Consideremos
a la poesía como el proceso creativo que acrecienta la sensibilidad artística,
vibrando el espíritu y produciendo lo que más ama, la vida, que es la
conciencia que se tiene de ella. Conciencia que se traduce en acción; esta es
la poesía.
Fausto Trejo
La importancia del reconocimiento.
Es indispensable una educación política comunitaria fundada en
valores humanos a través de una sonrisa, entendiendo la participación de
políticas públicas por medio del diálogo
de asamblea abierta y consensada en cada comunidad socio-cultural planetaria,
igual de válido es el silencio creando las condiciones
objetivas/subjetivas en la formación de valores que crecen con el
ejemplo sensible; iniciemos desde nuestra pequeña calle-mundo, para que pueda
haber justicia y derechos humanos con autonomía, autogestión y formas internas
de gobernarnos entre los más, dentro de las pequeñas y las grandes comunidades
internacionales, construyendo nuestra propia autonomía en múltiples
reconocimientos de pertenencia unitaria que nutra día a día nuestros cuerpos
solidarios -sabiendo bien que no existe modelo alguno, ni absolutos de forma
inmediata, sino sólo nuestra propia utopía a realizar durante un proceso de
vida/muerte- para enfrentar a todo tipo de relación perversa y
enfermiza.
Es justo en la práctica concreta, en donde a
pesar de ser tan distintos los seres humanos desde nuestros pensamientos
sensibles, es posible darnos cuenta de
que a la vez somos lo mismo, sobrevivientes de este planeta, esa es la esencia de nuestra dialéctica humana sintiente
y/o necesitada de cariño y calidad humana, dado que este síntoma en
potencia se encuentra en la epidermis de nuestra piel hermanada, todo es lograr
abrir esas fibras humanas para que cada personaje sepa nombrar lo que necesita por
sí mismo, y así incluirnos cada vez más y más en amplio, haciéndolo cada
uno y a la vez todos y todas, o algunos
al menos, e ir haciéndolo a través de las necesidades vitales y conscientes
entre nuestras comunidades cotidianas, las cuales no tienen que ver
precisamente con la inmediatez, sino con aquellas que nos identifican en la lucha social educativa planetaria,
cual si fueran fuerzas centrífugas y centrípetas en una crítica al capitalismo
internacional, relacionando la producción
y la sociedad, para transformar nuestras actitudes con nuevas fibras
humanizadas vinculantes de educación y cultura en términos de utopía.
Sabemos por tanto,
que sigue pendiente en el acto de
educarnos, el construir Otras instancias internacionales diversas, principalmente
de derechos humanos constitucionales, con las que iremos abriendo camino al
andar para que no volvamos a pisar los mismos errores -como dice esta sabia
canción-; porque mucho ya se ha logrado en la lucha social, sin embargo no hay
un balance concreto de cuánto nos falta en relación con el contexto de debacle
por el calentamiento global; tendremos que descubrir por tanto ‘lo humano desde
cada movimiento concreto’ de estas luchas históricas con justicia social, para
continuar construyendo el cosmopolitismo
popular, que aún está en ciernes en nuestro proceso educativo mexicano.
“Sembrando
dignidad”.
(FPDT).
El sentido popular
del mundo globalizado, si bien nos hace sentir fragmentados, también nos brinda
la oportunidad de sabernos integrales, y colmados de dudas para volver a ser
creativos, vitales, emotivos e imaginativos en términos científicamente humanos,
es decir, en conjunto con las disciplinas artísticas que formen seres humanos
en plenitud, al hacer algo de lo que te gusta, que nos gusta, es decir estar en el contexto/texto/pretexto con
calidad humana, a pesar de la circunstancia vivida, enfatizando a cada paso dado, en lo que Marx nos aclaró: “No hay salario justo, porque la misma
relación entre el trabajo y el capital es injusta”.
Sin embargo tenemos que enfrentar esa injusta realidad entre el
imperio del capital y los lazos fraternos de humanidad humilde y sensible todos
los días de nuestra vida-muerte, en una supervivencia
de límite, entiéndase, en la negación del otro Yo, y de esa
forma ambos nos negamos, lo que refuerza la alienación entre la
ternura y el imperio del capital en este acto de educarnos para hacer valer el
derecho al amor humano, que al parecer es
lo único nuestro; habrá que reflexionar por tanto sobre esta dialéctica,
atravesando Otros conceptos, para lograr
una posible superación en la toma de consciencia social y de decisiones vitales,
en esta tan deseada transformación
liberadora de nuestra psiquie enferma.
Requerimos de Otra
consciencia social, nosótrica, que
sea creativa del proceso educativo de liberación, justo en el sentido de la
educación de los sentimientos racionales,
para afirmar la vida humana,
poniéndonos en el lugar de los pobres hasta lograr hacer un análisis conscienzudo
sobre la patología del Estado capitalista depredador; sin afirmar o negar en sí nada, sino con un método abierto en
evidencias documentadas y dialógicos, para
poder dudar, y de ahí razonar
sintiendo, ya que somos nosotros mismos
con diversas sabidurías y formas de indignación en un cúmulo de pertenencias y de
reconocimientos nosótricos, quienes
decidamos molestarnos por la doble moral, pero igual agradecer y/o reconocer a los que se ponen al
servicio de los demás, ubicándolos entre
el placer y la subversión de esa autonomía solidaria que va floreciendo en sus
entrañas dialécticas de forma globalizada, algo muy complejo en la revoltura,
porque el hartazgo de la indignación frente a tanta injusticia, sí se contagia.
Nos queda clara la necesidad de sentirnos productos y
productores de nuestra cultura desde la era precolombina en nuestra naturaleza
en donde las mayorías son líderes
sociales, que no están esperando el llamado de sus divinidades artificiales,
sino que han aprehendido de nuestras identidades reales, que tienen que ser protegidas: el
planeta tierra en el universo, junto al
sol, la luna o los astros, que son la expresión más espiritual de la cultura
mestiza porque nos dan vida y equilibrio en esta identidad de nuestra naturaleza cultivada, en una lucha contra el
desperdicio de alimentos y la contaminación ambiental, procurando el disfrute
consciente de los más, por lo que es necesario organizarnos en un gran cambio
desde las estructuras cognitivas, afectivas y/o económico-sociales, en este
reciclaje de nuestro propio trabajo para reconocernos en una nueva vida con
creatividad politizada uniéndonos con las
víctimas de otros continentes, lucha de resistencia y pugnando por el tiempo
libre que nos permita meditar cómo liberarnos de egos, sino en un mundo
terrestre de ternura, de quiénes aprehender más sobre esta actitud.
Nos preguntamos de
aquello que es verdaderamente significativo en nuestras existencias para
conocer el equilibrio que aún guardamos con las deidades, que aún siente el
pueblo, al ser conocedor social de las diferencias históricas sin purezas, sólo
como una posibilidad de raíz cultural y de unidad humana de esos espacios de
vida-muerte en la entrega de un
conocimiento dialéctico hasta superar
las enfermedades sociales, más graves en la ignorancia, la enfermedad, la
degradación, el analfabetismo y la carencia, por medio de una educación integral acuñada en la confianza, en la ternura y en la
sonrisa, fundadas estas expresiones de capacidad humana que nos unifica en
la solidaridad nuestra que alivia, en un
horizonte de valores lúdicamente humanos -mostrados con el ejemplo-, para
enfrentar la fuerte incomunicación de arrogancias y de carencia de humildad,
entre los jóvenes principalmente, por
falta de conocimiento, experiencia e intuición sobre el monstruo de mil cabezas
que es el imperio del capital, al
irse ajustando las condiciones objetivas y subjetivas para un movimiento de
unidad más profundo, quizá en Otra construcción socialista/comunitaria,
sólo falta negar la lógica del capital imperialista.
Sin embargo entre los
adultos puede ser usual la doble moral en la confusión de lo que es justo y lo
que no, en términos de desigualdad social, es decir, que la médula del asunto
radica en la ausencia plena de consciencia social, por lo que puede estarse
viviendo de forma generalizada, entre
nuestras actuales generaciones, que ya no leen
con profundidad, existiendo gran ignorancia y falta de inteligencia aguda problematizadora, de probada sabiduría y
coherencia, que nos viene de la virtud de la lengua indígena, y que ya no se
apropia ni en las universidades como algo común y cotidiano en nuestros
programas de estudio, para ejercer la unidad nosótrica y el aprehendizaje autogestivo
al reconocernos libres, soberanos, autosuficientes y seguros de nosotros mismos,
eso no existe porque no se tiene sentido
sobre el texto de cada uno de nuestros
contextos, que nos resulte significativo.
Lo importante a
criticarnos es que estamos perdiendo importancia como personas, como sujetos,
como si fuera una pandemia en casi todas
partes y latitudes mundiales, inmersos en una competitividad y producción
enloquecida, encontrándose algunas excepciones por supuesto; por tanto
tenemos que reconocer que de los 890
millones de personas que habitamos el mundo, sólo una minoría lo controla
al tono de su propia ganancia capitalista, por ello reflexionamos sobre la
unidad de nuestras necesidades humanas con derecho a la libertad de nombrarnos
y de escuchar nuestros argumentos desde nuestras diversas lenguas, por ejemplo
náhuatl, zental, maya etc., que han sido desdeñadas por la lógica del capital
depredador de vida.
Ignoramos por ejemplo
que nuestra tierra, Tonantzin, carece
aún de una consciencia ambiental y cultural que nos unifique para tener voz y
voto en Congresos humanos internacionales, haciendo
convenios de donación y creatividad para un verdadero bien común, de manera
significativa para todos nosotros, tendríamos que iniciar a pronunciarlo desde los parlamentos con energía, además de
todas las instancias de formación humana, pensándolo en el sentido de la
cultura y la comunicación dialógica -aunque
siga siendo como un gran delito intentarlo, en la voz de los medios de
comunicación derechizados-, pues los procesos dialécticos abarcan lo más
simple y complejo en la constitución del sujeto, equivalente a la riqueza o
pobreza de su Constitución Política en la defensa de sus derechos humanos, habrá que construir nuestros propios medios
masivos de comunicaciones, locales, nacional e internacionales, bien
argumentados y fortalecidos en contra del imperio del capital, hoy día este
reconocimiento es verdaderamente lo nuestro para este siglo XXI que inicia, y
más nuestro es preguntarnos ¿cómo
lograrlo?.
Por ejemplo, en términos del método metafórico; al parecer la muerte del sujeto, no es total,
veamos el caso de Chile, o de México u
otras latitudes latinoamericanas, para intentar comprender lo antes dicho con ejemplos emblemáticos; así vemos que no es
generalizado mantenerse despierto dicho sujeto, es decir, sostenerse interesadamente alerta frente al cúmulo de injusticias;
puede suceder así frente a tanta muerte y abusos de poder, sabiendo que hoy,
reflexionar eso da flojera a los más.
Algunos piensan que
es mejor pasarla bien sin disciplinas, pues no se quiere pensar ni saber lo que
ocurre en la problemática socio-económica y político-cultural de nuestros
países en lucha permanente -o en muchas ocasiones ni tiempo tenemos para ello,
para mirar lo importante-, se prefiere no
sentirse abrumados por el esfuerzo de tener que entenderlo; eso significa no ser sujeto en el proceso educativo con compromiso
social integral, lo que denota una
crisis de orden existencial individualista,
aunque siempre existe el asombro sobre generaciones inesperadas que no hemos
observado bien, por ello el conocimiento
de construcción social parece un desafío,
pues como dice Gandhi: Cuando una ley es
injusta lo correcto es desobedecer.
Se tiene que hacer un
esfuerzo en la reconstrucción del sujeto integral -plantea Zemelman- y se hace
cuando tiene sentido hacerlo, de ahí lo posible; de manera que se trata, de
lograr escribir textos/contextos lúdicos, que tocan el filo de lo artístico,
para que la gente los lea a través del
chiste, el lapsus, el sueño inconsciente y en la reproducción de la vida
cotidiana, en donde se vaya abriendo un espacio amoroso, ello es una
exigencia de humanización, para superar
la sumisión, fortaleciendo el
sentido de apropiarse como sujetos vivos, recuperando así el conocimiento
para mejorar nuestra condición de seres vitales en este planeta tierra, para
ser más comprometidos y hacerlo de forma ingeniosa y consciente sobre ese nuestro
sentido de vida/muerte, sin poder dejar de sentir a la vez angustia por la pregunta que interroga
por el ser: ¿quién soy yo?, -que
plantea el Quijote de Cervantes- desde la
dictadura de la orden, que es una representación de trauma histórico y/o de prepotencia
y exterminio humano sin límite, que nos lleva a preguntarnos ¿hacia dónde voy, qué quiero y con quiénes
quiero convivir entrañablemente?.
Reconozco obviamente
que lo más importante es saber quién quiero ser -Miguel de Unamuno-,
de ahí toda una tipología del sujeto inmerso en el discurso del éxito, sin
saber leer la realidad, sin saber qué leer de mí, desde donde se nos está
imponiendo un futuro que nos es ajeno; sin ver que lo
impuesto es el desempleo y/o la sobre-explotación, quedándonos sin
opciones, en medio de la delincuencia organizada, marginado, con muchos
cánceres de raíz emocional y de rabias contenidas, sin superar esas
frustraciones, como psicosomatizaciones
para lograr asumirnos en ese hoyo de obscuridades, porque no se tiene necesidad
ni interés, sobre ¿cuál es el sentido de
conocer?.
Al sentirnos
cotidianamente negados por el contexto del capital, como si en el acto de educarnos estuviéramos viviendo una carencia de
pertenencia, de ese algo colectivo e intuitivo -que no alcanzamos a descifrar
con sentido histórico-, pero sin proyecto de grandes utopías, de proyectos de
sociedad, de participación sabiéndonos gobernar; por lo que hoy algunos jóvenes
sienten una gran soledad: aislados, sin referentes colectivos, y ahí se dejan
atrapar por el desaliento de esa atomización social e individualización
exagerada, en ese terreno sinuoso de la
mercantilización subjetiva del anonimato, con procesos de imposición, y de auto-negación de uno mismo por uno mismo (auto-desprecio contradictoriamente a la par se vive egolatría y
machismo en nuestras actitudes),
pasando a ser un objeto en pasividad e injusticia, de ilegitimidad, con falta
de solidaridad y de acompañamiento afectivo comunitario que apueste al cambio
social posible en este universo de contradicciones infinitas/finitas.
Porque no existe interés en construir conocimiento
socialmente crítico, sólo se repite lo estudiado con otros datos como en un
cúmulo de informaciones sin sentido, sin saber qué hacer con esa información de
forma creativa y consciente, pues ésta ya está puesta en la Internet para todo
el público; porque pareciera que todo está resuelto y que ya no existen preguntas, ni
dudas dentro del modelo a seguir: el espectro del capital en donde lo no resuelto, parece irresoluble; como
sucede en la búsqueda de los más pobres, para encontrar respuestas de lo que
pasa con su propio sentido de vida
social, desde lenguajes distintos; por ejemplo en otras latitudes como son
los estudiantes de Chile o de Colombia
referidos, ahí se han creado nuevos
mensajes y consignas sociales a través del
tipo de música, o diciendo simplemente: ¡apaga
la televisión y enciende la mente!; o ‘me
cansé de vivir’, lo que es una eclosión social desde las representaciones
de su propio pensamiento y discurso juvenil.
También hoy podemos
valorar Otros esfuerzos reales de
pequeños grupos o comunidades que van dando luz en este caminar de los grandes
sentimientos y emociones humanas, podemos
saber, por ejemplo de Lenin, en rapp, con el tipo, ritmo y letra de
esa música, así se está llegando a una verdadera educación de masas[1]. Vemos cómo la creatividad
de estas comunidades de artistas, que sin
ser empresarios precisamente, están
dentro de un capitalismo globalizado, pero también comprenden que todo lo sólido se diluye en el aire -Marx-, de
tal forma van creando un círculo de
valores en contra de las trasnacionales multiglobalizadas. Mi pregunta en
consecuencia, es ¿cómo hacerlo creativo
en esta cadena de valores, en donde hoy,
el capital circula en computadora, y ya no se sabe bien a bien en dónde está?,
vivimos en una bursatilización del capital, enfrentados a tener que saber leer al poder del Estado capitalista salvajemente violento, y no
acabamos de comprenderlo, no sólo como
proyección psicológica sino tampoco socialmente, y tenemos que enfrentarnos
con la realidad histórica para traspasar
los límites de nuestros conocimientos, repensando los fenómenos de las ciencias
sociales de forma interdisciplinar, incluyendo a las ciencias exactas y por
supuesto al sentido común de los más.
Tengamos presente que
la realidad vigente nos está obligando,
cosa que no se resuelve nada más con la teoría
por supuesto, a diseñar políticas alternativas,
que aún no existen en forma, contenido y
significación generalizada, frente a nuestras actitudes de egoísmo y/o narcisismo patriarcal; no existe
tampoco en la búsqueda de respuestas a todo aquello que nos pasa, expresándonos
hoy a través de lenguajes distintos, entre poetas, literatos y/o músicos,
inmersos en un mercado, cultura y sistema global heterogéneo, en lo heredado y
en lo porvenir, somos el entreverado más
complejo de toda la historia de la humanidad, por ello es una época maravillosa
de búsqueda en la construcción social del conocimiento emancipador, de ahí
la grandeza de los retos que esperamos asumir y que ya estamos enfrentando
entre algunas comunidades con directriz humanitaria.
Valoramos para el
acto de educarnos entre y con esas
pequeñas comunidades nuestros derechos
humanos que siguen resonando en nuestras consciencias, y que nos identifican, ahí
en donde pertenecemos y somos reconocidos, en donde nos permitimos expresarnos
libremente, con nuestros propios sentimientos humanos, comprendiéndolo desde
nuestros orígenes y/o autenticidad, así valoramos que la llamada clase política tan mentada y quizá
temida, significa solamente la
administradora del abuso de poder del
capital monopolista, que compromete en sí a toda la humanidad.
Con la humanidad, en
un proceso de deshumanización, hemos
sido manipulados apareciendo como sus cómplices silenciosos, de esta acumulación financiera planetaria, como
sucede por ejemplo, con la alta burguesía indígena en Bolivia, desde esa acumulación originaria
de capital regional, en donde la política se reduce a administrar lo mismo de
esos problemas endémicos que nos
acogen, a saber: el hambre, la
desigualdad y la pobreza en el sentido económico y cultural simbólico desde
criterios perversos, y todo ello lo padecemos, porque hemos sido torpes en el ejercicio del poder central entre oprimidos y opresores; por lo que hoy Otro
proceso educativo o de humanización exige, que tendremos que hacernos muchas preguntas al respecto sobre
las diversas épocas recorridas, que han atravesado el racismo, el nacionalismo,
el fascismo, el imperialismo[2], la estructura patriarcal
machista y el exterminio humano.
Pienso, luego estorbo. Pienso, luego me indigno. Lo que
convocan los movimientos sociales no son: “Error de sistema. Reinicie, por
favor”. “Ni cara A, ni cara B, queremos cambiar de disco”. “Esto no es una
cuestión de izquierda contra derechas, es de los de abajo contra los de
arriba”.
En este sentido es claro que nos falta investigar desde
la propia práctica el concepto de poder del Estado, pues todos y todas
somos parte de él -plantean Zemelman y
Gramsci-; por lo que requerimos de un cambio que sea posible sostener en contra
del régimen capitalista de explotación; además de que es necesario construir
al sujeto desde cada proyecto de sociedad particular, llevándolo a la
práctica comunitaria, en donde no sólo se requiere de estudio teórico,
socio-económico, geopolítico/militar y de sensibilidad amorosa en torno a la
vida y a la comprensión de las múltiples diferencias planetarias.
Pensamos que para
lograr una posible unidad emancipadora
revolucionaria, sin volver a caer en más exclusiones ni jerarquías que
imponen la violencia y el exterminio de la guerra, financiada por el gran
capital desde ese poder nacional, local e internacional, la pregunta es ¿cómo
saber valorar la teoría para que no se vuelva sólo información de mercadotecnia?; pues es vital matizar el estudio de los procesos
sociales desde nuestras representaciones visuales y/o escritas en la multiplicidad de posibilidades
en construcción, partiendo del sentido común protegido, cual si
fuera éste un método sugerente y necesario que puede atravesar preguntas humanas, cruzando los cuerpos,
enseñándonos a pensar con altos grados de sabiduría analógica, construyendo propuestas creativas, profundas y
entusiastamente lúdicas y sorpresivas, que partan y sirvan para resolver realidades concretas; ello puede suceder cuando
el sujeto ha cobrado seguridad consciente de su comunidad de
pertenencia y reconocimiento en donde está siendo íntegro, feliz, justo y
libre, es decir educado políticamente.
En ese ámbito de ternura que implica
solidaridad, acompañamiento, respeto y autonomía con la madurez del ejemplo, se va sembrando transparencia en este
proceso de educarnos a través del
diálogo abierto y agudo con preguntas que interrogan por el ser sin caer en
explicaciones monolíticas, absolutas o reduccionistas, sino abriéndolo en
asamblea de diversas voces-; porque lo más importante es que tanto el sujeto y
su creatividad no sean nuevamente utilizadas
por la funcionalidad mercantil de compra-venta jerárquica en ese estatus social en
el úsese y tírese de la soledad con odio inhumano, sin haber aprehendido a gobernarnos, es decir, volviendo a
repetir el patrón a imagen y semejanza
de la lógica que nos impone invasoramente
la acumulación de capital a costa de
nuestra ignorancia, desinformación y pérdida de sentido, cayendo en la sumisión.
En dicho proceso
educativo de humanización, tendremos que darnos cuenta de que somos capaces de
pensar con nuestra propia cabeza y de trabajar lo necesario en términos
artísticos, creativos y lúdicos en comunidades cercanas, para cobijarnos con
esa tranquilidad, satisfacción y felicidad construida para las mayorías desde
el cuidado de nuestros derechos humanos en pequeñas comunidades concretas; todo consiste en
que lo podamos nombrar, actuar y reconocer en equidad con condiciones objetivas/subjetivas de vida/muerte.
Sin embargo a la par
de crear las condiciones necesarias, tendremos que discutir en voz alta este
problema sistémico de impunidad, corrupción y abuso de poder estatal
recorrido a lo largo y ancho del desarrollo de la humanidad y en sus grandes
abismos de vacío y de soledad, que se
impusieron desde el régimen esclavista hasta el fascismo actual, para
ubicar hoy en día las actitudes y/o
comportamientos entre opresores y oprimidos en su dimensión planetaria, cual si
se tratara de reflexionar sobre una aguda tipología de la esclavitud moderna
en este acto de educarnos comunicándonos diálogos humanos vivos unos a otros,
mediados por el mundo -expone la Pedagogía de Paulo Freire- y de manera pública,
intentando asambleas comunitarias, para irnos ensayando en ello, pues lo único
importante si logramos autogobernarnos,
es cultivar nuestras emociones
controlándolas por sobre la violencia ejercida de la oligarquía financiera y
empresarial, ya que el arte de
humanizarnos no es sólo para ser artistas, sino para sacudir nuestras consciencias.
Cuando reflexionamos
sobre reconocernos en lo nuestro a través
de la historia vivida, ello comprende un acto humano sumamente sensible,
porque inicia en saber socialmente
que lo único que nos pertenece como seres humanos son nuestras emociones en una
multiplicidad de formas de libertad
para expresarnos, ahí se denota nuestra lengua de identidad que nos nombra con
base en esa expresión liberadora, en
cuanto a todo aquello que resulte injusto en el buen juicio de la experiencia
recorrida históricamente.
El acontecer
histórico del capital conlleva Otro nacimiento, desarrollo y muerte, en
periodos espacio temporales cada vez más cercanos a nuestros principios/fines
comunitarios, porque nuestras emociones son generadas en un proceso de
vida/muerte a través de una historia
colectiva que cada época ha
acuñado, con su mentalidad,
contradicciones, faltas, carencias, creatividad y producción social, pero nos falta proteger nuestra historia con
ternura, porque ésta ya es una lucha
social universal que nos está desgarrando con el asesinato, o la desaparición forzada, entre otros crímenes; algún día la venta de armas, se considerará
también un crimen de lesa humanidad; sin embargo, hoy todo se justifica en favor de la ganancia
capitalista con el nombre de
libertad y democracia, y no de hermandad, unidad y progreso popular,
cual si fuera la existencia del capital algo divino, al hacerse una y mil veces
más, propiedad privada de medios de producción.
Estos espacios de
tiempo espacial están insertos en todo aquello que hemos compartido en dicho proceso educativo o de
humanización, viviéndolo en nuestro propio cuerpo humanizado-deshumanizado, sin
creer en los absolutos híbridos, sino valorando éticamente lo más complejo de
esa pugna interna de nuestra condición humana, lo cual significa un problema de
orden moral, al hablarnos entre todos
nosotros y nosotras, reconociéndonos como iguales, con libertad y con diferentes capacidades para compartirnos un respeto en lo posible del
límite en la división del trabajo disidente natural
y programado, es decir, desde el acuerdo consensado y solidario; hoy día
ello es lo más avanzado en la vivencia nacional, local e internacional construida,
en un todo globalizado por esa búsqueda de las comunidades autónomas, que están
en movimiento; este espacio emotivo
corresponde con el grado de consciencia
social, que se ha ido alcanzado
en cada época, con conocimientos, saberes, creencias, experiencias e
intuiciones que tocan ese espacio del
sentido artístico y/o lúdico-creativo de un ser humano común que sabe pensar y
sentir por sí mismo en torno a los ejemplos comunitarios, para poder devolver
su identidad a toda víctima para que se insubordine a la lógica de la acumulación y centralización capitalista.
[1]
La educación de masas, refiere la
necesidad de valorar el mundo real como un
todo inescindible empezando por uno mismo en su bloque de pensamiento,
desde donde pueden estudiarse las acciones concretas de transformación
histórico-política, desde sus partes más simples, pero siempre relacionadas con
esa totalidad concreta política de la historicidad recorrida; el interés de
este ensayo reflexivo sobre el diálogo en torno a nuestras emociones y
sentimientos, sabiéndolos controlar humanamente para enfrentar el odio del
fascismo capitalista de forma activa, lo que nos ubica en una pedagogía de poder
político en la lucha de clases según nuestros derechos humanos, para incidir
justo en esta concepción metodológica, y contribuir a desmitificar el patrón
ideológico institucional del “orden y el progreso democrático de reproducción
ideológica capitalista” pues en las
relaciones del imperio del capital, vemos cómo el fascismo encubre a las
grandes potencias del poder económico-político, haciéndole nosotros el trabajo
sucio los países que componen ‘su patio trasero’ como es México en la lógica de
acumulación capitalista, la que se va heredando desde la dominación hegemónica del capital. De modo tal que es
importante reflexionar para concebir activamente en la educación de masas, la necesidad vital de tener consciencia de
nuestros actos, porque “Las masas
populares han aprendido de sus derrotas
parciales en estos años, así como de sus triunfos y de las distintas formas
de organización, así han surgido la Promotora por la Unidad Nacional Contra el
Neoliberalismo; el Frente Sindical Campesino Indígena Social y Popular y los
Diálogos Nacionales; así ha surgido La Otra Campaña y la Convención Nacional
Democrática …, como respuestas necesarias de los trabajadores del campo y la
ciudad con el Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra (FPDT) o en su momento
la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO) o la Coordinadora Nacional
de Trabajadores de la Educación (CNTE), todas enfrentando al capitalismo, al
imperialismo y al neoliberalismo <…>. En México la lucha de clases y el movimiento de masas se han expresado
de diversas formas, por un lado, la necesidad de la burguesía de acumular la
mayor cantidad de capitales que le permitan competir y luchar contra otros
grupos oligárquicos y monopólicos en el mundo. Por otro lado, la vida cotidiana
de miseria de los trabajadores asalariados, el abaratamiento de la fuerza de
trabajo que se expresa en los salarios de hambre, la necesidad de los
trabajadores de defender lo poco que les queda en cuanto a derechos sociales y
laborales, la vivienda, la salud, las masas populares se ven orilladas a
resolver sus problemas económicos migrando, o recurriendo al trabajo informal
<…> … Peña Nieto y la oligarquía intentarán resistir con las fuerzas de
la represión, por ello es importante coordinar todos los esfuerzos, con la
organización férrea de los de abajo en sus comités de fábrica, de defensa
proletaria, de barrio, en consejos generales de representantes, en el ejido, en
la escuela, la calle, la comunidad, etc. … es
necesario… Constituir el Consejo Nacional de Huelga en el que trabajen todos
los referentes de lucha nacional, estatal, regional y sectorial, consolidar
este proceso organizativo en frente único
y/o nacional unitario de los
explotados contra el capital, para las batallas posteriores; esas son las
tareas del periodo actual” Vid.
Revista Revolución. Cuestiones de la lucha de clases. Editorial Partido
Comunista de México (marxista-leninista). Año 1 No. 2, abril-junio, 2007. Pp.
37-38. Porque de lo que trata el proceso educativo en
la educación de masas, es de conjuntar
esfuerzos. Esta es una propuesta y consigna en el movimiento social actual
en México, falta construirlo a través de saber sobre nuestras emociones
manipuladas.
[2]
La esencia del imperialismo es
determinada como capitalismo monopolista y su guerra como evolución necesaria y
manifestación de esta tendencia a una concentración cada vez mayor, camino del
monopolio absoluto, van resultando más claras las diferenciaciones de la
sociedad respecto de dicha guerra. <…> Fue Lenin quien dio el paso de la
teoría a la praxis. Un paso que, no obstante -y esto no hay que olvidarlo
nunca- implica al mismo tiempo un
progreso teórico en la medida en que es un paso de lo abstracto a lo
concreto… <…> El que espera una revolución social pura -dice Lenin- jamás
llegará a vivirla, y no pasa de ser un revolucionario verbal que no entiende la
verdadera revolución. Porque la verdadera revolución es la transformación radical de la revolución burguesa en proletaria.”
Cfr. Lukács Georg. Lenin (la coherencia de su pensamiento).
Ed. Grijalbo, México 1970. Pp. 64, 65, 70, 71.