Saturday, March 14, 2015

Somos revolucionarios: Nos faltan 43.

Que nadie pretenda llamarse al engaño. No estudiamos con el propósito de acumular conocimientos estáticos y sin contenido humano. Nuestra causa como estudiantes es la del conocimiento militante, el conocimiento crítico que impugna, contradice, convierte, refuta y transforma, revoluciona la realidad social, política, cultural, científica. No se engañen las clases dominantes:
¡Somos una Revolución!      
Ésta es nuestra bandera
Por sandra cantoral uriza.

Se reconoce que los principios de las pedagogías críticas, como la de los estudiantes rurales en Gro.   se sustentan en el materialismo histórico dialéctico,  como método y a la vez como arma de  transformación social, en su reflexión abierta, respetuosa y tolerante, se proponen debatir en relación con la praxis docente de una escuela nueva, la posible necesidad de la transformación e interpretación significativa de un trabajo educativo justo para merecer de forma colectiva la tan deseada vida integral, libre, sensible, en equidad y creativa, que sólo con un doble discurso se pronuncia como legado de la Constitución Política Mexicana, hoy ésta tan degradada por el priísmo de Enrique Peña Nieto en la patria mexicana.

Este conocimiento que se crea por medio de la educación crítica,  surge en el materialismo histórico dialéctico[1], e intenta defender las tres bases del sistema social (la verdad, las creencias y las estructuras de poder), cuestionando estas tres dimensiones humanas en contra de los mandatos del imperialismo y la corrupción del Estado de excepción que se padece.

Se necesita por tanto, reflexionar metodológicamente una hipótesis para la práctica docente en una sociedad integral por su extensa cultura, con base en la investigación educativa con un nuevo significado nosótrico, abordando la historicidad recorrida de los sujetos educativos, es decir, de los actores sociales en su espacio, tiempo y cambios infinitos que transcurren en su organización política del trabajo concreto, lo cual  tiene aún una memoria colectiva, y no muere; entendiendo a tal dimensión de análisis metodológico, no como simple especulación metafísica, sino por el contrario como un proceso educativo intencionado de liberación consciente durante un largo proceso de lucha sobre ello. Es vital comprender  las dificultades existentes a enfrentar en esta  construcción histórica.

Pensemos en un momento en los más de 90,000 muertos y en quiénes los han ejecutado -como campos de exterminio o de concentración-, para ubicar  Otra escuela de la vida: Prepararse para que cada persona tenga 24 hrs. del día con salud mental y física, vivienda digna, en equidad de género, durmiendo con tranquilidad, teniendo un trabajo social y creativo, en donde se comparte cada instante con afectividad, pudiendo soñar en el mañana y proyectar más y más satisfacciones humanas futuras de beneficio comunitario; ese tiempo humano parece una ficción hoy en día, pensando en el futuro/presente de México con un Estado fascista y corrupto, en donde uno sigue topándose por ejemplo, con el fenómeno de los migrantes masivos en la lógica de globalización de mercancías del capital humano y con tantos instrumentos de trabajo que también son mercancías, que han sido creadas con la explotación del hombre por el hombre a través de los siglos, un México en donde se impone de forma violenta la ganancia capitalista con la bota militar por mandato internacional, para satisfacer el egoísmo oligárquico ensangrentado, con la muerte del pueblo trabajador, todo ello vinculado con el negocio de la guerra y del narcotráfico, aliándose con la estructura del Estado-Gobierno nacional e imperialista -lo que cada vez es más  de conocimiento público-.

Porque “A medida que adquiere una dimensión global, el capital enfrenta dos tipos básicos de problemas: a) cómo articular sistemas de instrumentos de trabajo de distintos grados de eficiencia (por ejemplo, instrumentos de varias edades  tecnológicas), y b) cómo efectivizar su necesidad de sistemas de máquinas a fin de operar en niveles de productividad y capacidad de gran escala”[2] en el control oligopólico para satisfacer la necesidad de producir en masa, según el potencial mundial de consumo con costos bajos monopólicos, pues lo que se vende en cada mercancía, es en sí el propio cuerpo humano cada vez más desgastado; así se valora  el desgaste de su corazón, su ojos, sus músculos y toda su posible integridad vital, de forma innecesaria denuncia Marx en su obra filosófica[3], la cual se recomienda para el análisis teórico-práctico aquí propuesto en términos cualitativamente pedagógicos.

Esta posición en las sociedades capitalistas abarca así las condiciones materiales de vida, por lo que es vital que el sujeto docente vea en la diversidad de productos en masa el propio cuerpo de los sujetos niños-niñas que forma y evalúa, a la vez que este docente también es formado y evaluado permanentemente en los cánones que requiere el capital, pues si falla en sus exigencias, será despedido sin ninguna protección sindical ni legal, sin contratos colectivos, ni mayores prestaciones, sino como parias del capital en el proceso de desecho y de exclusión.

Así cada sujeto educativo termina siendo una producción de medida, de acuerdo al potencial mundial de consumo con costos cada vez más bajos, en un régimen competitivo, sin importar la calidad humana verdadera, sino sólo la suficiente para el mercado en su competitividad desleal, esa es la verdadera evaluación universal del mercado escolar que hoy se impone al docente con la Alianza por la Calidad Educativa (ACE) ya consolidada con la reforma laboral, toda una estrategia perversa y maquiavélica del capitalista ‘empoderado’.

Teniendo entonces, que reproducir y generar nuevos  ejércitos industriales de reserva, de desempleados desharrapados o de lumpen-proletarios alcoholizados y frustrados según sus actitudes de vida, por falta de expectativas humanas integrales, pero que bien sirven al régimen de explotación, para regular el mercado de compra-venta en la oferta y la demanda de mercancías; en muchos de ellos se extrema su  comportamiento degradado a semejanza del patrón histórico capitalista, nihilista y neurótico.

Así, puede seguir reproduciéndose dicho comportamiento, hasta que se multipliquen las propuestas en proyectos educativos con un trabajo contra-hegemónico posible, para la formación de valores-virtudes, en la ruptura de costumbres-tradiciones abiertamente inhumanas, pero  principalmente denunciando la producción-trabajo-ganancia capitalista, todo como un gran  paquete a cambiarse en la praxis docente transformadora, dispuestos a Otra actitud de rebelión; porque la forma delimitada, está en lo concreto de la acción docente, bien relacionada con  el contexto histórico educativo, entendiéndolo como proceso de humanización, es decir proceso de trabajo que transforma la naturaleza en cultura emblemática en la consciencia histórica:

Véase, así como en Otro reconocimiento de las clases sociales y de su lucha histórica, a partir de denunciar la existencia de la propiedad privada de medios de producción, Marx aclara: “La crisis del sistema capitalista, responde a una contradicción más profunda y fundamental del sistema económico vigente: a la contradicción existente entre el carácter social de la producción y el carácter privado de la apropiación”[4].

Frente a esta relación entre el capital y el trabajo, entendida como relación educativa, hoy ya es posible  nombrarse que no es algo naturalizado en su divinidad artificiosa o ideológica como se ha explicado, el tal proceso de explotación y de degradación del ser humano excluido, sino que en su situación histórica, es valorada en la Pedagogía    crítica  esta    desigualdad social, como un acto inmoral e injusto -en donde  tendría que repararse el daño a los afectados, es decir a la clase trabajadora, hasta que logre incluirse este hecho histórico como un crimen contra la humanidad-.

Dado que todo comportamiento humano, es posible de transformarse culturalmente a través de un trabajo integral, es decir a través de poner en práctica una pedagogía crítica reflexiva y organizadora de procesos revolucionarios, desde el ámbito familiar, escolar, religioso, en los medios de comunicación o en la calle por medio de la educación no formal, para enfrentar en el debate dialógico y activo al  cúmulo de concepciones teóricas ahí acumuladas que incidan en prácticas transformadoras concretas, dado que ya han sido  desarrolladas bastantes críticas profundas en este sentido, frente al  injusto despojo: primero de la madre tierra, y después de todo lo que existe sobre de ella, incluyendo el mar, y los energéticos como el agua, los combustibles, o las divinidades, incluyendo a los mortales -menciona Heidegger-, igual que al universo.

Esta relación de denuncia histórica  denota   la formación docente por reconstituir en términos de derechos humanos, ya Marx deja claro al respecto, que mientras esa contradicción de ganancia a costa de la plusvalía no pagada al trabajador explotado y enajenado no se libere, seguirá  siendo irresoluble la lucha social de poderes políticos conscientes e inconscientes, entre los opresores y oprimidos, lo que está llegando al exterminio fascista en la destrucción del planeta tierra: la flora, la fauna y  los seres humanos de forma visible, sin embargo esta forma no corresponde aún con la formación, que imparte la praxis del docente transformador, en donde es vital resignificar nuevos procesos educativos.

Porque en la locura de esta sobrevivencia que impone el capital, el oprimido  con su trabajo, a pesar de todo, continúa transformando este planeta en arte, ciencia, tecnología, cibernética, literatura, humanismo, religiones y múltiples expresiones culturales bajo el látigo capitalista de privatización y de ganancias extremas; siendo esta sobrevivencia hecha con  auténticos lenguajes muy nuevos y creativos con una condición nosótrica del sujeto histórico desde el cúmulo de sus experiencias de indignación y resistencia, preparándose en la autodefensa humananizada, con  nuevas intuiciones y nueva problemática existencial, regido todo aún,  por  los ciclos del capital- mercantil, capital-dinero y capital-productivo.

La internacionalización del capital que se está sufriendo es dentro del proceso de reproducción creciente del capital industrial en el ámbito mundial; ahí se valora cómo la racionalidad del sujeto educativo tendría también que poder reflexionar sobre ¿cuál es el límite del proceso de industrialización en torno al beneficio social en donde ya existe una burguesía mundial y un proletariado internacional en esta revolución científico-técnica, transformándose la  máquina-herramienta en máquina automática?

Esta situación tiene que ver con el tiempo de trabajo en cuanto a la velocidad del cuerpo desgastado al ser una mercancía más en venta para incrementar la gran ganancia capitalista, de modo que la crisis capitalista se ve objetivada más visiblemente en la fotografía completa de forma concreta, es decir, justo en la crisis del cuerpo degradado y enfermo de la clase trabajadora entre los pueblos del mundo.

Ello sucede de acuerdo con  la división internacional del trabajo, pues  la madre tierra, como primera naturaleza dadora de vida, es transformada en herramienta cultural para el trabajo enajenado o en el mejor de los casos, en un trabajo creativo, esta relación no es fácil de resolverse pedagógicamente, porque el sujeto educativo puede ser sumamente insensible a todo intento revolucionario, pero ser a la vez creativo en la transformación de la naturaleza cultivada; aunque como personas sean indiferentes o reaccionarios a todo tipo de cambio radical, lo que tiene que ver con el desarrollo de la consciencia social asumida en la jerarquía de funciones institucionales, es decir por su formación y condiciones materiales de vida.

Dado que el acto  de hacer una transformación, ya es un acto creativo, pero el uso para lo que puede servir el producto resultante, puede ser brutalmente enajenado -sin que ello sea una condena estática-, porque el cuerpo humano y su trabajo, su integridad está en proceso también de transformación cultural, pasando por ser en el tránsito formativo: insegura, insalubre  o brutal, porque es usada y abusada por el capitalista en el monopolio salvaje, competitivo y manipulador, es decir utilizado el cuerpo humano, como una existencia degradante sin gran valor en ese híbrido de confusiones en la existencia de explotación, de humillación y en el acto de sentir vergüenza o no, debido a la falta de equidad.

Tómese en cuenta cómo “la automatización obliga a una descalificación masiva de la mano de obra, a la par que a una elevada calificación en una minoría que programa la maquinaria”[5] en ese tenor inhumano del desarrollo de las fuerzas productivas y su reproducción como necesidad del imperialismo en la consolidación del monopolio, que se vale de la creatividad de  la revolución científico-técnica desde los desechos humanos-inhumanos intercontinentales que regula y legisla el capitalista monopolista.

Por ese motivo, el mecanismo de la evaluación universal capitalista es indispensable en el proceso de competitividad y de exterminio irracional a ser considerado por los nuevos actores sociales, pues lo único que falta en el símil histórico en el método de la hermenéutica icónica de Beuchot,  es legitimar quiénes tendrán que morir en los crematorios de los campos de concentración, es decir, hoy en las determinaciones de orden público  neo-liberales del FMI, la OCDE y el BM sobre la tierra madre, simbolizada ésta en la multidiversidad cultural de las grandes civilizaciones.

En tales contrastes existen ya mecanismos en donde parece que ese sujeto histórico en formación pierde todo control sobre su proceso  de trabajo, teniendo que trabajar al ritmo y organización impuesta por el patrón capitalista con la máquina automática, que él mismo en esa injusticia construyó, hablando en términos de la clase trabajadora, ese es el nuevo actor social que incidirá en la transformación de la Práctica Docente para recuperarse en su otredad, a través de las firmas que comprometen los tratados de los Estados-gobierno con  las trasnacionales, controlando  cada vez más la economía mundial a espaldas de las comunidades.

“La internacionalización del capital y la transnacionalización en particular son una expresión de la crisis general del sistema… De esta manera la consolidación del proceso conlleva una agudización de las contradicciones del sistema. La crisis institucional (FMI, Nuevo Orden Económico Internacional, ruptura del sistema colonial), la crisis ideológica (democracia, keynesianismo, etcétera) y desde luego la crisis económica (de producción), resultan así ligadas a este desarrollo[6] en conjunto con la práctica docente, como posibilidad para la transformación de una nueva escuela con Otra educación político-filosófica, articulada al conocimiento económico crítico sensiblemente humanizado.

Se tendría que analizar además en este nuevo sentido, desde las herramientas de una Pedagogía crítica, la serie de conquistas sangrientas y despojos injustos de Europa por ejemplo, en relación con África, o de Europa en relación con América Latina, o de Estados Unidos en relación con la explotación de la economía y la riqueza cultural mexicana o centroamericana.

Ya que esta relación de despojo injusta ha sido en aras de la acumulación capitalista, la cual ha ido degradando, robando y exterminando al ser humano y al planeta tierra. La pregunta que se visualiza en tal proceso de globalización mercantil de política neo-liberal es: ¿Cómo poder abrir el debate sobre ello en el sentido de la gran cantidad de trabajo vivo en lugar de maquinaria?, lo que tiene que tratarse de acuerdo con el avance de  los derechos humanos, que son exigidos por la clase trabajadora en dicho proceso histórico educativo.

Esta situación del proceso educativo o de trabajo,  indica la condición de subordinación al proceso capitalista, al lograr este régimen de explotación el máximo de productividad en mayor escala posible y con el menor costo posible, y es así como la tecnología incluyendo la robótica, al ser una ampliación del conocimiento científico, en la internacionalización del capital, se ve claramente cómo este capitalista se apropia del desarrollo general del conocimiento científico, difundiendo las falsas necesidades superfluas primordiales del consumo mundial con ‘mercancías mundiales’ (fuerza de trabajo desgastada por el grado de explotación) relacionadas a patrones culturales locales o nacionales de la lucha social, para exigir respeto y mejores condiciones de trabajo.

En  ese terreno de las mercancías globalizadas es importante conocer la posición y formación docente para incidir en una praxis transformadora en la educación presencial y a distancia, aún fuera del orden del sistema educativo formal, creando Otras formas autónomas colectivas, porque aún falta el enfoque crítico de este tipo de educación-valoración, que permita un estudio científico del problema educativo o  de trabajo humanizado, hasta lograr que existan varios millares de temas-diálogos acerca del problema, entendido como un principio y concepto básico para posibilitar la integridad del sujeto educativo docente-niño-trabajador maquilador.

Estos nuevos actores sociales,  están siendo  tercerizados por compañías contratistas fantasmas  de forma privada, sin garantía responsable de nada,  sólo son intermediarios quienes dan empleo de manera temporal, sin ningún derecho laboral para el trabajador, al tener que firmar en sí, un contrato junto con su propia renuncia al mismo tiempo -así se explica la categoría de ejército industrial de reserva necesario para regular la oferta y la demanda de trabajo en el mercado de cosas, planteada científicamente por Marx, y que ahora es aplicado, al revés,  para extraer la máxima ganancia de corrupción capitalista-.

Porque este fenómeno socioeducativo en el proceso de explotación, no es un problema nuevo, pero hoy necesita de la toma de consciencia colectiva que se refleje en la lucha de clases con una posición firme en términos educativos, de acuerdo con las condiciones materiales de vida actuales de las grandes mayorías, ahí la práctica docente transformadora de una nueva Escuela para la vida es crucial. “Y así como la anatomía del mono sólo se comprende a partir de la anatomía humana, será el análisis del capitalismo contemporáneo el que arrojará luz sobre un fenómeno tan viejo como el mismo capitalismo”[7].

De manera que hoy día los responsables de la injusticia expuesta en términos pedagógicos del nuevo actor empresarial, tendrán que ir vinculando  los derechos humanos más elementales, y denunciar este fenómeno: en la necesidad de  pedir casi de rodillas  a la clase trabajadora perdón al menos, para  reparar el daño frente a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos por ejemplo frente a todas las injustas conquistas y neo-conquistas cometidas entre los poderosos y los no poderosos.

Porque es claro que tanto, los oprimidos como los opresores,  han sido formados por el sujeto docente en una institución estatal dentro de las jerarquías de poder, que vienen de  épocas muy antiguas, y éste a su vez  sigue siendo víctima como crimen de lesa humanidad, es decir como un asalariado masacrado todos los días, dadas las carencias y   las desigualdades económico-políticas y socioculturales padecidas a lo largo del tiempo geopolítico de abusos; por supuesto se apreciará así,   si se es capaz de  reconocer el  abuso y las secuelas de desigualdad histórica  causadas por  las múltiples conquistas  de rapiña resistidas de forma estoica frente a la discriminación xenofóbica en tal abuso de poder político acuñado desde épocas remotas de ignominia e ignorancia.

Actualmente, en este sentido de propuesta transformadora de la praxis docente, se aclara que, según la Corte Penal Internacional,  se consideran crímenes de lesa humanidad: 1. Asesinato. 2. Exterminio. 3. Esclavitud. 4. Deportación o traslado forzoso de personas. 5. Privación grave de libertad. 6. Tortura. 7. Desaparición Forzada. 8. El Apartheid (segregación racial). 9. Persecución por motivos políticos, nacionales, étnicos, culturales, religiosos y de género. 10. La violación, la esclavitud sexual, la prostitución forzada, el embarazo forzado. 11. Y otros actos de carácter similar que siguen pronunciándose entre las comunidades en este proceso de transformación.

En un proceso educativo históricamente humanizado, se intenta conformar a ese “alguien que no puede mirarse, sin mirar al Otro, yo, en el mismo teatro de la vida”.





[1] A pesar  de la crisis de la teoría marxista en su sentido extenso y pleno, articulando la práctica con la política en sus dimensiones estratégicas y organizativas del proceso de humanización, sigue existiendo la necesidad de la unidad; el problema del Estado sigue siendo un problema de orden popular; así están latentes  preguntas sobre: ¿Cuál es la naturaleza del Estado y del Estado imperialista actual? o ¿Cómo superar la división entre economía y política?, entre otros problemas de formación ético-moral integral más significativos en las luchas de masas, desde donde se puede renovar el marxismo, dar una nueva fuerza a su teoría, modificar la ideología, la organización y las prácticas en el trabajo vivo, para abrir un verdadero futuro de revolución social, política y cultural a la clase trabajadora que está entrando a la  maquila internacional. Pues  se piensa que la tarea es extremadamente ardua, pero posible de articularse desde todas las trincheras posibles de la creatividad humana, lo esencial reside en que no obstante las dificultades, es posible el proyecto-proceso educativo de transformación docente y de concepción del trabajo humanizado. Entendiendo que la política, significa el arte del ejercicio del poder, y éste puede servir para liberar o para someter, lo que denota un reto para la transformación pedagógica crítica                                                                   (2) Herbert de Souza. Notas sobre el capital mundial. En capital transnacional, Estado y clases sociales en América Latina. Et al. División de Estudios de Posgrado. Facultad de Economía, UNAM, Cultura Popular, México 1981. p. 51.
[3] Vid. C. Marx, Tesis sobre Feuerbach; - en C. Marx y F. Engels. La ideología alemana, Tr. W. Roces, Ed. Pueblos Unidos, Montevideo, 1959; - C. Marx, El Capital, Crítica de la economía política, Tr. W. Roces, Ed. FCE, México-Buenos Aires, 1964 3ª. Edición; - C.  Marx y F. Engels. Obras fundamentales 1; - Escritos de Juventud, Tr. W.  Roces. Ed. FCE, México 1987; - C. Marx y F. Engels, Obras Completas, en español se publicó como Cuadernos de París. Tr. Bolívar Echeverría, Ed. Era, México 1974; - C. Marx. Historia crítica de la teoría de la plusvalía, Tr. W. Roces. Ed. FCE, México 1945; - C. Marx, En torno a la crítica de la filosofía del derecho de Hegel; - en C. Marx y F. Engels, La Sagrada Familia y otros escritos filosóficos de la primera época, Tr. W. Roces, Ed. Grijalbo, México 1958; - C. Marx, Manuscritos económico-filosóficos de 1844; - F. Engels, Ludwing Feuerbach y el fin de la filosofía clásica alemana, en C. Marx y F. Engels, Obras escogidas, Ed. FCE T. II; - C. Marx y F. Engels, Manifiesto del Partido Comunista,  Ed. Progreso, Moscú 1973, T. I de las obras escogidas; - C. Marx. El Capital, FCE, México 1964 T. I; - C. Marx, Prólogo a la Contribución a la crítica de la economía política, en: Obras escogidas,   tres tomos;   - C. Marx, Crítica de la filosofía del Estado de Hegel, Ed. Grijalbo, Col. 70; - C. Marx, La lucha de clases en Francia de 1848 a 1850 en: Obras escogidas; - C. Marx, Miseria de la Filosofía, Ed. Siglo XXI, B.A. 1971.

[4] Vid. Karl Marx. Manifiesto del partido comunista. En varias ediciones. , Estado y clases sociales en América Latina. Et al. División de Estudios de Posgrado. Facultad de Economía, UNAM, Cultura Popular, México 1981. p. 88.

[5] Cfr. Andrés Varela García. Internacionalización y transnacionalización. En capital transnacional, Estado y clases sociales en América Latina. Et al. División de Estudios de Posgrado. Facultad de Economía, UNAM, Cultura Popular, México 1981. p. 93.
[6] Vid. Andrés Varela García. Internacionalización y transnacionalización. En capital transnacional, Estado y clases sociales en América Latina. Et al. División de Estudios de Posgrado. Facultad de Economía, UNAM, Cultura Popular, México 1981. p. 95.

 [7] Vid. Andrés Varela García. Internacionalización y transnacionalización. En capital transnacional, Estado y clases sociales en América Latina. Et al. División de Estudios de Posgrado. Facultad de Economía, UNAM, Cultura Popular, México 1981. p. 88.