÍTICO con respecto al PODER ECONÓMICO y el PODER
POPULAR. Habrá que ir construyéndolo entre todos y todas.
“La separación de los medios de producción del
productor transforma su trabajo en trabajo asalariado, y a la inversa: el
capital variable presupone al constante; la fuerza de trabajo como mercancía
indica que su dueño ‘ha sido liberado’ de los medios de producción y que estos
últimos han sido monopolizados por los compradores de esta fuerza de trabajo”.[9]
De modo que las
relaciones de poder político del capital
variable, ahí invertido por el
empresario monopolista, que es este capital
acumulado en sí, la fuerza del trabajador directo que se relaciona
afectivamente, con su historicidad existencial en sí y de sí, pero en la existencia más primitiva del ser, que por
supuesto, el sujeto percibe, pero no lo puede explicar con conceptos que correspondan con
la realidad concreta, en su dimensión de clase trabajadora sino que se
fijan como traumas, miedos y frustraciones, principalmente por medio del entorno familiar y social más amplio;
comportamiento humano-inhumano implícito en su historicidad dialéctica, pero
que no se hace explícito en el proceso
de humanización o educativo con un método científico crítico y con un
seguimiento disciplinado para que las sociedades y los pueblos organizados
aprehendan a gobernarse y a producir lo que se comen, sin tener que vender su
alma al diablo monopolista, es decir, el
capital.
De tal suerte que esta historicidad en sí y de sí en el sujeto, se encuentra
en conjunto con el capital constante que es la inversión en maquinaria o
infraestructura necesaria, -producidos tales instrumentos de trabajo, también
históricamente por el propio trabajador(a), pero estos instrumentos les son
ajenos-; de manera que todo el proceso de trabajo o educativo individualcolectivo (Cantón) tiene que
ver con la lucha de clases, desde la existencia de la propiedad privada de medios de
trabajo o de producción de dicho proceso educativo, que no es lo mismo
que la propiedad común o personal más
cercana del sujeto, por lo que su trabajo ya enajenado, se vuelve un
comportamiento mecánico de asociaciones análogas simples, desde la concepción hegemónica del abuso de poder
político.
Las formas de explotación y humillación, van encajando en la ESTRUCTURA SUBJETIVA y OBJETIVA de la mentalidad y
COMPORTAMIENTO social del sujeto educativo en sus RELACIONES DE PODER POLÍTICO
humanistas e inhumanamente indiferentes, que se complican y se mezclan
subjetivamente con la sensiblería burguesa en la intersubjetividad proletaria,
impidiendo o dificultando su propio proceso de emancipación histórico-social,
de forma organizada, en la expresión de la cultura proletaria multicultural que día a día se está
construyendo en el mundo, dado el grado de degradación, violencia e injusticia
cotidiana en el sentido físico, ético-moral y espiritual; porque el sistema
capitalista de explotación ya no tiene futuro, habrá que reflexionarlo con
bolitas y palitos desde el jardín de infancia.
Por ello
el presidente Nicolás Maduro de Venezuela hoy opina que:
“El
Mediterráneo se convirtió en una inmensa región de necesidad, de crisis, que no
van a poder parar hasta que no se priorice la inversión en educación, en salud,
en trabajo, en vivienda y en vida para los pueblos...
El mandatario subrayó
que para superar una crisis humanitaria migratoria, es necesario que se respete la soberanía de
los pueblos del mundo...
En cuanto a la caravana de
migrantes hondureños que van hacia EE.UU., el
presidente Maduro indicó que esas personas van en búsqueda de una
esperanza y acotó que la crisis en Honduras comenzó cuando en 2009 hubo un
golpe de Estado contra el jefe de Estado Manuel Zelaya….
Desde ese momento comenzó
un proceso de crisis de descomposición en Honduras y ahí vemos miles de hondureños
con su familia caminando kilómetros y kilómetros para buscar alguna esperanza
de vida en EE.UU.", cuestionó.
[2]Vid. Mandel, Ernest. El lugar del marxismo en la historia. Ediciones y Distribuciones Hispánicas, S.A. de
C.V., México 1986. P. 20.
[3]
Obsérvese que la obra político-filosófica de Karl Marx “fue un trabajo
meticuloso en extremo. No fue el resultado de haber leído dos o tres libros.
Haberse topado con una inspiradora idea y haber salido ante el mundo ufano de
haber creado un novedoso sistema de transformación social. La cimentación que
emprendió Marx tardó décadas. Cualquiera que abra un tomo de El Capital se dará cuenta de la magnitud
de la labor, la cantidad de obras y escritos consultados muestran que no se
dejó ningún detalle a la especulación. Desde obras clásicas de los autores
griegos, pasando por los principales representantes del socialismo utópico
fancés; de la filosofía clásica alemana; de la Economía Política Clásica
inglesa, hasta los últimos informes de la Banca Británica. La búsqueda, pues
fue exhaustiva”. Vid. Valqui Cahi
Camilo (Coord.) El pensamiento de Marx en
los umbrales del siglo XXI. Ed. Comuna, Universidad Autónoma de Guerrero.
México 1995. P. 246.
[4] Consúltese. Marx, Karl. El capital. Libro I capítulo VI (inédito). Ed.
Siglo XXI, México 1983. P. 10.
[5] Cfr. Marx, Karl. El capital. Libro I capítulo VI (inédito). Ed. Siglo XXI, México
1983. Pp. 17 y 18. Apud. “El obrero
se empobrece tanto más, cuanto más riqueza produce... Con la valorización del mundo de las cosas aumenta,
en relación directa la desvalorización
del mundo de los hombres... El objeto producido por el trabajo, su producto, se
le enfrenta como un ser ajeno, como
un poder independiente respecto del
productor” (Ökonomisch-philosophischen
Manuskripte, en K. Marx. F. Engels. Kleine (jkonomische Schriften, Dietz Verlag, Berlín, 1955. P. 98).
[7] Vid. Blanco Beledo, Ricardo. Hermenéutica analógica y cultura contemporánea.
Editorial Torres Asociados, México 2009. “La cultura entendida como un proceso
de eticidad implica -dice Hegel- que el movimiento de ‘el espíritu tiene que
progresar hasta la conciencia de lo que es de un modo inmediato, tiene que
superar la bella vida ética y alcanzar, a través de una serie de figuras, el
saber de sí mismo. Pero estas figuras
se diferencian de las anteriores por el hecho de que son los espíritus reales (reale), auténticas realidades, y en vez
de ser solamente figuras de la conciencia, son figuras de un mundo’ Apud. en Hegel, G.W.F. Fenomenología del espíritu. Ed. FCE,
México 1993. Tr. Wenceslao Roces, P. 96. En el ensayo: Hermenéutica, Ethos Barroco y
Educación. Sandra Cantoral Uriza. P. 173.
[8] Max Horkheimer, emplea y elabora la formulación de la teoría crítica, para representar a la
principal teoría de la Escuela de Frankfurt, posterior a la primera guerra
mundial, en donde se recuperan varias interpretaciones y reinterpretaciones del
marxismo, lo que implica un cambio histórico-social para la sociología del
conocimiento, al realizar una crítica severa a la razón instrumental ilustrada.
[9] Vid. Rozemberg D.I. El capital de Carlos Marx, comentarios al 1er. tomo. Ed. Cultura
Popular, México 1979. P. 169.