Los orígenes de la
pedagogía crítica pueden encontrarse en las actividades realizadas por el
Instituto para la Investigación Social (Institut für Sozialforschung) de
Alemania, antes del inicio de la segunda guerra mundial, Entre los teóricos que
dieron origen a esta corriente se encuentran Walter Benjamin, Max Horkheimer,
Leo Lowenthal, Erich Fromm, Theodor W. Adorno y Herbert Marcuse. Se trata de
los teóricos que integraron la primera generación de la Escuela de Frankfurt en
1924, y que se vieron obligados a emigrar a otros países, sobre todo a los
Estados Unidos, debido al acoso y persecución de los nazis hacia los judíos e
izquierdistas. La Escuela de Frankfut realiza importantes actividades de
investigación en diversos campos de la cultura y el saber humanos,
investigación y crítica que incluye diversas disciplinas, de acuerdo a la
necesidad de conocimiento y explicación coherente de praxis revolucionaria, a
la antropología, la sociología, la psicología, la educación, la literatura,
etc.
Una segunda generación
de teóricos de esta escuela, entre los que sobresalen Jürguen Habermas y Henry
Giroux, han hecho nuevas aportaciones que están permitiendo a la pedagogía
crítica pueda registrar avances sustanciales, recuperados desde los
presocráticos y las grandes escuelas filosófico-políticas re-significadas o
vueltas a interpretar de acuerdo a las nuevas necesidades en la contradicción
social del mundo contemporáneo, que parten desde de los presocráticos, Descartes,
Kant, Hegel, Marx, Engels, Lenin, Lukács, Althusser, Gramsci, Mc’Laren, Apple,
Bourdieu, o recuperando el discurso político-liberador en América Latina
contextuada en la diversidad cultural de su época, así se valora el ideario de
Martí, Mariátegui, Zapata, Simón Bolívar, Che Guevara, Paulo Freire, entre otros
más recientes.
El espíritu
revolucionario y liberador en la consciencia de
formación pedagógica crítica, da pie a su propia estructura
metodológica, como puede valorarse en las siguientes premisas
filosófico-políticas en términos de construcción pedagógica y educativa:
1. La sangre nueva puede empezar por reconocer el sentido de la libertad humanizada
del mundo latinoamericano, la cual
tiene que escuchar la palabra de
esa clase trabajadora que está sometida y subsumida a la lógica de
privatización monopolista agudizada desde 1982 con el proyecto neoliberal en
México, al imponer el abuso
de poder político del imperialismo capitalista internacional.
2. Esta fase de desarrollo al
parecer representa la última fase del
capitalismo, como lo teorizó Lenin, teniendo claro que: "La liberación de
los trabajadores sólo puede ser obra de los trabajadores mismos".
3. Son los pueblos explotados quienes tendrán que
asumir su historicidad, como una sola revolución en América Latina.
4. Es necesario por tanto problematizar y potenciar la
sensibilidad política del sujeto educativo con memoria histórica, para activar la integración de los procesos
sociales, comprendiendo que cada
sociedad es única, de acuerdo a su contexto y su temporalidad en cuanto a necesidades y posibilidades
histórico-culturales.
5. De lo que se trata es de aprender múltiples lenguajes
posibles liberadores en términos humanos, con base
en nuestra cultura milenaria en la organización social del sentido, interiorizado
por los sujetos (individuales o colectivos) y objetivado en la …formación…
del ser; todo ello en “contextos históricamente específicos y socialmente
estructurados” (Thompson, 2002, p. XXIII).
6. Desde el filón marxista
referido, estudiar en la acción, los
matices que propicia la
pedagogía de Antonio Gramsci, quien distingue a la cultura en la lucha de clases, tomar en cuenta tres momentos en
el comportamiento del pueblo o sociedad civil -según lo refiere
y sistematiza Cantoral-: 1. La producción de nuestro trabajo.
2. La valoración ético-moral
de este trabajo, y 3. Las tradiciones
y costumbres a respetarse e integrarse en una dimensión de civilización
humanizada de ese rapport pedagógico.
Gramsci indica que falta reflexionar la relación entre: la producción y los
intelectuales; la cultura y el trabajo; la pedagogía y la política,
partiendo con Otros referentes desde el sentido común hasta elevarse a una
posición político-filosófica para la transformación histórico-social.
7. Rescatar lo registrado por
Lenkersdof en cuanto a la cultura nosótrica, siendo nos… en otros. Él lo conoció, cuando pudo convivir en
profundidad con las comunidades de Los Altos de Chiapas, entre los
pueblos indígenas en la diócesis de Samuel Ruiz. Así descubrió que estas voces
liberadoras, serán una voz más en la oralidad, historicidad y memoria en
América Latina, desde su realidad mágica
y humana que cobijan.
8. Tener en cuenta una
mirada pedagógica con metodología crítica en
la correlación de fuerzas, siendo hoy
vital analizar en la filosofía política, la
nueva relación entre China, América Latina y el Caribe en la defensa histórica
de la madre tierra, vínculo que es cada vez más estrecho y de difícil vuelta
atrás. Porque frente a la crisis de EEUU están actuando los gobiernos más
conservadores y proclives, cuidando sus intereses imperialistas (como es el
caso paradigmático de Colombia), necesitando reforzar ahora sus vínculos
económicos con China, que se coloca como la primera potencia mundial (B.M.,
2011, p. 1).
Enfatizamos en que el enfoque metodológico
empleado desde una postura del materialismo histórico dialéctico en torno a
re-significar el sentido crítico de la pedagogía y la práctica docente, lo que
exige un estudio profundo de la compleja realidad social a través de un proceso
de investigación cualitativa, que ubique tiempo y espacio de sujetos concretos en la plenitud del movimiento social en la pregunta abierta por
el ser humano.
Desde esta perspectiva, la investigación sobre
la práctica docente, de una actitud tradicionalista hacia una práctica
pedagógica crítica para la transformación, apunta a encontrar el significado y
la comprensión de la denominada pedagogía crítica revolucionaria, que profundiza
en los valores y en el proceso democrático posibilitando acciones de cambio,
particularmente ante la posibilidad que tienen los profesores de ejercer un
trabajo potencialmente transgresor y colectivo para enfrentar el desorden del
capital y abrir posibilidades de potenciación socializadora de lo que
humanamente se ha producido, para reflexionar los principales derechos humanos
a la educación, la vivienda, la alimentación, el trabajo creativo, el acceso a
la cultura múltiple y de alteridades diversas, que construyan una vida en paz y tranquila para los pueblos,
conformada y resguardada por la clase trabajadora.
Porque el profesor, como intelectual
transformador orgánico y comprometido con
su clase de pertenencia, es capaz de desarrollar un discurso
contra-hegemónico, potenciando a los estudiantes y alumnos desde pequeños y en
pequeños grupos de interés de la educación no formal, no sólo en cuanto a las
habilidades sociales que necesitarán para actuar en el conjunto de la sociedad
con sentido crítico, sino que además los puede educar para la acción
trasformadora de calidad humana en la tarea lúdicamente cotidiana.
En palabras de Henry Giroux,
es abierta su sugerencia, el docente puede educar a los estudiantes para
el riesgo, para el esfuerzo, para el cambio institucional y para la lucha tanto
contra la opresión como a favor de la democracia fuera de las escuelas y en la
sociedad en general.
Desde esta sugerencia transformadora de Giroux,
es viable que se tendría que hacer que los educadores afronten globalmente los
temas concernientes al proceso educativo, en particular la propia formación del
profesorado, que interfiere con las capacidades transformadoras de los
educandos y educadores.
Así la
metodología que se sugiere es situarse dentro de los contextos concretos de
forma consciente de acuerdo con los siguientes aspectos:
1.
La observación crítica transformadora en una forma de
investigación llevada a cabo por quienes ejercen una profesión docente
recuperando con capacidad autocrítica
sus propias prácticas educativas.
2.
Dado que el objeto de estudio de la Pedagogía crítica es la práctica del proceso educativo como proceso de
humanización, comprendiéndose lo estudiado en el propio debate reflexivo, como
‘fenómeno del hecho acontecido’, ejerciendo su tarea docente por ende como praxis
dialéctica de la formación integral (totalidad).
3.
Se sugiere propiciar espacios educativos horizontales y de
participación democrática en donde todos sean capaces de dirigir los procesos
de la existencia humana buscando el mejoramiento de dicho proceso educativo.
4.
La forma auto-reflexiva entre los
participantes sociales se funda en la racionalidad y la justicia de sus propias
prácticas educativas, situándolas como un permanente proceso de transformación
que destruya la injusta relación entre el capital y el trabajo, es decir, las
relaciones entre opresores y oprimidos en su vínculo sujeto-objeto.
5.
Por lo que no sólo es importante cambiar el sentido curricular,
el desarrollo profesional, el mejoramiento de los programas, sino que
principalmente se requiere el cambio de los
proyectos educativos de vida desde una política-filosófica humanista e
incluso institucional, que incluye las condiciones laborales, así como también se
necesita la construcción de una nueva sociedad con relaciones de equidad
democráticas, problematizando en la
acción, de inicio, las recientes reformas estructurales del sistema de
explotación en México.
6.
Se requiere de una concepción del mundo de la vida a partir de comprenderla
desde una espiral consciente de observaciones, planteamientos, acciones,
reflexiones y principalmente de construcción de estrategias de
enseñanza-aprendizaje en contextos concretos de acuerdo a las necesidades
materiales y subjetivas en la formación de valores humanos en cada época en
contra de la injusticia y la opresión del hombre por el hombre.
7.
Se requiere también de cooperación
solidaria y respetuosa a la diversidad de posibilidades en el hacer, para
resolver problemas en contra de toda actitud alienadora y adormecedora del
pensamiento reflexivo, para que caiga en más referentes fetichistas.
8.
Dado que la propuesta de reflexión práctica transformadora es
viable en la crítica y la autocrítica, con tendencia autogestiva y de auténtica
autonomía, soberanía e independencia en todos los órdenes de la producción y en
la socialización de lo producido.
Nos queda claro desde esta posible metodología de interpretación
cualitativa y hemerográfica, que la práctica docente, es un trabajo derivado
de un proceso natural e histórico-cultural, y se convierte en un proceso social
y complejo, en la medida en que éste se desarrolla y sobre todo, se vuelve
trabajo asalariado supeditado al capital;
es decir, en la forma en que un grupo hegemoniza el modo de producción. Si
bien, el hombre al entrar en contacto con la naturaleza la transforma y se
transforma a sí mismo, habría que concluir que en el proceso histórico de la
producción y reproducción del conocimiento, es vital el dominio de la
naturaleza y de la forma en que el hombre en
sí se transforma, debido a que la educación juega un papel fundamental en el proceso de
humanización; por ende en la lógica de
dominación, la escuela, es una institución por excelencia del capitalismo, ya
que es en el régimen capitalista en donde la preparación para el trabajo está a
cargo de la institución educativa, quien transmite y genera conocimiento
científico y califica técnicamente a las nuevas generaciones, bajo el concepto
de la “práctica docente” al servicio de la hegemonía monopolista.