Thursday, April 9, 2015

SENSIBILIDAD POLÍTICA DEL SUJETO EDUCATIVO.



sandra cantoral uriza.

 “Arriba Tekúm valiente no temáis
al enemigo, acordáis que estáis
conmigo que soy Huitzizin Zulum”
(Tomado de  la cultura maya: Eduardo Galeano)

En este artículo desgloso el proceso educativo del hacerse humano en torno a la construcción y de-construcción de una posible sensibilidad política del sujeto educativo en formación  de seres integrales,  por medio de tres momentos ocurridos en la historicidad. Nuestra intencionalidad consiste en nombrar algunos rasgos de otra sensibilidad política de ese otro sujeto a través de su despliegue histórico, para ubicar las dimensiones posibles de múltiples lenguajes con Otra forma y contenido sobre el comportamiento de nuestros derechos humanos, iniciando por el de la comunicación dialógica con calidad humana.

Reflexiono en tres tipos de sensibilidad humana en sí, de sí al para sí nosótrico (Lenkersdof: 1999, p. 21), dimensiones de nuestra consciencia individualcolectiva  -Cantón- que nos sirva para potenciar: 1) otra relación política, 2) otra sensibilidad de clase, y 3) otra expresión humana integral consciente de la  historicidad de la fuerza de trabajo, en el sentido de la Otredad -que propone Patricia Medina-.
Estos tres tipos de expresión sensible son  fundamento para la valoración de  nuestros derechos humanos para poder distinguir la reconstrucción y de-construcción de los crímenes de lesa humanidad -ya hoy nombrables-; reflexiónese en su significado filosófico formal, lo cual tiene una multiplicidad de lenguajes e interpretaciones posibles en ese tejido cultural de sentidos[1], en tantas explicaciones, conjeturas y refutaciones como sujetos históricos existimos.

La relación política de la lucha frontal y abierta[2], según Aristóteles (384-322 a.c.), radica, sintetizando a Sócrates y a  Platón,  en una Filosofía práctica, a la par con la ética y la economía[3]; dado que la verdadera política dice Platón (425-347 ó 348 a.c.) se centra en la tarea   humana de  toda la vida   en ese desdoblamiento del sujeto, es decir de su consciencia humanizándose, por medio del diálogo entre los iguales por ser éstos diferentes -recuperada esa propuesta de la mayéutica, y observada en la ética socrática (470-399 a.c.)-;  así se va mostrando a los jóvenes la capacidad dialéctica del poder real, en la creatividad,  el dialogar, saber escucharse y acordar una solución posible de entendimientos sensibles, humanizándose en esa formación liberadora, logrando en comunalidad la resolución de los problemas que surjan por el bien de la mayoría, esa es la verdadera democracia en un movimiento emancipador de toda calaña de injusticias, y desigualdades sociales que genera el proceso de explotación del hombre por el hombre durante el recorrido histórico.

Con base en este significado de aprehendizaje continuo,  Marx en el siglo XX, desarrolla científicamente el interés por el trabajo crítico de la economía política, haciendo la denuncia de la injusta lógica de  acumulación y de centralización capitalista; al igual que posteriormente lo captó la reflexión práctica y popular de Paulo Freire en la dialogicidad de la conscienciación crítica pedagógica en contra de la formación bancaria, pues él luchó por una educación política para América Latina y otras latitudes de pueblos en condición de pobreza y desamparo;  comprender la dialéctica entre los oprimidos y opresores es un principio humano, que se encuentra en  permanente intersubjetividad del comportamiento socio-cultural afectivo; por esta relación política dialógica humanizada, se tiene la necesidad educativa de seguir aportando  al  proceso  de emancipación histórica, al ser un proceso infinito para nombrarnos con honestidad en igualdad de capacidades y necesidades humanas sensibles racionalmente, construyendo y de-construyendo nuestra equidad en torno a la vida de nuestra madre tierra que nos da vida, es otro principio humano, amar, cuidar y proteger al planeta tierra.

La relación política significa por tanto, la capacidad dialógica de la liberación humana en la síntesis de Platón, así se puede resignificar con  precisión el fetiche  de producción insensible como ‘motor del progreso humano’ que imponen los intereses del capital,  desvirtuado principalmente por la sensibilidad  indígena, de-construyéndose en occidente, en donde sólo se veía la voz superflua y  exclusiva de la vida parlamentaria socialdemócrata, que también tiene su propia historicidad; en este sentido, se va revelando  la falsedad ideológica neo-liberal, como lo refiere  Jeannette Escalera, en ese misterio de la obscuridad de la caverna de Platón; que pasa por la dimensión  sincrética de la identidad del sujeto educativo, por medio del ejemplo vital naturalizado en sus propias sombras de opresión, en la práctica hegemónica educativa del agrestado agandalle violento, machista y patriarcal del comportamiento histórico; que deja la representación del arrebato,  destilando  ira, incomprensión, sordidez e injusticia jerárquica que educa la desigualdad mítica, que deviene en sí del instinto salvaje animal, en un plano de merca existencia, reconstituyendo permanentemente  al sujeto educativo en su proceso de conocimiento y conscienciación generacional contextuada por su dialogicidad frente a tanta desigualdad en las condiciones de vida, que mueve, y fundamenta su relación política de clase proletaria, al reconocer que la fuerza de trabajo humanizándose en su cultura ha producido todo tipo de mercancía a cambio de un mísero salario.

De ahí devienen los disvalores en contra de la vida, en el afán por la muerte rápida e instantánea del otro que en apariencia ‘no soy yo’; pues se cree sólo en los dogmas, como parte del engaño ideológico hegemónico del capitalista acumulador,  que la clase dominante presenta como ‘don divino’, legado por naturaleza , que lo coloca de forma normal por encima de todos, en esa relación entre poseedores y desposeídos de las intersubjetividades aisladas y atomizadas en una jerarquía de intereses de superficialidades que tienen que ver con las razas, las religiones, las relaciones de género, las nacionalidades, los lenguajes, etc.; sin embargo los dueños naturales  de todo lo trabajado por los oprimidos a lo largo de esa historicidad humana queda como un acto invisible,  esta forma de sentir, se va fijando en las representaciones del inconsciente colectivo por medio de la práctica evangelizadora desde el miedo, la culpa y el castigo que se han ido acuñando y acumulando en el tiempo espacial que ocupa  el propio cuerpo del sujeto educativo o ser humano, enajenado o no, y que está presente en las relaciones de poder manipulador, reproduciendo una y mil veces con falsedad,  formas injustas de control (Nietzsche, La genealogía de la moral, Pp 1-2).

Esta práctica de abuso de poder político  vivida hasta hoy con múltiples matices en la lógica de explotación,  se presenta ideológicamente como el mundo político del  acto pragmático  en el  imperialismo mundial ya desplegado en su totalidad: nace, se desarrolla y muere. Sin embargo sigue latente,  la sabia cosmovisión indígena en las comunidades de origen, esas que aún nos enorgullece su comportamiento comunitario, colectivo y solidaria en latitudes nacionales y extranjeras, dado el generoso  colorido cultural por ejemplo, de los pueblos de Oaxaca, Veracruz, Puebla, Guerrero, Chiapas, Yucatán, etc.; a estas culturas la oligarquía financiera les tiene miedo, porque han aprehendido a vencer el  temor del sujeto derrotado a través del sacrificio y la indignación, con base en la enjundia de identidades locales, étnicas, culturales y territoriales -como plantea Tejeda-.

De esta confusión del “sistema democrático” en las relaciones políticas, se aprecia hoy la debilidad presidencial del Estado-nación de Peña Nieto por su ineptitud, así como la necesidad de la federación de los sindicatos, que se sustentan en prácticas de abuso de poder hegemónico con tendencia corporativa, así muchos sujetos en lo individual con total desclasamiento se van curtiendo en prácticas corruptas y degradantes de manera cotidiana, por lo que  no apuestan ni aportan nada a la lucha de la clase social trabajadora y explotada; aquí me pregunto ¿qué cambios en la geopolítica de la antigua Mesoamérica podrían suceder con el proyecto  Plan Puebla Panamá empresarial, si  el pueblo se comprometiera  a realizar un  trabajo integrado políticamente, es decir, con calidad humana manual e intelectual emancipadora?

La pregunta inicia apenas a resolverse en el contexto de la producción maquiladora que necesita desarrollar el Tratado de Libre Comercio para América del Norte (TLCAN), en donde queda claro el tipo de educación a imponerse a lo largo y ancho de esta región, que está ya en el límite de la decadencia  de seres cosificados, así puede comprenderse el origen filosófico de la relación política del sujeto emancipador, sin que existan purezas monolíticas, en el Sindicato Nacional de Trabajadores Mineros, Telefonistas y de la Industria Eléctrica o de aviación, por citar algunos, no se diga en la organización magisterial de vanguardia, entre tales organismos se conoce que, su peor enemigo de clase  sigue desplegándose  en  el rejuego corporativo de los liderazgos, que aparentan disputa y tensión, pero en donde la práctica dialógica es desigual y desvirtuada por el contexto hegemónico del capital, con  relaciones de poder político y de abuso de éste, generándose mayor opresión, y sirve sólo  para la reproducción de la lógica de explotación, hasta que el pueblo trabajador pueda reaccionar por el caos sufrido.

Este panorama de rupturas de hegemonía política, en donde los gobernadores estatales aplican el poder que siempre tuvieron con la descentralización y la federalización, para negociar con los empresarios del capital en los modelos maquiladores que se perfilan en Tamaulipas, Chihuahua y Baja California con la fuerza globalizadora del capital, ello necesariamente conlleva a dimensionar los derechos humanos en su esquema jerárquico entre regiones, municipios, pueblos y naciones de la vida cultural latinoamericana.

En este sentido  Tejeda aclara sobre la identidad occidental que

“La presencia duradera de las tradiciones prehispánicas o precoloniales, que en varios países configuran la base de la identidad nacional. La ambigüedad del ser latinoamericano que nos hace copiar e imitar, a la vez que nos queremos alejar de un pasado que nos marca para siempre. La parte indígena de la vida nacional se ha puesto en marcha y ha dejado de estar escondida y negada. El auge de las identidades, conduce a movimientos autonómicos, y las réplicas de proyectos separatistas y segregacionistas. Los Estados nacionales se ven sacudidos por los efectos de la globalización, mientras desde abajo surgen reclamos autonómicos, que requieren respuestas integradoras desde la perspectiva nacional y regional. La identidad latinoamericana se pone en discusión como parte de los diversos niveles y ámbitos en que los individuos, o las colectividades y las naciones conforman identidades y diferencias”[4].

Las diferencias de esta depresión y tristeza compartida por los oprimidos y despojados de los bienes de su trabajo, como proceso educativo histórico, se está acumulando también en indignación y en luchas de resistencia y autodefensa multiplicadas, ya que desde la lógica más simple, se comprende que han sido siglos de contemplar y de callar su ‘razón histórica de indignación’, que  sale ahora del corazón y del cuerpo mutilado del sujeto educativo, en la era del conocimiento significativo, que se anuncia como si fuera un nuevo renacimiento, que ha acuñado el ser humanizado en su sensibilidad política en construcción y de-construcción, y que empieza a hablar su mundo, para su mundo y con su mundo de desharrapados -sugiere pedagógicamente Paulo Freire-.

Se requiere de la palabra dialógica consciente que supere la crueldad del poder estatal, sea éste esclavista, feudal, capitalista o aún su propia sombra, que es hoy el estado socialista entre los matices de la esfera multinacional imperialista, al ser la última fase de  desarrollo del capital monopolista -según la propuesta educativa de Lenin, sabiendo dar un paso adelante y dos atrás para avanzar más fortalecido en el aprehendizaje fascista-.

Una confusión sobre el imperialismo, es  la falta de claridad en la relación política concreta de la hegemonía monopolista, que es presentada por los aparatos de reproducción ideológico burgueses, como algo abstracto e imprecisa su impunidad de privilegios, ese  es el éxito de su lógica, entendiendo a la lógica como  instrumento  de   la   ciencia -plantea  Aristóteles-, al esconderse  la barbarie del “sistema democrático capitalista”, encubriendo así su abuso de poder estatal central, de apariencia cooperativa, pero silenciando  el “horror de la muerte”, como  posibilidad real, de guerras del capital y mercado de narcóticos que se mezclan entre gobernantes y milicos.

Porque realmente tal sistema democrático capitalista se sostiene por la insensibilidad política de la clase opresora y obvio también por el desclasamiento de la oprimida, así lo que ha logrado durante todo un siglo de existencia es: la falta de claridad de la vida pública entre obreros, en el trabajo agrario y con la pequeña burguesía o clase media; impuesta tal dispersión de la población civil, con un proceso educativo hegemónico globalizador burgués,  así también a través de la  fragmentación de los partidos políticos, sus divisiones y sus fracturas como si se tratara de un circo de mercadotecnia de los mass media; parecido se hace con los sindicatos corporativizados desde el gobierno y la federación, y en el contexto internacional con  la fragmentación  de “nuestras Américas y los Estados Unidos”, formas contundentes en el ejercicio del poder hegemónico educativo.

Este último país afortunadamente está dejando de ser la primera potencia mundial en la nueva geopolítica  con mayor población, si en cambio con más demandas y pocos recursos, por lo que se espera que habrá mucha más creatividad en el tránsito del Estado soberano, en donde las nuevas generaciones  podrían romper las barreras geográficas universales por medio de redes de comunicación dialógica multinacional autónomas, en donde los nuevos lenguajes de sabiduría y experiencia de la lucha indígena y desharrapada del mundo, abren nuevos  horizontes de luz, dentro de la marginación y la miseria en medio del conflicto, como en la Caverna de Platón; pareciera una nueva era para  los Otros derechos humanos por venir, en las regiones de identidad política con consciencia de clase indignada, autónoma y dispuesta a la subversión y la desobediencia civil, organizada o no.

Otra sensibilidad de clase. ¡Ya estuvo! ¿No?

El proyecto de la burguesía neo-liberal limita la autonomía política[5] del sujeto educativo, en sus múltiples dimensiones de identidad humana, que tienen en esta significación diferentes matices del proceso de humanización, en donde se capta la dimensión consciente o en proceso potencial, sobre el saber del ser práctico que conlleva su convicción intelectual desde el sentido de la vida, o sentido común en su horizonte cultural, como propone la pedagogía crítica de Antonio Gramsci.

Afirmando la expresión humana sensiblemente crítica, justo entre la sobrevivencia, la carencia y el abuso de poder político, entre el amo y el esclavo, como parámetros de necesidad humanizada en la colonización y des-colonización educativas, humanizadas.

"Aún los que han podido conservar su empleo tienen ingresos que no les alcanza ni siquiera para lo más indispensable. En un reporte de investigación, de enero de 2010, el Centro de Análisis Multidisciplinario de la Facultad de Economía de la UNAM sostiene que 17 millones 776 mil personas, que reciben menos de dos salarios mínimos y representan el 41 por ciento de la población económicamente activa, perciben ingresos que no les permiten adquirir una canasta alimentaria recomendable, considerando aspectos nutritivos, culturales y económicos."

Procurando explicar esta carencia y desamparo en nuestras propias palabras para la  reflexión dialógica consciente,  tomo  la visión educativa de Freire, la cual implica en la cultura de la dominación que:  mientras el educador es aquel que “sabe todo” y por eso mismo transmite sus conocimientos a los educandos, el educando es el que recibe lo que el educador narra.

En este primer matiz, se considera al educando como una persona ignorante que necesita del educando para adquirir conocimientos, lo alarmante de la situación es que en este proceso de humanización, si hay algo que se transforma, es precisamente el educando quien a lo largo del proceso de educación bancaria, pierde la creatividad y su capacidad crítica, de ahí el llamado a la formación alienada o enajenada.

Otra consciencia en sí. ¡Desaparecido, desaparecido, desaparecido!

La dialéctica en la expresión humana,  está referida al arte de dialogar, de argumentar y de discutir, y principalmente de hacer la crítica, la autocrítica y la denuncia frente a los crímenes de lesa humanidad, en este acto se exponen los razonamientos con  principios construidos históricamente en la cultura de grandes civilizaciones a través de la historicidad social recorrida, con base en argumentos teóricos sensibles en los procesos de formación emancipatoria.

Esta relación de abuso de poder, se puede valorar en distintas dimensiones del conocimiento; sosteniendo que, el  conocimiento más abarcativo de todos, es el conocimiento teórico sentido con el corazón -como nos lo enseñan las comunidades indígenas-, porque éste puede explicar con precisión y detalle a los conocimientos mágico-religiosos,  artísticos y empíricos o de sentido común, como un todo tiernamente constituido que habla la palabra verdadera; en cambio estos conocimientos no pueden explicar científicamente al conocimiento teórico -como plantea Covarrubias-, en el tener que ser alguien para el otro, que agradezca la existencia  de pertenencia reconocida entre los iguales, reconocidos  en sus múltiples matices y posibilidades de sensibilidad política en la cultura enculturada y aculturada, olvidando el  cultivo de sus valores de origen, nombrándose en su concepción del mundo y del ser humano.

Para lograrlo es necesario hacer Otro esfuerzo reconociéndose para servirnos, es decir, en  actividades humanizantes en el contexto de la lucha de clases, esta actividad se va acuñando, formando, desarrollando y potenciando en ese paso de una consciencia simple ensimismada-existencial  -frágil presa de la sensiblería burguesa-, a otra de sí mismos, en la autocrítica de transformación radical, que se ve en nuevas formas de ser, hasta ser una consciencia para sí comprometida en la lucha política de clases, de acuerdo a ese compromiso revolucionario, que se nombra en otro despliegue de calidez humana, y que se va constituyendo en el sujeto histórico educativo en tales procesos solidarios  de liberación de los pueblos del mundo oprimidos.

La identidad cultural refiere  saberse definir a sí mismo, reconocerse entre varias culturas, es decir interculturalmente, ahí radica la sensibilidad suprema, en sentir la necesidad del otro como un nosotros intrañable, a través del otro  que nos expresa el sentido de la vida-muerte, a través de la historicidad social recorrida por la complicidad, la vergüenza, la indignación y la culpa, en este saber diferenciar a los iguales, y así a las cosas que constituyen el universo más abstracto y concreto que es la madre tierra-mundo para nombrarla en su grandeza planetaria en exterminio, que podría florecer en el ente material más simple de la naturaleza cultivada (protegida y amada), ¿cómo hacerlo?,  con el cuidado y el cariño generoso de esa historia que abre posibilidades de vida en equidad para desarrollar nuestras capacidades manuales e intelectuales con integridad, en donde no existan opresores y oprimidos,  sino que todos y todas estén en  formación humanitaria, que abarca conocimientos  constituidos en el sentipensante[6], de acuerdo y justo en correspondencia con las condiciones materiales de vida, creadas éstas por la existencia del ser humano en espacios pequeños de consciencias amplias que proyectan el futuro; constituyéndose esa conciencia de sí mismo de acuerdo con sus necesidades e intereses de sobrevivencia; así se ubica la existencia del otro que no soy yo, sino que somos nosotros, que a la vez me comprende como un ser individual en potencia.

La figura de sensibilidadracional (Cantoral), expresa  la relación así expresada: “lo que le pase a él, nos pasa a nosotros y lo que nos pase a nosotros le pasa a él”; pero este concepto puede tener muchas dimensiones, de amigos, de grupos, de sectores, de sindicatos corporativos, de universitarios, de familia, o como hermanos de clase social nacional e internacional, como parte de la lucha en equidad y para la equidad humanitaria, en donde se logre ser felices, libres e iguales como verdaderos seres humanos, según la ubicación-desubicación que más pesa,  como proletario, como burgués o pequeñoburgués en ese pulir y de-construir los nombres, con los que nos nombramos y reconocemos porque pertenecemos; esta articulación histórica de la existencia humana da cuenta de la identidad de clase  en germen, la cual tiene que ser educada en un proceso de enseñanza-aprehendizaje intencionado (E/A) por medio del ejemplo, en el mandar obedeciendo que se desarrolla a través de la palabra dialógica de frases precisas que nos integran al mundo de la vida más virtuosa, y que da cuenta de las razones necesarias concretas en  vínculos de poder emancipador o de sometimiento; pues es una palabra tan dulce, cómplice y liberadora a la vez, que precisa seguridad y acompañamiento.

En tal formación, por medio del lenguaje significativo dialógico, se implica la lógica, la razón y la eticidad del sujeto, lo que pasa por distintos procesos de acercamiento y de lejanía en el ¿qué hacer? que siempre tiene un límite en la construcción de conocimiento acerca de la ley autónoma, esa que no se impone con la amenaza, ni en el doble discurso o en la manipulación prepotente y cretina, sino con la sabiduría virtuosa, la que está en movimiento, no como un escaparate, sino que está puesta en procesos y hechos educativos que continúan creciendo, que se comparten sólo entre los iguales, justo por sus diferencias, que son sublimes, no jerárquicas o para la exclusión.

Por eso la relación de poder fundada en la honestidad, es una capacidad que se gesta, desarrolla, madura y florece como potencialidad integral en el sujeto educativo, que abarca todos los sentidos humanos, tanto físicos, intelectuales como morales en el contexto de la lucha de clases, posibilitando al sentido común -propuesta pedagógica Gramsciana, de Freinet y de Paulo Freire- como primera expresión atada a la madre tierra a la lengua materna, para ser pulida en el trabajo pedagógico compartido con el ejemplo educativo filosófico-político presocrático, como hito histórico oral y escrito; ese que es paciente y tolerante, ese que sabe de la carencia del otro diferente, ese que empieza a unir sentidos y dimensiones de lucha, ese que se multiplica porque sólo así puede disfrutar y gozar el mundo que cuida como su propio cuerpo hermano humanizándose; así los lenguajes opresores contrarios, en sus formas de reproducción  matizadas en crueldad, violencia y destrucción fascista, cometiendo crímenes de lesa humanidad a cada paso dado, abarcan  el acto más simple hasta el más complejo, entre lo particular y lo universal tendrán que comprender la temporalidad espacial de ese nuevo renacimiento, en  múltiples determinaciones sociales, que son  infinitas y finitas en el pensamiento y reflexión humana, dado que también responden a un proceso evolutivo histórico de totalidad orgánica concreta naturalizada equívocamente, con nombres y apellidos precisos, en esa síntesis del poder hacer, pensar, luchar y vivir, como formas de comunicación dialógica humanizándose con Otra formación metodológica, que hoy día se potencia en la tecnología, el arte, la literatura, la ciencia, la cibernética y el humanismo del proceso educativo o de humanización, que resulta una verdadera sorpresa.

Son formas de comunicación humanizándose,  porque tienen un carácter político en la defensa de sus derechos humanos más elementales  (alimentación, vestido, vivienda, recreación, sexualidad, cultura, salud, educación, capacidad de crear y de soñar en libertad) con un sentido enaltecido, por su capacidad de practicar la  unidad y la  diferencia con sabiduría, en donde se entretejen y acuerdan las propuestas a través del diálogo y la comunicación franca y abierta cara a cara, para enmendar los huecos y las faltas entre lo conveniente, lo posible, lo perverso, lo supremo, lo sublime, lo justo o no, es decir en otra sensibilidad política en construcción, de acuerdo con Otra necesidad educativa en formación;  es decir, como seres humanos en potencia unos en otros, dimensionándose en un nosotros de denuncia normada en asamblea comunitaria, que anuncia otro estado-nación gobernado por esos iguales representantes de las comunidades y los pueblos, hasta  volver al escenario de lo ya vivido en el origen, cuando no había llegado el invasor a someter, robar y conquistar, en ese transcurso de la historicidad humana, añorando recrearnos en esa vida de la comunidad en trueque, en producción,  en vigilancia y en programas educativos comunitarios autogestivos autónomos, justo desde  la educación que abarca el sentido común de la propia vida mestizada en occidente, hasta lograr el habla conceptual del corazón emancipador de la poesía indígena.

En este sentido de transitar a las formas más simples, tomando lo más significativo en beneficio de la gran mayoría,   ubico  las premisas  dialécticas del poder en la lucha de clases, para  reconocer el momento preciso del despliegue de historicidad social, en donde surge la existencia de la propiedad privada de medios de producción, como el síntoma que engendra los crímenes de lesa humanidad actuales; para  que las mayorías comprendan que ello sucedió en ese tránsito histórico de finales de la comunidad primitiva y el surgimiento del Estado Esclavista, y que hoy esa mayoría son los esclavos modernos, aunque haya acontecido aproximadamente en el año 4,000 antes de nuestra Era, esa primera forma de explotación y de despojo del hombre por el hombre, y que hoy en día ya no hay salida de superación humana, por lo que se tiene que construir y de-construir esa historicidad de injusticia acontecida y conseguida por  la violencia radical, por medio del hurto, el exterminio, el asesinato y la rapiña, ese es nuestro proceso educativo de humanización, justo en el reconocimiento de la ignorancia y de la responsabilidad posible de compromiso para normar en contra de las guerras armamentistas del narcotráfico y los grandes monopolios del capital trasnacional en el imperio del régimen fascista del capitalismo.

De modo que las relaciones de poder tienen que ver con la lucha de clases, pues ésta  es histórica en el despliegue dialéctico entre la burguesía y el proletariado, dos clases pronunciables ya, sin temor a confusión -poseedores y desposeídos de medios de producción, como es conocido el principal medio de producción es la madre tierra-; por tal razón, existen dos poderes en una sola lucha irresoluble en el régimen fascista de explotación, que terminará hasta que se supere ese conflicto y crisis de la humanidad con la abolición de dicha propiedad privada; porque la existencia de la propiedad privada de medios de producción capitalista,  prevalece en detrimento de las condiciones materiales de vida de la clase trabajadora en el mundo imperialista dada su historicidad social de sensibilidad política en re-construcción y reparación del daño al sujeto educativo victimizado por ser un prole más, que estorba por ser sólo un desecho.

En dicho contexto de historicidad socioeducativo refiero el horizonte de valores construidos permanentemente, universales y particulares, valorados por el sujeto histórico, como una totalidad concreta inescindible, en donde cada parte No es la suma de las partes, sino condensación o síntesis histórica  de todas las épocas recorridas en sus diferencias y en su posible unidad histórico-política de Otra geopolítica multiplicada por el capital, en donde me pregunto ¿en dónde está la compañer@ desapaecid@?; lo que sucede cuando existe un proceso  formador de valores con un sentido humano, por medio del ejemplo educativo, ese que transforma y se agradece en múltiples espacios, nombrándose en tales luchas liberadoras, que implican responsabilidad consciente y comprometida en comunalidad, en el respeto entre iguales que se reflejan en un espejo que no miente, el de la identidad de clase por su  condición humana.

Por eso el poder de la clase burguesa por sobre el poder de la clase proletaria,  encuentra en la sociedad su escenario de muerte,  su campo de batalla en la actual lucha social, que aún cohabita en un espacio de consciencia en sí y de sí, como una realidad generalizada en la hegemonía del abuso de poder hegemónico,  del poder oligárquico imperialista, como la forma más acabada del poder capitalista burgués, para saber pronunciar estos hitos históricos, con palabras sensibles en relación con la potenciación del sujeto educativo liberador, al ser dimensiones de lo mismo en el campo de la lucha de clases en otra historicidad social; es decir,  de la conciencia en sí, ensimismada en la existencia de la persona, de forma caprichosa y egoísta, como símil de la lógica del capital usurpador e individualista, sin poder valorar aún el trabajo realizado por las grandes mayorías en su condición humana a lo largo de la historicidad, que cada vez puede ser más  creativa, en la sorpresa, el esplendor cultural y la persistencia de liberación, por lo que tal clase  trabajadora colectiva, se unirá entre  las culturas de oriente y de occidente, bien logradas por la voz de la madre tierra, esa que no miente.

Tal es el despliegue de su propia historicidad social,  que ha sido construida y de-construida por nosotros los iguales, los mismos sometidos y acallados con violencia y engaño; por eso el proceso de liberación también es una lucha que sólo nosotros podemos realizar en la unidad de la acción, sabiendo que todo tiene un costo, el de la dignidad.

El síntoma más notable de esta consciencia en sí, es no poder dar  una explicación concreta y objetiva en su dialéctica creativa en las relaciones económico-políticas y socioculturales de nuestra vida sensible, con coraje, sentimiento y emoción, dibujando nuestra explotación, como una síntesis histórica bien nombrada; como el cero maya entre nuestras comunidades indígenas, que hablan con poesía y canto entre matices tiernos que mueven el mundo de la vida y de los derechos justos más ennoblecidos; entendida esta condensación de su historicidad social, como un todo indescifrable aún, entre lo que se dice y lo que se hace en la coherencia de las relaciones de poder, para liberarse, a través de Otra rectitud dialógica que denuncia la opresión despótica, por medio de la comunicación  asumida en tales dimensiones del despertar  de consciencias que estaban ensimismadas, que  pueden sentir  en sí mismas  amor propio de sí en una dignidad enaltecida descolonizada en su Otredad nosótrica, hasta lograr nombrarse para sí con otro tono revolucionario desarrollado y transformado en las necesidades e intereses de  nosotros en comunidad con normas de respecto en asamblea colectiva, de los más, en donde podamos  cuidarnos y  amarnos la mayoría,  desde otro ejemplo esperanzador que pretenda pasar a la historia de dichas comunidades para no quedarnos enterrados entre  los discursos occidentales del capitalismo depredador fascista, en las sombras controladas por el Estado-nación capitalista, sin exigirle a éste su responsabilidad primera, la eticidad para legislar con equidad humana.




[1] “La cultura aquí se comprende como la organización social del sentido, interiorizado por los sujetos (individuales o colectivos) y objetivado en formas, todo ello en contextos históricamente específicos y socialmente estructurados”. Vid. John B. Thompson. Ideología y cultura moderna. Teoría crítica social en la era de la comunicación de masas. Ed. UAM-X, México 2002. P. XXIII.
[2] En el 30 aniversario de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE-1979-2009). Línea de masas. Compilación al Magisterio Democrático. Poemas y canciones. P. 4.
[3] Sanabria, J. Rubén. Lógica. Ed. Porrúa, México 1995. P. 18.
[4] Tejeda, José Luis. Latinoamérica fracturada. Identidad, integración y política en América Latina. Ed. Porrúa/CREFAL. México 2010. P. 6.
[5] Escalera, B. Jeannette. República y Leyes, neoliberalismo y globalización dos paradigmas en el ámbito educativo. Ed. UPN, México 2009. P. 13.
[6] Así referido por Isaac Ángeles Contreras, recuperando los sentidos de la cultura mixteca.