sociedad vieja que lleva en sus entrañas
otra nueva”
Karl Marx. El capital. T. I
Dentro de la política del Estado neoliberal, denominada así por la burguesía, esta política se ve fortalecida desde hace 26 años, pero la burguesía no puede reconocer que se trata en verdad de la época de decadencia del capitalismo y del imperialismo mundiales; se cuenta con documentos históricos que explican científicamente, cuál ha sido el desarrollo del capitalismo en el mundo, así se entiende la guerra imperialista de 1914-18, guerra de conquista, de bandidaje y de rapiña -argumenta Lenin- en pro y en defensa de la PROPIEDAD PRIVADA sobre los medios de producción, los cuales han sido expropiados al trabajador directo, como son: tierra, fábricas, escuelas, hospitales, comercio, energéticos, espacios recreativos, medio ambiente, etc., pues es una lista interminable de despojo histórico, a través del hurto, el engaño y el sometimiento, para ser concentrada y centralizada la acumulación capitalista, por la oligarquía financiera, en la figura “religiosa” de su PROPIEDAD PRIVADA de medios de producción, que no es más que el TRABAJO acumulado históricamente; esta oligarquía financiera es la expresión más acabada de la burguesía, porque en ella se fusionan a lo largo de la historia, el capital agrario, el capital industrial, el capital comercial y el capital bancario, por dicha razón es necesario tener en cuenta que la identidad de CLASE SOCIAL es el verdadero PODER humano, reconociendo el trabajo interdisciplinario y multifacético de la clase proletaria en la política estatal .
Justo en esta investigación, se tiene la necesidad de explicar el comportamiento del poder político y la lucha de clases dentro del proceso educativo, desde la mirada de esta última etapa de existencia del imperialismo, que genera la contradicción entre el capital y el trabajo, y la construcción de teoría pedagógica al respecto, para asumirlo de forma sistemática y metodológica, abriendo el debate en cualquier espacio de resignificación de este principio humano; es decir es una tarea pedagógica, para afirmar a la clase trabajadora, y no para continuar reproduciendo su negación por parte del sistema de explotación capitalista, como un ejemplo indigno y naturalizado de la vida evangelizadora y militar impuesta por la conquista y las neoconquistas enajenantes; se trata por tanto, de contribuir en esta tarea educativa, porque es necesario preparar al sujeto educativo en el APREHENDIZAJE dialécticamente, es decir, sabiendo diferenciar que todo lo que se hace se va aprehendiendo hasta que se domina sean éstas favorables o nefastas en la construcción social, pero no todas las acciones que se aprehenden se han enseñado, con programas que denuncien este tipo de formación individualista, violenta, competitiva, descalificadora, decadente y de necesidades superfluas, inculcadas por el régimen de explotación burgués, que se han impuesto caprichosamente desde las raíces de origen del sujeto histórico, encubierto por la ‘imparcialidad cientificista’; pero que en el trabajo contra-hegemónico, trata de darle a los hechos del proceso de aprehendizaje, temporalidad y sentido crítico de pertenencia como clase proletaria.
Para abrir el debate de los argumentos, se entiende por SUJETO HISTÓRICO, a las distintas dimensiones del ser humano en donde ninguna forma del ser inacabado, se excluye, sino por el contrario se complementan en su dialecticidad existencial y revolucionaria, para entender en las relaciones de PODER y de abuso de PODER el proceso articuladamente, en esta etapa histórica de decadencia del imperialismo mundial; compréndase al sujeto histórico en el entramado de estas dimensiones por su diferencia, cambio, transformación y unidad finita en el pensamiento, pero infinita en la realidad universal en movimiento y en contradicción: 1) como persona con un proyecto, 2) como individuo con derechos individuales, 3) como grupo social de pertenencia, 4) como pueblo o Estado (esclavista, feudal, capitalista, socialista) y 5) como la CONSCIENCIA DE CLASE asumida revolucionariamente, desde una FORMACIÓN POLÍTICA, de acuerdo a la cultura proletaria, que viene siendo la expresión más abarcativa, que conjunta o sintetiza a todas las formas de PRODUCCIÓN humanas mencionadas, en sus matices más simples y complejos -como lo plantea Karl Marx en su obra filosófica, a saber, de acuerdo al grado de consciencia social desarrollado en una época-, en donde está presente la coherencia racional más sensible de la duda, de la utopía revolucionaria y de la satisfacción del trabajo cumplido y objetivado de forma individualcolectiva (Cantón).
Con una lectura hermenéutica de analogías, el desdoblamiento del sujeto histórico, da cuenta de los matices imperceptibles que van constituyendo la vida humana, que se reconoce aquí, en el sujeto histórico a lo largo de su historicidad cambiante y llena de esperanza emancipadora de todo aquello que lo somete y lo aniquila en las relaciones de abuso de poder; enfatizados no sólo por su esencia humana, sino sobre todo por su educación política, en la división del trabajo y en contraste con los roles hegemónicos impuestos por la clase dominante desde su origen imperial, en su desarrollo y actualmente en su propia muerte en el contexto de la lucha de clases; porque desentrañar las formas de estos tránsitos del sujeto educativo, es una tarea pedagógica del presente siglo, en donde efectivamente la clase burguesa está produciendo a sus propios sepultureros en este momento imperialista , que es la última fase de desarrollo del régimen de explotación capitalista, como lo plantea la teoría leninista, y que es necesario poner en el acto educativo, pedagógicamente.
En este orden de ideas, puede valorarse que la forma más abarcativa del sujeto histórico, que necesariamente es a la vez sujeto educativo, resulta ser una aportación epistemológica del materialismo histórico dialéctico, referida a ASUMIRSE CONSCIENTEMENTE, el sujeto como CLASE SOCIAL PROLETARIA en la última etapa del imperialismo mundial; es decir en la existencia de las clases sociales, reconocidas históricamente en esta fase, por la capacidad de organización en la defensa de sus derechos humanos más elementales, en contra de la violencia padecida actualmente por el empresariato capitalista y por su oligarquía financiera, lo cual tiene que enseñarse y aprehenderse por medio del ejemplo, que forme una actitud de autonomía paciente y persistente, siendo entonces, el acto educativo de sometimiento y de emancipación, el objeto de estudio desde esta mirada de la Teoría Pedagógica Crítica.
Tal despojo histórico de medios de producción, ha sido impuesto a la clase trabajadora en el proceso educativo de explotación, de degradación y de exterminio de la humanidad y de la naturaleza; este ejemplo ha sido sumamente violento a lo largo de la historicidad social, por eso es necesario hacer su crítica , como se irá mostrando en los matices que conlleva la lucha de clases entre el capital y el trabajo y las contradicciones secundarias que esta lucha genera en un tejido amplio cuantitativo y cualitativo; desde su origen dicha contradicción, es la relación universal, que sintetiza en espacio y tiempo, a las formaciones de explotación de origen, entre el amo y el esclavo o entre el terrateniente y el siervo, entiéndase entre propietarios y desposeídos -como lo expresa Marx-.
Aclarando, se conoce que desde la existencia de la propiedad privada, surge el Estado esclavista como primera forma de control y de dominio para ejercer el despojo de la riqueza de una manera “legitimada” por la clase dominante de cada época en el abuso de poder “legal”; pero no legitimando ni reconociendo, que esta propiedad privada, que no es más que trabajo acumulado, ha sido un esfuerzo y desgaste humano, fruto del trabajo colectivo, pero la contradicción es que toda esta producción de instrumentos y medios de trabajo (medios de producción), se encuentra en propiedad privada; obsérvese que no se está refiriendo a la propiedad privada, simple del sujeto, como puede ser su casa, su ropa, su pequeño comercio, su pedazo de tierra, su historia biográfica incanjeable o su propia consciencia social; sino que con la aparición de la propiedad privada de medios para la producción, aparece también el Estado, quien regula la propiedad de medios de producción desde el Estado esclavista.
Posteriormente los estados, feudal, capitalista y aún el socialista como tránsito a una vida en comunalidad, siguen reproduciendo dicho encubrimiento de la propiedad privada, a través de los estados actuales en el mundo entero. Según la teoría marxista se entiende al Estado, como un órgano de control y de dominación, en donde inicia también la lucha de clases para lograr afirmar su poder político hegemónico entre poseedores y desposeídos de esta propiedad de medios para la producción, iniciándose actualmente en sí, el pasado futuro por venir, es decir, la última etapa de desarrollo del imperialismo; porque en el despliegue de esta historicidad educativa surgió dicha PROPIEDAD PRIVADA; se calcula que fue desde hace 3000 años, antes de nuestra era. Aquí, sólo se trata de dejar claro que la historicidad no es lineal ni mecánica, sino dialéctica e histórica en la praxis revolucionaria -cuando se asume una postura de clase, en donde los supuestos niveles, son objetivos sólo en la UNIDAD-, y por eso es necesario “ubicar correctamente a las clases en conflicto y a los intereses antagónicos que sostienen, así como a los intereses sociales concretos de cada sector, que van de la mano de los proletarios” , quienes están siendo despojados del derecho a la educación, entendida como un proceso amplio de humanización racionalmente sensible, en donde la NECESIDAD y el interés de clase, son la premisa esencial de la libertad en comunidad.
En este mismo sentido hoy día se levanta la protesta social, en defensa de la educación pública y gratuita, que se tomará como ejemplo vital, para apreciar los matices del movimiento social, sus contradicciones y su superación ‘finita’ sólo en el pensamiento, pero infinita en las posibilidades de las utopías de esta lucha histórica, con base en una educación de clase proletaria, para ver las concepciones de la propia investigación sobre la pedagogía del poder político y la lucha de clases, como un caso significativo nada más; se toca el ámbito educativo, poniéndose al centro para la explicación sobre cómo se está viviendo esta última etapa del imperialismo, en donde se desmantela con una intencionalidad burguesa, la esencia del ser humano, es decir la capacidad de reflexionarse y de explicarse como clase trabajadora; de acuerdo con la racionalidad del materialismo histórico dialéctico, que se expondrá en seguida, aquí se muestran datos que son de la opinión pública, porque sólo se intenta darles orden con un sentido hermenéutico crítico, para comprender el papel político que juega la educación, en el hacer científico pedagógico y en el didáctico interdisciplinario en las dimensiones del conocimiento, a saber en el arte, la religión, la teoría y la experiencia empírica.
Dentro de la Teoría Pedagógica Crítica, con base en la siguiente explicación, es posible distinguir, las partes que constituyen el presente trabajo, que da cuenta de la diferencia de intereses y necesidades, entre la cultura burguesa y la cultura proletaria, véase la disección metodológica que se asume en esta investigación:
TEMA: Proposición o materia de un discurso. OBJETO DE INVESTIGACIÓN: Pedagogía del Poder Político y Lucha de Clases. CAMPO: Sitio que se elige para un desafío: TEORÍA PEDAGÓGICA.
ÁMBITO: Contorno o parámetro de un espacio o lugar: LUCHA DE CLASES.
DIMENSIÓN: Aspecto o faceta de algo. PEDAGOGÍA DEL PODER POLÍTICO.
CORRIENTE: Lo que ocurre en movimiento: MATERIALISMO HISTÓRICO DIALÉCITO, desde la concepción epistemológica marxista.
POSTURA: Actitud asumida. PRAXIS REVOLUCIONARIA.
Se considera al METODO, como la FORMA DE RAZONAR de acuerdo con la realidad concreta política, tal y como ésta es dialécticamente, y como es explicada por las formas de apropiación de lo real, como lo expresa Covarrubias en su obra epistemológica.
Precisando en la ubicación epistémica a estudiarse, se valora la construcción social de Teoría Pedagógica, la práctica científica de la Pedagogía y la Didáctica Crítica, como un todo político inescindible, y posible de diferenciarse por el TEMA, la INVESTIGACIÓN, el CAMPO, el ÁMBITO, la DIMENSIÓN y la CORRIENTE, como se ha expuesto, sólo para fines de explicación metodológica.
Véase el siguiente gráfico para representar las preocupaciones teóricas de la Teoría Pedagógica, con base en el respeto y en contra de la violencia que ejerce la burguesía capitalista degradando la dignidad proletaria, a partir de esta propuesta teórica-conceptual:
De modo que en el discurso científico de la Teoría Pedagógica, la política educativa de las masas trabajadoras no ha sido reconocida de forma sistemática y metodológica, sino por el contrario negada por la cultura de la clase dominante de cada época o historicidad social, y peor aún, se sigue reproduciendo la lógica hegemónica capitalista imperialista, sin cuestionamiento alguno en el campo educativo con esas formas de violencia, en la comunicación de masas, cumpliendo su papel hegemónico en la concepción empírica de la población según el grado de consciencia social asumido; dado que se piensa que los INTERESES POLÍTICOS y el PODER, son ámbitos exclusivos de la clase burguesa y su parlamento, haciéndose presente esta hegemonía en el Estado Mexicano, como síntesis histórica del universo concreto con nombres y apellidos en la gama de matices posibles insertos por supuesto, en el campo educativo, pero obviados no sólo en el discurso sino peor aún, en el reconocimiento de la praxis revolucionaria.
La praxis revolucionaria “…trata de las relaciones entre la teoría y la práctica revolucionaria. <…> mediante la creación de su propio partido y el establecimiento de su propio poder político… <…> las tesis teóricas del Manifiesto: la lucha de clases como fuerza motriz de la historia… <…> es preciso destruir la maquinaria del Estado burgués, es decir, su aparato burocrático-militar…
En este sentido de praxis revolucionaria, se sabe científicamente, que la relación injusta e histórica entre el capital y el trabajo, de sin razones en la antítesis materialista , ha sucedido en nombre de ideologías divinas, fantasiosas y míticas, desarrolladas a lo largo de la historicidad evangelizadora y militar, hasta ser envueltas en las redes de la dependencia financiera y diplomática del imperialismo actualmente, como un hecho “naturalizado en el orden de la paz burguesa que entraña la VIOLENCIA más cruel de toda la historia”, utilizando un doble discurso institucionalizado, en torno a beneficiar la acumulación y centralización del capital para los consorcios financieros y monopolistas mundiales en muy pocas manos, esas son las nuevas condiciones de vida del neocoloniaje impuesto por el empresariato en la jerarquía de competencias individualistas hoy día, que se involucran en todo un ambiente hegemónico de prácticas neofascistas y de degradación, que toca desde el narcotráfico gubernamental hasta el legislativo convencional, en el abuso de poder y de prácticas charriles o jerárquicas; son hechos que se van descubriendo y mostrando en la hegemonía del mercado mundial y en las economías del imperio, bajando estas prácticas en la descomposición social generalizada, a través de las cúpulas de poder, abarcando desde las más simples, hasta las más complejas en el comportamiento de roles cotidianos institucionalizados, en que se ve envuelto el sujeto histórico dentro de la política de Estado, convirtiéndose en hombres y mujeres de Estado en la cooptación al régimen de forma conciente o inconsciente, es decir alienada o enajenada en su supuesta neutralidad política, lo que sucede en matices imperceptibles de la lógica arbitraria de reproducción, que engendra injusticia y desigualdad por la explotación social capitalista en las condiciones de vida concretas de realidades concretas, en ese híbrido de lo multifacético o multicultural; dicho proceso va sucediendo sin consciencia plena de ello en las clases subalternas, debido a la estructura de jerarquías de poder, al no practicarse en el proceso educativo, valores de comundalidad como costumbre de vida proletaria, asumida en la praxis revolucionaria de emancipación histórico-social; lo cual tiene que ver con el imaginario simbólico de pertenencia DEL SUJETO EDUCATIVO.
El ejemplo político pedagógico de violencia padecido día a día en la reproducción social del régimen de producción, intimida a la población en el orden de la hegemonía capitalista mundial y en particular en la cultura burguesa en México; tal comportamiento ha reproducido históricamente en el proceso educativo, todo su fundamento ideológico burgués, a través del aprehendizaje tanto familiar, religioso, escolar como por los medios masivos de comunicación principalmente, en un contexto de totalidad política histórica concreta de la hegemonía dominante del capitalismo imperialista estatal en México, desarrollado hasta estos días, viéndose su decadencia y muerte, porque “el mundo capitalista y revisionista está sumido en una grave crisis económica y política, financiera y militar, ideológica y moral”.