“…la revolución no se ‘hace’, … las
revoluciones s u r g e n de las
crisis y de los virajes históricos que han madurado en virtud de leyes
objetivas (independientes de la voluntad de los partidos y de las clases)… que
la lucha contra la potente organización terrorista militar de los Estados
centralizados es una empresa larga y difícil”.
(Lenin: En torno a la dialéctica: p.53).
El papel que
juega la Escuela Nueva en la necesidad del
ámbito educativo o proceso de humanización. Por sandra cantoral
uriza.
La idea de práctica
docente se ha convertido en central para los programas de formación de
profesores (as). Se ha construido socialmente tomando como fuentes diversas
tradiciones de la teoría social y en ocasiones, mucho del sentido común de cómo
deben ser formados los docentes, pasa a ser su contenido principal. Por ello
encontramos un panorama difuso y confuso; es necesario volver a detenerse en su
reflexión, contenido, alcance y perspectivas de la idea de tal práctica docente
en su formación integral, por lo que serán los aspectos a ser analizados en
este apartado reflexivo del blog, con la intención de despertar la inquietud sobre el problema de la existencia humana,
negando la reproducción de aprendizajes memoristas, rutinarios y acríticos, sino que pensando a los docentes desde su infancia, para
que reflexionen en Otra actitud hacia
la teorización y el rigor conceptual acorde con la lógica de pensamiento del
sujeto educativo en transformación liberadora que sigue en construcción.
El sentido de toda
transformación integral, conlleva cambiar de “forma” frente a una
actitud tradicionalista en la práctica docente, que se desarrolla a través del
ejemplo, como sucede en la
metamorfosis de la naturaleza cultivada,
es decir modificando el sujeto educativo
algunas actitudes en el proceso de
humanización o ámbito educativo, en donde el sujeto, sujetado a la vida-muerte
inevitablemente tiene dos nacimientos, uno
natural y otro cultural entre el dolor y el placer; es decir lo que integra a la vida humana al sujeto,
es el proceso de trabajo creativo y lúdico en ese esfuerzo compartido en la producción, la política y su
capacidad intelectual y cultural liberadora; así se va dimensionando el
acto educativo como totalidad histórica concreta, siendo una construcción
social para la formación integral, como lo mandataba originalmente el Artículo
3º. de la Constitución Política
Mexicana a pesar de la lógica de explotación del Estado capitalista.
En lo particular, el
acto colectivo preocupa en tanto la práctica docente humanizada, por medio de Otra forma que sea potenciadora de
cualidades integrales (físicas, intelectuales y morales cada vez más
sensibles-humanas), se va haciendo capaz de transgredir el orden de
injusticia vigente a través del Estado-gobierno
mexicano, en Latinoamérica y en el planeta tierra, dado que el
orden de despojo de derechos y
obligaciones equitativas, es el
generador histórico de toda desigualdad violenta propiciando el exterminio de las capacidades de iniciativa
autónoma y respetuosa como alternativa educativa, en la relación histórica
entre el capital y el trabajo, siendo ésta cada vez más enajenada, manipulada y
degradada en la lógica de acumulación y centralización capitalista a lo largo
de la reproducción fetichista de dinero,
el cual es transformado en capital monopolista, trasnacional y empresarial de
todo cuño por los carteles del neofascismo, siendo hoy la violencia más visible en la
historia de la humanidad y por tanto de la teoría pedagógica crítica.
En la posibilidad, de
crear las condiciones materiales y subjetivas para incidir en una nueva escuela
de la vida u Otra escuela nueva, se piensa en la existencia antropomórfica del
ser ‘cosa de trabajo’; pues en ese proceso fue humanizándose el sujeto educativo como ser
genérico en su nacimiento cultural encarnado, lo que en el trabajo parece invisible, pero lo conlleva la propiedad privada arrebatada y acumulada en
unas cuantos manos de magnates. Este fenómeno se acuñó desde hace aproximadamente 3000 a.a.c. como lo registran los grandes
historiadores en esa lucha por la memoria
contra el olvido[1]
-empezando por el lector-, y hoy es momento de corregirlo para no caer en el
exterminio de la humanidad.
En tal relación originaria
de injusticias, el momento significativo en donde surge la propiedad privada y por ende el Estado esclavista -habrá que reflexionarlo
en términos de existencia, como un tema educativo-, así como la aparición del
dinero y siglos posteriores el capital; del tipo de familia de comunal a monogámica, saber cómo cambian las leyes
para proteger dicha propiedad que también era comunal, pues todos trabajaban
con una división del trabajo natural y
necesaria; de esta forma se
valorará históricamente el contexto previo de la propuesta educativa, como se
puede apreciar en las relaciones
de producción europeas, y de ahí dichas
relaciones de abuso se consolidan la conquista de rapiña española en América y
en otras latitudes del mundo con el ejemplo ideológico analógico que justifica todo el proceso histórico de
explotación, presentándolo como un hecho
naturalizado univocista: ‘el
pez grande se come al chico’.
Por lo que hablar de necesidad humana cultivada, en términos
pedagógicos, exige una posición crítica
para Otra acción transformadora de
liberación internacional, nacional y local, debido a la desigualdad social,
cultural, y principalmente política (derechos humanos), que regenere
su poder de propiedad privada de
medios de producción, desde tal origen histórico-cultural-educativo; se requiere
por tanto, una nueva comunicación en
lenguajes diversos que abunden en el sentido artístico articulador, amalgama de
la humanidad comunicativa/expresiva, frente a la desigual propiedad de conocimiento, experiencias,
intuiciones e informaciones del sujeto educativo, como capital cultural hegemónico; dicha necesidad, se debe a la
carencia de tales cosas indispensables para vivir con dignidad, es decir con integridad histórica con derecho a un
trabajo lúdico, creativo y libre en colectividades pequeñas y amplias, reconociendo que todo trabajo es en sí digno,
pero las condiciones de trabajo y salariales, no lo son, pues es una relación de opresión desigual, y por
tanto injusta e inhumana.
Hasta hoy día, todo lo
existente en las relaciones entre el capital y el trabajo, como entre el
nacimiento natural y cultural del sujeto histórico, son producto del esfuerzo de su trabajo,
humanizándose como proceso educativo posible; es decir transformándose
en otra forma que lucha en pro de la
vida, venciendo el sujeto educativo todo
aquello que le impide la satisfacción de esas cosas que le son imprescindibles para procurar la
vida integral
cultivándola-potenciándola-sublimándola en actos virtuosos de liberación de energía negativa de
culpas, ignorancia, violencia, tensión, angustia y sin sentidos en el
transcurso de las épocas desarticuladas en la sensibilidadracional del hacerse un ser humano con la pregunta
abierta, a través de la producción y de la transferencia consciente,
libre y voluntaria en otra fuerza política humanizada en equidad local y universal, así lo exige
una verdadera posición crítica de la praxis
revolucionaria transformadora en una escuela nueva de la práctica docente
como sujeto particular y colectivo.
El orden de injusticia
histórica, radica en su esencia (alma/consciencia) y sustancia (contenido/forma), ya que es
pertinente diferenciarla en cuanto a
quién se hace propietario de lo producido en el trabajo social, de forma
privada por medio de la violencia y por sus formas ideológicas dominantes
en las relaciones de poder político dominante; y quién a pesar de ser el productor directo de dichos medios producidos -sabiendo que el principal medio
de producción es la tierra-, resulta este
productor, un ser despojado de su
esfuerzo vital y de su producto de
trabajo transformado de naturaleza
en cultura dominante-depredadora, eso es indigno, e impide la integridad
sensible de autoreconocimiento para
la superación de la debacle del mundo modernizado, en donde la tecnología ha
rebasado la calidad de los valores humanos.
En tal relación
injusta el lenguaje pedagógico con una posición crítica refiere
la lesión y la castración frente a la integridad de la
vida, al No poder el sujeto mutilado tener derecho a protestar y menos aún a
defenderse en esa relación de trabajo; es decir que no tiene forma de proteger sus medios de subsistencia labrados en tal trabajo educativo colectivo en el
transcurrir de las épocas, por eso se entiende perfectamente la consigna
zapatista: “La tierra es de quien la trabaja”, para ser potenciada en
múltiples dimensiones y latitudes: “Las
fábricas, los hoteles, las carreteras, los comercios, las escuelas, los centros
recreativos, hospitales y demás producción humanizada, corresponde de hecho a quienes
lo trabajan”, pero pensar así es castigado con el encarcelamiento de
luchadores sociales y el incremento del presupuesto militar para la represión y
la degradación entre prostitución y narcotráfico.
Traducir estos
ejemplos educativos es el objeto de estudio de la pedagogía crítica transgresora, en procesos de liberación humana integral desde la educación formal y la
no formal que parte de la familia a la educación básica y superior, por ello se
propone el ejercicio de la educación política liberadora y revolucionaria, como
una expresión de los derechos humanos de acuerdo al grado de conocimiento
alcanzado en cada época, pues es una situación de Derecho, legítimo, en cuando
al desarrollo de la humanidad.
En este sentido
educativo, la relación política significa la capacidad dialógica de liberación humana, propuesta por Platón y antes por Sócrates para llegar al
consenso del acuerdo en la virtud de la
inclusión, así se puede re-significar con mayor precisión el fetiche manipulador ‘como motor del
progreso humano en la lógica del capital’, justo
o no, en ese despliegue educativo de los intereses de vida-muerte; de
ahí surge la reflexión pedagógica sobre Otra forma diferente, a la hegemonía proteccionista de los intereses exclusivos y excluyentes en la acumulación de capital del
empresariato internacional monopolista que impone una división injusta del
trabajo con su debacle financiera en las relaciones
de conquista desde antaño y de
neo-conquista actuales, encabezado por los Estados-gobierno en beneficio
exclusivo de su ganancia como clase dominante divinizada en las aristocracias
prepotentes, creyendo ser los mejores, por un orden divino pero negado
en los entramados histórico-sociales.
De
tal modo se fue desvirtuando la formación política popular dado el devenir del
ejemplo hegemónico de dominación violenta en una cultura del odio y la
competitividad desleal y deshonesta, que ha atravesado hitos históricos, para ser el sujeto educativo desde el periodo de
esclavitud despojado por los amos y por sus imágenes de divinidad respectivas,
que lo justificaban para el ejercicio
del sometimiento, comprendido este proceso de transformación cultural-educativo
hasta los cimientos de la República democrática
liberal, y alcanzando hoy en día los crímenes cometidos contra la humanidad,
y que la Comisión Internacional de Derechos Humanos inicia a registrar,
intervenir y denunciar a los responsables.
En
este sentido, se ha ido constituyendo la conciencia del sujeto educativo como un ente etéreo, al ser
tratado por sus dueños, como una
cosa más, con un determinado valor de uso y otro de cambio en la lógica
del mercado capitalista, según la época en donde se inserta su
trabajo, para ser usado como hasta el presente puede verse, al servicio generalmente de la vida parlamentaria
socialdemócrata que sostiene al Estado-gobierno en esa reproducción de aprendizajes individualistas que reditúan
grandes ganancias al magnate capitalista por la diversidad del sistema
parlamentario electoral, como ejemplos negativos de este odio acumulado, están
las conquistas, el robo, la explotación y el silencio para desvirtuarse
ideológicamente toda luz de conocimiento, apareciendo la explicación como algo
naturaliado.
Sólo
van cambiando algunas diferencias en tales relaciones de poder, según las latitudes del planeta tierra que
correspondan en cada momento, -esta
relación se aprecia hoy en las experiencias de la lucha de fuerzas o de clases
sociales-, lo cual puede valorarse pedagógicamente desde el análisis y la comprensión de los tiempos
del imperio romano a los tiempos modernos y posmodernos, que también tienen su
propia historicidad.
En
este sentido el proceso de trabajo
educativo, se va revelando, como
sucede con una fotografía oculta: en su falsedad ideológica del oro
deslumbrante del capital que no se distinguía por su disfraz de divinidad, mágica y naturalizada, encubierta hegemónicamente con una imagen
‘fetichiststa’ en el dogma de la fe religiosa y militar que contiene sus
propias características educativas; pero
en los inicios del Siglo XXI, está quedando plenamente revelada la necesidad de transformación con Otra mirada
pedagógica en este ámbito educativo,
desde Otra nueva escuela, la de la
existencia liberadora en pro de la vida, en donde ya nadie explote a nadie y todos y todas aprehendan a amarse,
cuidarse y ser integralmente felices.
Lo que falta en esta tarea pedagógica
es potenciar principios humanizados por el esfuerzo del trabajo colectivo,
desde el sentido común, hasta lograr abarcar una postura filosófico-política -como propone Gramsci-, que incluya una real
participación organizativa de las
grandes mayorías -que aún no sospechamos cómo pueda ser-, que cree las
condiciones materiales y espirituales desde un partido político de clase
trabajadora harta de su condición de vida, para hacer crecer entre ‘un
nosotros legítimamente nombrado como nosótrico’,
para que todos y cada uno se sientan en los zapatos de ese ser desharrapado
carente de oportunidades para sobrevivir y se identifique con sus hermanos de
clase en las luchas sociales presentes y por venir.
Ese
sentido de otredad del intelectual orgánico, requiere necesariamente de Otra relación humana, que potencie desde los
movimientos organizados Otros procesos de liberación revolucionaria, re-significando
en las posibilidades concretas, en el asunto de sus implicaciones y riesgos en
la práctica concreta, tomando como referentes los ejemplos de hitos históricos
en la nueva construcción social para nuevas realidades de autenticidad autónoma en un mosaico inmenso de capacidades y
potencialidades humanas de libre determinación, iniciando por una nueva
Constituyente, que ponga límites a la barbarie
de la modernidad.
Por tal razón se menciona, cómo el capitalista burgués se oculta como la
avestruz en la fotografía -tirando la
piedra y escondiendo la mano-, para
no ser visto ni evaluado su egoísmo y mezquindad de masacre y de sangre
monopolista con la oligarquía financiera a la cabeza, en el extermino histórico
en contra de los pueblos derrotados por el latrocinio e impunidad cotidiana, por
su reproducción a imagen y semejanza de
ese ‘su gran amo el capital
-realmente diabólico-’, siendo una tarea pedagógica crítica más que traducir y transformar
en la praxis concreta, valorándose el ser existencial a sí mismo internamente.
Por
tal motivo en esta transformación
urgente en contra de la política neo-liberal menciona Jeannette Escalera, citando a Comenio: “los sabios acogieron con tanto entusiasmo
dicha sentencia, que para entregarla a la plebe afirmaron que había descendido
del cielo, y cuidaron de que fuera inscrita con letras de oro en el
frontispicio del Templo de Apolo en Delfos, a donde concurría gran cantidad de
hombres. Fue prudente y piadoso proceder pues, aunque en realidad era una
ficción, se encaminaba a la verdad, que es más clara para nosotros que para
ellos”[2], porque cuando se asume el derecho a la
memoria histórica, la denuncia resulta
ser un ejemplo virtuoso del sujeto
educativo docente transformador,
desde el desarrollo de este entendimiento en la infancia.
Pedagógicamente
en ese misterio de la obscuridad de la caverna de Platón, se pasa a dar forma a la dimensión sincrética de la identidad del sujeto
educativo, por medio del ejemplo vital naturalizado por dichas sombras, pero
el verdadero problema es: ¿cómo se
explica a los niños y niñas, que inician a preocuparse por ello que la naturaleza se cultiva, y
la cultura se naturaliza?, bueno,
se tendrá que despertar el entusiasmo por encontrar respuestas históricas
sabias desde el sentido común hasta elevar éste al pensamiento activo
político-filosófico para combatir al
capitalismo en su hegemonía[3]:
Así
es posible valorar-evaluar, cómo a
través de una práctica hegemónica o prepotente del acto educativo de despojo de medios de trabajo de forma integral,
se fue dando el desarrollo del robo violento, realmente machista y
patriarcal -se tendrá quizá que expresarlo nuevamente, pero ahora de forma
estética y ética consciente y potenciadora, a través de la música, dibujos,
parodias, cuentos, poesías, canciones, cine, danza, escultura, y con el uso de
la internet -entre otras formas
colectivas y cooperativas de la tecnociencia
al servicio del capital, para integrar
la práctica docente en una denuncia
transformadora auténticamente revolucionaria capaz de organizar proyectos
educativos alternativos, en donde sea el propio sujeto educativo, quien nombre
sus posibilidades activas.
Así
es posible, ir dando golpes certeros en la denuncia contra la lógica del
capital y a favor de la organización política de las muchedumbres empobrecidas,
conformándose en ejércitos comunitarios y haciendo uso juicioso y agudo del
avance de esa tecnociencia en tales
procesos-proyectos educativos ahí transformándose sin garantías absolutas, sino
como fundamento teórico para la práctica docente potenciadora del pensamiento
humanizado con sensibilidad de clase trabajadora, hasta lograr socializar lo
producido, pero que hoy está en propiedad privada, con una careta de “divinidad perfecta-mente monopolizada por el
imperio del capital por medio de la propaganda”, esa es la gran dificultad
a vencer en la transformación humanizada y la reconstrucción socio-cultural.
Resulta
cada vez más claro en la identidad humana, que se necesita de Otra Pedagogía
crítica de denuncias activas aunado a todo un proyecto histórico-social
revolucionario de derechos humanos, que vislumbren el poder mundial, ´propone
Teivainen: “después de demostrar que para entender y
explicar el mundo contemporáneo y sus transformaciones es necesario ir más allá
de la compartimentalización tradicional de las ciencias, postularé que también
es necesario tener una actitud
transgresora frente a las fronteras entre los estados-nación”[4],
que deje clara una representación del arrebato de
ira, incomprensión, sordidez e injusticia, que deviene en sí del instinto salvaje animal, para lograr ir reconstituyendo ‘permanentemente’
al sujeto educativo en un ser con Otras formas tolerantes, a través de
ese proceso de conocimiento y de
conscienciación histórica, con un método
de didáctica crítica fundamentado en Teorías Pedagógicas de la pregunta abierta y
no de respuestas vacías y sin escuchas consecuentes con su memoria histórica de
desigualdad social, lo que es un proceso educativo aún en sí, es decir ensimismadamente egoísta.
Se
intenta por tanto, asumir una posición
crítica transgresora del orden establecido, que oculta su verdadera intención
explotadora del trabajo social en una híbrida legalidad; así se ve la
fotografía histórica que tiene que analizar el pedagogo docente crítico en ese tránsito entre la naturaleza del
trabajo humano, transformado en cultura liberadora y creativa, y ésta en naturaleza humana habituada a
procesos de equidad solidaria y cuidadosa del planeta y del universo, para ofrecer a sus iguales ese máximo esfuerzo
colectivo e individual como contribución de emancipación humana a través de la
creatividad artística, pues en el arte
de la enseñanza-aprehendizaje lo que no sirve, estorba.
Se
abre otra duda: ¿Para qué programar y
proyectar esa transformación de valores a ser evaluados en el ámbito educativo
desde esa totalidad histórica,
dimensionándola en la integridad del sujeto docente?
Hablar
de ello, implica enfrentar las dificultades de contexto metodológico, que es en
donde la presente reflexión, quiere
incidir. Porque la intención es que mueva
y fundamente la estructura cognitiva de cada niño y niña en su relación docente
-en un auto-reconocimiento del propio profesor(a) desde el nivel básico hasta donde
se requiera dicha guía de trabajo educativo-, es decir atravesando
nuevamente su relación política
potenciadora y posible de clase social responsable, teniendo consciencia de dicho proceso histórico recorrido en grupos y círculos de trabajo, según sus
representaciones de imaginario colectivo.
Y
así logren los menores-adultos en la formación
de docentes, por medio de un espíritu investigativo que es innato, aclararse que el
producto del trabajo histórico ha sido cultivado en su propia transformación humana, de ahí las
preguntas posibles sobre ¿qué es la
transformación humana a través de la
duda, la fascinación, la curiosidad, el asombro, el descubrimiento, y demás formas imaginativas
creativas en la vitalidad del
trabajo y la existencia humana, planteadas con diversión y entusiasmo?
Se
requiere nombrar para dar sentido, el efecto y la causa de la
transformación del trabajo que
transforma la naturaleza en cultura liberadora y potenciadora, que regenera,
reconstituye y restaura resentimientos, emociones, traumas, temores, terrores,
culpas, castigos, violencia, vergüenzas y equivocaciones padecidas, para
cultivarlas en posibilidades de sublimación virtuosa por su creatividad radical de una denuncia que
anuncia Otra voluntad consciente de socialización y de responsabilidad
liberadora humanizada, como un hito histórico posible de ser re-significado y re-interpretando en cada época, siendo consciente el sujeto
histórico-educativo de su propio desarrollo y superación de esa reproducción hegemónica-aprehendida como formación entre el amo
y el esclavo -lo importante es develar su dialéctica como un método de
lucha para la humanidad.
[1] Vid. Carlos Antonio Aguirre Rojas. Antimanual
del mal historiador o cómo hacer una buena historia crítica. La Vasija,
México 1999. p. 12.
[2] Vid. Escalera
Jeannette. La educación en Platón como
proceso de humanización. El Grito que se perdió en Grecia. Editorial académica española, 2011. p.
27.
[3] El término hegemonía deriva
del griego eghesthai, que significa "conducir", "ser guía",
"ser jefe"; o tal vez del verbo eghemoneno, que significa
"guiar", "preceder", "conducir", y del cual
deriva "estar al frente", "comandar", "gobernar".
Por eghemonia el antiguo griego entendía la dirección suprema del ejército. Se
trata pues de un término militar. Hgemone era el conductor, el guía y también
el comandante del ejército. En el tiempo de la guerra del Peloponeso, se habló
de la ciudad hegemónica, a propósito de la ciudad que dirigía la alianza de las
ciudades griegas en lucha entre sí. El concepto de hegemonía es de los más
abarcativos para el esfuerzo transformador humanizado en la pedagogía crítica
de Antonio Gramsci, concepto re-significado de forma concreta de la teoría
leninista.
[4] Vid. Teivo Teivanen. Pedagogía del poder mundial. Relaciones
internacionales y lecciones del desarrollo en América Latina. Estudios para
el Desarrollo y la Participación CEDEP, Lima Perú, 2003. p. 3.